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7.

Trastorno explosivo intermitente

El trastorno explosivo intermitente (TEI) es un trastorno externalizante que se caracteriza


por episodios recurrentes de agresividad producidos por la imposibilidad de controlar
impulsos (Zapata & Palacio, 2016). Según Morrison (2015) en el DSM-V se encuentra dentro
de los Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta en el código
F63.81 [312.34], mencionando que las manifestaciones que adopta ese infierno particular
pudieran ser tan sólo verbales, pero existe la posibilidad de violencia física real. En cualquier
caso, la situación puede escalar con gran rapidez, en ocasiones hasta el punto en que un
individuo pierde por completo el control. Rara vez todo el episodio dura más de media hora,
y pudiera terminar con la expresión de remordimiento de parte de la persona (pág.385).

El TEI se presenta acompañado de otros trastornos mentales, entre otros por consumo de
sustancias, de estado de ánimo y de ansiedad.  Los niños y adolescentes con TEI tienen una
baja tolerancia a la frustración y se enojan de manera desproporcionada por pequeñas
molestias. Los arrebatos de comportamiento se manifiestan como menciona la Asociación
Americana de Psiquiatría (2014):

 Agresiones verbales (por ejemplo, berrinches, rabias, discusiones, peleas)

 Agresiones físicas hacia la propiedad, animales u otros individuos

Algunos niños y adolescentes con TEI se involucran en agresiones verbales o físicas que
causan daños o destrucción de propiedad o lesiones físicas a animales u otras personas. Otros
tienen episodios menos graves de agresión verbal y física que no causan lesiones ni
destrucción. La magnitud de la agresión expresada durante los arrebatos recurrentes es
totalmente desproporcionada con la provocación o con cualquier factor de estrés psicosocial
precipitante. Los arrebatos recurrentes no son premeditados, ni son para lograr un objetivo
tangible como el dinero, el poder o la intimidación.
Como lo menciona Mindyra (2019), el TEI es tratable, sin embargo, existen pocos estudios
controlados para el tratamiento. La investigación clínica sugiere que los siguientes
tratamientos están indicados para el tratamiento de niños y adolescentes con TEI:

 La terapia cognitivo-conductual individual: se utiliza para ayudar a los niños y


adolescentes con TEI a saber qué situaciones desencadenan sus episodios de cólera. A
través de la TCC, pueden aprender a reconocer y manejar su enojo de una manera
saludable y sin interrupciones. Un terapeuta trabaja con el paciente y la familia (y,
cuando corresponda, con los maestros) para manejar y prevenir los episodios
explosivos.
 Intervenciones psicofarmacológicas: pueden resultar en la mejora de la conducta de
oposición. La medicación para los jóvenes con trastorno de oposición desafiante se
debe utilizar junto con otras intervenciones.
 ISRS como la fluoxetina
 Antiepilépticos como la fenitoína, el litio, la carbamazepina y la
oxcarbazepina

8. Trastorno de Conducta

El trastorno de conducta se manifiesta a través de un patrón repetitivo y persistente


de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas
sociales propias de la edad (Fundación CADAH, 2016). Los niños y adolescentes con el
trastorno de conducta son muy visibles y presentan un grupo complicado de problemas
emocionales y de comportamiento. La característica esencial de este trastorno es
característica esencial de este trastorno es un mal comportamiento que es serio, repetitivo y
persistente repetitivo y persistente (Parrado & Sais, 2009).

Presenta un patrón repetitivo y persistente de comportamiento, caracterizado por una


violación sistemática de los derechos de otras personas, así como por el incumplimiento de
una serie de normas sociales propias de la edad (agresión a personas y animales, destrucción
de la propiedad, fraudulencia o robo, violaciones graves de normas), debiendo especificarse
la gravedad y el momento de inicio (infancia o adolescencia) (Asociación Americana de
Psiquiatría, 2014; Parrado & Sais, 2009). 312.81 (F91.1) Tipo de inicio infantil: Los
individuos muestran por lo menos un síntoma característico del trastorno de conducta antes
de cumplir los 10 años (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).

