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La comunicación como servicio público

Nuevas estructuras de medios

Referencias bibliográ cas


LECCIÓN 1 de 2

Nuevas estructuras de medios

En la actualidad, distintas perspectivas sobre la comunicación se encuentran en disputa y tienen incidencia


en la configuración del ecosistema de medios. En 2009 la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
(LSCA), siguiendo el espíritu de normativas vigentes a nivel internacional, declaró la comunicación como una
actividad de interés público.

“ La explotación de servicios de comunicación audiovisual podrá ser efectuada


por prestadores de gestión estatal, de gestión privada con fines de lucro y de
gestión privada sin fines de lucro, los que deberán tener capacidad de operar y
tener acceso equitativo a todas las plataformas de transmisión disponibles.1”

Esta ley abrió el juego a actores de la comunicación que habían sido históricamente relegados. 

Así, las pymes y cooperativas de medios lograron


incorporarse al mapa a partir del treinta y tres por ciento
del espectro que la LSCA reservaba para este tipo de
modelos mediáticos.

El dato no es menor si consideramos que las alternativas para poder satisfacer nuevas necesidades de
información “dependen tanto de las características técnicas propias de las frecuencias utilizables, como de
los criterios fundamentales con los que se gestiona el espectro (radioeléctrico)” (García Leiva en Mastrini,
Bizberge y De Charras, 2013, p. 121).

“ Las innovaciones tecnológicas y la liberalización de las telecomunicaciones y el


sector audiovisual… han aumentado la presión sobre la demanda de porciones
crecientes de espectro para desarrollar nuevos servicios inalámbricos tales
como los sistemas de comunicaciones móviles, las redes de radio y televisión
digital o los diversos sistemas de acceso inalámbrico de banda ancha.”

(García Leiva en Mastrini et al., 2013, p. 121)

Las transformaciones tecnológicas que se producirán con el apagón analógico presentarán nuevas
oportunidades de negocios y nuevas disputas entre los actores con menor capacidad de explotación de los
denominados dividendos digitales (García Leiva en Mastrini et al., 2013, p. 125). Estos dividendos surgen a
partir de las frecuencias de televisión que quedarán liberadas al dejar de existir las transmisiones
analógicas de televisión terrestre, tal como ya está ocurriendo en Europa y en América del Norte. Además de
utilizarse para ofrecer prestaciones de televisión HD (de alta definición, o high definition), servicios
interactivos o con movilidad, los dividendos habilitan la explotación de servicios alternativos, que incluyen el
4G y wifi; de ahí que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilitó recientemente la concentración
de negocios telefónicos y audiovisuales, resulte tan conveniente para los actores que ya cuentan con
posiciones dominantes en los mercados.

 La fusión entre Cablevisión (Grupo Clarín) y Telecom (Grupo Fintech), por ejemplo, transformó el mapa de la
info-comunicación en Argentina, ya que habilitó el cuádruple play (telefonía fija, telefonía móvil, internet y
televisión paga) y avanzó hacia una estructura concentrada de las comunicaciones.

Cabe destacar que uno de los principales riesgos de la concentración económica es el monopolio, es decir,
que una sola empresa domine el mercado y establezca tarifas y reglas de juego que condicionen el ingreso
de otros jugadores, además de afectar la diversidad de contenidos para los usuarios.

En el sector cultural, que incluye a las empresas informativas, podemos identificar tres tipos de
concentración (Mastrini et al., 2013, p. 142):
Horizontal o de expansión monomedia

La empresa crece con el fin de producir varios productos finales dentro de la misma rama.

Integral o de expansión vertical



Las empresas se expanden para abarcar distintas fases de producción (desde las materias primas hasta
el producto final) y reducir costos, en pos de garantizar aprovisionamiento.

Diagonal o conglomeral

La empresa busca diversificar fuera de la rama de origen, para reducir y desagregar riesgos de innovación.

Siguiendo a Becerra (2015), “más allá de la valoración que se realice de los procesos de concentración, es
importante subrayar que ésta corresponde a una concepción adaptativa del capital a las condiciones de
mercados complejos” (p. 50). A esto podemos agregar que, desde el Informe Mc. Bride, 1980 como se cita
en Becerra, 2015), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) contrasta procesos de concentración con el derecho a la libertad de expresión. “Sea en manos
empresariales o estatales, la concentración lesiona ese derecho” (Becerra, 2015, p. 51).

