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Esta dedicatoria va para nuestras familiares, profesores, que nos dan fortaleza
todos los días para culminar una meta y un sueño más que lograr, que es ser
bachilleres más en esta tierra Gironesa donde nos vio nacer desde pequeños.
AGRADECIMIENTO
Al Dios, que nos da bendiciones y nos da inteligencia y sabiduría todos los días,
A mi madre Ingeniera a mis tíos Ingenieros a mi tío Político a mi padre Psicólogo
a mis padres, al profesor Marcos por su disposición por ayudarnos a superar
duros obstáculos y a guiarnos por el camino del bien y a saber desarrollar el bien
la tesis para un futuro universitario esto nos puede ayudar mucho en donde
estudiaremos.
ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN EDUCACIÓN BASICA
SECUNDARIA Y BACHIDERATO EN EL COLEGIO SAN JUAN DE GIRON
Hernandez Yudy
RESUMEN
Este trabajo de investigación tiene por objetivo describir la situación del acoso
escolar que vive hoy en día el colegio San Juan De Girón y las estrategias de
prevención abordadas por la institución y los profesores.
“En Colombia, en octubre de 2018, el Colegio San Jua De Girón fue escenario de
un hecho de agresión con puños protagonizados por alumnos de undécimo grado
protagonizado en la salida del colegio en el parque Principal de Girón
1.1.1 ENUNCIADO
Cada vez es mayor la frecuencia con que las instituciones educativas aparecen
en los medios de comunicación por episodios de violencia entre estudiantes, que
alcanzan gran atracción pública y causan alarma social.
Hay una gran diversidad de aspectos que deben ser considerados para analizar
el acoso escolar, como las posibles variaciones según el género y el curso, así
como tener en cuenta dónde sucede, quién lo lleva a cabo, no sólo en cuanto al
género de los agresores, sino también al número y configuración del grupo, y
también a quién se lo cuentan las víctimas, si piden ayuda o no y a quién lo
hacen y cómo se comportan los testigos que asisten a estos conflictos.
Sobre esta problemática del acoso escolar, no se cuenta aún con suficientes
datos a nivel nacional sobre la incidencia del “bullying” tanto en instituciones
públicas como privadas, que se constituyan en un punto de partida para explorar
los métodos más eficaces para intervenir en este problema y prevenirlo.
1.2 OBJETIVOS
Ante los episodios de violencia escolar, algunos graves, de los que se han
hecho eco los medios de comunicación y que han propiciado un clima de
temor y preocupación sobre lo que está ocurriendo entre los estudiantes,
resulta de especial interés conocer cuáles son los tipos de conductas
violentas más habituales en los centros educativos, y a partir de ahí,
adoptar las medidas que permitan prevenir el acoso, amparar a sus
víctimas y frustrar el inicio y la consolidación de las conductas violentas en
el aula.
1.4 DELIMITACIÓN
EL ACOSO ESCOLAR
En España, el estudio del Defensor del Pueblo con la colaboración del Comité
Español de UNICEF, realizado en los años 1999 al 2006, ha sido un antecedente
importante para esta investigación. En el citado estudio, que constituyó un
estudio epidemiológico a escala nacional sobre la
incidencia del maltrato entre iguales en los centros españoles de educación
secundaria obligatoria, participaron 3000 estudiantes y 300 profesores/as y
jefes/as de estudio de 300 colegios públicos, privados y concertados. En términos
generales, los resultados obtenidos permiten afirmar que el panorama del
maltrato entre iguales por abuso de poder ha mejorado. Debe destacarse que el
número de agresores es mayor que el de víctimas. La mayor incidencia se da en
el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (12 a 14 años), y desciende
paulatinamente hasta el cuarto curso (16 años). Con respecto al género, los
varones cometen más agresiones de tipo físico y verbal, mientras que la
exclusión y la intimidación psicológica son más características de las mujeres.
2.2.1 Violencia
“El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo
o privaciones.” (OMS, 2002; citado por Monclús, 2005).
La violencia produce gran daño y tiene muchos costos para distintos sectores,
lamentablemente, de manera desigual. Afecta más a quienes viven en las
periferias de las grandes ciudades, más excluidos y con menor escolaridad.
