Está en la página 1de 23

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/307558922

Una Hipótesis acerca de la Cuestión Cronológica y Contemporaneidad de la


Arquitectura Monumental en el Complejo de Pampa de Llamas-Moxeke, Valle
de Casma

Article · January 2010

CITATIONS READS

2 1,243

1 author:

Augusto Bazan
Fundación Augusto N. Wiese
7 PUBLICATIONS   6 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Proyecto Stanford Chavin de Huantar View project

All content following this page was uploaded by Augusto Bazan on 01 September 2016.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Arqueología y Sociedad,
Nº 22, 2010

Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica


y contemporaneidad de la arquitectura
monumental en el Complejo de Pampa
de Llamas-Moxeke, valle de Casma
Augusto Bazán Pérez*
Resumen
En el presente trabajo se plantea una hipótesis en base a la evidencia arquitectónica y al arte figurativo
revisada por el autor, en torno a la cual se presume la diferenciación cronológica entre los dos montículos
plataforma insertos en el complejo arqueológico de Pampa de Llamas-Moxeke en el valle de Casma.
La diferenciación estilística en ambas líneas de evidencia, sumado a ciertos problemas en cuanto a los
fechados radiocarbónicos, nos permite plantear que la Huaca Moxeke, postulada como centro de función
religiosa, es el montículo principal propio del diseño original planeado para este complejo, representante
del Patrón Casmeño definido por Carlos Williams (1980), mientras que la Huaca A con sus plazas hundidas
(cuadrangulares y circular) anexas, pensada como depósito de bienes de élite (Pozorski y Pozorski 1986),
posiblemente es una introducción tardía dentro del periodo Formativo Temprano (1800-1000 a.C.) que
no respetó del todo al diseño original de construcción, construyendo en base a él de manera armónica
sin infringir rupturas de orientación de los componentes arquitectónicos de forma dramática, innovación
que quizá respondió a nuevos órdenes sociales tal vez relacionados al posterior despliegue del fenómeno
Chavín.

Palabras clave
Pampa de Llamas Moxeke, Periodo Formativo Temprano, refinamiento cronológico, Fenómeno Chavín,
estilos artísticos, Arquitectura Monumental Temprana.

Abstract
The present study raises a hypothesis based on the architectural evidence and figurative art reviewed by
the author. We argue a chronological distinction between the two platforms mounds embedded in the
archaeological site of Pampa de Llamas-Moxeke in the Casma Valley. Stylistic differentiation in both lines
of evidence, plus some radiocarbon dates issues, suggest that the Huaca Moxeke, postulated as a center
of religious function, is the main mound in the original design planned for this complex, representative
of the defined Casma Pattern proposed by Carlos Williams (1980). While Huaca A, with associated
sunken plazas (square and circular) intended as a repository of elite goods (Pozorski and Pozorski 1986), is
possibly a late introduction into the Early Formative Period (1800-1000 B.C.). This building is intrusive
to the original design of the site but based harmonically on it. The latter doesn´t imply a strong change
on the orientation of the architectural components and may represent an innovation due to new social
orders perhaps related to the further deployment of the Chavin phenomenon.

Keywords
Pampa de Llamas Moxeke, Early Formative period, chronological improvement, Chavín phenomenon,
art styles, early monumental architecture.
* Escuela Académico Profesional de Arqueología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Correo electrónico: ae.bazan.p@gmail.com

209
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

Introducción en problemáticas distintas, tratando de resolver


preguntas planteadas por la tendencia teórica
Al momento de definirse el Patrón Casmeño
por sus tiempos en boga o elegida, sean estas de
como tradición arquitectónica de la Costa Norte
corte historicista cultural, materialista histórico
y Nor Central de los Andes Centrales durante
o procesualista (Tello 1943, 1960; Larco 1938;
el periodo Formativo Temprano (1800-1000 a.C)
Rowe 1967; Willey 1979; Proulx 1983; Dagget
siempre es preciso resaltar las diferencias formales
1985; Lumbreras 1971, 1988; Burger 1986, 1992,
entre los complejos que se enmarcan dentro de la
1993; Pozorski, T. y Pozorski, S. 1987; Kaulicke
misma situación. Sin embargo, es curioso que al
1994; Rick y Rodríguez Kembel 2004; Rick et
momento de tratar al sitio de Pampa de Llamas-
al. 1999). Lo cierto es que para resolver estos
Moxeke como representante de este patrón, se
problemas, y cualquiera que se pueda plantear
tenga la diferencia más grande con respecto a sus
independientemente de las corrientes teóricas
congéneres (Las Haldas y Sechín Alto solo en el
planteadas, las líneas de evidencia predominan-
valle de Casma). La diferencia más saltante es la
tes siempre han sido tres: el arte figurativo, la
presencia de dos montículos plataforma contra-
arquitectura y la cerámica. Ya ampliamente su-
puestos dentro del mismo complejo, situación
perados los postulados que hiciera Tello (1943,
que no existe para ningún otro caso en el valle de
1960) en la primera mitad del siglo, con respecto
Casma, mucho menos en los valles más sureños,
a una Cultura Matriz de la civilización andina, a
hasta el Fortaleza.
raíz de los hallazgos precerámicos de Junius Bird
La evidencia arquitectónica y el arte figura- en Huaca Prieta (Bird 1948; Bird et al. 1985),
tivo nos permitirán sustentar la hipótesis nues- se ha logrado detectar una secuencia de cam-
tra, que plantea la diferencia cronológica entre bios y continuidades a lo largo de los periodos
el montículo principal del complejo, conocido Arcaico Tardío (3000-1800 a.C.) y Formativo
como Huaca Moxeke (o Santa Matilde para (1800-200 a.C), una tendencia que arrancaría
los lugareños) y Huaca A, cada una ubicada en durante el tercer milenio antes de nuestra era y
ambos extremos del complejo antes menciona- que culminaría, como expresión máxima, en el
do. Proponemos que el primer montículo es el denominado fenómeno Chavín.
montículo principal en el diseño original propio
Dicha tendencia ha sido detectada princi-
del patrón, en torno al cual giraban las activida-
palmente en base al estudio del arte figurativo
des públicas en los primeros siglos del Formativo
desarrollado desde el 3000 a.C aproximadamen-
Temprano (y quizá los últimos del Arcaico Tardío
te. Luego de los hallazgos producidos en Chavín
como se verá al final) para la parte media del va-
y una tenue definición del estilo que a partir
lle, mientras que el montículo Huaca A vendría
de dicho centro irradiaría hacia toda el área
a ser una introducción tardía dentro del mismo
andina, los hallazgos siguientes comenzaron
sub periodo, más relacionado a lo que luego sería
a poblar un mapa de recurrencias diacrónicas
el fenómeno Chavín en la Costa peruana.
con grado de estilización progresiva dentro de
este nivel de evidencia. Una vez refinada la pe-
riodificación para el área andina, luego de que
Cambios y continuidades estilísticas desde el
John Rowe elaborara la secuencia maestra para
Arcaico Tardío hasta el Formativo Medio.
los andes centrales, teniendo ya conocimiento
Revisión de los estudios y propuestas
de un complejo precerámico desarrollado pre-
El periodo Formativo en los andes centrales ha vio a un periodo de cerámica inicial (Periodo
sido y viene siendo extensamente estudiado Inicial), previo al fenómeno Chavín conocido
por científicos de varias nacionalidades desde como Horizonte Temprano (fechado por Rowe
épocas en que Julio Cesar Tello redescubriera entre los 900-200 a.C.), los estudiosos pudieron
el sitio de Chavín de Huantar en la sierra nor establecer de una mejor manera las tendencias
central. Numerosos arqueólogos se han imbuido del devenir histórico del temprano arte centro
210
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

