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COMPETENCIA

Concepto.
La competencia es la porción de jurisdicción que se le asigna a cada Tribunal. La jurisdicción
es un todo, mientras que la competencia es una parte.
Nuestro legislador equipara el concepto de jurisdicción con el de competencia por materia en el
artículo 6 CGP. Sin embargo, Tarigo señala que entre competencia y jurisdicción existe una
verdadera diferencia, y que la competencia es un concepto relacionado con el sujeto que
ejercita la jurisdicción, y que ésta, en cambio, se relaciona con la actividad que desarrolla el
sujeto que la ejerce.

Clasificación.
Siguiendo a Carnelutti puede realizarse una doble clasificación de la competencia:

a. Competencia externa e interna.


La competencia externa atiende a la distribución de la jurisdicción entre los diversos tribunales.
Es, pues, la competencia de cada órgano jurisdiccional, de cada tribunal, la que lo separa con
una clara connotación individualizante, del resto de los órganos jurisdiccionales, del resto de los
tribunales.
La competencia interna, por el contrario, es no ya la del órgano sino la de un miembro o
integrante del órgano jurisdiccional. En la concepción de Carnelutti la competencia interna se
refiere a la distribución de los diversos litigios entre los varios integrantes del oficio o del
tribunal pluripersonal.
Antes de la sanción de la LOT, en un solo caso, excepcional, resultaba aplicable en nuestro
Derecho este concepto de competencia interna.
No se está frente a un fenómeno de competencia interna en los casos de distribución de
funciones entre los auxiliares del tribunal, actuario, alguacil, etc., por cuanto resulta muy claro
que en tales hipótesis no se distribuyen litigios entre distintos órganos judiciales sino, apenas,
tareas entre distintos funcionarios.

b. Competencia necesaria y eventual.


El fundamento último de todas las disposiciones relativas a la competencia consiste en atribuir
el juzgamiento o la solución de cada litigio al tribunal presumiblemente más idóneo para
resolverlo. Para distribuir los diversos litigios entre los diversos órganos judiciales no existe una
sola razón, sino varias. Y esas razones, además, no tienen todas la misma trascendencia, ya
que mientras algunas son de carácter constante o permanente, es decir, se dan siempre, con
respecto a todo proceso, otras son de carácter meramente contingente.
En base a esta doble clasificación de las razones en virtud de las cuales se distribuye la
competencia, Carnelutti clasifica a ésta en necesaria (o principal u originaria) y en eventual
(secundaria o derivada).
La primera es la que se atribuye con carácter permanente a un tribunal teniendo en cuenta para
ello los diferentes criterios que establece la ley; la segunda es aquella que eventual u
ocasionalmente puede modificar la primera. En nuestro Derecho, y para adecuarnos a la
terminología legal, parece preferible hablar no de competencia eventual sino de causas que
modifican la competencia.

Criterios de distribución de la competencia.


Como señala Carnelutti, para el ejercicio de la función jurisdiccional podría bastar –
teóricamente, desde luego – con un solo tribunal y oficio judicial; pero prácticamente resulta
imprescindible la multiplicidad de tribunales a fin de, por un lado, repartirlos sobre todo el
territorio del Estado y, por otro, diferenciarlos de acuerdo con las distintas funciones procesales
que a unos y a otros son encomendadas.
Esa multiplicidad de tribunales se distribuye, pues, según grados y según sedes. La distribución
de los órganos jurisdiccionales según el grado, da lugar a una distribución vertical de la
competencia (ej: primera y segunda instancia); la distribución de los órganos jurisdiccionales
según su sede, da lugar a una distribución horizontal de la competencia (ej: Juzgado Letrado
de Primera Instancia de Flores y Juzgado Letrado de Primera Instancia de Paso de los Toros).
Para referirse a la primera resulta apropiado hablar de competencia jerárquica; para referirse
a la segunda puede emplearse la expresión competencia territorial.
Dentro de la competencia jerárquica pueden distinguirse la competencia jerárquica material de
la competencia jerárquica funcional, según se tome en consideración sea la materia sobre la
que habrá de desplegarse la función jurisdiccional, sea la función que el tribunal debe
desempeñar con respecto al litigio. Y, a su turno, dentro de la competencia jerárquica material,
cabe distinguir la competencia atribuida en razón de la cualidad del litigio (competencia por
razón de la materia) de la competencia tribuida en razón del valor o de la cuantía del litigio
(competencia por razón de la cuantía).

Criterios de distribución de la competencia en nuestro Derecho Positivo.

a. Criterio territorial.
Una justicia rígidamente centralizada en un solo punto o lugar implicaría, en infinidad de casos,
una verdadera denegación de justicia en cuanto muchísimos individuos se verían impedidos de
poder deducir sus pretensiones.
La LOT adopta a este respecto una serie de criterios en forma dispar. Para tratar de
sistematizar en algo sus disposiciones podemos diferenciar cuatro razones fundamentales en
función de las cuales distribuir la competencia territorial: fuero personal, fuero real, fuero causal
y fuero instrumental. Y, por otro lado, el fuero único del fuero múltiple. Los fueros son
asignaciones de competencia en razón de la presencia de alguno de los elementos del
proceso.

Fuero personal: Se asigna la competencia en razón de la presencia de las partes, es decir que
la solución natural a este respecto sería la de que el proceso se desenvolviera dónde están las
partes, como medio de facilitar su actividad y la del tribunal.
Pero esta solución elemental, presenta dos dificultades: en primer lugar, las partes pueden
domiciliarse en un lugar determinado, tener residencia en otro, hallarse accidentalmente en un
tercer lugar, lo que significa que la noción de sede de una persona no es única, sino múltiple.
En segundo lugar, puede no coincidir la sede de una de las partes en el proceso con la de la
otra.
Para resolver la primera dificultad, nuestro Derecho Procesal sienta una regla de precedencia:
en primer término deberá atenderse al domicilio de las partes, y solo a falta de este, a su
residencia (arts. 21 y 25 LOT y 31 CC).
Para solucionar la segunda dificultad, que en definitiva solo puede resolverse en una opción
entre la sede del actor y la sede del demandado, la LOT opta decididamente por la sede del
demandado (esta solución de preferir el fuero del demandado como criterio asignador de
competencia se utiliza por la ley tanto para las pretensiones personales, como para las reales –
arts. 21 y 17 LOT).

Fuero real: Se asigna la competencia en razón de la presencia de la cosa objeto del litigio al
tribunal de ese lugar. Se explica fácilmente por la conveniencia que habrá de derivarse en caso
de que la cosa deba ser inspeccionada por el tribunal. Y como esa conveniencia resulta más
acentuada en el caso de los inmuebles que en el de los muebles, con respecto a los primeros
se establece una regla fija (art 15) en tanto que, para los segundos, se sanciona una regla tan
solo relativa (art 17).
Las acciones de desalojo, en las que se tiene presente para la distribución de la competencia,
el lugar de ubicación de la finca, constituye un ejemplo en la que se utiliza la presencia del bien
contencioso (fuero real) como herramienta para distribuir la competencia.

Fuero causal: Se asigna la competencia en razón de la presencia del hecho que constituye el
fundamento de la pretensión que habría de ejercitarse en el proceso. Por ejemplo: aquellos
casos en los que se tiene en cuenta el lugar de nacimiento de la obligación.

Fuero instrumental: Se le asigna competencia al tribunal del lugar donde se hallan los
elementos instrumentales del proceso, entendiéndose por tales las pruebas y los bienes que el
mismo deberá utilizar.
Ejemplo de aplicación de este fuero: la primera de las dos hipótesis del art 28 (juicios en que se
ejerciten acciones respecto a la gestión de tutores, guardadores y administradores).
Circunscripción territorial.- No todos los jueces tienen competencia en la misma jurisdicción o
circunscripción territorial. Por ejemplo, hay jueces con competencia en todo mdeo, y hay
también tribunales con competencia nacional (ej: tribunal de apelaciones).
(seguirlo después).

b. Criterio temporal.
Este criterio se asocia con la disposición de turnos y la distribución de los asuntos entre los
tribunales y Juzgados de cada jurisdicción. Esta distribución es horizontal pues se realiza entre
Juzgados de la misma jerarquía y que atienden en la misma materia. Sin embargo, en
Montevideo, esta distribución la realiza la O.R.D.A a través de un sistema computarizado y
aleatorio en la totalidad de las materias (menos la Aduanera).

c. Criterio material o cualitativo


La atribución de competencia en razón de la naturaleza del litigio, es decir, en razón de su
materia, está determinada por un modo de ser del litigio, independiente de su relación con el
lugar y con el tiempo en que ese litigio se haya planteado, así como de su valor o cuantía.
Este criterio es el que determina, en nuestro Derecho, la existencia de diversas jurisdicciones
(utilizando esta expresión en el sentido restringido que le otorga el art 6 LOT).

d. Criterio cuantitativo (competencia en razón de la cuantía)


Existe una clara relación entre la importancia del litigio y el esfuerzo necesario para obtener su
composición o su solución mediante el proceso, es decir, que en cada caso y para que la
justicia pueda rendir mejor sus frutos se hace necesario adaptar el costo del proceso a la
importancia del litigio cuya solución se persigue. Y esa adaptación del costo del proceso a la
importancia del litigio se obtiene por una distinta estructuración de los órganos jurisdiccionales.
Para los litigios de menor trascendencia deberán implantarse órganos menos costosos tanto en
lo que refiere al número como a la cualidad de sus agentes y de sus funcionarios. (Distribución
vertical de competencia, ya que atiende a las distintas jerarquías: el juzgado de mayor jerarquía
atiende asuntos mayores).
Y ¿cuál es la cuantía del litigio? Si el actor, por ejemplo, demanda el pago de veinte mil pesos y
el demandado afirma no deberlos ¿cuál es la cuantía de tal proceso? Del art. 37 LOT podemos
desde ya, extraer una regla de carácter general: la cuantía del litigio objeto del proceso está
dada no por lo que la ley le garantiza a la parte sino por lo que ésta pretende le sea
garantizado. Es decir que, en el ejemplo propuesto y con absoluta independencia del resultado
del proceso correspondiente, su cuantía será de veinte mil pesos pues el cobro de esta suma
es lo que la parte persigue al plantear el proceso.
Desde luego que si el demandado, para continuar con el ejemplo, no se limita a negar la
existencia de la deuda, sino que, además de ello, afirma que quien le debe a él una suma
determinada de dinero es el actor y reclama el pago de la misma en ese proceso, la cuantía del
litigio estará dada por la suma de ambas cantidades. En este caso lo que sucede es que tanto
el actor como el demandado están ejercitando, cada uno de ellos, una pretensión (art 44 LOT).
Para el caso de que el objeto de la pretensión consista en un bien inestimable o no sujeto “a
una determinada apreciación pecuniaria” como dice la LOT la ley les fija, genéricamente, un
valor mínimo a los efectos de regular la competencia (art 49 LOT).

e. Criterio funcional
En nuestro Derecho positivo, este criterio funcional se aplica según el grado en que el tribunal
actúa: en primera instancia solamente, en única y en primera instancia, en primera y en
segunda instancias solamente en segunda instancia.
En todos los ordenamientos procesales se ha reconocido siempre la conveniencia de someter
un mismo litigio o una misma causa al examen sucesivo de más de un órgano judicial de
manera de atenuar o de disminuir las posibilidades de error en su juzgamiento.
El proceso en vez de agotarse ante un solo tribunal, se fracciona, por así decir, ante dos o más
tribunales de jerarquía diferente, realizando el segundo un reexamen de la sentencia dictada
por el anterior. Puede hablarse entonces de órganos de primer grado o de primera instancia,
por una parte, y de órganos de segundo grado o de segunda instancia, por otra.
Este principio de la doble instancia ha sido recogido por el CGP en su art. 22.3 “Todo proceso
tendrá dos instancias, excepto aquellos asuntos que la ley establezca, expresamente, que
tramitaran en instancia única”.
Este criterio de distribución es, también, vertical.

Institutos asignadores de competencia.


Se les llama institutos asignadores de competencia por cuanto carecen de la generalidad
suficiente como para denominarlos criterios de distribución de competencia.

A) La prevención
Es un instituto asignador de competencia necesaria o principal y no de competencia eventual o
derivada o, para decirlo con la terminología más afín a nuestro Derecho positivo, es un instituto
de distribución de competencia y no una causa de modificación de la competencia.
Decimos que la prevención no es una causa de modificación o de desplazamiento de la
competencia por cuanto, en los casos en que existe prevención, solo el tribunal que ha
prevenido es competente para entender en ese asunto, con exclusión de todos los restantes.
Dicho de otro modo: si en un caso concreto hay prevención, no rigen ninguno de los criterios de
distribución de competencia, sino que todos ellos ceden, precisamente, ante el instituto de la
prevención.

