Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bautismo de Jess.
Entonces se presenta Jess, que viene de Galilea al Jordn, a donde Juan, para ser
bautizado por l.
Mat 3:14 Pero Juan trataba de impedrselo diciendo:
Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, y t vienes a m?
Mat 3:15 Jess le respondi:
Deja ahora, pues conviene que as cumplamos toda justicia.
Entonces le dej.
Mat 3:16 Una vez bautizado Jess, sali luego del agua; y en esto se abrieron los
cielos y vio al Espritu de Dios que bajaba como una paloma y vena sobre l.
Mat 3:17 Y una voz que sala de los cielos deca:
Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.
Lectio divina
especiales.
Cristo desea pasar el bautismo de Juan como uno ms del pueblo de Israel. Los
elementos que presenta el relato dan seales de la conciencia de la divinidad de
Jess. Es la manifestacin de Jess como el Hijo de Dios a travs de varias
seales.
San Agustn: Quiso bautizarse, adems, porque quiso hacer lo que nos manda
hacer, para que como buen maestro no slo nos ensease con su doctrina, sino
tambin con su ejemplo. Y en otro pasaje: Por esta razn quiso ser bautizado por
San Juan: para que sepan sus siervos con cunta alegra deben correr al bautismo
(prefacio).
Empezamos nuestra vida cristiana siendo bautizados y renacidos por el agua y el
Espritu, o sea, introducidos en la esfera de Cristo y constituidos "hijos de Dios".
Desde entonces somos "hijos de adopcin, renacidos del agua y del Espritu Santo"
(oracin colecta).
Pero el Bautismo, para nosotros, como para Cristo Jess, es el comienzo de un
camino y de una misin. Ser bautizados significa ser seguidores e imitadores de
Cristo Jess, que va a ser continuamente nuestro gua para toda la vida .
Todos tenemos un Jordn (lugar de nuestro bautismo), debemos inculcarnos ese
deseo por crecer en la fe recibida en el bautismo. A nosotros tambin se nos ha
dicho que somos hijos de Dios, el Espritu tambin nos ilumina y nos permite
dciles a los que nos solicite, as podremos hacer fructificar nuestro bautismo
Juan Pablo II, Catequesis 1992: Es evidente que la santificacin bautismal
produce en los cristianos tanto individuos como comunidad la posibilidad y la
obligacin de una vida santa. Segn san Pablo, los bautizados estn muertos al
pecado y deben renunciar a la vida de pecado (Rm 6, 2). Y recomienda:
Consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jess (Rm 6,
11). En este sentido, el bautismo nos hace participar en la muerte y