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Los de Samaria, nombre con se designa en alguna ocasión a una clase de

judíos, puede ser una llamada y una invitación más a aprender del
ministerio de Jesucristo. El término samaritano en muchos casos
utilizado despectivamente, a los habitantes de Samaría, resultado de la
mezcla del resto de población aborigen que permaneció en la región con
los pueblos extranjeros instalados allí por el soberano asirio Sargón II,
721 a. C., tras la deportación de sus habitantes. De esta mezcla racial y
cultural surgió el sincretismo religioso de Samaría, religión yahvista con
fuerte influencia de los gentiles. También hay que decir que, desde la
división del reino, tras la muerte de Salomón, S. estuvo muy influida por
las religiones de los pueblos vecinos, desde cuando viene la contradicción
entre los de Judá y los de Samaría. En tiempos de Jesús los samaritanos
eran objeto de desprecio, y se evitaba el paso por la región, Mateo 10, 6;
Lucas 9, 52-55; Juan 4, 9; 8, 48. Sin embargo Jesús no los excluyó,
pues su mensaje era universal. Propuso una parábola, la del buen
samaritano, Lucas 10, 29-37, con le quiere significar que, a pesar de las
diferencias religiosas con los judíos, los samaritanos son capaces de
caridad y no hay razón para su estigmatización. Esto se corroboró cuando
Jesús curó a diez leprosos y sólo uno, el samaritano, se lo agradeció y
alabó a Dios, Lucas 17, 11-19. Los judíos evitaban el trato con los s., pero
Jesús pasó por alto esta costumbre y se detuvo a conversar en el pozo de
Jacob con una mujer samaritana, Juan 4, 4-42. Los apóstoles, siguiendo
el ejemplo de Jesús, predicaron la Palabra a los samaritanos (Hechos 8,
5-25).

Es muy interesante para detenerlos en la relación de Jesús con las


mujeres, comenzar con la lectura de este relato tan interesante y
maravilloso donde Jesús, cansado de su periplo evangelizador, se sienta
a hablar en el Pozo de Jacob con una mujer. Esta mujer era original de
Samaria, es decir samaritana, una condición de personas con los que los
judíos no tenían trato alguno.1 A continuación exponemos
1 aDe manera que cuando Jesús supo que los fariseos habían oído que
Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús no
bautizaba, sino sus discípulos), dejó Judea y se fue otra vez a Galilea.
4 Y era menester que pasase por Samaria. Llegó, pues, a una ciudad
de aSamaria que se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su
hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob2. Entonces Jesús, cansado del

1 Las negritas son nuestras.


2El pozo de Jacob está situado al oriente de Siquem, en el distrito comúnmente
designado como “la parte de tierra de Jacob” o la tierra que Jacob dio a José
(Génesis 48:22). Al ir hacia el norte está al lado derecho, cerca del lugar donde
se bifurcan los dos caminos que van de Samaria al mar de Galilea.
Está situado cerca de la base del monte Gerizim, en tierra que fue comprada
por Jacob cuando él acampó en su vuelta de Padan-Aram (Génesis 33:18 en
camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer
de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. (Pues sus
discípulos habían ido a la ciudad a comprar algo de comer). Y la mujer
samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que
soy mujer samaritana? Porque los judíos no se tratan con
los asamaritanos.
10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieses el adon de Dios3, y quién es
el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías a él, y él te daría bagua
viva4. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es
hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que
nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, y sus
hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere
de esta agua volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le
daré ano tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que bbrote para vida eterna.

adelante) y probablemente fue la parte que tomó de los amorreos, Génesis


48:22.
No tenemos el relato de quién cavó este pozo, pero la tradición lo atribuye a
Jacob, probablemente para prevenir contienda entre pastores rivales y para
asegurar su independencia. Judíos, samaritanos y mahometanos, todos
atribuyen o asocian este pozo con Jacob. Con excepción de la garganta angosta
arriba, es como de poco más de dos metros de diámetro forrado completamente
con trabajo muy tosco de albañilería, y el agua es como de 24 a 27 metros de
profundidad. La tradición dice que fue de una profundidad de 73 ms. Sin duda
era más profundo en los tiempos antiguos. También anteriormente no dependía
tanto de la lluvia para abastecerse de agua. Su agua dulce es preferida al agua
cruda de la vecindad.
Hace algunos años la iglesia griega compró el terreno en que está el pozo, lo
rodeó con un muro, edificó una capilla arriba del pozo y un templo grande a su
lado. Cerca de aquí están sepultados los huesos de José, Josué 24:32.
Cristo habló a la mujer samaritana aquí, Juan 4:5-42.
Otros que fueron a Egipto fueron traídos aquí para ser sepultados, Hechos 7:16.
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3
El don de Dios: Y si guardas mis mandamientos y perseveras hasta el fin,
tendrás la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios.
4 Símbolo del Señor Jesucristo y de Sus enseñanzas. Así como el agua es