Concepto: El art. 7 LOT se limita a establecer que “siempre que según la ley fueren
competentes para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno podrá excusarse
bajo el pretexto de haber otros que pueden conocer de él; pero el que haya prevenido en el
conocimiento excluye a los demás los cuales cesan, desde entonces, de ser competentes”. La
norma legal transcripta explica el mecanismo mediante el cual opera el instituto de la
prevención pero no brinda el concepto del instituto. Escriche definía la prevención como “el
derecho que tiene un Juez para conocer de un negocio por ser el primer que lo ha ocupado,
anticipándose a otro Juez a quien pertenecía igualmente por prevención ese mismo negocio”.

Excepción: Art 69 BIS LOT. Según Tarigo, la prevención ha quedado hoy reducida
prácticamente solo a los casos de competencia acumulativa (art citado).
En el régimen anterior al CGP, la LAJ de 1965 había establecido en su art. 68 que “las
diligencias preparatorias, intimaciones judiciales y medidas cautelares importan prevención y
fijan irrevocablemente el turno”. Por lo que refiere a las medidas cautelares, el art. 314 CGP
establece una regla absolutamente contraria a la de la LAJ, al disponer que “será competente
para entender en la medida cautelar, si la misma fuere solicitada como diligencia preliminar, el
tribunal que lo es para entender en el proceso posterior”, agregando que “si el tribunal se
considerare incompetente, deberá rechazar de plano su intervención. Sin embargo, la medida
ordenada por un tribunal incompetente será válida si se cumplen los demás requisitos legales
pero no se prorrogara la competencia, debiendo remitirse las actuaciones, no bien sea
requerido o no bien se ponga de manifiesto la incompetencia no prorrogable, al tribunal que sea
competente”. Es decir: aquí ha intervenido un tribunal que originariamente no era competente,
intervención debida al error o a la inadvertencia; la norma frente al hecho consumado, valida
esa intervención; pero advirtiendo que sea el error en la competencia no se considera que se
ha operado la prevención sino que se ordena el envío de las actuaciones cumplidas al tribunal
competente. Según Tarigo esta disposición emplea erróneamente el vocablo prorrogar cuando,
en si lugar debió haber utilizado el verbo prevenir. Pues de esto se trata sin duda: un tribunal,
sin ser competente, previno en el conocimiento de la medida cautelar y la ley sin perjuicio de
validar lo actuado, resuelve que ese conocimiento anticipado no significa prevención y que las
actuaciones deberán remitirse al tribunal competente.

B) La correlación de competencia
De acuerdo con el art 8 LOT “una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un tribunal
para conocer en primera instancia de un determinado asunto queda igualmente fijada la de los
tribunales inmediatos superiores para conocer del mismo asunto en las demás instancias”.
Es importante agregar que las Acordadas Nº7104 y 7118 que establecieron el actual sistema
computarizado y aleatorio de distribución de asuntos entre tribunales de primera instancia del
mismo tipo, añaden seguidamente “el cual determinara también el tribunal competente en la
alzada”.
Causas que modifican la jurisdicción y la competencia.
Dos precisiones terminológicas, con referencia al epígrafe de este apartado, pueden resultar
útiles antes de entrar en materia.
En primer lugar, la justificación de la distinción entre causas que modifican la jurisdicción y
causas que modifican la competencia. Si, de acuerdo con la definición legal, entendemos por
jurisdicción la potestad publica que tienen los tribunales para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado
en una materia determinada, se hace necesario concluir que hay modificación –y no solamente
de la competencia – toda vez que un tribunal deba conocer en un asunto cuya materia
compete, normalmente, a otros.
En segundo lugar, utilizamos la expresión causas que modifican la competencia y desechamos
la expresión Carneluttiana de competencia eventual (o secundaria o derivada), entendiendo
que de esta manera se marca mejor –desde la denominación misma – la naturaleza del
fenómeno, es decir, el desplazamiento de la competencia de un tribunal, que originariamente
tendría que haber conocido del asunto, hacia otro tribunal que, excepcionalmente debería
conocer de él.

A) Causas que modifican la jurisdicción


Las causas que pueden producir una modificación o un desplazamiento de la jurisdicción son la
conexión, la subrogación y la sumisión del litigio a arbitraje.

Conexión. Se entiende por conexión, la circunstancia de tener dos o más procesos, elementos
en común, ya sea que el elemento en común sea las partes (conexión personal o subjetiva) el
objeto de cada proceso (conexión real u objetiva), o la causa petendi (conexión causal).
Una vez sancionado el CGP, ha nacido la posibilidad de una nueva situación de modificación
de la jurisdicción en virtud de la conexión. En efecto, a tenor de su art. 120, “el demandante
podrá acumular en una misma demanda varias pretensiones contra el demandado, siempre
que concurran los siguientes requisitos: 1) Que se trata de pretensiones de igual materia
competencial si pertenecieren a fueros competenciales diversos, las pretensiones deberán ser
conexas entre sí”.

Subrogación. Cuando el art 104 LOT dispone que si los dos Juzgados Letrados de Aduana se
hallaren impedidos de conocer en un asunto determinado el que debió conocer de él será
subrogado por un Juez Letrado de Primera Instancia en lo civil, más allá de la mera sustitución
de un Juez por otro, se está configurando como resulta fácil advertir, una causa que modifica la
jurisdicción, en cuanto se amplia, para ese hipotético caso, la jurisdicción de un tribunal civil al
asignarle el conocimiento de un litigio aduanero.
Desde luego que con el crecido número de tribunales de una misma materia que existen
actualmente en Montevideo, resultara verdaderamente excepcional esta circunstancia, porque
la regla preferente en materia de subrogación es que el tribunal impedido sea sustituido o
subrogado por otro de la misma materia.
(Veiras no considera que la subrogación sea una causa de modificación de la jurisdicción).

Sumisión del litigio a arbitraje. En determinadas situaciones las partes, voluntaria o


forzadamente –por estarles impuesto por un contrato – deben acudir para dirimir su litigio, no a
los tribunales que integran el Poder Judicial, sino a árbitros.
Si se admite la naturaleza jurisdiccional del arbitraje, resulta claro que también en estas
situaciones de arbitraje, nos hallamos ante una causa que modifica la jurisdicción, por cuanto
en tales hipótesis se quita jurisdicción al tribunal judicial para el conferírsela al o a los árbitros.

B) Causas que modifican la competencia.


Menos excepcionales y en un plano de menor trascendencia que las causas que modifican la
jurisdicción, se encuentran las causas que solamente modifican la competencia.
Ellas son el acuerdo de partes o prorroga de competencia, la conexión y la subrogación.

Prórroga de competencia. Concepto: Es un acuerdo de voluntades expreso o tácito por el


cual se asigna competencia a un tribunal que originariamente no era competente. Es la
elección del Tribunal competente. Se funda en la convicción de la utilidad que puede aportar el
acuerdo de las partes como índice de idoneidad, con respecto a un litigio, de un tribunal distinto
al determinado por las reglas generales de fijación de la competencia principal u originaria.
A través de este acuerdo se hace competente a un tribunal que, de no haber mediado dicho
acuerdo, seria incompetente para conocer de ese litigio determinado.
La regla general es que las normas que regulan la competencia son de orden público, los
particulares tienen que atenerse a ellas (inc. 3 art 6). Pero la LOT tiene una salvedad a esta
regla en su artículo 10: “la competencia de los tribunales solamente es prorrogable de lugar a
lugar” (competencia territorial). Esta norma no da la posibilidad de que un Juez Penal, por
acuerdo de partes, tenga competencia en materia de familia. Pero sí posibilita que un tribunal
de Montevideo sea competente en algo que originalmente sería competencia de un tribunal de
Salto.

Modalidades: Las modalidades (expresa y tácita) están establecidas en el artículo 11. Expresa:
las partes en el contrato insertan una cláusula de prórroga de competencia, donde le asignan
competencia, por ejemplo, al Tribunal de Montevideo. Solo pueden elegir el lugar, no qué
juzgado. Tácita: el demandante presenta su demanda, en vez de en Salto en Montevideo, y el
demandado no opone excepción declinatoria dentro del plazo legal. (Esto podría hacerlo
cuando el juzgado al recibir la demanda le da traslado al demandado, oponiendo la excepción
de incompetencia dentro del plazo para contestar).

Prohibición de la prórroga de competencia: Hay ciertos casos en que las leyes prohíben la
prórroga de la competencia, por ejemplo en materia de desalojo y entonces, en un contrato de
arrendamiento de una finca de Montevideo, no se puede insertar una cláusula que haga
competente a los tribunales de Artigas.

Conexión. El concepto general del instituto de la conexión como causa de la jurisdicción,


puede reproducirse en la conexión como causa de la competencia.
La conexión entre dos o más pretensiones determina que éstas puedan –o deban, según los
casos - acumularse. Y bien, este fenómeno de la acumulación de pretensiones por identidad de
alguno o algunos de sus elementos, puede convertirse también en una causa de modificación
de la competencia, toda vez que, en virtud de tal acumulación, se haga competente a un
tribunal que no lo seria si esas diversas pretensiones acumuladas se dedujeran
separadamente.
Los institutos que, en virtud de la conexión pueden operar un desplazamiento de la
competencia, son: la acumulación inicial de pretensiones, la reconvención, la intervención de
terceros en el proceso o tercerías la acumulación de autos el proceso concursal y el fuero de
atracción.

Subrogación. La subrogación, que en casos extremos puede llegar a constituir una causa de
modificación de la jurisdicción, será, más frecuentemente, tan solo una causa de modificación
de la competencia.
Ello sucederá toda vez que, por hallarse impedido un tribunal de conocer en determinado
asunto, éste pase a conocimiento de otro tribunal de su misma categoría (el que lo precedió en
el turno en el caso por ejemplo, de los Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo civil) o de
otra categoría en el caso también por ejemplo, de un Juzgado Letrado de Primera Instancia con
sede en una ciudad donde haya un solo Juzgado de esta categoría en que de dicho asunto
conocerá el Juzgado de Paz Departamental correspondiente a esa ciudad (arts 104 y 105
LOT).
En tales situaciones se habrá operado, en virtud de la subrogación, un desplazamiento de
competencia de un Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Civil en favor de otro de dichos
Juzgados, o de un Juez Letrado de Primera Instancia en favor de un Juzgado de Paz
Departamental.

REGULACIÓN LEGAL DE LA COMPETENCIA

Competencia en razón de materia.


Atendiendo a la materia objeto del litigio, podemos efectuar hoy, en nuestro Derecho positivo,
una múltiple clasificación. En efecto, podemos distinguir las materias: civil, comercial, de
hacienda, de concursos, de familia, de menores, del trabajo contencioso administrativa,
aduanera.
Competencia en razón del territorio.
La competencia en razón del territorio se halla regulada por la LOT sobre la base de una
distinción primaria que atiende a la naturaleza real o personal de las “acciones” que se ejercitan
en cada caso.
Como la palabra acción significa solamente el poder o el derecho de hacer valer judicialmente
una pretensión procesal, las expresiones “acciones reales” y “acciones personales”, utilizadas
repetidamente por la LOT, deben entenderse en el sentido de derechos reales o personales
invocados por las partes como fundamento de sus pretensiones.
Como fue apuntado anteriormente, el criterio territorial conduce a fijar la competencia sobre la
base de la proximidad entre el lugar sede del tribunal y el lugar en que se encuentra alguno de
los elementos de la pretensión objeto del proceso. Esta relación determinante del señalamiento
de la competencia recibe tradicionalmente y, según también se ha visto, el nombre de fuero.
Como señala Palacio, el fuero puede ser único o exclusivo o multiple.
Los fueros multiples, a su turno pueden encontrarse entre sí en un régimen de prelación de
manera tal que exista uno principal y otro u otros subordinados (por ejemplo: lugar de
nacimiento de la obligación y, a falta de lugar convenido para ello, lugar del domicilio del
demandado o lugar del nacimiento de la obligación art 21 LOT) o bien hallarse en una situación
de equivalencia, pudiendo el actor elegir entre ellos (por ejemplo: lugar de la situación de la
cosa mueble o lugar del domicilio del demandado, art 17 LOT).

