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Cómo afecta la contaminación acústica al medio ambiente

agosto 27, 2018 Energía Verde


La contaminación acústica, propia de la vida moderna y las ciudades, tiene efectos
muy nocivos en la salud de las personas. Desde insomnio a irritabilidad, pasando
por dificultades en el desarrollo cognitivo, supone un problema grave a tener en
cuenta. De hecho, ya en la antigua Roma, existían leyes que prohibían la
circulación de carros por la noche.

Sin embargo, hay otro problema fundamental al que, por desgracia, se le da


menos importancia: sus efectos dañinos en el medio ambiente y los ecosistemas.

Por eso, desde Enérgya-VM, siempre queremos concienciar y sacar a la superficie


esos problemas. Al fin y al cabo, solo podemos solucionar aquello que podemos
ver, por eso es importante conocer cómo afecta la contaminación acústica al
medio ambiente.

Cómo cambian los ecosistemas por la contaminación acústica


La actual contaminación acústica afecta sobre todo a las ciudades, pero no son las
únicas. Según el Servicio de Parque Nacionales de Estados Unidos, el impacto
ambiental de la contaminación acústica se produce también por sus efectos en la
vida salvaje.

La elección de un hábitat por parte de los animales depende, y mucho, de los


ruidos que se producen en él. Si un animal no puede tolerar el ruido del entorno,
no tolerará ninguna de sus condiciones. Eso hace que la contaminación acústica
de vehículos, fábricas, talado de árboles o turismo altere el delicado equilibrio de
los ecosistemas salvajes.

Si los animales en los escalones más bajos de la pirámide alimentaria huyen, tras
ellos se marchan sus depredadores. Si son los depredadores los que se ven
afectados por la contaminación acústica, sus presas empiezan a crecer fuera de
control. Eso empieza a afectar también a la flora, cambiando por completo
paisajes y zonas.
Es por eso que las iniciativas de ecoturismo, de las que te hemos hablado en
Enérgya-VM, están en auge, a fin de conservar el equilibrio de la biodiversidad.

Los efectos nocivos en la contaminación acústica no se limitan solo a la tierra. El


mar también se ve afectado y se ha demostrado cómo el ruido de barcos y naves
afecta gravemente a orcas, ballenas y delfines.

Estas dependen mucho de la emisión de ondas, y la alta frecuencia de las


embarcaciones distorsiona su capacidad de comunicarse, reproducirse o
encontrar alimento. De hecho, se ha descubierto que los sonares militares pueden
ser responsables de la muerte de un gran número animales de estas especies.

A su vez, la contaminación acústica perturba patrones de reproducción,


amamantamiento y se ha identificado como un contribuyente a la extinción de las
especies.

No solo eso, las plantas también pueden verse afectadas por la contaminación
acústica, que interfiere en los ciclos de polinización y expansión de semillas.

Los efectos de la contaminación acústica en los animales de granja


No solo el medio ambiente salvaje se ve afectado por el exceso de ruido. Se ha
demostrado que la contaminación acústica, y el estrés que produce, reduce el
consumo de alimento del ganado y la capacidad de producir leche, tanto en la
cantidad obtenida con cada ordeñado, como en la frecuencia de ordeño.

Del mismo modo, también afecta al crecimiento de los pollos y gallinas, así como a
la producción de huevos.

¿Qué efecto colateral negativo tiene eso en el medio ambiente? Es necesario


aumentar la crianza y la producción, ocupando cada vez más recursos y
produciendo mayores desechos y emisiones.

contaminacion en la cuidad
La contaminación acústica de la cuidad provocan efectos nocivos en la salud.
Los efectos de la contaminación acústica en el ecosistema de las ciudades
Si hay un lugar en el que la contaminación acústica produce efectos nocivos es en
el ecosistema de las ciudades. Siendo los lugares con mayor índice de
contaminación de este tipo, no es raro ver cómo cambia el medioambiente de los
grandes núcleos de población.

Los pájaros en una ciudad necesitan cantar y llamar de manera más prolongada (y
a mayor volumen), que su misma especie cuando vive en el campo.

De hecho, debido a la contaminación acústica, algunas especies como el petirrojo


europeo que vive en ciudades ha comenzado a cantar de noche, para que se le
oiga y pueda sobrevivir reproduciéndose.

Del mismo modo, todos aquellos animales que dependen del sonido para cazar, o
no ser cazados, también abandonan el entorno de las ciudades. Por su parte, los
canarios, animales que solemos poseer en nuestras casas, se ven muy afectados
por el ruido de la ciudad, provocando efectos nocivos en su salud.

No son las únicas especies que se ven afectadas. Se ha estudiado cómo el ruido
del tráfico afecta también al proceso reproductivo de las ranas en zonas
metropolitanas. Ese ruido ahoga las llamadas de apareamiento de los machos, de
manera que no pueden perpetuarse.

Como vemos, la contaminación acústica no solo tiene efectos nocivos en la salud


de las personas. También afecta gravemente a los animales y, a través de ellos,
se altera negativamente el equilibrio de los ecosistemas, tanto terrestres, como
marinos.

Por desgracia, la contaminación acústica es uno de esos problemas ambientales a


los que no damos toda la importancia que realmente tienen. Por eso, cualquier
acción para concienciar sobre esa contaminación, o reducirla, es fundamental para
un futuro sostenible.
La contaminación acústica, ¿cómo reducir el impacto de una amenaza invisible?
#naturaleza #sostenibilidad medioambiental #sociedad

La contaminación atmosférica no es la única que tiene efectos perjudiciales para


los seres vivos del planeta. La contaminación acústica, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), es uno de los factores ambientales que provoca más
problemas de salud. Solo en Europa, según la Agencia Europa del Medio
Ambiente (AEMA), causa al año 16.600 muertes prematuras y más de 72.000
hospitalizaciones.

