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El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), junto con el Pacto

Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, constituye el paso más


importante para la incorporación de los derechos contenidos en la Declaración
Universal de Derechos Humanos a un régimen de obligaciones positivas, vinculantes
sobre los Estados. En su conjunto se conocen como la Carta Internacional de
Derechos. Aunque pasaron casi 30 años desde la adopción de la Declaración
Universal hasta la entrada en vigor de estos tratados, y numerosas reglas de derecho
internacional entraron en vigor antes que los Pactos, el PIDCP es una herramienta
central para conocer los parámetros del derecho internacional para la protección de
personas.

La ratificación de los Pactos por países de todas las regiones y tradiciones jurídicas y
culturales, la historia de su redacción, las discusiones que se generaron en el
transcurso de su entrada en vigor y el impacto que conjuntamente han traído a la
conformación de numerosas constituciones en el mundo, lo hacen también una
herramienta útil para el estudio comparado de la protección de derechos en distintas
regiones Ante la falta de claridad del constituyente frente al reconocimiento y amplitud
del derecho a la cultura, el control de constitucionalidad se vuelve la herramienta
idónea.

Éste ha quedado establecido en el artículo 2 del Pacto Internacional de Derecho


Civiles y Políticos, suscrito por Honduras el 19 de diciembre de 1966 y ratificado el 25
de agosto
de 1997; en el artículo 2 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, suscrito por Honduras el 19 de diciembre de 1966 y ratificado el
17 defebrero de 1981; y en los artículos 1 y 2 de la Convención Americana de los
Derechos
Humanos, la que Honduras suscribió el 22 de noviembre de 1969 y lo ratificó el 8 de
septiembre de 1977.

El control de convencionalidad ha sido reconocido por la jurisprudencia de la Corte


Suprema de Justicia, siendo el ejemplo más reciente la Sentencia RI-1343-14 de 22 de
abril de 2015. En dicha sentencia la Corte ha recalcado que si bien no tiene la
atribución
de reformar la Constitución, sí es función suya la interpretación de dicha norma, siendo
una de las herramientas disponibles para dicho menester el bloque de
convencionalidad.
También ha señalado que dicho bloque es particularmente útil cuando la norma
originaria colisiona con los principios y normas internacionales de Derechos Humanos.

En estos supuestos, ha dicho la Corte Suprema, las normas constitucionales


impugnadas pierden su aplicabilidad al ser incompatibles con dichos tratados,
convenciones y pactos internacionales, pues la Constitución debe ser interpretada en
el
marco de dicho bloque de convencionalidad, tomando en consideración el principio pro
homine, así como el artículo 59 de la Constitución hondureña, que establece que la
persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado.
Lo anterior es además obvio si las normas internacionales en materia de derechos
humanos habían sido ratificadas por Honduras antes de la entrada en vigencia de la
actual Constitución. Este es precisamente el caso del ejemplo siguiente. La primera
obligación internacional vinculada al derecho a la cultura del Estado de Honduras se
encuentra en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
El
artículo 15 de dicho instrumento señala que ". Los Estados partes en el presente Pacto
reconocen el derecho de toda persona a:

 Participar en la vida cultural;

 Gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones;

 Beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que le


correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de
que sea autora...". La ratificación por parte de Honduras del Pacto Internacional
antes mencionado el 17 de febrero de 1981 es el que garantiza, ahora sí, de
manera directa, el derecho al acceso a la cultura. La Constitución hondureña
está vigente desde 1982.

Vale decir que no es el Pacto el primer instrumento internacional donde se reconoce


este derecho. Es necesario hacer referencia a la Declaración Universal de los
Derechos
Humanos, la que en su artículo 27 reconoce que toda persona tiene derecho a tomar
parte, gozar y participar de la cultura, así como a que se le protejan los derechos
morales y materiales que le corresponden en función de su producción cultural. Lo
anterior deja claramente establecido que el derecho a la cultura es considerado
fundamental. Además, vincula al derecho a la cultura con el concepto universal de la
dignidad humana como base normativa de los derechos de índole social. Sin embargo,
esta es una declaración de derecho blando, que no genera verdaderas obligaciones
para los Estados, sino que son estándares que deberán ser alcanzados por los
miembros de la organización.

En el ámbito regional también hay instrumentos internacionales que regulan el derecho


a la cultura. La Carta de la Organización de los Estados Americanos, ratificada por
Honduras el 13 de enero de 1950, señala en el artículo 30 que la cultura es un
elemento
del desarrollo integral de los pueblos. Entre los diversos compromisos estatales
adquiridos por medio de este instrumento, se incluye la incorporación y creciente
participación de los sectores marginales de la población, en los diferentes ámbitos de
la
vida ciudadana, incluyendo el cultural, como mecanismo de consolidación del régimen
democrático. Otros de esos compromisos son el de darle primordial importancia dentro
de sus planes de desarrollo al estímulo de la cultura y asegurar los bienes de la cultura
a la totalidad de la población. Además, se reconoce la importancia de la contribución
de las asociaciones culturales a la vida de la sociedad y al proceso de desarrollo.
Con lo anterior, y en virtud de la recepción que el texto constitucional hace de los
tratados internacionales y de la aplicabilidad del control de convencionalidad, es
posible
afirmar contundentemente que la ciudadanía hondureña tiene garantizado el derecho
al
acceso a la cultura. Sin embargo, tampoco los instrumentos arriba citados incluyen
una
definición contundente para el término cultura, aunque sí permiten ir entendiendo
algunas de sus características, tales como que este concepto engloba a las artes, la
literatura, los progresos intelectuales y los descubrimientos científicos, y está
conformada por bienes de diversa índole.

