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Revista Colombiana de Psiquiatría

ISSN: 0034-7450
revista@psiquiatria.org.co
Asociación Colombiana de Psiquiatría
Colombia

Sampson, Anthony
La psicoterapia como artefacto cultural
Revista Colombiana de Psiquiatría, vol. XXX, núm. 4, 2001, pp. 359-368
Asociación Colombiana de Psiquiatría
Bogotá, D.C., Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80630403

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ARTÍCULO O R I G I N A L LA PSICOTERAPIA COMO ARTEFACTO CULTURAL

LA PSICOTERAPIA COMO ARTEFACTO CUL


ARTEFACTO TURAL *
CULTURAL
ANTHONY SAMPSON ***

Cualquiera que sea la forma que revista, la psicoterapia es común a la


humanidad entera. Hoy día, en el mundo occidental, centenares de
psicoterapias están en el mercado. Buena parte, si no todas, se pueden
atribuir al contagio freudiano vaticinado por el mismo padre del psicoa-
nálisis. Aunque Freud creyó haber fundado una psicoterapia científica,
nunca postuló que su invento fuera la única terapia posible. La cientificidad
del psicoanálisis ha sido severamente cuestionada en las últimas décadas.

No obstante, no existe criterio alguno para decir qué sería una psicotera-
pia científica. La diversidad de las etnoterapias, tanto las de la antigüedad
como las contemporáneas en la sociedad moderna y en las premodernas
actuales, es innegable. En lugar de repudiarlas a todas como precientíficas
-ya que no existe criterio de demarcación- lo razonable sería estudiarlas
para intentar explicitar su lógica interna.

Palabras claves: Psicoterapia; Etnopsicología.

PSYCHOTHERAPY AS A CULTURAL ARTIFACT


Regardless of its facade, psychotherapy is common to the entire humankind.
In the Western word market, there are now hundreds of therapies
available. A good number of them, if not all, may be due to the Freudian
contagion, predicted by the father of psychoanalysis himself. Even though
Freud believed he had created a scientific psychotherapy, he never
pretended his invention was the only possible therapy. The scientific
nature of psychoanalysis has been severely questioned in the last decades.

However, there are no criteria about how a scientific psychotherapy


should be. The diversity of ethnotherapies, both ancient, modern and in
current premodern society, in undeniable. Instead of repudiating them as
prescientific -as there is no standard of demarcation- it would be reasonable
to study these therapies, in order to clarify their innner logic.

Key words: Psychotherapy; Ethopsychology.

* Ponencia presentada en el XXXIX Congreso Colombiano de Psiquiatría, Bucaramanga, oct. de 2000


