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Domar a la divina Garza

De atenerse a la experiencia del disparatado


narrador de esta novela, pretender domar a una El relato entero se va envolviendo en una tenue,
divina garza resulta una empresa tan ardua como fragante, neblina escatológica, donde las dos
vertientes implicadas en el término, la
inevitablemente destinada al fracaso. Unos investigación de lo sagrado y el reducto
cuantos episodios del oscuro combate trabado excrementicio, desempeñan un papel
entre la imprevisible Marietta Karapetiz y el estulto fundamental. Una Estambul que se sueña
licenciado Dante C. de la Estrella forman el cuerpo fantasmagórica y que se queda en tópica, la
central de este insólito y regocijante relato. El vehemencia de unos misteriosos festejos en un
conflicto que estalla desde el momento mismo en claro de la selva mexicana, el discurso infatigable
y caprichoso de los protagonistas, la agonía y
que ambos personajes se conocen, antes aun de
muerte de Gogol, los ecos de una tradición
haber cambiado una sola palabra, podría rabelesiana, popular, púdicamente picaresca, el
convertirse en una metáfora de ciertos amor al lenguaje, los sinsentidos de la razón, el
antagonismos clásicos, esos que se revelan, por ambiguo esplendor de todo jolgorio; eso y varias
ejemplo, entre la retención y la incontinencia, la cosas más, que el atento lector se entretendrá en
solemnidad y el carnaval, la asepsia y la cloaca, la descubrir, componen esta rocambolesca novela
que se lee, entre inesperadas carcajadas, de un
cursilería y el mambo, o, dicho en otras palabras,
tirón.
reproduciría la áspera convivencia de la oralidad
con la escritura.

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