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Antes Del Big Bang
Antes Del Big Bang
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ISBN: 978-84-96720-43-5
Impresión: C/A Gráfica
Depósito legal: VG 239 - 2008
Impreso en España
Índice
Índice general
Prefacio ............................................................................................................. 11
Advertencia.................................................................................................... 19
Prefacio.............................................................................................................. 23
Capítulo i
El gran miedo del comienzo................................................................ 43
Capítulo ii
En busca del «Big Bang»...................................................................... 55
Capítulo iii
Frente al misterio....................................................................................... 87
Capítulo iv
Ecuaciones en el alba de los tiempos............................................. 109
Capítulo v
Hacia el primer segundo. ...................................................................... 141
Capítulo vi
El Muro de Planck..................................................................................... 151
Capítulo vii
Detrás del Muro de Planck.................................................................. 173
Capítulo viii
El Instante Cero........................................................................................... 185
Capítulo ix
La creación del mundo............................................................................ 211
Conclusión...................................................................................................... 231
Epílogo y perspectivas............................................................................. 237
Anexos............................................................................................................... 255
Bibliografía sumaria................................................................................. 279
A la memoria de André Lichnerowicz
y de Moshé Flato
San Agustín,
Las Confesiones, Libro XI
Antes del «Big Bang»
Prefacio
por Arkadiusz Jadczyk
22 de octubre de 2002. Era una día de otoño como cualquier otro cuando
estalló, sin que nadie lo hubiera previsto, el extraño «asunto Bogdanov».
Todo comenzó con una misteriosa carta enviada por un físico ale-
mán a un tal Ted Newman, célebre científico americano de la univer-
sidad de Pittsburg, uno de los fundadores de la teoría de los agujeros
negros (el célebre «agujero negro de Kerr-Newman»). Así pues, son
estas pocas líneas las que van a encender la mecha. Apenas unas horas
más tarde, el mensaje del físico alemán explota en el mundo entero, en
un Big Bang que corta el aliento: John Baez, un matemático america-
no de la Universidad de California, en Riverside, acababa de publicar
un artículo asombroso en science.physics.research, un forum de discusión
del que era moderador y uno de los principales colaboradores desde su
creación en internet en 1993.
Como yo mismo era colaborador activo en este forum científico, ¡la
onda expansiva me alcanzó apenas tres minutos más tarde! Desde el
primer momento tuve conciencia de la importancia de esta discusión
que se extendía por todo el mundo, e inmediatamente sentí que sus
repercusiones serían considerables. Era como una reacción en cadena,
susceptible en todo momento de desbocarse: acontecimientos caóti-
cos, no lineales, orquestados por fuerzas a menudo antagonistas, cuyas
consecuencias eran apenas previsibles. ¿Pero qué era lo que estaba en
juego? ¿Qué había de tan candente y crucial en el centro de este debate
sorprendente? En realidad cinco artículos publicados por Igor y Gri-
chka Bogdanov en diversas revistas de Física Teórica (entre ellas Annals
of Physics en los Estados Unidos). Cinco artículos que proponen, gracias
a conceptos matemáticos avanzados, un modelo sumamente interesan-
te del origen del Universo.
12 Prefacio
«La teoría cosmológica de dos físicos franceses genera un Big Bang por sí misma.»
John Baez http://www.weburbia.demon.co.uk/physics/open_questions.html.
Arkadiusz Jadczyk 13
C. W. Misner, K. S. Thorne and J. A. Wheeler, Gravitation, Freeman and Co, New York, 1973, §28.3.
Arkadiusz Jadczyk 15
como sea, son estas tres constantes las que, combinadas entre sí, forman
lo que se conoce como «longitud cuántica», un número que constituye
un «muro» entre «el espacio clásico» y «el espacio cuántico»; un muro
entre el «tiempo real» y el «tiempo imaginario.»
El espacio clásico es el espacio que conocemos, aquel en el que vivi-
mos. El espacio cuántico es un espacio en el que nunca viviremos, y del
cual sólo podemos tener una lejana intuición. Podemos representárnoslo
como una «espuma» hirviente e infinitamente caótica en la que pedazos
de espacio se unen y se separan, un espacio en el que las nociones de
«longitud» y de «forma» ya no tienen sentido. Además, los puntos de
imbricación entre las regiones distantes se realizan mediante «puentes»
o «agujeros de gusano» que se forman y desaparecen tan «rápidamente»
que todas estas diferentes configuraciones coexisten «simultáneamente».
