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D. R. Copyrigth © 2018
Primera Edición
ISBN: 978-84-17591-51-9
Liberlibro.com A. C.
Libro.
Formato EPUB
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Contenido
3
Introducción al tema del proyecto de investigación
5
6 Modelos para la intervención social de la educación superior
Resumen
9
10 Modelos para la intervención social de la educación superior
Introducción
Modelos universitarios
A. Universidad de Guadalajara
• Ingeniería Mecatrónica.
• Ingeniería Civil.
• Ingeniería en Diseño Industrial.
• Profesional asociado en Automatización.
• Profesional asociado en Construcción.
• Profesional asociado en Procesos Industriales.
• Ingeniería en Biotecnología.
• Lic. en Administración y Gestión de PYMES.
• Lic. en Terapia Física.
Conclusión
Referencias
Documentos consultados
29
30 Modelos para la intervención social de la educación superior
(...)era suficiente con que supieran leer y firmar, para ellos era más
importante que trabajaran y pudieran ganar algún jornal, se intentaron
medidas como amonestaciones y apercibimientos, incluso multas para
aquellos padres que no enviaran a sus hijos a la escuela, a veces
los mismos religiosos o párrocos solían ir a recoger a los niños a sus
casas para que asistieran a clases a pesar de la resistencia de sus
padres, incluso la asistencia era de entre un 65 y 50 por ciento.16
la enseñanza en Inglaterra y en varios países más, En Hungría dio luz otra famosa
obra suya Orbis pictus, “El mundo en imágenes” en la que destacó la necesidad de
acompañar la teoría en la enseñanza con la práctica. Los últimos 14 años de su vida,
los pasó en los Países Bajos escribiendo libros de teología y filosofía. En Ámster-
dam publicó su obra Didáctica Magna, en la que desarrolló la idea de la enseñanza
universal, que llevaría a la reforma de la sociedad en general. Aboga por una escuela
para todos, sin distinción de clases sociales, y por una graduación y continuidad de
la educación desde la escuela maternal hasta la universidad. Su doctrina educativa
está impregnada de un profundo misticismo y en una sincera fe en la perfectibilidad
del género humano, así como en el gran poder de la educación sobre el hombre y la
sociedad. Una de las condiciones más necesarias de la escuela, denominada “taller
de hombres”, es el orden que debe reinar como consecuencia de la racionalidad del
método. http://refenciadidactica.blogspot.mx/2008/04/juan-ams-comenio.html
23 Angélica Peregrina. Ni Universidad, ni Instituto… Op. Cit., p. 48.
44 Modelos para la intervención social de la educación superior
30 Ibídem p. 60.
31 Ibídem p. 61.
32 Documento de 1844, encontrado en la (Biblioteca Digital Hispánica, 1844
48 Modelos para la intervención social de la educación superior
págs. 32-33).
33 El Catecismo de Ripalda, fue escrito por el jesuita, Jerónimo Martínez de
Ripalda (Teruel 1536-1618), quien tuvo a su cargo las cátedras de filosofía y teología
y fue rector de la Universidad de Salamanca. Este texto se editó con el objetivo de
poner al alcance de los niños las bases de la doctrina cristiana. Si tuviesen que je-
rarquizase en orden de importancia los libros de texto utilizados en la historia de la
educación en México, este catecismo tendría que ocupar el primer lugar. Se utilizó
no solo para la enseñanza de la doctrina cristiana, sino también del español, civismo
y lectura además de normas generales de comportamiento social. Se hicieron traduc-
ciones en otomí, tarasco, zapoteca y maya. Se publicó en 1618 y se siguió editando
por Ambrosio Nieto hasta en 1940 en la ciudad de Puebla. Dra. María Adelina
Arredondo López. (UPN-Morelos). Disponible en www.biblioweb.tic.una.mx./dic-
cionario/htm/artículos/sec_1.htm. Consultado 17 abril 2017
Los cambios en el derrotero de la educación, como factor determinante en la administración... 49
Farmacia
Comercio
Artes y Oficios
55 Ídem p. 5.