** Psicoanalista, Profesor Escuela de Psicología, Universidad del Valle.

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SAMPSON ANTHONY

Se atribuye a Dostoyevski el dicho de que se definieron como opciones dis-


que toda la generación de escritores tintas al freudismo con el cual guar-
rusos, de la que él formaba parte, ha- daban poco lazo, si acaso alguno: la
bía salido de debajo de «El Capote» psicosíntesis de Roberto Assagioli, el
de Gogol (1). En la historia de las le- análisis transaccional de Eric Berne,
tras es seguro que el modelo de un la terapia racional-emotiva de Albert
solo maestro basta para inaugurar Ellis, la EST de Werner Erhard, la lo-
toda una tradición. Generación tras goterapia de William Glasser, la te-
generación, el legado se transmite, se rapia primal de Arthur Janov, la te-
enriquece y adquiere progresivamen- rapia psicodélica de Timothy Leary,
te la densidad y los rasgos caracterís- la terapia bioenergética de Alexander
ticos de una literatura nacional. La di- Lowen, la psicología humanista de
versidad resultante de estilos, de te- Abraham Maslow, la psicocibernéti-
máticas preferidas, de géneros em- ca de Maxwell Maltz, el psicodrama
pleados, contribuye a formar un pa- de Jacob L. Moreno, la psicología de
trimonio cultural distintivo. las profundidades de Ira Progoff, la
integración estructural o Rolfing de
Parodiando a Dostoyevski, tal vez Ida Rolf.
podríamos decir que, si no todo, al
menos una buena parte del enjambre La lista se alarga alarmantemente si
de psicoterapias actualmente existen- incluimos a todas las técnicas de «self-
tes ha salido de debajo del diván de improvement», de auto-superación: el
Freud. No se sabe si la historia es apó- realismo estético, el entrenamiento
crifa pero, supuestamente, al desem- para la asertividad, la proyección as-
barcar en los EE.UU., en 1909, Freud tral, Meher Baba, el método de Bates,
habría dicho a sus acompañantes, modificación del comportamiento,
Jung y Ferenczi: «No saben que les bioritmo, terapia de danza, Esalen,
traemos la peste». Sea auténtica la terapia familiar, el método de Kelley,
anécdota o no, la peste freudiana, terapia zonal, terapia de grupo nudis-
pero especialmente las nuevas cepas ta, la meditación trascendental y, por
derivadas de ella, no han se han re- supuesto, las importaciones orienta-
producido en ningún otro lugar del lizantes: yoga, zen, I Ching, y las ar-
mundo con tanto éxito. tes marciales que, al decir de sus par-
tidarios, paradójicamente fomenta-
Primero fueron los discípulos disi- rían el pacifismo. El catálogo comple-
dentes quienes se conviertieron a su to registraba más de 300 nuevas tera-
vez en cabezas de escuela: Alfred pias en un censo establecido ya hace
Adler, Otto Rank, Ludwig Binswan- veinte años (2). Es seguro que hoy día
ger, Erich Fromm, Karen Horney, el número debe ser aún mayor.
Carl Jung, Fritz Perls, Wilhelm Rei-
ch, Carl Rogers, Harry Stack Sullivan, Por lo demás, no incluyo lo que ha
Igor Caruso. Luego vinieron aquellos sido bautizado La Nueva Era y las

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corrientes y agrupaciones propia- vez más exacerbada de la imagen de


mente espiritualistas o religiosas, sí, conducen a una extrema vulnera-
aunque la psique, desde su invención bilidad que puede reclamar un apun-
en Grecia antigua, ha estado íntima- talamiento psicoterapéutico constan-
mente asociada con el más allá y lo te.
sobrenatural.
En los EEUU hay cerca de 35,000 psi-
Sin embargo, no puedo dejar de re- quiatras, más de 60,000 psicólogos
cordar que la Sociedad para la Inves- profesionalmente formados de acuer-
tigación Psíquica, fundada en Lon- do con pautas académicas consensua-
dres en 1882, tuvo afinidades muy les, hay más de 100,000 trabajadores
tempranas con la Sociedad Teosófi- sociales autorizados a ejercer terapia,
ca, creada por Madame Blavatsky, ha pero puede haber tanto como un mi-
engendrado una descendencia inin- llón de terapeutas legos sin licencia
terrumpida hasta nuestros días: An- estatal (5).
nie Besant, Krishnamurti, Rudolf Stei-
ner, Gurdjieff, Ouspensky, y las doc- Claro está, hay que guardar las debi-
trinas actuales de Subud y de Sufi (3) . das proporciones: Colombia no es los
Estados Unidos. Pero la tendencia es
También vale la pena señalar que «un semejante, y si no fuera por el éxodo
psíquico» en inglés, a psychic, desig- de los mandos superiores y de los
na «una persona supuestamente sen- cuadros medios, debido a la recesión
sible a influencias o fuerzas psíqui- económica y a la guerra sucia, los psi-
cas [sobrenaturales]; una médium» (4). coterapeutas - que cada año son más
Aristóteles hizo lo que pudo por dis- numerosos por la multiplicación de
tinguir el nous de la psique, pero el programas de estudios de psicología
alma siempre ha estado sobre la cuer- - gozarían de una fortuna análoga a
da floja entre el materialismo y el es- la de sus colegas norteamericanos.
piritualismo.
Ahora bien, algunos podrán indig-
Sin lugar a dudas, parte de la singu- narse ante este estado de cosas, y acu-
laridad de la cultura occidental con- sar de charlatanería a los practican-
temporánea puede reconocerse en tes de estas terapias exóticas e insóli-
esta proliferación fantástica de psico- tas. Otros, airadamente, pueden de-
terapias. Lo que algunos llaman la nunciar la laxitud de las autoridades
«alienación del yo moderno» se ve estatales. Y aún otros, más filosófica-
expresada en la búsqueda desespera- mente tolerantes, sonreirán ante la
da de métodos para la realización de infinita credulidad de la sufriente
sí. La híperconciencia puesta en los condición humana. Podríamos tam-
propios procesos anímicos, la vigilan- bién atribuirlo todo a un fenómeno
cia extrema de las oscilaciones humo- de psicología social: serían meras
rales, junto con la promoción cada modas californianas de efímera du-

