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¿Por qué necesitamos cambiar la forma en que enseñamos a leer?

Sofía García-Bullé

Enseñar y aprender a leer es un tema complicado, las bases de todas las


estrategias educativas se apoyan en el ejercicio de la lectura al ser de las primeras cosas
que es necesario enseñar a los estudiantes. Por lo tanto, sería lógico pensar que los
docentes dominan a la perfección los métodos y apoyos para asegurarse que los alumnos
sepan registrar información y entenderla.
Sin embargo, el último censo del INEGI para medir la frecuencia y calidad de la
lectura en México, no mostró resultados favorables para la población mayor de 18 años.
De acuerdo con el censo, 21 de cada 100 mexicanos en este rango de edad comprenden la
mitad o menos de los materiales que leen. Eso es casi una cuarta parte de la población
lectora adulta.

¿Qué nos falta desde el punto de vista educativo para asegurar que todo
estudiante tenga la capacidad de entender lo que lee, tanto en su niñez como en su vida
adulta?

El proceso de aprendizaje lector


La mayoría de los niños tienen la capacidad para aprender a leer, si se les enseña
de la forma correcta, el gran problema es que las escuelas usualmente no llevan un buen
proceso para enseñar a los niños a leer, como sostiene Jodie Frankelli, supervisora de
aprendizaje temprano de distrito en Bethlehem, Estados Unidos.

Esto se debe principalmente a la desconexión entre lo que sabemos acerca de


cómo funciona el cerebro al momento de registrar y comprender información y cómo se
recibe el conocimiento de estos hallazgos para integrarlos a las estrategias didácticas.
“Nunca nos metimos al tema de investigación del cerebro. Nunca lo vimos”, agrega
Frankelli.

Los investigadores de aprendizaje y cognición, frecuentemente trabajan en


laboratorios auspiciados por universidades, pero en términos de espacio y logística, su
trabajo se desarrolla totalmente separado del de los maestros en las aulas. Esta es la raíz
del problema por la que no se han visto avances significativos en la forma en que se
enseña y se aprende a leer.
Alfabetismo balanceado y viejos hábitos
La manera en la que se enseña la lectura no ha cambiado mucho desde la década
de los noventa, pero antes de esto se desataba un arduo debate entre los seguidores de
dos vertientes: la enseñanza a través de la fonética de las letras y el aprendizaje por
palabras.

El alfabetismo balanceado surgió como una forma de poner fin a estos debates y
establecer un método uniforme de instrucción de la lectura. A pesar de que no se ha
encontrado evidencia de que el aprendizaje por palabra asegure el entendimiento previo
necesario para aprender a leer, como lo hace la fonética, se acordó que los métodos de
enseñanza darían espacio para los dos.

Con esta resolución, la ciencia perdió fuerza como recurso para descubrir e
impulsar métodos de enseñanza basados en cómo funciona nuestro cerebro y no en cómo
“creemos” que funciona.

Ciencia y conocimiento para aprender a leer


El primer paso para desarrollar mejores métodos para la enseñanza de la lectura es
reintroducir a los maestros a los recursos de aprendizaje que están avalados por
investigación científica y volver a enfocarse en la fonética como base para el aprendizaje
de la lectura.

Una vez establecida esa base, pueden considerarse otros enfoques


complementarios para desarrollar estrategias de enseñanza que sirvan para todos. Estos
complementos son necesarios porque un método basado solo en la fonética, aún si
considera la mecánica básica con las que los niños se acercan al entendimiento de la
lectura, no puede tener éxito en todos los casos si no se construye un conocimiento
alrededor de lo que se está leyendo.

Actividades como leerle a los niños en voz alta, hablar con ellos sobre el tema a
cubrir, que tengan experiencias para formarse un concepto de lo que van a leer, vuelve el
ejercicio de decodificación más fácil.
La flexibilidad de los maestros para adaptarse a esquemas más versátiles para
enseñar a leer será crucial si queremos subir a una cifra de lectura superior a la de 3.3
libros al año por persona. Es importante seguirnos cuestionando cómo impulsar el hábito
de la lectura, pero antes de eso, hay que enseñar a leer bien.
Tomado de Observatorio de Innovación Educativa. Tecnológico de Monterrey
https://observatorio.tec.mx/edu-news/instruccion-lectura#:~:text=La
%20flexibilidad%20de%20los%20maestros,que%20ense%C3%B1ar%20a%20leer%20bien.

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