56 Angélica Peregrina, Ni Universidad ni Instituto… Op. Cit., p. 98.
57 Ibídem p. 113.
60 Modelos para la intervención social de la educación superior
58 Ibídem p. 116.
59 Ídem.
Los cambios en el derrotero de la educación, como factor determinante en la administración... 61
65 Ibídem, p 159.
66 Ídem.
67 Aida Urzúa Orozco y Gilberto Hernández Z. “Jalisco, testimonio de sus
gobernantes 1882-1911” Tomo II, UNED, 1988, p.30.
64 Modelos para la intervención social de la educación superior
70 Ibídem p. 183-184.
71 Ibidem p 189.
66 Modelos para la intervención social de la educación superior
74 Ibídem 59.
75 Angélica Peregrina op cit., p. 214.
Los cambios en el derrotero de la educación, como factor determinante en la administración... 69
76 Ibídem p. 214-215.
77 Oscar García Carmona. Legislación y estructura orgánica de la educación
pública de Jalisco 1903-1983. Tomo 1. Breviarios del Estado de Jalisco. Dpto. de
Educación Pública del Estado de Jalisco. 1985.
78 Ibídem p. 27.
79 Angélica Peregrina Op. Cit. 220.
70 Modelos para la intervención social de la educación superior
5. Consideraciones finales
Referencias
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Los cambios en el derrotero de la educación, como factor determinante en la administración... 77
Introducción
79
80 Modelos para la intervención social de la educación superior
82 Nativos Digitales, Son todos “hablantes nativos” del lenguaje digital de los
ordenadores, los videojuegos e internet. Inmigrantes Digitales. Aquellos que no na-
cimos en el mundo digital, pero que, en algún momento de nuestras vidas adopta-
mos muchos o la mayoría de los aspectos de la nueva tecnología. La importancia de
la distinción es la siguiente: cuando los Inmigrantes Digitales aprenden a adaptarse
a su entorno, siempre conservan, hasta cierto punto, su “acento”, es decir, su pie en
el pasado. El “acento de inmigrante digital” puede verse en cosas tales como acudir
a Internet para obtener información como segundo recurso, y no en primer lugar, o
en la lectura del manual de un programa en lugar de asumir que el propio programa
nos enseñará a utilizarlo. Hoy en día los padres con más edad tuvieron una “sociali-
zación” distinta a la de sus hijos, y ahora están en el proceso de aprender un nuevo
idioma. Y un idioma aprendido más tarde en la vida, los científicos nos lo dicen, va
en una parte diferente del cerebro.
82 Modelos para la intervención social de la educación superior
Conclusiones
Referencias
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gestión.: http://www.redalyc.org/pdf/1942/194250865006.pdf
Las relaciones de amistad en adolescentes de se-
cundarias, narrativas en grupos de discusión
Ana Cecilia Valencia Aguirre85
Francisco Javier Juárez Morán86
Resumen
97
98 Modelos para la intervención social de la educación superior
Introducción
88 En este punto cabe señalar que los nombres de los adolescentes han sido
cambiados, intentando conservar su género, pero protegiendo su verdadera iden-
tidad. También que las narrativas son correspondientes a los distintos grupos de
discusión realizados y que no son plasmadas en orden cronológico como fueron
rescatadas, si no han sido organizadas dependiendo el sentido discursivo que se re-
quiere en la retórica del análisis interpretativo.
106 Modelos para la intervención social de la educación superior
Antonio: Pues hay unos que les cuentas todo, pero que a la
mala te queman y hasta con los profes.
La escuela secundaria, como espacio de formación de las ado-
lescencias, colapsa el mundo espontáneo de los adolescentes, sus
ámbitos de libertad, autonomía y confianza; trastoca la individua-
lidad al exigir uniformidad en las prácticas, borra la posibilidad de
desarrollar una autonomía al generar una biopolítica que controla
el cuerpo desde los dispositivos disciplinarios.
