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EL ANTICRISTO

Prof. Barry Gritters

1. Introducción
¿Qué es el Anticristo? En estos últimos días, esta debería ser una pregunta
apremiante. ¿Quién es el Anticristo? ¿De qué forma alguien que ame a
Cristo puede identificarlo? ¿Cuál será su apariencia? ¿De qué manera se
comportará? ¿Dónde estará ubicado su centro de operaciones?

Si están esperando aquí la identificación de algún hombre que sea el


Anticristo, serán decepcionados. Si están esperando alguna predicción
con respecto a cuantos años faltan antes de que el Anticristo se levante,
no la encontrarán aquí. Esperamos ser fieles a la tradición Reformada de
la sobria exégesis de la Palabra de Dios y el mantenimiento cuidadoso de
la fe Reformada. (Además, el deseo de identificar al Anticristo a menudo
ha desviado a la Iglesia del llamado presente que tiene con respecto
al espíritu del Anticristo. Para saber que queremos decir con esto, sigan
leyendo hasta el final.)

Las confesiones de las iglesias Reformadas dicen muy poco acerca del
Anticristo. Excepto por referencias al paso, uno encuentra muy poco sobre
escatología (la doctrina de las últimas cosas o últimos tiempos) en las
confesiones Reformadas, y nada en las Tres Formas de
Unidad (el Catecismo de Heidelberg, la Confesión Belga y los Cánones de
Dort) acerca del Anticristo. Esto no se debe a la falta de una posición
escatológica firme en el tiempo en que las confesiones fueron escritas
(entre el 1563 y el 1619 D.C.) sino a lo siguiente, a que la escatología no
era uno de los temas vitales de la Reforma.

De todas maneras, los mismos Reformadores tuvieron mucho que decir


acerca del Anticristo, no sistemáticamente, sino a través de todos sus
escritos. Un tratado de Martín Lutero escrito poco antes de su muerte en
1546 fue titulado En Contra del Papado; una Institución del Diablo. Lutero
comienza su santa diatriba de esta forma: “El Papa más Infernal, Juan
Pablo III, en su supuesta capacidad como obispo de la Iglesia de Roma…”
(Luther’s Works, Fortress Press, Volumen 41, pag. 263). En ese tratado él
dice que el Papa es “la cabeza de la abominable Iglesia de todas las
peores sinverguenzuras de la tierra, vicario del diablo, enemigo de Dios,
destructor de la Iglesia de Cristo, maestro de mentiras… el guarda de
burdel sobre todo guarda de burdel y toda alimaña, incluso aquella que
no puede ser nombrada; un Anticristo…” (ibid., pag. 357-358).

En el tratado de Calvino del año 1544 D.C. titulado La Necesidad de


Reformar la Iglesia (Selected Works of John Calvin, Volumen 1, parte 1,
Tratados, Baker: 1983), Calvino dijo, “Niego que la Sede [el trono de
autoridad Católico Romano: BLG] sea Apostólica, donde nada es visto sino
una escandalosa apostasía—Niego que sea Vicario de Cristo quien, al
perseguir furiosamente al Evangelio, por su conducta demuestra que es
Anticristo” (pág. 219-220).

La Confesión de Westminster, credo Presbiteriano del siglo siguiente,


incluye un artículo en el cual valientemente identifica al Papa como
Anticristo: “No hay otra cabeza de la Iglesia sino el Señor Jesucristo; ni
puede en ningún sentido el Papa de Roma ser cabeza de ella; ya que es
aquel Anticristo, aquel hombre de pecado, e hijo de perdición que se
exalta en la Iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios”
(Capítulo 25, Artículo 6).

Como herederos de la Reforma y como aquellos llamados a discernir los


signos de los tiempos, nosotros, también, estamos preocupados con
respecto al Anticristo. Consideraremos, entonces, la identidad, propósito y
métodos del Anticristo, nuestro llamado a oponernos a él y su destrucción
segura.

2. La Identidad del Anticristo


a) Descripción General
La Escritura nos enseña que el Anticristo será un poder político, religioso,
y un individuo, que vendrá a futuro (como de este escrito, por ejemplo),
que se opone a Dios, al Cristo de Dios y a la Iglesia de Dios. Aunque los
únicos lugares en que la Escritura usa el nombre Anticristo son las 1ra y
2da Epístolas de Juan (1ra Juan 2:18, 22; 4:3; 2da Juan 1:7), la Escritura está
repleta de instrucciones con respecto a la realidad de aquello que
llamamos Anticristo. Los pasajes clave son Daniel 7, 8 y 11; Mateo 24; 2da
Tesalonicenses 2 y Apocalipsis 13,17 y 18—donde se refieren al Anticristo
como una bestia, un cuerno pequeño, un falso Cristo, aquel inicuo y un
hombre de pecado.

b) El Anticristo: Un Falso Cristo


El nombre Anticristo nos da indicaciones de que es él. Él es Anti-cristo.
Como todo judío sabe, el nombre Cristo es simplemente la traducción
griega del hebreo Mesías, a quién los judíos esperaban que viniera en
nombre de Dios a salvarlos. El Mesías, o Cristo, es el ungido de Dios
calificado para llevar a cabo cierta obra en nombre de Dios. La obra de
Cristo es la de redimir al pueblo de Dios del pecado y la muerte por
medio de Su propia muerte, y renovar a la Creación de Dios como una
Creación de justicia y paz. El hombre Jesús de Nazaret (muerto alrededor
del 33 D.C.) es este Cristo. Él es el ungido de Dios, el siervo de Jehová. Él
está calificado para hacer la obra de redimir al pueblo de Dios y renovar la
Creación. La confesión de la Iglesia a través de los años es “Jesús es el
Cristo.”

