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Porfirias
a) Definición
- Las porfirias son un grupo de trastornos provocados por una
carencia de las enzimas que participan en la síntesis del hemo.
b) Causa
- Todos los tipos de porfiria implican un problema en la
producción de hemo. El hemo es un componente de la
hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta el
oxígeno desde los pulmones hacia todas las partes del cuerpo. La
producción de hemo, que tiene lugar en la médula ósea y en el
hígado, implica ocho enzimas diferentes; la escasez (deficiencia)
de una enzima específica determina el tipo de porfiria.
Formas genéticas
La mayoría de las formas de la porfiria son hereditarias. La
porfiria puede aparecer si heredas lo siguiente:
Formas adquiridas
La porfiria cutánea tarda suele ser adquirida más que heredada,
aunque la deficiencia de la enzima puede ser heredado. Ciertos
desencadenantes que afectan a la producción de enzimas, como
el exceso de hierro en el cuerpo, las enfermedades hepáticas, el
medicamento con estrógenos, el tabaquismo o el consumo
excesivo de alcohol, pueden causar síntomas
c) Signos y Síntomas / Manifestaciones clínicas.
- Los síntomas de la porfiria pueden variar ampliamente en
cuanto a su gravedad, por tipo y entre las personas. Algunas
personas con las mutaciones genéticas que causan la porfiria
nunca tienen ningún síntoma.
Porfiria aguda:
Los síntomas pueden durar de días a semanas y generalmente
mejoran lentamente después del ataque. La porfiria aguda
intermitente es la forma común de la porfiria aguda.
Los signos y síntomas de la porfiria aguda pueden incluir lo
siguiente:
Dolor abdominal intenso
Dolor en el pecho, las piernas o la espalda
Estreñimiento o diarrea
Náuseas y vómitos
Dolor muscular, hormigueo, entumecimiento, debilidad o
parálisis
Orina de color rojo o marrón
Cambios mentales, como ansiedad, confusión,
alucinaciones, desorientación o paranoia
Problemas respiratorios
Problemas para orinar
Latidos cardíacos rápidos o irregulares que se pueden
sentir (palpitaciones)
Presión arterial alta
Convulsiones
Porfirias cutáneas
Las porfirias cutáneas incluyen formas de la enfermedad que
causan síntomas en la piel como resultado de la sensibilidad a la
luz solar, pero estas formas no suelen afectar al sistema
nervioso. La porfiria cutánea tarda es el tipo más común de
todas las porfirias.
Como consecuencia de la exposición solar, puedes experimentar
lo siguiente:
Sensibilidad al sol y a veces a la luz artificial, lo que causa
dolor urente
Hinchazón (edema) y enrojecimiento (eritema) en la piel
repentinos y dolorosos
Ampollas en la piel expuesta, normalmente en las manos,
brazos y cara
Piel delgada y frágil con cambios en el color de la piel
(pigmento)
Picazón
Crecimiento excesivo de vello en las zonas afectadas
Orina de color rojo o marrón
Cuándo debes consultar a un médico
d) Diagnóstico.
o Cribado
A fin de evitar la exposición a sustancias que puedan
desencadenar una crisis de porfiria aguda o síntomas de una
porfiria cutánea, es necesario saber si se es portador del gen
responsable de la carencia enzimática. Habitualmente se
analizan los genes de una muestra de sangre.
o Porfirinuria secundaria
Los médicos diagnostican las porfirias midiendo las porfirinas y
los precursores de la porfirina en la orina. Varias enfermedades
no relacionadas con las porfirias, tales como trastornos
sanguíneos, trastornos hepáticos, y la exposición a toxinas como
el alcohol, el benceno y el plomo, pueden aumentar la cantidad
de porfirinas en orina. Este fenómeno se describe como
porfirinuria secundaria
e) Tratamiento.
El tratamiento depende del tipo de porfiria que tengas y de la gravedad
de los síntomas. El tratamiento supone identificar y evitar los desencadenantes
de los síntomas y, posteriormente, aliviar dichos síntomas cuando se
manifiestan.
o Evitar los desencadenantes, puede comprender:
o No tomar medicamentos que se sabe que desencadenan ataques
agudos. Pídele al médico una lista de medicamentos seguros y no
seguros.
o No consumir alcohol ni drogas recreativas.
o Evitar ayunar y hacer dietas con una fuerte reducción de calorías.
o No fumar.
o Tomar ciertas hormonas para prevenir ataques premenstruales.
o Reducir al mínimo la exposición al sol. Cuando estés al aire libre,
utiliza ropa de protección y un protector solar opaco, por ejemplo,
uno que contenga óxido de cinc. Cuando estés en interiores, usa
filtros para ventanas.
o Tratar las infecciones y otras enfermedades de inmediato.
o Tomar medidas para reducir el estrés emocional.
