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Aportes vygotskianos a la educación

Hidalgo Lopez Florencia

De la misma manera que no podemos aprender a nadar quedándonos a orillas del mar, (...)
para aprender a nadar necesariamente nos debemos meter en el agua aunque no sepamos
nadar, por lo que la única manera de aprender algo como, por ejemplo, adquirir
conocimiento, es haciéndolo: en otras palabras, adquiriendo conocimiento.

Lev Vigotsky (En Psicología pedagógica, 1997)

La aparición de Lev Vigotsky (1896-1934) en el escenario de la Psicología constituye un


acto fundante en la historia del pensamiento moderno sobre el psiquismo humano.

Para iniciar este recorrido resulta fundamental poder ubicar contra quien estaba discutiendo
este psicólogo ruso, por un lado nos encontramos con la psicología conductista, de la mano
de Pavlov y Skinner quienes estudiaban a los animales e intentaban traspolar eso que
acontecia con los animales a los seres humanos​. ​Este punto resulta fundamental para
comprender los aportes de Vigotsky ya que pretendía desarrollar una psicología
específicamente humana.

A lo lardo del texto intentaremos abordar los conceptos de Zona de Desarrollo Próximo y
Procesos Psicológicos Superiores.

¿Cómo accede este joven maestro de una ciudad remota de la Rusia imperial a situarse
entre las voces más agudas del siglo XX? ¿En dónde reside la originalidad de su
pensamiento? ¿Qué es lo que hace que su figura se destaque sobre el fondo de las teorías
psicológicas contemporáneas?

El particular carácter de la psicología de Vigotsky no puede comprenderse si no es en


referencia al mirador desde el cual se propone observar los actos humanos. El sujeto de la
psicología de Vigotsky es un ​sujeto de la cultura.

Una psicología que asuma este principio no puede prescindir del análisis de las condiciones
sociales, históricas y culturales en las que se produce el desarrollo psicológico humano. Ese
punto de observación constituye la clave para comprender el significado histórico de la
psicología de Vigotsky y las razones de su actualidad. Nos ayuda a comprender asimismo el
lugar privilegiado de la educación en el desarrollo cognitivo. La identificación y la génesis de
las formas específicamente humanas de la conducta y el conocimiento constituyen el núcleo
del programa psicológico vigotskiano.

Ahora bien, ¿cuáles son para Vigotsky los procesos propiamente humanos?: La conciencia
autorreflexiva, el lenguaje poético, el razonamiento, la imaginación creadora, la atención
voluntaria, el pensamiento lógico, la memoria asociativa. Estos procesos psicológicos,
exclusivamente humanos, constituyen para Vigotsky las cimas superiores de la geografía
psicológica. Gracias a ellos el hombre es capaz de imaginar realidades complejas, modificar
su pensamiento, crear ficciones, resolver problemas lógicos, inventar artefactos, hacer
obras artísticas, recordar su propia vida, pensarse a sí mismo, conmoverse frente a un
hecho estético.

Vigotsky es el primer psicólogo en sentar las bases que apuntan a explicar mediante qué
procesos la cultura cumple un papel transformador en el desarrollo de la conciencia
humana. Su singularidad reside en la formulación de una psicología científica capaz de dar
cuenta de la naturaleza a la vez biológica y social de las formas superiores de la conciencia.
Dispositivos de andamiaje y evaluación dinámica Los dispositivos de andamiaje constituyen
ayudas para aprender, por ello pueden convertirse en valiosas herramientas en el contexto
de trabajo escolar. Las propuestas acerca de la instrucción andamiada se vinculan con la
categoría de zona de desarrollo próximo.

Resulta interesante poder pensar que la zona de desarrollo próximo plantea unos
interrogantes concretos acerca de cómo se llega a interiorizar la cultura por la mediación de
los demás.

La versión más difundida, de su formulación original en la obra de Vigotsky, se refiere la


ZDP como: “​la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de
resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a
través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro
compañero más capaz”​ (Vigotsky, 1988 p188).

Es esta zona de desarrollo próximo, una zona social de interacciones interpersonales entre
docente y alumno y entre alumnos, habría que situar aquí los procesos de evaluación.

Pensemos por ejemplo en las prácticas de evaluación dinámica donde no se evalúa al


alumno de manera aislada sino interactuando con otros, brindando distintas claves
anticipatorias, distintos tipos de ayudas. En definitiva se pondera qué es lo que el niño
puede hacer con otros, cómo puede poner en juego estrategias de resolución de problemas
con distintos tipos de ayuda. En muchos casos, cuando se evalúa a los alumnos con unas
pruebas tipo test, conseguimos muy poca información de lo que los chicos realmente son
capaces de hacer. En ocasiones esos formatos de pruebas producen “juicios sumarios” del
tipo “no responde a la consigna”, “no finaliza la prueba”, “no cumple con los objetivos”. Pero
cuando el adulto evalúa formando parte del proceso dinámico de evaluación, cuando brinda
alguna clave -aunque aparentemente parezca nimia- cuando ofrece caminos alternativos de
acción posible, seguramente el sujeto actúa de otra manera.

Es justamente en la creación de zonas de desarrollo próximo entre el adulto y el niño puede


ofrecer nuevas formas de mediar, formas alternativas que contribuyan a los procesos de
comprensión y apropiación de contenidos curriculares. En la actualidad hay diferentes tipos
de evaluación dinámica por ejemplo, la evaluación dinámica orientada a la investigación, la
evaluación dinámica orientada a la clínica y la evaluación dinámica de los procesos de
enseñanza-aprendizaje situada en los contextos escolares. Todos estos dispositivos exigen
un proceso de negociación y renegociación permanente de significados y sentidos.

Es por eso que resulta fundamental construir en las aulas unas “zonas de desarrollo
próximos” en la que se sitúen estas negociaciones. De esa forma se cumple con el objetivo
central de la educación, donde al principio del proceso de enseñanza-aprendizaje lo sabe
sólo uno (el maestro), al final del proceso lo sepan dos (maestro y alumno). Se trata en
definitiva de compartir conocimientos.

Bibliografía:

● Vigotsky, L. (1997) Psicología Pedagógica. Buenos Aires: Aique


● Bruner, J. (1997) La educación, puerta de la cultura. Madrid: Visor

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