Además, otros grupos que se ven más afectados por este problema, y que
pueden ser identificados de manera particular son:
las mujeres, las cuales se ven más afectadas por la violencia doméstica; los
niños, para quienes el hogar y la escuela son ambientes en donde perciben
violencia y corren el riesgo de aprenderla; los adolescentes, quienes son víctimas
y perpetradores frecuentes de violencia; entre otros.
“La violencia escolar es todo acto por el cual un individuo o grupo utiliza la fuerza física,
armas o la coacción psíquica o moral en contra de sí mismo, de objetos o de otra
persona o grupo provocando como resultado la destrucción o daño del objeto y la
limitación o la negación de cualquiera de los derechos establecidos de la persona o
grupo dentro de la comunidad escolar” (Abraham y Grandinetti 1997; citado por
Lavena, 2002).
Resulta complejo definir el fenómeno bullying y más aún traducir literalmente este
vocablo inglés al español. Dicho término surge de la palabra en inglés “bull” que
significa literalmente, toro; de ahí se deriva “bully” que significa matón, agresor,
una criatura fuerte y que atropella a otros más débiles y pequeños (bullier).
Representa a un toro envistiendo a alguien, ejerciendo su poder de matón sobre
los demás (Lera y García Mora, 2000; citado por Ramos, 2008).
Es claro que Olweus determina en gran medida la ocurrencia del fenómeno por la
repetición constante de las acciones hostiles, no por una sola acción aislada, así
sea grave; de hecho, explicita en su concepto ciertas acciones que no causan
daño físico evidente, como por ejemplo decir apodos o hacer muecas a las
víctimas.
También resalta que debe existir una relación de poder asimétrica en la que el
alumno o alumna víctima no se defiende. Estas acciones pueden ser directas,
con acciones negativas evidentes, o pueden ser indirectas, tomando la forma de
exclusión o aislamiento deliberado, considerando esta forma como menos
evidente. Estas acciones negativas, intimidatorias y de acoso entre jóvenes de
edad y fuerza similar y repetidas en el tiempo, constituyen lo que denominó
bullying, excluyendo las acciones negativas ocasionales que en un momento se
dirigen a un estudiante y en otra ocasión a otro u otra estudiante, aunque puedan
ser graves.
“Decimos que un estudiante está siendo hostigado por pares o es víctima cuando otro
estudiante o varios de ellos:
Le dicen cosas con significados hirientes, o hacen burla de él/ella o lo/a llaman con
nombres que tienen significados hirientes.
Lo/a ignoran o excluyen completamente del grupo de amigos o lo dejan
fuera de cosas a propósito.
Lo/a golpean, patean, empujan, tumban, o lo/a encierran en un cuarto.
Dicen mentiras o difunden falsos rumores sobre el/ella, o envían notas y tratan de hacer
que otros estudiantes sean antipáticos con el/ella.
Les hacen otras cosas hirientes.
Cuando hablamos de bullying, esas acciones suceden repetidamente y es difícil para
el/la estudiante agredido/a, defenderse por sí mismo.
También llamamos bullying cuando se burlan repetidamente de manera hiriente de
el/ella.
No llamamos bullying cuando la burla es hecha de una forma amigable y juguetona.
Tampoco es bullying cuando dos estudiantes de mas o menos la misma fuerza, discuten
o pelean”.
Entre las conductas que los acosadores dirigen a la víctima pueden distinguirse
los siguientes tipos:
Según Manson (2008; citado por Del Río, 2010), existen otros rasgos que
diferencian el acoso tradicional del digital, como la amplitud de la potencial
audiencia; la invisibilidad o anonimato; es imperecedero; se pueden realizar en
cualquier lugar y en cualquier momento con rapidez y comodidad (por la
movilidad y la conectividad de las nuevas tecnologías que traspasa los límites
temporales y físicos que marcaban el acoso en la escuela).
j) Por lo general, el acoso parece ocurrir sin provocación aparente por parte
de la persona que lo sufre.
Esta definición deja claro que el “bullying” puede ser considerado como
una forma de abuso entre iguales; lo que lo distingue de otras formas de
abuso como el maltrato infantil o hacia la mujer es el contexto en el que
se desarrolla y las características de la relación existente entre quienes
participan en él.