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ración, lo que a menudo ha sido efec- de pseudo expertos, si esta especiali-


tivamente el caso. Sin embargo, pa- dad fuera declarada ilegal!
rece más prudente indagar por lo que
puede estar sucediendo en las socie- Ahora bien, es cierto que cada tera-
dades contemporáneas para que se- pia pretende fundarse en una teoría,
mejante oferta de terapias no sólo ten- aunque dichas teorías en muchos ca-
ga demanda sino que aparentemente sos guardan una relación bastante
sea necesaria. dudosa con lo que se entiende tradi-
cionalmente por coherencia y racio-
Por tanto, antes de precipitarnos a nalidad. Sin embargo, es preciso re-
condenar o a reir, deberíamos pre- conocerlo: no existe una psicoterapia
guntarnos si existe una pauta de eva- científica, expresión que probable-
luación que permita distinguir entre mente sea un oxímoron. Pero es jus-
la paja - es el caso de decirlo - y el tamente la ausencia de tal terapia
grano. Las estadísticas permiten, de científica lo que hace inevitable la
acuerdo con el criterio de la satisfac- multiplicación de procedimientos
ción del usuario, afirmar que el mis- que aspiran a ese estatuto, tan codi-
mo porcentaje de éxitos y de fracasos ciado en nuestra cultura.
puede ser atribuido a todas las for-
mas de terapia actualmente en el Como se sabe, Freud - al menos el de
mercado (6). los primeros tiempos (el de Sobre Psi-
coterapia [1905] 7) - creía que sus téc-
No obstante, nadie ha podido definir nicas psicoanalíticas habían hecho
qué es un éxito y qué es un fracaso. posible por primera vez en la histo-
Así, si no hay un fundamento teórico ria la psicoterapia científica. Pues él
para establecer que una cura es me- admitía de buen grado que la psico-
jor, o de una naturaleza cualitativa- terapia es tan antigua como el hom-
mente superior, ¿cómo estipular nor- bre y es, por idéntica razón, el proce-
mativamente qué terapias son lícitas dimiento más antiguo del que se ha
y las que no lo son? Es imposible y servido la medicina.
también indeseable legislar, porque,
como ya lo dijimos, no hay criterio La novedad psicoanalítica, a sus ojos,
evaluativo seguro, y porque la inflexi- consistía en hacer de un aparente vi-
bilidad jurídica sólo conduce a lo cio una virtud curativa: el terapeuta
peor: la clandestinidad y el aumento podría apropiarse de la «crédula ex-
de la potencia de atracción de las pectativa» - espontáneo factor psíqui-
prácticas prohibidas. co de la influencia del médico sobre
el enfermo - para servirse deliberada-
¡Imagínese cómo se elevaría el costo mente de ella, para guiarla y refor-
de la consulta con el experto en leer zarla. «La sugestión» es el nombre
el tabaco, y cómo se improvisarían de que desde antes de Freud se dió a esta
la noche a la mañana una multitud influencia. Pero Freud agregó que la

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eficacia de la sugestión se debía a la está, él nunca renunció a la convic-