esencial para sostener la vida terrenal, el Salvador y Sus enseñanzas (aguas


vivas) son esenciales para la vida eterna.
• Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación, Isa. 12:3.
• Me dejaron a mí, fuente de agua viva, Jer. 2:13.
• El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, Juan 4:6–
15.
• Si alguno tiene sed, venga a mí y beba, Juan 7:37.
• La barra de hierro conducía a la fuente de aguas vivas, 1 Ne. 11:25.
• Bebed de las aguas de la vida libremente, DyC 10:66.
• Mis mandamientos serán un manantial de aguas vivas, DyC 63:23.
15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni
venga acá a sacarla. Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido y ven
acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has
dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido y el que ahora
tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros
padres adoraron en este amonte, pero vosotros decís que en Jerusalén
está el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme que la
hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre. Vosotros adoráis alo que no sabéis; nosotros adoramos lo que
sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y
ahora es, cuando los verdaderos aadoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad, porque también el Padre busca a tales para que le
adoren.aDios es bEspíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren
en espíritu y en verdad.
25 Le dijo la mujer: Sé que el aMesías ha de venir, el cual es llamado el
Cristo; cuando él venga, nos bdeclarará todas las cosas. Jesús le
dijo: aYo soy, el que habla contigo. Y en esto vinieron sus discípulos y
se sorprendieron de que hablara con una mujer; pero ninguno dijo:
¿Qué preguntas? o ¿Qué hablas con ella? Entonces la mujer dejó su
cántaro, y fue a la ciudad y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre
que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo? Entonces
salieron de la ciudad y fueron a él.
39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la
palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo: Me dijo todo lo que
he hecho. Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se
quedase con ellos, y se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron por
la palabra de él. Y decían a la mujer: Ya no creemos solo por tu palabra,
porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente
este es el aSalvador del mundo, el Cristo. Y dos días después, salió de
allí y fue a Galilea. Porque Jesús mismo dio testimonio de que un
profeta no tiene honra en su propia tierra.

Durante su entrevista la mujer en el pozo de Sicar, El testificó que los


hombres deben nacer de nuevo y que El era el "agua viva" de la cual todos
deben participar si es que quieren nacer de nuevo y entrar en el reino de
Dios. ¿Y esta mujer samaritana? La doctrina que Cristo le enseñó sigue
siendo su consejo para sus discípulos actuales y para cualquier seguidor
de Cristo: sólo en Él seremos salvos, fuente de agua que brote para vida
eterna..(DyC 63:23)
¿Cómo influyó en la mujer samaritana el razonamiento de Jesucristo? Si
nos fijamos mediante una revisión de su entrevista con Jesucristo, paso
a paso, vemos la conversión de ella. Especialmente cuando
expresa: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho.
¿No será este el Cristo? Entonces salieron de la ciudad y fueron a él.
Como suele suceder, un alma es tocada por la palabra, es convertida
como esta mujer del pozo que tiene sed de justicia, de creer y va y cree.
Ella reconoce en Jesús a un profeta, no solo por el poder de profecía y/o
adivinación de conocimiento de su vida y de sus maridos, que también,
sino porque ella establece una relación entre lo que ha sido y lo que va a
ser. Dicho de otra manera, ella sabe y cree en que un Mesías va a llegar.
Aunque Jesús le da muestras de su poder mental, ella no deja de
reconocer paulatinamente que en efecto es el Cristo. Por su palabra, por
la palabra de una mujer corriente metida en sus quehaceres domésticos,
reflexiona y consigue sentir e identificar al Mesías en la presencia de ese
cuerpo que es Jesucristo.

El profeta José Smith explicó: "Existe una diferencia entre el Espíritu


Santo y el don del Espíritu Santo. Decimos que recibimos el Espíritu
Santo antes de bautizarse, para identificar de una o de otra manera el
poder convincente de Dios de la veracidad del evangelio. Después está el
hecho de que no se puede recibir el don del Espíritu Santo sino hasta
después de ser bautizado. Fue necesario entonces que esta mujer tomara
esa señal, ese símbolo como una ordenanza, que probablemente después
asumiría no solo ella sino todos los que estaban con ella, toda Samaria.
El Padre permite la mayoría de las veces esas oportunidades a los que no
son conversos: una señal profética, un comentario de un misionero, una
escritura que cala hondo porque sabemos que viene de Dios. Luego está
la siguiente parte que es: continuar ante ese primer contacto. Esta mujer
magnífica habló a los de su tierra a un tipo de judíos despreciados por
los propios judíos, pero volvió a su tierra con Jesús y según reza la
escritura: Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se
quedase con ellos, y se quedó allí dos días. Es decir que Jesucristo por
medio de esta mujer samaritana inició la conversión de otros grupos que
no fueran los judíos. Dice: Y muchos más creyeron por la palabra de él.
Y decían a la mujer: Ya no creemos solo por tu palabra, porque
nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente este es
el aSalvador del mundo, el Cristo.
Cuando alguien que no es miembro de la Iglesia ve el reino de Dios,
significa que el poder del Espíritu Santo se derrama sobre él para
enseñarle que la Iglesia es verdadera. Es entonces que tiene un
testimonio. Lo sabe. "El Señor revelará la verdad una vez; luego que este
testimonio ha sido dado, la persona debe aceptar la verdad y recibir el
evangelio mediante el bautismo y la imposición de manos para recibir el
don del Espíritu Santo ... Ella está dispuesta a beber y tener el agua viva,
a ser salva por medio de Cristo, a obedecer los mandamientos, a cambiar
su corazón. El Espíritu Santo meramente le ha enseñado lo que debe
hacer para recibir la remisión de los pecados. De esto, el profeta José
Smith dijo: "Una cosa es ver el reino de Dios y otra cosa entrar en él. Debe
haber en nosotros un cambio en nuestro corazón para poder ver el reino
de Dios y obedecer los de adopción a fin de entrar en él" (Smith,
Enseñanzas, págs. 404-05).

En este episodio de la mujer samaritana lo fundamental además de lo


que estamos reflexionando es el importante influjo mencionado en esta
rivalidad de los mismos hijos de Israel. Queda rota esa exclusión o
diferencia con la intervención de El Salvador. La propia escritura
menciona que aunque en esa época los judíos no se trataban con los
samaritanos, Jesús le pide agua a ella y le pide que se convierta en activa
predicadora de su mensaje. Hechos 8:4-19 se refiere a la exitosa difusión
del cristianismo en Samaria a partir de la predicación de Felipe el
Diácono y luego de Pedro y Juan.
Es posible que una temprana conversión al cristianismo de grupos
samaritanos haya sido una de las causas de la reducción del número de
samaritanos. Sin embargo para el siglo VI, cuando el
emperador Justiniano I hizo construir en el monte Garizim una iglesia
rodeada por un muro, aún había suficientes samaritanos como para
rebelarse en el año 529, bajo la dirección de Juliano ben Sabar, contra la
usurpación de la montaña sagrada.

Para ir un poco más allá


Según la tradición, los samaritanos son descendientes
de Manasés y Efraím, hijos de José. En el año 926 a. C., las tribus del
norte se rebelaron contra el Rey Roboam, hijo de Salomón. De esta
rebelión surgieron dos reinos: el de Israel, en el norte, con su capital
en Siquem (hoy Nablus) y el de Judá, en el sur, con su capital
en Jerusalén. En el año 875 a. C. el rey de Israel, Omrí, trasladó la
capital a Samaria.
En el año 740 a. C. los asirios conquistaron a las diez tribus de Israel. La
Biblia cuenta que el pueblo original marchó al exilio (en realidad sólo la
élite intelectual) y fue reemplazado por gente foránea a quien se le dio
cierta instrucción religiosa similar a la judía. Aunque el nuevo pueblo
samaritano originado con esta mezcla reconocía la Torá, fue despreciado
por el pueblo judío. En realidad, sólo la élite eclesiástica e intelectual
sufrió el exilio asirio, al sustraerse del pueblo a los depositarios del saber
más ortodoxo, este generó liderazgos con una tradición judaica, pero
distinguida de la ortodoxia reemplazada, lo que fue explicado por las
élites desarraigadas como una mezcla ilegítima.
Entre el siglo IV a. C. al VIII d. C. la lengua samaritana fue una rama
occidental del idioma arameo, usada comúnmente para hablar y escribir,
produciéndose entonces la traducción del Targum samaritano. Luego, en
el habla corriente fue desplazada por el árabe y en los escritos fue muy
influida por el árabe y también por el hebreo.
La población actual de samaritanos es de 820 (2019), divididos en su
sagrado Monte Gerizim y Jolón cerca de Tel Aviv, donde tienen su barrio
llamado Nevé-Pinjás. Hasta los años 1980, la mayoría de los samaritanos
vivía en la ciudad de Nablus bajo el Monte Garizim.
En 1954, el segundo presidente israelí, Yitzhak Ben-Zvi, creó la
comunidad samaritana en Jolón. Los samaritanos generalmente no
quieren tomar parte en el conflicto entre palestinos e israelíes.
Debido a su población reducida, a su endogamia y a su negativa a
aceptar conversos, los samaritanos han tenido problemas
de enfermedades genéticas. Sólo en tiempos recientes han aceptado que
los hombres de la comunidad se casen con mujeres no samaritanas
(judías). Los samaritanos en el Monte Gerizim hablan el árabe como
primer idioma y el hebreo moderno como segundo. La mayoría de los
samaritanos de Jolón (especialmente las generaciones jóvenes) tienen al
hebreo como su lengua materna, aunque también entienden el árabe. El
hebreo y el arameo samaritanos son utilizados en la liturgia y no se
hablan en la vida cotidiana.

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