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SUSTANCIA DE SECRECIÓN

Una secreción, por lo tanto, puede ser el proceso que desarrolla un ser vivo para
despedir de su organismo una sustancia. La noción también se emplea para nombrar a
aquello que expulsa. El proceso de secreción comienza en las células, cuando una
sustancia deja el citoplasma a través de la exocitosis o de la ósmosis. Si la sustancia sale
del organismo, se habla de una secreción exocrina, mientras que si la secreción queda en
el interior del organismo, se trata de una secreción endocrina. En un sentido similar, se
puede diferenciar entre las glándulas exocrinas y las glándulas endocrinas según el
destino de las secreciones de cada glándula.
El sudor es un ejemplo de secreción exocrina. Se trata de un fluido, de [[composición
similar a la que tiene la orina, que secreta la glándula sudorípara y que sale al exterior
del organismo a través de los poros. La oxitocina, la calcitonina, la insulina y la
dopamina, en cambio, son algunos ejemplos de secreciones endocrinas. Estas sustancias
son liberadas por glándulas que forman parte del denominado sistema endocrino,
encargándose de segregar hormonas que cumplen con diversas funciones. Pueden darse
muchos tipos de secreción y entre ellos se encuentra la del pezón, que viene a ser, como
su propio nombre indica, cuando de esa zona del pecho surge un líquido. Muchas son
las causas que pueden llevar a que la persona la sufra, no obstante, entre las más
habituales están el encontrarse en estado, el haber llevado a cabo de manera reciente el
proceso de la lactancia materna, el sufrir una infección, el estar tomando determinados
medicamentos…
Esas situaciones planteadas vienen a dejar patente una secreción que puede ser
considerada normal. No obstante, será necesario acudir al médico en el momento que se
perciban síntomas como estos: el líquido sólo emana de un pezón, hay restos de sangre
o aquel sale por sí solo, sin que se apriete el pecho. En estos casos será imprescindible
pedir cita con el doctor porque, entre otras cosas, puede ser fruto de la existencia de un
tumor. También se puede dar lo que se conoce como secreción del oído. Por regla
general, cuando esto se produce no hay que preocuparse ya que el líquido segregado
suele ser cerumen. No obstante, si la misma tiene lugar con cierta frecuencia, hay
presencia de sangre o aparece material con color amarillento o seco puede indicar
situaciones graves como la rotura del tímpano, un eccema severo, una otitis severa o
incluso una infección. La secreción nasal, lo que sería mucosidad, o incluso la secreción
vaginal son otros de los casos más habituales que experimenta cualquier persona y que
pueden llegar a requerir asistencia médica. Es importante tener en cuenta que las plantas
y las bacterias también desarrollan secreciones que satisfacen diversas necesidades
funcionales.

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