«transferencia» que investía a la per- ción de haber inventado una psicote-
sona del médico de los poderes legen- rapia científica. Incluso en «Análisis
darios del Emperador José (8). terminable e interminable», práctica-
mente su última palabra sobre el
No obstante su reconocimiento tem- asunto y que pasa por ser un texto
prano de ella - desde «Tratamiento pesimista respecto a la eficacia analí-
psíquico (tratamiento del alma)» de tica, el instrumento forjado es consi-
1890 (9) - Freud siempre tuvo una ac- derado todavía cualitativamente bue-
titud ambivalente respecto a la trans- no y su impotencia relativa es expli-
ferencia. Primero tuvo que admitir cada por factores sólo cuantitativos.
que era un arma de doble filo, pues
podía presentarse de modo positivo Sin embargo, aún en las épocas pri-
o de modo negativo. Insistió en que meras en las que el desencanto no se
la transferencia es un fenómeno ab- vislumbraba en el horizonte, Freud
solutamente espontáneo, del que el jamás pretendió ejercer un monopo-
analista no es responsable. Pero al lio en lo que concierne a la psicotera-
mismo tiempo reconoció que mucho pia. No sólo esta ha existido de anti-
depende de la persona del médico, no guo (12) - los médicos la han practica-
sólo en lo que concierne al manejo de do siempre, aunque fuese sin darse
la sugestionabilidad, sino también en cuenta, como aquel personaje de
la inauguración del drama transferen- Molière que ha hablado toda su vida
cial como tal. Por eso la libre elección en prosa sin caer en cuenta de ello -
del médico no debe suprimirse, por- sino que «hay muchas variedades de
que de hacerse «se anularía una impor- psicoterapia, y muchos caminos para
tante condición del influjo sobre los en- aplicarla. Todos son buenos si llevan
fermos» (10). a la meta de la curación» (13).

Por lo demás, aunque la transferen- Freud sólo postula que su método «es
cia es postulada como el motor de la el más interesante, el único que nos
cura, como un auxiliar indispensable enseña algo acerca de la génesis y de
para vencer a la resistencia, es en sí la trama de los fenómenos patológi-
misma una resistencia porque se opo- cos» (14). Es decir, su superioridad es-
ne a la labor de rememoración. En úl- tribaría sólo en la generación de un
timas es - en la búsqueda de una te- saber seguro sobre la etiología. De ahí
rapia causal - una «enmienda vergon- su pretensión de ser una terapia cau-
zosa para nuestro rigor científico»: sal y no meramente sintomática. No
palabras textuales de Freud (11). Claro obstante, como es un tratamiento tan
costoso y tan largo, Freud encuentra
8
Freud alude al Emperador José, renombrado por su excéntrica manera de
hacer beneficencia, en al menos dos ocasiones: en la 27ª Conferencia, «la «enteramente lícito aplicar métodos
transferencia», de sus «Conferencias de introducción al psicoanálisis», y en
«Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica»; Obras Completas, Vol. XVI y 12
Pedro Laín Entralgo lo demuestra en su célebre texto La curación por la
Vol. VII respectivamente. palabra en la antigüedad clásica, Barcelona, Anthropos, 1987 [1958].

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terapéuticos más cómodos siempre gico, primitivo o pre-lógico. Entre


que haya la perspectiva de lograr algo otras razones, porque las grandes ci-
con ellos» (15) . vilizaciones como la hindú y la chi-
na, que practican psicoterapias distin-
Poco después de la Primera Guerra tas a las que conoce el Oeste, difícil-
Mundial, Freud contempla la posibi- mente pueden ser catalogadas como
lidad - y la necesidad - de aumentar primitivas y pre-lógicas.
la cobertura del tratamiento psicote-
rapéutico para incluir a capas de la Además, demuestran una innegable
población hasta entonces excluidas de eficacia - relativa es verdad, pero no
los beneficios del psicoanálisis. «[…] más relativa que la que alcanzan las
es muy probable, dice él, que en la psicoterapias occidentales. Pero sobre
aplicación de nuestra terapia a las todo la etnopsiquiatría ha logrado ar-
masas nos veamos precisados a alear ticular los sistemas simbólicos o se-
el oro puro del análisis con el cobre mióticos puestos en obra en estas te-
de la sugestión directa, y quizás el rapias: es decir se puede explicitar, al
influjo hipnótico vuelva a hallar ca- menos aproximativamente, la lógica
bida…» (16). que les subyace.

