Está en la página 1de 1

UN DÍA ENAMORADO

Ring, ring ring.


-Si, (halo).
-buenos días Márti. ¿Cómo amaneciste?.
-era ella, Marianela, con su vos suave, armoniosa, adorable, como el halar de una
gaviota en pleno vuelo. Cómo amaneciste, pregunta, quisiera decirle que como todas las
mañanas, que amanecí pensando en ella o que por casualidad no amanecí
embriagándome por voz (ella (cavilando en ella).
-halo.
¿Márti?.
-sisisi, hola
amanecí bien, gracias.
-¿qué vas a hacer hoy?
-nada
-¿qué tal si te invito almorzar?
-¿qué tal si acepto?. ¿Qué artimañas tendrás preparadas para mi?.
-tu siempre con idioteces, ¡vamos!.
-bien.
Tu siempre con idioteces, dices La idiotez de amarte es lo que me tiene loco
-¿dónde quieres ir?
Donde quieras, si me invitas eres tu quien decide.
-te gustaría...................

_ así quedamos.

Ella seguramente ira con un escote por el que brotaran dos copos de nieve, pequeños
copos de nieve, ideal tamaño. (color
Ojalá llevara la falda negra de corte francés, por donde mis manos se infiltraron para
rozar sus muslos débiles y llegar al vergel ilusorio que inquieta mi mente. Claro, cosas
que sólo ocurren en sueños cuando se desea.
iras con tus gafas intelectuales de marco negro, por la que asoma una gran escritora.

y sensibles al tacto de mis dedos gruesos

También podría gustarte