Vale señalar que además de los instrumentos arriba relacionados, existe otro grupo de
tratados internacionales suscritos y ratificados por Honduras que regulan el derecho a
la cultura, y que contienen otra serie de obligaciones internacionales adquiridas por
este
Estado. Por ejemplo, en 1954, se suscribe la Convención de La Haya para la
protección
de la propiedad cultural en caso de conflicto armado. Honduras se adhiere a ella el 25
de octubre de 2002, 48 años después. En 1970, se suscribe la Convención de París
sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir la importación, la exportación y
la
transferencia de propiedades ilícitas de bienes culturales. Honduras la ratifica el 19 de
marzo de 1979, 9 años después. En 1972, también en París, se suscribe la
Convención
sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. Honduras la ratifica siete
años después, el 8 de junio de 1979. En el año 2001, se suscribe la Convención sobre
la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, ratificada por Honduras el 23 de
julio de 2010, 9 años después con la ayuda del pacto internacional de derechos civiles
y políticos Honduras ha podido presentar un avance significativo en la reducción en la
tasa de homicidios.

Ginebra, Suiza, 8 de junio del 2016. El presidente del Comité de las Naciones Unidas
sobre Derechos Económico, Sociales y Culturales (DESC), Waleed Sadi, calificó de
excelente la calidad de las respuestas presentadas este miércoles por la delegación
hondureña en el primer día del examen del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. La apreciación de Sadi ocurrió en momentos en
que la comitiva intersectorial nacional, presidida por el ministro de Desarrollo e
Inclusión Social, Ricardo Cardona, daba respuesta a una serie de preguntas
realizadas por los 18 expertos internacionales que conforman dicho comité para
revisar la aplicación del Pacto, del cual Honduras es firmando y al que es Estado
cumple con su rendición de cuentas en tiempo y forma. La jornada inició con una
presentación de un informe general presentada por Cardona, donde se detalló cada
una de las acciones realizadas por el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández
para garantizar el abordaje integral de los derechos establecidos en el Pacto. “Los
últimos 15 años han sido un arduo camino en el reconocimiento a los derechos
humanos de la población”, indicó el ministro al detallar que esto se realiza mediante la
puesta en vigencia de la Ley de Visión de País y Plan de Nacional del presidente
Hernández, así como acciones históricas como la firma con Transparencia
Internacional, el cumplimiento de 200 días de clases, la oportunidad que al menos 50
mil hondureños tienen tras la vigencia del programa Crédito Solidario y la inclusión de
poblaciones tradicionalmente excluidas. La puesta en
ejecución de la Ley Marco de Política Pública en Materia Social y Reducción de la
Pobreza, la Ley Marco de Protección Social, La Ley Fundamental de Educación, así
como la Política Pública y la Política contra el Racismo y la Discriminación Racial
conforman otra serie de medidas que destacó Cardona durante su presentación.

El reconocimiento realizado por el presidente de la comitiva nacional respecto a la


trágica muerte de la ambientalista Bertha Cáceres, el cual fue objeto de preguntas
sobre los avances de la investigación, y el compromiso del gobierno de avanzar el
proceso hasta que este esclarecido, fue saludado por varios de los expertos que
integran el comité. Además, antes de dar inicio a la ronda de preguntas, los delegados
aplaudieron el equilibrio de género de la representación hondureña presente en el
examen. Hemos dado resultados el primero grupo en ser revisado fueen lo referente a
la no discriminación y todo lo que tiene que ver con empleo.
“Mañana básicamente el grueso va estar en derecho a la salud, a la educación, todo
lo que tiene que ver con protección social y protección de derechos de algunos
colectivos como los de los niños y de la mujer, incluido el acceso a la tierra”, dijo la
subsecretaria de Derechos Humanos y Justicia, Karla Cueva. Para la funcionaria, en
esta primera parte Honduras vino a mostrar que “hemos dado resultados, pero que
también estamos viendo que hay desafíos y el comité nos ayudará precisamente a
visualizar esos desafíos y nos contribuirá con recomendaciones para poder
mejorar”. Por su parte el titular de la Dirección de Pueblos Indígenas y
Afrohondureños, Tulio Mariano Gonzales estima que los hondureños deben estar
alegres porque se dio un paso adelante para la construcción de la nueva Honduras.
“Honduras tiene buena voluntad, somos positivos, somos propositivos y estoy
absolutamente seguro que se ha hecho bastante”, dijo al tiempo que señaló que
hace falta continuar haciendo más por el bien de los y las hondureñas. El español
Mikel Mancisidor, vicepresidente del Comité de Derechos económicos, Sociales y
Culturales, y quien es el relator para el informe presentado hoy y mañana por la
delegación hondureña indicó que la culminación del proceso de diálogo de dos días
se verá reflejado en la publicación de un documento final de recomendaciones y
conclusiones sobre la situación de los derechos económicos, sociales y culturales
en Honduras. “Esperamos que (el informe final) sea de interés y de utilidad tanto
para el gobierno como para la sociedad civil”, afirmó Mancisidor al finalizar la
primera jornada. Al final el primer día del examen, los 10 de los 18 lanzaron una
segunda ronda de preguntas que serán respondidas mañana y que se refieren
esencialmente a derechos a un nivel de vida adecuado relacionado al derecho de
trabajo, la seguridad de los hondureños y el derecho a la vida.

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