andino. Estas últimas comenzaron a ser defini- Henning Bischof (1994, 1995) tiene el
das desde lo más tardío dentro de este proceso, mérito de haber definido un corpus de arte fi-
el estilo Chavín, hacia lo más temprano, las ex- gurativo previo al fenómeno Chavín. Luego,
presiones artísticas del Arcaico Tardío. en base a “semejanzas en la concepción artística”
John Rowe (1967), arqueólogo que realizó (Bischof 1995: 168) y su correlación con infor-
grandes aportes por rescatar la historia prehis- mación estratigráfica y arqueométrica (fechados
pánica centro andina, realizó un primer intento por carbono 14 y termoluminiscencia), logra
por seriar el arte Chavín. Basado en las etapas la elaboración de una secuencia de desarrollo
de crecimiento del sitio de Chavín de Huántar, estilístico en los tres últimos milenios antes de
por él mismo identificadas, propuso una secuen- nuestra era. De esta forma reconoce tres estilos:
cia de desarrollo estilístico para el arte mayorita- Punkurí, Sechín y Chavín A. El estilo Punkurí
riamente esculpido en piedra procedente del lu- se caracteriza por ser abstracto, geometrizado y
gar: fases AB, C, D y EF. Esta propuesta, sobre la por tener diseños rígidamente convencionaliza-
cual se asientan la mayoría de discusiones con- dos, aún más que los demás estilos. Su expresión
cernientes al arte temprano centro andino ha máxima o tipo vendrían a ser los murales de ba-
de ser revaluada por los siguientes problemas: 1) rro de la construcción más temprana del sitio de
Existe ya una representación más certera acerca Punkurí en el valle de Nepeña (Bischof 1994:
del crecimiento del sitio de Chavín de Huantar. 179, 209-10). El estilo Sechín se caracteriza por
Silvia Rodríguez Kembel (2001) ha logrado de- su simplificación, mostrando líneas enérgicas y
terminar por lo menos 15 fases de construcción firmes que delinean representaciones tendien-
agrupados en cinco estadios. Esta secuencia ha do a ser más realistas que estilizadas, y por la
demostrado que la simple explicación de Rowe ausencia de seres sobrenaturales, restringiendo
concerniente al Viejo Templo y Templo Nuevo las representaciones a seres antropomorfos y zo-
es insuficiente para entender la historia del cre- omorfos (felínicos y un pez). Ejemplos de este
cimiento del monumento, mucho menos para estilo serían todas las representaciones halladas
entender sus implicancias a nivel macro regio- en la arquitectura de adobe y la fachada de lá-
nal, durante el primer milenio antes de nuestra pidas esculpidas del sitio de Cerro Sechín, así
era. La seriación del estilo Chavín, entonces, como en la fase constructiva superpuesta a los
está basada en un estimado de crecimiento del murales de barro del sitio de Punkurí, la que
sitio poco plausible. 2) La mayoría de piezas tiene como representante al felino modelado en
utilizadas por Rowe fueron procedentes del si- bulto; sus garras, sus ojos bicorneanos y su ubi-
tio pero sin certeza de sus contextos originales cación temporal dada la superposición de fases
excepto por un solo espécimen: El Lanzón. Para constructivas abogan por su filiación al estilo en
el tiempo en que se elabora la propuesta aún no cuestión. Por último, el estilo Chavín A1 presen-
se había descubierto la secuencia de imágenes ta una continuidad con respecto al estilo Sechín
contextuadas en la plaza circular hundida. Se relativa al ojo bicorneano y la muñeca de doble
podría decir que solo se tiene certeza contextual arco, ambos rasgos precedentes directos de los
de la cabeza de serie antes mencionada, pero la
matriz arquitectónica, o de otra naturaleza, de 1 Se denomina como Chavín A a partir de que Rowe
caracterizó su estilo Chavín AB con dos letras conse-
las demás piezas parte de la muestra son desco- cutivas pensando en que en algún momento se podrían
nocidas. La seriación en este par de puntos tiene encontrar los antecedentes del Lanzón, para él el ex-
grandes dificultades, ya que de no partir de una ponente más temprano del arte Chavín clásico, y así
buena representación del crecimiento del sitio y poder discernir entre un arte pre y peri Chavín. Bischof
de no tener a las piezas debidamente contextua- mediante pruebas radiométricas determina un corpus de
evidencia iconográfica inmediatamente previa a lo Cha-
das, esta última responsabilidad ajena a Rowe vín, y muy relacionada, a lo que pasa a denominar como
desde luego, ¿qué tan plausible es la propuesta Chavín A. El lanzón de Chavín de Huantar sería la obra
hoy en día a la luz de nuevos datos? de referencia del estilo Chavín B.

211
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

rasgos más estilizados hacia el Formativo Medio. solo procede de arte mural, sino de cerámicas,
Se representan en este estilo a seres sobrena- espátulas y morteros, más de las veces descon-
turales, zooantropomorfos, deviniendo en una textuados, procedentes de colecciones privadas
especie de barroquismo; la estilización de los di- de distintos lugares. Se podría decir que gran
seños anteriores es diagnóstica. En comparación parte de lo que conocemos del temprano arte
a sus predecesores, Chavín A fue muy difundi- centro andino procede de este tipo de objetos,
do de manera tal que no se restringió a la sierra recuperados mediante el saqueo sistemático de
nor central. Muchos ejemplos se hayan tanto los asentamientos, llámese “huaqueo”, lo cual
en costa como en sierra, determinándose rasgos para nada da una imagen precisa de sus contex-
recurrentes para este estilo tales como los seres tos, muchas veces ni siquiera de la zona o sitio
antropomorfos de Yura-yaco, los personajes fie- de procedencia específico. Otro problema es el
ros supernaturales y las máscaras agnáticas, pre- que implica relacionar a todas las expresiones ar-
sentes conjunta o individualmente en Strombus tísticas (representaciones figurativas) sin tomar
provenientes de Chiclayo, en platos de piedra de en cuenta el soporte sobre el cual se asientan, la
Limoncarro y un petroglifo en Tolón en el valle variabilidad representacional que esto implica y
de Jequetepeque, en representaciones en piedra la funcionalidad de estos objetos en las prácticas
provenientes de la Galgada en la quebrada de sociales. Al considerar únicamente la expresión
Tablachaca, en La Pampa ubicado en el Callejón artística y no considerar la matriz o soporte del
de Huaylas y en cerámica de Purulén en el va- que procede y en el que se encuentra represen-
lle de Zaña (Bischof 1994:181-182). Trataremos tado, vale decir al no reparar en la gran figura
más adelante acerca del último rasgo citado. llamada contexto, y no hacer una contrastación
sobre estos objetos que hacen líneas de evidencia
Se han mencionado solo dos autores, quie- distintas, puede correrse el riesgo de encontrar
nes a nuestro parecer han sentado las bases de lo errores en los planteamientos e interpretaciones.
que es el estudio de la iconografía temprana cen- Vega-Centeno (1998), luego de recomendar la
tro-andina para fines de refinamiento cronológi- documentación del tipo de soporte para precisar
co y establecimiento del desarrollo estilístico. Sin mejor la muestra comparativa, entre otros pun-
embargo ello no quiere decir que sean los únicos. tos, refuta a Bischof el planteamiento de la segre-
Acerca del tema se ha tratado en extenso por lo gación de los estilos Punkurí y Sechín, dado que
que la literatura derivada es abundante. No obs- existen varios contextos donde ambos coexis-
tante dicha situación existe hasta el momento ten, supuestamente dentro de Huaca Moxeke,
un problema, ya detectado desde temprano, pero Punkurí y en las piezas del Museo Bruning, por
de muy difícil mitigación: La contextualización lo que plantea que ambos estilos son en realidad
de la muestra. A pesar de los esfuerzos de Bischof un conjunto de recursos sincrónicos para la re-
por lograr contrastar la iconografía, sobre todo presentación artística.
de matriz arquitectónica, con los momentos de
crecimiento de los sitios y los datos arqueomé- Vemos así entonces un panorama que se
tricos2, el universo de su muestra empleada no aclara, dado que se han logrado identificar las
tendencias del arte prehispánico desde el Ar-
2 Lo cual es un tanto difícil en tanto dichas represen- caico Tardío hasta el Formativo Medio, o sea el
taciones artísticas (relieves de barro, frisos, lápidas, pin-
turas rupestres, etc.) no pueden fecharse por sí mismas. tránsito de expresiones geométricas hacia realis-
Se ha de tener un buen registro del crecimiento estra- tas y el tránsito de organización por adición de
tigráfico de los asentamientos para luego poder estimar diseños hacia la organización por integración de
la edad relativa de dichas representaciones. Para ello se los mismos (Bischof 1995). Estos estudios son y
debe contar con una buena metodología de recojo de serán prometedores en tanto a futuro se logre in-
las muestras a fechar, procedentes de contextos confia-
bles, y con la certeza de la ubicación de estratigráfica de crementar la muestra con los debidos controles
dicho contexto para poder extrapolarlo a la representa- estratigráficos y contextuales. En tanto hayan
ción artística. más hallazgos relativos al arte prehispánico, con-
212
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

vertidos en datos empíricos con las cualidades culos de tamaño intermedio, a lo que se deno-
necesarias para poder ser incluidas en una mues- mina áreas de arquitectura intermedia. Todo el
tra maestra, la cual para los estudios luego sea asentamiento cubre un área de 220 ha (Pozorski
contrastada según línea de evidencia. Las inter- y Pozorski 2000). La Huaca Moxeke, situada al
pretaciones y planteamientos de ellos derivados sur del complejo, actualmente está rodeada por
tendrán un margen de error mucho más bajo. tierras de cultivo y por una vía carrozable hecha
luego de la Reforma Agraria de 1968, mientras
que la Huaca A, sus plazas rectangulares frontal
El Complejo de Pampa de Llamas – Moxeke en y trasera, su pozo circular trasero, la arquitectu-
el espectro del Patrón Casmeño ra intermedia y unas cuantas plazas que conec-
El sitio consta de dos montículos principales, taban antes esta estructura con Huaca Moxeke,
Huaca Moxeke o Santa Matilde (así conocida se emplazan sobre una terraza aluvial o pampa,
por los lugareños) al sur y Huaca A al norte. la cual no ha sido afectada por la agricultura,
Ambas estructuras principales se encuentran aunque si por eventos climáticos. El actual ca-
frente a frente y están vinculadas por un con- nal de Purgatorio, canalizado en la década de
junto de plazas consecutivas cuadrangulares de los 80, hace las veces de límite o frontera entre
grandes dimensiones, formando el eje principal esta terraza aluvial y el área agrícola y deja mu-
del complejo. Asociados a este eje principal te- chos perfiles expuestos a lo largo de su curso,
nemos más de un centenar de recintos y montí- notándose en ellos ocupaciones más tardías, por

Figura 1: Plano de Huaca Moxeke, con cortes transversales de elevación a la izquierda y ubicación de los
“ídolos” de barro hacia la esquina norte de la tercera plataforma. (Tomado de Tello 1956: 57, fig. 25).