A) Pretensiones reales.
Respecto de las pretensiones fundadas en derechos reales, la LOT fija distintas reglas de
competencia según el carácter inmobiliario o mobiliario de los bienes que constituyen el objeto
de tales pretensiones.

a. Pretensiones reales sobre bienes inmuebles


Si se deduce una pretensión real sobre bienes inmuebles, es tribunal competente “el del lugar
en que esté la cosa litigiosa” (art 15 inc 1 LOT).
Si los bienes inmuebles litigiosos fueran varios y estuvieran situados en distintos lugares, será
competente el tribunal de uno u otro de los lugares en que estuvieren situados tales inmuebles.
El art 15 inc 2 LOT, que es el que establece esta solución, dice que “será competente
cualquiera de los tribunales del lugar en que estén situados”, pero la interpretación racional de
la disposición no es, según Tarigo, la que surge del tenor literal sino que será competente el
tribunal de uno u otro de los lugares en que estén situados.
El fuero del lugar de ubicación del inmuebles es, pues, en principio, único y excluyente. Su
única variante es que, en caso de ejercitarse pretensiones reales sobre inmuebles ubicados en
lugares diversos, el tribunal de cualquiera de esos lugares será competente para conocer de la
pretensión que los abarca a todos.
La solución legal de atribuir competencia al tribunal del lugar de radicación del inmueble –o al
de uno de ellos en caso de ser varios los inmuebles objeto de la pretensión – descansa en la
razonable suposición de que el órgano judicial de dicho lugar es el que se halla en mejores
condiciones para conocer del litigio en razón de su proximidad con el objeto de la pretensión y
de los medios de prueba.

b. Pretensiones reales sobre bienes muebles o semovientes


Si se deduce una pretensión real sobre bienes muebles o semovientes, es tribunal competente
el “del lugar en que se hallen o el domicilio del demandado, a elección del demandante” (art 17
LOT).
La ley fija, por consiguiente, dos fueros concurrentes, librados a la elección del actor. La
solución responde, por un lado, a la circunstancia de la facilidad con que los bienes muebles y
los semovientes pueden ser transportados y, por otro, a la suposición de que este tipo de
bienes generalmente se halla en el domicilio de quien los posee.

c. Pretensiones reales sobre bienes muebles e inmuebles


Si la pretensión real versa, conjuntamente, sobre bienes muebles y sobre bienes inmuebles, la
competencia corresponde al tribunal del lugar donde están situados los inmuebles (art 16 LOT).
d. Pretensiones reales sobre derechos o acciones que se reputan muebles o
inmuebles
Las mismas reglas antes reseñadas se aplican, según corresponda, en caso de que la
pretensión real tuviera por objeto “derechos o acciones que se reputan muebles o inmuebles
por los artículos 474 y 475 del CC” (art 18 LOT).

B) Pretensiones personales
Si se formula una pretensión personal, es tribunal competente para conocer de ella “el del lugar
en que deba cumplirse la obligación, y a falta de designación expresa o implícita de lugar, a
elección del demandante, el del domicilio del demandado o el del lugar donde nació la
obligación, si hallándose en él este último, aunque sea accidentalmente, puede ser emplazado”
(art 21 LOT).
La disposición transcripta establece, para las pretensiones personales, un fuero prevalente: el
tribunal del lugar del cumplimiento de la obligación; y dos fueros subsidiarios y equivalentes: el
del domicilio del demandad y el del nacimiento de la obligación, siempre que en este último
lugar pueda ser emplazado el demandado.

a. Lugar del cumplimiento de la obligación


Si la pretensión personal comprende diversas obligaciones que tienen asignados diversos
lugares de cumplimiento, “entenderá en el juicio el tribunal competente para conocer de alguna
de ellas ante el cual se reclame el cumplimiento de todas…” (art 22 LOT).

b. Lugar del domicilio del demandado


Si el demandado tuviere dos o mas domicilios, será tribunal competente el del lugar de
cualquiera de dichos domicilios, salvo que se trate “de cosas que dicen relación especial con
uno de dichos lugares exclusivamente” en cuyo caso, “solo ese lugar será para este caso el
domicilio del demandado” (art 23 LOT), norma ésta que no hace otra cosa que reiterar desde el
punto de vista procesal o de la competencia, la solución dada por el art. 30 CC.
Si el demandado careciera de domicilio fijo, será tribunal competente el del lugar donde se
encuentre o el de su última residencia (art. 25 LOT) coincidente con la norma del art. 31 CC.
Si los demandados son varios y tienen distintos domicilios será competente el tribunal “de
cualquier lugar dond esté domiciliado uno de los demandados y, en tal caso, quedaran sujetos
los demás a la competencia del mismo tribunal” siempre y cuando, naturalmente, no hubiera
determinado, expresa o implícitamente, lugar para el cumplimiento de la obligación (art. 24
LOT).
Si la demandada es una persona jurídica, será competente el tribunal del lugar que los
estatutos o la autorización correspondiente establezcan como sede de la misma y a falta de tal
mención será competente el tribunal del lugar donde este asentada la administración de la
persona jurídica (art. 26 LOT), solución enteramente coincidente con la del art. 37 CC.
Si la persona jurídica demandada tiene agencias u oficinas en diversos lugares, será
competente el tribunal del lugar donde se halle la agencia u oficina que celebro el contrato o
que intervino en el hecho que da origen al proceso (art 27 LOT).

c. Lugar del nacimiento de la obligación


El fuero de la obligación solo sirve para asignar competencia si, a la vez, en dicho lugar se
halla, aunque sea en forma accidental, el demandado, y allí puede ser emplazado (art 21, parte
final).

C) Pretensiones mixtas y alternativas


Los artículos 19 y 20 LOT establecen:
Art 19: “De los juicios en que se ejerciten acciones reales y personales conocerá a elección del
demandante, el tribunal del lugar en que esté la cosa o el que corresponda según el artículo 21.
Si las cosas inmuebles sobre las cuales recae la acción real son varias y situadas en diversos
lugares, se aplicará el artículo 15 en el caso de optar el demandante por seguir el fuero de la
situación de las cosas.”
Art 20: Si los derechos producen acciones alternativas, reales o personales, se aplicarán las
reglas de los precedentes artículos. Será competente el juzgado que corresponda a unas o a
otras, a elección del demandante.”
Las disposiciones transcriptas no presentan dificultad en cuanto a la determinación del fuero
competencial: en las pretensiones alternativas, rige la competencia asignada por la ley para la
pretensión que efectivamente se ejerza; en las pretensiones mixtas, el actor puede elegir entre
el fuero del lugar de ubicación de la cosa o el fuero que corresponda a la pretensión personal.
La dificultad radica sí en la determinación de qué debe entenderse por pretensiones
alternativas y por pretensiones mixtas.
Pretensiones alternativas parecería significar pretensiones en que, alternativamente, pueden
deducirse pretensiones fundadas en derechos reales o en derechos personales, lo cual
constituye una hipótesis difícil de imaginar.
Pretensiones mixtas constituyen en nuestro Derecho –como señala Guasp para el Derecho
español – una categoría que en realidad carece de existencia teórica y de trascendencia
práctica.

D) Gestiones procesales conexas con un proceso anterior


De los arts. 28 a 31 de la LOT puede extraerse como principio, la regla de que en todas
aquellas gestiones conexas a un proceso anterior, será competente el tribunal que haya
conocido de ese proceso. Esta regla es fija en los casos de los arts. 29 y 30, es decir, en los
casos del administrador judicial, quien, por toda pretensión relacionada con su administración
deberá ser demandado ante el tribunal que le haya conferido dicha administración (art 29) y de
quienes hubieran sido citados en garantía o citados de evicción (arts. 51 CGP y 1697 CC)
quienes, naturalmente, deberán comparecer ante el tribunal ante el que se desarrolla el
proceso al que son citados.
Esta regla admite sendas variantes, a elección del actor, en los caos de los arts. 28 y 31. De las
pretensiones que se ejerciten contra tutores guardadores y administradores conocerán, a
elección del demandante, el tribunal del lugar en que se hubiera desempeñado la tutela la
guarda o la administración, o el tribunal del lugar del domicilio del tutor guardador o
administrador (art 28). Las reclamaciones por honorarios profesionales no concertados
competerán, al tribunal ante el que se hubieran devengado tales honorarios o al tribunal ante el
que este radicado el expediente motivo de la reclamación (art 31).

E) Otras situaciones
En materia de ausencia, el art 32 LOT reiterando las soluciones ya consagradas en el CC,
establece que, para proveer sobre la administración de los bienes del ausente serán
competentes los tribunales del lugar en que dichos bienes se hallen situados, pero que en todo
lo relativo a la declaración de ausencia, la posesión interina o definitiva y la partición de los
bienes del ausente, será competente el tribunal del ultimo domicilio que el ausente haya tenido
en el país.
En materia de concurso de acreedores –proceso concursal, arts 452 y ss CGP – será
competente el tribunal del lugar del domicilio del deudor (art 33 LOT); en el interior del país, en
tanto que en Montevideo la competencia es exclusiva de los Juzgados Letrados de Concurso.

Competencia en razón de la cuantía.


El art 35 LOT dispone que “la importancia o valor de la cosa disputada, para fijar la
competencia del tribunal, se determinara por las reglas establecidas en los artículos
siguientes”.
Las reglas de los arts. 35 a 49 son, por consiguiente, reglas para determinar en primer término,
“el valor de la cosa disputada” y, como consecuencia de ello, para fijar la competencia en razón
de la cuantía.

A) Pretensiones reales
También aquí se debe distinguir según la pretensión real tenga por objeto bienes muebles o
bienes inmuebles.

a. Pretensiones reales sobre bienes inmuebles


En materia de pretensiones reales inmobiliarias la LOT establece una regla de principio y dos
criterios subsidiarios.
La regla de principio es la consagrada en la parte final del art. 36: si “se tratara de acciones
reales sobre inmuebles… se estará al valor fijado por la Dirección General del Catastro
Nacional y Administración de Inmuebles del Estado”.
Si el inmueble no tuviera valor fijado por la Dirección General del Catastro – ya sea por tratarse
de un bien aún no aforado por ser muy reciente su fraccionamiento, o por tratarse de la fracción
de un inmueble mayor, por ejemplo – se estará para fijar su cuantía “a la apreciación que las
partes hicieren de común acuerdo” (art 38 LOT).
Esta apreciación de común acuerdo puede ser expresa, si las partes así lo pactaran, o tacita si
el demandado no opone la excepción previa de incompetencia dentro del plazo para la
contestación de la demanda, una vez que el actor hubiera presentado la demanda ante el
tribunal que resultaba competente según su sola apreciación acerca de la cuantía o valor del
inmueble (art 38 inc 2 LOT).
La LOT no prevé cual debe ser el criterio a seguir en caso de que este primer criterio
subsidiario – acuerdo de partes – no haya podido lograrse. Aplicando analógicamente la
solución del art. 39 – en realidad solo prevista para las pretensiones reales sobre bienes
puebles, pese a su referencia al artículo anterior – cabe concluir que, el tribunal ante el que se
hubiera formulado la pretensión fijara, en forma inapelable y previo informe de un perito
designado de oficio a ese efecto, el valor del inmueble a los solos efectos de la determinación
de la competencia en razón de la cuantía.

b. Pretensiones reales sobre bienes muebles


La regla principal está establecida en la primera parte del art. 36: “Si el demandante
acompañase documentos que sirvan de apoyo a su acción, y en ellos apareciere determinado
el valor de la cosa disputada, se estará, para fijar la competencia, a lo que conste de dichos
documentos.
Los dos criterios subsidiarios aplicables al caso de que el valor de la cosa mueble no estuviera
documentado, son los mismos examinados anteriormente: la apreciación coincidente de las
partes (art 38) y, en su defecto, la fijación de tal valor por el tribunal, previo dictamen pericial
(art 39).

B) Pretensiones personales
En materia de pretensiones personales juegan una u otra de las dos reglas siguientes según el
actor acompañe documentos de los que surja el valor o la cuantía del objeto de la pretensión, o
no.
Si se acompañan tales documentos deberá estarse a lo que surja de ellos (art 36, primera
parte).
Si no los acompaña o si de los documentos acompañados no surge el valor de la cosa
disputada la cuantía del asunto a los efectos de determinar la competencia, quedara librada a
la apreciación que de ella haga el actor en su demanda (art 37) ya que la cuantía está dada a
los efectos de la competencia, no por lo que la ley le garantiza a la parte sino por lo que esta
pretende que le sea garantizado por la ley.

