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Empatía

Juliana Valentina Blanco León

En la práctica clínica se requiere de empatía, no solo con el paciente, también con


los compañeros de trabajo, y en general, con las demás personas con las cuales
uno se relaciona. Un primer paso para llegar a ella es reconocer al otro como una
persona igual de valiosa a uno sin importar sus creencias, pensamientos,
discapacidades, inclinación política, género, edad o raza. Especialmente con un
paciente, el cual muchas veces tiene alguna necesidad la cual no puede resolver
por sí mismo y por esto, en su vulnerabilidad, recurre al hospital esperando a ser
atendido por profesionales.

Viendo la película milagro en la celda 7, sentí mucha frustración al ver como niños
y adultos despreciaban una persona y por lo tanto, la ven como inferior por una
discapacidad. Es tratada como cosa y no como humano, demuestra como la
empatía es necesaria en todos los aspectos de la vida.

En un momento, se nos muestra como la hija del coronel muere, y este sintió
como su deber dar un castigo ejemplar al culpable, pero nunca se investigó lo que
había pasado. Al parecer el coronel tenía tan poca empatía y tanta rabia por lo
sucedido que solo quería ver a alguien pagar. Cuando no tienes empatía por los
demás de una u otra manera te sientes más humano que el resto, más valioso y
por lo tanto se cae en el egocentrismo donde solo el “yo” importa y todo lo que
está debajo se debe someter a mis deseos y creencias.

El coronel también demuestra su desprecio por la vida de Memo al referirse a él


como “perro” al hablar con los demás, una expresión despectiva que causa una
desconexión con el otro y por lo tanto hace más fácil tomar la vida de este ser
humano. De la misma forma en la práctica, es importante no recurrir a esta
deshumanización llamando “paciente de la habitación 14” a las personas a las
cuales debamos atender, es importante llamarlos por su nombre, de esta forma
respetarlos y reconocer al mismo tiempo que son igual de valioso que nosotros y
merecen ser reconocidos por nombre y apellido. Creo que debo trabajar mucho en
este aspecto, porque en verdad requiere un esfuerzo extra para mí, pues olvido
muy rápidamente nombres, sin embargo reconozco que es algo importante al
relacionarse con los pacientes.

Otro punto muy importante es que se le obligó a Memo firmar una carta, pero
nunca le explicaron que en dicho documento aceptaba culpabilidad, contra todos
sus deseos fue obligado a poner su huella y nadie titubeó al verlo. Tal vez no sea
igual pero en la práctica clínica muchas veces tendremos que hacer que los
pacientes firmen estos consentimientos, es muy importante siempre explicar que
dice allí y procurar que ellos mismos lo lean y decidan si quieren pasar por los
procedimientos o tomar los medicamentos que allí están adscritos, también
aceptar su decisión ,sea positiva o negativa, de firmarlo sin prejuicios ni presiones
ya que como he mencionado antes, son tan humanos como nosotros y pueden
decidir sobre su cuerpo y su estilo de vida.

Otra cosa muy importante para ser empático es evitar prejuicios. Al llegar a la
celda Memo es gravemente herido por su “crimen”. Así mismo en consulta cuando
llega un paciente hay que atenderlo sin prejuicios, pues nos pueden nublar la vista
como les pasó a los habitantes de la celda 7, los cuales lo atacaron sin pruebas ni
conocimiento previo. Esto nos puede pasar a los doctores que aún si no es físico
podemos maltratar a nuestros pacientes y creo que esto es especialmente posible
cuando tenemos prejuicios sobre la persona.

Fue muy impactante ver como el coronel mató al desertor al este decirle algo que
no quería escuchar, lo que me devuelve al punto del egocentrismo y como este es
un gran obstáculo para la empatía, pues no quiso escuchar razones y por desear
ser quien tuviese la razón, acabó llevándose una vida directamente. Por grave que
suene, esta situación nos puede pasar y creo que no siempre es importante ser el
que tiene la razón, en especial con el paciente pues por más que tengamos una
cura milagrosa si el paciente no desea tomarla es su decisión y debe ser
respetada.

Una vez las personas empezaron a conocer a Memo se dieron cuenta que era una
buena persona y por lo tanto a empatizar con él. Al ser médicos muchas veces
ocurre que dejamos de tratar de conocer a nuestro paciente como persona,
acabamos reduciéndolo a un conjunto de signos y síntomas que necesitan ser
resueltos. Los pacientes son personas que no solo son constituidos por hallazgos
clínicos, tienen todo un contexto detrás y se debe tratar a cada uno como tal, una
vez entendido eso se ve más claramente que las necesidades de cada uno son
muy diferentes. Sí tenemos un grupo de pacientes, todos con EPOC, por
ejemplo, su trato va a cambiar de persona a persona según sus necesidades y
preferencias.

Ser un buen medico es más que ser una biblioteca de conceptos y curar a las
personas, es una profesión que requiere mucha empatía, ponerse en los zapatos
de los demás es esencial para dar un trato digno a nuestros compañeros y
nuestros pacientes. Si es cierto que los estudiantes al finalizar la carrera pierden
parte de su empatía por las demás personas, me propongo a mí misma tener en
cuenta todos estos puntos que hice en este texto, pues quiero ser una excelente
profesional, ser empática con mis pacientes, y recordar siempre que son seres
humanos al igual que yo, con necesidades y que probablemente llegan muy
vulnerables tanto en el ámbito de la salud, como en el personal.

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