213
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

Figura 2: A pesar de su antigüedad, Tello elabora este plano el cual tiene las cualidades de ser meticuloso
en cuanto a la representación de los componentes arquitectónicos del complejo y por circunscribirlos a las
estribaciones que lo rodean, siendo esto crítico al momento de determinar orientación, crecimiento y fun-
cionalidad del asentamiento. (Tomado de Tello 1956)

Figura 3: Vestigios de “ídolos” ubicados en la esquina norte de la tercera plataforma de Huaca Moxeke
(tomado de Tello 1956: 61, fig.27)

214
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

la presencia de cerámica de estilo Casma Inciso nológica del sitio dentro del periodo Formativo
(Bazán 2008a). Temprano.
Harto conocidos son los trabajos que Julio C. El despliegue arquitectónico de Pampa de
Tello hiciera por los años 30 en el sitio de Hua- Llamas-Moxeke no es patrimonio únicamen-
ca Moxeke (Tello 1956). El logro más saltante y te del sitio. Dicho patrón, definido por Carlos
conocido de esta campaña fue haber definido de Williams (1980: 408-410), es recurrente en
una forma muy precisa el último evento de cons- sitios arqueológicos que no solo se presentan
trucción de este montículo, elaborando un plano en el valle de Casma y tiene básicamente dos
con detalles muy certeros (Fig. 1), muchos de los condicionantes o rasgos diagnósticos: a) confi-
cuales se perdieron luego del terremoto de 1970, guración de planta con forma de “U” en el Mon-
así como de todo el complejo en cuestión, delimi- tículo Principal, delimitado por la presencia de
tando los accidentes geográficos a los cuales todo una escalinata central y atrio en el montículo
el asentamiento se circunscribe (Fig. 2). plataforma, y b) la presencia de las plazas rec-
Mediante la limpieza de la cima del montí- tangulares consecutivas en base al axis longitu-
culo para la definición arquitectónica y las ex- dinal que marca el mismo montículo. A parte de
cavaciones (las cuales no están bien documen- estar presente en los sitios de Las Haldas, Pam-
tadas), se descubrieron hacia la esquina curva pa de Llamas-Moxeke, Sechín Alto y Taukachi-
norte, en la fachada de la tercera plataforma, Konkan, según nuestras observaciones el patrón
seis vestigios de “ídolos” o personajes modelados mencionado quizá pueda también estar presente
en bulto, ubicados en especies de cajones empo- en el valle de Chao; en el valle de Culebras, sitio
trados en la fachada de la plataforma antes men- de Culebras, y en el valle de Huarmey, en los
cionada, separados por representaciones geomé- sitios de Mandinga y Mal Paso (Cárdenas 1999;
tricas ubicadas en los excedentes entre-cajones, Álvarez y Espinoza 1997; Lanning 1967; Bazán
al nivel del contorno de la misma esquina curva 2010: 37). En un trabajo previo tratamos acerca
del montículo (Fig. 3). del sitio de Huaricanga, en el valle de Fortale-
za, el cual posiblemente se enmarcó dentro de
Tello asociaría el arte desplegado en Huaca esta tradición arquitectónica tardíamente, ha-
Moxeke al fenómeno Chavín en la costa perua-
cia fines del Formativo Temprano, debido a la
na. La seriación que hiciera Donald Thompson
aparición tardía y superpuesta a la arquitectura
(1964) para la arquitectura monumental tempra-
na en el marco de los trabajos de Donald Collier original de las plazas cuadrangulares consecuti-
(1962) en el valle de Casma, ubicarían también vas. Este sitio presenta la característica de tener
a dicho montículo en el Formativo Medio (750- dos montículos laterales, de menores dimensio-
400 a.C) asociándolo al estilo cerámico Patazca, nes en contraste al montículo principal, lo que
derivativo del estilo Chavín. A inicios de la déca- configura un complejo de edificios con planta
da de los 70 Rosa Fung (1972) fecha a la ocupa- en “U”, tradición arquitectónica diferente y más
ción principal del asentamiento para el Periodo recurrente en la costa central, por lo que propu-
Inicial y hacia fines de los 80, Shelia y Thomas simos para el sitio en cuestión una convergen-
Pozorski (1986, 1987, 1989) desarrollaron inves- cia de tradiciones en tanto sus dos momentos
tigaciones en la parte mejor conservada del com- definidos en base a evidencia superficial (Bazán
plejo, la que da a la pampa y alejada del área ara- 2010: 37-45).
ble donde se encuentra la Huaca Moxeke (junto
con arquitectura intermedia), concentrando sus Todos los complejos vinculados al patrón
esfuerzos en la Huaca A, montículo contrapuesto casmeño tienen un montículo principal, el cual
y mencionado al comienzo de este apartado. Sus se distingue por los rasgos antes citados y por su
trabajos han logrado confirmar la fecha pre-Cha- monumentalidad, lo que implica una relevancia
vín de este asentamiento, por medio de fechados visual en todo el paisaje visual del asentamiento.
radiocarbónicos, confirmando la ubicación cro- Sin embargo, Pampa de Llamas-Moxeke presen-

215
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

ta dos montículos claramente monumentales y etapa constructiva y la cantidad de información


opuestos, mirándose directamente de extremo hasta ahora publicada, o recuperada, nos parece
a extremo dentro del mismo complejo. Esta si- escasa para asignarle funcionalidad a esta tem-
tuación es totalmente atípica, siendo única en prana construcción. Los fechados para el montí-
la amplia gama de sitios tempranos en la cos- culo son UGa-5794 [3185 ± 60 BP], UGa-5462
ta centro andina. De momento esta situación [3515 ± 70 BP] y UGa-5873 [3105 ± 30 BP].
solo tiene una interpretación publicada, la de Las fechas provienen de muestras de madera de
Shelia y Thomas Pozorski, quienes sostienen la última fase de ocupación. El fechamiento de
que ambos montículos funcionaron sincrónica- madera tiene dos problemas tangenciales, el pri-
mente. Huaca Moxeke sería el centro del poder mero denominado “madera antigua” (Old Wood
ideológico y las actividades religiosas para este Problem) que implica los problemas que trae el
complejo, dominante de la escena política en fechar muestras de madera que tal vez ha sido
el valle medio durante el Formativo Temprano, utilizada y reutilizada por varias generaciones
mientras que Huaca A sirvió como depósito de (posiblemente en la etapa constructiva anterior
almacenamiento de bienes que constituyeron el habida cuenta la continuidad en el patrón de res-
poder económico de la élite del sitio (Pozorski y tricción de accesos mediante trabas de madera),
Pozorski 1986: 383-4). y el segundo denominado “núcleo de la made-
ra” (Heart Wood Problem), que sucede cuando la
muestra tomada proviene de anillos antiguos de
La cuestión de los fechados crecimiento y no de los relacionados al evento
radiocarbónicos de corte y utilización primigenia. Estos problemas
Shelia y Thomas Pozorski (1986, 1987), sostie- conllevan a fechas alteradas y se ha comprobado
nen que los dos montículos dentro del complejo, mediante experimentos que el desenlace consiste
en otros tiempos discriminados uno del otro y en el arrojo de fechas muy tempranas, creando
ahora agrupados dentro de la misma situación, un gran error y confusión si no se advierte la si-
funcionaron al mismo tiempo pero con funciones tuación a tiempo (Burger 1989).
o roles diferentes, tal como se menciona líneas Cabe resaltar que de las 24 fechas disponi-
arriba. Sin embargo esto no está probado. Una bles para el sitio, la mitad de ellas (12) fueron
de las razones por las que sostenemos esta idea es tomadas en base a madera, además, los contextos
que no se cuentan con fechados radiocarbónicos de las muestras no son lo suficientemente claros.
para Huaca Moxeke. Las excavaciones arqueoló- A esto se suma el hecho de que las fechas no han
gicas de Tello, en la década de los 30, fueron pre- sido calibradas.
vias a la invención del método de carbono 14, y
Donald Collier y Donald Thompson, aunque ya Esto no nos da una idea clara acerca de la
inventada la técnica, durante la ejecución de sus antigüedad y crecimiento por lo menos del mon-
pozos de prueba en 1956 no tomaron muestras. tículo, en asociación con la arquitectura inter-
Los únicos fechados con los que se cuentan son media, la cual tiene las 21 fechas restantes. En
los que Shelia y Thomas Pozorski han tomado a resumidas cuentas se ha querido fechar el univer-
lo largo de sus campañas de excavación. De los so del complejo en base a la arquitectura inter-
24 fechados radiocarbónicos disponibles para el media, lo cual de por sí ha sido un intento falli-
complejo, solo tres fechados proceden del mismo do habida cuenta la metodología de recolección
montículo, los cuales supuestamente fechan su de muestras. Este intento de extrapolación ha
última etapa de construcción. Pequeños pozos de intentado relacionar todas las diferencias en la
prueba han demostrado una etapa previa de ocu- arquitectura y en el arte figurativo del complejo
pación, la penúltima cuando menos, la cual es si- como manifestaciones sincrónicas. Lo que aquí
milar en forma y orientación a las cámaras super- proponemos es contrario a esta situación. Como
puestas. Lastimosamente no se ha fechado dicha se verá más adelante, el hecho de que las fechas