Encontramos pues, en las narrativas la premisa de la traición
al amigo al revelar ante la autoridad un secreto o un aspecto que
delate a sus pares ante la autoridad escolar que infracciona cuando
se viola la norma escolar.
Lo instituyente es todo lo que emerge desde las interacciones y
la vivencia situada, es una forma de encarnar de manera propia lo
instituido, lo instituyente está en la dinámica propia de los actores
que con sus sentidos, significados, creencias y vivencias van re-
configurando a las instituciones y trastocan en muchos sentidos lo
instituido o formal.
La escuela y la familia son instituciones que tienden a reproducir
el statu quo pero a la vez ofrecen ciertos márgenes para que los su-
jetos reproduzcan y a la vez produzcan nuevos sentidos y den lugar
a rupturas o crisis de sentidos. Así, podemos ver que los actores
hoy en día conviven y eligen amistades con valores distintos a los
transmitidos o inculcados por su contexto o tradición, eligen sujetos
que trastocan los valores considerados positivos, como lo podemos
notar en la siguiente narrativa:
Carmen: Pues como dice ella, para mi puede ser algo como
mmm, pues como dicen que la amistad se cuenta con los dedos
porque algunas no son realmente amistades, algunos dicen ser
amigas pero no es cierto, por ejemplo aquí (en la escuela) yo no
tengo amigas, yo tengo compañeras, que es muy diferente.
Lo instituido Lo instituyente
La familia Vínculos en redes sociales
La escuela Nuevas geografías: amigos de otros
contextos
Las autoridades Relaciones líquidas
Los reglamentos escolares Nuevas formas de interacción online
Elaboración propia
Conclusiones
Referencias
Introducción
La ciudad
[…] muchas de sus viviendas eran de una sola planta lo que hacía
espaciosa su población, sus calles estaban hechas a la moderna, por
ser todas rectas dilatadas y anchas, unas de doce y otras de catorce
varas, además había ocho plazas repartidas en la ciudad, sobresalían
las construcciones religiosas que dominaban el paisaje [...] el aspec-
to de Guadalajara era triste y desagradable, pues la mayoría de sus
calles carecían de empedrado y algunas hasta de banquetas, donde
124 Modelos para la intervención social de la educación superior
[…] había tal perversión, que las paredes de la ciudad y los pueblos
se veían constantemente cubiertas con obscenos e indecentes letre-
ros [...]111
que el carretón llegue por ellos. Entre los charcos que ha dejado la
llovizna podemos encontrar la basura que la corriente ha arrastrado
por las principales calles y plazas de la ciudad.
Los perros callejeros112 inundaban las calles enlodadas y algu-
nos tapatíos, escondidos, defecaban en las zonas abiertas, en las
calles, en los callejones. Mientras tanto hay otros que lanzan desde
sus casas el contenido de las bacinicas hacia la vía pública. Cerca
del Río San Juan de Dios podríamos ver una plaza, descuidada,
en muy malas condiciones y cerca de ella algunos habitantes de la
ciudad tomando baños en sus aguas; mientras que más adelante,
sobre el mismo cauce, los curtidores limpian en el río las pieles de
las sales y compuestos con que las han curtido mientras que los
matanceros arrojan los desperdicios de la matanza a sus aguas.
Podríamos ver algunos otros esquilando ganado en la vía públi-
ca mientras los animales llegaban hasta las fuentes de la ciudad
y las piaras corren por las calles alimentándose de desperdicios.
Las calles de Guadalajara eran quizá tan vivas como hoy, muchas
de las actividades que se realizan actualmente dentro de estable-
cimientos, fábricas y casas eran realizadas en esos días en las
calles. La calle era una extensión de la casa o el taller.113
Esta es la Guadalajara donde se desarrolló la vida de nuestros
sujetos de estudio. Una ciudad que pasó del desorden, sin empe-
drados, sin drenajes, y en la que era patente la falta de higiene y
orden, cualidades que las reformas borbónicas y los movimientos
higienistas modificaron.114
Desde la última década del siglo XVIII podemos ver en la ciudad
117 Pierre Mayol en Michel de Certeau, Luce Giard y Pierre Mayol, La inven-
ción de lo cotidiano: 2 habitar, cocinar, ITESO/UIA, México, 2000, p. 11.