Porfiria aguda
o El tratamiento de los ataques de porfiria aguda se centra en
proporcionar un tratamiento rápido de los síntomas y prevenir
las complicaciones. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
o Inyecciones de hemina, un medicamento que es una forma de
hemo, para limitar la producción de porfirina del cuerpo
o Azúcar por vía intravenosa (glucosa) o azúcar por boca, si es
posible, para mantener una ingesta adecuada de hidratos de
carbono
o Hospitalización para el tratamiento de síntomas, como dolor
intenso, vómitos, deshidratación o problemas respiratorios
o En 2019, la FDA aprobó el givosiran (Givlaari) como inyección
mensual para adultos con porfiria hepática aguda para reducir la
cantidad de ataques de porfiria. Porfiria cutánea
El tratamiento de la porfiria cutánea se centra en reducir la
exposición a los desencadenantes, como la luz solar, y la cantidad de
porfirinas en el cuerpo para ayudar a eliminar los síntomas.
El tratamiento puede constar de lo siguiente:
o Realizar extracciones de sangre periódicas (flebotomía) para
reducir la cantidad de hierro en el cuerpo, lo que disminuye las
porfirinas.
o Tomar un medicamento que se utiliza para tratar la malaria —
hidroxicloroquina (Plaquenil) o, con menor frecuencia,
cloroquina (Aralen)— para absorber el exceso de porfirinas y
ayudar a que el cuerpo las elimine más rápido de lo habitual.
o Tomar un suplemento dietario para compensar la deficiencia
de vitamina D que se produce por evitar la luz solar.
Anemia hemolítica
a. Definición
La anemia es una afección en la cual el cuerpo no tiene suficientes
glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos proporcionan el oxígeno a los
tejidos del cuerpo.
Normalmente, los glóbulos rojos duran aproximadamente unos 120 días
en el cuerpo. En la anemia hemolítica, los glóbulos rojos en la sangre se
destruyen antes de lo normal.
b. Causa
Las anemias hemolíticas pueden dividirse en:
o Anemias de causa hereditaria, es decir, los pacientes han nacido
con un defecto genético que favorece la destrucción de los
glóbulos rojos. Este defecto puede ser:
o Un problema en la fabricación de la hemoglobina: incluye las
talasemias, la anemia de células falciformes y otras
enfermedades más infrecuentes.
o Alteraciones en la fabricación de la membrana (cubierta) del
glóbulo rojo. Incluye a la esferocitosis, eliptocitosis y otras
enfermedades. La membrana del glóbulo rojo es anormal y estas
células viven menos tiempo, destruyéndose habitualmente en el
interior del bazo. Pueden tratarse de formas leves que se
diagnostican en edades adultas o formas graves ya identificadas
en la infancia.
o Defectos en enzimas del interior del glóbulo rojo. La más
frecuente es el defecto de glucosa 6 fosfato deshidrogenasa. Se
trata de una enfermedad ligada al cromosoma X (la padecen con
más frecuencia los varones) que suele cursar sin síntomas.
Cuando existen síntomas, estos consisten en ictericia al nacer
(ictericia neonatal) o episodios de anemia hemolítica en relación
con consumo de habas, infecciones o toma de algunos
medicamentos.
o Anemias hemolíticas adquiridas. No se nace con ellas sino que se
deben a algún problema adquirido tras el nacimiento. Pueden
ser debidas a:
o Destrucción mecánica de los glóbulos rojos, por ejemplo por
prótesis cardiacas metálicas o una hemólisis por una marcha
(carrera, maratón, etc.) o caminar o bailar descalzo mucho rato,
al romperse los glóbulos rojos que transitan por la planta del pie.
o Por medicamentos. Puede ocurrir incluso en personas sin déficit
de glucosa 6 fosfato deshidrogenasa. En general es infrecuente.
A veces los medicamentos pueden producir reacciones alérgicas
que favorecen la hemólisis como algunas penicilinas.
o Infecciones que destruyen los glóbulos rojos, como el paludismo.
o De causa autoinmune. Son la causa más frecuente de anemias
hemolíticas adquiridas en países occidentales. Se producen
porque, por causa desconocida, se crean anticuerpos frente a los
glóbulos rojos (nuestras propias defensas atacan a nuestros
propios glóbulos rojos), lo que lleva a que sean destruidos,
generalmente en el bazo. Se suele asociar a otras enfermedades
autoinmunes como el lupus eritematoso, etc.
o Hemoglobinuria paroxística nocturna
d. Diagnóstico.
El diagnóstico de la existencia de una anemia requiere un simple análisis
de sangre. El tratarse de una anemia hemolítica se sospecha por:
Aumento de la producción de nuevos hematíes en la médula ósea que
se denominan reticulocitos (son los glóbulos rojos jóvenes) y pueden
verse en un análisis de sangre. La médula ósea, al detectar la
destrucción de los glóbulos rojos intenta compensar fabricando muchos
más y se encuentra hiperactiva.
Signos de destrucción de glóbulos rojos en la sangre, como el aumento
en sangre de una sustancia llamada LDH o de bilirrubina.
Eliminación de hemoglobina por la orina.
e. Tratamiento