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EL SUELO

1. ¿Qué es el Suelo?

Suelo, geológicamente hablando, es la capa más superficial, móvil y suelta de la corteza


terrestre, resultado de la meteorización y de la acción de los seres vivos. La ciencia que
estudia los suelos se llama Edafología. La formación de un suelo depende de factores tan
diversos como son: La roca madre.

El suelo es el asiento de la vida, dado que los vegetales se desarrollan echando sus raíces en
estas formaciones, de ahí la importancia de conservar los suelos. Si tenemos en cuenta que
  
el proceso de formación de un suelo (edafogénesis) tiene una duración media de unos
10.000 años cuando permitimos que se pierda, podemos considerarlo como irrecuperable.

Esquema del suelo:


O materia orgánica
A - Suelo
B -subsuelo
C- material parental

2. Factores que intervienen en la formación del suelo

   La causa principal de la formación de los suelos es la meteorizacion, que consiste en la


alteración que experimentan las rocas en contacto con el agua, el aire y los seres vivos.
Pueden distinguirse:

 Meteorización física o meteorización mecánica.- es aquella que se produce


cuando, al bajar las temperaturas, el agua que se encuentra en las grietas de las
rocas se congela. Así aumenta su volumen y provoca la fractura de las rocas.

 Meteorización química es aquella que se produce cuando los materiales


rocososreaccionan con el agua o con las sustancias disueltas en ella.

. También influyen otra serie de factores que podemos resumir como:

 El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y, por tanto,
aceleran la     meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos factores, así se
producirá el desarrollo del suelo. El     clima es tan importante que, partiendo de una misma
roca, en diferentes climas, se desarrollan suelos     distintos.

 El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto, la


formación de suelos.

 La topografía: con la altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el tipo de
suelos. Es frecuente     que, en zonas montañosas, se produzca una sucesión de suelos
desde las zonas más     bajas hasta las más altas.

 Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará los


componentes minerales     del suelo.

 Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y


proporcionan la materia     orgánica.

 Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es un


proceso rápido, se     necesitan del orden de 10.000 años, como término medio, para el
desarrollo completo de un suelo.

3. Edafogénesis (etapas en la formación del suelo)

Las etapas por las que pasa la formación de un suelo, las podemos resumir en tres:

 Etapa inicial: meteorización de la roca madre. Se forma una capa mineral denominada


"manto de alteración"     sobre la que se asientan seres vivos sencillos (musgos, líquenes,
bacterias, protistas).

    Etapa de maduración: la actividad de los seres vivos proporciona materia orgánica que se
transforma, dando     lugar al humus. La evolución del suelo permite la instalación de
comunidades biológicas más complejas.

 Etapa climácica: el suelo queda estructurado en niveles horizontales


denominados horizontes. El suelo ya no     evoluciona más porque ha llegado al máximo
que los factores ambientales permiten.

4. Estructura del Suelo


Durante la edafogénesis, el suelo se va estructurando en niveles ("horizontes"). A estos
niveles se les diferencia por el aspecto general que es consecuencia de los procesos que
ocurren en cada uno de ellos. Típicamente se suelen diferencia tres horizontes, sobre los
que se suele disponer una capa rica en materia orgánica mezclada con materia mineral, a la
que llamamos humus. De esta manera, la estructura de un suelo típico, desde la superficie
será:

 Horizonte "H" u orgánico: a veces no es bien visible. Es la parte más superficial y se


caracteriza por su alto     contenido en materia orgánica (humus). En algunas clasificaciones
se le incorpora como una parte del     horizonte A.

 Horizonte "A" o de lavado: el agua de infiltración disuelve los materiales solubles,


transportándolos a niveles     inferiores. A este fenómeno se le llama percolación. El
resultado es un horizonte más bien claro y     empobrecido en ciertos componentes.

 Horizonte "B" o de acumulación: recibe el "lavado" del horizonte A, produciéndose la


precipitación de sales.     Durante la edafogénesis es el último en formarse.

 Horizonte "C" o de alteración: está en contacto con la roca madre y es producto de la


  
alteración directa de     ésta. Es el más mineral de los horizontes y el primero en formarse
durante la edafogénesis. Su composición     es la del manto de alteración.

Inmediatamente debajo encontraremos la roca sin alterar.

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