C) Pretensiones reales y personales especialmente previstas


La LOT ha establecido una serie de reglas para determinar pretensiones que prevé de modo
expreso. Ellas son las siguientes:
a) Usufructo, uso, habitación y nuda propiedad. Art 40 LOT
b) Servidumbres. Art 41 LOT
c) Limites. Art 42 LOT
d) Pensiones. Art 45 LOT
En la práctica la norma carece de aplicación ya que, en principio las pensiones alimenticias son
de competencia exclusive con independencia de la cuantía de los Juzgados Letrados de
Familia (art 69 ap c) y de los Juzgados Letrados de Primera Instancia del interior con
competencia en materia de familia. Podría pensarse en algún caso, excepcional, de pensión
alimenticia debida entre quienes no son familiares de competencia, por tanto, sea de los
Jueces de Paz, sea de los Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil o de los
Juzgados Letrados de Primera Instancia del interior con competencia en materia civil. Y en esa
hipótesis, para que el conocimiento en el proceso alimentario pudiera no corresponder a los
Juzgados Letrados tendría que tratarse de una pensión alimenticia inferior a 4100 pesos
uruguayos mensuales, de modo tal que no alcanzara el tope de 500.000 pesos uruguayos en
diez años. (Valores establecidos por Acordada Nº 7826 de la SCJ).
e) Asuntos no sujetos a apreciación pecuniaria. Art 49. Todo este tipo de asuntos no pasibles
de estimación pecuniaria serán, en todo caso, de competencia de los Juzgados Letrados y
nunca de los Juzgados de Paz, por razón de la cuantía que, fictamente les atribuye la ley.
D) Acumulación de pretensiones
En los casos de acumulación de pretensiones, ya se trate de acumulación inicial o sucesiva, y
de acumulación objetiva o subjetiva, la LOT establece como regla para determinar la
competencia cuantitativa, la de la suma de todas las pretensiones.
Acumulación inicial es aquella que se produce desde el comienzo mismo de un proceso.
Dispone el art. 43 LOT a este respecto: “Si en una misma demanda se entablasen a la vez
varias acciones… se determinara la cuantía del juicio por el monto a que ascendieren todas las
acciones entabladas”.
Acumulación sucesiva por inserción de pretensiones es aquella que se opera cuando, a una
pretensión hecha valer en un proceso, se añade o incorpora otra que hasta ese momento no
había sido deducida judicialmente.
Dispone la LOT a este respecto que “Si el demandado, al contestar la demanda entabla
reconvención, la cuantía de la materia se determinara por el monto a que ascendieran la acción
principal y la reconvención reunidas” (art 44).
Mientras que la acumulación a que se refiere el art. 43 LOT es una acumulación objetiva de
pretensiones, la que prevé en el art 48 es una acumulación subjetiva de pretensiones.
Acumulación subjetiva es aquella que se opera cuando entre más de un actor o más de un
demandado (acumulación activa y pasiva, respectivamente) o entre más de un actor y más de
un demandado (acumulación mixta), se sustancian en un proceso único, pretensiones conexas
por la causa o por el objeto. Establece el art. 48 LOT a este respecto que “si fueren varios los
demandados en un mismo juicio el valor total de la cosa o cantidad debida determinara la
cuantía de la materia, aun cuando por no ser solidaria la obligación, no pueda cada uno de los
demandados ser compelido al pago total de la cosa o cantidad, sino tan solo al de la parte que
le correspondiese”.

E) Principio de arraigo o permanencia


Los arts. 46 y 47 LOT consagran este principio, de acuerdo con el cual las variaciones que
puedan operarse en el decurso del proceso respecto del valor de la cosa o cantidad disputada,
no alteran la competencia ya determinada de conformidad con la cuantía inicial.
Dispone el art. 46: “Si el valor de la cosa disputada aumentare o disminuyese durante el juicio,
no sufrirá alteración alguna la determinación que antes se hubiera hecho con arreglo a la ley”.
Establece el art. 47: “Tampoco será alterada la determinación en razón de lo que se deba por
intereses, frutos, costos, gastos judiciales, daños y perjuicios, causados después de la
interposición de la demanda. Pero los intereses, frutos, daños y perjuicios causados antes de la
demanda se tomaran en cuenta para determinar la cuantía de la materia”.

Competencia en razón del tiempo.


Para los Juzgados con sede en Montevideo, excepción hecha de los Juzgados Letrados de
Adolescentes, el tiempo no es un criterio de atribución de competencia.
“Conocerán de los nuevos asuntos que ingresen, según lo determine el sistema computarizado
y aleatorio de distribución, el cual determinara también el tribunal competente en la alzada y la
Fiscalía Letrada que corresponda actuar en cada asunto” (Acordadas Nº 7104 y 7118).
Este es solo un método práctico de distribución del trabajo entre cada grupo de un mismo tipo
de órganos judiciales igualmente competentes, pero no alcanza a ser un criterio de atribución
de competencia puesto que no toma en consideración ni un modo de ser del litigio ni un modo
de ser del proceso.
Para los Juzgados Letrados de Primera Instancia del interior, que tienen como sede ciudades
donde, por lo menos, existen dos Juzgados con la misma competencia material, rige la
Acordada Nº 4227 y el tiempo constituye un criterio de atribución de competencia.
En estos casos, la competencia en razón del tiempo se determina de acuerdo con la fecha (di y
mes, con prescindencia del año) en que se realizó el acto o se produjo el hecho en base al cual
se formula la pretensión.

Competencia en razón del grado o la función.


La competencia funcional, o por grado, supone la división del proceso en instancias diversas –
actualmente y en nuestro Derecho solo en dos, art 22.3 CGP – en cada una de las cuales el
conocimiento del asunto se halla encomendado a órganos judiciales distintos.
ORGANIZACIÓN Y COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES

Juzgados de Paz:

Juzgados de Paz Rurales

*Criterio material: Asuntos contenciosos civiles, comerciales y de hacienda; y contencioso-


administrativos. Materia arrendaticia (arrendamientos desalojos lanzamientos, de fincas
destinadas exclusivamente a casa-habitación, comercio o industria, no rurales).
Carecen de toda competencia en procesos voluntarios.

*Criterio cuantitativo: El límite cuantitativo es de $120.000.

*Criterio funcional: Únicamente en primera instancia.

*Criterio territorial: Su circunscripción territorial es la sección judicial.

Juzgados de Paz de las zonas urbanas del interior del país

*Criterio material: Asuntos contenciosos civiles comerciales y de hacienda; y contencioso-


administrativos. Materia de arrendamientos y desalojos.
Solo procesos contenciosos. No voluntarios.

*Criterio territorial: Sección judicial. Poseen también competencia por accesión (art 74 inc 2
LOT).

*Criterio cuantitativo: -Asuntos menores a $120.000 en instancia única


-Asuntos mayores a $120.000 y menores a $270.000 en primera instancia.

*Criterio funcional: Instancia única y primera instancia según la cuantía del asunto.

Juzgados de Paz Departamentales del Interior

*Criterio material: Procesos contenciosos civiles, comerciales y de hacienda; y contencioso-


administrativos. Conocen también en materia de arrendamientos urbanos, y en algunas
situaciones menos habituales (prenda sin desplazamiento sobre maquinas o aparatos
identificables, infracciones al Derecho del Trabajo).
Tienen competencia para conocer en procesos voluntarios.

*Criterio territorial: Son competentes “dentro de idénticos límites territoriales del Juzgado
Letrado de Primera Instancia al que acceden” y, además, son competentes “dentro de los
límites de la sección judicial correspondiente a su sede”.

*Criterio cuantitativo: Dentro de su sección judicial: Hasta $120.000 en única instancia; y en


procesos de más de $120.000 y menos de $270.000 en primera instancia. (Salvo en
arrendamientos urbanos, donde no hay cuantía, a no ser que se reclamen daños y perjuicios,
en cuyo caso se aplica el régimen de las relaciones de consumo, y solo compete en
reclamaciones con una demanda que no supere las 100 UR).
Dentro del departamento o la zona del departamento que corresponde a la circunscripción del
Juzgado Letrado de Primera Instancia con sede en su misma ciudad: procesos de más de
$270.000 y menos de $500.000

*Criterio funcional: Única instancia (en procesos contenciosos correspondientes territorialmente


a su sección judicial menores a $120.000), y en primera instancia (en procesos contenciosos
correspondientes territorialmente a su sección judicial, ubicados cuantitativamente entre
$120.000 y $270.000 y en procesos contenciosos correspondientes territorialmente al
departamento o a la zona del departamento que corresponde al Juzgado Letrado de Primera
Instancia con sede en su misma ciudad, mayores de $120.000 y menores de $270.000).
*Criterio temporal (leer de nuevo)

Juzgados de Paz Departamentales de la Capital

*Criterio material: Procesos contenciosos, civiles comerciales y de hacienda; procesos


contenciosos-administrativos. Materia de arrendamientos urbanos.
Tienen competencia también en procesos voluntarios (que no correspondan a los Juzgados
Letrados de Familia).
Conocen en los conflictos individuales de trabajo en que sea parte una Administración estatal y
en las pretensiones referidas a relaciones de consumo menores a 100 UR.

*Criterio cuantitativo: -En los procesos contenciosos civiles, comerciales, de hacienda y


contencioso-administrativos son competentes siempre que la cuantía del asunto sea inferior a
$500.000
-En los procesos originados en “conflictos individuales de trabajo en que sea parte una
Administración estatal” hasta $300.000. En las pretensiones referidas a las relaciones de
consumo, el valor no puede superar las 100 UR.
-En los procesos relacionados con la materia arrendaticia son competentes sin limitación de
cuantía, salvo que se reclamen daños y perjuicios.
-En los procesos voluntarios en que resulten competentes, no tienen limitación de cuantía.

*Criterio funcional: Primera instancia

*Criterio territorial: Territorio de todo el departamento de Montevideo

*Criterio temporal: Régimen de turnos pero fijados por el sistema computarizado y aleatorio de
distribución.

Juzgados Letrados

Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil

*Criterio material: Procesos contenciosos civiles, comerciales y de hacienda.


Han dejado de ser competentes en procesos voluntarios, procesos estos que, si son de
naturaleza familiar –como acontece con buen número de ellos- son de competencia de los
Juzgados Letrados de Familia y, si no lo son, resultan de competencia de los Juzgados de Paz
Departamentales de la Capital.
Recientes leyes le han dado nuevas competencias: promoción y defensa de la competencia,
protección de datos personales cuando la acción no se dirija contra una persona pública
estatal, acceso a la información pública también cuando la acción no se dirija contra una
persona pública estatal.

*Criterio cuantitativo: Procesos cuya cuantía supera los $500.000

*Criterio funcional: Primera instancia; segunda y última instancia de las apelaciones que se
deduzcan contra las sentencias de los Jueces de Paz Departamentales de la Capital.

*Criterio territorial: Departamento de Montevideo

*Criterio temporal: No se aplica. Sistema computarizado y aleatorio de distribución.

Juzgados Letrados de Concursos

*Criterio material: Todos los procedimientos concursales, y también en los procesos de


ejecución y ejecutivos que resulten atraídos al fuero del concurso (incluidos los procesos de
ejecución hipotecaria, prendaria y de promesa de enajenación inscripta).
*Criterio territorial: Montevideo. Y también en aquellos procedimientos concursales originados
fuera del departamento de Mdeo cuyo pasivo sea superior a 35.000.000 UI

*Criterio funcional: Primera Instancia

*Criterio cuantitativo: Cualquiera sea el monto (en Montevideo).


Fuera del departamento, cuando el pasivo sea superior a 35.000.000 UI

*Criterio temporal: No se aplica. Sistema computarizado y aleatorio.

Juzgados Letrados de Familia

*Criterio material: Materia de familia (estado civil, nombre, etc)

*Criterio cuantitativo: No se aplica

*Criterio funcional: Únicamente en primera instancia, ya que no hay tribunales inferiores que
tengan competencia alguna en materia de familia.

*Criterio territorial: Montevideo

*Criterio temporal: No se aplica.

Juzgados Letrados de Primera Instancia de Familia Especializados

*Criterio material: Casos de violencia doméstica y casos de urgencia, con excepción de las
infracciones de adolescentes a la ley penal, o en situaciones de niños y adolescentes con
adicción a drogas y alcohol.

*Criterio cuantitativo: No se aplica

*Criterio funcional: Primera instancia

*Criterio territorial: Montevideo

*Criterio temporal: Distribuyen su competencia de acuerdo a la primera letra del primer apellido
del denunciado o del niño o adolescente; de ser varios, se tomara aquel que corresponda en
primer término por orden alfabético.

Juzgados Letrados del Trabajo

*Criterio material: primera instancia en los asuntos originados en conflictos individuales de


trabajo (leer Tarigo). No se incluyen aquellos en los que una parte sea una Administracion
estatal.

*Criterio cuantitativo: Mayores a $120.000

*Criterio funcional: Primera Instancia (A pesar de que no se denominan asi).

*Criterio territorial: Departamento de Montevideo

*Criterio temporal: sistema computarizado y aleatorio.


Juzgados Letrados de Adolescentes

*Criterio material: Procedimientos preventivos, educativos y correctivos a que den lugar los
hechos antisociales cometidos por menores y de las situaciones de abandono (definidas en el
art 121 del Código del Niño).

*Criterio cuantitativo: Carece de aplicación.

*Criterio territorial: Montevideo. Sin embargo, tienen una competencia de urgencia que supone
extender su circunscripción territorial a esos solos efectos; se les faculta para intervenir en
relación a menores procedentes del interior del país e internados en dependencias del INAU
ubicadas en los departamentos de Montevideo y Canelones.

*Criterio funcional: Primera instancia

*Criterio temporal: Turnos semanales

Juzgado Letrado de Aduanas

*Criterio material: Contencioso aduanero (asuntos relativos a las infracciones aduaneras –


diferencia, defraudación y contrabando, y abandono).

*Criterio cuantitativo: “La cuantía del asunto se determinara de acuerdo con lo siguiente: A) Si
se trata de la imputación de contrabando, la cuantía del asunto se reputara fijada en el valor en
aduana de las mercaderías. En todos los casos si se hubiere empleado cualquier medio o
elemento para la conducción o transporte de las mercaderías o efectos (comiso secundario) su
valor comercial integrara la cuantía. B) Si se trata de la imputación de otras infracciones
aduaneras, la cuantía del asunto se reputara fijada en el monto máximo de la eventual multa
más los tributos aplicables”. (art 228 Código Aduanero).
Los asuntos jurisdiccionales cuya cuantía no exceda la suma de 40.000 UI se sustanciaran en
instancia única ante los Juzgados de Paz Departamentales competentes en el interior de la
república y el Juzgado Letrado de Aduana en los departamentos de Canelones y Montevideo.

