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Esta es la historia de Amanda, quien es una niña que vive en un mundo de guerra
junto con su madre cuyo trabajo es ser parte de esta, Amanda es una niña llena de
bondad, pero vive triste por un sinfín de razones, para ella el dolor que más la
aflige es que su madre nunca tiene tiempo para ella o al menos le muestra siquiera
un poco de interés, para su madre lo único importante es esa guerra interminable
en la que vive junto con ella y solo hace caso a sus comandantes al mando,
Amanda vive sola encerrada en su cuarto, un cuarto vacío en el cual solo puede
ver el mundo a través de su ventana, ella pocas veces mira el mundo frío, cruel y
espantoso que hay afuera, pues para ella no es nada grato ver ese mundo de
crueldad en el que vive.
En su cuarto cuenta con unos pocos libros de Hadas he historias fantásticas, al leer
estas historias ella se eleva del mundo he imagina que todo lo que sucede allí
podría algún día ser realidad en su vida, una noche Amanda sumergida en estos
extraños mundos vio un pequeño saltamontes que se asomaba, pero este
saltamontes no era como cualquiera este no era común, así pues con cara de
intriga se acercó y le dijo – tú no eres un saltamontes verdad, eres un hada y has
venido a rescatarme de esta prisión en la que he vivido toda mi vida! – el
saltamontes no le responde nada, pero empieza a brincar y volar por el lugar
señalando hacia la ventana, Amanda abrió la ventana y dejo salir a aquel
saltamontes.
Volvió a quedar sola mirando su ventana, pero Oh! Valla sorpresa el saltamontes
seguía hay esperando a que ella saliera de tan cruel y hostil lugar, pero su madre
llega repentinamente cierra la ventana bruscamente y ella no puede hacer nada;
pasa la noche pensando en que aquel raro ser podría volver la noche siguiente,
Amanda espero y espero toda la noche pero nada apareció, así pues decide
emprender la fuga por su cuenta, no le importa nada de lo que deja atrás y sigue su
camino descalza hacia el oscuro bosque, donde corre y divaga toda la noche sin
encontrarse segura y en paz, hasta que su frágil cuerpecito no le da para seguir
más, agotada cae en el frío suelo lleno de césped y naturaleza, pero no alcanza la
débil y pobre niña a cerrar sus delicados ojos cuando se aloja en su frente el
saltamontes, y Amanda débil pero con mucho ánimo suelta una sonrisa, trata de
ponerse en pie pero está muy débil para hacerlo.
Ella nunca espero que una manada de caninos apareciera tras ella junto con unos
soldados y su madre quien le agarro el brazo bruscamente y la jalo hasta llegar
nuevamente a aquel cuarto frío y hostil, con sus ojos cerrados llorando en un
rincón con uno de sus libros viendo criaturas mágicas y como sus lágrimas caían
sobre el en un arrebato arrojo el libro hacia la pared que encontró frente a ella.
Justo en el lugar en el que el libro cae se abre un pasadizo muy pequeño, con gran
curiosidad ella se acerca ha dicho agujero, de repente sale un ser muy extraño y es
halada por él, Amanda grita fuertemente pero recuerda que su madre nunca esta
para ella así pues recuerda que allí lleva una vida triste y pensó que nada sería
peor que estar en ese feo lugar, al llegar al final del pasadizo puede ver a ese ser
extraño cuyo aspecto era muy raro y peculiar, este ser con patas de cabra y torso
de humano, tiene un rostro con facciones de un humano normal solo que a este le
brotaban de la frente dos enormes cuernos similares a los del demonio, siendo así
la niña pensó “un humano al ver este ser extraño se asustaría pero yo no”. Ella
sabía que este ser en su interior es noble y cálido, siente que es totalmente
diferente al ser humano que está lleno de codicia y maldad infinita, este ser le
dice:
– Bienvenida mi princesa, hemos estado esperando en este reino por más de tres
mil años su llegada.
– Si, lo habéis dicho perfecto solo me refiero a que naciste en un mundo donde no
debéis haberlo hecho.
– Pero tengo miedo de que las cosas salgan mal, nunca antes salí de estas cuatro
paredes.
– No os preocupéis princesa.
Amanda mirando a Colous dice – Pero yo que debo hacer para ser una buena
princesa, no creo que solo deba sentarme en un trono a esperar lo inevitable.
– Si sois alegre y os ven así seguramente los demás lo serán, hacedle saber al
mundo que la alegría es lo único que importa.
– Yo no soy alegre, como puede ser que haga que este mundo entero sea lleno de
alegría.
Con miedo pero con determinación la niña emprende un viaje por aquel extraño
mundo, en el transcurso de su camino se topa con criaturas hostiles, sin amor y
compasión por los demás, al ver esto Amanda dice.
Una criatura grita – ¿Que os aportáis tu simple mortal que pueda hacer que todos
vosotros dejemos de ser así?
– Mucho, yo solo quiero un mundo donde todo sea alegría, quiero dejar de llorar,
crear y compartir nuevas aventuras con todos ustedes y explorar nuevos mundos
para así poder expandir este mundo y compartirlo con todos a sus alrededores.
Sorprendida dice – Yo solo he venido para que ustedes sean llenos de alegría y
compasión por los demás.
Así pues Amanda abrió los ojos y se dio cuenta de que su realidad era y fue
siempre la misma, todo lo que había vivido fue solo un producto de su
imaginación, ella se dio cuenta de que tenía una gran imaginación y esto la llevo a
estar siempre con una gran alegría puesto que todas las noches es sus sueños ella
viaja a ese mundo perfecto que su mente creo bajo todo el caos en el que vivía.
Esta niña de tan solo 8 años de edad supo lo que en realidad vivía cuando se
desconectó del mundo en el que se encontraba realmente, supo y aprendió que no
todo es perfecto y nunca lo será pero con un poco de esfuerzo, determinación,
entrega y sobre todo confianza en sí mismos podemos crear nuestro mundo de
fantasía en la realidad.
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