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22/1/2020 La globalización de los antigénero y sus versiones nacionales | la diaria

La globalización de los antigénero y


sus versiones nacionales
21 de marzo de 2019 | Escribe: Lilián Abracinskas en Dínamo

Feminismos y combates a los fundamentalismos.


Las fuerzas conservadoras, dice el antropólogo peruano Jaris Mujica, han tenido que reinventarse
para generar nuevos mecanismos que le permitan insertarse en el juego político y social de las
postrimerías de la modernidad. Parecería que han tenido que revisar sus tácticas y renovarse en sus
estrategias para seguir siendo conservadores y enfrentar con nuevos bríos los cambios impulsados
por las “hordas” feministas y de la disidencia sexual y de género, que libremente pretenden ejercer
sus derechos.

Conectadas con movimientos conservadores de extrema derecha de Estados Unidos y Europa, las
expresiones nacionales de estos grupos en los países de Latinoamérica y el Caribe se organizan, y
amplifican sus manifestaciones públicas, repitiendo un esquema de acciones, discursos y
consignas elaborados desde centros de producción estratégica argumentativa y comunicacional,
como lo es España para su Iberoamérica. Sus nuevos blancos de ataque son los movimientos
feministas y de la diversidad sexual, y restauran las mismas tácticas utilizadas durante la Guerra
Fría para combatir a quienes ponen en riesgo el orden establecido, se resisten a la imposición de
sus creencias, cuestionan sus intereses y privilegios, y se organizan para transformar la realidad.

Los históricos grupos antiaborto son también los más recientes anti educación sexual y anti
diversidad sexual, los que no pueden tolerar otra forma de familia más que la tradicional y les
aterrorizan las personas trans. Son los que no reconocen la violencia e injusticia de género pero sí
sustentan un discurso de inseguridad y militarización de la sociedad para combatir la
delincuencia. Son los que no quieren que niños y niñas accedan a información que les permita
saber sobre sexualidad mientras en sus instituciones religiosas se acumulan multiplicidad de
denuncias de abuso sexual. Son profundamente anti derechos sexuales y reproductivos, y su sola
mención los descontrola. En el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas se han unido
para impedir que los derechos sexuales sean reconocidos en los acuerdos y documentos. Sólo en
América Latina no pudieron impedirlo, y en el Consenso de Montevideo, adoptado en la Primera
Conferencia Regional de Población y Desarrollo (CEPAL, 2013), no sólo se los reconoce como
derechos sino que se proponen medidas para garantizarlos e indicadores para medir los avances y
resultados cada tres años.

Además de los cometidos políticos y los intereses económicos de los sectores alineados detrás del
modelo neoliberal más devorador, también en el paquete viene incluida la recristianización del
continente. La fórmula se completa con políticos no muy lúcidos pero ambiciosos, empresarios
inescrupulosos y fuertes y, como no podría ser de otra manera, por los representantes más

https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/3/la-globalizacion-de-los-antigenero-y-sus-versiones-nacionales/ 1/3
22/1/2020 La globalización de los antigénero y sus versiones nacionales | la diaria

reaccionarios de las Fuerzas Armadas. Este modelo también se repite, como hemos podido
constatar en estudios realizados en diez países de América Latina; el de Uruguay estuvo a cargo de
Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), y los resultados que presentaremos en abril dan cuenta de la red
de conexiones y propósitos comunes que los mueven.

El concepto acuñado desde la iglesia católica como “ideología de género” se instala rápidamente en
la región por medio de distintos actores políticos (el primero en usarlo en un discurso público fue el
ex presidente Rafael Correa en Ecuador). Voceros del Vaticano, como el arzobispo Daniel Sturla, y
el pastor Jorge Márquez, de la iglesia Misión Vida, y sus diputados por el Partido Nacional fueron
los pioneros en Uruguay. En Argentina, algunos que no son pastores pero dan sus conferencias país
por país como si lo fueran revisten el discurso de ropaje académico, tergiversando conceptos y
plagando sus presentaciones de groserías y discursos ofensivos hacia lesbianas, feministas,
homosexuales y personas trans, en particular. Periodistas y articulistas de medios de comunicación
también han dedicado sus notas a explayarse en contra de la tal supuesta ideología y los cometidos
perversos, diabólicos, al servicio del imperio, de la CIA o de la KGB, de los grupos que la impulsan.