El Anticristo es un falso Cristo, de acuerdo a Mateo 24:24. Él afirma ser el


ungido de Dios con el Espíritu Santo, y afirma estar calificado para hacer
la obra de redimir al pueblo de Dios y renovar la Creación en nombre de
Dios. Pero no lo es. Es un mentiroso. Sus afirmaciones son falsas. Él es un
falso Cristo.

c) El Anticristo: Opuesto a Cristo y a Dios


Un breve estudio de palabras nos ayudará a entender el prefijo “anti” en
el nombre Anticristo. De la misma manera como un antiveneno es
aplicado para contrarrestar el veneno de una serpiente, y un antiséptico
es usado en contra de una infección, así mismo el Anticristo está en
contra, es opuesto a, Jesucristo. Esto nos habla de lo que es el Anticristo
en esencia: él está en oposición al Cristo de Dios. Él se opone a Cristo
personalmente; él está en contra de la Iglesia de Cristo; él está en contra
de la Palabra de Cristo, la Santa Escritura. Además, debido a que la misión
de Cristo es mostrar el nombre de Jehová a los hombres mostrándose a Sí
mismo a ellos (ver Juan 17:6; Juan 14:8-9 y Apocalipsis 13:6), entonces, el
Anticristo se opone a Dios mismo.

Por lo tanto, aunque el Anticristo dará la impresión de que su fuerza


motivadora es el amor, preocupación por la humanidad, y piedad por el
oprimido, lo que mueve al Anticristo no es el amor, sino el odio. La única
fuerza motivadora en su vida es oponerse a Jesucristo, oponerse a todo lo
que Él representa, y a todos aquellos se levantan por Él.

d) El Anticristo: En el Lugar de Cristo


El nombre Anticristo también indica sustitución. El Anticristo se opone a
Cristo con el fin de suplantarlo, de tomar Su lugar como Cristo. Aunque el
idioma inglés a menudo no usa el prefijo “anti” significando sustitución,
éste es un uso común de esta preposición en el lenguaje griego. Cuando
la Escritura dice que Jesús murió “por Su pueblo”, una de las
preposiciones usadas es anti, indicando que Él murió como sustituto de
Su pueblo. Éste es el significado secundario de la preposición anti. El
propósito del Anticristo es estar ‘en lugar de’ o ‘como sustituto de’ Jesús
el Cristo.

2da Tesalonicenses 2 nos señala de qué manera viene el Anticristo como


un impostor del Cristo de Dios. ¿Será Jesucristo revelado algún día?
También el Anticristo (vs. 3, 8). ¿Estará Cristo en el Templo de Dios? El
Anticristo también se sentará allí (vs. 4). ¿Cristo es Dios? El Anticristo
afirmará serlo (vs. 4). ¿Probó Cristo sus afirmaciones de ser Dios con
señales y prodigios? El Anticristo, también, hará señales y prodigios (vs. 9).
Cristo tiene un Reino; también el Anticristo. Cristo vendrá por el poder del
Espíritu; el Anticristo vendrá por el poder de un espíritu, que es el
mismísimo diablo.
¿Le sorprende a alguno, entonces, que en la Edad Media el Anticristo
fuera llamado la ‘imitación de Cristo’? Él viene en lugar de Cristo,
mostrándose a sí mismo por fuera como si fuese el Cristo. Imitando en
todo sentido a Cristo, el Anticristo propondrá ser el Cristo. El Anticristo es
el equivalente de Satanás a Cristo. Jesús es la elección de Dios para
establecer Su Reino, redimir a Su pueblo y renovar la Creación; el
Anticristo es la elección de Satanás para establecer su reino, reunir la
mayor cantidad de gente que pueda, y sujetar todo a sí mismo. Todo el
plan de Dios depende de las obras de Jesús, el Cristo; todo el plan de
Satanás depende de la obra y el éxito del Anticristo.

e) El Anticristo: Una Persona Individual


Aunque hay diferencias de opinión entre los estudiantes de la Escritura
Reformados con respecto a esto, no hay dificultad alguna en saber por
qué aquel Anticristo será un hombre.

Una realidad que se levante en oposición a Cristo, pero que también


afirme ser el Cristo, el ungido de Dios, debe ser un hombre así como
Cristo fue un hombre, un hombre en quien ellos pongan su confianza, un
hombre a quien la gente pueda buscar para que los libere de sus miserias.
¿Cómo puede algo afirmar ser Jesús, el hombre, y no ser el mismo un
hombre? Apoyando esta lógica, 2da Tesalonicenses 2 pareciera dejar esto
claro. El Anticristo es aquel “hombre de pecado” y “el hijo de perdición”
(vs. 3); él se hace a sí mismo “pasar por Dios” (vs. 4); él es “aquel inicuo”
(vs. 8).

El Anticristo será un individuo definido, un ser humano particular. Un solo


individuo de habilidad excepcional y poder extraordinario se levantará,
que estará en oposición a Cristo y afirmará ser el Cristo.

