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OCTUBRE-DICIEMBRE 1950

04/12/1950 p.7 Realizaron brillante jornada

: Tres valientes ciclistas de nuestra ciudad, que acaban de realizar con


todo éxito un Raid ciclístico por la vía Cuenca-Tambo-Durán

El triunfo del Raid se debe al espíritu templado y ágil de estos decididos


deportistas, que no miraron obstáculos para la realización de esta difícil
jornada, que constituye un timbre de orgullo, en la carrera deportiva.

27/12/1950 p.4 Festivales Navideños

En esta católica urbe, en donde como en ninguna otra de nuestra Nación, se conservan vivas y
latentes muchas emotivas y bellas tradiciones, reminiscencias y escenas costumbristas de
pasados tiempos de fe acendrada y de profundas y arraigadas convicciones, se ha celebrado la
Navidad de este año con diversos festivales, veladas, pases del Niño, , concursos de villancicos,
las concurridísimas y fervorosas misas de Media Noche, horas sociales, agasajos a la niñez
devalidad, concentraciones familiares intimas y cordialesen torno del “Nacimiento” hogareño
con todas las curiosidades y ofrendas ante el portal del Divino Infante, los ágapes de
terminación de 24 de diciembre y comienzos del 25, día del advenimiento memorable del
Salvador del mundo en las pajas del Pesebre.

Las campanitas de Belén han tocado a todo vuelo con sus bulliciosos y alegres esquillones; los
vates y los artistas inspirados del ritmo y la cadencia, han florecido en este año como en otros
bellísimas producciones en homenaje y espiritual pleitesía al Niño Dios.

30/12/1950 p.2 Ladrones de bicicletas Función del cine Cuenca


04/12/1950 p.7 Se tratará de mantener latente la tradición de la Navidad en Cuenca

Este año habrá Nacimiento al aire libre

Una feliz iniciativa de carácter regional patriótico, artístico, de cuencanidad, va a ser puesta en
efectivo durante la próxima fiesta de Navidad en nuestra ciudad, gracias al entusiasmo y
decisión de personas amantes de nuestro folklore, quienes no quieren ver morir todo el gusto,
el sabor de la tradición de ciertas costumbres que, como el pase del Niño y la compostura de
Nacimientos han caracterizado en los años que lleva de vida Cuenca.

Con la idea de mantener despierto el espíritu de la colectividad hacia la conservación de todas


aquellas fiestas que tienen su tipismo, su sabor netamente cuencano, este año va a
componerse el primer Nacimiento al aire libre, teniendo como principal motivo la decoración
natural que existe en la curva anterior a la entrada del puente “Centenario”

Será indudablemente bella atracción para los mismos ciudadanos de esta urbe y espectáculo
inusitado para los visitantes de fuera, que todavía no conocen de estos aspectos del folklore
nuestro.

Esta primera realización de la idea tendiente a mantener nuestras mejores costumbres, puede
servir de ejemplo para que en los barrios diferentes de la ciudad, el vecindario componga
también sus Nacimientos al aire libre, claro está, que acondicionarlos para la intemperie; quizá
desde el año próximo pueda ofrecerse estímulos para los barrios que mejor hayan presentado
en compostura, lo que ayudaría al laudable fin que se han propuesto aquellas personas que
necesariamente merecen aplauso general de la ciudadanía, por su contribución a la
conservación de nuestras fiestas tradicionales.
24/12/1950 p.4 Noche Buena

Noche de la inspiración y el ritmo, del arte y el sentimiento, de la fe y el espíritu; cantada por


los trovadores y poetas; deserita en las Pastorelas y los Autos Sacramentales de un Lope de
Vega y Calderón de la Barca y de tantos otros vates a través de las edades y en todas las
Latitudes del universo cristiano. Y en esta urbe esclarecida de la profunda y singular devoción
al Dios Niño, de todas las clases sociales, con sus tradicionales y admirables “pasos”. Esta
Noche, es Noche Buena para el alma que busca la virtud y la inocencia como de niño para
acercarse a Dios y ser de El recibido en las eternas y venturosas moradas.

Maitines y vísperas, jubilosos tañer de campanas; cistros y zampoñas pastoriles, “rondadores”


y ocarinas pífanos y dulzainas; éxodos y caravanas bullentes a las Misas de Media noche; visita
a los “Nacimientos”; cantares navideños; festivales del amor y del alma en recuerdo de la
Natividad de Nuestro Señor Jesucristo en año 42 del impero Octaviano Augusto y el 752 de la
fundación de Roma.
27/ 12/ 1950 p. 4 Simbolismos de estos días

: Durante estos días el pueblo ha seguido interpretando tradicionalmente algunos pasajes de la


vida para de esta manera hacer más liviano el tránsito por la tierra.