En Perú y Ecuador las marchas de los grupos antigénero son más multitudinarias que lo que logran
juntar estos grupos en Uruguay, pero los pasacalles, los colores que utilizan, las consignas, los
discursos, y hasta los intentos de desprestigiar a las organizaciones feministas y de la diversidad,
son exactamente iguales.

Uruguay puntea entre los países que más cambios han procesado hacia esta “nueva agenda de
derechos”. Es el país donde ellos más han naufragado en impedir los cambios en todos estos
asuntos que tanto les irritan. Sin embargo, no cesan en sus intentos de derogar lo promulgado. No
aceptan el resultado del acuerdo democrático logrado, combaten la implementación de los
servicios, y ya es explícita y pública su intención de restaurar el sistema de prohibiciones y
condenas, si llegan a gobernar y obtienen la mayoría parlamentaria.

Se aglutinan de manera amorfa, por intermedio de infinidad de grupos sin registro ni estructura,
junto con históricas instituciones de gran porte, como la iglesia católica y las iglesias
evangelicalistas1, cada vez más poderosas económicamente y con fuerte ambición de controlar las
instituciones y los presupuestos del Estado. En principio, su vínculo suele ser con partidos
conservadores, de derecha o ultraderecha, aunque también pueden insertarse en cualquier sector
del espectro político que les acepte su agenda antigénero y anti derechos sexuales y reproductivos.

En las negociaciones políticas, las fuerzas conservadoras fueron muy contempladas por el Poder
Legislativo y lograron, por ejemplo, que se recortaran sustantivamente los alcances del proyecto
original de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Además, se las han ingeniado muy bien
para, mediante sus vínculos con diversos espacios de poder, obstaculizar el funcionamiento de los
servicios, en particular en las áreas de la educación y la salud. Así lo indican los altos porcentajes
de profesionales que rechazan brindar servicios legales de aborto por sus creencias personales, o
de los que fueron a manifestarse en contra de atender los requerimientos en salud para personas
trans, reclamando “objeción de conciencia”. El cuerpo como territorio político y la intervención de
la tríada ciencia-iglesia-Estado actuando para su dominación.

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En el sistema judicial también cuentan con sus operadores, que no dudan en anteponer sus
creencias para desconocer la ley, como lo dejó en claro la jueza Pura Concepción Book al interferir
en el proceso legal de una mujer joven durante su aborto, llegando a nombrar un abogado de oficio
para que ejerciera la defensa del feto.

Obviamente, lo que pretenden conservar los conservadores en esta época de cambios es el control
del sistema de dominación. Control material y simbólico de los cuerpos. “El cuerpo es el
receptáculo del biopoder, el espacio en el que se debaten las políticas, en el que el Estado ve sus
límites y los sujetos reclaman sus libertades. Sin embargo, es también el cuerpo sobre el que los
sujetos deciden y el cuerpo que es regulado por las políticas. Es el centro de una tensión que, lejos
de terminar, empieza con el nuevo siglo, son el centro de una batalla que acaba de comenzar”.2

Aunque esta lucha tiene larga historia.

Lilián Abracinskas es activista feminista, directora de MYSU.

Evangelicalismo es una definición de Boaventura de Souza para diferenciar la Tercera Ola


del pentecostalismo o del neopentecostalismo, que se define especialmente por tener
medios de comunicación y bancadas en el Congreso.  ↩

Mujica, J. (2007). Economía política del cuerpo. La reestructuración de los grupos


conservadores y el biopoder. Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y
Reproductivos, Lima. ↩

https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/3/la-globalizacion-de-los-antigenero-y-sus-versiones-nacionales/ 3/3

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