Entonces no hay la proclamación uni- El eminente psiquiatra y antropólo-


lateral de una exclusión absoluta: o go de la Universidad de Harvard, Dr.
bien la ciencia pura y dura o la char- Arthur Kleinman, propone que estas
latanería total. Todos los caminos terapias en su conjunto, occidentales
conducen a Roma, parece decir y no occidentales, sean consideradas
Freud, pero el punto decisivo es el de como sistemas simbólicos de cura-
saber si se consigue más yendo por ción(17).
el camino más largo que por el más
corto. Ese punto sigue discutiéndose Ya desde finales de los años cuaren-
acaloradamente todavía hoy día en- ta, el antropólogo Claude Lévi-
tre los partidarios de la psicoterapia Strauss presentó dos textos que se han
breve y los que practican el psicoa- convertido en clásicos: «El hechicero
nálisis clásico. y su magia» y «La eficacia simbóli-
ca» en los que la función simbólica en
Pero peor aún: la antropología médi- su prevalencia en la vida de los hom-
ca y psiquiátrica ha ido censando y bres es demostrada mediante el aná-
estudiando la diversidad de procedi- lisis de la cura chamanística (18).
mientos psicoterapéuticos empleados
en las sociedades no occidentales. Desde mediados del siglo pasado la
Estas técnicas, por más que repudian literatura etnopsiquiátrica ha ido cre-
a la racionalidad occidental, no pue- ciendo de una manera muy notable.
den ser descalificadas como meras En parte por la productividad de jó-
expresiones de un pensamiento má- venes antropólogos en busca de et-

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nias exóticas para sus tesis de grado; profundas del individuo son ‘recono-
en parte por la implementación de cidas’ por la sociedad, y ella ha pro-
servicios estatales de salud en países porcionado símbolos culturales para
no occidentales con psiquiatras for- dar expresión a los problemas que lo
mados en la tradición occidental. Pero atormentan - problemas de culpabi-
también por la emigración de miem- lidad, alienación, traición y desespe-
bros de etnias africanas y asiáticas a ranza» (20).
las metropolis de Europa y de los
EEUU, que terminan por desconcer- Arthur Kleinman ha llevado extensas
tar a sus terapeutas por la extrema exploraciones comparativas entre los
dificultad de distinguir entre un de- métodos terapéuticos indígenas (in-
lirio y una extraña creencia folklóri- cluyendo los de las medicinas china
ca. e hindú tradicionales) y los procesos
occidentales más representativos. Ha
Lo que resulta cada vez más compro- confeccionado una especie de cuadrí-
bado es que la cultura, cualquiera que cula dividida en siete rúbricas: encua-
ella sea: la egocéntrica occidental o las dre institucional, características de la
sociocéntricas no occidentales, ejerce interacción interpersonal, caracterís-
un efecto muy poderoso no sólo so- ticas del practicante, lenguajes de co-
bre todo el proceso de curación, sino municación, realidad clínica, etapas
incluso sobre lo que debe pensarse y mecanismos terapéuticos, aspectos
como patológico o no. extraterapéuticos.