118 26 Bronislaw Geremerk, Les marginaux parisiens aux XIV et XV Siècles,
Flammarion, France, 1976, p. 79-80.
128 Modelos para la intervención social de la educación superior
124 Bronislaw Geremerk, Les margin aux parisiens aux XIV et XV siècles,
Flammarion, France, 1976, p. 89. No siempre es fácil establecer la ubicación de la
riqueza o la pobreza, están cercanas entre sí y una visión coherente es difícil en este
escenario, en general podemos decir que la riqueza está dispuesta concéntricamente,
la periferia parece más pobre, y en el centro, de la ciudad, agrupa a los burgueses
adinerados (Traducción propia).
125 AMG/ Cabildo/ libros de cabildo, 1785, f.96v. Expediente sobre la pro-
puesta de empedrado para la ciudad de Guadalajara.
130 Modelos para la intervención social de la educación superior
Los moradores
Tabla 1130
Gráfica 1131
Gráfico 2132
Tabla 2133
H M H M H M H M H M H M H M
Europeos - - 3 - 27 - 80 - 42 1 32 1 184 2
Españoles 770 532 863 827 1074 1101 1049 1367 429 577 346 451 4531 4855
Indios 435 318 336 361 293 458 554 46 285 228 186 141 2089 2152
Mulatos 606 437 551 527 774 762 689 936 379 392 229 286 3138 3400
Otras Castas 223 207 1187 208 118 1219 194 231 67 65 84 65 1873 2025
Totales 2034 1494 2940 1923 2256 3540 2566 3180 1202 1293 877 944 11815 12434
Gráfico 3134
Grafico 4135
Gráfico 5136
Tabla 3137
Ocupación Porcentaje
Agricultores 6.33 %
Mineros 0.33 %
Artesanos 32.03 %
Comerciantes 30.12 %
Funcionarios y oficiales 5.93 %
Eclesiásticos 5.42 %
Profesionistas 5.98 %
Total 100 %
Ocupación Porcentaje
Sirvientes 0.88 %
Estudiantes 8.16 %
Varios 0.77 %
Desocupados 0.51%
Enfermos 0.33%
Sin información 4.21 %
Total 100 %
Tabla 4138
Ocupación Población
Agricultores 1,534
Mineros 80
Artesanos 7,766
Comerciantes 7,303
Funcionarios y oficiales 1,437
Eclesiásticos 1,314
Profesionistas 1,450
Sirvientes 213
Estudiantes 1,978
Varios 186
Desocupados 123
Enfermos 80
Sin información 1,020
Total 24,484
139 Véase Gabriel Salazar y Julio Pinto, “El sujeto popular”, en Historia con-
temporánea de Chile II. Actores, identidad y movimientos. LOM, Santiago de Chile,
1999, pp. 93-136.
140 Una de las principales dificultades al estudiar al pobre en el siglo XVIII es
que el concepto es muy amplio y abarca una gran parte de la población. Entrarían en
esta categoría los empleados temporales, los artesanos, las prostitutas, los mendigos
tanto los falsos como los verdaderos, los ociosos y mal entretenidos; así como los
asociales, como los alcohólicos. En este estudio entenderemos al pobre a partir de
la definición que de él hace Manuel del Campillo que la divide en tres categorías: los
pobres físicamente incapaces de sostenerse, que no tienen otro medio de sobrevivir
que el de la mendicidad en el cual se integran la gente anciana y achacosa; así
como los niños huérfanos; los pobres de conveniencia, holgazanes y vagos que
huyen del trabajo y se volvían limosneros habituales y los pobres de apariencia, los
que pretendían la pobreza y se dedicaban a la mendicidad con el fin de cubrir su
identidad de ladrón y bandido.