El que el Anticristo será un hombre es algo significativo. El Anticristo no


será una criatura extraña, irreconocible para ti y para mí, un extranjero, un
hombre de Marte u otro sistema solar. El Anticristo no será extraño a la
humanidad. De hecho, él será el desarrollo completo y final del hombre,
de la raza humana. Lo conocerás bien, porque su naturaleza será tú
naturaleza. El hombre siempre ha afirmado y siempre afirmara ser igual e
idéntico a Dios (se testigo de los insanos desvaríos de Shirley MacLaine y
otros actualmente). Las afirmaciones de este hombre serán creíbles. Él
será uno de nosotros.

f) El Anticristo: Un Poder Político


Apocalipsis 13 nos da más información acerca del Anticristo,
enseñándonos que su reino será un imperio político y eclesiástico. La
visión de Apocalipsis 13 debe ser leída a la luz de Apocalipsis 12, donde el
dragón expulsado del cielo, identificado como el diablo y Satanás,
persigue a la mujer (que representa a la Iglesia de Cristo) en la nueva
dispensación.

El dragón está enojado porque el hijo-hombre de la mujer, Jesucristo, es


llevado al cielo antes de que el dragón pueda devorarlo. ¡Ahora el dragón
escupe su negro y venenoso mal genio sobre la mujer, persiguiéndola,
haciendo guerra contra su simiente! Él odia y trata de devastar a la Iglesia.

En el cap. 13 vemos que aparecen dos bestias que son el producto del
dragón en el cap. 12—sus creaciones y sirvientes (“Y el dragón le dio su
poder y su trono, y grande autoridad,” vs. 2). Esta primera bestia es un
animal salvaje que se levanta desde el mar. Su apariencia es como la de
un leopardo, pero sus pies son como los pies de un oso y su boca como
la de un león. Sus siete cabezas y diez cuernos nos hacen pensar en el
dragón mismo en el cap. 12:3, donde éste nos fue representado con siete
cabezas y diez cuernos. La cabeza de la bestia está llena de blasfemias, y
una de las cabezas tiene la cicatriz de una herida recién sanada. Después
de que la bestia se haya levantado del mar, todo el mundo la adorará,
mientras ella vomita blasfemias en contra de Dios y hace guerra contra los
santos y los vence.

Esta es la misma bestia a la que Apocalipsis 17:3 se refiere, donde se nos


describe como de color escarlata, montada por una gran ramera. Si
estudias la visión de Apocalipsis 13 en conexión con Daniel 7, verás que la
visión de Apocalipsis 13 se basa en la de Daniel 7, y que la bestia de
Apocalipsis 13 es la bestia de Daniel 7. La bestia del mar de Juan es la
combinación de un leopardo, un oso, un león y la indescriptible cuarta
bestia de Daniel 7, cuyos diez cuernos dan surgimiento a un cuerno que
habla cosas grandes y jactanciosas, ¡Y hace guerra contra los santos y los
vence!

¿Qué es lo que esta bestia del mar representa? ¡Al Anticristo! Pero al
Anticristo como un gobierno mundial, un poder político, uno como el
mundo nunca antes ha visto. El origen de esta bestia es el mar, que
representa a las impacientes naciones y pueblos de la tierra. Isaías 57:20
nos enseña que “los impíos son como el mar en tempestad, que no puede
estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.” Si se necesita más
evidencia, Apocalipsis 17 nos dice que “las aguas que has visto donde la
ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.” Poca
duda nos es dejada cuando vemos que la bestia tiene cuernos y coronas.
En la Escritura los cuernos simbolizan poder, y las coronas autoridad
predominante. Además, Apocalipsis 13:2 nos dice que la bestia tiene
poder, y un trono, y grande autoridad; y el vs. 7 nos dice que tiene poder
sobre toda tribu, lengua y nación. Si todavía queda alguna duda, Daniel
7 nos dice que las cuatro bestias son cuatro reyes; y Apocalipsis 17 nos
dice que la bestia de la tierra es un rey. Los siglos de división y separación
en la tierra terminarán en un gobierno mundial. El Anticristo es una
realidad política, un nuevo orden mundial, una unidad global.

En el párrafo anterior enfatizamos este punto porque a menudo se nos da


la impresión de que el Anticristo será simplemente una figura religiosa.
Sin embargo, la Escritura nos deja claro que el Anticristo será un poder
político.

Este poder político será un poder global. La bestia tiene diez cuernos y
diez coronas, representando un poder y autoridad completos sobre las
naciones del mundo. El vs. 3 nos dice que todo el mundo se maravillará
de la bestia. El vs. 7 nos dice que esta bestia tiene poder sobre toda tribu,
lengua y nación. Y el vs. 8 dice que todos los que habitan en la tierra le
adorarán (todos, excepto aquellos cuyos nombres han sido escritos en el
Libro de la Vida del Cordero, por supuesto).
Pero éste es un poder global que es el fin de, la personificación de, todos
los poderes mundiales previos. Esto es resaltado en Apocalipsis 13 en dos
formas. Continua leyendo cuidadosamente mientras examinamos este
importante punto. Primero, la bestia de Apocalipsis 13 tiene las
características de un leopardo, un oso, y un león, de manera que aunque
es el desarrollo final de la cuarta bestia de Daniel 7, de alguna manera
también personifica a las otras tres bestias. Las cuatro bestias de Daniel 7,
como casi todos están de acuerdo, representan cuatro grandes reinos
mundiales: Babilonia, encabezada por Nabucodonosor; los Medos y
Persas, liderados por Ciro; Grecia y Macedonia, bajo Alejandro Magno y,
finalmente, Roma. La bestia de Apocalipsis 13 es el desarrollo final del
antiguo reino Romano (lo que nos indica que el Anticristo provendrá del
Oeste Cristiano, y no del Este Pagano), pero tomará en sí misma también
a los otros grandes reinos.