El antropólogo con formación psicoa- Su conclusión es que, salvo ciertos


nalítica, originario de Sri Lanka, Ga- universales no triviales como la con-
nanath Obeyesekere, ha mostrado fianza y la empatía, las diferencias
que ciertas acciones, que en términos entre los sistemas tradicionales y los
occidentales podrían ser interpreta- de la psicoterapia psiquiátrica son tan
das como síntomas, «son transforma- grandes que la psicoterapia occiden-
das en símbolos que confieren signi- tal aparece como un caso aparte, una
ficación a las motivaciones que las excepción en gran medida determi-
suscitaron y proporcionan una ave- nada culturalmente. Tobie Nathan,
nida para la reflexividad, comunica- un etnopsiquiatra que ejerce su prác-
ción con los demás, y en casos excep- tica clínica con emigrantes africanos,
cionales, a una transformación radi- asiáticos y caribeños en el Centro
cal del ser»(19). Georges Devereux en París, ha llega-
do a una conclusión semejante.
Esto puede ocurrir, contribuyendo así
a lo que Obeyesekere denomina «el Los sistemas terapéuticos no occiden-
trabajo de la cultura» y no al aumen- tales simplemente no son reductibles
to del número de pacientes hospita- al nuestro. Son auténticos sistemas
lizados, porque «Las motivaciones conceptuales de una gran sofistica-

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ción y refinamiento. Como conse- Claro está, no es sólo el lego el que


cuencia, Nathan opina que «de aho- desconfía de los ensalmos. Por lo ge-
ra en adelante el único objeto de una neral, el que quiera ser científico, y
psicopatología verdaderamente cientí- en primer término el médico, tiene
fica debe ser la descripción la más fina todo interés en distinguirse del curan-
posible de las terapias y de las técnicas dero, del chamán y del hechicero.
terapéuticas…» (21). También Freud fue el primero en
comprobarlo: «La psicoterapia sigue
Arthur Kleinman quizá no suscribi- pareciéndoles a muchos médicos un
ría esta afirmación sin agregar mati- producto del misticismo moderno, y
ces. Pero estaría de acuerdo con la por comparación con nuestros recur-
necesidad de conocer en detalle y sos terapéuticos físico-químicos, cuya
analizar los sistemas terapéuticos aplicación se basa en conocimientos
existentes. Ese estudio comparativo fisiológicos, un producto directamen-
es esencial en la formación del psi- te acientífico, indigno del interés de
quiatra, entre otras muchas razones, un investigador de la naturaleza» (24).
para llegar a apreciar, mediante el
enfoque comparativo, el propio sis- Pero en nuestros días Arthur Klein-
tema de prejuicios y de ideas precon- man comprueba una situación bási-
cebidas. Lo que es crucial es la adop- camente la misma que hace 95 años
ción de una perspectiva cultural, que cuando Freud escribió las palabras
revela que «la psicoterapia es mera- que acabo de citar. «La psicoterapia
mente una forma indígena de cura- resulta amenazante a los académicos
ción simbólica, es decir, una terapia que intentan forjar una ciencia psi-
basada en palabras, mitos y el uso ri- quiátrica debido a sus vínculos con
tual de símbolos» (22). terapias folklóricas y populares y a
su imagen psicosocial ‘blanda’» (25). La
Freud ya lo había dicho: el tratamien- psicoterapia representaría así un re-
to psíquico, es decir el «tratamiento siduo arcaico del pasado de la medi-
desde el alma, se hace con recursos que cina. Consistiría tan sólo en un efecto
de manera primaria e inmediata in- placebo, dependiente de la fe del pa-
fluyen sobre lo anímico del hombre. ciente en el tratamiento o en «la per-
Un recurso de esa índole es sobre sona del médico»”, para emplear una
todo la palabra, y las palabras son, en expresión favorita de Freud.
efecto, el instrumental esencial del
tratamiento anímico. El lego […] pen- A Kleinman esto no le parece algo que
sará que se lo está alentando a creer deba condenarse sino aplaudirse. Si
en ensalmos. Y no andará tan equi- la psicoterapia es una manera de
vocado…» porque justamente de lo maximizar respuestas placebo, un
que se trata es de «devolver a la pala- efecto no específico del tratamiento,
bra una parte, siquiera, de su prísti- entonces tanto mejor que sea aprove-
no poder ensalmador (23)». chado un mecanismo terapéutico su-