En términos matemáticos, esto significa que este «espacio cuántico»
debe ser descrito mediante una especie de geometría no conmutativa
fundada más bien en potencialidades aristotélicas –«tendencias a exis-
tir»– que en hechos observables. Estas cuestiones tocan los secretos más
fascinantes y fundamentales de nuestro Universo: la realidad en la que
vivimos. El descubrimiento de claves que permitan un día acceder a
estos secretos dará literalmente la libertad a toda la humanidad.
Por el momento los problemas siguen ahí. ¿Cómo unificar lo infini-
tamente grande y lo infinitamente pequeño? En un primer momento,
inspirada en las viejas ideas de los físicos Kaluza y Klein, una tentativa
de unificar el electromagnetismo y la relatividad conduce a añadir di-
mensiones de espacio-tiempo «invisibles» a las famosas teorías de gauge
no-abelianas. Ya en 1921, Theodor Kaluza logra una unificación de la
relatividad y el electromagnetismo añadiendo una dimensión de espacio
«suplementaria»; la quinta dimensión. En 1981, el célebre fisicomate-
mático Edward Witten, Medalla Fields, el gran maestro de la Teoría de
Cuerdas, publica su articulo fundador, en el cual retoma ideas todavía
más antiguas, con la esperanza de que más allá de las cuatro dimensiones
Witten, E., «Search for a realistic Kaluza-Klein Theory», Nuclear Physics B186, 412 (1981).
16 Prefacio
http://www.cassiopaea.org/cass/bog-ark4.html.
R. Coquereaux y A. Jadczyk, «Riemannian Geometry, Fiber Bundles, Kaluza-Klein Theories and
All That…», Lecture Notes on Physics, vol. 16, World Scientific, Singapur, 1988.
Infinite Dimensional Geometry, Non Conmutative Geometry, Operator Algebras, Fundamental Interactions.
Ed. R. Coquereaux y otros World Scientific, Singapur, 1995.
En colaboración con Philippe Blanchard. Cf. «EEQT – a Way Out of the Quantum Trap», en Open
Systems and Measurement in Relativistic Quantum Theory, Breuer, H.-P., Petruccione, F. (eds.), Springer-
Verlag, col. «Lecture Notes in Physics», 1999.
Arkadiusz Jadczyk 17
Es por esta precisa razón que hemos concebido la teoría cuántica de los acontecimientos (TCA).
Podemos encontrar un artículo reciente sobre la TCA en «How events come into being: eeqt, particle
tracks, quantum chaos, and tunneling time», en Mysteries, Puzzles and Paradoxes in Quantum Mechanics,
Rodolfo Bonifacio, ed., Woodbury, NY, American Institute of Physics, 1999 (AIP Conference
Proceedings, n.º 461); aparecido también en el Journal of Modern Optic, 47 (2000), 2247-2263 (en
colaboración con Ph. Blanchard y A. Ruschhaupt). El recurso a la observación de los «acontecimientos» en
Mecánica Cuántica ha sido discutido igualmente por R. Haag en «Objects, Events and Localization», en
Quantum Future, From Volta and Como to Present and Beyond, Proceedings of the Xth Max Born Symposium,
Przesieka, Poland, 24-27 de septiembre de 1997, Springer, Berlin-Heidelberg-New York, 199, col.
“Lecture Notes on Physics,” 517, Ph. Blanchard y A. Jadczyk (eds).
10 De la causalité à la finalité, Maloine, 1988. En 1965, Lichnerowicz es presidente del jurado de tesis
de Moshé Flato. Veinticinco años más tarde, Lichnerowicz presenta a Igor y Grichka a este último, y les
sugiere proseguir los trabajos de su tesis bajo su dirección.