Cada una de las partes implicadas en una conducta agresiva, tanto el agresor
como la víctima, parecen reunir un perfil o una serie de características personales
que están asociadas con el mantenimiento de esas conductas. Muchas
investigaciones se han centrado en identificar y analizar los perfiles y
características que muestran las víctimas y los
Agresores con el objetivo de poder intervenir preventivamente con los alumnos y
alumnas que presenten ciertos perfiles de riesgo, antes de que se impliquen en
un problema de bullying.
Con referencia al aspecto físico, las víctimas suelen ser menos fuertes y no son
agresivos ni violentos. Muestran un alto nivel de ansiedad e inseguridad. A veces
rasgos como ser gordos, bajitos, usar anteojos, el color de la piel, tener orejas
“pantalla” o dificultades del habla (tartamudez), constituyen signos visibles que el
agresor/a elegiría para atacar a las víctimas. Son sujetos rechazados con
dificultades para establecer una relación de amistad. Son los menos populares.
Con frecuencia las víctimas de burlas, marginación social y bromas pesadas son
escolares integrados en el sistema educativo (Ortega y Córdoba, 2006),
especialmente en las relaciones con los adultos. Atienden al profesor/a, son muy
sensibles y provocan envidia y celos de
los otros. Pero nunca es un factor desencadenante ni el responsable ya que hay
buenos alumnos/as que son muy hábiles socialmente, aprenden a ocultar sus
intereses académicos y a seguir la corriente al grupo de alumnos/as agresores.
Por lo tanto, conseguir evitar ser objeto de maltrato es una habilidad social que
no necesariamente acompaña a los que tienen buenas habilidades cognitivas.
Otras víctimas son estudiantes simplemente diferentes por tener una deficiencia
física o psíquica, con dificultades de desarrollo, trastornos de aprendizaje, etc., o
simplemente, por tener una característica especial como usar anteojos, tener una
nariz grande, ser obeso o demasiado delgado. Esto corrobora una vez más que
el problema de la violencia es siempre un problema de crueldad y no sólo de
conflicto.
No hay una sola causa del acoso escolar, sino un conjunto de factores de
riesgo que predisponen hacia el acoso en ausencia de condiciones
protectoras suficientes como para contrarrestar las anteriores, por lo que
podría hablarse de cierta vulnerabilidad hacia la intimidación o la
victimización.
Variables ambientales,
Variables escolares
sociales y
culturales
Falta de autocontrol Creencias y costumbres
personal Inhabilidad social sociales: estereotipos sexistas
Metodología competitiva y xenófobos instalados en la
Disciplina autoritaria y medidas sociedad.
punitivas y sancionadoras Medios de comunicación social:
Reglamento o normas de presentación de modelos carentes
convivencia no contextualizados de valores en series televisivas y
Carencia o inadecuación de reality-shows, baja calidad
normas y de pautas disciplinarias educativa y cultural de la
positivas Clima enrarecido en el programación, alta presencia de
aula o en el centro: La falta de contenidos violentos en los
respeto, humillaciones, amenazas programas televisivos, tratamiento
o sensacionalista de las noticias con
exclusiones del personal docente contenido violento.
hacia los alumnos llevan a un clima Valores socialmente
de violencia y situaciones de aceptables Permisividad social
agresión Organización con tiempos hacia la violencia: justificación
muertos entre clase y clase. social de la violencia como
Falta de control físico y de vigilancia. medio para conseguir un
A mayores dimensiones del predio objetivo o resolver dificultades
escolar más riesgo de que haya o problemas Situación
acoso escolar económica precaria
Ausencia de enseñanza de
habilidades sociales, asertividad y
educación emocional
Ausencia de educación en
valores Falta de atención a la
diversidad cultural
Escasa participación en actividades
de grupo
Escasa comunicación entre
alumnado y profesorado
El acoso escolar tiene consecuencias perniciosas para todos los implicados pero
con distintos síntomas y niveles de sufrimiento. Aunque los efectos más acusados
se muestran en la víctima, los agresores y los espectadores también son
receptores de aprendizajes y hábitos negativos que influirán en su
comportamiento actual y futuro (Garaigordobil y Oñederra, 2010). Todos los
alumnos implicados en situaciones de maltrato, en cualquiera de los roles, están
en mayor situación de riesgo de sufrir desajustes psicosociales y trastornos
psicopatológicos en la adolescencia y en la vida adulta que los chicos y chicas no
implicados. No hay duda de que la consecuencia más extrema del bullying es el
suicidio o la muerte de la víctima y precisamente fue esto lo que impulsó la
primera investigación, realizada en Noruega por Olweus a principios de la década
de los setenta del pasado siglo. Este tipo de evento dramático ha servido para
impulsar la investigación y la intervención institucional en muchas comunidades.