Segundo, que el Anticristo es un reino global también es el significado de


las siete cabezas de la bestia descrita en Apocalipsis 17. Las siete cabezas
de la bestia son siete reinos—cinco de ellos actualmente han caído, uno
de ellos todavía se mantenía en pie (para el tiempo en que Juan escribió
su profecía alrededor del 95 D.C.), y uno que aún debe venir. Roma era el
reino en existencia, y aquel que aún debe venir es el reino del Anticristo.
Aquellos cinco que ya han dejado de existir fueron el reino Griego, el
Medo-Persa, el Babilónico, el Asirio, y el reino de Babel, encabezado por
Nimrod. Vemos, entonces, una bestia con siete cabezas. Y ahora el
Espíritu nos enseña que el gran reino del Anticristo, como la
personificación de aquellos reinos anteriores, tendrá éxito donde los otros
reinos en última instancia fallaron, logrando su meta de dominar el
mundo. Las naciones cesarán sus guerras; el planeta se une; el mundo es
uno. Y aquel mundo pertenece al Anticristo.

La herida sanada en Apocalipsis 13 apunta al éxito del Anticristo. No


debemos fallar en entender la significancia de la herida sanada.

Una de las cabezas de esta bestia tiene una “herida mortal (que) fue
sanada.” La explicación de esto es que en el tiempo de Nimrod, en la torre
de Babel, hubo un intento de unir a todo hombre dentro de un gran
poder mundial. Dios frustró este intento dividiendo a hombres y mujeres
en diferentes razas con diferentes colores y lenguajes, de manera que
fueron forzados a separarse. Las razas han permanecido separadas desde
entonces. Todos sus esfuerzos de unirse han sido frustrados hasta este
momento. Al final, el Anticristo tendrá éxito.

Esto, creemos, es lo que nos menciona 2da Tesalonicenses 2 cuando dice,


“quién al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en
medio.” Esto es, “Aquel que detiene, detendrá …” Hay algo o alguien que
detiene, dificulta, impide, que venga el Anticristo; pero al final, aquel
estorbo será quitado del camino para que el Anticristo tenga éxito en unir
a todos los reinos y naciones del mundo en uno.

Uno debería estar ciego y sordo para no darse cuenta que esto está
sucediendo actualmente. De una manera que nunca antes ha sucedido,
que antes era imposible, las naciones están tomándose de las manos y
hablando de paz. Las paredes están cayendo. Las Economías se están
volviendo más y más interdependientes. La unión de todo el mundo en
uno solo está en el horizonte. Un día cercano el sol saldrá en un mundo
unido, y el Anticristo será su brillante estrella de la mañana.

g) El Anticristo: Un Poder Eclesiástico


Pero el Anticristo no es solamente la bestia del mar. La segunda parte de
la revelación en Apocalipsis 13 nos revela más de él como otra bestia, una
levantándose desde la tierra. Esta bestia sirve a la primera bestia,
ejerciendo el poder de la primera bestia, haciendo que todo el mundo
adore a la primera bestia, y demostrando que sin eso la primera bestia no
es nada. Y el punto de la visión es que la realidad del Anticristo es dos
poderes que cooperan entre ellos, uno político, y el otro eclesiástico.

La bestia que se levanta de la tierra tiene la apariencia de un cordero.


Tiene dos cuernos como un cordero, pero es una bestia. Así
comprendemos inmediatamente la naturaleza de esta bestia; es una
criatura engañosa—una feroz bestia disfrazada como un gentil cordero.
Lo horroroso es que esta bestia se hace pasar por Jesucristo, Quien es EL
Cordero de Dios. Esta bestia, también, es poderosa, pues tiene cuernos.
Sin embargo, el poder de esta bestia no es político ni militar. En cambio,
su poder es el poder del discurso persuasivo. Habla como un dragón,
persuadiendo al mundo a que adore a la primera bestia, para que
construya una imagen de la primera bestia, y para que se incline ante ella.

Es evidente que esta bestia representa a la falsa religión. Predicar y


enseñar hace a los hombres adorar a algo o a alguien. Pero esta es falsa
enseñanza y predicación mentirosa. Esto es evidente por el hecho de que
la bestia tiene la apariencia de un cordero, tiene la apariencia de
Jesucristo y todo lo que Jesucristo representa, pero en realidad es una
bestia. Él afirma hablar como Jesús, pero tiene el asqueroso aliento y
abrasador discurso (a los ojos y nariz de Dios) de un dragón.

Esta bestia no se levantará desde el Hinduismo o el Budismo o cualquier


otra religión pagana; se levantará desde el Cristianismo mismo. Pocos
Cristianos le creerían a Ghandi si afirmase ser el Cristo. Cuando uno lee
Apocalipsis 19:20, esto se vuelve obvio. Allí, en el pasaje que describe la
derrota del Anticristo, leemos que la bestia fue tomada, y con ella el falso
profeta que obraba milagros ante la bestia. Esta segunda bestia
representa al falso Cristianismo, la Iglesia apóstata que se llama a sí
misma “la Iglesia de Cristo” (con esta designación nos referimos a la
“Iglesia” en general, y no tiene la intención de ser confundida con cierta
denominación con ese nombre).

La obra de la segunda bestia es el servicio de la primera, la cooperación


con el gobierno mundial Anticristiano. ¿Cuál es este servicio? Es hacer que
todo el mundo adore a la primera bestia. Ésta llamará a todo hombre y
mujer del mundo a que se incline ante la primera bestia, que es la
“Salvadora del mundo.” Ahora la profecía de Apocalipsis 17 ha sucedido:
los reyes de la tierra cometen fornicación con la ramera, la falsa Iglesia.

Si uno preguntase que es lo que debería esperar en los días que vendrán,
le decimos esto: habrá una unión política, todas las naciones serán
reunidas juntas en un poderoso imperio. Esta es la primera bestia.
También habrá una unión religiosa, uniendo todas las religiones e
imperios religiosos del mundo. El poderoso movimiento ecuménico del
día de hoy, liderado por las religiones del Cristianismo, al final tendrá un
éxito completo, absorbiendo a todas las otras religiones del mundo.
Deberías esperar ver a un hombre sobre todo esto. El Anticristo.

3. El Propósito del Anticristo


¿Por qué alguien en el mundo querría obrar tal insolente engaño? ¿Por
qué tal esfuerzo en un reino fingido? ¿Por qué razón cualquier hombre
con esa clase de soberanía mundial querría, además, que su reino sea
identificado con Cristo, etiquetado con el nombre de Dios?

Hacer estas preguntas es responderlas. El propósito del Anticristo es


destruir a los santos, a los elegidos de Dios. Y aquí hemos llegado al
corazón del asunto. El hombre Anticristo, habitado por el espíritu de
Satanás, se opone a Dios y se opone a Jesucristo. Con un odio que se
remonta a la caída de los ángeles antes de Génesis 3, él desprecia a Dios y
a Su causa en Jesús. Pero él no puede tocar a Dios porque Dios lo echó
fuera del cielo, de acuerdo a Apocalipsis 12; y no puede tocar al Cristo de
Dios, porque Jesús fue ascendido al cielo. Así que lo único que le queda
por hacer es exhalar su fuego sobre la semilla de la mujer, la Iglesia de
Cristo. Apocalipsis 12 describe esta Iglesia como “el resto de la
descendencia de (la mujer), los que guardan los mandamientos de Dios y
tienen el testimonio de Jesucristo.” En Mateo 24 ellos son descritos como
los “elegidos” de Dios.

El diablo sabe que atacar a la Iglesia es atacar a Jesús, el Cristo; y hacerle


daño al Cuerpo de Cristo es infligir daño sobre Cristo. Él también sabe
que, debido a que los miembros de la Iglesia son los elegidos de Dios,
eternamente amados por Dios (Deuteronomio 7:6-8), destruirlos a ellos es
el equivalente a derrotar a Dios. Así que los objetos de su ira son los
amados de Dios.

Su imperio mundial, más que para inflar su ego, será un intento de


cumplir su sueño milenial de derrotar a Dios y a Su propósito en la
Semilla de la mujer. En su mente, la promesa de Dios de que la cabeza de
la serpiente será destruida no debe ser nunca cumplida. Él debe tener su
victoria sobre Dios y derrotarle. Derrotar al pueblo de Dios es derrotar a
Dios.

Él desea tenerte a ti, que guardas los mandamientos de Dios y tienes el


testimonio de Jesucristo—el elegido de Dios. Y si eso es verdad, debes
saber, entonces, como trabaja. Debes entender sus métodos.

4. Los Métodos del Anticristo


El Anticristo maneja sus asuntos mediante el uso de la mentira. 2da
Tesalonicenses 2 nos dice que vendrá “con todo engaño de iniquidad.”
Apocalipsis 13:11 dice que “[él habla] como dragón.” Apocalipsis 17 nos
menciona que él será un falso profeta, siendo un profeta alguien que es
llamado a hablar y a enseñar. Los ejércitos del mundo pueden tener
armas, tanques y bombas para someter a la gente; pero el poder del
discurso y las ideas es una fuerza poderosa. En sus intentos iniciales de
destruir la causa de Dios, el diablo usó a una serpiente para engañar a la
mujer con un discurso torcido: “Y seréis como Dios.” Ahora usa un
“dragón,” quien habla palabras mentirosas y astutas. Sus discursos serán
oídos por millones, quienes se aferrarán a su retórica persuasiva. El
contenido así como la forma de su discurso serán atractivos. Como
muchos falsos profetas, incluso será sincero y apasionado. Pero es un
mentiroso. Él agregará pizcas de verdad a la mezcla, de manera que su
mentira sepa como la verdad. Usará todas las palabras correctas y
precisas, usando el lenguaje de la Iglesia, e incluso lanzará uno o dos
textos Bíblicos. Pero él será el máximo mentiroso, y engañará a muchos.

Él usará cualquier herramienta disponible: profesores escolares, políticos,


nuevos locutores, artistas, músicos, científicos y doctores, abogados y
hombres de negocios. Todos serán puestos al servicio del Anticristo para
engañar a los hombres. Pero él usará especialmente a aquellos cuyo
llamado sea persuadir y enseñar—hombres que afirmen ser predicadores
del Evangelio de Jesucristo.
¿Cuál será este mensaje que tendrá tal poder para engañar? ¿Que es esto
que será predicado por la actual Iglesia apóstata una vez que esté
arraigada en el verdadero Cristianismo, que moverá a la humanidad a este
culto ecuménico? ¿Qué Evangelio atraerá a las hordas de hombres y
mujeres? ¿Qué Buena Nueva unirá las almas de pueblos, naciones y
lenguas tan diversas?

El Evangelio del Anticristo es el Humanismo—la felicidad del hombre, la


gloria del hombre, la paz y prosperidad, la salud y riquezas del hombre. El
número de la bestia, no lo olviden, es 666, el número del hombre.

Pero queremos recordarte que el Anticristo será un engañador. Él no


levantará su mano para declarar públicamente, “yo soy el Anticristo.” Él no
afirmará que no hay Dios, no hay Cristo, no hay salvación, y que el
mensaje de la Biblia es mentira. Sino que él dirá, “yo soy tu Mesías; tú eres
Dios (¡Shirley MacLaine tiene camaradas y consortes en los Rastafaris de
Jamaica, cuya palabra para “divino” es “I-vine”! [n. del. trad.: en inglés, la
palabra “I-vine” es una mezcla entre la palabra yo en inglés, “I,” y divine,
que en español significa divino]); y una vida terrenal de paz y prosperidad,
de salud y felicidad—esto es la salvación.” El distante estruendo del
trueno del Anticristo es cada vez más fuerte.

Realizando milagros, el Anticristo se establecerá a sí mismo y validará su


afirmación de ser el ungido de Dios. Este es el énfasis de 2da
Tesalonicenses 2. Los hombres siempre han hecho milagros para
establecer su autoridad, presentándolos como credenciales de su
nombramiento divino. Moisés lo hizo en Egipto. Elías lo hizo en el Monte
Carmelo. Jesucristo y Sus Apóstoles lo hicieron. Así también lo hará el
Anticristo. Apocalipsis 13:13 dice que la segunda bestia “hará grandes
señales …” y el vs. 14 dice que “[engañará] a los moradores de la tierra
con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia.”
Mateo 24:24 nos indica lo mismo: “Porque se levantarán falsos Cristos, y
falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” Esa es la enseñanza de
2da Tesalonicenses 2:9, “inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos …” La obra del
Anticristo será la obra de Satanás, quien tiene poder más allá de la
habilidad natural del hombre.

Éstos no serán milagros falsos. Éstos no serán solo trucos mágicos como
los de hombres talentosos como Harry Houdini y David Copperfield, sino
obras impresionantes que simplemente desafiarán cualquier explicación
en términos humanos y científicos. Apoyando las afirmaciones del
Anticristo estará nada menos que el poder sobrehumano del diablo
mismo.

5. El Llamado de la Iglesia: Oponerse al Anticristo en


el Presente
El peligro crítico para la Iglesia hoy es exactamente la realidad llamada
Anticristo. Existe el peligro de que la Iglesia, por así decirlo, ponga un
puesto de vigilancia para observar el horizonte por el Anticristo, para que
la vigilancia advierta al pueblo de Dios cuando el enemigo haya llegado y
haga sonar la alarma para dar batalla. Entretanto, la Iglesia está
preocupada de sus propios trabajos legítimos, pero supone que el
Anticristo no es un peligro presente. Eso es precisamente lo que el
Anticristo quiere que la Iglesia crea.

El llamado de Dios para Su pueblo es oponerse al Anticristo ahora. No


estamos diciendo aquí que el llamado a los Cristianos es a
estar preparados para oponerse al Anticristo cuando llegue, por más
urgente que sea ese llamado. Lo que estamos diciendo es que nuestro
llamado y el llamado que te instamos a llevar a cabo es este: Oponte al
opositor de Jesucristo ahora. No algún día, sino hoy.

Es posible oponerse ahora a él, porque él está presente ahora. Antes de


que te apresures a encontrarnos dando nombres, o identificando
personas e Iglesias, déjanos explicarnos. 1ra Juan 2:18 no dice que “el
Anticristo vendrá” sino que “el Anticristo viene.” Esto es, hay un proceso
de llegada del Anticristo a través de toda la historia de este mundo. Este
proceso involucra la venida de muchos Anticristos (en plural). En
consecuencia, Mateo 24 puede advertirnos sobre “falsos Cristos” y puede
decir que muchos vendrán en el nombre de Jesús diciendo, “yo soy el
Cristo.” Esto también explica porque Pablo puede decir en 2da
Tesalonicenses 2 que el misterio de la iniquidad ya está en acción. Incluso
cuando Pablo escribía esa carta, el misterio de la iniquidad estaba activo
en el mundo, preparando el camino para el último Anticristo y su obra.

a) Reconocer al “Espíritu” del Anticristo


Incluso en la antigua dispensación hubo Anticristos, como Nimrod,
Nabucodonosor, Antíoco Epífanes, y otros. Pero especialmente en el
Nuevo Testamento desde la ascensión de Cristo, el Anticristo ha estado
viniendo. El gran reino Anticristiano con su poderosa cabeza no
aparecerá ex nihilo, de la nada, sino que será el resultado de un largo y
gradual desarrollo. Y este largo y gradual desarrollo es y ha sido la obra
del espíritu del Anticristo, el espíritu de Satanás mismo, sentando las
bases, arreglando el camino, preparándose para la revelación del hombre
de pecado, el hijo de perdición.

¿Estuvo mal, entonces, que los Reformadores dijeran que el Papa era el
Anticristo? Si los Reformadores querían decir que el Papa de aquel
momento, el Papa San Pablo III, u otro, era el Anticristo en persona, el
hombre de pecado, la culminación final de la obra del Diablo en este
mundo, entonces estaban equivocados. Él no completaba la imagen que
la Escritura nos presenta. Pero no debemos descartar a los Reformadores
como fanáticos de ojos desorbitados. Consideren lo siguiente: el Papa es
y fue también una figura política. Esto no es menos evidente hoy de lo
que fue en los días de Lutero. En aquel entonces el Papa incluso afirmaba
tener el derecho de coronar reyes e investirlos con autoridad para
gobernar el mundo. Actualmente, el Vaticano tiene sus embajadores en
casi toda nación del mundo e incluso nosotros, los Estados Unidos,
enviamos nuestros propios representantes al Papa. El Papa es una
cabeza política.

Roma siempre ha personificado el espíritu y los principios del Anticristo: la


jefatura de un solo hombre, un Papa, una jerarquía; la autoridad de la
tradición en adición a la única Palabra de Dios; una salvación por obras en
adición a la fe y la gracia; la adoración de otro (Maria) en adición a la
adoración del único solamente en cuyo Nombre encontramos salvación
(Hechos 4:12).

b) Un Conflicto Presente
El conflicto del pueblo de Dios en contra del Anticristo siempre ha sido y
siempre será un conflicto presente. El llamado a oponerse al Anticristo
siempre debe darse como un imperativo presente. Si en el futuro los hijos
de la Iglesia (tus hijos y mis hijos) son capaces de resistir al Hombre de
Pecado, al Hijo de Perdición, depende, en gran medida, del éxito de la
batalla que libremos en contra de su espíritu el día de hoy.

La segunda bestia está trabajando; su labor está en marcha. No nos


estamos refiriendo a personas específicas, o instituciones e iglesias
particulares. Nos estamos refiriendo al espíritu de nuestra era que rechaza
a Dios y a la Palabra de Dios, y promueve con todo su poder al HOMBRE.
El propósito de la educación actual es el bienestar del hombre; el
propósito de la ciencia es el placer del hombre; la meta del
entretenimiento es la buena vida del hombre. La palabra Hedonismo lo
dice todo. El mundo está lleno de Anticristos actualmente. No, no
busques solo en el horizonte por el Anticristo. Mira a tu alrededor.
Oponte a él ahora.

c) La Manera de Oponerse
No nos oponemos a él con armas, tanques y bombas. No trataremos de
prevenir su venida o derrocarle cuando venga mediante jugadas de poder
político. Nos oponemos a él de una manera espiritual, de la misma
manera en que Jesucristo se opuso a él durante Su ministerio, y en la
forma en que Jesús enseñó a Sus discípulos a hacerlo en los suyos—por
fe y la poderosa Palabra del Evangelio. Nos oponemos a todo lo que se
opone a Jesucristo. Nos oponemos al Humanismo que exalta al hombre,
promueve al hombre y solo al hombre. Este es por qué desde el principio
los creyentes Reformados han sostenido que para ellos es necesario
mantener buenas Escuelas Cristianas en donde sus hijos puedan ser
educados. El mundo inculca en sus jóvenes valores y metas Humanistas, y
no debemos tener parte de aquella mala educación. Nos oponemos al
Humanismo desde el púlpito de nuestras Iglesias, y echamos fuera a
aquellos ministros y ancianos que quieran predicar y enseñar esta especie
de Evangelio. De esa manera nos oponemos al Anticristo actualmente.

Nos oponemos al gobierno jerárquico de la Iglesia. La jerarquía en la


Iglesia (el mandato de unos pocos ‘súper santos’, o de una elite
intelectual, desde arriba hacia abajo) es Anticristiana en espíritu y en
propósito. Esa es una de las razones principales de porqué los
Reformados se opusieron al Papa. De manera audaz, él se puso a sí
mismo como el Vicario de Cristo, cabeza de la Iglesia, cuya palabra
ningún sacerdote, obispo o consejo, mucho menos un laico, puede
cuestionar. Nos oponemos actualmente al Anticristo al oponernos a la
jerarquía—el señorío del hombre, el hacer a un lado la Palabra de Dios y
el reemplazo de ella por la palabra y voluntad del hombre.