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LA PSICOTERAPIA COMO ARTEFACTO CULTURAL

butilizado en la medicina en general. tragedias, y la singular experiencia


Si durante los tratamientos psicote- vivida en los trastornos más severos.
rapéuticos se generan efectos psico-
fisiológicos, debido a la activación del La biomedicina occidental es absolu-
sistema nervioso autónomo y de los tamente singular con respecto a todas
sistemas psiconeuro-inmunológico y las demás terapias, tanto históricas
endocrinológico, como efectivamen- como contemporáneas, en la medida
en que tiende a ser la única en inten-
te parece ser el caso, esto no tiene
tar ignorar sistemáticamente la es-
nada de ignominioso.
tructura simbólica de los procesos de
El problema radica más bien en lo que curación.
Kleinman designa como la paradoja
Para concluir, una última cita de
crucial y perturbadora que represen-
Freud: «Nosotros, los médicos, todos
ta la eficacia de la psicoterapia para ustedes, por tanto, cultivan perma-
la psiquiatría contemporánea. «La nentemente la psicoterapia, por más
psicoterapia del psiquiatra es una que no lo sepan ni se lo propongan;
anomalía en la casa de la medicina sólo que constituye una desventaja
científica… El psiquiatra, en la medi- dejar librado tan totalmente a los en-
da en que no piensa en términos de fermos el factor psíquico de la in-
neurociencia o no emplea terapias fluencia que ustedes ejercen sobre
somáticas, es un anacronismo debi- ellos. De esa manera se vuelve incon-
do a que intercambia símbolos gene- trolable, indosificable, insusceptible
rales, significaciones subjetivas, y ex- de acrecentamiento. ¿No es entonces
periencias vividas». El trabajo del lícito que el médico se empeñe en
psiquiatra consiste por encima de apropiarse de ese factor, servirse de-
todo en la construcción de las histo- liberadamente de él, guiarlo y refor-
rias de vida de sus pacientes: sus as- zarlo? A esto, y sólo a esto, los alien-
piraciones y derrotas, sus pasiones y ta la psicoterapia científica” (26).

REFERENCIAS

1. Gogol N. El Capote, en Obras Completas. 4. Random House Unabridged Dictionary, 2ª


Madrid: Aguilar; 1968. ed., New York; 1993.
2. Tytell P. La peste en Amérique, de la 5. Kleinman A. Rethinking Psychiatry, New
psychanalyse au psychoverbiage, en York, The Free Press, 1988, p. 110.
Magazine littéraire, Nº 159160, abril de
1980, París, p. 32-39. 6. Horgan J. Why Freud Isn’t Dead, Scientific
American, dic. 1996, p.74-79.
3. Washington P. Madame Blavaysky’s
Baboon, A History of the Mystics, 7. Sigmund Freud, Obras Completas, Vol. VII,
Mediums and Misfits Who Brought Buenos Aires, Amorrortu, 1976.
Spiritualism to America, New York:
Schocken; 1993. 9. Op.cit., Vol. I.

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SAMPSON ANTHONY

10. Tratamiento psíquico (tratamiento del 19. Obeyesekere G. The Work of Culture,
alma), op.cit., Vol. I, p. 124. Symbolic Transformation in
Psychoanalysis and Anthropology.
11. Op.cit., Vol. XVI, p. 401. Chicago: University of Chicago Press;
1990, p. 24.
13. Sobre psicoterapia, en op. cit., Vol. VII, p.
249. 20. Ibid.

21. Nathan T, Stengers I. Médecins et sorciers.


14. Ibid.
París: Les Empêcheurs de Penser en
15. Ibid, p.252. Rond, Département de communication,
Synthélabo, 1995, p. 105-6.
16. Op.cit., Vol. XVII, p. 163.
22. Kleinman, op.cit., p. 114.
17. Kleinman A. Rethinking Psychiatry, From
23. Op.cit., Vol. I, p. 115 .
cultural category to personal experience.
New York: The Free Press; 1988. 24. Op.cit., Vol. VII, p. 248.

18. Lévi-Strauss C. Anthropologie Structurale. 25. Op.cit., p. 112.


París: Plon; 1958. 26. Op.cit., Vol. VII, p. 248.

PAREJA
ÓLEO SOBRE TELA
25X25 CMS
2001

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