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LA PRODUCCIÓ DEL DISCURSO ORAL: LA CLARIDAD EN LA EXPRESIÓN

Laura Natalia Aros Palacio,


Danna Valentina Narvaez Contreras

Yazmín León
1GM

Universidad ECCI
Facultad de Ciencias sociales, Jurídicas y Humanas
Lenguas Modernas
Bogotá D.C.
2019
OBJETIVO GENERAL
Informar a las personas de la importancia de implementar los recursos lingüísticos al momento
de llevar a cabo un discurso, así mismo identificar los alcances del lenguaje en una presentación
Oral.

OBJETIVO ESPECÍFICO
Evidenciar cual es la mejor manera de construir un discurso, revelando los factores necesarios
para una buena expresión oral.
Generar conocimientos claves e importantes para poder transmitir el mensaje correcto al público,
a través de la claridad en la expresión.
Brindar las herramientas suficientes para reflejar dominio del tema y un buen desenvolvimiento
de este.
LLUVIA DE IDEAS
Está claro que la mejor forma de llevar a cabo un discurso es organizando las ideas de una
manera específica y con una estructura adecuada, así mismo, el dominio de las habilidades
comunicativas es parte fundamental para desarrollarlo correctamente.
La vida actual exige un nivel de comunicación oral tan alto, que una persona que no pueda
expresarse de manera coherente y clara, se ve obligada a generar estrategias para la expresión de
sus habilidades y el manejo adecuado del tema.
Un discurso bien estructurado consta de objetivos como informar persuadir o entretener; la
claridad al momento de expresar los conceptos y las ideas es un factor determinante en el
recibimiento que se espera por parte del público.
Un discurso oral tiene como objetivo clave el desarrollo de un tema el cual debe ser idóneo y
específico.
El orador envía un mensaje a sus receptores y oyentes, este debe resultar interesante y objetivo
para poder capturar la atención suficiente, es bueno conocer a la audiencia y hacérselo saber.
INVESTIGACIÓN
Por un buen hablante se cataloga a alguien que es un buen emisor de cuantos signos puedan ser
utilizados para transmitir información, acertando en el discurso y llevando un marco físico
adecuado a una situación comunicativa concreta.
La capacidad o competencia comunicativa es la base para hablar en este universo. Son distintos
factores los que contribuyen al desarrollo de dicha competencia y solamente se consigue si se
saben aunar todos ellos.
Es necesario un buen dominio de la lengua, un conocimiento de las reglas y ello no se adquiere
de forma espontánea sino tras un aprendizaje. Hay oradores que poseen unos extraordinarios
conocimientos lingüísticos, pero son incapaces de llegar al auditorio.
Lo más importante en un discurso oral es suscitar el interés y la atención de nuestro público. Es
preciso estar atento a cualquier gesto o reacción de los interlocutores porque no podemos
permitir que “desconecten” y si es así, debemos procurar retomar de nuevo la comunicación por
otros cauces para volver a motivar a los oyentes.
Hablar bien consiste en expresar con eficacia nuestro mensaje, de modo que resulte adecuado
teniendo en cuenta quién es el interlocutor y en qué situación comunicativa nos encontramos.

REFERENCIAS
file:///C:/Downloads/Dialnet-ReflexionesSobreElDiscursoOralHablarEnPublico-
4815888%20(1).pdf

http://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/35678/revistas_uva_es__minerva_article_view_337
0_2756.pdf;jsessionid=577CEAD6D14748B4FF2E9B620CF4FD16?sequence=5

http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:Epos-2008-24-5130/Documento.pdf
BOSQUEJO
Para todos se hace cada vez más claro que la mejor manera de construir el discurso es presentar
las ideas en un orden y siguiendo una progresión.
Tras saber lo que se va a decir en el discurso el orador se enfrenta con otro problema y surgen las
preguntas ¿Cómo debe decirlo? ¿Qué elementos lingüísticos favorecerían a su presentación y de
qué elementos debería desprenderse?
El discurso oral debe satisfacer ciertos mínimos lingüísticos, para poder llegar a un resultado más
eficaz, el objetivo del orador es influir en sus oyentes, para lo cual debe lograr que los contenidos
y las expresiones transmitidas resulten atractivos, interesantes, etcétera, a todos ellos.
El orador debe meditar sobre la fuerza acústica de sus palabras, sobre el énfasis con que
articulará determinadas fases de su intervención, de la buena o mala recepción por el público de
ciertas combinaciones de sonidos, etcétera.
Pronunciar bien es una destreza cuyo dominio exige esfuerzo y aplicación de método. Usted
debe llegar a ser capaz de conocer y manejar su timbre de voz; así evitara sus matices más
desagradables.

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