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El rol del zinc en las plantas con énfasis en los cultivos de soya,

frijol y caraota
Aurimar Carvajal
16/07/21

Entre las leguminosas más cultivadas en Venezuela se mencionan, la caraota


(Phaseolus vulgaris L.), el frijol (Vigna unguiculata [L.] Walp.) y la soya (Glycine max L.),
por su alto contenido proteico, cultura gastronómica y bajo costo (Valencia y Lagarreto,
2010). Las leguminosas son fuente económica de proteínas para el consumo humano y
animal; además, entre sus beneficios, es fundamental, el aporte el nitrógeno
atmosférico al suelo, así como también, mejoran la distribución de sus agregados. Por
otro lado, la soya, el frijol y la caraota presentan gran susceptibilidad al micronutrimento
zinc, elemento esencial para la vida de las plantas; en función de ello, el objetivo del
seminario consiste en la recopilación bibliográfica sobre aspectos relacionados al
comportamiento del zinc en estos cultivos, las dosis requeridas, sus efectos en la
biomasa en condición de exceso, suficiencia y toxicidad del elemento.

El zinc es de suma importancia debido a sus diversas funciones en el vegetal y porque


existe una correlación positiva entre el rendimiento y la concentración de Zn en la hoja
(Ratto et al., 1991). A nivel mundial, el Zn es señalado como el tercer nutrimento en
importancia al limitar los rendimientos vegetales, precedido por el N y P (Katyal y
Randhawa, 1985; Rosolem, 1987). Su deficiencia se está generalizando y cada vez es
más intensa (Gupta, 1995), reduce el rendimiento de la planta, hasta en 50%, sin que
existan síntomas visibles (Katyal y Randhawa, 1985).

Es un microelemento esencial, ligeramente móvil en la planta, con funciones diversas y


críticas. Es constituyente estructural y funcional de muchas enzimas. Participa en la
síntesis y acción de proteínas —alrededor de 2.800 proteínas son dependientes del zinc
—; es requerido para la síntesis de carbohidratos durante la fotosíntesis y en la
transformación de los azúcares en almidón —la deficiencia de zinc reduce en 50-70 %
la fotosíntesis neta dependiendo del cultivo—; regula el nivel de auxinas a través de la
síntesis del aminoácido triptófano —precursor de las auxinas—; juega un papel
fundamental en la maduración y producción de semillas, en la formación y fertilidad del
polen— por ello, la deficiencia de zinc causa mayor impacto en los rendimientos del
grano que en relación al desarrollo vegetativo (Castellanos y Santiago, 2014).

La deficiencia de zinc es conocida como foliocelosis (Navarro, 2003). Los síntomas


comienzan con amarillamiento internerval de las hojas más jóvenes y más viejas;
posteriormente, se convierten en manchas necróticas (Schwartz y Gálvez, 1980). Los
nervios permanecen verdes (Navarro, 2003); mientras que, en árboles frutales, sus
hojas se tornan pequeñas y se agrupan en rosetas (Hernández, 2002). Los
requerimientos en miligramos del elemento zinc.kg -1 de biomasa seca, para la soya, el
frijol y la caraota, oscilan entre 21 a 50 (Amezcua y Lara, 2017) de 42 a 50 (López-
Morales, 2019) y de 25 a 45 (Samman et al., 1999), respectivamente. La toxicidad por
zinc en las plantas afecta negativamente la biomasa, detiene la elongación de las raíces
principales y se oscurecen, en consecuencia, se desarrollan raíces o pelos secundarios;
de forma similar, se observa clorosis en las hojas jóvenes y pueden necrosar en casos
extremos (Sagardoy, 2011).
Bibliografía
Amezcua, J. y Lara, M. (2017). El zinc en las plantas. Revista Ciencia, 68 (3): 28.

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Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

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(Tesis doctoral). Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
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Valencia, R. y Ligarreto, G. (2010). Mejoramiento genético de la soya (Glycine max [L.]


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