*Criterio funcional: Al Juzgado Letrado de Aduana compete también la “decisión en alzada de


los recursos interpuestos contra las resoluciones de la Dirección Nacional de Aduanas”.

*Criterio territorial: Montevideo y Canelones

*Criterio temporal: Tarigo

Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo

*Criterio material: 1) Toda la materia contencioso-administrativa de reparación patrimonial en


que sea demandada una persona pública estatal. Esta materia comprende el contencioso de
reparación por: actos administrativos anulados por el TCA o respecto de los cuales el Tribunal
reservado la acción de reparación; actos administrativos respecto de los cuales no proceda la
acción anulatoria; hechos u omisiones de la Administración; actos administrativos revocados en
vía administrativa por razón de legitimidad; actos legislativos y jurisdiccionales.
2) Proceso expropiatorio
3) Acción de amparo, ya sea por actos, hechos u omisiones de las autoridades estatales
Son competentes también en los “conflictos individuales de trabajo en que sea parte una
Administración estatal”.
Conocen además, en segunda instancia de las apelaciones interpuestas contra las sentencias
dictadas por los Jueces de Paz en esta materia.
También en la protección de datos personales y en lo relativo al acceso a la información pública
cuando la acción, en ambos casos, esté dirigida contra una persona pública estatal.

*Criterio cuantitativo: Más de $500.000


*Criterio funcional: En los asuntos de su competencia mayores de $330.000 conocen en
primera instancia.
En los asuntos de su competencia material, menores de $330.000 conocen en segunda
instancia de las apelaciones interpuestas contra las sentencias dictadas por los Juzgados de
Paz Departamentales de la Capital.

*Criterio territorial: Montevideo

*Criterio temporal: No se aplica.

Juzgados Letrados de Primera Instancia del Interior

*Criterio material: -Hay trece Juzgados Letrados en el interior que carecen en absoluto de
especialización y que, por el contrario, entienden en toda materia.
-Existen veintiséis Juzgados Letrados que tienen competencia en materia penal, de
adolescentes y aduanera.
-Ocho Juzgados Letrados de Primera Instancia conocen solamente en materia penal y de
adolescentes.
-Tienen competencia en materia civil, comercial, de familia, del trabajo y contencioso
administrativa, cuarenta Juzgados Letrados de Primera Instancia.
-Tienen competencia en materia civil y laboral, siete Juzgados Letrados de Primera Instancia
-Tienen competencia en materia civil contencioso administrativa y concursal, dos Juzgados
Letrados de Primera Instancia de Maldonado.
-Tienen competencia en materia laboral, dos Juzgados Letrados de Primera Instancia de
Maldonado.
-Tienen competencia solamente en materia de familia, lo cual significa una fuerte
especialización, dieciséis Juzgados Letrados de Primera Instancia.
-Dos Juzgados Letrados de Primera Instancia tienen competencia en familia especializados.

*Criterio cuantitativo: En materia civil, comercial, de hacienda y contencioso-administrativa la


competencia en primera instancia de los Juzgados Letrados de Primera Instancia del Interior
abarca todos los asuntos mayores de $500.000.
Similar criterio se aplica para aquellos casos de conflictos individuales de trabajo en que sea
parte una Administración estatal.
En materia de familia y del trabajo conocen sin límite mínimo de cuantía ya que son los únicos
órganos judiciales con competencia en tales materias en sus correspondientes
circunscripciones.
El criterio cuantitativo no se aplica a la materia de menores dada la particularidad de ésta.
Por lo que refiere a la materia aduanera, tienen en su circunscripción la misma competencia
cuantitativa que el Juzgado Letrado de Aduana en Montevideo.
En materia concursal, conocen en aquellos casos en el que el pasivo sea inferior a 35.000.000
UI

*Criterio funcional: Tanto en primera como en segunda instancia

*Criterio territorial: Sea en todo un departamento, sea en una zona de ese departamento.

*Criterio temporal: Tarigo

Tribunales de Apelaciones

*Criterio material: Materias civil, comercial, de hacienda, de aduana y contencioso


administrativa.

*Criterio cuantitativo: Como conocen en la segunda instancia de las apelaciones contra las
sentencias dictadas por los diferentes Juzgados Letrados de Primera Instancia, conocen, en
principio, en asuntos mayores de $500.000
No se aplica el criterio cuantitativo a los Tribunales de Apelaciones de Familia, como
consecuencia obligada de la inaplicabilidad de este criterio también en la primera instancia.

*Criterio territorial: Todo el territorio de la República

*Criterio funcional: Segunda instancia. Su fallo es definitivo.

*Criterio temporal: Sistema computarizado y aleatorio. El criterio temporal solo permanece


vigente para las apelaciones deducidas contra las sentencias de los Juzgados Letrados de
Primera Instancia del Interior.

Suprema Corte de Justicia.

*Criterio material: Todas las materias

*Criterio cuantitativo: Solo resulta aplicable en forma parcial y combinadamente con el criterio
funcional. El no rige, en efecto, en los asuntos en que por ser de competencia originaria de la
Corte, ésta actúa en única instancia. Rige si, en el recurso de casación, ya que no cabe este
recurso contra las sentencias recaídas en asuntos cuyo monto no superare un importe
equivalente a 4000 UR.

*Criterio territorial: Todo el territorio del país.

*Criterio temporal: Carece de aplicación ya que el solo es posible para distribuir asuntos entre
diversos órganos judiciales del mismo tipo y la Corte es única.

*Criterio funcional: Única instancia. Y se si discute en segunda instancia.


LOS SUJETOS DEL PROCESO: LAS PARTES, SUS AUXILIARES; LOS TERCEROS
INTERVINIENTES

LAS PARTES

1. Concepto y clasificación de las partes

a. Concepto. “Son partes en el proceso –dice el art. 31 CGP – el demandante, el demandado y


los terceros en los casos previstos por este Código”. Son, junto con el Juez, los sujetos
principales o esenciales del proceso.

b. Clasificación. Siguiendo a Carnelutti pueden distinguirse las nociones de sujetos del


proceso y de sujetos del litigio.
Sujetos del litigio son aquellos respecto de los cuales se hace el proceso y que, en definitiva,
son quienes sufren o se benefician de sus consecuencias.
Sujetos del proceso son quienes concurren efectivamente, en los hechos, a hacer el proceso y,
de esa manera, a determinar aquellas consecuencias.
Para evitar toda confusión, a los sujetos del litigio se les llama partes en sentido material o
sustancial, y a los sujetos del proceso, partes en sentido formal o procesal.

2. Situación jurídica de las partes en el proceso

Las partes en el proceso – dice Guasp – se hallan en una posición doble, igual y contradictoria.
Posición doble, de la que deriva el principio de dualidad de las partes. No hacen excepción a
este principio, ni el proceso en rebeldía, en el cual una de las partes se halla ausente del
proceso, aunque igualmente existe como tal, ni el proceso con pluralidad de partes. En este
último en verdad lo que acontece es que hay dos litigios o dos pretensiones, pero hay dualidad
de partes en el litigio, en las pretensiones y en el proceso, aunque haya más de un
demandante o más de un demandado.
Posición igual, de donde surge el principio de igualdad de las partes. Aunque el actor es
seguramente el principal protagonista, los derechos, deberes y cargas de una y otra parte
deben ser equivalentes.
Esta igualdad es perfecta en el proceso ordinario de conocimiento; lo es menos, y
necesariamente debe serlo así, en el proceso de ejecución y en los procesos extraordinarios
dotados de estructura monitoria, pero también en ellos rige el principio de igualdad procesal.
Posición contradictoria, de la que emerge el principio de contradictorio o principio de
contradicción de las partes. Principio éste que no requiere, en cada caso, la efectividad misma
del contradictorio, pero si la posibilidad de que él se plantee o se cumpla.

3. Situaciones de disociación entre sujetos del litigio (parte en sentido material) y sujetos
del proceso (parte en sentido formal)

Habitualmente coinciden en una misma persona las calidades de parte en sentido material y
parte en sentido formal, de parte en el litigio y de parte en el proceso. Ello acontece siempre
que la parte en el litigio actué por sí misma en el proceso. Como dice el art. 32.1 CGP, “Pueden
comparecer por si en el proceso, las personas que pueden disponer de los derechos que en él
se hacen valer”.
Sin embargo, no dejan de ser relativamente frecuentes las situaciones en que tal coincidencia
no se produce. Ello acontecerá así en los casos de representación, sustitución procesal y la
asistencia.

a. Representación. Hay una disociación entre el sujeto que realiza el acto, y el sujeto sobre el
que recaen los efectos. El representante realiza el acto, cuyos efectos recaen sobre el
representado.
El representante actúa en nombre y representación de la otra persona (aquella sobre la cual
recaen los efectos).
La representación puede ser legal o contractual. Es lo que establece el art. 36.1 CGP: “Por la
parte puede actuar un representante, sea éste establecido por la ley o por poder otorgado al
efecto”.
Señala Carnelutti que hay representación, siempre que se trate de personas capaces desde
luego, cuando la actividad en el proceso de una persona distinta a la parte en sentido material,
se debe a un acto de ella (es decir, el acto de otorgar el poder correspondiente). En el caso del
procurador oficioso –art. 41 CGP- no hay un auténtico fenómeno de representación sino una
situación de gestión de negocios en el proceso.
La representación legal está referida a quienes carecen de capacidad para el ejercicio de sus
derechos (art. 32 CGP).

b. Sustitución procesal. En la sustitución procesal, el sustituido es el sujeto del litigio, y el


sustituto, el sujeto del proceso.
Dice Carnelutti que hay sustitución cuando la actividad en el proceso de una persona distinta
de la parte en sentido material se debe, no a la iniciativa de ésta sino al estímulo en el sustituto,
de un interés conexo con el interés inmediatamente comprometido en el litigio. El ejemplo típico
es el de la acción subrogatoria, regulada en el art. 1296 CC, y por el cual los acreedores
pueden, con autorización judicial, ejercer todos los derechos y acciones que corresponden a su
deudor. Es el caso también de la nulidad del matrimonio cuando ésta puede pretenderse no
solamente por los mismos cónyuges, sino también por cualquier interesado o por el Ministerio
Publico (art. 200 CC).
A estas situaciones es que se refiere, genéricamente, el art. 36.2 CGP al consignar que “Nadie
podrá pretender en nombre propio derecho ajeno salvo cuando la ley lo autorice”. Es decir que
solo puede haber sustitución en aquellos casos en que la ley lo autorice. Y además de la
previsión legal, se requiere la autorización judicial.
El sustituto actúa a nombre propio pero ejerciendo un derecho ajeno, a diferencia de la
representación, donde se actúa en nombre ajeno.

c. Asistencia. Hay ciertos sujetos que no tienen una capacidad plena. Su voluntad no se
elimina por completo porque se les reconoce cierta capacidad, pero esa voluntad se tiene que
complementar con la de otra, que la va a asistir. Es el caso, por ejemplo, de los habilitados por
matrimonio.
Por lo tanto, estos sujetos que no poseen una capacidad plena, pueden comparecer, pero
tienen que actuar asistidos por otra persona: el asistente, que será el curador ad litem del
asistido. Su carácter de curador ad litem lo legitima para actuar a los solos efectos del proceso,
y lo diferencia del curador propiamente dicho, designado en un proceso de incapacidad.
La voluntad en estos procesos se conformara con la actuación de ambos, lo cual constituye
una diferencia con la representación, donde el representante puede comparecer solo.

4. Estructura de la parte

Enfocada desde el punto de vista de su estructura la parte puede ser simple, plural, compuesta
o litisconsorcial y compleja.

a. Parte simple. Es la parte integrada por una sola persona. Es el marido que pretende el
divorcio frente a su mujer, es el acreedor que pretende el cobro de su crédito frente a su
deudor.

b. Parte plural o compuesta o litisconsorcial. La parte plural o compuesta es la que está


integrada por varios sujetos. Esta situación se configura en los casos de litisconsorcio –y por
eso la parte plural o compuesta se llama también litisconsorcial – y en el caso de la
intervención adhesiva o coadyuvante.

I) El litisconsorcio. 
Concepto. COUTURE: es aquel estado en que  se hallan diversas personas que actúan en
juicio conjuntamente como actores (litisconsorcio activo) o como demandados (litisconsorcio 
pasivo). 
TORELLO: es el fenómeno procesal que se produce por la circunstancia de estar constituida
una o ambas partes (actora o demandada) no por una sola persona, sino por varias. 
 