216
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

para Huaca A puedan ser más antiguas de lo que plaza vendría a ser un paso previo a la entrada. Si
se piensa3 contribuye a nuestra hipótesis, relativa uno accede al edificio tanto por delante como por
a que la construcción del montículo en cuestión detrás, se alcanza un área central baja4; la altura
es posterior e impuesta a la Huaca Moxeke y el de los recintos crece a medida que uno se dirige
despliegue arquitectónico de sus plazas cuadran- a las partes laterales. La cima del montículo está
gulares asociadas. formada por numerosos cuartos regularmente
dispuestos. El montículo es bilateralmente simé-
trico, de manera que si uno divide la cima del
Diferencias estilísticas en la dimensión mismo en cuatro cuartos, se nota que el patrón
arquitectónica e implicancias de aparición de los recintos es idéntico (Pozorski
y Pozorski 1986: 385; 1987: 33-5). Mencionare-
Como se dijo en el apartado anterior, desde la dé-
mos en adelante una plaza frontal y una trasera,
cada de 1980 se viene argumentando que las dife-
dado que por más que ambos accesos conlleven
rencias formales entre los montículos monumen-
a exactamente el mismo tipo de cámaras, en tan-
tales dentro del complejo responden a una lógica to número como dimensiones de las mismas, la
funcional antes que cronológica. Las diferencias plaza y acceso sureño mira hacia el grueso del
en tanto distribución arquitectónica interna de asentamiento, incluyendo Huaca Moxeke, y tie-
los monumentos, así como en la utilización de ne dominio visual directo sobre el valle, mientras
materiales para lograr dicha distribución y acaba- que el acceso norteño mira hacia la quebrada5 y
do, parecen ser consistentes con el planteamien- el cerro Pan de Azucar. Los muros aun conser-
to a primera vista (Fig. 4). vados de la Huaca A miden un promedio de 1.5
La Huaca A mide 125x110 m y cuenta con metros. Los Pozorski estiman la altura original de
una altura aproximada de 12 m. Su forma es li- los muros, en base a sus excavaciones, entre 4 y
geramente romboide. Sus plazas cuadrangulares 7 metros. En general se componen de rocas de
frontal y trasera son hundidas, excavadas en la gran tamaño (boulders) en su mayoría angulares
superficie natural de la pampa y las dimensiones y traídas en gran parte desde la ladera del cerro
de estas son de 125 x110 m con una profundidad contiguo. Rocas de tamaño regular proceden de
aproximada de 2 m. Detrás de la plaza cuadran- la misma fuente. La gran mayoría de las piedras
gular trasera se ubica una plataforma de 40x60 m no son trabajadas, o sea no se les ha dado una
con una altura relativa de 3 m, descubierta por forma intencional, sin embargo, sus caras más
los Pozorski, en la cual se inscribe una plaza cir- planas son utilizadas para delinear las caras de los
cular hundida de un diámetro aproximado de 35 4 Vale la pena resaltar que Julio C. Tello, en esta mis-
m (Fig. 5). La complejidad de la organización in- ma área, el cuarto central, encontró un poco de hua-
terna del montículo es única en la costa peruana. queo que había develado “una gran piedra, al parecer no
Hay dos accesos principales, de manera que cada labrada, de 3 m de longitud por 20 cm de ancho y 60 cm de
espesor, aparte de algunos fragmentos de cerámica chavín
3 Dado que se han fechado varias estructuras menos clásico” (Tello 1956: 52).
la Huaca Moxeke, podríamos decir que se puede tener 5 Esta quebrada actualmente, aunque más utilizado
una edad estimada de dicha porción. Al principio, antes en tiempos de la Hacienda San Rafael, es un camino que
de la discusión con Burger (1989), se planteó la ocu- se utiliza para llegar a la ciudad de Casma vía Pampa Ro-
pación de dicha porción entre 1800-1100 a.C. Luego sario, lugar donde se encuentra el asentamiento homó-
de la mencionada discusión, y haciendo arreglos sobre nimo que data del periodo Formativo Medio. Es posible
sus interpretaciones a la luz de nuevos fechados (algu- que esta quebrada haya sido utilizada como un paso de
nos de los cuales con los mismos problemas), Pozorski, salida y entrada del complejo en cuestión, y que Huaca
T. y Pozorski, S. (1990) reubican la probable fecha de A domine al mismo por su lado norte, sin embargo esta
ocupación del asentamiento entre el 1600 al 1200 a.C., es una idea aun poco desarrollada, dado que habría que
reconociendo que la historia de crecimiento del sitio evaluar las direcciones que este paso pueda tomar, tra-
es mucho más compleja de lo que ellos pensaban. Por yectorias que pueden dirigirse bien hacia el valle bajo,
último estiman que la última etapa de construcción de tal como ahora, bien hacia el valle alto, hacia el este, la
Huaca A estaría ubicada entre los 1300 y 1200 a.C. sierra, el Callejón de Huaylas.

217
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

Figura 4: Contraste entre Huaca A y Huaca Moxeke. a) Vista en planta de Huaca Moxeke, redibujado a
partir de Tello 1956: 57, fig. 25. b) Maqueta de Huaca Moxeke ubicada en el Museo Regional Max Uhle
de Casma. c) Plano de Huaca A, redibujado a partir de Pozorski, T. y Pozorski, S. 1988: 115, fig. 1. d)
Reproducción de lo que alguna vez podría haber sido Huaca A, sin incluir sus plazas adyacentes y vista
desde el noreste, tomado de Burger 1992: 84, fig. 67.
muros, los cuales son de doble cara. El mortero recurrente. Los adobes cónicos son ubicuos por
utilizado es de color marrón compuesto por se- todo el monumento. Al igual que Sechín Alto,
dimentos de lecho de rio, material que también Las Haldas y Huaricanga, está construido me-
fue usado para ciertos enlucidos en ciertos re- diante un sistema de plataformas superpuestas,
cintos. Existe evidencia de nichos en los tercios rectangulares o ligeramente elípticas. Esto úl-
superiores de los muros, la utilización de adobes timo demuestra la intención de los arquitectos
cónicos es exigua y es recurrente la utilización de del montículo por lograr cada vez mayor altura y
umbrales elevados en los accesos a las cámaras o contrasta fuertemente con la intención primige-
recintos (Pozorski y Pozorski 1986: 386). nia de los arquitectos de Huaca A.
Huaca Moxeke, en cambio, es distinta en La impresión que brinda el hecho de que
cuanto a construcción. La utilización de grandes Huaca Moxeke se eleve 30 m y que Huaca A
piedras megalíticas, trabajadas y bien labradas es se eleve tan solo 12, se ve invertida al contras-

218
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

Figura 5: Plano de Huaca A, sus plazas asociadas y pequeños montículos anexos. Redibujado en base a
Pozorski, S. y Pozorski, T. 1986, fig. 2 y Pozorski, T. y Pozorski, S. 1988: 115, fig. 1.

tar dicha diferencia con respecto a la topografía ¿es fortuita la ubicación elevada de la Huaca A
del lugar. Mientras que Huaca Moxeke se asienta y sus plazas adyacentes? Pensamos que no existe
sobre los 120 m.s.n.m. aproximadamente, Huaca necesidad de tanta inversión de tiempo y trabajo
A se asienta sobre los 150 m.s.n.m., creando una para lograr un depósito de grandes dimensiones6
diferencia relativa de 30 m en cuanto al emplaza- exclusivamente para bienes de élite. La presencia
miento de cada monumento. Si sumamos a estas de nichos y de roedores en los cuartos excava-
superficies la altura promedio de los montículos dos puede ser sometida a lecturas distintas que
veremos que la cima de Huaca A tiene una ven- las planteadas por Shelia y Thomas Pozorski. El
taja de 12 m por sobre la altura de Huaca Moxe- patrón de accesos de Huaca A claramente deno-
ke. Dicha estrategia de utilización del relieve to- ta un control por quien accede al monumento;
pográfico en pos de ganar altura no parece casual las dimensiones de los cuartos sugieren que no
habida cuenta que por lo general dicho hecho, el muchas personas pudieron concentrarse en ellos.
de lograr una mayor altura y mayor complejidad Las plazas anexas a Huaca A son totalmente dis-
(en tanto a la distribución espacial interna de tintas a las que se despliegan a partir de Huaca
Huaca A), es sintomático de una lógica de presti- Moxeke, las cuales están elaboradas en base al
gio y poder socio-político. El habilitamiento de la estilo terraplén, lo que implica elaborar un apare-
superficie de la quebrada para construir las plazas jo cuadrangular con mínima remoción de tierra o
hundidas, de grandes dimensiones, debió haber adecuación de la superficie, y tienen dimensiones
demandado cuantiosa mano de obra y tiempo más o menos coherentes o proporcionales entre
para la remoción de miles de metros cúbicos de sí. En ciertos casos hay plazas que parecen leve-
tierra y la construcción de los aparejos que orlan mente hundidas, sin embargo esto es un efecto
las plazas. Todo lo mencionado provoca hacerse visual creado por la aparición de grandes plata-
las siguientes preguntas: ¿hay necesidad de tan-
6 Cabe anotar que aunque de menores dimensiones
ta monumentalidad, no solo en la obra material que Huaca Moxeke, la Huaca A sigue siendo monu-
sino en la fuerza invertida, tanto para excavar mental por más que su altura parezca decir lo contrario,
como para erigir, para depositar bienes de élite?, tal como se ha venido argumentando líneas arriba.

