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NUESTRA SEÑORA DE LA EVANGELIZACION

SOLEMNIDAD
14 DE MAYO

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14; 2, 1-4

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles


regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de la
ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la
ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban: Pedro y
Juan, Santiago, Andrés, Felipe, y Tomás, Bartolomé y Mateo,
Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el Cananeo y Judas, el hijo de
Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con
María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas
mujeres.
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo
lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó
en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas,
como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas
extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 86, 1-3.4-5. 6-7


R.  ¡Que pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

El la ha cimentado sobre el monte santo:


y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob. R. 
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella:
el Altísimo en persona la ha fundado». R.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:


«Este ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti». R.

Segunda Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7
      Hermanos:
      Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una
mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley,
para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
      Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su
Hijo que clama: «¡Abba! Padre.» Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y
si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Lc 1, 45
Dichosa tú, Virgen María, que has creído, porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá.
EVANGELIO
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56


En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña,
a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su
vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
–«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu
saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se
cumplirá.»
María dijo:
–«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.
Palabra del Señor

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