El payaso es una interpretación que año tras año, la sigue alimentando, como para encarar la
dureza de los tiempos. A simple vista, la máscara lleva el estímulo de una alegría, pero, muchas
de las veces nadie puede saber lo que se oculta tras de ese antifaz, dentro del antifaz está
royendo las entrañas una aguda miseria, en tanto sonríe la máscara. Tal vez, algunos quieren
momentáneamente, encubrir ese fenómeno repugnante de la miseria. Otros, tapar
ladinamente la negación completa y sistemática de su actividad dentro del conglomerado
social. O es que, a veces, el pueblo con esa mascaras quiere dar rienda suelta a sus
equivocaciones; abrir el cieno de las catástrofes; descubrir los bajos fondos y enturbiar la
pequeña quietud de las aguas corrientes del vivir ciudadano.

De todas maneras, con estas tradiciones, se quieren hacer sonreír al pueblo, pero con el
peligro de que el vicio se vaya contra la virtud, porque, la alegría poco controlada es como una
avalancha de langostas que el rato menos pensado invaden los mejores sembrados y los
destruyen, solamente dejando a su paso, un nuevo erial, un terreno inhóspito propicio para la
siembra de los males mayores.

No podríamos decir que estas tradiciones sean pocos deseables en nuestros tiempos, hay que
temer de ellas mucho. En este caso esta alerta, e atropello y el abuso en toda forma el ocio,
especialmente toma cuerpo y se entrega como negocio a disfrutar de la ocasión. La vida se
presenta feliz para el zángano, porque el pan le viene sin mayor esfuerzo, así como la
satisfacción de sus vicios. Se contempla una desigualdad de esfuerzos. Unos trabajan sin
descanso, en tanto, otros, huelgan. Entonces, la ración del trabajador se disminuye en
beneficio del holgazán. Pero, el mal no queda reflejado solo en el hecho de que se resta el
alimento de trabajador, sino en que el hombre que mezquina sus fuerzas, se acostumbra más
a la indolencia perezosa y se yergue ante la masa laboriosa, como amo de una jerarquía de
mala fe.

La alegría de los primeros momentos puede ser aceptable, si esta viene desde una intención
por conservar la tradición de los tiempos. En caso contrario, si esta alegría se deriva del anhelo
por seguir arrastrando una vida de vicios, enfangada en el alcoholismo y en otros males, las
lecciones que recibe el pueblo serian negativas a sus aspiraciones moralizadoras. Más que
negativas se las calificarían como casos venenosos, porque, a nadie se le oculta que, el ocio
solo puede triunfar en el terreno de las mayores descomposiciones. Los placeres
incontrolados, no hacen más que debilitar cada vez más, el organismo social y reducir, por
consiguiente, la zona del trabajo.

A parte de estas consideraciones sobre las interpretaciones de estos días, que llevan el nombre
de Inocentes, es de advertir excepcionalmente el papel apropiado que hacen uno de estos
disfraces. A veces, toman la vida enserio y con sus disfraces entregan en la tarea de dar
verdaderas lecciones.

Hemos contemplado como se ridiculiza y se hace campaña la vida que se encarrilla por la
soberbia. En este caso, el papel es magnífico de un payaso.

En este sentido los disfraces cumplirían con su finalidad, que no sea de hacer reír solamente,
sino de enseñar algo más. La vida de nuestro pueblo, pese a sus virtudes escasas, tiene sus
equivocaciones muy acentuadas. Muchas de las veces, no es posible acometer una obra buena
de progreso, de cultura y de noble emulación porque a lado de la virtud, está el vicio
parasitario, en su afán de desnaturalizar la categoría de la consciencia saludable. Ahí también,
peor que los vicios, está el orgullo y la envidia humana en su aspiración mezquina de atropellar
la relaciones cordiales de la sociedad y de sentar la rebelión satánica, con su marca
característica del mal. Otro de los males, constituye la ambición, morbo, peligrosísimo, que
quiere ascender por, sobre todo, aunque sea causando ruinas y con escaleras de intrigas y
pasiones perversas. Los males que hemos dejado apuntados destruyen la armonía y labran la
desgracia social. Estas aspiraciones nocivas deben ser combatidas en todo momento, y nada
más apropiado, el tiempo de la alegría, mediante sus tradiciones. Que ellas enseñen y no
hagan degenerar la vida. Que construyan y no arrasen lo poco de bueno que conserva el
pueblo, en cuanto a sus virtudes. Que nos hagan más dignos, equilibrados en orden, en
armonía y en ideales, en vez de que sean ataques desentonados a la misma dignidad que
anhelamos, y manifestaciones de rezagos primitivos, que en fuerza de la cultura, permanecen
tapados, pero latentes en espera de climas y cultivadores perversos.
09/11/1950 p. 2 Teatros y cines de la ciudad

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