219
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

formas que las delimitan. Las plazas de Huaca A enmarca. Huaca A modificaría construyendo
no son coherentes con el universo de plazas que sobre la lógica de este patrón, pero alterándo-
cruzan mayoritariamente por todo el complejo, lo de plano hacia finales del Formativo Tem-
y son hundidas, lo cual implica que la lógica de prano. El patrón de acceso a Huaca Moxeke
construcción es muy distinta, habiendo deman- se realiza por una sola vía, la parte frontal del
dado otro tipo de condiciones. Debido a que no montículo por medio del corredor central. Las
tenemos un informe in extenso acerca de las exca- dimensiones de la explanada previa a la doble
vaciones y los materiales provenientes de dicho cima de la Huaca, en donde también se en-
montículo, presumimos que la distribución inter- cuentra un atrio, supone la congregación de
na de los cuartos en la cima de Huaca A pudo un número representativo de personas. Desde
haber correspondido a ritos de pasaje restringidos ese punto hacia arriba, hacia los llamados “to-
a élites privilegiadas y de número muy reducido rreones”, los espacios se acortan, permitiendo
debido a la poca capacidad de congregación que un flujo menor de sujetos. Se puede colegir en-
tienen las cámaras del sitio. La ausencia de los tonces un tránsito de personas mayor a los que
llamados bienes de élite hace caer por sí sola la pudieron haber sido congregados en Huaca A,
idea del monumento como suerte de depósito, lo que implica una lógica ceremonial distinta,
las cámaras fueron encontradas vacías y por lo quizá derivada de un cambio de las formas ce-
general limpias7 (excepto por algunas cerámicas, remoniales o ideológicas sustantivo.
no bien reportadas, cientos de restos de roedores Por último, y para pasar al siguiente apar-
en los nichos y en las cámaras, cuentas de tur- tado, el arte mural desplegado en ambos mon-
quesa, algunos restos de textiles y una figurina de tículos guarda lógicas distintas. Los ídolos de
madera, todos en cantidades para nada represen- barro ubicados en la esquina norte de la tercera
tativas) lo cual, a pesar de parecer evidencia ne- plataforma están dispuestos de tal forma que
gativa, muchas veces es indicador de ambientes cualquier sujeto, sea dentro de una plaza ad-
rituales. Los ritos de pasaje tienen connotaciones yacente o fuera de ella, pudo haber observado
rituales y tienen que ver con las prácticas socio- dichas representaciones artísticas, por lo que se
políticas de la sociedad que se desarrolló en dicha colige que se planificó que el consumo visual de
parte del valle, prácticas que establecen las for- estos rasgos no sea patrimonio de élites deter-
mas políticas e ideológicas de ordenación social minadas y pequeñas de forma exclusiva. Des-
unidireccional y que son destinadas a establecer conocemos, debido al nivel de preservación de
formas de cooperación o distancia social (Castro la evidencia, si es que existieron más ídolos en
et al. 1996). las otras esquinas de la misma u otras platafor-
Si es que en realidad esta era la función de- mas. Esta situación contrasta con el arte mural
signada para la Huaca A, ¿Qué rol tenía enton- representado en Huaca A, donde los frisos de
ces Huaca Moxeke? Pensamos que el mismo. barro encontrados, en pobres condiciones, se
Tal como se dijo al comienzo, pensamos que ubicaban en los atrios tanto frontal como tra-
Huaca A y sus plazas cuadrangulares y circu- sero, ambos accesos a la cima del montículo.
lar son una intrusión en lo planificado para el Aunque la altura relativa al suelo natural de la
complejo en cuestión, en la que Huaca Moxe- quebrada o a la superficie de la plaza rectangu-
ke era el centro de todas las actividades y era lar hundida no es muy pronunciada, estos fri-
coherente con el Patrón Casmeño en el cual se sos, de los cuales luego se hablará, posiblemente
no pudieron haber sido plenamente apreciados
7 El hecho de la ausencia de bienes suntuosos (emp- debido a los muros que circundaban al atrio.
tiness), según Shelia y Thomas Pozorski, refuerza el La visualización de los frisos no era posible si
planteamiento relativo a Huaca A como centro de al-
macenaje debido a que se supone dichos bienes fueron no se accedía a uno de los atrios, los cuales se
retirados apenas el sitio dejó de ser ocupado (Pozorski, supone estuvieron restringidos a las élites debi-
S. y Pozorksi, T. 1986: 387). do a sus pequeñas dimensiones. Cabe resaltar
220
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

que el atrio suroeste se realizó el hallazgo de medio para ganar altura. “Estos adobes estuvieron
una piedra esculpida con dos piedras erguidas, revestidos con una capa de barro arcilloso sobre la
a modo de postes sobre los cuales se asentaría cual presentaban múltiples ornamentaciones en re-
la primera. En esta piedra se representa a un lieve tal como se ven algunas figuras geométricas en
lado la impresión de una mano humana y en cocadas, además en el piso se encuentran restos de
el otro, la mayoría de la pieza, el rostro frontal alfarería sub-chavín.” (Tello 1956: 58. El subra-
de una serpiente con lengua bífida de la cual yado es nuestro).
emanan dos cuerpos curvilíneos que se entre- Luego nota que en el muro posterior del
cruzan hacia atrás (Pozorski, T. y Pozorski, S. vestíbulo hay dos representaciones. “La prime-
1988: 115-6, fig. 4-5). ra ornamentación consiste en figuras geométricas
incisas, rectángulos, rombos, etc., y la segunda en
figuras imprecisas en alto relieve.” (Tello 1956:
Diferencias en cuanto 59. El subrayado es nuestro). Los ídolos de
al arte figurativo intrasitio Huaca Moxeke fueron muy usados por lo que
Huaca Moxeke.- Aparte de los ya conocidos y luego serían sometidos a sucesivos y recurren-
mencionados ídolos de barro (Figs. 3 y 6), Te- tes momentos de conservación y refacción.
llo registra otros rasgos artísticos relacionados Esto está evidenciado por las sucesivas capas
a la arquitectura. Por ejemplo, registra en el de revestimiento. En sus conclusiones anota lo
vestíbulo un muro de 4.5 m de alto, donde en siguiente:
la parte superior aparece una hilera de adobes “14° En cuanto a la ornamentación se observa
cónicos dirigidos hacia arriba, utilizados en es- lo siguiente: la superficie exterior del templo es-
tos casos no de relleno constructivo sino como tuvo enlucida y cubierta, en parte, por figuras

Figura 6: Ídolos de barros provenientes de la esquina curva norte de la tercera plataforma. Tomado de
Tello 1956: figs. 38-31.

221
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

en alto y bajo relieves e incisiones y por grandes leza de los felinos están basadas en segmentos
estatuas hechas con piedra y barro, dentro de conservados de los pies y la cola, así como en
nichos enlucidos y pintados. 15° Las pinturas comparaciones con otras representaciones de
usadas en la decoración del templo y de las fi- perfiles de felinos las cuales son comunes en la
guras en relieve son tierras colorantes, cuyas iconografía andina temprana.” (Pozorski, S.
tonalidades son blanco, azul, amarillo, negro, y Pozorski, T. 1986: 387-8. La traducción
rojo, verde y gris.” (Tello 1956: 65). es nuestra)
Es una lástima que estas descripciones so- Aparte de estas evidencias presentes en el
meras no hayan sido publicadas gráficamente. atrio noreste, se encontraron frisos similares ubi-
Sin embargo, para un arte figurativo que su- cados en su contraparte, el atrio suroeste. Esta
puestamente debiera estar enmarcado dentro evidencia, tal como mencionan los autores, es-
de los parámetros del estilo Sechín definido por tuvo demasiado deteriorada al momento del ha-
Bischof, es muy extraña la representación de llazgo, aunque por los vestigios puede colegirse
diseños geométricos, no muy relacionados a lo que tenía los mismos rasgos que su contraparte
expresado en los ídolos y diseños inter-cajón de antes mencionada. Existe solo una publicación
la tercera plataforma. de los Pozorski (Pozorski y Pozorski 1993) donde
se relata su hallazgo, de manera somera y poco
Huaca A.- Las evidencias de arte figurativo para
exhaustiva. Arguyen para este friso suroeste
este montículo y al mismo nivel de evidencia, en
exactamente lo mismo que para su contraparte:
tanto soporte dentro de la lógica de muestra sea
la presencia del felino, vinculado al agua y a la
a públicos pequeños o grandes, son los “felinos”
irrigación agrícola, y de los diseños geométricos,
encontrados en 1985. Discrepamos abiertamen-
los cuales simbolizarían la concentración de
te con respecto a dicha interpretación. He aquí
poder. A continuación presentamos el párrafo
el relato del hallazgo:
exacto donde se describe el hallazgo:
“El área de acceso excavada más elaborada es
“El friso en el muro trasero del atrio suroeste
definitivamente la entrada principal al extre-
está pobremente preservado (Fig. 5). Sin embar-
mo noreste del montículo. Ascendiendo por la
go, lo suficiente está presente como para indicar
escalinata central hacia la cima del montículo,
que incorporó diseños abstractos algo cuadran-
uno accede al atrio noreste y es inmediata-
gulares los cuales pueden ser las variaciones del
mente confrontado por un enorme muro con
símbolo geométrico del “poder”, tan prominente
frisos adornados por un par de felinos (FIG.
en el friso del atrio noreste”(Pozorski y Pozorski
5), uno de los descubrimientos más espectacu-
1993: 55).
lares de la temporada de 1985. Cada mitad
de esta escultura de barro en bajo relieve bi- Henning Bischof afirma que la iconografía
lateralmente simétrica ocupa un espacio de 10 más antigua y compleja para el valle de Casma
metros del muro en cada lado de la entrada son precisamente estos “felinos”, a los cuales
principal al montículo, la cual tiene 2.2 metros describe como “personajes compuestos por especies
de ancho. Una banqueta baja, de 120 cm de diferentes, especialmente culebras; ojos excéntricos
ancho por 25 cm de alto, resalta a los frisos y de fieras con rabillos añadidos en forma de coma;
puede haber servido como barrera para que dientes, lenguas o símbolos de “aliento” que indican
los individuos no se acerquen demasiado a la presencia de un mascarón simbólico en alguna
las representaciones. Aunque el segmento del parte del cuerpo, probablemente en la cintura, y
muro decorado está solo conservado parcial- símbolos escalonados.” (Bischof 1998:63). En una
mente, es claro que el componente principal es nota a pie de página hace la siguiente aclara-
un par de figuras completas de felinos de perfil ción: “Estas lenguas en la parte central del cuerpo
que se miran uno al otro a lo largo de la entra- contradicen la reconstrucción como felinos vistos de
da. La reconstrucción del tamaño y la natura- perfil (Pozorski/Pozorski 1986). Más bien se tratará