De las definiciones podemos extraer 3 rasgos caracterizantes del concepto de litisconsorcio: 
1. La pluralidad de personas. 
2. En una misma posición procesal, sea como actores, sea como demandados. Puede
presentarse en los dos polos de la relación procesal. 
3. En un proceso contencioso. 
 
De acuerdo esta última exigencia, el litisconsorcio sería un fenómeno propio y exclusivo del
proceso contencioso. No obstante, Abal y Valentin, entre otros, postulan la posibilidad de hablar
de litisconsorcio también en los casos de pluralidad de interesados promotores de un proceso
voluntario. Los autores citados hacen prevalecer la sustancia similitud ontológica que existe
entre la pluralidad de sujetos que actúan como partes de un proceso contencioso y la pluralidad
de interesados que promueven un proceso voluntario, por sobre el origen etimológico del
sustantivo litisconsorcio (litis refiere a la existencia de un litigio, un conflicto de intereses que no
existe en el proceso voluntario).  
 
Sostiene Valentin que el problema es simplemente palabras: llámesele pluralidad de simples
interesados o litisconsorcio del proceso voluntario (como hace Valentin)  la regulación es
sustancialmente la misma, en tanto el art. 404.6 CGP dispone que se le aplican al proceso
voluntario, en lo pertinente, las disposiciones de los Libros I y II sobre procesos contenciosos.  
VALENTIN: las penurias del lenguaje técnico determinan que el derecho procesal no haya
encontrado, aún, un hombre preciso para la pluralidad de interesados del proceso voluntario. 
 
Diferentes tipos de litisconsorcio. 
Atendiendo a la posición de los integrantes del litisconsorcio en el proceso. 
 Litisconsorcio activo: si la parte actora de un proceso contencioso está integrada por
una pluralidad de personas o si existen varios interesados o gestores de un proceso
voluntario. Como es obvio, en el proceso voluntario el litisconsorcio es siempre activo.
Ej.: Proceso contencioso en el que dos damnificados por un accidente de tránsito
promueven contra el autor del ilícito; proceso voluntario en el que varios interesados
promueve para que se les declare únicos y universales herederos del causante. 
 Litisconsorcio pasivo: si la parte demandada de un proceso contencioso está integrada
por una pluralidad de personas. No puede existir litisconsorcio pasivo en el proceso
voluntario. 
Ej.: Proceso contencioso en el que un acreedor de alimentos promueve contra varios
ascendientes. 
 Litisconsorcio mixto o bilateral: si la pluralidad subjetiva se da tanto en la parte actora
como en la parte demandada de un proceso contencioso. 
Ej.: Proceso contencioso en el que dos acreedores de una obligación divisible
promueven contra varios codeudores. 
 
 
2. Atendiendo al momento de la formación del litisconsorcio. 
 Litisconsorcio inicial u originario: si se forma al presentarse la demanda del proceso
contencioso o la solicitud del proceso voluntario. Ej.: todos los anteriores. 
 Litisconsorcio sucesivo o ulterior: si se forma con posterioridad a la presentación de la
demanda o solicitud. Ej.: Aparición de un tercero coadyuvante litisconsorcial (art. 48.2
CGP); aparición de un tercero excluyente (art. 49 CGP); intervención necesaria de
terceros (art. 51 CGP); litisconsorcio necesario, cuando un vendedor promueve la
resolución del contrato contra uno solo de los integrantes de la parte compradora y,
advertido el efecto con posterioridad, lo subsane solicitando la inclusión del otro
comprador en la parte demandada (art. 47 inc. 3). 
También puede existir un litisconsorcio sucesivo o ulterior en el proceso voluntario. Ej.: Se inicia
el proceso sucesorio por un solo interesado y luego comparece otro interesado que se adhiere
al primero y conforma con él un litisconsorcio activo.  
 
3. Atendiendo a la habilitación o imposición de la formación del litisconsorcio.
 (1) Litisconsorcio facultativo: si su formación, esto es, la misma composición plural de
la parte, depende enteramente de la voluntad de los interesados.
 (2) Litisconsorcio necesario: si su formación es imprescindible.
(1) Litisconsorcio facultativo: Es aquel cuya formación depende enteramente de la voluntad de
los interesados. La formación del litisconsorcio, tramitando un único proceso, o la
comparecencia de cada uno de los interesados como partes singulares, tramitando varios
procesos autónomos, es una opción lícita de esos interesados (facultad en sentido técnico).
Las pretensiones podrían dilucidarse en procesos separados de modo de obtener una decisión
jurisdiccional independiente para cada una de ellas.

La formación de un litisconsorcio facultativo es permitida por la ley en ciertos supuestos con el


propósito de evitar el dispendio de tiempo, esfuerzos y dinero que supone la tramitación de
varios procesos (principio de economía procesal), y evitar el dictado de sentencias
contradictorias.
Nuestro Derecho positivo habilita la formación del litisconsorcio facultativo en dos grandes
hipótesis:
1- Cuando se dan los supuestos generales de conexión previstos por el CGP (arts. 45 y 120.2).
Estos supuestos son: conexión en la causa de las pretensiones acumuladas; conexión en el
objeto de las pretensiones acumuladas; cuando la sentencia a dictarse con respecto a una de
las pretensiones pudiera afectar a la otra; cuando las pretensiones se hallen entre sí en
relación de dependencia; cuando las pretensiones deriven de los mismos hechos.
2- Cuando se dan ciertos supuestos concretos previstos en la ley sustancial. Hay situaciones
en que la posibilidad de formar litisconsorcio facultativo no está prevista de modo general por la
ley procesal, sino en ciertas disposiciones concretas pertenecientes al derecho sustantivo. Es
lo que sucede, por ejemplo, en el caso previsto en los arts. 365 a 374 de la Ley de Sociedades
Comerciales (proceso para que se declare la nulidad de una decisión tomada en la asamblea
de una Sociedad Anónima).

El litisconsorcio facultativo genera un proceso acumulativo, cuyo objeto comprende no una,


sino varias pretensiones, que podrían haber sido planteadas en procesos independientes pero,
en virtud de la habilitación legal y por decisión de los interesados, se sustancian y resuelven
conjuntamente en un único proceso.
Ese proceso acumulativo culmina con una sentencia que debe resolver todas las pretensiones
acumuladas, pero con resultados que no necesariamente tienen que ser idénticos para cada
una de ellas. Dicho de otra manera, la sentencia que pone fin a este proceso acumulativo,
puede estimar alguna de las pretensiones y desestimar otras, favorecer a algunos litisconsortes
y perjudicar a otros.

Ejemplos de litisconsorcio facultativo:


-Dos trabajadores despedidos en el mismo acto deciden acumular las pretensiones de cobro de
indemnización por despido contra su empleador común. (Litisconsorcio facultativo activo).
-Un acreedor reclama el pago de una deuda divisible contra varios co-deudores. (Litisconsorcio
facultativo pasivo).

Litisconsorcio facultativo con necesidad de sentencia uniforme (litisconsorcio unitario).- Cuando


hay un litisconsorcio facultativo unitario, el proceso es simple (no acumulativo), ya que se
ejercita una única pretensión por o contra dos o más personas (si el proceso es contencioso) o
se plantea una única solicitud por dos o más personas (si el proceso es voluntario).
El fundamento está en la necesidad de evitar sentencias contradictorias.
La ley no impone que todos los litisconsortes demanden o sean demandados necesariamente.
Sin embargo, la sentencia que se dicte, les afectará a todos directamente, aunque no hayan
litigado.
En el litisconsorcio unitario, los interesados no están impedidos para demandar
independientemente, pero la relación jurídica solamente puede ser decidida de la misma
manera para todos. Por ello, si varios interesados actúan, deben hacerlo conjuntamente, y la
sentencia será homogénea para todos los litisconsortes.

(2) Litisconsorcio necesario. En el litisconsorcio necesario, la integración plural de la parte es


imprescindible. Existe una única pretensión cuya titularidad corresponde de modo conjunto e
inescindible a una pluralidad de interesados.
TORELLO: La situación que es materia u objeto del proceso pertenece o refiere en común e
indivisiblemente a más de un titular. El problema es de legitimación en la causa. En estos casos
no la tiene un solo sujeto sino un conjunto inescindible de sujetos.
En el litisconsorcio necesario no hay proceso acumulativo, ya que su rasgo esencial es
precisamente la existencia de una pretensión singular.
En el litisconsorcio necesario la sentencia debe ser la misma para todos como consecuencia de
la propia inescindibilidad, de la relación jurídica sustancial.

Ejemplos de litisconsorcio necesario:


-Si la parte vendedora de un inmueble está integrada por varias personas, la resolución del
contrato por incumplimiento de la parte compradora, debe promoverse necesariamente por
todos los vendedores. (Litisconsorcio necesario activo).
-Si el Ministerio Público pretende la declaración de nulidad del matrimonio, el proceso debe
promoverse contra ambos cónyuges. (Litisconsorcio necesario pasivo).

c. Parte compleja. Las personas físicas y capaces pueden actuar solas y por si mismas en el
proceso. Las personas jurídicas que obviamente no pueden estar por si mismas en el proceso,
deben actuar por medio sea de sus órganos, sea de sus representantes estatuarios que,
frecuentemente son más que uno – Presidente y secretario – aunque nada impide que el
estatuto asigne la representación de la persona jurídica a una sola persona física. Los
relativamente incapaces –o semi capaces – tampoco pueden estar por si mismos en el proceso
sino que deben actuar asistidos por otro. En ambos casos se trata, pues de una organización
de personas.
De modo que, parte compleja es la formada por más de una persona, dos o más, cada una de
las cuales por si sola carece de aptitud para actuar en el proceso y solo de la suma de ambas
surge esa aptitud.
En el caso de los relativamente incapaces y tal como lo establece el art. 32.2 CGP, deberán
actuar asistidos de un curador ad litem.

5. Requisitos de las partes

Entendemos por requisitos de las partes aquellas calidades necesarias para actuar válidamente
en un proceso. Nos referimos, con esta denominación genérica a la capacidad, a la legitimación
y a la postulación.

a. Capacidad. Mismo que Abal.

b. Legitimación. Mismo que Abal.

c. Postulación. Como señala Guasp parecería, en principio que a aquel sujeto que reúne a la
aptitud genérica para litigar – capacidad – la aptitud específica en que consiste la legitimación,
no le faltaría ya ningún requisito que le impida actuar ante los tribunales. Sin embargo, por
razones no ya de orden lógico, como las anteriores, sino por razones de orden técnico, a la
capacidad y a la legitimación viene a sumarse una tercera y última exigencia, consistente en la
necesidad de que la actividad procesal de la parte este conducida por un abogado. Es a esto a
lo que se hace referencia al hablar de postulación.
La postulación es la aptitud derivada de una habilitación para el ejercicio de las profesiones
jurídicas. La habilitación se concede siempre que se cumpla con los requisitos que están
previstos en la ley.
Si bien el Código Civil presume que todos los habitantes conocen la ley, no todos conocen sus
derechos, lo cual justifica la necesidad de la presencia letrada. Se vincula a esto el artículo 37,
que establece la necesidad de que la parte comparezca a todos los actos con el abogado. Sin
embargo, el artículo citado, en su inciso segundo, enuncia casos donde se exceptúa la
actuación del abogado, por ejemplo, casos de paz menores a 20 UR, procesos relativos a
consumidores (ley 18.507), conciliaciones en materia laboral, etc.
Hay ciertos casos que pueden ser firmados indistintamente por escribano o abogado, por
ejemplo, sucesiones (art. 37.3), separación de bienes solicitada por ambas partes (ya que si la
solicita uno solo, hay contienda, y por ende es imprescindible que sea firmado por un abogado).
Hay, también, escritos particulares que pueden ser firmados por contador público (art. 37.5).
Estos casos en los que no se requiere firma letrada, son los llamados casos de dispensa legal.
Tareas que le competen al abogado en el proceso: puede ser, o como asistente, asesor
letrado; o como representante actuando por otra persona en función de un poder. Firma solo y
en principio comparece solo. Esta representación puede surgir del poder para pleitos (arts. 38 y
39), o puede ser por la llamada “representación judicial de los abogados” (art. 44).

Poder para pleitos: A quién se le puede otorgar. Se le puede otorgar al abogado o procurador,
pero el procurador tiene que asistir con el abogado.
Ejemplo de otorgamiento de poder para pleitos: Tía que vive en España y le deja al sobrino,
que vive en Uruguay, un poder general para disponer de los bienes, y además, inserta una
clausula otorgándole el poder para pleitos. Si bien la cláusula es válida, el sobrino no puede
usar el poder para pleitos si no es abogado o procurador pero, si el contrato no lo prohíbe
expresamente, puede sustituir ese poder para pleitos para otro abogado o procurador.
La forma documental en la que se tiene que conceder ese poder es la escritura pública.
Facultades procesales incluidas en el poder para pleito (art. 39.1). Sin clausula expresa no se
puede disponer de derechos sustantivos (por ejemplo, allanamiento, desistimiento, etc.).
Alcance del poder para pleitos: Puede ser general (para todo tipo de proceso, ya sea civil,
penal, etc.), o especial (para un solo caso o para, por ejemplo, todos los laborales).

Representación judicial de los abogados: Está establecida en el art. 44.


A quién se le puede otorgar: Solo puede ser concedida a un abogado, no a un procurador.
Forma documental: Mediante escrito o acta judicial. El que concede el poder tiene que
establecer que fue instruido con respecto a los alcances de esa representación.
Facultades procesales (art. 44.1): Todo tipo de actividad procesal, pero no puede concederse la
facultad de disponer de los derechos sustanciales.
Alcance: La representación solo sirve para ese proceso para el cual fue conferida.
La representación puede ser oficiosa, es decir, sin poder. Art. 41.

La representación de los intereses difusos.


Art 42 – Intereses difusos son derechos que pertenecen a un grupo indeterminado de personas
que no tienen un vínculo jurídico entre sí, y por lo tanto es un vínculo accidental mutable y de
contornos imprecisos. No es lo mismo que intereses colectivos, que son aquellos intereses que
pertenecen a un grupo determinado de personas que tienen un vínculo jurídico entre sí.
Por ejemplo, un reclamo por algo referente al medio ambiente. Afecta a mucha gente, son
grupos indeterminados de personas (intereses difusos).
En cambio, una reclamación donde asisten todos los propietarios a reclamar algo, constituye un
grupo de personas determinado (intereses colectivos).
En materia de intereses difusos, el art. 42 establece quienes tienen legitimación para promover
el proceso. Cualquier interesado (cualquier persona física o jurídica) tiene legitimación, y
también la tienen instituciones o asociaciones de interés social que según la ley o a juicio del
tribunal garanticen una adecuada defensa del interés comprometido.
Si se demanda, por ejemplo, a Coca Cola porque produce daños, y como resultado del juicio,
ésta debe indemnizar a quienes la consumen, estos van a tener que probar que forman parte
del grupo indeterminado, a los efectos de ser indemnizados.

Procurador común.
Cuando los integrantes de la parte tienen un interés común, deben actuar conjuntamente, u de
lo contrario, deben nombrar un procurador común. (Art 43)

Procurador oficioso.
El concepto surge de la norma del art. 41 CGP: “Podrá comparecerse judicialmente a nombre
de una persona de quien no se tenga poder siempre que se den las siguientes condiciones -
Que la persona por quien se comparece se encuentre impedida de hacerlo o ausente del país.-
Que quien comparezca sea su ascendiente, descendiente, pariente por consanguinidad o
afinidad hasta el segundo grado, cónyuge, socio o comunero o que posea algún interés común
que legitime esa actuación. -Que si la parte contraria lo solicitare, preste caución suficiente de
que su gestión será ratificada por el representado o pagará los daños y perjuicios en el caso
contrario y si así correspondiere”.

Estatuto del abogado: arts. 137 a 150 LOT


Estatuto del procurador: arts. 151 a 159 LOT.

Los abogados están sometidos a responsabilidad civil, en aquellos casos en que se realiza un
daño al cliente (art. 146 LOT); responsabilidad penal, por cometer delitos establecidos en los
arts 194 a 196 del Código Penal; y a responsabilidad disciplinaria (art. 5 num 5).

6. Formas de actuación en el proceso

*Mayor de edad. Partiendo de la base de que es capaz y puede actuar por sí, en principio no
precisa acreditar su capacidad. Puede comparecer por sí o por representante.
La representación puede ser de dos tipos: la que emana de un poder para pleitos (arts. 38 y
39), y la representación judicial de los abogados (art 44 CGP).

*Menor de edad. En principio va a actuar representado por los padres en ejercicio de la patria
potestad, o en su defecto, por un tutor.
Cuando comparece un menor de edad sujeto a patria potestad, los padres acreditan con los
testimonios de las partidas de nacimiento y de matrimonio si están casados.
Pero hay, también, otra forma, establecida en el art. 8 CNA y art 12 de la Convención de los
Derechos del niño. Esta forma de actuación se asocia con la capacidad progresiva o autonomía
progresiva de la voluntad, y consiste en escuchar a los menores cuando se dicten decisiones
que afecten su vida del punto de vista familiar. La edad, a estos efectos, no es indiferente, y por
eso se utiliza el concepto de capacidad progresiva: no se va a escuchar si tiene 8 meses, pero
sí si tiene 10 años, y ya que es progresiva, cuanto mayor en edad sea el niño, mayores
posibilidades de ser escuchado.
Constituye una declaración más, por lo que no significa, necesariamente, que si o si haya que
actuar de acuerdo a lo que él diga.
Cuando actúa por si, lo hace con la asistencia de un abogado. Pero en aquellos casos en los
que no puede ser tomado en cuenta, actúa a través de un curador que lo representa.
Menor habilitado por matrimonio – arts 280 num 3, 283, 309 CC, y 32.2 CGP.
En ciertas situaciones los menores actúan representados por los curadores ad litem y en otros
casos asistido por él, en este último caso, se trata de menores habilitados por matrimonio (art.
32.2 CGP).

En los casos de menores que actúan por su peculio profesional o industrial, también se les
reconoce una capacidad atenuada, por lo cual, para actuar en juicio, su voluntad debe ser
complementada con la de un curador ad litem.

*Mayores incapaces. Deben actuar representados por un curador (no ad litem, sino declarado
en un proceso de declaración de incapacidad). Arts 431 y ss CGP, y 433 y ss CC.

*Ausentes y herencias yacentes. Los ausentes y las herencias yacentes serán representados
en el proceso por los curadores designados al efecto (art. 32.4). La yacencia de la herencia
puede ser denunciada por cualquier interesado (art. 428).

*Personas jurídicas. Dos formas de representación: 1- Estatutaria o contractual: que


comparezcan las autoridades, por ejemplo, un presidente del directorio en una S.A., o un
administrador en una SRL. Esto por lo general se establece en un contrato.
Certificado notarial de control de la personería jurídica y de la representación.
2- Por apoderado: que la persona jurídica designe un apoderado, que no es una de las
autoridades, sino que es un apoderado designado en las mismas condiciones que la persona
física (poder para pleito o representación judicial del abogado). El poder para pleito debe
concederse en escritura pública.

El artículo que establece cuándo puede intervenir el Ministerio Publico y Fiscal no se remite al
art. 33.1 (nombramiento de tutor o curador para un niño, adolescente o incapaz que sea o haya
de ser parte en juicio). Se plantea entonces la duda de si tiene competencia o no.
Parte que se incapacita durante el proceso.
*Art. 34. Los actos posteriores a la declaración de incapacidad realizados por el incapaz son
nulos, y los anteriores son anulables siempre que la incapacidad fuese notoria. Lo que hay que
tener en cuenta, entonces, es la declaración de incapacidad.
Si se declara incapaz a alguien que ya estaba actuando por un representante, el proceso lo
continúa ese representante, hasta que se apersone un representante legítimo.
Art. 34.4. Si el proceso lo comenzaron los padres de un menor, y durante el curso del proceso,
el menor cumple mayoría de edad, el proceso lo continúan los padres.

*Art. 35. Si fallece la parte que actuaba por sí misma, el proceso lo siguen los sucesores, salvo
que sea relativo a actos personalísimos, como un divorcio.
Art. 35.2

*Extinción de persona jurídica, por ejemplo, por resolución de los propios integrantes, o por
vigencia vencida.

LA INTERVENCION DE TERCEROS EN EL PROCESO

La intervención de terceros en el proceso tiene lugar cuando, durante su desarrollo, ya sea en


forma voluntaria o provocada, se incorporan a él, personas distintas de las partes originarias.
Son intervenciones voluntarias las de los arts 48 y 49 CGP. El artículo 48 regula la intervención
coadyuvante (simple) y la litisconsorcial. Y el art 49 regula la intervención excluyente.
Por otro lado, la intervención provocada, se encuentra regulada en los arts 51, 53 y 54. El
articulo 51 regula la intervención necesaria por citación, el 53 la denuncia de terceros, y el 54,
el llamamiento de terceros de oficio en caso de fraude o colusión.
La intervención provocada puede serlo por el demandado o por el juez, pero nunca por el actor,
salvo que el actor al mismo tiempo sea demandado por vía de reconvención.
Requisitos y forma de intervención (art. 50): interés directo, personal y legítimo. La solicitud de
intervención debe presentar forma escrita, tal como si fuera una demanda.

Intervenciones voluntarias
Intervención coadyuvante (art 48.1)
Son partes en el juicio A (actor) y D (demandado), entre los cuales se traba una relación
jurídica sustancial. El tercero (T), en principio, no tiene nada que ver con esa relación. Pero
tiene una relación -distinta a la que se está debatiendo- con una de las partes. Por ejemplo,
tiene una relación con D. En este caso A no tenía legitimación pasiva con T, por lo cual no
podría haber iniciado nunca una acción contra él.
Se puede intervenir tanto en la primera como en la segunda instancia.
(poner ejemplo)

Actuación litisconsorcial (art. 48.2).


Se diferencia con la situación del art. 48.1 porque en este caso (48.2) el tercero pudo haber
sido demandado junto con el demandado, pero no lo fue. O viceversa (podría haber sido actor
junto con el otro actor).
El tercero no es ajeno a la relación jurídica sustancial, como sí lo es en el caso del art. 48.1,
sino que es parte en la situación jurídica sustancial real.
Se puede intervenir tanto en la primera, como en la segunda instancia.

Intervención excluyente (art. 49).


El tercero viene a hacer valer un derecho propio. Ejemplo: acción reivindicatoria. Deduce una
pretensión incompatible con la del objeto del proceso. Sería el caso, por ejemplo, de una
situación en la que el actor establece que el bien es de él, el demandado que es suya, y el
tercero ingresa diciendo que no es ni del actor ni del demandado, sino suya. Esta acción del
tercero va contra la del actor contra el demandado, y la del demandado contra el actor. Es
incompatible con la original, y por eso es excluyente.
Solo se puede intervenir en la primera instancia, es decir, antes del dictado de sentencia.
Intervenciones provocadas
Como se mencionó anteriormente, solo pueden ser provocadas por el Tribunal o por el
demandado, y no por el actor (salvo excepción).
Art. 51. El demandado puede citar al tercero en distintos casos:
1) Citación en garantía. Es la citación del sujeto pasivo de una eventual pretensión
regresiva. A y D son las partes en el proceso. Entre D y T hay una relación de garantía,
por lo cual D puede ir contra el tercero.
Ejemplos: -El camión de la basura pisa a una persona. Se demanda al Estado y no a la
intendencia. El Estado puede repetir contra la Intendencia. En el proceso del particular
contra el Estado, el Estado cita en garantía a la Intendencia.
-Responsabilidad del dependiente
-Se choca a una persona (actor). Demanda al que lo choco (demandado). Si el
demandado tiene seguro, es él el que va a repetir contra la aseguradora.
Es un proceso acumulativo porque hay otra pretensión que se introduce (A contra D,
que ya existía, y la nueva, D contra T).
Esta citación se hace durante el proceso. El demandado contesta al actor y al mismo
tiempo, hace la citación al tercero. El proceso va a seguir, y todo se va a resolver en
una misma sentencia. Se va a resolver, no solo la pretensión del actor contra el
demandado, sino también del demandado contra el citado (si es que realmente existe
relación entre estos). Por ejemplo, el demandado fue obligado a pagar una suma y el
citado a pagarle al demandado. Y si el demandado no paga, el actor no puede ejecutar
al tercero porque sus pretensiones configuran dos pretensiones distintas. El citado no
es parte de la relación entre A y D, y por lo tanto T no está obligado a cubrir la
obligación entre A y D.
Para citar al tercero hay un plazo de 6 dias (art, 52).
2) Comunidad de controversia. D choca a A. D dice que lo choco, pero que no fue solo su
culpa, porque en la calle había mala señalización, pozos, poca iluminación, etc. Y
entonces D cita a quien considera que tiene la culpa.
Lo mismo pasa en los choques en cadena.
Todo se resuelve en una misma sentencia. Entre D y el tercero solo hay una
comunidad en la causa, pero no hay otro tipo de relación, como en el caso de la
citación en garantía, donde hay una relación de garantía. Las pretensiones, por lo
tanto, son distintas.
3) Denuncia de tercero. No hablamos de citación, sino de denuncia. El que puede
denunciar al tercero es el demandado, cuando tenga una obligación o responsabilidad
en la cuestión controvertida, además o en lugar de él.
No se lo emplaza sino que se le notifica. Si no lo cita, puede D llegar a responder él por
los daños y perjuicios que en realidad se le iban a reclamar al tercero.
Por el art 53 pareceria que no hay que escuchar a la otra parte (como si habría que
hacerlo en el caso del art. 51).
4) Citacion de oficio en caso de fraude o colusión. Está previsto en el art. 54 CGP.
El juez si advierte que el proceso es fraudulento y puede perjudicar a otros terceros, los
cita de oficio o a petición del interesado (por ejemplo, ministerio público).
MINISTERIO PÚBLICO Y FISCAL

Ley Orgánica del Ministerio Público y Fiscal (15365).


La ley 19.355 en sus arts 648 a 655 modifica la intervención del MPF en procesos civiles.
La ley 19.334 crea la Fiscalía General de la Nación, a la cual se le asigna la función del
ejercicio del MPF, servicio descentralizado que ya no funciona más dentro del Poder Ejecutivo.
La intervención del MPF en procesos civiles quedo acotada. Puede intervenir como parte
principal o como tercero (mientras que antes podía intervenir, también, como dictaminante
técnico). Puede actuar como parte en aquellos casos del art. 28 CGP (nueva redacción), y
como tercero en los casos del art. 29 CGP (nueva redacción). Si no interviene como parte en
aquellos casos en que puede hacerlo, luego no tendrá posibilidad de intervención en el
proceso.
Solo puede iniciar el proceso cuando es parte. Nunca como tercero.

A la Fiscalía General de la Nación se le asignó el cometido de desarrollar el Ministerio Publico y


Fiscal, el cual antes era desarrollado por una unidad ejecutora también llamada Ministerio
Publico y Fiscal.

Una misma estructura orgánica tiene a su ejercicio el ministerio público y el fiscal, pero estos
dos son diferentes. El decreto ley 15365 delimita, en su art 3, lo que es el ministerio público y el
fiscal.
Ministerio público: compete la defensa de los intereses generales de la sociedad. No juzga,
sino que da su opinión en representación de los intereses generales de la sociedad (aquellos
que prevalecen sobre los particulares).
Ministerio fiscal: Cuando actúa como Ministerio Fiscal, lo que viene a defender son los
intereses patrimoniales del Estado. Es la parte actora en todos los procesos aduaneros, por
ejemplo.

Organización del Ministerio Publico y Fiscal.


-El jerarca de este servicio descentralizado tiene la misma denominación que antes: Fiscal de
Corte
-Por debajo hay ciertos niveles de especialización, por un lado en Montevideo, y por otro lado
en el Interior. En Montevideo hay fiscalías especializadas en ciertas materias en lo civil, en lo
penal de aduana y hacienda, y de menores.
En el Interior no hay especializaciones.
(esquema de organización en cuadernola).
ESTATUTO DE LOS JUECES

Los Jueces tienen un estatuto donde se encuentran regulados, entre otras cosas, los requisitos
para ingresar a la judicatura y para integrar los diferentes juzgados.
Estatuto procesal y estatuto funcional.
Este estatuto está establecido en la LOT a partir del artículo 77.

Derechos, deberes, prohibiciones e incompatibilidades (arts. 84 y ss).


El artículo 88 prevé el deber de residencia: “Todos los jueces deberán domiciliarse en el lugar
donde tenga asiento la sede en que presten servicios…”.
Por otro lado, los jueces están sujetos a ciertas responsabilidades, las cuales están
establecidas a partir del artículo 109. Su responsabilidad puede ser de tipo penal, civil y
disciplinaria. Civil, ya que actúan por el Estado, representan al Poder Judicial, y cuando se
provoca una lesión a un sujeto en el desempeño de la función jurisdiccional, es decir, cuando
se apartan de la ley, están sujetos a responsabilidad. En este sentido, hay discusión sobre si la
acción debe ser contra el juez o contra el poder judicial. Pero hay ciertos casos en los que la
responsabilidad es objetiva (por ejemplo, cuando se procesa con prisión a una persona
inocente). Penal, en aquellos casos de ilícitos penales cometidos por el Juez. Disciplinaria,
cando se cometan infracciones previstas en el art. 102.
FACULTADES DEL TRIBUNAL. PODERES Y DEBERES.

Artículo 24 CGP (facultades).


Num 1º: - El tribunal está facultado para rechazar in limine (sin dar trámite) la demanda
cuando fuere manifiestamente improponible, es decir, en aquellos casos en que no puede
ser recibida (por ejemplo, una solicitud de divorcio por la sola voluntad del hombre en aquellos
momentos en los que esto no era posible, la demanda era considerada manifiestamente
inoponible).

Num 2º: Se refiere a aquellas pretensiones sujetas a caducidad. En estos casos el juez, de
oficio, puede declarar la caducidad, aun cuando la parte no lo solicite. Un ejemplo está previsto
en el artículo 133.2, que establece que “el tribunal relevara de oficio la incompetencia por razón
de materia, cuantía, grado o turno, la litispendencia, la falta de representación, la incapacidad
declarada del actor o de su representante, la caducidad, la cosa juzgada, la transacción, la
manifiesta falta de legitimación en la causa o interés y la improponibilidad manifiesta de la
demanda…”. En el artículo citado, no se nombra la incompetencia por razón de territorio porque
es la única que puede ser prorrogada, y entonces el Juez no puede relevarla de oficio: tiene
que esperar a que la otra parte oponga la excepción.
Con litispendencia se hace referencia a dos procesos, exactamente iguales, en trámite.

Num 10º: Establece que el tribunal está facultado “para imponer a los procuradores y abogados
sanciones disciplinarias y multas en los casos previstos legalmente”. Cuando el tribunal lo
realice, estará en ejercicio de función administrativa, pues ejercerá un acto impositivo de
sanciones. Para impugnarlo, por lo tanto se debe recurrir a recursos administrativos.

Num 11º: Facultad “para dirigir el proceso y aplicar las sanciones que corresponda a quienes
obstaculicen indebidamente su desarrollo u observen conducta incompatible con el decoro y
dignidad de la justicia”. Las condenas que se establecerán en estos casos, serán de tipo
procesal (costas y costos). La conducta se valora desde el punto de vista procesal, y en este
sentido, constituyen obstaculizaciones indebidas al desarrollo del proceso, por ejemplo, los
recursos sin fundamento.

Artículo 25 CGP (deberes).


25.2: “El tribunal deberá emplear las facultades y poderes que le concede este Código para la
dirección del proceso y la averiguación de la verdad de los hechos alegados por las partes la
omisión en el cumplimiento de estos deberes le hará incurrir en responsabilidad”. Sin perjuicio
de este deber asignado a los tribunales, los hechos en el proceso son siempre propuestos por
las partes, y por lo tanto, el límite de dicho deber, son los hechos invocados por las partes, y
con respecto a las pruebas, deben ser también referentes a los hechos que las partes
invocaron.
El artículo 350.5 CGP hace referencia a ciertos casos en los que el Juez civil tiene las mismas
facultades de instrucción que el Juez penal. Sin perjuicio de ello, en la mayoría de los procesos
civiles, los medios de prueba son complementarios, y no pueden ser sustituidos.
OTROS SUJETOS QUE ENCONTRAMOS EN UN TRIBUNAL

(esquema cuadernola)

El secretario del Juez tiene un estatuto propio (arts 124 y 125 LOT). Y hay, por otro lado,
disposiciones generales “comunes a los secretarios de la suprema corte de justicia, de los
tribunales de apelaciones, de los actuarios de los juzgados de todas las categorías y de los
secretarios de los jueces” (arts 126 y ss LOT).
Artículo 124: establece que los secretarios de los jueces son quienes colaboran con la labor del
juez en su función jurisdiccional, y no en la administrativa.
Artículo 125: en él se hallan regulados los requisitos para ser secretario del juez (“ser abogado,
poseer los requisitos exigidos para ser funcionario público y haber rendido satisfactoriamente
una prueba de suficiencia que reglamentara la SCJ”).

La diferencia entre el secretario (de la SCJ, del TCA, y del Tribunal de Apelaciones) con el
actuario de los juzgados de todas las categorías, es meramente semántica. Cuando el juzgado
es de Paz, hablamos de actuarios. Cuando es colegiado, hablamos de secretarios. El estatuto
de todos ellos surge de los arts 117 a 123 CGP, y las disposiciones comunes a todos ellos, de
los arts 126 y ss.

El artículo 23 establece los cometidos de secretarios y actuarios:


Num 1º: “Dar cuenta de las peticiones que presenten las partes y de los oficios y demás
despachos que se dirijan a los juzgados o tribunales en que presten sus servicios”. La
expresión “dar cuenta”, en este contexto, hace referencia a la presentación del escrito, es decir,
significa que el Juez lo recibe y se pone en conocimiento de este. “Sube a despacho”.
Los numerales 4, 5 y 6 no establecen cometidos, sino deberes. Es importante señalar que
muchos cometidos de los actuarios, son derivados a “otros funcionarios” (esquema). Esos
funcionarios son el receptor (es quien documenta la actividad que se desarrolla en la
audiencia); los que están en la baranda; el encargado de notificaciones (es quien confecciona
los cedulones); quien se encarga de hacer los oficios; y quien se encarga del archivo.

Los alguaciles tienen, también, su propio estatuto (arts. 130 a 136 LOT).
SITUACIONES JURIDICAS PROCESALES

Situación jurídica es la posición de un sujeto frente a una norma procesal que lo comprende.
Una vez que acontece este supuesto, hay que ver en qué posición se encuentra el sujeto.

Un ejemplo de situaciones jurídicas, fuera del ámbito procesal, son aquellas presentes en la
relación acreedor-deudor. El acreedor se encuentra en una situación ventajosa desde el punto
de vista de la consecuencia que le impone la norma. No tiene el deber de reclamar, sino que
tiene el poder, y por lo tanto, puede hacerlo o no. Tiene libertad de actuar.
El deudor, en cambio, tiene una obligación, un deber, que le impone la necesidad de cumplir la
obligación. Y se encuentra en una situación de desventaja.

Toda esta situación se puede trasladar al proceso, y es ahí donde se inserta la noción de
situación jurídica procesal.
Desde el punto de vista abstracto se distingue que esa situación puede ser activa o pasiva. En
la activa predomina la libertad de actuar o no actuar en un determinado sentido; son posiciones
de supremacía del sujeto. Y dentro de estas situaciones jurídicas activad se distinguen la
facultad, el poder y el derecho subjetivo.
Las pasivas, en cambio, son aquellas en las que predomina la necesidad de actuar o no; es la
posición de subordinación del sujeto. Son situaciones jurídicas pasivas: la carga, la obligación,
el deber y la sujeción.

Situaciones jurídicas activas.


El sujeto está autorizado o habilitado por una norma jurídica.

*Facultad. Lo que la caracteriza es que la norma lo autoriza a determinar su propia conducta.

*Poder. En este caso, el sujeto está autorizado por la ley, no para determinar su propia
conducta, sino para determinar una conducta ajena.
El art. 24 CGP menciona las facultades del tribunal, pero en realidad es más correcto hablar de
poder-deber, que es una situación jurídica compleja.

*Derecho subjetivo. Quien se encuentra en esta situación se encuentra en una situación de


habilitación para determinar la conducta ajena en su propio interés. Ejemplos en el proceso:
ejecución forzada; el ejercicio del derecho de acción.

Situaciones jurídicas pasivas.


En ellas, siempre estará la necesidad o el imperativo de actuar de cierta forma, establecida en
una norma jurídica.

*Carga. Imperativo de actuar en el propio interés. El sujeto determina su propia conducta en


favor de sí mismo. Lo puede dejar de hacer, pero va a tener una consecuencia desfavorable
para él. Ejemplo: concurrir a la audiencia preliminar (art. 340 CGP). De modo que si, por
ejemplo, el actor no comparece a dicha audiencia, se entiende que desistió de su pretensión, y
ya no puede reproponer esa misma pretensión en un mismo proceso (340.2); carga de la
prueba (arts. 137 y 139 CGP); carga de contradicción (art 130), si el actor alega un hecho del
demandado que este último no controvierte, se tiene por admitido, y los hechos admitidos no
necesitan probarse.

*Obligación. Tiene las mismas características que la carga, pero el sujeto tutelado por la
obligación no es el mismo que lleva a cabo la conducta. Quien la lleva a cabo de otro sujeto
determinado. Ejemplo: casos de derecho subjetivo. Yo tengo derecho a las costas y costos y el
otro tiene la obligación de pagarlos.

*Deber. Caracterizado también por la necesidad (por ser situación jurídica pasiva), pero el
sujeto determina su propia conducta en beneficio del interés general. Ejemplo: deber de
comparecer del testigo (lo hace en beneficio del interés general de la realización de la justicia).
Couture decía que en el deber lo que se tutela es el interés de la comunidad (que es lo mismo
que el interés general).
*Sujeción. Situación jurídica correlativa a la situación del poder. Por lo general, cuando alguien
se encuentra en una situación de sujeción, del otro lado hay alguien con un poder, y en el
poder, la persona puede actuar para determinar la conducta ajena. Esa conducta ajena es la de
la persona que se encuentra en situación de sujeción. Por ejemplo: persona esperando que el
tribunal lo condene a prisión, o no. El imputado está en situación de sujeción y el tribunal, de
deber.
Es la ineficacia del querer contrario.
Determina su propia conducta a un estatuto jurídico que no le permite actuar en contrario.

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