Obviamente, quienes sufren las consecuencias más negativas son las víctimas:
consecuencias como fracaso escolar, altos niveles de ansiedad, riesgos físicos,
que conllevan a una personalidad insegura.
Los espectadores, igualmente, tampoco quedan inmunes tras los hechos pues
refuerzan posturas egoístas e individualistas. Llegan a valorar como importante
tales conductas agresivas y les produce insensibilización ante el sufrimiento del
otro.
Víctimas Agresores Espectadores
VICTIMAS
Para el espectador:
Para el agresor:
Para la víctima:
“No dejes que muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.
ESTRATEGIAS DE PREVENCION DEL ACOSO ESCOLAR
2. 3 Marco conceptual
Según el DRAE, el término estrategia proviene del latín strategĭa, que a su vez
procede de dos términos griegos: stratos (ejército) u agein (conductor, guía). Por
lo tanto, el significado primario de estrategia es el arte de planear y dirigir las
operaciones bélicas. El concepto también se utiliza para referirse al plan ideado
para dirigir un asunto y para designar al conjunto de reglas que aseguran una
decisión óptima en cada momento, es decir, un proceso seleccionado a través del
cual se prevé alcanzar las metas planteadas.
Aunque todos los casos de acoso escolar se caracterizan por tener determinados
elementos comunes, cada situación es única, por tanto, la intervención debe
adecuarse a cada realidad y tipos de personalidad. Al ser un fenómeno
relacional, no sólo hay que intervenir con la víctima y el agresor, sino también con
los miembros del entorno (otros alumnos, profesores, padres, personal no
docente…). Todas las actuaciones encaminadas a la intervención concreta
cuando se identifican situaciones de acoso, y a la mejora de la convivencia en
general, así como todos los protocolos, deben ser recogidos y englobados dentro
de un plan de
convivencia de centro. La actuación ante el acoso escolar no debe tener como
meta exclusiva evitar los conflictos, sino contribuir a mejorar la convivencia en el
centro y al desarrollo de capacidades prosociales en el alumnado.
No se puede hacer una división tajante entre los tres niveles, ya que están
mutuamente interrelacionados. Ofrecer un tratamiento eficaz para los estudiantes
que manifiestan conductas antisociales es también hacer prevención primaria al
evitar que estos sujetos sirvan de modelos para otros individuos (familiares,
compañeros, etc.), del mismo modo que la prevención secundaria evita que
ciertos estudiantes, tras una respuesta educativa precoz, sean objeto de la
intervención terciaria. Al mismo tiempo, se evitan así nuevas situaciones de
acoso y actuaciones antisociales.
Además, las consecuencias de un determinado esfuerzo no deben considerarse
desde una perspectiva temporal limitada. Los efectos de cualquier intervención
pueden tener impacto preventivo en generaciones posteriores, sobre todo por su
influencia en el medio social y jurídico.
a. Medidas de Centro
Además, toda intervención que vaya encaminada tanto a prevenir las conductas
violentas en los centros de enseñanza como a facilitar la
convivencia y bienestar psicosocial de los alumnos, debe considerar como
elementos clave la tolerancia cero respecto del acoso entre estudiantes y la
necesidad de integrar socialmente a todos los alumnos en el aula. Por ello, es
necesario analizar el currículum oculto, es decir, las creencias sobre la violencia
en general y el acoso escolar específicamente (Jackson (1968; citado por Díaz-
Aguado, 2002). En este sentido, para prevenir y minimizar las conductas
violentas en la escuela sería preciso, en general, adoptar un estilo no violento
para expresar las tensiones y resolver los conflictos escolares, desarrollar una
cultura de la no violencia a través del rechazo explícito de cualquier
comportamiento que provoque vicitimización, así como romper la “conspiración
del silencio” que suele establecerse en torno a este problema.