222
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

Figura 7: Arte mural de barro hallado en el atrio trasero de Huaca A. Tomado de Pozorski,
S. y Pozorski, T. 1986, fig. 5.

Figura 8: Lápida hallada en esquina curva del atrio frontal de Huaca A. Tomado de Pozorski, T. y Pozor-
ski, S. 1988: 115, figs. 4 y 5.

223
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

[trataría] de representaciones frontales”. (Bischof ca A es foráneo o no, simplemente notamos


1998:63, nota 4). Dado que estamos plenamen- que la diferencia es substancial, lo cual podría
te de acuerdo con lo planteado por Bischof, en llevar a sospechar lo anteriormente señalado.
la figura 7 se presentan a los murales de barro Este cambio bien puede estar relacionado a lo
del atrio suroeste de Huaca A sin la reconstruc- que posteriormente sería el fenómeno Chavín,
ción publicada por los Pozorski. dado que los diseños que aparecen en Huaca
Moxeke, así como en otros asentamientos de
Bischof asocia a estos murales dentro del es-
la costa peruana, pasarían a barroquizarse aun
tilo Chavin A, lo cual deviene en ser precedente
más en el estilo Chavín B.
directo del estilo Chavín B, representado entre
otras obras por el Lanzón, tal como se dijo al ini-
cio. La presencia del mascarón, el personaje al Conclusiones e Implicancias
parecer antropormorfo situado en forma frontal de la hipótesis planteada
y los demás diseños entre zoomorfos y geomé-
tricos acusan una estilización de los motivos En resumidas cuentas, después de toda la argu-
anteriormente empleados por los estilos Sechín mentación, planteamos que Huaca A y Huaca
y Punkurí, por lo cual se le podría conferir al Moxeke no funcionaron al unísono. El emplaza-
montículo y a los motivos una fecha un tanto miento elevado de Huaca A pareciera simbolizar
más tardía que la propuesta. Otra prueba de di- una imposición de culto, tal como el atestiguado
en Pachacamac para con el templo del Sol (Fig.
cha estilización es la lápida esculpida encontra-
10). La diferencia en la lógica de ganar prestigio
da en el atrio frontal del edificio, de corte poco
simbolizado en altura puede responder a formas
realista, siendo el realismo rasgo diagnóstico del
de pensar distintas, quizá no precisamente ge-
estilo Sechín (Fig. 8). Cabe resaltar que esto no neracionales. Una vez propuesta la misma fun-
es consistente con el planteamiento de Bischof cionalidad para ambos montículos, la diferencia
relativo a que la Huaca Moxeke y sus ídolos de en cuanto a las formas de actividad ceremonial
barro pertenecen al estilo Chavín B. Pensamos entre ambos monumentos, uno más restringido
que estos últimos pertenecen a un estilo y tiem- que el otro, hace sostener mejor la idea de la
po previo al propuesto por el autor antes men- imposición. La diferencia en la utilización de
cionado, por las semejanzas entre estos íconos materiales constructivos es consistente con la
con los personajes principales del sitio de Cerro dimensión arquitectónica de esta propuesta.
Sechín, los cuales muestran extremas similitu- Los fechados radiocarbónicos no bien logrados
des en cuanto a la forma de los ojos, la nariz y la dejan entrever la fecha asignada a Huaca A,
boca (Fig. 9). así como a todo el complejo, más aun a Huaca
Moxeke, la cual nunca ha sido fechada radiocar-
A nuestro parecer, existen muy pocos
bónicamente. La poca o nula vinculación entre
rasgos que puedan vincular sincrónicamente
los discursos iconográficos expresados en ambos
al arte desarrollado en Huaca Moxeke y en monumentos aboga, sumado a lo anteriormente
Huaca A. Esto contrastado con otras líneas de citado, a un cambio de las formas ceremonia-
evidencia parece sugerir un cambio tangencial les o ideológicas tangencial una vez derrotado
en la historia del asentamiento de Pampa de el culto expresado en Huaca Moxeke, el cual
Llamas-Moxeke y de la sociedad que a ella se pensamos podría estar relacionado al arte desa-
circunscribió. Probablemente la migración de rrollado en Cerro Sechín. Al parecer en Huaca
ideas, más que la complejización de las mis- Moxeke se rendía culto a seres representados
mas, haya sido el factor decisivo en toda esta en imágenes de rostros ligeramente expresivos,
gama de cambios atestiguados. Dicha migra- mientras que el despliegue agresivo de diseños
ción, pensamos, probablemente haya implica- en Huaca A hace sugerir la presencia de per-
do también movimiento de poblaciones. No sonajes monstruosos en conjunción con anima-
estamos seguros si el arte desarrollado en Hua- les. El culto dirigido en Huaca A parece ser más

224
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

Figura 9: Semejanzas entre rostros de personajes principales del sitio de Cerro Sechín con rostro de ídolo
conservado en Huaca Moxeke. Nótese las grandes semejanzas en cuando a forma de ojos, boca y nariz.
Redibujado a partir de Tello 1956.

Figura 10: Plano de Pampa de Llamas-Moxeke según Pozorski, S. y Pozorski, T. 1989: 21, fig. 1.

225
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

agresivo, intimidante y restringido, quizá más Desde luego la propuesta aquí planteada tie-
relacionado con el posterior culto Chavín. Me ne implicancias, pero el responderlas sería caer
atrevería a decir que también es probable que en discusiones poco productivas en tanto no
Huaca Moxeke pueda incluso proceder del Ar- tengamos más datos empíricos para poder soste-
caico Tardío dadas las posibles reminiscencias nerlas. Sin embargo planteamos algunas. ¿Cómo
de arte tipo Punkurí, habida cuenta los motivos cambia el panorama si es que se logra probar la
geométricos descritos por Tello y los fechados no contemporaneidad de ambos montículos,
precerámicos que se le asignan a Cerro Sechín Huaca A y Moxeke, en base a la propuesta de
(Bischof 1998, Fuchs 1997); probablemente, tal Pozorski y Pozorski 1986, 1987, relativa a un es-
como Cerro Sechín, el funcionamiento de este tado que domina la escena política en la parte
edificio abarque un lapso de tiempo comprendi- media del valle de Casma? ¿Qué implicancias
do entre los últimos siglos del Arcaico Tardío y puede traer en el valle la introducción de un si-
los primeros del Formativo Temprano. tio de filiación externa dentro de un panorama
social netamente endémico o local vinculado al
Si acordamos que la religión en el periodo estilo Sechín? ¿Cómo queda ubicado el rol de la
Formativo fue “el” agente de cambios trascen- arquitectura intermedia del complejo de Pampa
dentales, y que la condición de centro ceremo- de Llamas-Moxeke? Respecto a lo último bien
nial implica la reproducción de atmósferas de se podría tener una imagen sesgada debido al
producción inmaterial (léase rituales), lo que hecho de que muchas estructuras de tamaño
hace que el crecimiento vertical de estructuras pequeño o intermedio ligadas a Huaca Moxeke
pueda garantizar la distinción marcada de espa- han desaparecido por haber estado en la parte
cios y el uso de estos en interacción con la ex- arable actual del valle, de modo que la muestra
periencia humana, sea individual o grupal (Rick de arquitectura intermedia parece corresponder
2008, Vega-Centeno 2006, Moore 1996), es exclusivamente a la Huaca A, la correspondien-
coherente pensar que una imposición de culto te a Huaca Moxeke se habría perdido para siem-
sería una estrategia eficaz para lograr una garan- pre, excepto por algunos fragmentos de estruc-
tía de toma de poder y decisión en la vida socio- turas, muy pequeños, destruidos y saqueados.
política del valle de Casma. Para culminar, deseamos mencionar que no
Desde luego esta hipótesis tiene limitacio- compartimos el pesimismo expresado por Shelia
nes debido a la poca representatividad de la y Thomas Pozorski en la publicación de 1986 (p.
muestra. Es posible que el estado de conser- 384). Creemos, en base a continuas y muy recu-
rrentes visitas al montículo, que Huaca Moxeke
vación de los frisos de Huaca A no sean sufi-
tiene aún un potencial muy grande por ser explo-
cientes como para confirmar esta hipótesis, sin
tado, y que gran parte de las ideas vertidas en este
embargo, al igual que lo propuesto para con los
trabajo podrían ser resueltas si es que excavamos
fechados radio-carbónicos, considero que es en dicho monumento. Si bien es cierto que la ar-
más que suficiente a nivel de indicio como para quitectura contigua a este monumento, así como
formular lo aquí planteado. Los datos presen- las primeras plazas cuadrangulares, por estar en
tados son preventivos y responden también al la parte arable del asentamiento se han perdido o
hecho de que muy poco de lo excavado en el corren peligro inminente de perderse, el montícu-
complejo ha sido publicado. Se hace necesario lo está ahí, los pozos de huaqueo no son profun-
que se publique más acerca de las temporadas dos y su carácter masivo hace que lo más seguro
de excavación, del análisis de los datos; com- sea que sus etapas constructivas previas a la iden-
pendiarlos sería una excelente iniciativa debido tificada por Tello en los años 30´s aún puedan
a que para el complejo hay mucha información reconocerse, así como los materiales y áreas de
pero publicada de forma dispersa y no ordenada. actividad diferenciadas diacrónicamente, lo cual
De todas las campañas de excavación solo se ha nos permita tener una mejor representación de
publicado un artículo exclusivo, los demás datos su rol dentro del periodo Formativo en el valle de
aparecen salpicados en sendas publicaciones. Casma y en general en los Andes Centrales.
226
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

