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Extracto del Día 11 del libro "El reto para padres: 21 sin explotar”

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Los niños aman los cuentos, ¡y qué mejor cuento que su propia historia!

Más que una simple historia para niños, el Cuento del Niño es una práctica sirve para:

- Recoger los aprendizajes y las experiencias del día

- Que el niño adquiera un sentido de ritmo, del flujo de sucesos y actividades de cada día

- Ayudar al niño a ver sus conductas sin sentirse juzgado, y que reconozca el valor de corregirlas (lo
cual lo lleva a hacerlo)

- Cerrar eventos que puedan haber quedado inconclusos

- Terminar el día en reflexión e introspección

- Conectar con él antes de dormir

El cuento se narra en 3ra persona, cuando acuestas a tu hij@ en su cama, listo para dormir. Narras
todos los sucesos del día, SIN sermones NI moralejas, tal cual como sucedieron. Este es un ejemplo de
un cuento:

“En un reino lejano, el pequeño príncipe se despertó cuando sintió un beso en su mejilla. Era su madre,
la reina, quien le decía ‘Ya es hora de despertar, hijo.’ El niño pidió 5 minutitos más para dormir, y le
fueron concedidos, mientras la reina fue a prepararle el desayuno.

Minutos después escuchó la voz del rey en su puerta, quien le dijo ‘Ya es hora, hijo, ¡arriba!’ Tras una
pequeña queja, el niño saltó de la cama, se vistió y se preparó para su día en la escuela.

Cuando llegó a la mesa la reina notó que el niño estaba muy bien vestido y muy mal peinado. Mientras
desayunaba la mamá intentó peinarlo pero el príncipe se rehusaba y se movía para que la reina no
tocara su cabeza, hasta que ella se hartó y lanzó tremendo grito. El príncipe se quedó quieto y por fin
quedó peinado.

Camino a la escuela el príncipe iba muy callado; la reina platicaba y cantaba pero el príncipe no
hablaba. ‘¿Qué tienes?’ le pregunto la madre, ‘Nada’ dijo el niño. Y así fue todo el camino hasta que
llegó a la escuela…”

Así continúa el relato de los eventos del día, tal como sucedieron. En ocasiones “el niño” querrá
intervenir en la historia, para corregirla o poner de su cuchara. Está bien, sólo recuerda que tú llevas
la historia para que él pueda escucharla y verse a sí mismo desde otro punto de vista.

La historia termina en el momento presente, cuando la reina (o el rey) le cuenta cómo se está
acostando a dormir. Practicado diariamente, este ritual nutre sus 4 Fundamentos, fortaleciendo su
identidad y brindando equilibrio a su desarrollo.

“Entonces el niño se acostó en su cama con una linda sonrisa, maravillado con los sucesos de este día.
¿Qué aventuras le esperan en el siguiente día a este valiente príncipe?

A dormir, mi niño. Sueña con los ángeles…”

¿Qué te parece?

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