a. Mediación en conflictos
Los aplican los propios alumnos y alumnas, pero los responsables son los adultos
y se consideran adecuados a partir de los 10-11 años. Es un programa bien
estructurado que requiere del seguimiento de una serie de fases previas a su
implementación, como el entrenamiento de los propios docentes que van a
coordinar el programa, para que sean ellos mismos quienes formen al alumnado
participante como consejero de sus iguales. Este entrenamiento, proporcionado
por expertos, contemplaría una preparación en las principales habilidades
necesarias para escuchar, resolver problemas, mediar en conflictos sin implicarse
en ellos y liderar grupos: técnicas de escucha activa, confidencialidad, expresión
y comprensión de los sentimientos, etc.
En segundo lugar, se tendrán que eligir los consejeros, según ciertos requisitos
como la voluntariedad, la aceptación del resto de los compañeros de clase, el ser
nominado/a por gran parte de sus profesores/as y demostrar en una entrevista
individual con el orientador/a tener desarrolladas ciertas habilidades.
Posteriormente, el entrenamiento específico de los consejeros lo llevaría a cabo
el profesorado implicado, empleando una mayor simulación, la retirada progresiva
del control y la diversidad de tareas.
c. Círculos de calidad
Los/as alumnos que se detectan como agresores/as de sus pares presentan una
importante carencia de reciprocidad moral, una falta de empatía cognitiva y
emocional que les impide ponerse en el lugar de los demás (Ortega y Córdoba,
2006). La empatía es la capacidad para apreciar sentimientos y emociones de
nuestro interlocutor/a en una situación de comunicación con él/ella, es decir, la
capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona. El desarrollo de niños/as
en contextos sociales en los que predominan conductas de desapego, malas
relaciones interpersonales, sistemas de comunicación poco adecuados, etc.,
podría favorecer el déficit de estas habilidades sociales básicas.
● Ignorar
Exclusión social
● No dejar participar
● Insultar
Agresión verbal
● Poner apodos ofensivos
● Hablar mal de alguien
3.2.3 Muestra
Para las preguntas sobre conductas de acoso escolar se empleó una escala
ordinal: “nunca” (si no han existido), “a veces” (2 o 3 veces al año) y “muchas
veces” (2 o 3 veces al mes o 1 vez por semana).
Los alumnos/as que dicen ser testigos de los distintos tipos de acoso escolar,
alcanzan un alto porcentaje, con un patrón de frecuencias que coincide
básicamente con el de las víctimas, teniendo en cuenta las grandes categorías
de maltrato. La “exclusión social”, la “agresión verbal” y la conducta “esconder
cosas” son las formas más frecuentes de acoso.
4.1.2 Opinión sobre el acoso entre compañeros
Poc Much
Tipos de acoso To
as as
tal
vec vece
es s
Le ignoro 45 0,0 45,
Exclusión social
,5 5
No le dejo participar 54 18,2 72,
,5 7
Le insulto o digo groserías 63 18,2 81,
Agresión verbal ,6 8
Le pongo apodos que 54 27,3 81,
ofenden ,5 8
Hablo mal de el o ella 27 45,5 72,
,3 7
Le escondo cosas 27 45,5 72,
Agresión física indirecta ,3 7
Le rompo cosas 54 27,3 81,
,5 8
Le robo cosas 36 45,5 81,
,4 8
Agresión física Le pego 63 0,0 63,
directa ,6 6
Le amenazo para dar miedo 45 36,4 81,
Amenazas/chantajes ,5 8
Le obligo con amenazas 54 0,0 54,
,5 5
Le amenazo con armas 45 9,1 54,
,5 5
Acoso sexual Le acoso sexualmente 18 0,0 18,
,2 2
Acoso por Tics Le acoso a través de TICs 54 27,3 86,
,5 0
Una gran mayoría de los profesores considera que los conflictos “han
aumentado” en su centro en los últimos tres años.