Agradecimientos Frontera-Sur-Del-Patron-Casma-Augus-
to-Bazan-2008>.
Quiero agradecer ante todo a Rafael Vega-Cen- 2010 “El Castillo de Huaricanga, un Sitio For-
teno, porque un buen día asistí a una clase que mativo en el valle de Fortaleza”. Revista
no me correspondía y de buena gana soltó la de Investigaciones del CEAR 7, pp. 15-52.
propuesta ritual para Huaca A, dato al cual ras-
Bird, Junius
treé hasta que mis indagaciones llegaron a tomar
1948 “Preceramic culture in Chicama and
la forma ahora expuesta; luego de ello durante Virú”. American Antiquity 12(4): 21-28.
una grata conversación/almuerzo me brindó
muy buenos consejos que ayudaron a mejorar el Bird, Junius; Hyslop, John; Skinner, Milica
texto. Agradezco a Henry Tantalean por las su- 1985 “The Preceramic Excavations at the
Huaca Prieta Chicama Valley, Peru”.
gerencias brindadas, las cuales por su pertinen-
Anthropological papers of the American
cia seguí al pie de la letra. Agradezco también Museum of Natural History, vol. 62, pt.1.
a Elizabeth Cruzado a quien un buen día, frio y New York: American Museum of Natu-
lluvioso en Chavín, pedí revisar una temprana ral History.
propuesta relativa a este tema. Aunque los arre-
glos hechos en las imágenes aquí presentadas no Bischof, Henning
1994 “Toward the definition of pre- and early
sean tan bien logrados, quiero agradecer a mi
Chavin art styles in Peru”. Andean Past
hermano Emmanuel por enseñarme las pautas 4, pp. 169-228.
básicas del programa CorelDRAW X4. Por últi- 1995 “Cerro Sechín y el arte temprano cen-
mo, pero para nada menos importante, agradez- tro-andino”. Arqueología de Cerro Sechín.
co a mis padres, Rebeca y Augusto, quienes me T. II, Escultura. Lerner, S., Cárdenas, M.
han permitido estudiar y producir en esto que y Kaulicke, P. eds., pp. 157-184. Lima:
hago: Arqueología. Está demás decirlo, que la Pontificia Universidad Católica del
responsabilidad de cualquier aseveración, error Perú.
o falencia es enteramente mía. 1997 “Cerro Blanco, valle de Nepeña-Perú
– Un sitio del Horizonte Temprano en
emergencia”. Archaeologica Peruana 2.
Referencias bibliográficas Arquitectura y Civilización en los Andes
Prehispánicos. Elisabeth Bonnier y Hen-
Álvarez, Alcides; Espinoza, Juan E. ning Bischof Eds., pp. 203-234. Mann-
1997 “Mandinga: Un asentamiento tipo Aldas heim: Sociedad arqueológica peruano-
en el valle de Huarmey”. Mauq`a Llaqta alemana - Reiss-Museum.
1: 27-49. 1998 “El Periodo Inicial, el Horizonte Tempra-
no, el estilo Chavín y la realidad del pro-
Bazán, Augusto
ceso formativo en los Andes centrales”.
2008a “Relación comunidad – patrimonio ar-
Encuentro Internacional de Peruanistas
queológico en el sector Moxeke, valle de
Tomo I. Estado de los Estudios Histórico-
Casma, Perú. Aproximación al enten-
Sociales sobre el Perú a fines del Siglo XX,
dimiento entre arqueólogos y poblacio-
pp. 57-85. Lima: Universidad de Lima-
nes”. IberoamericaGlobal 1 (4), pp. 165-
Unesco-Fondo de Cultura Económica.
186. <http://iberoamericaglobal.huji.
ac.il/Num4pdf/Art_Bazan_4.pdf>. Burger, Richard
2008b “Definiendo la frontera sur del patrón 1986 “The prehistoric occupation of Chavin
Casmeño. Estudio del sitio de Huarican- de Huantar, Peru”. University of Califor-
ga, Valle de Fortaleza”. Informe final para nia publications in anthropology 14. Berke-
el curso de Prácticas Pre Profesionales III, ley: University of California Press.
dirigido por el Dr. Idilio Santilla. Univer- 1989 “The pre Chavin stone sculpture of Cas-
sidad Nacional Mayor de San Marcos. ma and Pacopampa”. Journal of Field Ar-
<http://www.scribd.com/doc/11656183/ chaoelogy 16(4), pp. 478-485.

227
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

1992 Chavin and the Origins of Andean Civili- 111-136. Peter Kaulicke y Tom Dillehay
zation. London: Thames and Hudson. Eds. Lima: Fondo Editorial de la PUCP.
1993 Emergencia de la Civilización en los Andes: Fung, Rosa
Ensayos de Interpretación. Lima: Univer- 1969 “Las Aldas: su ubicación dentro del proce-
sidad Nacional Mayor de San Marcos. so histórico del Perú antiguo”. Dédalo: re-
1996 “Chavín”. Andean Art at Dumbarton vista de arte e arqueología 9-10. Sao Paulo.
Oaks. Hill Boone, E. Ed. pp. 45-86. 1972 “Nuevos datos para el período de cerá-
Washington, D.C.: Dumbarton Oaks mica inicial en el valle de Casma”. Ar-
Research Library and Collection. queología y sociedad 7-8, pp. 1-12.
Cárdenas, Mercedes 2004 Quehaceres de la arqueología peruana:
1999 “Material diagnóstico del periodo For- compilación de escritos. Lima: Museo de
mativo en los Valles de Chao y Santa, arqueología y antropología, Centro cul-
Costa Norte del Perú”. Boletín de Ar- tural de San Marcos. Universidad Na-
queología PUCP 2. Perspectivas Regio- cional Mayor de San Marcos
nales del Período Formativo en el Perú.
Fung, Rosa; Williams, Carlos
Peter Kaulicke Ed., pp. 61-82. Lima:
1977 “Exploraciones y excavaciones en el va-
Fondo Editorial de la PUCP.
lle de Sechín, Casma”. Revista del Mu-
Castro, Pedro; Chapman, Robert; Gili, Sylvia; Lull, seo Nacional, Tomo XLIII, pp. 111-155.
Vicente; Micó, Rafael; Rihuete, Cristina; Risch, Lima: Museo Nacional de la Cultura
Roberto; Sanahuja, María Encarna Peruana.
1996 “Teoría de las prácticas sociales”. Com-
plutum Extra 6(11), pp. 35- 48. Grieder, Terence
1976 “A dated sequence of building and pot-
Collier, Donald tery at Las Haldas”. Ñawpa Pacha 13, pp.
1962 “Archaeological Investigations in the 99-120.
Casma Valley, Peru”. Akten des 34. In-
ternationalen Amerikanistenkongress, pp. Kaulicke, Peter
411-417. Viena: Congreso Internacional 1994 Los Orígenes de la Civilización Andina.
de Americanistas. Arqueología del Perú. Tomo I de Historia
General del Perú. José Antonio del Busto
Daggett, Richard (Editor General). Lima: Editorial Brasa.
1984 The Early Horizon Occupation of the Ne- 1995 “Arte y Religión en Cerro Sechín”. Ar-
peña Valley, North Central Coast of Peru. queología de Cerro Sechín. T. II, Escultu-
Tesis Doctoral. Universidad de Massa- ra. Lerner, S., Cárdenas, M. y Kaulicke,
chusetts. P. eds. pp. 185-222. Lima: Pontificia
Fuchs, Peter Universidad Católica del Perú.
1997 “Nuevos datos arqueométricos para la 2008 “La economía en el Periodo Formativo”.
historia de ocupación de Cerro Sechín- Economía Prehispánica. Carlos Contreras
Periodo Lítico al Formativo”. Archaeolo- Ed., pp. 137-230. Lima: Instituto de Es-
gica Peruana 2. Arquitectura y Civilización tudios Peruanos - Banco Central de Re-
en los Andes Prehispánicos. Elisabeth Bon- serva del Perú.
nier y Henning Bischof Eds., pp. 145- Lanning, Edward P.
161. Mannheim: Sociedad arqueológica 1967 Peru before the Incas. New Jersey: Prenti-
peruano- alemana - Reiss-Museum. ce-Hall.
Fuchs, Peter; Patzschke, Renate; Schmitz, Clau- Larco, Rafael
dia; Yenque, Germán; Briceño, Jesús 1938 Los Mochicas, Vol. I. Lima: Casa Editora
2008 “Investigaciones arqueológicas en el si- “La Crónica y Variedades”.
tio de Sechín Bajo, Casma”. Boletín de
Arqueología PUCP 10. Procesos y expre- Lumbreras, Luis Guillermo
siones de poder, identidad y orden tempra- 1971 “Towards a re-evaluation of Chavín”.
nos en Sudamérica. Primera parte, pp. Dumbarton Oaks Conference on Chavín.