El tratamiento de los TC debe ser multimodal, básicamente a través de la psicoterapia


cognitiva y conductual, entrenamiento de padres y profesores y, en los casos graves,
farmacológica. Se denomina multimodal, debido a que es necesaria la intervención mediante
distintas modalidades terapéuticas. El tratamiento principal es la psicoterapia cognitiva y
conductual. Las estrategias conductuales han demostrado su efectividad en la reducción de
las conductas-problema y en la mejoría de los síntomas del comportamiento. También, es
necesario el entrenamiento de padres, educadores y maestros en técnicas de modificación del
comportamiento y resolución de conflictos. Debe existir una adecuada coordinación entre
todos los profesionales implicados. La utilización precoz de estas medidas mejora el
pronóstico (Parrado & Sais, 2009; Rodríguez, 2017). La aplicación de las medidas
psicológicas se realiza en todos los contextos del niño: escolar, familiar y social. Es preciso
analizar las variables que inciden en el comportamiento, como: la edad, el nivel de desarrollo
o las características familiares, para poder establecer un adecuado plan terapéutico adaptado a
las necesidades reales. El tratamiento farmacológico, principalmente mediante neurolépticos
atípicos, se debe reservar para situaciones en las que la expresividad de los síntomas o la
evolución del cuadro clínico lo requieran. En los casos más graves, es necesario recurrir a
otras medidas, como el internamiento en centros terapéuticos especializados en trastornos
conductuales (Rodríguez, 2017).

9. Trastorno de desregulación descriptiva del estado se ánimo

El trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo se caracteriza por


irritabilidad generalizada, intolerancia y frustración, pero la impulsividad y la atención
desorganizada no son las características principales. Sin embargo, la mayoría de los niños y
los adolescentes con este trastorno tiene síntomas que también cumplen los criterios del
TDAH, que se diagnostica por separado. El TDDEA es un trastorno de clasificación reciente
y hasta la fecha se han llevado a cabo pocos estudios de tratamientos específicos para este
trastorno. Los tratamientos actuales se basan principalmente en investigaciones centradas en
otros trastornos infantiles relacionados con la irritabilidad (como la ansiedad y el trastorno de
déficit de atención con hiperactividad). Afortunadamente, muchos de estos tratamientos
también funcionan para el TDDEA.

Generalmente, el tratamiento para el TDDEA incluye ciertos tipos de psicoterapia como la


terapia cognitiva conductual enseña habilidades de afrontamiento para controlar el enojo y
formas de identificar y reorientar las percepciones distorsionadas que contribuyen a los
arrebatos. La terapia dialéctica conductual para niños con TDDEA. Este tipo de terapia puede
ayudar a los niños a aprender a regular sus emociones y evitar arrebatos extremos o
prolongados. En este tipo de terapia, ayuda a los niños a aprender habilidades que pueden
contribuir al control de sus estados de ánimo y emociones. a veces, medicamentos los cuales
aún no hay aprobados, pueden recetarse ciertos medicamentos, como estimulantes,
antidepresivos y antipsicóticos atípicos, para ayudar a aliviar los síntomas. En muchos casos,
primero se contempla la psicoterapia y luego se añaden los medicamentos. Sin embargo, a
veces, los proveedores recomiendan que el niño reciba tanto psicoterapia como
medicamentos al comienzo de su tratamiento.

Bibliografía

Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los tras-


tornos mentales (DSM-5®) (E. M. Panamericana (ed.); 5ta Edició).

Fundación CADAH. (2016). Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y la


conducta. Fundación CADAH.
https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/trastornos-disruptivos-del-control-de-los-
impulsos-y-la-conducta.html

Mindyra. (2019). El trastorno explosivo intermitente en niños y adolescentes. Mindyra Health


Corporation. https://www.mindyra.com/es-cr/solutions/child/intermittentexplosive

Morrison, J. (2015). DSM-5 : Guía para el diagnóstico clínico. In E. M. Moderno (Ed.),


Journal of Chemical Information and Modeling (1a edición).

Parrado, F., & Sais, M. (2009). Máster en Paidopsiquiatría: Trastornos de Conducta.


http://www.paidopsiquiatria.cat/files/Trastorno_Conducta_0.pdf

Rodríguez, P. (2017). PEDIATRÍA INTEGRAL. Pediatría Integral, XXI(2), 73–81.


https://www.adolescenciasema.org/ficheros/PEDIATRIA INTEGRAL/Trastornos del
comportamiento.pdf

Zapata, J. P., & Palacio, J. D. (2016). Trastorno explosivo intermitente: un diagnóstico


controversial. Revista Colombiana de Psiquiatría, 45(3), 214–223.
https://doi.org/10.1016/j.rcp.2015.11.001

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