Está en la página 1de 2

RESUMEN DEL CAMINO A CRISTO

CAPÍTULO 4 - PARA OBTENER LA PAZ INTERIOR

Este capítulo explica que no necesitamos hacer algo que gane el favor de Dios, solamente

confesarle nuestros pecados. Algo interesante es que cuando hemos hecho transgresión y la

misma ha sido pública entonces debemos hacer una confesión pública y dichas confesiones

van acompañadas de un arrepentimiento y reforma verdaderos. Cuando no se sede al poder del

Espíritu Santo siempre habrán excusas a nuestras faltas; el espíritu de justificación propia tuvo

su origen en el diablo por lo tanto no debe existir ese espíritu en nosotros.

CAPÍTULO 5 - LA CONSAGRACIÓN

Este capítulo lleva nuestros pensamientos a la reflexión, debemos entregar todo el corazón a

Dios para que efectúe una transformación completa en nuestras vidas y esto consiste en la

guerra contra nosotros mismos. Debemos abandonar todo aquello que nos separa de Él. El

amor manifestado por nuestro Dios debe ser nuestro motivo de entrega. Cuando abandonamos

todo, abandonamos un corazón manchado de pecado y eso es a lo que difícilmente

renunciamos. Todo el cielo está interesado en el Hombre, y la vida verdadera consiste en que

se forme bajo la dirección de Cristo. Como seres humanos deseamos hacer su voluntad, sin

embargo somos débiles y en algunos casos nos dejamos dominar por una vida de pecado. El

secreto de la victoria está en elegir servir a Dios y así la naturaleza estará bajo el dominio del

Espíritu Santo.

CAPÍTULO 6 - MARAVILLAS OBRADAS POR LA FE


En este capítulo lo interesante es ver que cuanto más luchamos por escapar del pecado más

cuenta nos damos de nuestra falta de fuerza. Lo que necesitamos es paz. Cuando pedimos

perdón a Dios debemos tener la certeza de que nuestro corazón será limpio en él. Cuando

somos perdonados no esperemos a sentirlo, porque Dios lo ha prometido, ya somos

perdonados, nuestra actitud debe ser de agradecimiento por haber recibido su perdón. Ahora

bien ya entregado no debo regresar a mi camino antiguo, pero si caigo puedo regresar a Dios

quien ya espera para poderme limpiar. Todas sus promesas son la expresión de un amor y una

piedad inefables.

También podría gustarte