Carrusel de imagenes y videos


Contaminación acústica.
Según la OMS el ruido se vuelve dañino si supera los 75 decibelios (dB) y
doloroso a partir de los 120 db.
Descargar imagen Contaminación acústica.
Un conductor apretando el claxon de su coche, un grupo de obreros taladrando el
suelo, un avión sobrevolando el cielo... Ruido, ruido y más ruido. Las ciudades se
han convertido en el epicentro de un tipo de contaminación, la acústica, que, pese
a su invisibilidad y a que la crisis del coronavirus la ha reducido hasta el punto de
casi añorarla, es terriblemente perjudicial para los humanos. En ese sentido, un
dato que da buena muestra de ello: solo en Europa, según datos de la Agencia
Europea del Medio Ambiente (AEMA), el ruido causa 72.000 hospitalizaciones y
16.600 muertes prematuras.

Si es perjudicial para los humanos, también lo es para los animales. Según el


servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos (NPS), la contaminación
acústica tiene un gran impacto ambiental y notables efectos adversos en la vida
salvaje. De hecho, según los expertos, el ruido puede perturbar los patrones de
reproducción, de amamantamiento e, incluso, contribuir a la extinción de algunas
especies.

QUÉ ES LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA


No todo sonido es considerado contaminación sonora. La Organización Mundial
de la Salud (OMS) define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios
(dB). En concreto, dicho ruido se vuelve dañino si supera los 75 dB y doloroso a
partir de los 120 db. En consecuencia, este estamento recomienda no superar los
65 dB durante el día e indica que para que el sueño sea reparador el ruido
ambiente nocturno no debe exceder los 30 dB.

Acceso al html de Megaciudades. Enlace interno, se abre en ventana propia.

CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA


La contaminación acústica puede proceder de múltiples fuentes, pero a
continuación repasamos las principales:

Tráfico automovilístico
El principal foco de ruido en las ciudades es el generado por los automóviles. Por
ejemplo, el claxon de un coche produce 90 db y el de un autobús 100 dB.

Tráfico aéreo
El número de aviones que sobrevuelan una ciudad es inferior al de coches, pero
su impacto es mayor: uno de estos aparatos produce 130 db.

Obras de construcción
La construcción de un nuevo edificio, un nuevo parking o el reasfaltado de una
acera provoca ruido. Por ejemplo, un martillo neumático suena a 110 dB.

Restauración y ocio nocturno


Los bares, los restaurantes y las terrazas que se montan en el exterior cuando
llega el buen tiempo pueden llegar a superar los 110 dB. En este apartado también
entraría el ruido de pubs y discotecas.

Animales
El ruido que generan los animales puede pasar desapercibido, pero los ladridos y
aullidos de un perro, por ejemplo, pueden rondar los 60-80 db.
Las ciudades más ruidosas del mundo.
Las ciudades más ruidosas del mundo.
Descargar

VER INFOGRAFÍA: Las ciudades más ruidosas del mundo [PDF]Enlace externo,
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Acceso al html de Contaminación del agua. Enlace interno, se abre en ventana


propia.

CONSECUENCIAS DE LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA


El ruido excesivo y constante, más allá de los lógicos efectos negativos sobre la
audición —tinnitus o sordera—, puede provocar otros problemas en la salud
humana, especialmente entre los más jóvenes y los más mayores. A continuación,
repasamos los principales:

Psicopatológicos
Agitación respiratoria, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial, dolor
de cabeza y, ante sonidos extremos y constantes, gastritis, colitis o incluso
infartos.

Psicológicos
El ruido puede provocar episodios de estrés, fatiga, depresión, ansiedad o histeria
tanto en seres humanos como en animales.

Sueño y conducta
Un ruido por encima de los 45 dB impide conciliar el sueño o dormir correctamente
—recordemos que lo ideal según la OMS es no exceder los 30 dB—. Esto puede
influir, a posteriori, en nuestra conducta provocando episodios de agresividad o
irritabilidad.
Memoria y atención
El ruido puede afectar a nuestra capacidad de concentración, lo que al tiempo
puede provocar bajo rendimiento. También a la memoria, por ejemplo a la hora de
estudiar.

Como dato curioso: el oído necesita algo más de 16 horas de reposo para
compensar dos horas de exposición a 100 dB.

SOLUCIONES PARA REDUCIR LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA


Organismos internacionales como la OMS coinciden en señalar que la
concienciación de la ciudadanía es fundamental para vencer a este enemigo
invisible. Por ejemplo: realizar actividades de ocio sin generar ruido excesivo,
evitar el uso del coche y optar por alternativas como la bicicleta o el coche
eléctrico, realizar obras domésticas en los horarios recomendados, aislar los
hogares con materiales absorbentes de ruido, etc. Para ello, también se vuelve
fundamental promover la educación ambiental entre los más pequeños.

Las administraciones también pueden tomar medidas para una adecuada gestión
ambiental del ruido que contribuya a reducir la contaminación auditiva. Por
ejemplo: proteger determinadas zonas —áreas de campo, espacios de interés
natural, parques urbanos, etc.— del ruido, establecer normativas que contemplen
medidas preventivas y correctivas —distancia obligatoria entre zonas residenciales
y focos de ruido como los aeropuertos, multas para aquellos que superen los
límites de ruido, etc.—, aislar acústicamente los edificios de nueva construcción,
crear zonas peatonales con horarios de circulación restringidos para la carga y
descarga de mercancías, sustituir el asfalto habitual por otros más eficaces que
reducen hasta 3 dB el ruido de la calle, entre otras.

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