Acosijados del hambre 139
Gráfico 6141
Gráfico 7145
Gráfico 8146
147 Bronislaw Geremerk, Les fils de Caïn, Flammarion, France, 1991, p. 78.
La Legislación del siglo XIV sobre los pobres y vagabundos proporciona poca evi-
dencia para identificar estas áreas. Las Ordenanzas francesa e inglesa de la segun-
da mitad del siglo, nos hablan de individuos de “condición baja” que “viven de la
Artesanía o del trabajo agrícola” que no eluden el trabajo, si están en forma y no
lo hacen reclamando salarios excesivos. La capacidad de trabajar es el criterio de di-
visión de indigentes en dos categorías. Los textos que muestran la división que data
de la época de Justiniano, distinguen cuerpo pobre, sin discapacidad, y personas con
discapacidad que no pueden trabajar. Mendigos “válidos” se consideran vagos[...]
la legislación no se preocupa por los tipos específicos de delitos, o ciertas ca-
tegorías de individuos. Observando que aporta, fuera de la división de los mendigos
en válido o inválido, es muy general e imprecisa (Traducción de los autores).
144 Modelos para la intervención social de la educación superior
cen como grupos separados, lo que a la luz de las lecturas que he rea-
lizado me parece inexacto. En una sociedad en transición y plagada
de herencias coloniales, las fronteras entre estos segmentos son más
bien difusas, movibles e intercambiables, lo que justifica un horizonte
más abierto a partir de la categoría del lépero que incorpora el vasto
campo de los pobres y segregados de la ciudad.148
Los que sin oficio ni beneficio, hacienda y renta viven, sin saberse
de que venga la subsistencia por medios lícitos u honestos. El que
teniendo algún patrimonio no se le conoce otro empleo que el de ca-
sas de juego, compañías mal opinadas, frecuencia de parajes sospe-
chosos. El que vigoroso, sano y robusto de edad [...], anda de puerta
en puerta pidiendo limosna: el soldado inválido, que teniendo sueldo
de tal, anda pidiendo limosna: el hijo de familias que mal inclinado
no sirve en su casa y en el pueblo de otra cosa, que de escandalizar
con la poca reverencia u obediencia a sus padres, y con el ejercicio
de las malas costumbres, sin aplicación a la carrera que le ponen: el
que anduviese distraído por amancebamiento, juego o embriaguez:
[...] y busca las ocasiones disponiendo rondas, música o bailes en los
tiempos y modo que la costumbre permitida no autoriza, ni son regu-
lares para la honesta recreación: el que trae armas prohibidas:[...] el
que teniendo oficio no lo ejerce lo más del año, sin motivo justo para
no ejercerlo: el que con pretexto de jornalero, si trabaja un día lo deja
de hacer muchos, y el tiempo que había de ocuparse en las labores
del campo, o recolección de frutos, lo gasta en la ociosidad [...]: el que
sin visible motivo dé mala vida a su mujer con escándalo en el pueblo:
los muchachos que, siendo forasteros en los pueblos, andan en ellos
prófugos sin destino: los muchachos naturales de los pueblos, que
no tienen otro ejercicio, que el de pedir limosna ya sea por huérfanos
o por descuido de padres: el que, creciendo sin crianza, sujeción ni
oficio, por lo regular se pierden, cuando la razón mal ejercitada les
enseña el camino de la ociosidad voluntaria: los gaiteros, bolicheros
y santinbancos: porque estos entretenimientos son permitidos sola-
mente de los que viven de otro oficio o ejercicio: los que andan de
pueblo en pueblo con máquinas reales, linternas mágicas, perros y
otros animales adiestrados[...]150
150 Ramos Vázquez, Isabel. “Policía de vagos para las ciudades españolas del
siglo XVIII” en Revista de Estudios Histórico-jurídicos, XXXI, Valparaíso, Chile,
2009, pp. 217-258.
146 Modelos para la intervención social de la educación superior
Imagen155
155 Pintura “El puente de las Damas” autor Anónimo, en Museo Regional de
Guadalajara, pintura, siglo XVIII.