Nos oponemos a la manía ecuménica, tan común en las iglesias


actualmente. Hay poderosos vientos—vientos huracanados—soplando a
través de las Iglesias para reunirlas a todas en un gran y único cuerpo
eclesiástico. Robert Shuller, el mundialmente aclamado pastor de una de
las Iglesias Reformadas más grandes de América, hace un llamado a la
Iglesia en el mundo: “Es tiempo de que los Protestantes vayan hacia el
Pastor (el Papa) y digan, ¿Qué es lo que debemos hacer para volver a
casa?” (Los Ángeles Herald Examiner, 19 de Septiembre de 1987). El fin
último, el denominador común, que los convoca a todos es la meta de un
mundo en el que el hombre pueda tener paz y prosperidad. Pareciera ser
que la única ‘herejía’ en las mentes de muchos hombres de Iglesia
actualmente es el cuestionamiento al movimiento ecuménico. Hay incluso
una noción generalizada fuera de la Iglesia, mostrándose a sí misma
también dentro de los círculos Reformados, de que todas las religiones
paganas son legítimas, que son nada más que la expresión de los
sentimientos religiosos universales de la humanidad que probablemente
encuentran su mejor expresión en el Cristianismo. Testimonio de esto son
los predicadores Protestantes orando con Musulmanes. La base para esto
es el Humanismo. La Iglesia de Cristo se opone actualmente al Anticristo
al dar batalla a aquellas nociones e ideas que prevalecen en la Iglesia
actualmente.

Nos oponemos al Anticristo al oponernos a toda herejía en la Iglesia. La


herejía, o falsa doctrina, es nada menos que oposición a Jesucristo, Quien
es el Camino, la Verdad y la Vida. ¿Cuán a menudo Jesucristo advirtió a
Sus discípulos de aquellos lobos con piel de oveja que falsificarían la
verdad para alejar a los hombres de Jesús? Pero ¿Cuánta preocupación
hay actualmente por pelear contra la herejía, exponiendo la falsa doctrina
por lo que es—Anticristiana en espíritu y propósito, que pavimenta el
camino al mismísimo hombre de pecado que engañará a muchos?

Oponiéndonos a la herejía, promovemos la verdad. El pueblo de Dios, que


tiene un corazón para el Cristo de Dios y para la Iglesia de Cristo, toma la
ofensiva en esta batalla en contra del Anticristo. Promueve el Evangelio de
Jesucristo. Promueve el gobierno bíblico de la Iglesia. Promueve la forma
adecuada, presbiteriana, gobierno eclesiástico. Promueve la manera
adecuada de unión y de reunión de la iglesia—en base a la verdad del
evangelio de Dios.

Finalmente, damos batalla al Anticristo en nosotros mismos. Pues el


Anticristo tiene un aliado en mi propia naturaleza pecaminosa. Aquí está
el Humanismo en su forma más básica—en mi propio corazón. Aquí está
la falsa doctrina de la salvación por obras de hombre, justo aquí en mi
propio pecho orgulloso. Aquí hay jerarquía, el gobierno de unos pocos—
mi gobierno. Justo aquí en mi propio corazón encuentro simpatía con la
noción de que la salvación viene por medio de la fe y de las obras. En mí
está la mentira en su forma más cruda—”… y seréis como Dios.”

Cuando el santo lucha contra el Anticristo en su corazón, con su corazón,


Dios le dará fuerzas para oponerse al Anticristo cuando sea revelado en el
último día, al final del cual él será destruido completa y absolutamente.

6. La Ciertísima Destrucción del Anticristo


El Anticristo tendrá éxito en engañar a muchos. Por sus éxitos terrenales y
su atractivo, el Anticristo engañará a millones. El mundo impío, así como
muchos en las Iglesias, le adularán. Aquellos que no lo hagan no
solamente serán objeto de burlas, sino que serán asesinados.

Y por eso, el malvado será condenado. Esta es la enseñanza de 2da


Tesalonicenses 2:10-12. Incluso el mismo engaño es un juicio de Dios
sobre ellos; cuando el Anticristo venga, Dios enviará un poder engañoso
para que crean la mentira. La razón para esto es que ellos no recibieron el
amor de la verdad para que puedan ser salvos. Escucharon el Evangelio,
entendieron la verdad, pero la rechazaron. Ellos perecerán con el
Anticristo.

Pero al final, el Anticristo será destruido. El pueblo de Dios será salvo por
la gracia soberana, por medio de la santificación del Espíritu y la fe en la
verdad. Y el Anticristo será destruido.

El imperio religioso Anticristiano será destruido por el imperio político


Anticristiano. Por un tiempo, éste usa a la ramera; al final, se pondrá en
contra de ella (Apocalipsis 17:16). El imperio político se quebrará en la
batalla del Armagedón: el reino de la bestia (el Occidente, las naciones
“Cristianizadas”) en contra del reino del este (las naciones paganas y no
Cristianas). En medio de la batalla, Jesucristo volverá para destruir al reino
Anticristiano, consumir al Anticristo con el espíritu de Su boca, destruirle
con el resplandor de Su venida, y comenzar el juicio.

¡Jesucristo reina!

No habrá lucha de parte de Cristo con el Anticristo. En un momento del


tiempo, cuando la historia completa del mundo esté en su clímax, en un
instante Cristo destruirá al hombre de pecado.

Por lo tanto, ¡No temas!

La verdad sobre el Anticristo es espantosa. La Iglesia también debe sufrir


bajo él. Pero no tenemos que temer ni un momento. Y cuando veas al
Anticristo en el futuro, no te aterres. Porque en la hora más oscura que el
mundo haya conocido, estaremos haciendo lo mismo que hemos hecho
toda nuestra vida, esperar “con la mirada hacia el cielo” la venida de
Jesucristo, Quien nos redimirá de toda angustia.

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