228
Augusto Bazán Una hipótesis acerca de la cuestión cronológica y contemporaneidad...

Elizabeth Benson Ed., pp. 1-28. Was- Pozorski, Thomas; Pozorski, Shelia
hington: Dumbarton Oaks Research 1987 “Chavin, the Early Horizon and the Ini-
Library and Collection. tial Period”. The Origins and Development
1988 “Childe y la tesis de la revolución urba- of the Andean State. Haas, J., Pozorski, S.,
na: la experiencia central andina”. Estu- Pozorski, T. Eds. Pp. 36-46. Cambridge:
dios sobre las revoluciones neolítica y urba- Cambridge University Press.
na. Linda Manzanilla ed., pp. 349-366. 1988 “An early stone carving from Pampa
2004 “Un Formativo sin cerámica y cerámi- de las Llamas-Moxeke, Casma Valley,
ca pre formativa”. Estudios Atacameños. Peru”. Journal of Field Archaeology 15(1),
Arqueología y Antropología Surandinas pp. 114-119.
32, pp. 11-34. 1990 “Reply to The Pre Chavin Stone Sculp-
Moore, Jerry D. ture of Casma and Pacopampa”. Journal
1996 Architecture and Power in the Ancient of Field Archaeology 17(1), pp. 110-111.
Andes. The Archaeology of Public Buil- 1992 “Early stone bowls and mortars from
dings. Cambridge: Cambridge University northern Peru”. Andean Past 3, pp. 165-
Press. 186.
1993 “Early Complex Society and Ceremonia-
Pozorski, Shelia; Pozorski, Thomas lism on the Peruvian North Coast”. El
1986 “Recent Excavations at Pampa de las Mundo Ceremonial Andino. Senri Ethno-
Llamas-Moxeke, a Complex Initial Pe- logical Studies 37. Millones, L.; Onuki,
riod Site in Peru”. Journal of Field Ar- Y. Eds., pp. 45-68. Tokio: National Mu-
chaeology 13(4), pp. 381-401. Boston:
seum of Ethnology.
The association for Field Archaeology,
2005 “Architecture and Chronology at the
Boston University.
Site of Sechín Alto, Casma Valley,
1987 Early Settlement and Subsistence in the
Peru”. Journal of Field Archaeology 30(2),
Casma Valley, Peru. Iowa City: Iowa
pp. 143-161.
Press.
1989 “Planificación Urbana Prehistórica en Proulx, Donald
Pampa de las Llamas-Moxeke, Valle de 1985 “An analysis of the early cultural sequen-
Casma”. Boletín de Lima 65, pp. 19-30. ce of the Nepeña Valley, Peru”. Research
1990 “Reexaminig the Critical Preceramic/ Report, 25, Department of Anthropolo-
Ceramic Period Transition: New Data gy, University of Massachusetts.
from Coastal Peru”. American Anthropo-
logist. 92(2), pp. 481-491. Rick, John
1992 “Early civilization in the Casrna Valley, 2008 “Un análisis de los centros ceremonia-
Peru”. Antiquity 66, pp. 845-870. les del Periodo Formativo a partir de los
2002 “The Sechín Alto complex and its place estudios en Chavín de Huántar”. Bole-
within Casma Valley Initial Period de- tín de Arqueología PUCP 10. Procesos y
velopment”. Andean Archaeology I: va- expresiones de poder, identidad y orden
riations in socio-political organization, pp. tempranos en Sudamérica. Primera par-
21-51. New York: Kluwer Academic/ te, pp. 201-214. Peter Kaulicke y Tom
Plenum. Dillehay Eds. Lima: Fondo Editorial de
2006 “Las Haldas: An expanding Initial Pe- la PUCP.
riod Polity of Coastal Peru”. Journal of Rick, John; Rodríguez Kembel, Silvia
Anthropological Research 62, pp. 27-52. 2004 “Building authority at Chavín de Huán-
Pozorski, Thomas tar: Models of social organization and
1975 “El Complejo de Caballo Muerto: Los development in the Initial Period and
Frisos de barro de la Huaca de los Re- Early Horizon”. Andean Archaeology.
yes”. Revista del Museo Nacional XLI, pp. Helaine Silverman Ed., pp. 51-76. Mal-
211-251. den, MA: Blackwell Publishers.

229
Arqueología y Sociedad, Nº. 22 2010

Rick, John; Rodríguez Kembel, Silvia; Mendoza 1964 “Formative Period Architecture in the
Rick, Rosa; Kembel, John Casma Valley, Peru”. Actas y memorias del
1999 “La arquitectura del complejo ceremo- XXXV Congreso Internacional de America-
nial de Chavín de Huántar: documenta- nistas, pp. 205-212. México D.F: Congre-
ción tridimensional y sus implicancias”. so Internacional de Americanistas.
Boletín de Arqueología PUCP 2. Perspec- 1974 “Arquitectura y patrones de estableci-
tivas Regionales del Período Formativo miento en el valle de Casma”. Revista del
en el Perú. Peter Kaulicke Ed., pp. 181- Museo Nacional, Tomo XL, pp. 1-26. Lima:
214. Lima: Fondo Editorial de la PUCP. Museo Nacional de la Cultura Peruana.
Rodriguez-Kembel, Silvia Vega-Centeno, Rafael
2001 Architectural Sequence and Chronology at 1998 “Patrones y convenciones en el arte fi-
Chavin de Huantar, Peru. Tesis Doctoral. gurativo del Formativo Temprano en la
Universidad de Stanford. Costa Norte de los Andes Centrales”.
Bulletin de L´Institut Français d´Etudes
Rowe, John Andines 27(2), pp. 183-211.
1967 “Form and meaning in Chavin art”. Pe- 1995 Arquitectura monumental y arte figurativo
ruvian Archaeology. Selected Readings. del formativo temprano en la costa nor-cen-
Rowe, J., Menzel, D. Eds. Pp. 72-103. tral del Perú. Tesis de Licenciatura. Pon-
Palo Alto: Peek Publications. tificia Universidad Católica del Perú.
1971 “The influence of Chavin Art on later 2006 “El estudio arqueológico del ritual”. In-
styles”. Dumbarton Oaks Conference on vestigaciones Sociales 16, pp. 171-192.
Chavin. Benson, E. Ed. Pp. 101-124.
Washington D.C.: Dumbarton Oaks. Willey, Gordon
1970 “El problema de Chavín: revisión y crí-
Ramón, Gabriel tica”. 100 años de arqueología en el Perú.
2005 “Periodificación en arqueología pe- Roger Ravines Ed., pp.161-211. Lima:
ruana: genealogía y aporía”. Bulletin de IEP - Petroperú.
L´Institut Français d´Etudes Andines
34(1), pp. 5-33. Williams, Carlos
1978-80 “Complejos de Pirámides con Planta en
Tello, Julio Cesar U. Patrón arquitectónico de la Costa
1943 “Discovery of the Chavín culture in Central”. Revista del Museo Nacional,
Peru”. American Antiquity 9(1): 135- Tomo XLIV, pp. 95-110. Lima: Museo
160. Nacional de la Cultura Peruana.
1956 Arqueología del valle de Casma. Culturas: 1980 “Arquitectura y Urbanismo en el Anti-
Chavín, Santa. Huaylas Yunga y sub-Chi- guo Perú”. Historia del Perú, Tomo 8, pp.
mú. Informe de los trabajos de la expedición 369-585. Barcelona: Editorial Juan Me-
arqueológica al Marañón de 1937. Publi- jía Baca.
cación antropológica del archivo Julio 1985 “A scheme for the early monumental ar-
C. Tello, Vol. 1. Lima: Universidad Na- chitecture of the central coast of Peru”.
cional Mayor de San Marcos. Early ceremonial architecture in the Andes,
1960 Chavín: Cultura matriz de la civilización pp. 227-240. Christopher Donnan Ed..
andina. Primera parte. Revisada por To- Washington, D.C: Dumbarton Oaks re-
ribio Mejía Xespe. Publicación antropo- search library and collection.
lógica del Archivo “Julio C. Tello” n° 2.
Lima: Universidad Nacional Mayor de Ziólkowski, Mariusz; Pazdur, Mieczyslaw; Krza-
nowski, Andrzeg; Michczynski, Adam
San Marcos
1994 Andes: radiocarbon database for Bolivia,
Thompson, Donald Ecuador and Peru. Varsovia: Warsaw
1962 “Additional Stone Carving from the University Institute of archaeology -
North Highlands of Peru”. American Gliwice Radiocarbon Laboratory of the
Antiquity 28 (2), pp. 245-246. Institute of Physics.

230

View publication stats

También podría gustarte