Transformaciones estructurales
La introducción de las innovaciones tecnológicas que vienen de la mano del proceso de convergencia digital
ha generado una serie de transformaciones en el interior de las empresas periodísticas.

Desde la perspectiva que ofrece la economía política de la comunicación, “la idea de la convergencia
descansa en la homogeneización de los soportes, productos, lógicas de emisión y consumo de las
industrias info-comunicacionales” (Becerra, 2003, p23). A esto le agregamos que “la convergencia entre los
sectores de informática, telecomunicaciones y medios asegura condiciones objetivas para la multiplicación
de productos y servicios digitales, industrializados en proporciones compatibles con la internacionalización
de los mercados” (De Moraes, 2010, p58).

“ La mayoría de las empresas de comunicación se están integrando


verticalmente. Se están constituyendo grandes grupos de comunicación que
controlan todo el proceso de elaboración y difusión de la noticia. Hay algunas
empresas que incluso tienen sus propios bosques con cuya madera elaboran la
celulosa que les permite fabricar el papel, sobre el que imprimen el periódico
que ellos mismos distribuyen. ”

(Caro González, 2007, pp. 75-76)

Este nuevo escenario de posibilidades lleva a las empresas informativas a transitar un proceso de
reconversión en función de los nuevos modelos de negocios posibles. Los diarios en papel, que
primeramente migraron hacia las ediciones online, hoy están produciendo contenidos diferenciados,
pensados exclusivamente para cada soporte, e incorporando las dinámicas de producción y consumo
propias de las redes sociales.

“ Los límites entre las diferentes actividades de la comunicación están menos


claros cada día, incluso las redacciones se están transformando en centros
integrales que reciben la información de enviados especiales, reporteros y
agencias y la elaboran para distribuirla por los distintos soportes de la empresa.

(Caro González, 2007, p. 77)


Esto implica una reducción de la redacción para la edición en papel y una reestructuración de los puestos de
trabajo, lo cual abre nuevas perspectivas, como por ejemplo: la “curaduría” de contenidos pensados
directamente para medios digitales y redes sociales. Los periodistas no solo son quienes generan notas e
investigaciones, sino que también se desempeñan como editores de contenidos enlatados que son
provistos a los distintos perfiles de usuarios del servicio informativo.

Por su parte, las áreas comerciales dejaron de pensar en modelos publicitarios tradicionales y comenzaron a
explorar estructuras más flexibles, multimediales, enteramente basadas en una estrategia de contenido
integrado de marca, en términos de marketing.

Frente a la proliferación de contenidos distribuidos a través


de internet, el desafío para las nuevas empresas
informativas está en “la elaboración de contenidos
diferenciados y de calidad que puedan atraer a diferentes
segmentos de clientes” (Caro González, 2007, p. 78).

  En esa línea, son los medios nativos digitales los que marcan tendencia y pelean por mejorar sus
condiciones de sostenibilidad en ecosistemas concentrados que exigen contenidos diferenciados, si bien,
al mismo tiempo, atentan estructuralmente contra la diversidad informativa.

1  Art.2, Ley 26.522. (2009). Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Ministerio de   Justicia y Derechos

Humanos, Presidencia de la Nación. Recuperado de bit.ly/2IktOUo


LECCIÓN 2 de 2

Referencias bibliográficas

Becerra, M. (2015). De la concentración a la convergencia. Políticas de medios en Argentina y América


Latina. Buenos Aires, AR: Paidós.

Caro González, F. J. (2007). Gestión de Empresas Informativas. Sevilla, ES: McGraw-Hill/Interamericana de


España.

De Moraes, D. (2010) (comp.) Mutaciones de lo invisible. Comunicación y  procesos culturales en la era


digital. Buenos Aires, Editorial Paidós.

Godinez Galay, F., Binder, I. y Fisher, P. (2017). Como sea: sostenibilidad económico-administrativa en radios
comunitarias de Argentina. Buenos Aires, AR: Ediciones del Jinete Insomne.

Mastrini, G., Bizberge, A. y De Charras, D. (2013). Las políticas de Comunicación en el Siglo XXI. Buenos
Aires, AR: La Crujía.

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