Los tres mundos 19
Advertencia
Los tres mundos
Este matemático, quizás el más grande de la Edad Media, vivió en el siglo XII. Había observado
que partiendo del número 1, si se le añade el número que le precede, se obtiene la siguiente serie: 1+
0 da 1, 1 + 1 da 2, 2 + 1 da 3, 3 + 2 da 5, etc. La serie se escribirá por tanto: 0, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21,
34, 55, 89, etc. Si se calcula la relación entre dos números sucesivos de esta serie, se obtiene un número
trascendente (que, como el número pi, no tiene fin) y que los matemáticos del siglo XVII llamaron
«número de oro». Se escribe 1,618 seguido de una infinidad de decimales.
20 Advertencia
¿no podríamos ir aún más lejos, y encontrar esta famosa espiral de números en
el mismo origen del Universo? La respuesta se oculta quizás en alguna parte
antes del «Big Bang.»
*
Nuestro mundo, éste en el que vivimos, se constituye de paisajes, de casas, de
abejas, de nubes, de hombres y de flores que podemos ver y tocar en las tres di-
mensiones del espacio: longitud, anchura y altura. Como ya supo verlo Poincaré
en los lejanos años de 1900, a estas tres dimensiones espaciales hay que añadirles
una dimensión más: la del tiempo. Es combinando estas cuatro dimensiones
(decimos también coordenadas) que logramos conducirnos en el espacio y en el
tiempo: una cita se da siempre en un determinado lugar y a una determinada
hora. Así pues, en términos científicos, una cosa tan banal como un encuentro
con alguien deviene en algo mucho más complicado: se trata entonces de un
«acontecimiento en el cono de luz, en el cruce de dos líneas de Universo». Y
en este espacio-tiempo curvo cuyo origen se pierde en torbellinos de luz al fondo
del cono cosmológico descubierto por Einstein, la distancia entre cada aconteci-
miento (diremos casi poéticamente, «la distancia de Universo») se calcula en el
espacio y en el tiempo gracias a lo que llamamos la métrica del espacio-tiempo:
tres signos más para el espacio, un signo menos para el tiempo.
Este mundo, el nuestro, se describe mediante la Teoría de la Relatividad
General.
*
Ahora bien, «por debajo» de nuestro mundo, vislumbramos otro mucho más
ínfimo. No lo podemos ver. Sólo tenemos una idea vaga de lo que es verdade-
ramente, incluso si comienza, casi por encantamiento, «en un pétalo de rosa».
Es mucho más pequeño que el de los átomos y las partículas elementales. Lo
encontramos en el Muro de Planck, la distancia más pequeña entre dos puntos
del Universo. En ese mundo, el cono de luz, que nos permite medir el espacio y
el tiempo, se disuelve y acaba por evaporarse al fondo de lo infinitamente peque-
ño. Allí abajo, la métrica que nos es familiar, la de nuestro mundo, resulta
Los tres mundos 21
«más» en adelante unificadas en una simetría tan elevada, tan bella, que sus
rayos iluminan todavía las cimas de nuestro mundo.
El punto cero del espacio-tiempo, ese mundo anterior a la simetría quebra-
da, se describe mediante la Teoría Topológica de los Campos.
*
Recordemos algo que constituye lo esencial de este libro: cada mundo reposa
sobre una métrica que le es propia. Desde las enormes escalas de las galaxias
hasta la Escala de Planck, muy por debajo del átomo, encontramos la Métrica
de Lorentz, que distingue simplemente el tiempo del espacio: en este mundo, el
nuestro, el tiempo es real. Por debajo, entre la Escala de Planck y la escala 0,
encontraremos una métrica «mezclada» (en Matemáticas diremos «compleja»)
que superpone el tiempo y el espacio sin distinguirlos verdaderamente: el tiempo
deviene a la vez real e imaginario. Finalmente, en la escala cero, encontrare-
mos una métrica «euclidiana», en la que el tiempo tal como lo conocemos ya no
existe: ha pasado a ser puramente imaginario.
Preparémonos para descubrir en este libro esos mundos desconocidos, mucho
más extraños de lo que podemos imaginar. Los vertiginosos secretos que encie-
rran nos permitirán quizás comprender por primera vez por qué, antes incluso
del principio del tiempo y el espacio, antes del «Big Bang», hubo un misterioso
instante cero que señalaba el comienzo de nuestro Universo.