4.2.7 Causas de ser víctima de agresiones
Gráfico 25: Causas a las que atribuyen los profesores el hecho de que un
alumno/a se convierta en víctima
Cuando se pregunta a los profesores qué es lo que creen que lleva a sus
alumnos/as a convertirse en agresores, las respuestas apuntan a problemas
familiares, seguidos de falta de disciplina escolar y el contexto social. Es decir,
los profesores reconocen como más relevantes los “motivos relacionados con lo
familiar”, aunque atribuyen importancia a algunas razones concernientes a su
práctica, y por lo tanto dentro de su control, el hecho de que determinados
estudiantes acosen a otros.
Como señala Avilés (2001), dentro de los factores causales en el ámbito familiar
figuran: falta de cariño, de atención y de comunicación; educación inestable y
agresiva, excesivamente estricta (uso de castigo físico y maltrato emocional) o,
por el contrario, permisiva (carente de límites a su conducta y las consecuencias
por su incumplimiento); falta de control del adolescente. Y dentro del ámbito
escolar, posiblemente un sistema disciplinario inconsistente o ambiguo,
ausentismo recurrente de maestros, dimensiones del centro y dificultades de
control entre profesores-alumnos.
4.2.9 Estrategias de prevención en el centro
Sexo: Masculino
Edad: 39 años
Título que posee: Psicólogo de la comisaria de Familia
de Girón
Años de experiencia: 12 años
Se trata de investigar qué pasó y de buscar una solución. Se habla aparte con
cada implicado para calmarle, tranquilizarle, casi como si fuese más una madre o
un padre que como profesor. Si no se soluciona el problema con el alumno y
vuelve a repetirse, se habla con los padres. Según el tema de violencia de que se
trate, se habla separadamente con cada uno de los implicados. Se suele sugerir,
si se estima necesario y si todavía no se ha hecho,la derivación a servicio
psicológico externo. El equipo técnico evalúa si las conductas corresponden a
una falta leve, grave o gravísima según las Normas de Convivencia del Colegio, y
se actúa en consecuencia. Las medidas de expulsión o
denuncias a la policía o la fiscalía son muy infrecuentes, y se aplican a los casos
de agresiones con armas o peleas entre alumnos en que se puedan provocan
lesiones físicas severas; las denuncias generalmente realizan los padres.
3. ¿Cuáles son las estrategias para la prevención de las
manifestaciones de violencia en el ámbito escolar
implementadas por la institución?
Si bien hay avances y cada vez más interés por estos temas, es aún insuficiente.
Los cursos de actualización o capacitaciones los realizan los docentes por
autogestión.
5.1 CONCLUSIONES
Si bien es difícil que los alumnos admitan ser acosados o maltratados, las
víctimas suelen comunicárselo a sus amigos/as, quienes suelen intervenir para
detener las agresiones, las cuales frecuentemente pasan inadvertidas para los
profesores.
Las estrategias de prevención de acoso escolar del centro y del aula combinan
las actuaciones dirigidas a mejorar las relaciones interpersonales a través del
diálogo en todas sus formas (a solas, en clase, con la familia), del aprendizaje
cooperativo, de la atención a la singularidad del alumno, con otras de control de
espacios y horarios de mayor riesgo, desaprovechando las ventajas de acordar
las normas de convivencia del colegio de modo de fijar límites claros y firmes, así
como tampoco se implementan suficientes actividades para el desarrollo
psicosocial. Asimismo, los docentes enfatizan la necesidad de un mayor
compromiso de las familias, potenciar la figura del profesor reforzando su
autoridad y dar un seguimiento personalizado a los casos detectados.
Es evidente que aún queda mucho por profundizar sobre el fenómeno del acoso
escolar que atenta contra los derechos de niños, niñas y adolescentes y que
torna urgente las medidas para su prevención, que es el tema que concierne a
este estudio, y a partir del mismo se pueden establecer algunas sugerencias para
futuras investigaciones sobre el tema:
Examinar los datos por medio del Paquete Estadístico para las
Ciencias Sociales (SPSS) a fin de poder establecer correlaciones
entre variables como género, edad, curso, nivel socioeconómico,
así como entre ser agresor/a y ser víctima.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS