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Barry y Chorley - Atmósfera Tiempo y Clima
Barry y Chorley - Atmósfera Tiempo y Clima
índice de materias
Agradecimientos I
Sociedades científicas 2
Directores 2
Editores 3
Organizaciones 5
Científicos 6
Prefacio 7
Prefacio a la segunda edición 9
Prefacio a la tercera edición 11
Prefacio a la cuarta edición 12
Introducción 13
468
Agradecimientos
A2 Nomogramas de altitud, presión, longitud y temperatura 471
A3 Mapas sinópticos del tiempo 472
A4 Unidades del sistema internacional (SI) 475
Problemas 477 El presente libro tuvo su origen en un manuscrito original de R. J. Chor-ley y
Capítulo 1 477 A, J. Dunn y los autores desean hacer constar su agradecimiento por la
Capítulo 2 478 importante contribución de A. J. Dunn al primer borrador del mismo.
Capítulo 3 479 Los autores agradecen también al Dr. F. Kenneth Haré, del Birbeck
Capítulo 4 479 College de Londres, ahora en la Universidad de Toronto, Ontario, la
Capítulo 5 480 competente revisión que hizo del total del texto preliminar y las valiosas
Capítulo 6 481 sugerencias que aportó para el perfeccionamiento del mismo; al Sr. Alan
Capítulo 7 481 Johnson, del Barton Peveril School de Eastleigh, Hampshire, sus valiosos
Capítulo 8 482 comentarios sobre los capítulos I-III, y al Dr. C. Desmond Walshaw,
Soluciones de los problemas 483 anteriormente del Cavendish Laboratory de Cambridge, y al Sr. R. H. A.
índice geográfico 484 Stewart, del Nautical College de Pangbourne, las vajiosas críticas y suge-
índice alfabético general 489 rencias que aportó en el estadio preliminar de la preparación del manuscrito.
También quieren expresar su gratitud a los siguientes científicos por sus
útiles comentarios con respecto a la cuarta edición: al Dr. Brian Knapp de la
Leighton Park School de Reading; al Dr. L. F. Musk de la Universidad de
Manchester; al Dr. A. H. Perry del University College de Swansea; al Dr. R.
Reynolds de la Universidad de Reading; y al Dr. P. Smithson de la
Universidad de Sheffield. Asimismo agradecer al Profesor R. A. McCance su
diario interés en los problemas que aquí se tratan. Los autores aceptan la
responsabilidad plena de cualquier error que pueda haber quedado en el texto.
Los grabados se deben a los cartógrafos y fotógrafos de los Departa
mentos Geográficos de las Universidades de Cambridge (Sr. R. Blackmore,
Sr. R. Coe, Sr. I. Gulley, Srta. R. King, Sr. C. Lewis, Sra. P. Lucas, Srta. G.
Seymour, Sr. A. Shelley y Sr. M. Young) y de Southampton (Sr. A. C. Clarke,
Srta. B. Manning y Sr. R. Smith).
Queremos dar también las más expresivas gracias a nuestras esposas por Transactions of the American Geophysical Union por la fig. 7.5.
su constante estímulo y paciencia. Zeitschrift für Geomorphologie por la fig. 7.4 de Supplement 21.
Los autores quisieran agradecer también a las siguientes sociedades
científicas, directores, editores, organizaciones y científicos el permiso otor- Editores
gado para reproducir figuras, tablas y láminas. .
Academic Press, Nueva York, por la fig. 6.12 de Monsoon Meteorology por
C. S. Ramage.
Sociedades científicas
Alien and Unwin, Londres por las figs. 1.16 y 1.18B de Oceanography for
American Geographical Society por la fig. 1.31 de Geographical Review. Meteorologists por H. V. Sverdmp.
American Meteorological Society por la fig. 4.19 de Bulletin; por las figuras Cambridge University Press por la fig. 3.21 de World Weather and Climate
3.27 y 4.8 de Journal of Applied Meteorology; y por las figuras 4.2B y por D. Riley y L. Spalton; por la fig. 6.26 de The Warm Desert
4.4B de Meteorological Monographs. Environment por A. Goudie y T. Wilkinson; y por la fig. 7.17 de The
American Planning Association por la fig. 7.26 de Journal. Tropical Rain Forest por P. W. Richards.
Association of American Geographers por la fig. 2.29 de Annals; y por la Cleaver-Hume Press, Londres, por la fig. 3.13 de Realms of Water por
fig. 4.27 de Resource Paper 11. Ph. H. Kuenen.
Geographical Association por la fig. 2.2 de Geography. The Controller, Her Majesty's Stationery Office (derechos de la Corona
Institute of British Geographers por las figs. 2.25, 2.26B, 7.19 y 7.27 de reservados) por la fig. 2.8 de Geophysical Memoir 102 para J. K.
Transactions; y por la fig. 8.6 de Atlas of Drought in Britain, 1975-76 Bannon y L. P. Steele; por la fig. 1.17 de Meteorological Office
por J. C. Doornkamp y K. J. Gregory (eds.). Scien-tific Paper 6, m. o. 6S5 por F. E. Lumb; por la fig. 2.6 de Ministry of
Institution of Civil Engineers por la %. 2.26A de Proceedings. Agriculture Technical Bulletin 4 por R. T. PearI et al; por las figs. 3.32 y
National Geographic Society por la lámina de National Geographic Pie-ture 7.1A de Meteorological Magazine, por las figs. 4.9 y 4.12 de A Course
Atlas of Our Fifty States. in Elementary Meteorology por D. E. Pedgley; por la figura 4.13 de
Royal Meteorological Society por las figs. 1.1, 2.16, 2.19, 4.10, 5.4, 5.5, 6.2 British Weather in Maps por J. A. Taylor y R. A. Yates (MacMillan,
y 6.21 de Quarterly Journal; por la fig. 8.3 de World Climate 8000-0 Londres); por la fig. 4.24 de Geophysical Memoir 106 por D. E. Pedgley;
BC; y por las figs. 1.13, 2.5, 4.25 y 7.20B, y las láminas 16, 17 y 21 de por las figs. 5.20 y 5.21 de Weather in the Mediterranean 1, 2.a ed.
Weather. (1962); y por el tefigrama en que se basa la 2.10 de RAF Form 2810.
Royal Society of London por la fig. 4.22 y la lámina 10 de Proceedings, J. M. Dent, Londres por la fig. 5.17 de Canadian Regions por D. F. Put-nam
Section A. (ed.).
Elsevier, Amsterdam, por la fig. 6.27 de Climates of Australia and New
Zealand por T. Gentilli (ed.).
Directores Folia Geographica Dánica, Copenhague, por la fig. 8.4 por L. Lysgaard.
Endeavour por la fig. 2.21. Harvard University Press, Cambridge, Mass., por las figs. 1.18A, 1.22, 7.11,
Erdkunde por las figs. Ap. 1 .IB y Ap. 1.2. 7.12B y 7.13A de The Climate Near the Ground (2.1 ed.) por R. Geiger.
Geographical Reports of Tokyo Metropolitan University por la fig. 6.23. Hutchinson, Londres por las figs. 7.20A y 7.24 de Climate of London por T.
Meteorological Magazine por las figs. 3.32 y 7.1 A. J. Chandler.
Meteorological Monographs por las figs. 4.2B y 4.4B. fustus Perthes, Gotha, por la fig. 2.28 de Petermanns Geographische Mitte-
Meteorologische Rundschau por las figs. 5.22 y 7.8. ilungen, Jahrgang 95.
New Scientist por las figs. 4.23 y 4.28. Macmillan, Londres por la fig. 4.13 de British Weather in Maps por J. A.
Progress in Physical Geography por las figs. 7.23 y 8.7. Taylor y R. A. Yates.
Review of Geophysical and Space Physics por la fig. 4.11. McGraw-Hill Book Company, Nueva York, por la fig. 2.24 de Handbook
Science por las figs. 7.22C y 8.5.
Tellus por las figs. 5.6, 5.7, 6.13 y 6.19.
of Meteorology por F. A. Berry, E. Bollay y N. R. Beers (eds.); por la Weidenfeld and Nicolson, Londres, por la fig. 4.18 de Climate and Wea-ther
figura 3.33 de Dynamical and Physical Meteorology por G. J. Haltiner y por H. Flohn.
F. L. Martin; por las figs, 7.12A y 7.13B de Forest Influences por ]. Westview Press, Boulder, Colorado, por la fig. 1.3 de Climate Change and
Kittredge; por la fig. 2.9 de Introduction to Meteorology por S. Society por W. W. Kellogg y R. Schware.
Petterssen; por las figs. 2.9, 2.20 y 3.22 de Introduction to Meteorology John Wiley, Nueva York, por la fig. 1.19A de Physical Geography (2.a ed.)
por S. Petterssen; por las figs. 3.8 y 6.5 de Tropical Meteorology por H. por A. N. Strahler; por las figs. 8.2, Ap. 1.3, Ap. 1.4 y la tabla Ap. 1.1 de
Riehl; por las figs. 3.8 y 6.5 de The Earth's Problem Clima-tes por G. T. Physical Geography (3.a ed.) por A. N. Strahler; por las figuras 1.7E, 1.8
Trewartha, y por la fig. 1.30 de Handbook o} Geophy-sics and Space y 2.18 de Introduction to Physical Geography por A. N. Strahler; por la
Environments por Shea L. Valley (ed.). fig. 1.10 de Meteorology, Theoretical and Applied por E. W. Hewson y
Methuen, Londres, por las figs. 2.1, 3.29 y 3.31 de Models in Geography por R. \V. Longley; y por la fig. 7.IB de Weather and Climate Modification
R. J. Chorley y P. Haggett (ed.). por W. N. Hess (ed.).
North-Holland Publishing Company, Amsterdam, por la fig. 2.27 de
Journal of Hydrology.
Oliver and Boyd, Edimburgo, por la fig. 7.10 de Fundamentáis of Forest Organizaciones
Biogeocoenology por V. Sukachev y N. Dylis.
Pitman, Londres, por la fig. 3.16 de Tropical and Equatorial Meteorology Deutscher Wetterdienst, Zentralamt, Offenbach am Main, por la fig. 6.22.
por M. A. Garbel. Environmental Science Services Administration (ESSA), por las láminas
8, 14, 15, 17, 18 y 24. Geographical Branch, Dept. of Energy, Mines and
Princeton University Press por las figs. 5.17 y 5.18 de The Moisture Balance
Resources, Ottawa,
por C. W. Thornthwaite y }. R. Mather; y por la fig. Ap. 1.5 de Design
with Climate por V. Olgyay. por la fig. 5.9 de Geographical Bulletin. National Aeronautics and Space
Administration (NASA), por las láminas
D. Reidel, Dordrecht, Holanda, por la fig. 7.23 de Interactions of Energy
3, 11, 19, 25, 27 y 31. Naval Weather Service Command, Washington
and Climate por W. Bach, J. Pankrath y J. Williams (eds.).
DC, por las figs. 3.17 y
Scientific American Inc., Nueva York, por la fig. 1.2 por G, N. Plass; y por
3.24. New Zealand Meteorological Service, Wellington, Nueva Zelanda,
la fig. 1.25 por R..E. Newell. por las
Springer-Verlag, Viena y Nueva York, por la fig. 1.32 de Meteorologis-che figuras 6.20 y 6.24 de Proceedings of the Symposium on Tropical
Rundschau; y por las figs. 2.23 y 3.9 de Archiv fiir Meteorologie, Meteorology por J. W. Hutchings (ed.). Press Association-Reuters Ltd.,
Geophysik und Bioklimatologie. Londres, por la lámina 5. Quartermaster Research and Engineering
Time-Life Inc., Amsterdam, por la lámina de The Grand Canyon por R. Command, Natick, Mass., por
Wallace. la fig. 5.12 por J. N. Rayner. United Nations Food and Agriculture
University of California Press, Berkeley, por la fig. 6.7 y la lámina 26 de Organization, Roma por la figu-
Cíoud Structure and Distributions over the Tropical Pacific Ocean por 7.16B de Forest Influences. United States Department of Agriculture,
}. S. Malkus y H. Riehl. Washington DC, por las figuras 7.15B y 7.16A de Climate and Man. United
University of Chicago Press, por las figs. 1.6, 1.9, 1.22, 1.27, 2.4, 7.6, 7.7 y States National Air Pollution Administration, Washington DC,
7.9 de Physical Climatology por W. D. Sellers. por las figs. 7.18 y 7.21 de Public Health Service Publication No.
University of Wisconsin Press, Madison, por la fig. 6.23 de The Earth's AP-63. United States Weather Bureau por las figs. 2.23, 3.10, 3.23, 3.34,
Problem Climates por G. T. Trewartha. 3.35
Van Nostrand Reinhold Company, Nueva York, por la fig. 6.25 de En- y 4.21, y la lámina 1 de Monthly Weather Review; y por la fig. 4.16
ciclopedia of Atmospheric Sciences and Astrogeology por R. W. de Research Paper 40. World Data Center — A for Glaciology, Boulder,
Fair-bridge (ed.). Colorado por la lámina 20.
Walter De Gruyter, Berlín, por la fig. 5.1 de Allgemeine Klimageogra-phie
por J. Blüthgen.
World Meteorological Organizador! por la fig. 1.21 y las láminas 2, 12 y 13
de Technica! Note 124.
Científicos
Dr. C. F. Armstrong y Dr. C. K. Stidd, del Desert Research Institute,
Universidad de Nevada, por la fig. 2.27.
Dr. August H. Auer Ir., de la Universidad de Wyoming, por la lámina 28.
Mr. P. E. Baylis, de la Universidad de Dundee, y Dr. R. Reynolds, de la
Universidad de Reading, por la lámina 30. Prefacio
Dr. R. P. Beckinsale, de la Universidad de Oxford, por las modificaciones a
la fig. 4.7 sugeridas.
Mr. R. Bumpas, del National Center for Atmospheric Research, Boukler, por
la lámina 6. Los rápidos avances de los últimos diez o quince años en nuestro conoci-
Dr. G. C. Evans, de la Universidad de Cambridge, por la fig. 7.17A. miento de los procesos atmosféricos y de los climas del globo hacen esencial
Dr. H. Flohn, de la Universidad de Bonn, por las figs. 3.26 y 6.11. una revisión continua de los métodos de enseñanza y del contenido de los
Dr. S. Gregory, de la Universidad de Sheffield, por la fig. 6.10. libros de texto. Por fin ha sido abandonado el concepto tradicional de la
Mr. Ernst Haas, por la lámina 4. meteorología como simple estadística por la mayoría de los que se interesan
Dr. S. L. Hastenrath, de la Universidad de Wisconsin, por las figs. 1.31 y en la investigación de los mecanismos básicos de la diferenciación climática,
2.27. pero los estudios de climatología sinóptica y dinámica que se encuentran en
Dr. L. H. Horn y Dr. R. A. Bryson, de la Universidad de Wisconsin, por los trabajos científicos no aparecen por lo general en libros de texto
la fig. 5.10. . elementales.
Mr. E. Lantz, por la lámina 22. El propósito de los autores es contribuir a rellenar este hueco, espe-
Dr. F. H. Ludlam, del Imperial College, Londres, por las láminas 16 y 21. cialmente para aquellos que estudian meteorología y climatología en cursos
Dr. Kiuo Maejima, Universidad Metropolitana de Tokyo, por la fig. 6.23. elementales de los Departamentos Geográficos de los Colleges o Uni-
Dr. Brooks Martner, de la Universidad de Wyoming, por la lámina 9. versidades. Al mismo tiempo, los estudiantes de disciplinas relacionadas con
Dr. T. R. Oke, por las figs. 3.12A y C, 7.IB, 7.2A y B, 7.5, 7.14, 7.18C y D, la meteorología, como son la agricultura, la ecología y la hidrología, y todos
7.21, 7.22B y C, y 7.25. aquellos que se interesen por la atmósfera y el tiempo encontrarán una
Mr. D. A. Richter, de Analysis and Forecast División, National Meteoro- introducción básica a ideas modernas en el presente libro. Algunos de los
conceptos que se introducen están bastante por encima del alcance general de
logical Center, Washington DC, por la fig. 4.21.
los cursos de los niveles mencionados, por lo que este libro puede servir
Dr, R. S. Scorer, del Imperial College, Londres y Mrs. Robert F. Symons, también como base para un estudio más avanzado. La bibliografía
por la lámina 7. proporciona la guía necesaria para una ampliación de conocimientos. No se
Dr. B. A. Sheppard, del Imperial College, Londres, por la lámina 18. pretende dar un resumen exhaustivo de los climas regionales, sino que,
Dr. A. N. Strahler, de Santa Barbara, California, por las figs. 1.7E, 1.8, mediante el examen del tiempo y del clima de las latitudes medias del
1.19A. 2.18, 8.2, Ap. 1.3 y Ap. 1.4; y por la tabla Ap. 1.1. hemisferio norte y de los trópicos, en función de una serie diversa de temas, se
espera proporcionar al lector los medios para apreciar suficientemente los
controles climáticos a fin de que pueda aplicar él mismo estas ideas a
cualquier otro lugar.
Los tres primeros capítulos versan sobre la naturaleza de la atmósfera: su
balance de energía y humedad y su movimiento. En el capítulo ,
cuarto se estudian las masas de aire y las procesos que conducen a la
formación de depresiones frontales y de otras clases. En los capítulos si-
guientes se utilizan estos conceptos básicos y algunos otros que es necesario
introducir, para examinar las características climáticas de las latitudes medias
y de los trópicos. El libro concluye con una breve consideración acerca de las
modificaciones que producen en el clima los medios urbanos y forestales y
acerca de la variación inherente del clima con el tiempo. En el apéndice 1 se
da como referencia un breve resumen de los principales esquemas de
clasificación climática. Vale la pena insistir en que la distinción entre tiempo
y clima es arbitraria. Las condiciones climáticas medias pueden ser
especificadas para lugares y períodos de tiempo determinados, pero cada uno
de los factores individuales que contribuyen al clima varían continuamente Prefacio a la segunda edición
en el espacio y en el tiempo. Éste es el punto fundamental que ilustra el
enfoque del presente libro: sólo puede entenderse el clima mediante el
conocimiento del funcionamiento de la atmósfera.
R. G. BARRY R. J. CHORLEY El caluroso recibimiento dispensado a la primera edición de este libro nos ha
Departamento de Geografía Departamento de Geografía animado a preparar la segunda, tanto para seguir el ritmo del rápido
de la Universidad de la Universidad desarrollo que actualmente experimentan la meteorología y la climatología
de Southampton de Cambridge como para cubrir algunos huecos que se apreciaban en la edición original.
Se han incorporado a lo largo del texto diversas sugerencias para mejorar
la presentación; las principales revisiones o adiciones afectan a los temas
siguientes: el balance de energía de la tierra y el modelo espacial de los
componentes del balance de calor; gradientes; efectos de la orografía sobre la
precipitación; la circulación en la superficie del océano y los efectos
climáticos a ella asociados; vorticidad, sistemas mesoscáli-dos en las
latitudes medias; aspectos del clima de América del Norte, la región
subártica, el Mediterráneo y Asia oriental; variabilidad de la precipitación y
clasificación, de los climas.
Se han incluido más de treinta figuras y varias láminas nuevas, acom-
pañadas de nuevas referencias. Al efectuar estos cambios hemos procurado
evitar que el libro se convirtiese, por su propósito y contenido, en demasiado
ampliado o avanzado para poder servir como texto de introducción.
Esperamos que esta edición seguirá constituyendo, para todos sus lectores,
una relación actual y de fácil comprensión de los fenómenos meteorológicos
y climatológicos de la tierra.
En el primer prefacio supusimos que los términos de climatología si-
nóptica y dinámica no requerían explicación. Sin embargo, puede ser útil
recordar que la climatología dinámica trata esencialmente de los funda-
mentos físicos y dinámicos de los modelos de circulación atmosférica ba-
sados en generalizaciones de los datos meteorológicos, mientras que la
climatología sinóptica interpreta los climas locales o regionales con relación
a la circulación en gran escala. Aunque se introducen algunas ideas
básicas sobre climatología dinámica (particularmente en los capítulos 1, 3 y
4), hacemos más hincapié en el segundo tema en las secciones del libro que
estudian cada región en particular.
Los importantes cambios aplicados a la presente edición incluyen la nueva La finalidad del presente libro es proporcionar una visión no técnica de cómo
redacción sustancial de los capítulos 7 y 8; la actualización y estandarización actúa la atmósfera, desarrollando de este modo la comprensión de los
de las unidades tanto en el texto como en muchas figuras modificadas; la fenómenos meteorológicos y de los climas globales. La atmósfera, que es
edición de más de treinta nuevas figuras y láminas; y la adición y vital para la vida terrestre, es una envoltura somera, que equivale en espesor a
actualización de mucho material a lo largo del presente volumen. Estos menos del 1 % del radio terrestre. La mayoría de los fenómenos
cambios incluyen, en particular, material sobre la radiación solar en el meteorológicos se forman y desvanecen en los 10 km inferiores. Se cree que
capítulo. 1; mecanismos de las tormentas y la sequía en el capítulo 2; las la atmósfera terrestre ha evolucionado hasta su forma y composición presente
características de los sistemas mesoscálicos de precipitaciones y la estructura hace como mínimo 400 millones de años, cuando se desarrolló sobre la tierra
de los tornados en el capítulo 4;. y las características climáticas de las una extensa cubierta vegetal. Su presencia proporciona un escudo
perturbaciones que tienen lugar dentro de las células anticiclónicas indispensable' contra la nociva radiación solar, y los gases contenidos en ella
subtropicales continentales en el capítulo 6. En el capítulo 7 se han revisado y mantienen la biosfera animal y vegetal de la que depende la vida humana.
ampliado los tratamientos de las superficies con vegetación, los climas Sobre la mayor parte del globo, el estado de la atmósfera está muy lejos
urbanos, la polución y la producción humana de calor; y el capítulo 8 se ha de ser constante, en respuesta a procesos meteorológicos variables. Los
vuelto a redactar para incluir en él nuevo material sobre la naturaleza y causas extremos del tiempo —temporales, ventiscas, tornados, riadas— afectan
de los cambios climáticos. Se han añadido resúmenes al final de los capítulos. drásticamente las actividades humanas y frecuentemente tienen como
resultado la pérdida de vidas humanas, aunque se hayan anunciado con
R. G. BARRY R. J. CHORLEY Sidney Sussex anticipación. Así, al pretender entender los fenómenos atmosféricos, po-
Instituto Cooperativo para College Universidad de demos esperar que se puedan, predecir sus variaciones bruscas y en algunos
la Investigación de las Cambridge Inglaterra casos controlarlas o modificarlas de forma beneficiosa. Este amplio propósito
Ciencias Ambientales y constituye el campo de las ciencias atmosféricas. La meteorología trata
Departamento de Geografía específicamente de la parte física de los procesos del tiempo. Los sistemas
de ¡a Universidad de Colorado meteorológicos —que producen la gama de estadios instantáneos de la
Boulder, Colorado 80502. U.S.A. atmósfera— difieren en tamaño y duración (lám. 1). Comúnmente se admiten
cuatro escalas: los sistemas mesoscálicos, tales como las tormentas, que se
extienden horizontalmente unos 10 km, con una duración de unas pocas
horas; los sistemas a escala sinóptica, como los
ciclones de las latitudes medias y las tormentas tropicales, que tienen un
diámetro de unos pocos miles de kilómetros y una vida de unos- 5 días; las
ondas a escala planetaria en la circulación atmosférica, de una extensión de
unos 5000 a 10 000 km y que generalmente persisten durante varias semanas;
y además, los remolinos a pequeña escala cerca de la superficie terrestre y los
procesos que tienen lugar dentro de la cubierta vegetal son el objetivo de la
micrometeorología.
El clima comprende las más amplias escalas de tiempo que operan en la
atmósfera. A veces se contempla vagamente como «tiempo promedio», pero
tiene más sentido definir el clima como el estadio a largo plazo de la
1
atmósfera que comprende el efecto agregado de los fenómenos me-
teorológicos tanto los valores medios como los extremos. También es co- Composición y energía
rriente distinguir los macroclimas regionales y globales, por un lado, de los
climas locales o topográficos relacionados con la configuración del terreno atmosférica
(valles, laderas de las colinas), por el otro.
La estructura de este libro representa este punto de vista. En primer lugar
nos ocuparemos de la composición y estructura de la atmósfera y de su papel
en el intercambio global de energía, el balance de humedad y los sistemas de
vientos. Luego se discuten el clima y el tiempo en las latitudes bajas y medias, A. COMPOSICIÓN DE LA ATMÓSFERA
y finalmente, los climas a pequeña escala y el cambio climático. La clave de
los procesos atmosféricos es la energía radiante procedente del sol que 1. La atmósfera en general
reciben la tierra y su atmósfera. Para poder estudiar la recepción de esta El aire no es un compuesto químico, sino una mezcla mecánica de gases. La
energía debemos empezar por considerar la naturaleza de la atmósfera, su tabla 1.1 ilustra la composición media del aire seco y muestra que cuatro
composición y sus propiedades básicas. gases, nitrógeno, oxígeno, argón y dióxido de carbono, constituyen el 99,98
% de su volumen. Además, las observaciones mediante cohetes espaciales
dan como resultado que estos gases se encuentran en una mezcla de
proporciones notablemente constantes hasta unos 80 km.
Además de estos gases, el vapor de agua, que es mucho más variable en
cuanto a su presencia en el espacio y en el tiempo, es un constituyente
atmosférico vital. Este tema se discutirá más ampliamente más adelante. En
la atmósfera también existen cantidades significativas de aerosoles, que son
partículas suspendidas de sales marinas, polvo (particularmente silicatos),
materia orgánica y humo. Provienen tanto de fuentes naturales como de las
actividades humanas.
Una vez descritas las generalidades anteriores sobre la atmósfera, es
necesario precisarlas, estudiando las variaciones que tienen lugar en su
composición con la altura, la latitud y el tiempo.
1
Proporción de mezcla = masa de ozono por unidad de masa de aire seco. Densidad = masa
por unidad de volumen.
transporte, aunque no parece tratarse de una circulación simple y directa. En el
hemisferio sur existe una distribución, semejante a la de la figura 1.1, excepto
que desde 55°S hasta el polo el máximo se produce más tarde y es menos
pronunciado que en el hemisferio norte.
El contenido de vapor de agua de la atmósfera está estrechamente
relacionado con la temperatura del aire (véase caps. 1, B.2, 2, A y B) y es, por
lo tanto, máximo en verano y en las latitudes bajas Existen, sin embargo,
excepciones evidentes a esta regla de carácter general, como son, por ejemplo,
las zonas desérticas situadas en los trópicos.
El contenido de dióxido de carbono del aire (unas 335 partes por millón,
por término medio) presenta una gran variación estacional en altas latitudes del
hemisferio norte. A 50°N dicha concentración oscila entre 335 p.p.m. a finales
de verano y 338 p.p.m. en primavera. Los valores bajos observados durante el
verano están relacionados con la asimilación de CO2 por los mares fríos de la
región polar A lo largo de todo el año tiene lugar un pequeño transporte neto de
CO2 desde las latitudes bajas a las altas, manteniéndose así constante su
contenido en el aire.
B. MASA DE LA ATMÓSFERA
FIG. 1.4
Porcentaje de la masa iota! de la atmósfera que se encuentra situada por debajo de los
80 km de altura. Esto ilustra el carácter superficial de la atmósfera terrestre.
donde K1 es una constante; la segunda, la ley de Charles, dice que, a presión usar la densidad, p (== masa/volumen) que el volumen al estudiar la at-
constante, el volumen es directamente proporcional a la temperatura absoluta mósfera, podemos volver a escribir la ecuación en la forma conocida como
(T, medida en °K)2, es decir:
de estado de los gases.
V = K2 T P = RT
Estas leyes implican que las tres variables —presión, temperatura y volu- 1. Presión total
men, son completamente independientes, por lo que cualquier cambio de una
El aire es muy compresible, de forma que sus capas inferiores son mucho
de ellas hará que se produzca un cambio que compense al primero en una o
más densas que las superiores) El cincuenta por ciento de la masa total de aire
en las dos restantes. Las leyes de los gases pueden combinarse para dar la
se encuentra por debajo de los 5 km (fig. 4.1) y la densidad promedio decrece
siguiente relación:
desde unos 1,2 kg/m3 en la superficie hasta 0,7 kg/m3 a 5000 m cerca del
límite extremo de la zona habitada por los humanos.
PV = RmT La presión se define como fuerza por unidad de superficie. Las unidades
utilizadas por los meteorólogos reciben el nombre de milibares (mb); un
donde m = masa de aire milibar es igual a la fuerza que ejercen 100 newtons sobre un metro cuadrado.
2
R = una constante de los gases para el aire seco. Si m y T se mantienen fijas, El aparato utilizado para medir la presión es el barómetro de mercurio, que,
obtenemos la ley de Boyle; si m y P se mantienen fijas, obtenemos la ley de en realidad, mide el peso de la columna de mercu-
Charles. Puesto que es más conveniente
2
Véase Apéndice 4.
rio que La atmósfera puede equilibrar en un tubo de vidrio colocado
verticalmente. La parle superior del tubo está cerrada y tiene un espacio
vacío, y la parte inferior, que está abierta, se sumerge en una cubeta de
mercurio. A causa de la presión que ejerce sobre la superficie del mercurio de
la cubeta, la atmósfera es capaz de mantener en el tubo una columna de
mercurio, de aproximadamente 760 mm de altura (unos 1013 mb). Sin
embargo, con el fin de poder comparar la presión en diversos puntos
geográficos, es necesario considerar todavía otro factor. Debe efectuarse una
corrección de las lecturas barométricas, a causa de las variaciones de presión
originadas por las diferencias de gravedad que, al nivel del mar, varía desde
9,78 m/s2 en el ecuador, hasta 9,83/s2 en los polos. Las lecturas de presión se
reducen al valor patrón de 9,81 m/s2 para 45° de latitud. Las lecturas del
barómetro de mercurio deben también ser corregidas, a causa de la dilatación
térmica del mercurio. La temperatura que se adopta como tipo es 0°C.
La presión atmosférica, dado que depende del peso de la atmósfera que
existe por encima de un nivel dado, disminuye logarítmicamente con la
altura. Esta relación queda expresada mediante la ecuación hidrostática: FIG. 1.5
Representación semilogarítmica de la presión de vapor de saturación en función de la
temperatura (es decir, curva del punto de rocío). Por debajo de 0°C la presión de
vapor de saturación atmosférica es menor con respecto a una superficie de hielo que
es decir, la tasa de cambio de presión (p) con la altura (z) depende de la con respecto a una gota de agua. Por consiguiente, la condensación puede tener
gravedad (g) multiplicada por la densidad del aire (). Cerca de la superficie lugar sobre un cristal de hielo con una humedad de aire inferior a la que sería nece-
saria para la formación de gotas de agua.
el decrecimiento de la presión con la altura es aproximadamente de un
milibar por cada 10 m. Sin embargo, a medida que aumenta la altura, dicho
decrecimiento se hace más lento como consecuencia de la disminución de la la presión de vapor. Este límite recibe el nombre de «presión de vapor
densidad del aire. La temperatura del aire puede afectar al descenso de saturante». (eᵟ ) y la figura 1.5 ilustra su aumento con la temperatura, hasta
alcanzar un máximo de 1013 mb (una atmósfera) en el punto de ebullición. Al
presión, que es mayor en el aire frío y denso (véase cap. 3, C.1). No obstante,
intentar introducir más vapor de agua en el aire cuando la presión de vapor
la relación entre la presión y la altura es tan importante que los meteorólogos
corresponde a la saturación, se produce la condensación de una cantidad
expresan frecuentemente las alturas en milibares: 1000 mb representan el
equivalente de vapor. La figura 1.5 indica que, mientras la presión de vapor
nivel del mar, 500 mb unos 5500 m y 300 mb unos 9000 m. En el apéndice II
saturante tiene un valor único a cualquier temperatura por encima del punto de
se da un ábaco de conversión para una atmósfera ideal («atmósfera tipo»). La
fusión del hielo, la presión de vapor saturante por debajo de 0°C, sobre una
presión media a nivel del mar es de 1013,25 mb (equivalente a unos 1,03
superficie de hielo, es más baja sobre una superficie de agua subenfriada. En
kg/cm2). Por término medio, el nitrógeno contribuye con unos 760 mb, el
el capítulo 2, G.1 se tratará de la importancia de este hecho.
oxígeno con unos 240 mb y el vapor de agua con unos 10 mb. En otras
La presión de vapor (e) varía con la latitud y la estación del año, desde
palabras, cada gas ejerce una presión parcial independientemente de los
unos 0,2 mb sobre el norte de Siberia en enero hasta más de 30 mb en los
otros.
trópicos en julio, pero esto no aparece reflejado en la distribución de la
2. Presión de vapor presión total en superficie: la presión disminuye en la superficie cuando parte
del aire de las capas superiores es desplazado horizontalmente, y de hecho el
A una temperatura dada, existe un límite para la densidad del vapor de agua
aire en las zonas de grandes presiones está generalmente seco debido a
en el aire y, en consecuencia, existe también un límite superior para
factores dinámicos, particularmente a causa del movimiento vertical del aire
(véase capítulo 3, C.5), mientras que en las zonas de bajas presiones está
generalmente húmedo.
C. INSOLACIÓN
La fuente primordial; de la energía que recibe nuestra atmósfera es el sol cual radia
continuamente parte de su masa al espacio en forma de energía electromagnética y de
partículas animadas de gran velocidad. Esta emisión constante, llamada «insolación»,
es importante, ya que a la larga representa prácticamente la totalidad de la energía
de que dispone la tierra (con la excepción de una pequeña cantidad que proviene de
la desintegración radiactiva de los minerales terrestres). La cantidad de insolación
que recibe la tierra, suponiendo de momento que la atmósfera no produjese
interferencia alguna, se ve afectada por cuatro factores: la emisión solar, la
distancia sol-tierra, la altitud del sol y la longitud del día.
1. Emisión solar
El sol se comporta virtualmente como un cuerpo negro, lo que significa que
absorbe toda la energía que recibe y asimismo irradia energía a la máxima tasa
posible para una temperatura dada. Esta tasa (F) es directamente proporcional a la
cuarta potencia de la temperatura absoluta del cuerpo:
F = σT4 (ley de Stefan)
donde σ = 5.67 X 10-18 W/m2 K4 (la constante de Stefan-Boltzmann).3
Así, la emisión solar total al espacio, asumiendo una temperatura solar de
6000° K, es de 73,5 X 106 W m2. Sólo el 0,0005 % de ésta es interceptada por la
tierra, dado que la energía recibida es inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia al sol (150 millones de km).
La energía recibida en la parte superior de la atmósfera sobre una superficie
perpendicular al rayo de sol para una distancia solar media se denomina constante
solar4 Las más recientes mediciones realizadas por un satélite indican un valor de
unos 1360 W/m2, o 1,95 cal/cm2 min. La figura 1.6 muestra las longitudes de onda
de la radiación solar de onda corta) y de onda larga (infrarroja) emitida por la tierra
y la atmósfera. Para la radiación solar, aproximadamente un 9 % es radiación
ultravioleta, un 45 % luz visible y un 46 % radiación infrarroja. La figura
Fig. 1.6
Representación logarítmica de la distribución espectral de la radiación solar y terrestre, junto
con las principales bandas atmosféricas de absorción. Las áreas cuadriculadas del espectro
infrarrojo indican las «ventanas atmosféricas» por donde la radiación escapa al espacio. La
radiación del cuerpo negro a 6000°K es la proporción del flujo de energía incidente en la parte
superior de la atmósfera. En el recuadro aparecen representadas las mismas curvas para la
radiación incidente y reflejada, con la longitud de onda expresada aritméticamente
3 (principalmente según Sellers, 1965).
Las unidades del Sistema Métrico Decimal (W = joule × s-1) se dan en el Apéndice 4. Actualmente
los datos en muchas referencias todavía se dan en calorías; una caloría es el calor requerido para elevar
la temperatura de 1 g de agua de 14,5°C a 15,5°C. En Estados Unidos, otra unidad de uso común es el
Langley (ly) (ly min-1 = 1 cal cm-2 min-1).
4
Ésta puede calcularse mediante (emisión solar × 4 πR2) (0,25 πO2), donde el radio del sol, Rs = 7 x
105 km, y la distancia solar, D = 1,5 X 108 km. Una esfera de radio r tiene una superficie de 4 π r 2.
ilustra la atmósfera del cuerpo negro de unos 250°K (— 23°C). Mientras que la
mayor parte de los sólidos y líquidos se comportan como cuerpos negros, no
sucede lo mismo con los gases, y la fig. 1.6 muestra las bandas de absorción de
la atmósfera causantes de que su emisión sea mucho menor que la de un cuerpo
negro equivalente. La longitud de onda de máxima emisión (λmax) varía
inversamente con la temperatura absoluta del cuerpo emisor:
TABLA 1.2
3. Altura del sol Insolación en una superficie horizontal situada en el exterior de la atmósfera; las cifras vienen
dadas en w/m2. (Según K. Ya Kondratiev)
La altura del sol (es decir, el ángulo formado por sus rayos y la tangente a la
tierra en el punto de observación) afecta también a la cantidad de insolación que Fecha 90°N 70 50 30 0 30 50 70 90°S
es recibida en la superficie de la tierra. Cuanto mayor es la altura del sol, más 22 diciembre 0 0 88 233 421 520 528 540 574
concentrada es la intensidad de radiación por unidad de área en la superficie 4 febrero 0 12 144 284 438 486 454 392 404
terrestre. Además, la proporción de radiación que es reflejada por la superficie 21 marzo 0 153 287 387 447 387 287 153 0
varía considerablemente con la altura solar, especialmente en el caso de una 6 mayo 386 350 433 464 418 271 138 12 0
superficie de agua (véase cap. 1, D.5) Los factores principales que determinan 22 junio 538 505 494 487 394 218 82 0 0
la altura del sol son como es natural, la latitud del lugar, la hora del día y la
estación del año (figura 1.7). En el solsticio de junio la altitud del sol es
constantemente de 23 1/2° durante el día en el polo norte y el sol está tierra en el ecuador, por ejemplo, la duración del día se acerca a las 12 horas en
directamente en el cénit a mediodía en el trópico de cáncer (23 1/2°N). todos los meses, mientras que en los polos varía entre 0 y 24 horas del invierno
al verano (véase fig. 1.7).
4. Duración del día La combinación de todos estos factores se traduce en la configuración de
energía solar recitada en la parte superior de la atmósfera que aparece en la
La longitud del día afecta también a la cantidad de insolación recibida. Es
figura 1.8 Las regiones polares reciben la cantidad máxima de insolación durante
obvio que cuanto mayor es el tiempo en que luce el sol, mayor es la cantidad de
los solsticios de verano, que corresponden a los períodos de día continuo. La
radiación que podrá recibir una determinada porción de la
cantidad de insolación recibida durante el solsticio de diciembre en el
hemisferio sur es mayor que la recibida por el hemisferio norte durante el
solsticio de junio la causa de la ya mencionada
órbita elíptica que la tierra describe alrededor del sol (tabla 1.2).El ecuador fiere por conducción. La segunda forma de transferencia de energía por
tiene dos máximos de insolación en los equinoccios y dos mínimos en los conversión es indirecta, y comprende el calor latente. En este caso, no existe
solsticios, a causa del paso aparente del sol durante su doble movimiento cambio de temperatura. Siempre que el agua se convierte en vapor por
anual entre los hemisferios norte y sur evaporación (o ebullición) se requiere calor. A este se le designa como calor
latente de vaporización (L). A 0°C, L es de 2,50 × 106 J/kg de agua, o 597
cal/g. Generalizando más,
D. INSOLACIÓN RECIBIDA EN LA SUPERFICIE; SUS EFECTOS
L (106 J kg -l) ≈ (2.5 – 0.00235T)
1. Intercambio de energía en el sistema tierra-atmósfera
donde T está en °C. Cuando el agua se condensa en la atmósfera (véase cap.
Hasta ahora nos hemos limitado a describir la distribución de la insolación,
2, C) se desprende la misma cantidad de calor latente que la usada para la
como si toda ella llegase a la superficie de la tierra. Evidentemente, esta
evaporación a la misma temperatura. Del mismo modo, para fundir el hielo
visión del fenómeno no corresponde a la realidad, a causa del efecto que
a 0°C, se precisa el calor latente de fusión, que es de 0,335 × 106 J/kg (80
ejerce la atmósfera en el proceso de intercambio de energía.[La energía
cal/g). Si el hielo se evapora, sin fundirse, el calor latente de este proceso de
calorífica puede ser transmitida de tres maneras distintas:
sublimación es de 2,38 × 166 J/kg a 0°C (676 cal/ /g); (es decir, la suma de
α) Radiación. Las ondas electromagnéticas pueden transmitir energía (en los calores latentes de fusión y vaporización). En todos estos cambios de fase
forma de calor y de luz) entre dos cuerpos, sin que sea necesaria la del agua se dan transferencias de energía. Volveremos a otros aspectos de
intervención de un medio material a una velocidad de 300 X 106 m/s (es decir, estos procesos en el capítulo 2.
a la velocidad de la luz). Esto es lo que ocurre con la energía solar a través del
espacio. Sin embargo la atmósfera terrestre permite sólo el paso de la 2. Efecto de la atmósfera
radiación correspondiente a ciertas longitudes de onda e impide el de las otras
β) Conducción. En este fenómeno, el calor pasa de un punto a otro de un Casi toda la radiación solar es virtualmente de onda corta, con longitudes, de
cuerpo por medio de la transmisión del movimiento de las moléculas onda menores que 4 µm (fig. 1.6). Aproximadamente un 18% de la energía
adyacentes Puesto que el aire es mal conductor, este tipo de transmisión de que llega a la atmósfera es absorbida por el ozono y el vapor de agua. El ozono
calor puede despreciarse en la atmósfera, pero es importante en el suelo. absorbe toda la radiación ultravioleta de longitud de onda menor que 0,29 µn
γ) Convección. Tiene lugar en los fluidos (incluso gases) que son capaces (2900 Å), y el vapor de agua absorbe, en menor cantidad, las radiaciones
de desarrollar circulaciones en su seno y de redistribuir así el calor en su correspondientes a unas estrechas bandas situadas entre 0,9 µm y 2,1 µm
masa. La baja viscosidad del aire y su consiguiente fluidez hacen que sea éste (véase fig. 1.6) Alrededor del 30 % de dicha radiación es reflejada
el medio principal de transmisión de calor en la atmósfera. Debe tenerse en inmediatamente al espacio por la atmósfera, las nubes y la superficie terrestre,
cuenta que la «convección forzada» (turbulencia mecánica) es debida a la por lo que, en realidad, es sólo el 70 % restante lo que calienta la tierra y la
formación de remolinos cuando el aire fluye sobre superficies desiguales, atmósfera. La mayor parte de esta cantidad acaba por calentar la atmósfera,
incluso cuando no existe ningún calentamiento superficial que origine la pero gran parte de este calor es recibido secundariamente por la atmósfera por
convección térmica «libre». vía de la superficie terrestre. La retención de esta energía por la atmósfera es
de suma importancia, ya que, si no se produjese, la temperatura de la tierra
La convección transfiere energía en dos formas. La primera es el descendería en unos 40°C, con que la vida sería prácticamente imposible. La
contenido en calor sensible del aire (llamado entalpia por los físicos) que se superficie absorbe el 45% de la energía disponible en la capa superior de la
transfiere directamente por elevación y mezclado del aire calentado) Se atmósfera y las vuelve a emitir hacia el exterior en forma de ondas largas
define como cpT, donde T es la temperatura y cp es el calor específico a una (infrarrojo) de longitud de onda mayor que 3 µm (fig. 1.6). La mayor parte de
presión constante (el calor absorbido por unidad de masa con un aumento de esta energía de onda larga puede ser absorbida por el vapor de agua, el dióxido
una unidad de temperatura) El calor sensible también se trans- de carbono y el ozono que están presentes en la atmósfera, mientras que el
resto escapa al espacio exterior a través de las lla-
FIG. 1.10
Porcentaje de la reflexión, absorción y transmisión de la radiación solar correspon-
dientes a capas de nubes de diverso espesor (según Hewson y Longley, 1944).
FIG. 1.9
Distribución media anual de la radiación solar según la latitud (en w/m2 y Kcal/cm2
año).Del 100 % de radiación que penetra en la capa superior de la atmósfera, un 23 tente y de su espesor (véase fig. 1.10). La proporción de radiación incidente
% es reflejada de nuevo al espacio por las nubes, un 4 % por el aire (y además el que es reflejada se denomina albedo o coeficiente de reflexión (expresado
polvo y el vapor de agua) y un 4 % por la superficie de la tierra. Las nubes absorben
un 3 %, el aire un 21 % y la tierra un 45 % (de Sellers, 1965). como una fracción o porcentaje). El tipo de nubes afecta al albedo. Las
mediciones realizadas con ayuda de aviones muestran que el albedo de un
grupo completo de nubes va desde un 44 a un 50 % para los cirrostratos a un
madas «ventanas de radiación», principalmente entre 8 y 13 µm (véase fig. 90% para los cumulonimbos. Los albedos promedio, como los determinados
1.6). En la figura 1.9 aparecen ilustradas las distintas influencias que la por satélites, aviones y mediciones de superficie, se encuentran resumidos
atmósfera, las nubes y la superficie de la tierra ejercen en la reflexión y en la tabla 1.3.
absorción de la radiación solar en las diversas latitudes. (En el cap. 1, F, se La radiación solar (directa, Ǫ y difusa, q) total (o global) recibida en la
efectúa un análisis más completo del balance total de calor del sistema superficie en un día nublado es:
tierra-atmósfera.)
Ǫ + q = (Ǫ + q)0 [β + (1 - 0)(1 - c)]
3. Efecto de la nubosidad
donde (Ǫ+ q)0 = radiación total con cielo despejado;
La nubosidad, si es lo suficientemente espesa y completa, puede formar una c = nubosidad (en décimas);
importante barrera que impida la penetración de la insolación. La cantidad de β = un coeficiente que depende del tipo de nube y de su espesor y de la altura
insolación que se refleja depende de la cantidad de nubes exis- de la capa de atmósfera que tiene que atravesar la radiación.
Tabla 1.3
El albedo promedio (integrado) de diversas superficies
(0,3 — 4,0 .µm)
Planeta Tierra 0,31
Superficie global 0,14-0,16
Nube 0,23
Cumulonimbos 0,9
Estratocúmulos 0,6
Cirros 0,4-0,5
Nieve reciente 0,8-0,9
Nieve en fusión 0,4-0,6
Arena 0,30-0,35
Hierba, cultivos de cereales 0,18-0,25
Bosques caducifolios 0,15-0,18 FIG. 1.11
Bosques de coníferas 0,09-0,15 Cantidad media de insolación recibida, según la latitud, en la capa superior de la atmósfera y en la
Pluviselva tropical 0,07-0,15 superficie terrestre, durante el solsticio de junio.
Masas de agua* 0,06-0,10
* Aumenta bruscamente a ángulos solares bajos. la insolación, porque la situación geográfica de una región determina la duración
del día y también la distancia que los rayos oblicuos del sol tienen que recorrer a
través de la atmósfera. Sin embargo, los cálculos realizados demuestran que puede
despreciarse este último efecto en las zonas árticas, a causa, aparentemente, de que
El valor medio mensual de β en los Estados Unidos es aproximada- el bajo contenido del aire en vapor limita la absorción troposférica La figura 1.11
mente de 0,35; por tanto: indica que, en la parte superior de la atmósfera situada sobre el polo norte existe un
máximo de insolación muy marcado en el solsticio de junio, a pesar de lo cual en la
superficie se absorbe sólo un 30 % de esta radiación. Esto puede compararse con el
(Ǫ + q) - (Ǫ +q)0 [1 -0,65 c].
promedio global del 45 % que es la cantidad de radiación solar absorbida en la
El efecto de la nubosidad opera también en sentido contrario, ya que una superficie. La diferencia entre ambas cifras se explica por la gran cantidad de
capa de nubes retiene la mayor parte del calor que, de otro modo, sería perdido nubosidad que existe en verano sobre las zonas árticas, así como también por la
por la tierra en forma de radiación a lo largo del día y de la noche. Este papel gran reflectividad de la nieve y de las superficies de hielo. Este ejemplo ilustra la
altamente negativo de las nubes significa que su presencia hace disminuir complejidad del balance de radiación y la necesidad de tener en cuenta la
apreciablemente el espectro de temperaturas diarias evitando máximas altas interacción de diversos factores.
durante el día y mínimas bajas por la noche. Además de interferir en la Un efecto especial observado en la recepción de radiación a diversas latitudes
transmisión de la radiación, las nubes actúan como depósitos temporales de es que las temperaturas máximas de la superficie de la tierra no se registran en el
calor, puesto que absorben una cierta proporción de la energía que interceptan. ecuador/como sería de esperar, sino en los trópicos. Existe un cierto número de
El efecto de esta absorción de radiación solar aparece ilustrado en las figuras factores que hay que tener en cuenta. La migración aparente del sol en el cénit!
1.10 y 1.11. 6S~relativamente rápida durante su paso sobre el ecuador, pero su velocidad
4. Efecto do la latitud disminuye a medida que se aproxima a los trópicos. Entre 6°N y 6°S los rayos del
sol permanecen
Como ya se indica en la figura 1.8, las distintas partes de la superficie terrestre
reciben distintas cantidades de insolación. Un factor .que controla este hecho es
este hecho es la época del año de que se trate: se recibe más insolación en
verano que en invierno por la mayor altura del sol y la mayor duración de los
días. La latitud ejerce un control muy importante sobre
(según Budyko; de Sellen. 1965). Las cantidades máximas corresponden a los desiertos cálidos, en los que hasta un SO
% de la radiación solar que anualmente penetra en la parte superior de la extraordinariamente limpia atmósfera alcanza
Cantidad anual de radiación procedente del sol en una superficie horizontal situada al nivel del mar, en kcal/cm2 año
casi verticales durante sólo 30 días de los equinoccios de primavera y
otoño, por lo que no hay tiempo suficiente para almacenar calor en la
superficie y originar altas temperaturas. Por el contrario, entre los 17,5° y
los 23,5° de latitud los rayos del sol caen verticalmente durante 86 días
consecutivos en el período del solsticio. Este período de mayor duración,
junto con el hecho de que en los trópicos los días son más largos que en el
ecuador, son la causa de que las zonas de máximo calentamiento estén más
cerca de los trópicos que del ecuador. En el hemisferio norte este
desplazamiento hacia el polo de la zona de máximo calentamiento viene
acentuado por el efecto de la «continentalidad» (véase cap. 1, D.5); la
relativa escasez de nubes y los cinturones subtropicales de alta presión
constituyen un factor adicional. Los cielos despejados influyen mucho en
la gran cantidad de radiación que reciben estas zonas a lo largo de todo el
año (fig. 1.12). En la figura 1.12 se indica el resultado neto de estas
influencias en términos de la radiación solar anual media sobre una
superficie horizontal a nivel del suelo, y en la figura 1.13 en términos de
las temperaturas diarias medias a la sombra. En los continentes; los valores
más elevados se registran entre los 23°N y los 10°-15°S. En consecuencia,
el «ecuador térmico» medio anual (es decir, la zona de máxima
temperatura) está situado alrededor de los 5°N. A pesar de ello, las
temperaturas superficiales medias de la tierra, reducidas a nivel del mar
medio, están ampliamente relacionadas con la latitud (figs. 1.14 y 1.15).
arena del desierto del 30. La nieve llana y recién caída puede reflejar hasta
el suelo.
Fig. 1.14
Temperaturas (°C) medidas a nivel del mar en enero. La posición del ecuador térmico se halla
indicada aproximadamente por la línea de trazos
Temperaturas a nivel del mar en julio (°C). La, líneas de trazos indican aproximadamente la posición del ecuador térmico.
Fig. 1.16
Representación esquemática del espectro de energía de la radiación solar (en unidades
arbitrarias) que penetra a través de la superficie del mar hasta profundidades de 0,1,
1, 10 y 100 m. Aparece ilustrada en este esquema la absorción de la radiación
infrarroja por el agua y se indican también las profundidades a que penetra la ra-
diación de la luz visible (de Sverdrup, 1945).
2 al 3 % para un ángulo de elevación solar que exceda los 60°, pero es más del
50 % cuando el ángulo es de 15°.
La radiación solar absorbida en la superficie se determina a partir de las
medidas de radiación incidente y del albedo (a). Puede expresarse en la forma
(Ǫ + q) (1 - a)
Variación Variación
diurna anual
Suelo húmedo 0,5 m 9m
Arena seca 0,2 m 3m
I3 = I0 cos γ
están referidos a 100 unidades de radiación solar, que penetra por la parte superior de la atmósfera (igual a 0,5 cal/cm 2/min o 3 w/m2).
diarios.
Rn = (Ǫ + q) (1 - a) + Ln
donde Rn — radiación neta, (Ǫ + q) = insolación global, a — albedo y Ln
=radiación de onda larga neta. En la superficie Rn =29 unidades. Este superávit
es llevado a la atmósfera por la transferencia turbulenta de calor sensible, o
entalpia (6 unidades), y el calor latente (23 unidades).
Rn = LE + H
donde H = transferencia de calor sensible y LE = transferencia de calor latente.
También existe un flujo de calor hacia el suelo (cap. 1, D.5), pero para los
promedios anuales es aproximadamente de cero.
La figura 1.23 resume los balances totales en la superficie (±142 unidades) y
para la atmósfera (±60 unidades). El balance energético para el sistema completo
tierra-atmósfera se estima que es de ± 7 GJ/m2 /año (± 66 unidades). Estas
estimas aún son bastante aproximadas. Los satélites están proporcionando una
«visión superior» de los intercambios de radiación (véanse láms. 3A y 3B) e
indican un albedo planetario de sólo 0,29, que aparentemente es el resultado de la
medición de una cubierta de nubes menor, particularmente sobre los océanos
tropicales, del que ha sido determinado por observaciones terrestres. Sin
embargo, aún deben resolverse algunas dudas.
Las variaciones anuales y diurnas de la temperatura están directamente
relacionadas con el balance de radiación local. Bajo cielos despejados, en las
latitudes bajas y medias, el régimen diurno de intercambios de radiación
generalmente presenta un máximo de radiación solar absorbida a mediodía (fig.
1.24A). La superficie calentada del suelo también emite un máximo de radiación
infrarroja (de onda larga) (véase fig. 1.6) a mediodía, cuando está más caliente.
La atmósfera vuelve a irradiar la radiación infrarroja hacia abajo, pero existe una
pérdida neta en la superficie (Ln). La diferencia entre la insolación absorbida y Ln
es la radiación neta, Rn; ésta es generalmente positiva entre aproximadamente
una hora después de la salida del sol y una hora más o menos antes de la puesta de
sol con un máximo a mediodía. El retraso en la aparición de la máxima
temperatura del aire hasta aproximadamente las 14 hora local (fig. 1.24B) es
causado por el calentamiento gradual de aire por transferencia convectiva desde
el suelo. La mínima.se da al anochecer cuando el suelo aún está caliente; después
hay un ligero, aumento. El descenso de temperatura después del mediodía es
Fig. 1.24 retardado por el calor suministrado por el suelo. El mínimo en la temperatura del
Curvas que muestran las variaciones anuales y diurnas de la energía radiante y la
aire se da poco después del alba debido al retraso en la transferencia de calor
temperatura. A, Variaciones diurnas en la radiación solar absorbida y la radiación
infrarroja en latitudes medias y bajas. B, Variaciones diurnas en la radiación neta y la
temperatura del aire en las latitudes medias y bajas. C, Ordenes de temperatura anual y
diurno como función de la latitud y la situación continental o marítima (de Paffen,
1967).
de la superficie al aire. La configuración anual del balance de radiación y el
régimen de temperaturas es muy parecida a la diurna.
Existen unas variaciones latitudinales muy acusadas en las variación de
temperatura anuales y diurnas. En general, la variación anual es máxima en las
latitudes altas, con valores extremos a unos 65°N relacionados con los efectos
de continentalidad en Asia y América del Norte. La variación diurna alcanza un
máximo en los trópicos sobre áreas terrestres, pero es en la zona ecuatorial que
la variación diurna de calentamiento y enfriamiento excede a la anual (fig.
1.24C) Desde luego, este fenómeno está relacionado con el pequeño cambio
estacional en el ángulo de elevación solar en el ecuador.
Fig. 1.28
Distribución global delintercambio vectorial de calor latente, en kcal/cm2 (según Budyko
1962
también lo es la circulación hemisférica de aire. La naturaleza de los complejos mecanismos de
transporte se estudiará en el capítulo 3, E.
Tal como indica la figura 1.26B, una parte muy significativa de la energía térmica que reciben
los polos es transportada, en las latitudes baja por las corrientes, oceánicas. Realmente, las
recientes estimas obtenidas mediante satélites del transporte total de energía hacia los polos
requerido indican que las cifras previas son demasiado bajas. El transporte oceánico puede
constituir el 47 % del total a 30-35°N y llega al 74 % a 20°N. Son especialmente importantes la
corriente del Golfo y la de Kuro Shio. Como consecuencia de este factor, la ecuación del balance
de energía para una zona oceánica debe expresarse en la forma
Rn = LE + H + G + ∆A
donde ∆A = advección horizontal de calor debida a las corrientes y G = calor que se añade a o
procede del almacenado en el agua. El promedio anual de este último es aproximadamente cero.
Distribución global del intercambio vertical de calor sensible, en kcal/cm2 (según Budyko. 1962).
2. Distribución de los componentes del balance de calor en el espacio
Los valores latitudinales medios de los componentes del balance de calor estudiados en el apartado
anterior sufren grandes variaciones en el espacio. La figura 1.27 muestra la distribución global de
la radiación neta anual. A grandes rasgos, su valor disminuye desde aproximadamente unos 25°
de, latitud hasta los polos aunque como consecuencia de la considerable absorción de energía solar
por el mar, la radiación neta es mayor sobre los océanos donde excede de 120 kcal/cm2 (o 160
w/m2) entre 15 y 20 ー que sobre las zonas continentales, donde es aproximadamente de 60 a
80kcal/cm2 (80-105 w/m2 en las mismas latitudes. La radiación neta es también bastante, menor
en las zonas continentales áridas que en las húmedas, porque a pesar de que reciben mayor
insolación debido a su cielo despejado, también la pérdida de radiación terrestre neta es más
elevada.
En las figuras 1.28 y 1.29 aparecen representados los transportes de calor sensible y latente
hacia la atmósfera. En ambos mapas puede apreciarse que el flujo sobre los continentes tiene una
distribución muy distinta a la del flujo sobre los océanos. La pérdida de calor por evaporación es
máxima en las zonas oceánicas tropicales y subtropicales, donde excede de 120kcal/cm2/año (o 160
w/m2). Es menor cerca del ecuador, donde la velocidad del viento es algo más débil y el aire tiene
una presión de vapor próxima a la saturación (véase capítulo 2, A). En la figura 1.28 se aprecia
claramente que las corrientes cálidas principales aumentan considerablemente el coeficiente de
evaporación. Sobre los continentes
FIG. 1.29
la temperatura. La existencia de esta estructura ha sido confirmada por medio
de los radiosondas (que suministran también datos acerca del viento) y de las
investigaciones realizadas con ondas de la radio y, más recientemente, por
medio de los vuelos de cohetes y satélites con sistemas de sondeo (láms. 3A y
3B). De un modo general, puede considerarse formada la, atmósfera (fig.
1.30) por tres capas relativamente calientes (la inmediata a la superficie, otra
entre 50 y 60 km y la situada por encima de unos 120 km), separadas por dos
capas relativamente frías (una entre 10 y 30 km y otra a unos 80 km). Los
cortes de temperatura media correspondientes a enero y julio ilustran las
considerables variaciones con la latitud y las tendencias estacionales que
complican este esquema (figura 1.31).
1. Troposfera
La capa inferior de la atmósfera recibe el nombre de troposfera. Es la zona en
que los fenómenos de tiempo y la turbulencia atmosférica son más marcados y
contiene el 75% de la masa molecular o gaseosa, total de la atmósfera y
prácticamente todo el vapor de agua y todos los aerosoles. En general, la
temperatura desciende con la altura a través de toda la capa de ritmo medio de
unos 6,5 °C/km, y toda la zona suele estar coronada en la mayoría de lugares
por una inversión de temperatura (es decir, una capa de aire relativamente
cálido situada sobre otra de aire más frío) y en otros por un estrato isotermo con
Fig. 1.30
Distribución vertical generalizada de la temperatura y la presión hasta una altura de
la altura. Por lo tanto, la troposfera es, en gran parte, un sistema cerrado, ya que
aproximadamente 110 km. Nótese especialmente la tropopausa y la zona de máxima la inversión actúa como una «tapadera» que limita la convección (véase cap. 2,
concentración de ozono, sobre la que se encuentra una capa de aire caliente (basado en E). Esta capa de inversión o «techo del tiempo» recibe el nombre de
datos de Valley, 1965). «tropo-pausa».6 Su altura no es constante ni en el espacio ni en el tiempo;
Parece ser que la altura de la tropopausa en un punto cualquiera está relacionada
con la temperatura y la presión a nivel del mar, las cuales a su vez están
el transporte de energía es mayor en las regiones cálidas y húmedas. Es
asociadas a factores de latitud, estación y cambios diarios de la presión
mínimo en las zonas áridas, a causa de la escasa precipitación y en las latitudes
atmosférica a nivel del suelo. Existen marcadas variaciones en la altura de la
altas, donde existe poca energía disponible.
tropopausa a través de distintas latitudes (fig. 1.31): tiene una elevación de unos
El mayor intercambio de calor sensible tiene lugar en los desiertos
16 km en el ecuador, donde el calentamiento vertical y la turbulencia vertical
tropicales, donde más de 60 kcal/cm2/año (80 w/m2) son transportadas hacia la
convectiva son muy elevados, y de sólo 8 km en los polos.
atmósfera. En contraste con el calor latente, el flujo de calor sensible es
Los gradientes meridianos de temperatura en la atmósfera son, a grandes
generalmente débil sobre los océanos, donde alcanza tan sólo un valor de 20 a
30 kcal/cm2 (25-40 w/m2) en las zonas de corrientes cálidas. En realidad, rasgos, paralelos en verano y en invierno, y lo mismo ocurre
también se dan valores negativos (transporte hacia el océano) allí donde las
masas de aire cálidas procedentes de los continentes alcanzan las corrientes
frías.
2. Estratosfera
La segunda de las grandes capas atmosféricas es la estratosfera, que se extiende
desde la tropopausa hasta unos 50 km. Aunque la estratosfera contiene la mayor
parte del ozono atmosférico (su densidad es máxima a unos 22 km), las
temperaturas máximas asociadas a la absorción de la radiación ultravioleta del
sol por el ozono no se alcanzan hasta que se llega a los niveles superiores de
mayor exposición, que constituyen la «estratopausa», en la que pueden
registrarse temperaturas superiores a los 0°C (fig. 1.31). En ella la densidad del
aire es mucho menor, de forma que incluso una absorción limitada produce un
gran aumento de temperatura. En verano la temperatura aumenta con la altura de
una manera bastante general, encontrándose el aire más frío en la tropopausa
ecuatorial. En invierno la estructura es algo más complicada, registrándose tem-
peraturas muy bajas, de unos —80°C como promedio, en la tropopausa
ecuatorial, que es la más elevada durante esta estación. También se encuentran
estas temperaturas tan bajas en la estratosfera media a gran altura, mientras que
por encima de los 50-60°N existe una región notablemente cálida en condiciones
casi isotermas de — 45°C a — 50°C. La atmósfera se ve afectada por marcados
cambios de temperatura, con la estación. La fría estratosfera invernal de la
«noche polar» experimenta espectaculares «calentamientos repentinos», que
van asociados a una subsidencia debida a los cambios de circulación a finales
de invierno o al comienzo de la primavera, cuando las temperaturas, a unos 25
km, pueden saltar de —80°C a —40°C en un intervalo de dos días. El
enfriamiento otoñal es un proceso más gradual. Investigaciones recientes
Fig. 1.31 realizadas en la estratosfera tropical han revelado que existe un régimen de
Vientos zonales medios (líneas continuas; valores expresados en nudos; los valores
negativos corresponden a vientos del Este) y temperaturas (en grados Celsius, líneas vientos casi bianual (de 26 meses) con vientos del Este en la capa que se extiende
de trazos); en esta configuración puede apreciarse la rotura de la tropopausa en las entre los 18 y los 30 km y que duran de 12 a 13 meses, seguido por
proximidades de la corriente en chorro de Ferrel (según Boville; de Haré, 1962). El
término «¡vientos del oeste de Ferrel» fue propuesto por F, K. Hare en honor de W.
Ferrel (véase pág. 174). Las líneas gruesas indican inversiones del gradiente vertical de
temperaturas de la tropopausa y la estratopausa.
otro de vientos del Oeste que dura un periodo semejante de tiempo. Este cambio el día y también más altas durante un máximo de las manchas solares, a pesar
empieza primero en los niveles altos y tarda unos 12 meses en descender de los de que los cambios sólo son representados en las velocidades cambiantes de
30 a los 18 km (10 a 60 mb). las moléculas de aire dispersas.
El averiguar hasta qué punto estos fenómenos que tienen lugar en la Por encima de los 100 km, la atmósfera se ve afectada progresivamente por
estratosfera están relacionados con los cambios de circulación y temperatura en rayos X y radiación ultravioleta procedentes del sol, que causan ionización o
la troposfera constituye uno de los problemas más importantes de la carga eléctrica al arrancar electrones cargados negativamente de los átomos de
investigación meteorológica actual. Sin embargo, se cree que, si existe alguna oxígeno y moléculas de nitrógeno, dejando al átomo o molécula con una carga
relación, debe ser muy compleja, ya que de otra manera / se habría hecho ya positiva neta (un ion). La aurora boreal y la aurora austral se originan por la
evidente. penetración de partículas ionizadas a través de la atmósfera desde unos 300 a
unos 80 km, especialmente en las zonas situadas a 20° o 25° de latitud de los
3. La atmósfera superior
polos magnéticos terrestres. Algunas veces, sin embargo, las auroras pueden
a. Mesosfera. Por encima de la estratopausa, las temperaturas medias aparecer a alturas de hasta unos 1000 km, demostrando la gran extensión de la
descienden hasta alcanzar un mínimo de unos —90°C alrededor de los 80 km. atmósfera enrarecida. El término «ionosfera» se emplea generalmente para
Esta capa se conoce comúnmente con el nombre de mesosfera aunque es preciso designar las capas de la atmósfera que están situadas por encima de los 80 km,
hacer constar que la terminología que se emplea para la atmósfera superior no aunque a veces se emplea sólo para designar la región de gran densidad de
tiene todavía aceptación universal. De hecho, algunos autores designan con el electrones, situada entre los 100 y los 300 km. En vista de esas distintas desig-
nombre de mesosfera la capa situada entre 20 y 80 km. Por encima de los 80 km, naciones, parece preferible evitar confusiones, empleando la terminología que
las temperaturas empiezan a aumentar de nuevo con la altura y esta inversión se hemos adoptado aquí.
designa con el nombre de «mesopausa». Es en esta región, en las altas latitudes,
c. Exosfera y magnetosfera. La base de la exosfera se encuentra entre unos 500
donde se observan las «nubes luminosas» durante las noches de verano. Al
y 750 km. En ella dejan de cumplirse las leyes de los gases (véase cap. 1, B) y
aparecer, su presencia se debe a partículas de polvo meteórico que actúan como
la tenue atmósfera está formada por átomos de oxígeno, hidrógeno y helio (de
núcleos para la formación de cristales de hielo cuando pequeñas cantidades de
los cuales aproximadamente un 1 % están ionizados). Los átomos neutros de
vapor de agua son arrastradas hacia arriba por la convección a alto nivel
helio e hidrógeno, que tienen un peso atómico bajo, pueden escapar hacia el
ocasionada por el descenso vertical de temperatura en la mesosfera.
espacio, puesto que la posibilidad de colisiones moleculares que los desvíen
La presión es muy baja en la mesosfera y desciende desde aproximadamente
hacia abajo se hace cada vez menor a medida que aumenta la altura. El hidró-
1 mb a 50 km hasta 0,01 mb a 90 km.
geno es sustituido por el procedente de la descomposición del vapor de agua y
b. Termosfera. Más allá de la mesopausa, las densidades atmosféricas son del metano (CH4) cerca de la mesopausa, mientras que el helio es producido
extremadamente bajas, aunque existe todavía una tenue atmósfera, por encima por la acción de los rayos cósmicos sobre el nitrógeno y por desintegración
de los 250 km, capaz de ofrecer resistencia a los vehículos espaciales. La parte lenta, pero constante, de los elementos radiactivos de la corteza terrestre.
inferior de la termosfera se compone principalmente de nitrógeno (N2) y La frecuencia de partículas ionizadas va aumentando a través de la
oxígeno tanto en forma molecular (O2) como atómica (O), mientras que por exosfera y más allá de los 200 km, en la magnetosfera, sólo hay electrones
encima de los 200 km predomina el oxígeno atómico sobre el nitrógeno (N2 y (cargados negativamente) y protones (cargados positivamente). Estas par-
N). Las temperaturas aumentan con la altura a causa de la absorción de radiación tículas cargadas están concentradas en dos zonas, a unos 3000 y 16 000 km
ultravioleta por el oxígeno atómico; es probable que se acerquen a 1200°K a 350 aproximadamente (conocidas con el nombre de cinturones de «radiación» de
km, pero estas temperaturas son esencialmente teóricas. Por ejemplo, los Van Allen), aparentemente como consecuencia de la captura por el campo
satélites artificiales no alcanzan tales temperaturas a causa del enrarecimiento magnético terrestre. Las partículas de alta energía son emitidas por el sol en
del aire. Las «temperaturas» en la termosfera superior y la exosfera experi- una corriente llamada viento solar. La magnetosfera tiene una cola extendida
mentan amplias variaciones diurnas y estacionales. Son mayores durante en el lado de la tierra más alejado del sol, pero en el lado que da al sol es
comprimida por el viento solar a una distancia de
aproximadamente diez veces el radio terrestre (57 000 km) La investigación deta-
llada de estas dos zonas fue posible a partir de 1958, gracias a los satélites, pero el
estudio de este límite exterior cae dentro del dominio de la «magnetohidrodiná-
mica». A pesar de ello, las alteraciones de estas regiones superiores de la atmósfera
causadas por manchas solares pueden tener un significado meteorológico a niveles
inferiores. A una altura de 80 000 km aproximadamente, es probable que la
atmósfera terrestre se mezcle con la del sol, pero incluso las definiciones adecuadas
de atmósfera, viento y temperatura son inciertas en estas regiones.
1. VARIACIÓN DE LA TEMPERATURA CON LA ALTURA
En el apartado anterior se han descrito, de manera general, las características del
perfil vertical de temperaturas en la atmósfera, pero es necesario examinar ahora
con más detalles algunas de las propiedades del gradiente de temperatura en los
niveles bajos.
Los gradientes verticales de temperatura vienen determinados en parte por los
intercambios de energía y en parte por el movimiento vertical del aire. Los diversos
factores interaccionan en forma bastante compleja. La energía proviene del
desprendimiento de calor latente por condensación (cap. 1, D), del enfriamiento del
aire por radiación y del calor sensible procedente del suelo. La advección horizontal
de temperatura puede ser también importante. El movimiento vertical depende del
tipo de sistema isobárico. Las áreas de altas presiones están generalmente asociadas
al descenso y calentamiento de grandes capas de aire, que hacen descender el
gradiente de temperatura y ocasionan inversiones en la troposfera inferior. En
contraste los sistemas de bajas presiones están asociados al aire que se eleva y se
enfría por expansión, incrementando el gradiente de temperatura. Esto es sólo una
parte de los hechos, puesto que existe un factor adicional, la humedad, que los
complica aún más (véase cap. 2, E). Sin embargo, lo que sí es cierto es quela parte
media y superior de la troposfera está relativamente fría por encima de un área
superficial de bajas presiones por lo que el gradiente de temperatura es más abrupto
El descenso general de la temperatura con la altura o «gradiente vertical de
temperatura con la altura» en la troposfera es, tal como se ha indicado, de unos
Fig. 1.32
6,5°C/km. Sin embargo, esta cifra no es constante en modo alguno, ya que varía con
Variación anual del gradiente en cinco zonas climáticas (de Hastenrath. 1968)
la altura, la estación del año y la situación. Los valores medios globales calculados 1. Clima tropical húmedo (Togo). 4. Clima de las latitudes medias, con
por C. E. P. Brooks para julio muestran que el gradiente vertical de temperatura 2. Desierto tropical (Arizona). inviernos fríos (Alemania septentrio-
aumenta con la altura: 5°C/km en los 2 km inferiores, 6°C/km entre 4 y 6 km y nal.)
7°C/km entre 6 y 8Km. Estos valores son generalmente menores en invierno y en 3. Mediterráneo (Sicilia). 5. Continental boreal (Siberia oriental).
las zonas continentales, tales como
Canadá central o Este de Siberia, pueden ser incluso negativos (es decir, que
las temperaturas aumentan con la altura en la capa inferior), como resultado
de un excesivo enfriamiento por radiación sobre una superficie nevada] (fi-
gura 1.32). Un efecto similar es común en las hondonadas de las montañas,
en las que el aire frío y denso se desliza a lo largo de las laderas
Tabla 1.4 RESUMEN
Gradientes de temperatura en los 1000-1500 metros inferiores (Según Lautensach y
Bögel) La atmósfera es una mezcla de gases con proporciones constantes hasta los 80 km o más. Las
Clima Estación Gra- Estación Gra- excepciones las constituyen el ozono, que está concentrado en la estratosfera inferior y el vapor
de máximo diente de diente de agua en la troposfera inferior. El dióxido de carbono es el gas atmosférico principal en cuanto
°C/km mínimo °C/km a variación en el tiempo — aumentando en este siglo debido a la quema de combustibles fósiles.
El aire es muy compresible, de forma que la mitad de su masa se halla en los 5 km inferiores y la
Tropical húmedo Estación >5 Estación >4,5
presión disminuye logarítmicamente con la altura desde un valor promedio a nivel del mar de
Desiertos tropicales y subtro- seca >8 de las >5
1013 mb.
picales Verano >5 lluvias <5
Casi toda la energía que afecta a la tierra deriva de la insolación, que es de onda corta (<
Mediterráneo Invierno >6 Invierno 0-5
Latitudes medias (inviernos Verano >5 Verano <0 4u.m) debido a las altas temperaturas del sol (6000°K) (es decir; la ley de Wien). La constante
solar tiene un valor de aproximadamente 1,36 kw/m2. Tanto el sol como la tierra irradian casi
fríos) Verano ≤0 Invierno <0
como cuerpos negros (ley de Stefan, F — σT4) mientras que con los gases atmosféricos no
Continental boreal Verano Invierno
sucede lo mismo. La radiación terrestre, de un cuerpo negro equivalente, sólo totaliza unos 0,13
Ártico
y se acumula al fondo de las mismas en las noches claras Invierno
y serenas. En tales kw/ms dada su baja temperatura de radiación (263°K) y es radiación infrarroja (de onda larga)
ocasiones, la temperatura de la cumbre de la montaña puede ser varios grados más entre 4 y 100 µm. El vapor de agua y el dióxido de carbono son los principales gases
elevada que la de la base (véase capítulo 3, B.2). Por esta razón, el ajuste de las absorbentes de radiación infrarroja, mientras que la atmósfera es muy transparente a la
temperaturas medias dé las estaciones situadas en zonas elevadas, a las condiciones radiación solar (el efecto invernadero). La insolación se pierde por reflexión, principalmente
reinantes a nivel del mar puede conducir a resultados erróneos. Las observaciones desde las nubes, y por absorción (mayormente por el vapor de agua). El albedo del planeta es del
realizadas en Pike's Peak, Colorado (4301 metros) y en Colorado Springs (1859 31 %; el 45 % de la radiación extraterrestre alcanza la superficie. La atmósfera es calentada en
metros) indican que el gradiente medio es de 4,1°C/km en invierno y de 6,2°C/km primer lugar desde la superficie por absorción de radiación terrestre infrarroja y por
en verano (!). Es preciso hacer notar, sin embargo, que estos gradientes transferencia turbulenta de calor. La temperatura generalmente disminuye con la altura a una
topográficos guardan a veces escasa relación con los gradientes correspondientes al tasa promedio de unos 6,5°C/km en la troposfera. En la estratosfera y la termosfera aumenta con
aire libre en condiciones de radiación nocturna, por lo que debe distinguirse la altura a causa de la presencia de gases absorbentes.
cuidadosamente uno del otro. El exceso de radiación neta en las latitudes bajas conduce a un transporte de energía hacia
En la tabla 1.4 se resumen las principales características estacionales de los los polos desde las latitudes tropicales por las corrientes oceánicas y por la atmósfera. Este es en
gradientes en seis zonas climáticas principales y en la figura 1.32 se ilustran forma de calor sensible (masas de aire caliente/agua oceánica) y de calor latente (vapor de agua
ejemplos de cinco de ellos. El régimen estacional es muy pronunciado en las zonas atmosférico). La temperatura del aire en cualquier punto es afectada por la radiación solar
continentales con inviernos fríos mientras que las inversiones persisten durante la entrante y otros intercambios de energía verticales, las propiedades superficiales (pendiente,
mayor parte del año en el ártico. Durante el invierno, la inversión del ártico es albedo, capacidad calorífica), la distribución y elevación de la tierra y los mares, y también por
debida al intenso enfriamiento por radiación, pero en verano es consecuencia del la advección horizontal debida a los movimientos de las masas de aire y las corrientes
enfriamiento por contacto con la superficie, del aire más cálido recibido por oceánicas.
advección. El gradiente de invierno es superior al de verano tan sólo en los climas
mediterráneos. En estas regiones la probabilidad de que en invierno se eleve el aire
asociado a las zonas de bajas presiones es mayor. Por el contrario, la subsidencia
predomina en las zonas de desierto en invierno. Los desiertos tropicales y
subtropicales tienen gradientes muy abruptos en verano, cuando la superficie
transfiere una considerable cantidad de calor y existe generalmente movimiento
ascendente.
2
Humedad atmosférica
La humedad de la .atmósfera aumenta por la evaporación del agua de los océanos, lagos, ríos
La cantidad media de agua almacenada en la atmósfera (2,5 cm aproximadamente) y del suelo mojado, o por la humedad que transpiran las plantas. (Considerados en conjunto,
bastaría solapara unos 10 días de lluvia sobre toda la tierra. Sin embargo, el intensó
todos estos fenómenos se designan con el nombre de «evapotranspiración» y a continuación se
aporte (horizontal) de humedad en el aire situado sobre una determinada región
da una explicación detallada de los diferentes mecanismos que intervienen en la misma.
hace posible que se produzcan totales de lluvia a corto plazo superiores a 2,5 cm.
En marzo de 1952 cayó durante 24 horas en la isla de la Reunión, situada cerca de
A. EVAPORACIÓN
Madagascar, la asombrosa cantidad total de 187 cm y durante períodos más cortos
se han observado intensidades mucho mayores (véase cap. 2, 1.1).
La evaporación tiene lugar siempre que se comunica energía a una superficie capaz de
evaporarse si la presión de vapor del aire está por debajo del valor correspondiente a la
saturación (es). Tal como se ha detallado en la figura 1.5, la presión de vapor de saturación
aumenta con la temperatura. El cambio de estado de Líquido a vapor requiere energía que se
emplea para vencer la atracción intermolecular de las partículas de agua.
Esta energía se obtiene generalmente absorbiendo calor de los cuerpos
situados en las proximidades, lo que origina una pérdida aparente de calor
(«calor latente»), como se vio en la pág. 33, y el consiguiente descenso de
temperatura. El calor latente de vaporización necesario para evaporar 1 g de
agua a 0°C es de (600 cal y a 100 °C de 540).Inversamente, durante la
condensación se desprende este calor y la temperatura de una masa de aire
que se está condensando aumenta a medida que el vapor de agua pasa al
estado líquido. La humedad del aire atenúa la oscilación diurna de
temperatura, porque durante el día se produce evaporación y durante la
noche condensación.
Considerada desde otro punto de vista, la evaporación implica un au- Fig. 2.2
mento de la energía cinética de cada una de las moléculas de agua, y, a Instalación de un evapotranspirómetro destinado a calcular las posibles
medida que aumenta su velocidad, se hace mayor la posibilidad de que pérdidas por evapotranspiración. La doble instalación permite promediar los
algunas moléculas de la superficie escapen hacia la atmósfera. Puesto que las dos resultados que deben obtenerse, con lo que las medidas son más fidedignas
moléculas más rápidas serán generalmente las primeras en escapar, la (de Ward, 1963).
energía media (y, por lo tanto, la temperatura) de las que constituyen el
líquido restante disminuirá y las cantidades de energía necesarias para que tales como la etapa de crecimiento en que se halla, la superficie de la hoja y su
sigan escapando moléculas serán por consiguientes mayores. De este modo, temperatura, y también por la cantidad de humedad del suelo (véase cap. 7,
la evaporación hace disminuir la temperatura del líquido restante en cantidad C.2). Tiene lugar principalmente durante el día, cuando los estomas (es decir,
proporcional al calor latente de vaporización los pequeños poros de las hojas), a través de los cuales se produce la
La velocidad de evaporación depende de un cierto número de factores de transpiración, están abiertos. Esta abertura de los estomas viene determinada
los cuales los dos más importantes son la diferencia entre la presión de vapor principalmente por la intensidad de la luz. Como es natural, la transpiración
de saturación en la superficie del agua y la presión de vapor del aire, y el varía enormemente con la estación del año, y durante los meses de invierno en
suministro continuo de energía hacia la superficie. La velocidad del viento las latitudes medias la pérdida por transpiración de las coníferas es sólo de un 10
puede afectar también a la velocidad de evaporación, porque el viento va a un 18 % de su total anual, mientras que la de los árboles de hoja caduca es
asociado generalmente a la entrada de aire frío y no saturado, que absorberá inferior al 4 %.
toda la humedad existente En la práctica resulta difícil distinguir entre el agua evaporada del suelo, la
La pérdida de agua que experimentan las superficies de las plantas, «humedad retenida» que permanece en la superficie de las plantas después de
principalmente las hojas, es un proceso muy complejo, que recibe el nombre una precipitación y que se evapora a continuación, y la transpiración. Por esta
de «transpiración» tiene lugar cuando la presión de vapor en las células de la razón, a veces se designan todas con el nombre de evaporación o, más
hoja es mayor que la presión de vapor atmosférica esta función es de vital correctamente, puede usarse el término «evapotranspiración»
importancia, ya que produce la subida desde el suelo de productos nutritivos Las pérdidas por evapotranspiración que tienen lugar en las superficies
para la planta y refresca las hojas. Las células de las raíces de la planta naturales no pueden ser medidas directamente. Existen, sin embargo, diversos
pueden ejercer una presión osmótica de hasta unas 15 atmósferas sobre las métodos indirectos para su valoración, así como también fórmulas teóricas. Un
capas de agua situadas entre las partículas adyacentes del suelo. Sin sistema aproximado de medición indirecta es el que se basa en la ecuación del
embargo, a medida que estas películas de agua del suelo se contraen, balance de humedad:
aumenta la tensión en su interior. Si la presión de las películas del suelo Precipitación = Pérdida + Evapotranspiración + Almacenamiento de
excede a la presión osmótica de la raíz, se rompe la continuidad en el humedad en el suelo
suministro de agua a la planta y ésta se marchita. La transpiración está
controlada por los factores atmosféricos que determinan la evaporación, así Esencialmente, el método consiste en medir la filtración a través de una porción
como también por factores relativos a la planta, aislada de suelo cubierta de vegetación (generalmente, hierba),
y en registrar la lluvia que cae sobre el mismo. El bloque, que recibe el nombre El uso de esta relación se hace asumiendo que las transferencias verticales de
de «lisímetro», se pesa regularmente, de manera que los cambios de peso que no calor y de vapor de agua por turbulencia tienen lugar con igual eficacia. La
son producidos por la lluvia o por pérdidas pueden ser atribuidos a pérdidas por evaporación se determina a partir de una expresión de la forma
evapotranspiración en el .supuesto de que la hierba se conserve corta. Esta
técnica permite determinar la cantidad de evapotranspiración correspondiente a
cada día.
Si el bloque de suelo está «irrigado» de manera regular, de modo que la Los instrumentos para la medición de la transferencia vertical de calor y vapor
cubierta de vegetación produzca la máxima evapotranspiración posible, la de agua ya han sido desarrollados, pero en el momento presente se usan
pérdida de agua recibe el nombre de «evapotranspiración potencial» (o PE)7. principalmente en la investigación.
Suponiendo que el almacenamiento de agua en el suelo es constante, la El método más satisfactorio que se conoce hasta el momento combina el
evapotranspiración potencial se calcula como la diferencia entre la precipitación balance de energía y los enfoques aerodinámicos. De este modo, H. L Penman
y la filtración. Una instalación sencilla de evapotranspirómetro aparece en la consiguió expresar las pérdidas por evaporación en función de cuatro elementos
figura 2.2; la colocación de un depósito doble asegura que las lecturas meteorológicos que se miden regularmente, por lo menos en Europa y en
efectuadas sean representativas. La evapotranspiración potencial constituye la América del Norte. Son la duración de la luz solar (relacionada con la cantidad
base de un sistema de clasificación climática desarrollado por C. W. de radiación), la temperatura media del aire, la humedad media del aire y la
Thornthwaite (véase apéndice I). velocidad media del viento (que limita las pérdidas de calor y vapor de la
Los métodos teóricos para determinar las velocidades de evaporación han superficie).
seguido dos enfoques distintos. El primero relaciona la evaporación mensual Los efectos relativos de los diversos factores mencionados aparecen
media (E) de grandes masas de agua con la velocidad media del viento (u) y la ilustrados en la distribución global de evaporación (fig. 2.3). Las pérdidas
diferencia media de presión de vapor entre la superficie del agua y el aire (ew — disminuyen de un modo brusco en las altas latitudes, en las que hay poca energía
ed) de la forma siguiente: disponible. En las latitudes medias, y bajas hay diferencia apreciables entre la
tierra y el mar (fig. 2.4B). Las cifras más altas corresponden, naturalmente, a los
E = Ku(ew — es) océanos, a causa de la enorme cantidad de agua existente en ellos, y,
considerando las diversas estaciones del año, las cifras más altas corresponden al
donde K es una constante empírica. Este enfoque se llama aerodinámico porque invierno sobre el Oeste del Pacífico y del Atlántico, donde el aire continental frío
tiene en cuenta los factores que eliminan vapor de la superficie del agua. El fluye sobre corrientes oceánicas cálidas. En un año entero las pérdidas oceánicas
segundo método se basa en el balance de energía. La cantidad neta de radiación máximas tienen lugar aproximadamente entre 15° y 20°N y 10° y 20°S en el
solar y terrestre en la superficie (Rn) se emplea en la evaporación (E) y cinturón de los vientos alisios.
conducción del calor hacia la atmósfera (H), con excepción de una pequeña parte Las mayores pérdidas anuales, que se estima son de unos 200 cm, se
que calienta el suelo durante el día, pero, como casi todo se pierde durante la producen en el Pacífico occidental y en el centro del océano Indico cerca de los
noche, puede ser despreciado. Por lo tanto: 15°S (cf. fig. 1.28; 100 kcal/cm2 equivalente a una evaporación de 170 cm de
agua/cm2). Existe un mínimo subsidiario ecuatorial sobre los océanos,
Rn = LE + H principalmente como resultado de la menor velocidad del viento en el cinturón
de calmas ecuatoriales y de la proximidad del vapor de agua del aire a su punto
donde L es el calor latente de vaporización (2,5 X 106 J/kg). Rn puede medirse de saturación, pero el máximo en tierra se produce más o menos en el ecuador a
con un radiómetro neto y la relación H/LE = β, llamada tasa de Bowen, puede ser causa de la radiación solar relativamente alta y de las elevadas pérdidas por
estimada midiendo la temperatura y el contenido en vapor de agua a dos niveles transpiración de la abundante vegetación de esta zona. El máximo secundario
cercanos a la superficie. β alcanza valores desde <0,1 para el agua hasta de ≥ 10 sobre la tierra en las latitudes medías está relacionado con los fuertes vientos
para la superficie del desierto. dominantes del Oeste. El resto de la figura 2.4, que se ha incluido aquí para
facilidad de comparación, será estudiado en secciones posteriores.
7
PE puede ser definido de un modo más general como la pérdida de agua correspondiente
a la energía disponible.
Fig. 2.5
Balance medio anual de humedad correspondiente a estaciones meteorológicas
del Oeste, Centro y Este de Gran Bretaña, determinado según el método de
Thornthwaite (de Howe, 1956).
La evaporación anual en Gran Bretaña, calculada por medio de la fórmula de
Penman, oscila entre unos 38 era en Escocia y unos 50 cm en lugares del Sur y
Sudeste de Inglaterra. La evapotranspiración potencial anual, determinada por el
método de Thornthwaite (que se basa en la temperatura media) es superior a 64
cm en la mayor parte del Sudeste de Inglaterra. Puesto que esta pérdida está
concentrada en el período comprendido entre mayo y septiembre, puede haber
déficits estacionales de agua de 12 a 15 cm en dichas partes del país (como
aparece ilustrado en la fig. 2.5 para la región extremo sur), por lo que los
agricultores necesitan emplear gran cantidad de agua para el riego. La figura 2.6
indica que en el Sur y Sudeste de Inglaterra es necesario regar nueve de cada diez
años durante los seis meses de verano (abril-septiembre), suponiendo que la
cosecha pueda extraer 6,4 cm de humedad del suelo.
B. HUMEDAD
1. Contenido de humedad
2. Transporte de humedad
donde el subíndice s hace referencia a los respectivos valores saturantes, a la
misma temperatura; e denota la presión de vapor. A veces no se tiene en cuenta el hecho de que la atmósfera transporta
Otro índice de humedad es la temperatura del punto de rocío, que es la humedad tanto horizontal como verticalmente. En la figura 2.4C aparecen
temperatura a que se produce la saturación si se enfría el aire a presión ilustradas las cantidades que deben ser transportadas en dirección meridiana
constante sin añadirle ni quitarle vapor. Cuando la temperatura del aire y la del para mantener el equilibrio de humedad en una determinada latitud (es decir,
punto de rocío son iguales, la humedad relativa es del 100 %, y es evidente que precipitación — evaporación = cantidad neta de humedad que penetra
también puede determinarse la humedad relativa mediante: horizontalmente en la columna de aire). Un hecho relevante es el transporte
hacia el ecuador en las latitudes bajas y el transporte hacia el polo en las
latitudes medias. Se aconseja al lector que observe de nuevo este diagrama
una vez estudiados los cinturones de viento (cap. 3, E).
Se hace necesario en este punto llamar la atención sobre el hecho de que
Naturalmente, la humedad relativa de una cantidad determinada de aire variará la evaporación local no constituye, en general, la mayor fuente de
si varía su temperatura o su proporción de mezcla. En general, la humedad precipitación. Por ejemplo, sólo el 6 % de la precipitación anual sobre
relativa varía en forma opuesta a la temperatura durante el día y tiende a ser Arizona y el 10 % de la que cae sobre la cuenca del río Misisipí tienen origen
más baja al principio de la tarde y más elevada por la noche. local; el resto ha sido transportado hacia aquellas zonas (es decir, por
La humedad atmosférica puede medirse con como mínimo cinco tipos de advección de humedad). Incluso cuando hay humedad en la atmósfera de una
instrumentos. El más común para mediciones rutinarias es el termómetro región determinada, sólo suele convertirse en precipitación una pequeña
húmedo instalado en un protector de instrumentos con tejadillo (pantalla de parte de ella. Esto depende de la eficacia de los mecanismos de condensación
Stevenson). El bulbo de un termómetro común es envuelto en muselina que es y precipitación, tanto a escala microfísica como a gran escala, que son los
mantenida húmeda por una mecha que va hacia un recipiente con agua pura. El que se consideran a continuación.
enfriamiento por evaporación de este bulbo húmedo da una lectura que puede
usarse en conjunción con las lecturas simultáneas de un termómetro con el C. CONDENSACIÓN
bulbo seco para calcular la temperatura del punto de rocío. Otro artefacto
portátil similar, llamado psicrómetro aspirado, usa una corriente de aire La condensación, causa directa de las diversas formas de precipitación, tiene
forzada a fluir en una tasa fija sobre termómetros secos y húmedos. Un lugar bajo circunstancias cambiantes, que de una manera u otra van asociadas
instrumento muy sofisticado para la determinación del punto de rocío, basado a la variación de uno de los parámetros siguientes: volumen de aire,
en un principio distinto, temperatura, presión y humedad. Así, la condensación se produce (I) cuando
disminuye la temperatura del aire, permaneciendo constante
su volumen y el aire se enfría hasta su punto de rocío; (II) si aumenta el
volumen del aire sin suministro de calor (este enfriamiento tiene lugar porque
la «expansión adiabática» —véase cap. 2, D— hace que la energía se consuma
en trabajo); (III) cuando un cambio conjunto de temperatura y volumen
reduce la capacidad de contener humedad del aire por debajo del contenido de
humedad existente; y (IV) por evaporación que añade humedad al aire. Es
evidente que la clave para entender la condensación está en el delicado
equilibrio existente entre estas variables independientes. Siempre que se altere
el equilibrio entre una o más de ellas más allá de un cierto límite, puede
producirse condensación.
Las circunstancias favorables a la producción de condensación que son
más corrientes son las que provocan descenso de la temperatura del aire; es
decir, enfriamiento por contacto, mezcla de masas de aire a distintas
temperaturas y enfriamiento dinámico de la atmósfera. El enfriamiento por
contacto se produce, por ejemplo, cuando pasa aire cálido y húmedo sobre una
superficie de tierra fría (lám. 4). En una noche de invierno clara la fuerte Fig. 2.9
radiación enfriará la superficie muy rápidamente y este enfriamiento Efecto de la mezcla de masas de aire (de Petterssen, 1941). La mezcla
superficial se extenderá gradualmente hasta el aire húmedo inferior, horizontal de dos masas de aire no saturado A y B da origen a una masa de
reduciendo su temperatura hasta un punto en que se produce la condensación aire sobresaturado C. Aparece representada la curva de presión de vapor de
en forma de rocío, niebla o escarcha, según la cantidad de humedad existente, saturación. (cf. fig. 1.5 que es una representación semilogarítmica).
el espesor de la capa de aire que se enfría y el valor del punto de rocío. Cuando mediante el uso de nieve carbónica (CO2 helado) o la liberación de gas
este último es inferior a 0°C, se conoce con el nombre de punto de escarcha si propano a través de toberas de expansión para producir la congelación y la
el aire está saturado con respecto al hielo. consiguiente caída de cristales de hielo (cf. pág. 80). Las nieblas cálidas (es
La mezcla de dos capas distintas dentro de una sola masa de aire, o la decir, que tienen gotas a una temperatura superior a la de congelación)
mezcla de dos masas de aire distintas, también puede producir condensación. presentan mayores problemas, pero los intentos de disipación han dado
La figura 2.9 indica cómo la mezcla horizontal de dos masas de aire (A y B) algunos éxitos limitados en la evaporación de las gotitas por calentamiento
con unas características de humedad y temperatura dadas puede producir una artificial, por el uso de grandes ventiladores para hacer descender el aire seco
capa de aire (C) que está sobresaturada a la nueva temperatura, por lo que se de arriba, el barrido de las partículas de niebla mediante chorros de agua y la
formarán nubes en ella. La mezcla vertical de una capa de aire, que se inyección de cargas eléctricas dentro de la niebla para producir la
discutirá más adelante (fig. 2.15) puede tener el mismo resultado. La niebla o condensación. Sin embargo, es indudable que la causa de condensación más
los estratos bajos, con llovizna —llamada «crachin»— que es común a lo efectiva es el proceso dinámico de enfriamiento adiabático, que será tratado
largo de las costas del sur de China y del golfo de Tonkín en febrero-abril, con más detalle en la próxima sección.
puede desarrollarse como resultado tanto de la mezcla de masas de aire como
de una advección cálida sobre una superficie más fría. D. CAMBIOS ADIABÁTICOS DE TEMPERATURA
La adición de humedad al aire cerca de la superficie por evaporación tiene
lugar cuando el aire frío se desplaza sobre una superficie de agua caliente. El movimiento de una porción de aire hacia una zona colindante con ella,
Esto puede causar la formación de nieblas de vapor, que son comunes en las pero sometida a distinta presión (sin intercambio de calor con el aire
regiones árticas. Los intentos de dispersar la niebla constituyen un área en la circundante) produce un aumento de volumen y consecuentemente un des-
que se han hecho algunos progresos en la modificación local del tiempo., Las censo de su temperatura; Un aumento de volumen implica trabajo y el
nieblas frías pueden ser disipadas localmente consumo de energía, por lo que se reduce el calor disponible por unidad de
volumen y consecuentemente la temperatura. Dicho cambio de
temperatura, realizado sin aumento ni disminución de calor se denomina
«adiabático» y, evidentemente, los movimientos verticales del aire son una de
las causas principales de estos cambios adiabáticos de temperatura.
Cerca de la superficie de la tierra, la mayoría de los procesos de in-
tercambio son no-adiabáticos (a veces se denominan «diabáticos») a causa de
la tendencia que tiene el aire a mezclar y modificar sus características por
movimiento lateral, turbulencia y por los procesos físicos afines. Cuando una
masa de aire se mueve verticalmente, los cambios que tienen lugar son a
menudo adiabáticos porque el aire es fundamentalmente mal conductor del
calor y la masa de aire, como un todo, tiende a mantener su propia identidad
térmica, que la distingue de las masas de aire que la rodean. En algunas
circunstancias, en cambio, debe tenerse en cuenta la mezcla del aire con el que
le rodea.
Podemos considerar ahora los cambios que se producen cuando se eleva
una porción de aire y el descenso de presión va acompañado por un aumento
de volumen y una disminución de temperatura (véase cap. 1, B). La
proporción con que desciende la temperatura en una partícula que se eleva y
se expande se denomina «gradiente adiabático de temperatura». Si el
movimiento ascensional del aire no produce condensación, entonces la
energía empleada en la expansión hará descender la temperatura de toda la
masa hasta lo que se denomina «gradiente adiabático del aire seco»
(9,8°C/km). Sin embargo, la disminución continuada de temperatura produce
invariablemente condensación y, cuando esto tiene lugar, se libera calor
latente, que compensa, en cierta manera, el descenso adiabático de
Fig. 2.10
temperatura del aire seco. Es por ello que se produce el hecho distintivo de
El tefigrama, que permite mostrar las siguientes propiedades atmosféricas
que el aire que se eleva y es saturado (o precipita) se enfría a una tasa menor
isotermas, adiabáticas secas, isóbaras, adiabáticas saturadas y la tasa de
(es decir, el «gradiente adiabático del aire saturado») que el aire insaturado. mezcla de saturación.
Otra diferencia entre el gradiente adiabático del aire saturado y el del aire seco
es que, mientras que el primero permanece constante, el segundo varía con la del aire seco y del aire saturado (o velocidades de enfriamiento), que se
temperatura. Esto se debe a que las masas de aire de mayor temperatura aplican a porciones de aire que se elevan moviéndose a través del aire que las
pueden contener más humedad y, por lo tanto, pueden desprender mayor rodea. En las proximidades de la superficie, el gradiente vertical de
cantidad de calor latente al condensarse. Para temperaturas elevadas, el temperatura es a veces considerablemente superior al gradiente adiabático
gradiente adiabático del aire saturado puede ser de 4°C/km) pero este valor seco, es decir, es superadiabático. Esto es particularmente frecuente en
aumenta a medida que disminuye la temperatura, llegando hasta cerca de verano en las zonas áridas (véase tabla 1.4). Sobre la mayor parte de las
9°C/km a — 40°C. superficies secas normales, el valor del gradiente se aproxima al del
En total pueden distinguirse tres gradientes distintos, dos de ellos adiabático seco a una altura de unos 100 metros.
dinámicos y uno estático. Está en primer lugar el gradiente ambiental (o Pueden expresarse adecuadamente los cambios en las propiedades de las
estático), que es el descenso real de temperatura en el ambiente con la altura masas de aire en movimiento si se representan en forma de curvas sobre
en cualquier ocasión, tal como sería registrado por un observador que diagramas construidos convenientemente. Uno de estos diagramas de uso
asciende en un globo. Por lo tanto, este gradiente no, es adiabático y puede común es el tefigrama inglés (fig. 2.10). Éste incluye cinco propiedades de la
adoptar cualquier forma, según las condiciones de temperatura reinantes en el atmósfera:
aire. Existen también los gradientes adiabáticos dinámicos
Fig. 2.11
Gráfico que muestra las relaciones entre la temperatura (T), la temperatura
potencial, la temperatura potencial de termómetro húmedo (w) y la tasa de
mezcla de saturación (XS).
F. FORMACIÓN DE NUBES
Fig. 2.14
Inestabilidad convectiva. AB representa el estado inicial de una columna de
aire; húmeda en A y seca en B. Después de la elevación de toda la columna,
el gradiente de temperatura A'B' excede el gradiente de la adiabática
saturada, por lo que la columna de aire es inestable.
Los núcleos tienen tamaños comprendidos entre 0,001 µm de radio, en cuyo
caso son inefectivos, ya que se requieren sobresaturaciones muy altas para la
condensación, y más de 10 µm (núcleos «gigantes»), que no permanecen en
el aire durante mucho tiempo. Las sales marinas, que son particularmente
higroscópicas, penetran en la atmósfera principalmente cuando explotan las
burbujas de aire de la espuma, pero también son fuentes de núcleos
igualmente importantes las finas partículas de tierra y los productos de la
combustión química levantados por el viento. Por término medio, el aire
oceánico contiene un millón de núcleos de condensación por litro (mil cm3) y
el aire continental unos cinco o seis millones. Una vez iniciada la formación
de las gotitas de agua, el proceso de su crecimiento dista mucho de ser
sencillo y gran parte del mismo está aún por explicar. En las primeras fases,
las gotas pequeñas crecen mucho
Fig. 2.15.
Gráfico que ilustra los efectos de la mezcla vertical en una masa de aire.
escala. Éstos serán ahora discutidos, antes de examinar los aspectos a gran
escala del desarrollo de las nubes y sus tipos.
1. Núcleos de condensación
Es muy importante poner de manifiesto que la condensación se produce con
mucha mayor dificultad en el aire «limpio»; la humedad, por regla general,
debe encontrar una superficie adecuada sobre la que poder condensarse, Si se
hace descender la temperatura del aire puro por debajo del punto de rocío, se
«sobresatura» (es decir, su humedad relativa se hace superior al 100 %) Para
mantener una gota de agua pura de 10-7 cm de radio (0,001µm) se necesita
una humedad relativa del 320 %, y para una gota de 10-5 cm de radio (0,1
µm) una humedad relativa del 101%.
La condensación tiene lugar generalmente sobre una superficie ajena al
aire, que puede ser una porción de tierra o una planta, como ocurre en el caso
del rocío o de la escarcha, mientras que en el aire libre la condensación
empieza alrededor de los llamados «núcleos higroscópicos». Estas partículas
pueden ser de polvo, humo, anhídrido sulfuroso, sales (ClNa) o sustancias
microscópicas similares, cuyas superficies tienen la propiedad de ser
higroscópicas. Además, los aerosoles higroscópicos son solubles. Esto es
muy importante, puesto que la presión de vapor de saturación es menor sobre
una gota de disolución (por ejemplo, cloruro sódico, o ácido sulfúrico) que Fig. 2.16
sobre una gota de agua pura del mismo tamaño y temperatura (fig. 2.16). En Variación de la humedad relativa con el diámetro de las gotas. La curva I
realidad, la condensación empieza sobre las partículas higroscópicas antes de indica el efecto debido a la curvatura de la gota y la curva III el debido a una
que el aire esté saturado; en el caso de los núcleos de cloruro sódico, cuando disolución de 5x10-20 g de ácido sulfúrico. La curva II representa el efecto
la humedad relativa es del 78 %. conjunto neto deja curvatura y la concentración de la disolución (de
Simpson, 1941).
más rápidamente que las mayores, pero a medida que aumenta el tamaño de una
gotita, disminuye su velocidad de crecimiento por condensación, tal como
muestra en la figura 2.17. Es evidente que la velocidad de crecimiento radial
disminuye a medida que aumenta el tamaño de la gota, ya que a cada
incremento del radio la superficie es cada vez mayor. Sin embargo, la velocidad
de condensación está limitada por la rapidez con que la gota puede perder el
calor latente que se va desprendiendo, pasando al aire por conducción y
reduciendo el gradiente de vapor. Además, la «competencia» entre las gotas
para apoderarse de la humedad existente tiende cada vez más a reducir el grado
de sobresaturación.
En las nubes, la sobresaturación sobrepasa muy raramente el 1 % y, puesto
que la presión de vapor de saturación es mayor sobre la superficie curva de una
gotita que sobre una superficie plana de agua, las gotitas muy pequeñas (de
radio < 0,1 µm) se evaporan rápidamente (fig. 2.16). En las primeras etapas, es
importante el tamaño de los núcleos; para una sobresaturación de 0,05 %, una Fig. 2.18
gotita de 1 µm de radio con un núcleo de sal de 10-13 g alcanza las 10 µm en 30 Los diez grupos básicos de nubes clasificados según su altura y forma (de
minutos, mientras que una con un núcleo de sal de 10-14 g tarda 45 minutos. Más Strahler, 1965).
tarde, una vez la sal disuelta ha dejado de tener un efecto significativo, la claramente que el proceso gradual de condensación es inadecuado para explicar la
velocidad de crecimiento radial se hace lenta, como resultado de la disminución velocidad de formación de las gotas de lluvia que se observan a menudo. Por
de la sobresaturación (figura 2.16). ejemplo, en la mayor parte de las nubes la precipitación se desarrolla en el término
La figura 2.17 ilustra no sólo el lento crecimiento de las gotitas, sino de una hora. Debe tenerse en cuenta también que las gotas de lluvia que caen
también la inmensa diferencia de tamaño existente entre las gotitas de las nubes sufren evaporación en el aire no saturado situado por debajo de la base de la nube.
(de radios comprendidos entre menos de 1 µm y 50 µm) y las gotas de lluvia (de Una gotita de 0,1 mm de radio se evapora después de caer sólo 150 m a una
más de 1 mm de diámetro). Estos hechos parecen indicar temperatura de 5 °C y 90 % de humedad relativa, pero una gota de 1 mm de radio
caerá 42 km antes de evaporarse. No parece probable que las gotitas de las nubes
sean necesariamente la fuente inmediata de las gotas de lluvia. Este punto será
tratado nuevamente en la sección G;
2. Tipos de nubes
2. Tipos de precipitación
La fuerza del gradiente de presión tiene componentes verticales y horizontales pero como
ya se ha dicho, la componente vertical está más o menos equilirada con la fuerza
gravitatoria. Las diferencias de presión en el espacio, que pueden ser debidas a causas
mecánicas o térmicas (a veces de difícil distinción), controlan los movimientos
horizontales de las masas de aire. En efecto, el gradiente de presión es la fuerza que
ocasiona el movimiento del aire desde las zonas de altas presiones hacia las de bajas
presiones, aunque existen otras fuerzas que le impiden atravesar directamente las isobaras
(líneas de igual presión) El gradiente de presión por unidad de masa, perpendicular a las
isobaras se expresa matemáticamente como
Fig. 3.1
Efecto de la desviación de Coriolis sobre un cuerpo que se mueve desde el centro
al borde de un disco giratorio.
donde p = densidad del aire y dp/dn = gradiente horizontal de presión. Por consiguiente
cuanto más juntas estén las isóbaras, más intenso será el gradiente de; presión y mayor la
velocidad del viento La fuerza del gradiente de presión es también inversamente
proporcional a la densidad del aire y esta relación es de especial importancia para
comprender el comportamiento de los vientos en altura.
La fuerza de Coriolis es una consecuencia del hecho de que el movimiento de las masas
de aire sobre la superficie de la tierra está generalmente referido a un sistema de
coordenadas móvil (por ejemplo, la red de meridianos y paralelos que gira con la tierra).
El método más sencillo para hacer ver la manera en que actúa esta fuerza desviadora
consiste en dibujar un disco giratorio sobre el que se encuentren varios objetos, que son Fig. 3.2
desviados. La figura 3.1 muestra el efecto de esta fuerza desviadora sobre una masa que Efecto de la desviación de Coriolis sobre un disco giratorio.
se mueve sobre un disco giratorio desde el centro hacia el borde. El cuerpo sigue una A. Un observador situado en X ve el objeto P e intenta lanzar una pelota hacia él.
trayectoria rectilínea con relación a un sistema de En ambos casos el sentido de giro es el contrario al de las agujas del reloj. B. El
observador se encuentra en X' y el objeto en P´. Para el observador la pelota
parece seguir una trayectoria curvilínea y llega hasta Q. El observador no tiene
en cuenta el hecho de que P se movía hacia su izquierda y que el recorrido de la
pelota está influido por el impulso inicial debido a su propia rotación.
referencia fijo (por ejemplo, una caja que contiene un disco giratorio), pero en 3. Viento geostrófico
relación con las coordenadas que giran con el disco se desvía hacia la derecha de su
Las observaciones realizadas en la «atmósfera libre» (por encima del nivel
línea inicial de movimiento. Este efecto puede apreciarse claramente si se traza con
un lápiz una línea sobre un disco blanco que gire. La figura 3.2 ilustra un caso en que afectado por el rozamiento superficial, entre unos 500 y 1000 m) indican que
el viento sopla en dirección aproximadamente perpendicular al gradiente de
el movimiento no parte del centro del disco y el objeto posee una cantidad de
presión (es decir, paralelamente a las isóbaras) y que, siguiendo la trayectoria
movimiento inicial respecto a su eje de rotación. En el caso análogo de la rotación de
del viento, los núcleos de altas presiones quedan a la derecha y los de bajas
la tierra (con la longitud y la latitud como coordenadas giratorias de referencia) existe
presiones a la izquierda en el hemisferio norte. Esto implica que, en el caso de
una desviación aparente de los objetos en movimiento, hacia la derecha de su
movimiento uniforme, la fuerza del gradiente de presión queda equilibrada
trayectoria en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur, para un
completamente por la fuerza de Coriolis, que actúa en la misma dirección y
observador situado en la tierral La fuerza desviadora (por unidad de masa) se expresa en sentido opuesto (fig. 3.3). El viento ideal que cumple con esta condición se
mediante denomina «viento geostrófico» y su velocidad (Vᶢ) viene dada por la
siguiente fórmula:
—2ωV sen φ
donde ω = velocidad angular de rotación (15°/h o radianes/h para la tierra = 7,29 X
donde dp/dn = gradiente de presión. Por consiguiente, la velocidad del viento
10 3 radianes/s); φ ,= latitud, y V = velocidad de la masa. 2 ω sen φ se conoce con el geostrófico es inversamente proporcional al seno de la latitud por lo que el
nombre de parámetro del Coriolis (f). mismo gradiente de presión asociado a velocidades de viento geostrófico de 15
La magnitud de la desviación es directamente proporcional a: a) la velocidad m/s (34 mph) en latitudes de 43° producirá velocidades de sólo 10 m/s (23 mph)
horizontal del. aire (es decir, sobre el aire que se mueve, por ejemplo, a 11 m/s, actúa en latitudes de 90°. A excepción de las latitudes bajas, donde la fuerza de
una fuerza que es la mitad de la que actuaría si el aire se moviese a 22 m/s), y b) al Coriolis es casi nula, el viento geostrófico se aproxima mucho al movimiento
seno de la latitud (sen 0o = 0; sen 90° = 1). Por consiguiente, este efecto es máximo en del aire observado en la atmósfera libre. Puesto que los sistemas de presión rara
los polos (es decir, donde el plano de la fuerza desviadora es paralelo al plano de la vez son estacionarios, este hecho implica que el movimiento del aire debe
cambiar constantemente
superficie terrestre) y disminuye con la latitud anulándose en el ecuador (donde no
existe componente de la desviación en un plano paralelo a la superficie). Los valores
de f varían con la latitud, tal como se indica a continuación:
Fig. 3.3
El viento geostrófico en el caso de movimiento uniforme (hemisferio norte).
para buscar un nuevo equilibrio. En otras palabras, se realizan constantemente
ajustes mutuos del viento y de los campos, de presiones. El conocido
argumento de «causa y efecto», según el cual se forma un gradiente de
presión y el aire empieza a moverse hacia las bajas presiones antes de llegar
al equilibrio geostrófico, no es más que una desafortunada simplificación de
la realidad.
1. Divergencia
En la figura 3.6 A aparecen representados diversos tipos de flujo horizontal.
Se dice que se produce confluencia (o difluencia) cuando las líneas de
corriente (líneas del movimiento instantáneo del aire).convergencia (o
divergencia), La confluencia ocasiona un aumento de la velocidad de las
partículas de aire, pero sin producir acumulación de masa. La convergencia
tiene lugar cuando existe una acumulación neta de aire en un sector limitado y
la influencia cuando disminuye la cantidad neta de aire. La confluencia puede
incrementar la convergencia, pero a veces la distribución de las isotacas
(líneas de velocidad del viento constante) contrarresta el efecto de la
influencia de las líneas de corriente. Es importante hacer notar que, si todos
Fig. 3.5
los vientos fuesen geostróficos, no podría haber convergencia ni divergencia
Espiral de Ekman que describe el viento al aumentar la altura, para el hemisferio norte. El y, por consiguiente, no existiría el tiempo.
viento alcanza la velocidad geostrófica entre 500 y 1000 m en las latitudes medias y altas a La convergencia y divergencia pueden producirse también de otros
medida que se va haciendo despreciable el efecto de rozamiento. Este es un perfil teórico de la modos, consecuencia de los efectos del rozamiento con la superficie. Los
velocidad del viento en condiciones de turbulencia mecánica.
de ésta y, en el hemisferio norte, la tierra queda a la derecha (o izquierda) de
la corriente de aire, en el sentido de avance de ésta.
2- Movimiento vertical
El aporte o la pérdida de aire en las proximidades de la superficie, tiene que estar
compensado por el movimiento vertical, tal como ilustra la figura 3.6 B. El
aire se eleva por encima de una borrasca y desciende sobre un anticiclón,
produciéndose en compensación convergencia, o divergencia,
respectivamente, en la troposfera superior. Es evidente que en la troposfera
media debe existir un nivel en el que .la divergencia o convergencia horizontales
sean efectivamente nulas este nivel medio de «no divergencia» se encuentran
generalmente a unos 600 mb. El movimiento vertical a gran escala es
extremadamente lento si se compara con las corrientes de convección y las
ráfagas descendentes que se producen, por ejemplo, en los cúmulos. Las
velocidades típicas en las grandes borrascas y anticiclones son del orden de 5
a 10 cm/s, mientras que las de las ráfagas ascendentes en los cúmulos pueden
ser superiores a 10 m/s.
3. Vorticidad
La vorticidad implica rotación o velocidad angular de minúsculas partículas
imaginarias en el seno de cualquier fluido. El aire de una borrasca puede
considerarse como formado por un número infinito de pequeñas
Fig. 3.6
Convergencia y divergencia.
A. Configuraciones del flujo horizontal que producen divergencia y convergencia.
Las líneas de trazos son isopletas esquemáticas de la velocidad del viento (isotacas).
B. Configuraciones del movimiento vertical asociado a divergencia y convergencia
de masas en la troposfera.
vientos marino que soplan desde tierra adentro sufren convergencia en los
niveles inferiores, ya que la velocidad del aire disminuye al atravesar la línea, Fig. 3.7
de la. costa, debido .al mayor rozamiento de la tierra, mientras que los vientos Esquema de la vorticidad vertical relativa (ζ) en un ciclón y un anticiclón en el
que soplan hacia el mar se aceleran y se hacen divergentes. Las diferencias de hemisferio norte. La componente de la vorticidad de la tierra alrededor de su eje de
rozamiento .puede ocasionar también convergencia (o divergencia) en la rotación (o el parámetro de Coriolis, f) es igual al doble de la velocidad angular (ω)
por el seno de la latitud (ϕ). En el polo f = 2 ω, disminuyendo a 0 en el ecuador. La
costa, si el viento geostrófico es paralelo a la línea vorticidad ciclónica tiene el mismo sentido que la rotación de la tierra alrededor de su
propio eje, vista desde arribó, en el hemisferio norte: esta vorticidad ciclónica se
define como positiva (ζ˃0).
partículas, cada una de las cuales está animada de un movimiento de rotación
alrededor un eje perpendicula a la superficie de la tierra (figura 3.7). La
vorticidad tiene tres elementos, a saber: magnitud, que por razones de
conveniencia se define como el doble de la velocidad angular. w9, dirección,
es decir, el eje vertical u horizontal alrededor del cual se produce la rotación,
y sentido de giro. La rotación en el mismo sentido que la de la tierra
—ciclónica en el hemisferio norte— se define como positiva. La vorticidad
ciclónica puede ser consecuencia de la curvatura de las líneas de corriente,
de la cizalladura (en el hemisferio norte, cuando mirando en el sentido de
avance de la corriente, soplan vientos más fuertes a la derecha de ésta), o de
una combinación de ambos efectos (fig. 3.8). La vorticidad anticiclónica se
produce con la correspondiente situación anticiclónica. La componente de la
vorticidad en la dirección de un eje vertical se conoce como vorticidad
vertical. Es generalmente la más importante, pero en las proximidades del
suelo, el rozamiento produce vorticidad alrededor de un eje paralelo a la
superficie y normal a la dirección del viento.
La vorticidad no sólo está relacionada con el movimiento del aire
en las proximidades de una borrasca o un anticiclón (vorticidad relativa),
sino también con la situación de estos sistemas en el campo de rotación
de la tierra. La componente vertical de la vorticidad absoluta está formada
por la velocidad relativa (ζ) y el valor del parámetro de Coriolis
(f = 2ω sen ϕ) correspondiente a aquella determinada latitud (véase capítulo 3,
A.2). En el ecuador, la vertical local forma un ángulo recto con
el eje de la tierra, por lo que f = 0, pero en el polo norte la vorticidad
ciclónica relativa y la rotación de la tierra tienen el mismo sentido (figura
3.7).
C. VIENTOS LOCALES
Fig. 3.13
Efecto de la brisa marina de la tarde en la temperatura (°C) y en la humedad relativa
(%) en Joal, costa del Senegal, en los días 8-10 de febrero de 1893 (según Angot y De
Martome; de Kuenen, 1955).
superior puede estar muy estrechamente relacionado con las brisas marinas
inferiores, incluso hasta el extremo de reflejar las oleadas en estas últimas.
Conviene poner de relieve que en las latitudes medias la fuerza de Coriolis
desvía la brisa marina que sopla hacia tierra (en el sentido de las agujas del
reloj en el hemisferio norte), por lo que, en realidad, sopla casi paralelo a la
orilla: Al lado de las grandes masas de agua de tierra adentro, como los
Grandes Lagos, se desarrollan sistemas análogos de «brisas lacustres».
FIG. 3.16
Esquema de la estructura horizontal y vertical de las células subtropicales de altas
presiones. Nótese particularmente la convergencia a lo largo de los cinturones situados
entre las células, la inclinación de los ejes con la altura hacia el Oeste y hacia el
ecuador, y la espiral inclinada que describe la trayectoria del movimiento del aire en la
troposfera media —en sentido ascendente en la parte occidental (aire dinámicamente
inestable) y en sentido descendente en la parte oriental (aire dinámicamente estable)—
FIG. 3.15 (de Garbell, 1947).
Inclinación con la altura característica de los ejes de las células de bajas y altas pre-
siones en el hemisferio norte.
presiones se inclinan hacia el aire más cálido (fig. 3.15) y, por tanto, las células
subtropicales de altas presiones del hemisferio norte se encuentran desviadas de
10° a 15° de latitud hacia el Sur en el nivel de 3000 m, y también hacia el Oeste
(fig. 3.16). A pesar de ello, esta inclinación de los ejes de altas presiones no es
constante en el tiempo y las estaciones situadas entre las células pueden registrar
amplias fluctuaciones de los vientos en los niveles altos, asociadas a las
variaciones de inclinación de los ejes.
10
El concepto de viento geostrófico puede aplicarse igualmente a las topografías. Las alturas en
estos mapas vienen dadas en metros o decámetros geopotenciales (m.g.p. o bien dm.g.p.).
En el hemisferio sur, la predominancia de la superficie oceánica (que
comprende el 81 % del hemisferio) reduce considerablemente el desarrollo de
largas ondas en los vientos del oeste superiores. Sin embargo, se inician
asimetrías por el efecto sobre la atmósfera de los accidentes geográficos como
los Andes, la elevada y extensa cúpula de la Antártida oriental y las corrientes
oceánicas, particularmente las corrientes de Humboldt y de Benguela (véase
fig. 3.36) y los afloramientos costeros fríos asociados. Ambos hemisferios
presentan intensificaciones de verano a invierno de la circulación media que se
explican más adelante.
3. Vientos superiores
Es una observación corriente que las nubes se mueven en distintas direcciones
según los niveles a que se encuentran. También la velocidad del viento en estos
niveles puede ser marcadamente distinta, aunque esto no resulte tan evidente
para el observador aficionado. El gradiente de la velocidad del viento con la
altura se conoce como «cizalladura del viento», y en el aire libre, por encima del
nivel del rozamiento, el grado de cizalladura depende de la estructura de la
temperatura del aire. Esta importante relación aparece ilustrada en la figura
3.19. El diagrama muestra isohipsas hipotéticas de superficies barométricas de
1000 y 500 mb. El espesor de la capa de 1000-500 mb es proporcional a su
temperatura media; los bajos valores de espesor corresponden a aire frío, los
espesores grandes a aire caliente. Esta relación se hace aparente en la sección
vertical de la figura 3.14. E1 vector viento teórico (Vr), paralelo a las líneas de
espesor (con una velocidad proporcional a su gradiente) se denomina «viento
térmico». La velocidad del viento geostrófico a 500 mb (G500) es la suma
vectorial del viento geostrófico de 1000 mb (G1000) y del viento térmico (Vr),
como se muestra en la fig. 3.19.
Puesto que el viento térmico sopla con el aire frío (poco espesor) a la
izquierda en el hemisferio norte, cuando se mira en dirección del viento se
observa inmediatamente que en la troposfera el descenso de temperatura hacia
el polo debería originar una fuerte componente del Oeste en los vientos
superiores. Además, puesto que el gradiente meridiano de temperatura es más
abrupto en invierno, los vientos zonales del Oeste son más intensos en esta
época
El resultado de todas estas influencias es que en el hemisferio norte la mayor
parte de los vientos geostróficos de niveles altos sopla predominantemente del
Oeste, entre las células subtropicales de altas presiones (centradas
aproximadamente a los 15°N) y el centro polar de bajas presiones en altura.
Entre las células subtropicales de altas presiones y el ecuador, soplan del Este.
Esta circulación dominante del Oeste
Fig. 3.19 Fig. 3.20
Mapa esquemático de perfiles sobrepuestos de altitud isobárica y espesor de la capa de 1000-500 Configuración típica de la temperatura y situación de las corrientes en chorro del
mb (en metros). G1000 es la velocidad geostrófica a 1000 mb, G500 a 500 mb, y Vr es el «viento Oeste (J) en el hemisferio norte en invierno (en parte según Defant y Taba, 1957).
térmico» resultante, que sopla paralelamente a las líneas de igual espesor.
Fig. 3.21
Estructura de la zona frontal de las latitudes medias y la corriente en chorro asociada, que
11
La Organización Meteorológica Mundial recomienda un límite inferior arbitrario de 30 m/s.
muestra la distribución generalizada de ¡a temperatura, la presión y la velocidad del viento (según
Riley y Spalton, 1974).
ción del gradiente meridiano de temperatura en una estrecha zona (o zonas) FIG. 3.22
es aún incierta. Una de las teorías existentes sostiene que el gradiente de Situación y velocidades medias (en m/s) de la corriente en chorro del Oeste en el
hemisferio norte en los meses de enero (A) y julio (B) (según Namias y Clapp; adaptado
temperatura se hace más acentuado cuando el viento confluye en los niveles de Petterssen, 1958).
superiores (véase cap. 3, B1). La figura 3.20 que da una visión generalizada
del viento y de la distribución de temperaturas en la troposfera en invierno,
del frente polar está situado a latitud muy variable y generalmente es dis-
indica que existen dos corrientes en chorro de vientos del Oeste (véase fig.
continuo, mientras que la corriente en chorro subtropical es mucho más
1.31). La que está situada más al Norte, denominada «chorro del frente polar»
persistente. Por estas razones, la situación de la corriente en chorro media
(véase cap. 4, E) está asociada al abrupto gradiente de temperatura allí donde
(fig. 3.22) refleja principalmente la posición de la corriente en chorro
se interaccionan el aire polar y el tropical (fig. 3.21), pero la «corriente en
subtropical. La configuración sinóptica de una corriente en chorro puede
chorro subtropical» está relacionada con un gradiente de temperatura complicarse en algunos sectores por la presencia de zonas frontales
limitado a la troposfera superior. El chorro adicionales (véase capítulo 4, E), cada una de las cuales está asociada
FIG. 3.23
a una corriente en chorro. Esta situación es corriente en invierno sobre América del Configuración de ¡a presión media en superficie (mb) en el hemisferio norte en los
Norte. Si comparamos las figuras 3.18 y 3.22 observamos que los núcleos principales meses de enero (página anterior) y julio (arriba) de 1950-59 (según O'Connor, 1961).
de las corrientes en chorro están asociados con las vaguadas principales de las ondas
de Rossby. En verano, se forma una corriente en chorro tropical oriental en las capas
métricas medias son las células anticiclónicas subtropicales (figs. 3.23 y 3.24). Estos
superiores de la troposfera sobre la India y África a causa de la inversión regional del anticiclones están localizados a unos 30° de latitud, sugestivamente situados por
gradiente de temperatura S-N (pág. 270-271). Las relaciones entre estos sistemas de debajo de la corriente en chorro subtropical media. Se mueven unos pocos grados en
vientos troposféricos superiores y el tiempo y el clima en la superficie serán dirección al ecuador en invierno y hacia los polos en verano, en respuesta a la
estudiadas en los capítulos 4, 5 y 6. expansión estacional y contracción de los dos remolinos circumpolares. En el
hemisferio norte, las dos bandas subtropicales de altas presiones son debilitadas
4. Presión en la superficie sobre los continentes calentados en verano, pero son intensificados térmicamente
Las características más permanentes de los mapas de las superficies baro- sobre ellos en invierno. Las principales células de altas presiones subtropicales
se encuentran: a) sobre la región oceánica entre las Bermudas y las Azores (el centro
de esta célula está situado sobre el Caribe oriental); b) sobre el Sur y Sudoeste de los
Estados Unidos (la Gran Depresión o célula de Sonora, célula continental que está,
naturalmente, sujeta a variación estacional, siendo reemplazada por una baja térmica
superficial en verano); c) sobre la parte oriental y septentrional del Pacífico una célula
grande y poderosa (que a veces se divide en dos, especialmente durante el verano), y
d) sobre el Sahara (esta área, al igual que otros manantiales de masas continentales,
varía estacionalmente, tanto en intensidad como en extensión, siendo más marcada en
invierno). En el hemisferio sur los anticiclones subtropicales son oceánicos, excepto
sobre el sur de Australia en verano
Hacia el lado ecuatorial de los anticiclones subtropicales existe una vaguada
ecuatorial de bajas presiones, ampliamente asociada con la zona de máxima
insolación y que tiende a migrar con ella, especialmente hacia los interiores
continentales calentados del hemisferio veraniego. Hacia el lado de los polos de los
anticiclones subtropicales se halla una zona general de bajas presiones subpolares. En
el hemisferio sur es virtualmente circumpolar (fig. 3.24), mientras que en el
hemisferio norte los principales centros se encuentran cerca de Islandia y las
Aleutianas en invierno y principalmente sobre áreas continentales en verano.
Comúnmente se dice que en las altitudes altas hay un anticiclón superficial debido al
frío aire polar, pero en el Ártico esto sólo es cierto en primavera sobre el archipiélago
Ártico Canadiense. En invierno la Cuenca Polar se ve afectada por células de altas y
bajas presiones con los anticiclones principales de aire frío semipermanentes sobre
Siberia y en menor extensión, en el Canadá noroccidental. El ligero anticiclón
siberiano es en parte el resultado de la exclusión de masas de aire tropical desde .el
interior del macizo tibetano y el Himalaya. Sobre la Antártida no tiene sentido hablar
de presión a nivel del mar, pero, en promedio, existen altas presiones sobre la meseta
antártica oriental entre 800 y 500 mb.
Es importante en este punto distinguir entre las distribuciones de presión media y
los anticiclones y borrascas que aparecen en los mapas sinópticos de tiempo. Un mapa
sinóptico es aquél en el que aparecen indicados los principales sistemas barométricos
situados sobre una zona muy amplia a una hora determinada, mientras que por
ejemplo, se prescinde de las características del viento local. Las borrascas subpolares
que se encuentran sobre Islandia y las Aleutianas (fig. 3.23), que se representan en los
mapas barométricos medios recurrentes representan el tránsito de profundas
depresiones a través de estas áreas en la dirección de las vaguadas de ondas largas
superiores. Sin embargo, las zonas de presión media alta están relacionadas con
anticiclones más o menos -
permanentes. Las zonas intermedias, tales como la situada aproximadamente entre
50° y 55 °N, afectadas por las depresiones móviles y los surcos de altas presiones,
aparecen en los mapas medios con una presión ni marcadamente alta ni marcadamente
baja. El movimiento de las depresiones se estudia en el capítulo 4, F.
Si comparamos las distribuciones de presión en superficie y en la troposfera
correspondiente al mes de enero (figs. 3.18 y 3.23), observaremos que sólo las células
subtropicales de altas presiones se extienden hasta los niveles altos. Las razones de
ello se evidencian en la fig. 3.14B y D. En verano, el cinturón ecuatorial de bajas
presiones se hace evidente también sobre la parte meridional de Asia. Las células
subtropicales son discemibles todavía a 300 mb, lo que indica que son una
característica fundamental de la circulación global y no solamente un reflejo de las
condiciones reinantes en superficie.
12
Del inglés «Inter-Tropical Convergence Zone» (N. del T.).
presión (fig. 3.27). La isla Kerguelen (49°S, 70°E) tiene una frecuencia anual
del 81 % de vientos del Sudoeste y Noroeste y esta cifra puede compararse
con la de la isla Macquarie (54°S, 159°E), que indica que este predominio
está ampliamente extendido sobre todos los mares del Sur. Sin embargo, la
aparente zonación del remolino circumpolar meridional (fig. 3.24) encubre
mucha variabilidad sinóptica en invierno y en verano.
mucho más variables que los alisios tanto en dirección como en intensidad, ya
F. LA CIRCULACIÓN GENERAL
que en estas regiones la trayectoria del movimiento del aire se ve afectada
frecuentemente por núcleos de baja y alta presión que viajan generalmente en
Las distribuciones de viento y presión observadas sugieren el estudio, de los
dirección Este dentro del flujo básico (lám. 1). También en el hemisferio norte
mecanismos que mantienen la «circulación general» de la atmósfera (las
la preponderancia de las zonas continentales con sus formas irregulares y la
distribuciones de viento y presión a gran escala que persisten durante todo el
variación que experimenta en ellas la presión de unas estaciones a otras tiende año o se repiten estacionalmente). Se ha hecho ya referencia a una de las causas
a enmascarar el flujo general del Oeste. Las islas Scilly, situadas en la zona de motrices principales de esta distribución el desequilibrio de la radiación entre
los «vientos del Sudoeste» registran un 46 % de los vientos como procedentes las latitudes bajas y las altas (cap. 1, G.1) pero también es importante apreciar
del Sudoeste y Noroeste, pero también un 29 % como procedentes del sector el significado de los intercambios de energía en la atmósfera. La energía se
opuesto, entre el Nordeste y el Sudeste. transforma continuamente, tal como se indica de un modo esquemático en la
Los vientos del Oeste del hemisferio sur son más fuertes y de dirección figura 3.28. El desigual calen
más constante que los del hemisferio norte, ya que las grandes extensiones
oceánicas regulan el desarrollo de los sistemas estacionales de
Este cada vez mayores. Por ejemplo, la velocidad relativa con respecto a la
tierra de una corriente de aire que se dirigiese desde los 42° a los 46° de
latitud y conservase su momento cinético aumentaría 29 metros cada
segundo. Este principio es el mismo que hace que el patinador sobre hielo
gire más violentamente cuando deja caer sus brazos progresivamente a lo
largo de su cuerpo. En la práctica, este aumento de la velocidad de la masa de
aire queda compensado o enmascarado por otras fuerzas que afectan al
movimiento del aire (especialmente el rozamiento), pero no existe duda
alguna de que muchas de las características importantes de la circulación
atmosférica general son el resultado de este transporte de momento cinético
hacia el polo.
FIG. 3.28 La necesidad de un transporte de momento hacia el polo puede deducirse
Esquema de los cambios de energía que afectan al sistema tierra-atmósfera. ya como consecuencia del mantenimiento de los vientos del Oeste de las
latitudes medias. Estos vientos imparten continuamente a la tierra un
momento cinético relativo por rozamiento, y se ha calculado que cesarían en
tamiento de la tierra y su atmósfera por la radiación solar genera energía poco más de una semana, a causa de la disipación de su energía por
potencial, parte, de la cual se transforma en energía cinética por la elevación rozamiento, si su momento cinético no aumentase de alguna otra manera. En
del aire caliente y el descenso, del aire frío. En último término, la energía las latitudes bajas los extensos vientos tropicales ven aumentado su
cinética del movimiento atmosférico a escala general se disipa por rozamiento, momento cinético Oeste por rozamiento como resultado del sentido de
y, a pequeña escala a través de los remolinos (es decir, por viscosidad rotación de la tierra, que es opuesto al de su movimiento, y este exceso de
interna). Para mantener la circulación general, es obvio que la creación de energía es transmitido hacia los polos; este transporte en dirección a los
energía cinética debe estar compensada por su disipación. Se estima que las polos es máximo en las cercanías de la corriente en chorro subtropical,
cifras son aproximadamente de 2W/m2, cantidad que representa tan sólo un 1 aproximadamente a 250 mb y 30°N y 30°S, hecho que resulta muy
% de la radiación solar global media absorbida en la superficie y en la significativo.
atmósfera. En otras palabras, la atmósfera es una máquina térmica altamente
ineficiente (véase cap. 1, G).
El segundo factor que interviene en el control de la configuración es 1. Circulación en los planos horizontal y vertical
el momento cinético de la tierra y su atmósfera, que es la tendencia que La atmósfera puede transportar calor y energía de dos maneras. Una de
tiene ésta a girar, conjuntamente con la tierra, alrededor, de su eje de rotación. ellas es por circulación en el plano vertical, tal como se indica en la fi-
El momento cinético es proporcional a la velocidad, de rotación gura 3.29 que representa tres células meridianas. La célula de latitudes bajas
(es decir, a la velocidad angular) y al cuadrado de la distancia de la (o de Hadley) y la opuesta a ella en el hemisferio sur fueron consideradas
partícula de aire, al eje de rotación. Si la tierra y su atmósfera giran con análogas a las circulaciones convectivas que se originan cuando se calienta
movimiento uniforme, el momento cinético total deberá permanecer constante sobre una llama un recipiente con agua; se conocen como células
(en otras palabras, existe una «conservación del momento cinético»). «térmicamente directas». Se creía que el aire caliente de las proximidades
Sin embargo, si una gran masa de aire cambia de posición en la superficie del ecuador se elevaba y daba origen a un flujo hacia el ecuador en los niveles
terrestre de forma que cambie también su distancia al eje de giro, bajos; estas corrientes de aire eran desviadas por la rotación de la tierra, lo que
su velocidad angular deberá cambiar también, de manera que el momento daba origen a los alisios del Nordeste y del Sudeste. Esta explicación fue
cinético permanezca constante. Naturalmente, el momento cinético es propuesta por G. Hadley en 1735, aunque en 1856 W. Ferrel puso de relieve
elevado en las cercanías del ecuador13 y disminuye con la latitud hasta que la conservación del momento cinético sería un factor más efectivo en la
anularse en el polo (es decir, en el eje de rotación), por lo que el aire que se formación de los vientos del Este porque la fuerza de Coriolis es pequeña en
mueve hacia el polo tiende a adquirir velocidades en dirección las latitudes bajas. La célula de latitudes bajas, según el esquema anterior, se
vería completada
13
La velocidad de rotación en el ecuador es de 465 m/s.
Fig. 3.29
Modelo de tres células que ilustra la circulación meridiana en el hemisferio norte
(según Rossby, 1941; de Barry, 1967).
FIG. 3.30
El transporte de energía hacia los polos, mostrando la importancia de los remolinos
por las corrientes que se dirigen hacia el polo y que acompañan al aire descendente horizontales.
a unos 30° de latitud a medida que éste se enfría por radiación. Sin embargo,
este esquema no es totalmente conecto, ya que el ecuador no es la única
fuente de calor de la atmósfera; además, los alisios no son continuos de movimiento de los vientos del Oeste era transferida a las latitudes medias
alrededor de todo el globo (fig. 3.25) y el flujo que asciende en dirección a los desde la parte superior de las células de altas y bajas latitudes. Esta mezcla
polos está limitado principalmente a los extremos occidentales de las células horizontal podía realizarse, por ejemplo, a través de los surcos y vaguadas
subtropicales de altas presiones en altura (véase fig. 3.18). del aire superior.
En la figura 3.29 aparece otra célula térmicamente directa en las latitudes Estos puntos de vista sufrieron un cambio radical a partir de 1948. Los
altas, en la que el aire frío y denso procede de un centro polar de altas medios alternativos de transporte de calor y momento —mediante
presiones. Este hecho es algo incierto, pero, en cualquier caso, su circulaciones horizontales— ya fueron sugeridos en los años veinte por A.
importancia para la circulación general es relativa porque la masa de aire que Defant y H. Jeffreys, pero no pudieron probarse hasta que se pudo disponer
interviene es pequeña. Conviene poner de relieve en este punto que no es de datos adecuados sobre las capas superiores de aire. Los cálculos
posible la existencia de una célula directa única en cada hemisferio porque realizados para el hemisferio norte por V. P. Starr y R. M. White en el
los vientos del Este que soplarían en las proximidades del suelo frenarían la Instituto de Tecnología de Massachusetts demostraron que, en las latitudes
rotación de la tierra. Por término medio, la atmósfera debe girar con la tierra, medias, las células horizontales transportan hacia el polo la mayor parte del
lo que requiere que se equilibren los vientos del Este y del Oeste que soplan calor y de la cantidad de movimiento necesarios. Éste se realiza a través del
sobre el globo. mecanismo de las anticiclones casi estacionarios y de los ciclones y
La célula de latitudes medias de la figura 3.29 es térmicamente indirecta anticiclones que se mueven en las proximidades de la superficie terrestre y
y requiere la presencia de las otras dos. Las oportunas consideraciones acerca que actúan conjuntamente con las células superiores con ellos relacionadas.
de la cantidad de movimiento indican la necesidad en dicho esquema de la La importancia de estas células horizontales para el transporte de la energía
presencia de los vientos superiores del Este; sin embargo, observaciones aparece reflejada en la figura 3.30 (véase también fig. 1.26 B). Por
realizadas con globos durante los decenios de 1930 y 1940 demostraron la consiguiente, según el concepto moderno de la circulación general, la energía
existencia de fuertes vientos del Oeste en la parte superior de la troposfera de los vientos zonales deriva de las ondas en movimiento y no de las
(cap. 3, D.3).' Rossby modificó el modelo de tres células para tener en cuenta circulaciones meridianas. Sin embargo, en las latitudes bajas, este
este hecho, proponiendo que la cantidad mecanismo puede resultar insuficiente por sí mismo
de los dos máximos de viento y del papel que desempeñan en la circulación
general, pero es indudable que forman parte esencial del conjunto. Podemos
ahora, a la luz de todas estas teorías, examinar de nuevo el origen de los
anticiclones subtropicales, que tan importante papel desempeñan en el clima
del mundo. Su existencia ha sido atribuida a diversas causas: al
amontonamiento del aire que se mueve hacia el polo a medida que es desviado
progresivamente hacia el Este por la rotación de la tierra y la conservación de la
cantidad de movimiento; al hundimiento de las corrientes que fluyen hacia el
polo debido al enfriamiento por radiación; a la necesidad general de la
existencia de altas presiones en las proximidades de los 30° de latitud, que
separan zonas aproximadamente iguales de vientos del Este y del Oeste, o a
Fig. 3.31 diversas combinaciones de todos estos mecanismos. La teoría adecuada debe
Modelo de la circulación meridiana general correspondiente al hemisferio norte en tener en cuenta no sólo la persistencia de los anticiclones, sino también su na-
invierno (según Palmén, 1951; de Barry, 1967). turaleza celular y la inclinación de sus ejes. El estudio anterior indica que las
ideas de una célula de Hadley simplificada y de la conservación de la cantidad
de movimiento son correctas sólo en parte. Además, los estudios más recientes
para llevar a cabo todo el transporte de energía que se estima necesario para sorprendentemente no muestran ninguna relación, en base a las estaciones,
un equilibrio energético. Por estos motivos, la célula media de Hadley figura entre la intensidad de la célula de Hadley y la de los anticiclones subtropicales.
todavía en las representaciones actuales de la circulación general, tal como Es probable que las células anticiclónicas de niveles altos que se evidencian
indica la figura 3.31, pero se reconoce la complejidad de la circulación en las en los mapas sinópticos (y que tienden a confundirse en los mapas medios)
latitudes bajas. En particular, el transporte vertical de calor en la célula de estén relacionadas con los vórtices anticiclónicos en el lado ecuatorial de las
Hadley se produce, al parecer, en los cumulonimbos asociados a corrientes en chorro. Diversas observaciones y estudios teóricos indican que,
perturbaciones organizadas en la vaguada ecuatorial de bajas presiones que como resultado de la variación del parámetro de Coriolis con la latitud, las
se encuentra localizada aproximadamente a 5°S en enero y a 10°N en julio borrascas de los vientos del oeste tienden a moverse en dirección a los polos y
(véase cap. 6, B). La célula de Hadley del hemisferio invernal es con mucho los anticiclones hacia el ecuador. Por consiguiente, los anticiclones
la más importante y da lugar al flujo transecuatorial de bajo nivel hacia el subtropicales sufren una regeneración constante. Existe una relación estadística
hemisferio veraniego. El modelo tradicional con células gemelas, simétricas entre la latitud de los anticiclones subtropicales y el gradiente de temperaturas
sobre el ecuador, se encuentra sólo en primavera/otoño. Las células de meridional medio en la troposfera; un gradiente más acusado causa un
Hadley están ligadas longitudinalmente con los regímenes monzónicos del desplazamiento hacia el ecuador de las altas presiones, y viceversa. Este
hemisferio veraniego. El aire ascendente sobre Asia meridional (y también desplazamiento tiene evidentemente una base estacional. La distribución de las
sobre Sudamérica e Indonesia) está asociado con el flujo de salida (zonal) células en la superficie refleja claramente la influencia de los manantiales de
este-oeste y éstos son sistemas conocidos como las «circulaciones de calor. Las células son estacionarias y de forma alargada en dirección Norte-Sur
Walker». El transporte de retorno hacia los polos de las células de Hadley sobre los océanos del hemisferio norte en verano, cuando el calentamiento de
meridionales tiene lugar en vaguadas que se extienden hacia las bajas los continentes crea bajas presiones y además el gradiente meridiano de
latitudes desde los vientos del oeste de latitudes medias. Esto se produce temperatura es débil. En invierno, por el contrario, el flujo zonal es más fuerte a
generalmente en los extremos occidentales de los anticiclones subtropicales causa de un mayor gradiente meridiano de temperatura, y el enfriamiento de
de la troposfera superior (véase fig. 3.16). La mezcla horizontal predomina los continentes produce un alargamiento de las células en dirección Este-Oeste.
en las latitudes medias y altas, aunque también se cree que existe una débil Es indudable que los factores de superficie y de niveles altos se suman en
célula indirecta de latitudes medias en forma muy reducida (fig. 3.31). Ya se algunos sectores y tienden a anularse en
ha hecho notar la relación existente entre las corrientes en chorro y las
regiones cuyo gradiente aumenta fuertemente hacia el Sur (véase fisura
3.20). Actualmente se carece todavía de una explicación completa
FIG. 3.33
Fig. 332 Ciclo del índice zonal. Esquema ilustrativo del desarrollo de configuraciones celulares
Modelo hipotético del flujo que relaciona la convección veraniega, la corriente en en los vientos superiores del Oeste, que se producen normalmente durante un período de
chorro oriental y la subsidencia de altas presiones sobre el norte de África y el este tres a ocho semanas, siendo especialmente activos durante los meses de febrero y marzo
del Atlántico Norte (adaptado de Walker, 1972; (derechos de la Corona reservados). en el hemisferio norte. Los estudios estadísticos no descubren ninguna periodicidad en
esta secuencia. (Según Namias; de Haltiner y Martin, 1957). A. Índice zonal alto. La
corriente en chorro y los vientos del Oeste se encuentran desplazados al norte de su
otros. Realmente, se ha sugerido que la célula de altas presiones de las Azores, posición media. Los vientos del Oeste son fuertes, las isóbaras están orientadas
en particular, debe parte de su intensificación veraniega y su tendencia a predominantemente en dirección Este-Oeste y el intercambio de masas entre Norte y
Sur es escaso.
extenderse hacia el este a las masas de aire que se elevan local-mente en áreas B y C. El chorro se extiende y aumenta su velocidad, ondulándose al mismo tiempo
con grandes precipitaciones monzónicas sobre África, entran en la circulación con amplitud cada vez mayor.
de la corriente en chorro oriental tropical (véase capítulo 6, pág. 346) y D. índice zonal bajo. Los vientos zonales del Oeste se fragmentan en células. En las de
entonces bajan sobre el Sahara occidental y el este del Atlántico Norte (fig. la parte baja de las latitudes medias se forman profundas depresiones frías ocluidas de
carácter estacionario, mientras que en latitudes más altas se observan intensos
3.32). anticiclones cálidos, bloqueantes y profundos. Esta fragmentación empieza normalmente
en el Este y se extiende hacia el Oeste a una velocidad de 60° de longitud por semana.
2. Variaciones en la circulación del hemisferio norte
Las configuraciones de isóbaras e isohipsas correspondientes a determinadas Los vientos zonales del Oeste que soplan sobre las latitudes medias originan
épocas del año pueden ser radicalmente distintas de las que aparecen indicadas la formación de ondas, y los surcos y vaguadas se van acentuando,
en los mapas medios (véanse figs. 3.18, 3.34 y 3.35). Estas variaciones, cuya dividiéndose finalmente en un conjunto de células, con pronunciado flujo en
duración oscila entre tres y ocho semanas, se producen de manera irregular, dirección Sur en ciertas longitudes. La fuerza de los vientos del Oeste entre
pero son bastante más apreciables durante los meses de invierno, cuando la 35° y 55°N se denomina «índice zonal»; los vientos zonales del Oeste fuertes
circulación general es más intensa. La naturaleza de estos cambios aparece son representativos de un índice alto y cuando el índice
ilustrada en forma esquemática en la figura 3.33.
es bajo se originan células muy marcadas (lám. 13). Puede presentarse
también un índice relativamente bajo cuando los vientos del Oeste soplan
bastante más al Sur de su latitud usual y, paradójicamente, esta expansión de
la circulación zonal va asociada a fuertes vientos del Oeste en latitudes más
bajas que aquellas en que son frecuentes. En las figuras 3.34 y 3.35 aparece
ilustrado el contraste entre las isohipsas medias de 700 mb y los perfiles de
velocidad de viento zonal en dos meses distintos. En diciembre de 1957, los
vientos del Oeste fueron superiores a lo normal al Norte de 40°N y los surcos
y vaguadas estaban escasamente desarrollados, mientras que en febrero de
1958 el índice zonal era bajo y existía un extenso vórtice circumpolar muy
extendido, con lo que se produjeron fuertes vientos del Oeste en las latitudes
medias. En la configuración de 700 mb aparecen anticiclones subtropicales
muy débiles, intensas vaguadas meridianas y el anticiclón del bloqueo
situado fuera de Alaska (véase fig. 3.33D). La causa de estas variaciones es
aún bastante incierta, aunque, al parecer, el rápido flujo zonal es inestable y
tiende a romperse. Es indudable que esta tendencia se ve aumentada en el
hemisferio norte por la distribución de los continentes y los océanos. Los
estudios detallados que se realizan en la actualidad están empezando a
demostrar que las fluctuaciones irregulares del índice, junto con las
características secundarias de la circulación, tales como las células
superficiales de bajas y altas presiones o las grandes ondas superiores,
desempeñan un importante papel en la redistribución de la cantidad de
movimiento y de la energía. Diversos experimentos realizados en laboratorio
con recipientes de agua que simulaban la atmósfera, así como los estudios
llevados a cabo en ordenadores utilizando modelos numéricos del
comportamiento de la atmósfera demuestran que una circulación de Hadley
no puede constituir un mecanismo apropiado para el transporte de calor hacia
el polo. En consecuencia, el gradiente meridiano de temperatura aumenta y
finalmente el flujo se hace inestable y no puede seguir siendo del tipo de
Hadley, y por lo que se fracciona en una serie de remolinos ciclónicos y
anticiclónicos. Este fenómeno se conoce con el nombre de inestabilidad
baroclínica. Por lo que a la energía se refiere, la energía potencial del flujo
zonal se convierte en la energía potencial y cinética de los remolinos.
Actualmente se sabe también que la energía cinética del flujo zonal proviene
de los remolinos, contrariamente a lo que mantenían las teorías clásicas, que
consideraban las perturbaciones en los cinturones globales de viento como FIG. 3.34
Arriba. Distribución de las isohipsas medias de 700 mb (en decenas de pies) corres-
un detalle superpuesto. Cada día se hace más evidente el significado de las pondientes a diciembre de Í957; puede apreciarse un flujo del Oeste rápido y de
perturbaciones atmosféricas y de las variaciones de circulación. Sin pequeña amplitud, típico de un índice zonal elevado. Abajo. Perfiles medios de 700
embargo, los mecanismos de la circulación se complican por numerosos mb de la velocidad del viento zonal (m/s) en el hemisferio occidental correspon-
procesos de interacción y realimentación de los cuales uno de los más dientes a diciembre de 1957 comparados con los de un diciembre normal. Los vientos
del Oeste fueron más fuertes y estaban desplazados hacia el norte (según la Monthly
importantes incluye la circulación oceánica, Weather Review, 85, 1957, págs. 410411).
tal como se indica más adelante. El significado de las interacciones entre el
calor de la atmósfera y el océano y los balances de humedad han sido
estudiados ya en el capítulo 1, G y en el capítulo 2, A.
Fig. 3.36
La circulación general de las corrientes marinas mostrando las anomalías de la tem-
peratura media en la superficie de ¡os océanos.
1. Corriente del Golfo 17. Corriente sudecuatorial
2. Corriente nordatlántica 18. Contracorriente ecuatorial
3. Corriente oriental de Groenlandia 19. Corriente de Mozambique
4. Corriente occidental de Groenlandia 20. Corriente de Agulhas
5. Corriente del Labrador 21. Corriente occidental de Australia
6. Corriente de las Canarias 22. Kuro Sivo
7. Corriente nordecuatorial 23. Deriva del Pacífico Norte
8. Corriente del Caribe 24. Corriente de California
9. Corriente de las Antillas 25. Corriente nordecuatorial
10. Corriente sudecuatorial 26. Contracorriente ecuatorial
11. Corriente del Brasil 27. Corriente de Alaska'
12. Corriente de las Malvinas 28. Corriente de Kamchatka
13. Deriva del Viento del Oeste 29. Corriente sudecuatorial
14. Corriente de Benguela 30. Corriente oriental de Australia
15. Corriente de Guinea 31. Corriente del Perú o de Humboldt
16. Deriva del monzón SO y NE 32. Contracorriente ecuatorial
dando lugar a temperaturas del agua del mar excepcionalmente altas; este líneas de corriente y/o la cizalladura lateral; esto, junto con el efecto de
efecto es compensado en las profundidades por un flujo de agua fría que se rotación de la tierra enmascaran la vorticidad vertical absoluta.
dirige hacia el sur procedente del Ártico. Sin embargo, más de la mitad de la Los vientos locales se dan como resultado de las diferencias térmicas que
masa de agua que forma la Deriva del Atlántico Norte y casi toda la de la varían durante el día y que establecen gradientes locales de presión (vientos
Deriva del Pacífico Norte se desvían hacia el Sur alrededor de la parte montaña-valle y brisas tierra-mar) o debido al efecto de una barrera
oriental de los anticiclones subtropicales, formando las corrientes de topográfica aire que la cruza (ejemplos de ella son el Föhn de sotavento y los
Canarias y California. Sus equivalentes en el hemisferio sur son la corriente vientos bora).
de Benguela, de Humboldt o del Perú y de Australia Occidental. En contraste El cambio vertical de presión con la altura depende de la estructura de la
con las corrientes del extremo occidental de los océanos, éstas adquieren temperatura. Los sistemas de altas (bajas) presiones se intensifican con la
vorticidad ciclónica, que se opone a la anticiclónica que les comunica el altitud en una columna de aire caliente (frío); así, las bajas calientes y las altas
viento, por lo que son relativamente amplias y su velocidad es escasa. frías son hechos someros. La relación de «espesor» se esclarece mediante los
Además, la desviación debida al efecto Ekmann hace que las aguas anticiclones subtropicales de niveles superiores y el remolino polar en ambos
superficiales se muevan hacia el Oeste, alejándose de las costas, por lo que hemisferios. Los vientos del oeste intermedios de latitudes medias tienen así
asciende agua fría desde profundidades comprendidas entre 100 y 300 m. una gran componente de «viento térmico». Se concentran en las corrientes en
Aunque la zona de ascenso del agua puede ser bastante estrecha (unos 200 chorro de la troposfera superior por encima de acusados gradientes térmicos,
km para la corriente de Benguela), el efecto Ekmann traslada este agua hacia tales como los frentes.
el Oeste. En la parte orientada al polo de estas costas bañadas por agua fría, la Los flujos superiores presentan una configuración de ondas largas a gran
desviación hacia el sur de los cinturones de viento hace que el ascenso de escala, especialmente en el hemisferio norte, relacionada con la influencia de
agua de las profundidades varíe marcadamente de unas estaciones a otras; así las barreras montañosas y las diferencias tierra/mar. El campo barométrico
por ejemplo, el ascenso de agua fría en la Corriente de California es superficial está dominado por altas subtropicales semipermanentes, bajas
particularmente apreciable durante el período comprendido entre marzo y subtropicales y, en invierno, altas continentales frías superficiales en Siberia
julio. y en el Canadá noroccidental. La zona ecuatorial es predominantemente de
bajas presiones. Los cinturones de vientos globales asociados son los alisios
del este y los vientos del oeste de las latitudes medias. Existen vientos polares
RESUMEN del este más variables y sobre las áreas terrestres existe en verano una banda
El movimiento del aire se describe mediante sus componentes horizontal y de vientos del oeste ecuatoriales que representan los sistemas monzónicos.
vertical; esta última es mucho menor que las velocidades horizontales. Los Mientras que la circulación de las latitudes medias es esencialmente zonal
movimientos horizontales compensan los desequilibrios verticales entre la (oeste-este), esta configuración es intermitentemente interrumpida por altas
aceleración de la gravedad y el gradiente vertical de presiones. «bloqueantes» orientadas hacia el sur; una secuencia idealizada se conoce
La velocidad horizontal del viento viene determinada por el gradiente como el ciclo del índice zonal.
horizontal de presiones, el efecto de la rotación de la tierra (fuerza de La circulación atmosférica general que transfiere calor y momento hacia
Coriolis), y la curvatura de las isóbaras (aceleración centrípeta). Estos tres los polos, se halla predominantemente en un plano meridional vertical en las
factores son considerados en la ecuación del viento del gradiente, pero ésta latitudes bajas (la célula de Hadley), pero en las latitudes medias y altas tiene
puede ser aproximada satisfactoriamente en los flujos a gran escala por el lugar por ondas y remolinos horizontales (ciclones/ anticiclones). La energía
viento geostrófico que es perpendicular al gradiente de presión. Por debajo substancial es también transportada hacia los polos por los sistemas de
de los 1500 m, la velocidad y dirección del viento se ven afectadas por la corrientes oceánicas.
fricción superficial.
El aire asciende (desciende) en asociación con una convergencia (di-
vergencia) superficial del aire. El movimiento del aire también está sujeto a
la vorticidad vertical relativa como resultado de la curvatura de las
presión constante no cortan a las superficies isostéricas (o de densidad
constante), de manera que en cualquier corte vertical, tal como el que aparece
en la figura 4.1,das isóbaras y las isotermas son paralelas.) Dicha atmósfera
se conoce con el nombre de barotrópica.
La naturaleza y el grado de uniformidad denlas características de una masa
de aire vienen determinados por tres factores principales, a saber: a)la
naturaleza del manantial de la masa (del que ésta adquiere todas sus
4 propiedades originales) y la dirección en que se mueve (las propiedades físicas
de todas las masas de aire se clasifican por comparación con las de la región
situada debajo de ellas o con las de las masas de aire adyacentes) b) los
Masas de aire, frentes y depresiones cambios que tienen lugar en la constitución de una masa de aire cuando ésta se
traslada recorriendo grandes distancias, y c) la edad de la masa de aire.
El estudio de las propiedades que distinguen las diversas masas de aire
entre sí conduce naturalmente a la consideración de los límites de las masas de
aire o «frentes». También se estudian en el presente capítulo las relaciones
entre los centros de bajas presiones y las configuraciones del aire situado
Una masa de aire puede definirse como (una gran porción dé aire cuyas encima de ellas y se realiza a continuación un breve examen de los diversos
propiedades físicas, en especial la temperatura, contenido de humedad y métodos empleados en la predicción del tiempo.
gradiente vertical de temperatura, son más o menos uniformes para una
extensión horizontal de varios centenares de kilómetros. En teoría, se
considera como atmósfera ideal aquella en que las superficies de A. NATURALEZA DE LOS MANANTIALES DE MASAS DE AIRE
Hemos observado ya que la mayor parte de los procesos físicos que tienen
lugar en nuestra atmósfera son el resultado de los intentos de autorregulación
que ésta realiza para tratar de reducir las enormes diferencias que resultan de la
irregular distribución en el mundo del calor; la humedad y la presión. A escala
mundial, el equilibrio entre calor y cantidad de movimiento es cierto sólo a
largo plazo y por término medio. Sin embargo, a menor escala la radiación y la
mezcla vertical pueden producir un cierto equilibrio entre las condiciones
reinantes en superficie y las propiedades de la masa de aire situada por encima
de ella sobre una determinada región geográfica y durante un período de
tiempo que oscila entre tres y cinco días. Naturalmente, los principales manan-
tiales de masas son zonas de superficie extensa y uniforme sobre las que
generalmente se encuentran sistemas barométricos casi estacionarios. Estas
condiciones se cumplen cuando hay movimiento lento y divergente desde las
principales células térmicas y dinámicas de altas presiones, mientras que las
regiones de bajas presiones son zonas de convergencia hacia las que se
trasladan las masas de aire (véase cap. 4, E).
Las masas de aire se clasifican básicamente atendiendo a dos factores
FIG. 4.1
Corte esquemático de temperaturas en el que aparecen masas de aire barótrpicas y
una zona frontal baroclínica (se supone que la densidad disminuye tan sólo al aumentar
la altura).
Principales. El primero de ellos es la temperatura, que da origen a las masas de aire FIG. 4.2
ártico, polar y tropical; el segundo es el tipo de superficie de la región de origen, Masas de aire en invierno. A Hemisferio norte (según Petterssen, 1958 y Crowe,
con lo que tenemos las masas continentales y marítimas. Se estudian a 1965). B Hemisferio sur (según Taljaard, 1972).
continuación las principales masas de aire frías y cálidas.
(cA), pero las diferencias entre las masas de aire cP y cA están limitadas
1. Masas de aire frío principalmente a la troposfera media y superior, donde la temperatura del aire
cA es menor (tabla 4.1).
Los principales manantiales de aire frío del hemisferio norte son: a) los Los manantiales de estas dos masas, por estar cubiertos de nieve, dan
anticiclones continentales de Siberia y Canadá septentrional, que dan origen a las origen a un marcado enfriamiento de las capas inferiores (véase. figura 4.3) y,
masas de aire polar continental (cP) y b) la Cuenca Ártica cuando en ella dominan puesto que el contenido de vapor de agua del aire frío es muy limitado, estas
las altas presiones (fig. 4.2). En algunas clasificaciones se designa el aire de la masas de aire tienen generalmente una proporción de mezcla de sólo 0,1-0,5
última categoría como continental ártico g/kg en las proximidades de la superficie. La estabilidad que origina el
enfriamiento de la superficie evita la mezcla
TABLA 4.1
Características de la masa de aire en invierno cT (3) T — 19 5 -17
(3) x — 1,8 1,3 0,6
(1) Valores típicos en América del Norte, entre 45° y 50°N (según Godson, 1950) Med (3) 7 14 3 -3 -19
(2) Valores mensuales medios en las Islas Británicas, utilizando los datos correspondientes a (3) .v 7,0 3,7 2,5 0,9
Kew en lugar de los valores de 1000 mb (según Belasco, 1952)
Clasificación según Belasco: *P1, **A1 , ***P1, ****T1, ***** nivel de 950 mb.
(3) Valores típicos en el Mediterráneo (según «Weather in the Mediterranean», M.O. 391,
1962)
(4) Valores típicos en Australia, 33°S (según Taljaard, 1969)
(5) Valores típicos en la Antártida, 75°S (según Taljaard, 1969) vertical, por lo que sólo pueden producirse enfriamientos posteriores debidos
(6) Valores típicos en los Mares de! Sur, 50°S (según Taljaard, 1969) a pérdidas por radiación y aun de forma muy lenta. El efecto de este
T = temperatura del aire (°C) x = proporción de mezcla (g/kg) enfriamiento radiactivo se combina con la tendencia que tienen las masas de
aire a hundirse en las regiones de altas presiones, produciéndose una marcada
Masa de aire Nivel (mb) 1000 850 700 500
inversión de temperatura desde la superficie hasta unos 850 mb en las masas
cA (1) T -31 -33 -42
(3) T 1 -8 -21 -36 cA y cP típicas. A causa de su extrema sequedad, estas masas de aire, se
(3) x 2,4 1,7 0,4 0,2 caracterizan por su escasa nubosidad y pueden producir sólo ligeras nevadas
(5) T (0,33)***** -28 -30 -42 ocasionales. Durante el verano, el calentamiento de la tierra en Canadá
(5) x (0,2)***** 0,3 0,2 0.1 septentrional y Siberia hace que desaparezcan virtualmente sus manantiales
mA (1) T -10 -21 -38 de aire frío. La Cuenca Ártica permanece (véase fig. 4.4 A), pero el espesor
* (2) T 1 -9 -20 -40
(2) x 3,1 1,7 0,7 0,6 de la capa de aire frío en
(3) T 4 -6 -14 -33
(3) X 4,6 2,2 1,3 0,3
(6) T 0 -10 -20 -35
(6) x 3,0 1,6 0,8 0,2
cP (1) T -18 -20 -33
** (2) T 2 -12 -22 -41
(2) x 2,6 1,5 0,6 0,1
(3) T 7 -2 -13 -24
(3) x 4,5 2,6 1,3 0,4
mPw (1) T — 5 -4 -23
*** (2) T 8 1 -9 -27
(2) x 5,8 4,0 2,1 0,6
(3) T 12 2 -7 -23
(3) x 7,8 4,0 1,6 0,4
(4) T 10 2 -7 -25
(4) x 5,5 3,4 1,8 0,4
mT (1) T 10 0 -17
**** (2) T 11 6 -2 -17
(2) x 6,8 5,6 3,5 1,2
(3) T — 10 2 -14
(3) x — 6,0 2,5 1,0
(4) T 14 6 -2 -18
(4) x 7,8 5,3 2,5 0,9
Fig. 4.3
Estructura de la temperatura vertical media de determinadas masas de aire que afectan a
América del Norte, a unos 45°-50°N, sobre su manantial o sobre América del Norte en invierno
(según Godson, Showalter y Willett).:
Fig. 4.4
Masas de aire en verano. A Hemisferio norte (según Petterssen, 1958 y Growe,
1965). B Hemisferio sur (según Taljaard, 1972).
ella está muy limitado en dicha época del año. En el hemisferio sur, el
continente antártico y los casquetes de hielo son una fuente de aire cA en todas
las estaciones (figs. 4.2 B y 4.4 B). No hay fuentes de aire cP, sin embargo, dada caliente características del interior de las extensas zonas continentales. Los
la predominancia de las áreas oceánicas en las latitudes medias. En todas las manantiales de aire tropical (T) pueden ser: marítimos (mT), si se originan en
estaciones, el aire cP o cA sufre profundas modificaciones durante su paso las células subtropicales oceánicas de altas presiones, o continentales (cT), si
sobre el océano. Se originan masas de aire de tipo secundario, que serán se originan en la parte de dichas células situada sobre los continentes (como
consideradas en el apartado B del presente capítulo. ocurre con el «Harmattan» del Norte de África) o si están simplemente
asociados a regiones de vientos flojos y generalmente variables y se forman
2. Masas de aire cálido con la ayuda de la subsidencia que se produce en la troposfera superior de los
Estas masas se originan en las células subtropicales de altas presiones y, grandes continentes en verano (por ejemplo, en Asia central). En el
durante el verano, en las grandes acumulaciones de aire superficial hemisferio sur, el área de procedencia del aire mT cubre aproximadamente la
mitad del hemisferio. No
TABLA 4.2 descendente), la alta humedad de las capas inferiores situadas sobre los
Características de la masa de aire en verano océanos y por su estratificación estable. Puesto que el aire está caliente y
(misma clave que para la tabla 4.1) húmedo en las proximidades de la superficie, a medida que se traslada desde
su manantial hacia el polo se desarrollan normalmente en él nubes
Masa de aire Nivel (mb) 1000 850 700 500 estratiformes. En invierno, el aire de tipo continental está restringido
cA (5) T (-9)*** -13 -20 -33 principalmente al Norte de África (véase fig. 4.2, tabla 4.1), donde constituye
(5) x (1,8)*** 1,1 0,7 0,2
una masa de aire cálido, seco y estable. En verano, el calentamiento de las
mA (1) T — -4 -14 -33
capas inferiores debido al calor desprendido por la superficie da lugar a un
(2) T 14 2 -7 -25 elevado gradiente vertical de temperatura, pero, a pesar de la inestabilidad
(2) x 6,3 4,3 2,5 0,1 reinante, la escasa humedad relativa y específica evitan la formación de nubes
mP (1) T — 11 0 -19 y la precipitación. En el hemisferio sur, el aire cT prevalece bastante más en
* (2) T 16 4 -6 -24 invierno sobre los continentes subtropicales a excepción de Sudamérica. En
(2) x 8,4 3,9 2,2 0,4 verano, gran parte del sur de África
(3) T — 18 -2 -19
(3) x — 6,0 2,5 0,8
(4) T 17 8 0 -14
(4) x 8,0 6,0 3,1 1,0
cP (3) T 26 13 4 -14
(3) x 16,1 6,7 3,4 0,9
mT (1) T — 18 8 -8
(2) T 19 12 4 -11
(2) x 10,8 8,1 4,5 2,4
(4) T 22 16 5 -11
(4) x 13,4 8,0 4,8 1,7
cT (1) T — 22 10 -11
(2) T 21 16 6 -11
(2) x 12,1 3,9 3,4 1,1
** (3)T — 26 13 -10
(3) x — 4,5 2,5 0,5
(4) T 27 20 7 -12
(4) x 8,0 4,7 3,6 1,2
Med (3) T 29 19 12 -6
(3) x 14,1 7,4 3,0 0,9
Clasificación de Belasco: *Pa. **cT que se origina sobre África, ***950 mb.
A medida que las masas de aire se alejan de sus manantiales, se ven afectadas
por diversos intercambios de temperatura y humedad con la superficie del suelo
y por los distintos procesos de carácter dinámico que tienen lugar en la
atmósfera. Por consiguiente, una masa de aire inicialmente barotrópica se
transforma gradualmente en una corriente de aire moderadamente baroclínica,
en la que las superficies isostéricas e isobáricas se cortan unas a otras. Debido a
la presencia de gradientes horizontales de temperatura, el aire no puede
desplazarse como un bloque sólido conservando intacta su estructura interna.
La trayectoria (es decir, curso real) que sigue una partícula de aire de la
troposfera media o superior será normalmente bastante distinta de la que sigue
una partícula situada más cerca de la superficie a causa del aumento de la
velocidad del viento del Oeste con la altura. La estructura real de una corriente
de aire en un instante dado viene determinada en gran parte por los procesos de
modificación que ha sufrido la masa. A pesar de todas estas observaciones, el
concepto de masa de aire sigue siendo aún de considerable valor práctico
original entre ambas masas, ya que, aunque cada una de ellas siga marcando el
límite entre el aire frío y el cálido, las características meteorológicas que se
observan en sus proximidades son muy distintas. Estas dos secciones de la
superficie frontal se conocen con los nombres de «frente cálido» para la parte
anterior de la onda y «frente frío» para la parte posterior (fig. 4.7 y lám. 14).
Fig. 4.7 La discontinuidad entre dos masas de aire adyacentes viene marcada por
Cuatro etapas del desarrollo típico de una depresión de las latitudes medias (en su mayor una zona fuertemente, baroclínica de intenso gradiente de temperatura^ y 100
parte según Strahler, 1951, modificado según Beckinsale). Las vistas desde satélites de ¡os a 200 km de anchura (véase el apartado B del presente capítulo y la fig. 4.6).
sistemas nubosos correspondientes a estos estadios se muestran en la fig. 4.8. F = aire frío; No es frecuente encontrar en los frentes, especialmente si se trata de un frente
c = aire cálido.
cálido, fuertes discontinuidades de temperatura, humedad o viento. Cuando
aparecen, son normalmente el resultado de la entrada de un fuerte chorro de
son prominentes en los mapas meteorológicos diarios, se denominan fenómenos a aire frío en la parte posterior de una depresión, aunque en la troposfera media y
escala sinóptica. Esta configuración, por lo menos en las latitudes medias, va alta pueden ser debidos a subsidencia y su situación no coincide con la de la
normalmente asociada a una convergencia de masas de aire de características zona baroclínica.
dispares, cuya superficie de separación tiene, forma de onda con el vértice En las imágenes tomadas por satélites, los frentes fríos activos en una zona
situado en el centro de la zona de baja presión. Al formarse la onda entre una baroclínica fuerte presentan comúnmente acusadas bandas de nubes en espiral
masa de aire cálido y otra de aire frío, queda atrapada una masa de aire cálido formadas como resultado de la advección térmica (véase figura 4.8 B, C y
entre el aire frío modificado de la parte anterior y el de la parte posterior. La láms. 15 y 19). Los frentes cálidos, sin embargo, están
formación de la onda origina también una distinción entre las dos secciones de la
discontinuidad
típicamente cubiertos por capas de cirros. Tal como indica la figura 3.20, la
zona baroclínica está íntimamente asociada a una comente en chorro de la
troposfera superior, que sopla aproximadamente paralela a la línea del frente
en altura (véase lám. 16). Esta relación se examinará más detenidamente en el
apartado F de este mismo capítulo.
El aire que se encuentra detrás del frente frío, lejos del centro de la baja,
generalmente tiene una trayectoria anticiclónica y por lo tanto se mueve a una
velocidad mayor que la geostrófica (véase cap. 3, A.4), que hace que el frente
frío adquiera también una velocidad supergeostrófica. La cuña de aire
caliente es presionada en su superficie y es elevada del suelo. Este estadio de
oclusión elimina la forma de onda de la superficie (fig. 4.7 y láms. 15 y 19).
La oclusión sale gradualmente hacia fuera del centro de la depresión a lo largo
del frente cálido. Algunas veces, la cuña de aire frío avanza tan rápidamente
que, en la capa de fricción cercana a la superficie, el aire frío sobrepasa al aire
caliente y genera una línea de turbonada (véase más adelante, cap. 4, H, pág.
235).
La depresión generalmente alcanza su intensidad máxima 12-14 horas
después de empezar la oclusión. Este estadio se ¡lustra en la lámina 19 B.
En modo alguno siguen todas las bajas frontales el ciclo de vida idealizado
del que hemos tratado más arriba (cf. la toma para la lámina 17).
Generalmente es característica de la ciclogénesis oceánica, pero muchas bajas
que se encuentran sobre Norteamérica y se forman al este de las Montañas
Rocosas en la vaguada barométrica de sotavento desarrollan frentes ocluidos
casi inmediatamente. En los meses de invierno, la ausencia de fuentes de
humedad en esta región reduce mucho la intensidad de la frontogénesis hasta
que el sistema se desplaza hacia el este y toma aire caliente y húmedo del sur. Fig. 4.9
A. Modelo de una sección transversal de una depresión con anafrentes donde el aire
se eleva relativamente con respecto a cada superficie frontal. Nótese que el anafrente
D. CARACTERÍSTICAS DE LOS FRENTES cálido puede presentarse con un cara/rente frío y viceversa. B. Modelo de una
depresión con catafrentes en la que el aire se hunde con relación a cada superficie
La actividad meteorológica de un frente depende del movimiento vertical de frontal (según Pedgley, 1962; derechos de la Corona reservados).
las masas de aire. Si el aire del sector cálido se eleva con relación a la zona
frontal, los frentes acostumbran a ser muy activos y se denominan
anafrentes, mientras qué el hundimiento del aire cálido con relación a las superior del frente anuncian su llegada con 12 horas de adelanto o más respecto
masas de aire frío da lugar a catafrentes, de menor intensidad (véase fig. 4.9). a la llegada del frente superficial (lám. 16). Los anafrentes cálidos, en los que el
aire caliente tiende a elevarse, van acompañados de nubes dispuestas en varias
1. El frente cálido \
capas, que se van espesando y descendiendo hacia la posición del frente en
superficie. Se encuentran en primer lugar algunos cirros dispersos seguidos
El frente cálido representa la parte delantera del sector cálido de la onda. En
por capas de cirros, cirrostratos y altostratos (véase fig. 4.9 A). El sol se
él, la zona frontal tiene una pendiente muy suave, del orden de 1/2 a 1% de
oscurece y la capa de altostratos se espesa al mismo tiempo que empieza a
manera que los sistemas nubosos asociados a la parte
llover o lloviznar. Estas nubes se
extienden frecuentemente por casi toda la troposfera y, cuando dan lugar a
precipitación continuada, se conocen con el nombre de nimbostratos.
También pueden formarse algunos bancos de estratos en el aire frío a medida
que la lluvia que lo atraviesa se evapora y lo satura.
El aire cálido descendente de los catafrentes cálidos restringe el
desarrollo de las nubes de niveles medios y altos. Las nubes frontales son
principalmente estratocúmulos, de espesor limitado, como consecuencia de
las inversiones de subsidencia que se producen en ambas masas de aire
(véase fig. 4.9 B). La precipitación es normalmente en forma de lluvia débil o
llovizna, formada por coalescencia, debido a que el nivel de congelación
tiende a estar situado por encima del nivel de inversión, especialmente en
-verano.
Al paso del frente cálido, el viento vira hacia la derecha, aumenta la
temperatura y se advierte un descenso de presión. En el aire cálido la lluvia se
hace intermitente o cesa por completo y es posible que se disipe la fina capa
de estratocúmulos.
Resulta complicado predecir la extensión de los cinturones de lluvia que
van asociados a un frente cálido, debido al hecho de que la mayoría de los
frentes no son anabáticos o catabáticos en toda su extensión y ni siquiera en
todos los niveles de la troposfera. Por esta razón, se utiliza cada vez más el
radar para determinar de una manera directa la extensión de los cinturones de
lluvia e incluso para detectar diferencias en la intensidad de la precipitación.
Estos estudios han demostrado que la mayor parte de la producción y
distribución de la precipitación está controlada por un flujo de aire extenso de
unos pocos centenares de kilómetros de amplitud y varios kilómetros de
profundidad, que fluye paralelamente y en cabeza del frente frío superficial
(fig. 4.10).
Justamente por delante del frente frío el flujo se da en forma de un chorro
de bajo nivel con vientos de hasta 25-30 m/s a aproximadamente 1 km de la
superficie. El aire, que es cálido y húmedo, se eleva sobre el frente cálido y FIG. 4.10
Modelo del flujo a gran escala y de la estructura mesoscálica de las precipitaciones
gira hacia el sudeste en cabeza de él al fundirse con el flujo de la troposfera de una depresión parcialmente ocluida típica de las islas Británicas. Muestra el
media (B en la fig. 4.10). Este flujo se ha denominado el cinturón conductor «cinturón conductor» (A) elevándose desde 900 mb en cabeza del frente frío sobre el
(a grandes escalas transferencia de calor y momento en las latitudes medias). frente cálido. Éste es cubierto por un flujo de la troposfera media (B) de aire
La inestabilidad (potencial) convectiva a gran escala se genera por el potencialmente más frío desde detrás de! frente frío. La mayor parte de la precipi-
tación se da en la región señalada, que es muy definida, dentro de la cual presenta
desbordamiento de este flujo de bajo nivel por parte del aire potencialmente una estructura celular y en bandas (según Harrold, 1973).
más frío y seco en la troposfera media. La inestabilidad se libera
principalmente en las células de convección a pequeña escala que están
organizadas en grupos, denominados áreas de precipitación mesoscálicas cinturón conductor, mientras que en el sector cálido están paralelas al frente
(APM). Estas APM se alinean además en bandas de 50-100 km de amplitud frío y al chorro de bajo nivel. En algunos casos, las células y agrupaciones se
(fig. 4.11). En cabeza de este frente cálido, las bandas son muy paralelas al disponen además en bandas dentro del sector cálido y en cabeza del frente
flujo de aire en la sección ascendente del cálido (fig. 4.11). Algunas de las células y agregados son causados
indudablemente por efectos orográficos y estas influencias.
FIG. 4.12
Esquemas de ¡os cortes verticales de una oclusión fría y una oclusión cálida (según Pedgley,
1962; derechos de la Corona reservados).
cumulonimbo (lám. 18). Sobre las islas Británicas, el aire del sector cálido es
raras veces inestable, por lo que los nimbostratos se producen con mayor
frecuencia en el frente frío (fig. 4.9 A). Los frentes fríos catabáticos van
generalmente acompañados de estratocúmulos (fig. 4.9 B) y la precipitación
es débil. Con los frentes fríos anabáticos, la precipitación tiene lugar
generalmente en forma de intensos y breves chubascos, acompañados a veces
de truenos. A causa de la abrupta pendiente del frente frío (aproximadamente
de 2°), el mal tiempo dura menos que con el frente cálido. Al paso del frente
frío, el viento varía bruscamente de dirección, empieza a ascender la presión
y desciende la temperatura. El. cielo puede despejarse de repente y en
algunos casos incluso antes del paso del frente frío superficial, aunque en el
caso de los frentes fríos cataba-ticos los cambios son en conjunto más
graduales.
Fig. 4.11
Frentes y bandas asociadas de lluvias típicos de una depresión madura (según Hobbs, 1979) 3. Fase de oclusión
(véase lám. 19A).
Las oclusiones se clasifican en «frías» y «cálidas», según los estados re-
lativos de las masas de aire frío que se encuentran en la parte anterior y
pueden extenderse en la dirección del viento cuando la atmósfera es ines-
table. posterior del sector cálido (fig. 4.12). Si el aire de la parte anterior es más
frío que el que le sigue, la oclusión es cálida, pero si se produce lo contrario
(que es el caso más frecuente en las Islas Británicas), se denomina oclusión
2. El frente frío
fría. El aire que antecede a la depresión tiene tendencia a ser más frío en
Las condiciones meteorológicas que se observan en los frentes fríos son invierno, cuando las depresiones ocluyen sobre Europa y sopla sobre el
igualmente variables, pues dependen de la estabilidad del aire del sector continente el aire helado cP.
cálido y del movimiento vertical relativo a la zona frontal. El frente frío En las alturas, las líneas de la cuña de aire caliente están asociadas a una
«clásico» es del tipo anabático y las nubes que lo acompañan son de tipo capa de nubes (similar a la que se encuentra en los frentes cálidos) y a
menudo también a precipitaciones. Por este motivo, su posición se
de su progenitor, ya que el aire polar empuja cada vez más hacia el Sur la
parte posterior de cada una de las depresiones que constituyen la serie.
Finalmente, el frente se extiende enormemente hacia el Sur y el aire polar
forma una cuña de altas presiones, con la que finaliza la serie.
En un frente cálido puede producirse también otro tipo de desarrollo,
especialmente en el momento de la oclusión, cuando se forma una onda que
precede a la depresión original. Este tipo de depresión secundaria es más
frecuente cuando se encuentra aire muy frío (cA, mA o cP) que precede al
frente cálido; su formación se ve favorecida cuando el movimiento de la
depresión hacia el Este es entorpecido por la presencia de montañas. Esta
situación se da normalmente cuando se sitúa una depresión primaria en el
estrecho de Davis y se forma una onda al sur del cabo Farewell (en la punta
inferior de Groenlandia) que se traslada hacia el Este. Se producen también
fenómenos análogos en la zona de los estrechos de Skagerrak y Kattegat,
donde los montes Escandinavos impiden el avance de la oclusión.
FIG. 4.13
Familia de borrascas sobre el Atlántico Norte el 22 de junio de 1954 (según Taylor
y Yates, 1958; derechos de la Corona reservados).
E. ZONAS DE FORMACIÓN DE ONDAS Y FRONTOGÉNESIS
indica de manera distinta en algunos mapas del tiempo; los meteorólogos
canadienses la denominan «trowal»16. El paso de un frente ocluido y de un Los frentes las depresiones a ellos asociadas no se forman en cualquier parte,
trowal introduce un cambio en el tiempo, que vuelve a ser el típico de la masa sino que su desarrollo está restringido a zonas perfectamente delimitadas.
de aire polar. Desde hace bastantes años, se ha estudiado intensamente la formación de
La frontolisis (desaparición del frente) no va forzosamente ligada a la frentes en las latitudes templadas y se ha llegado a un conocimiento bastante
oclusión, aunque representa la fase final de la existencia de un frente. Su exacto del tiempo a que dan lugar. El conocimiento de la naturaleza de los
desaparición tiene lugar cuando se anulan las diferencias entre las masas de frentes tropicales no es tan profundo, pues las condiciones que acompañan a
aire adyacentes.. Puede producirse de cuatro maneras: por su mutua su formación y desarrollo son distintas de las que se asocian normalmente a
estancación sobre superficies similares; como resultado del movimiento los frentes de latitudes más altas. Sin embargo, el aumento del tráfico aéreo y
conjunto de ambas masas siguiendo trayectorias paralelas y a la misma la necesidad de contar con predicciones precisas para las rutas tropicales
velocidad; como resultado de su movimiento una detrás de otra siguiendo la hacen que se esté rellenando rápidamente este vacío. Por lo que se conoce
misma trayectoria y a la misma velocidad, o porque se incorpore al sistema hasta ahora, parece ser que los frentes Árticos y Polar, se originan,
aire a la misma temperatura. principalmente por grandes diferencias entre las características de las masas
de aire, mientras que las discontinuidades existentes en y entre las masas
similares de origen tropical son debidas principalmente a la naturaleza del
4. Familias de frentes movimiento del aire en gran escala y especialmente a la confluencia dentro de
La observación ha demostrado que los frentes o depresiones no se producen una corriente de aire o entre dos corrientes de aire de distinta humedad.
generalmente solos, sino en «familias» de tres o cuatro (fig. 4.13, lám. 20); Las principales zonas de desarrollo de frentes son, naturalmente,
entonces, las depresiones qué suceden a la depresión original se constituyen aquellas que son más frecuentemente baroclínicas, como resultado de la
en «secundarias» a lo largo de la cola de un frente frío extenso. Cada nuevo confluencia de corrientes de aire. Éste es el caso, por ejemplo, de la parte
miembro sigue una trayectoria situada al sur de la oriental de, Asia y América del Norte especialmente en invierno, cuando
existe un fuerte gradiente de temperatura entre la tierra cubierta de nieve
16
Contracción de las palabras «trough of warm air aloft», cuyo significado es «vaguada de
aire caliente en altura» (N. del T.).
y las corrientes cálidas que pasan cerca de la costa. Estas zonas se conocen
respectivamente, como, el Frente Polar del Pacífico y el Frente Polar del Atlántico
(fig. 4.14). Sus posiciones pueden variar bastante, pero presentan una marcada
tendencia a derivar hacia el ecuador en invierno, época en que la Zona Atlántica
puede extenderse hasta el golfo de México. Se produce en esta zona una
convergencia de masas de aire de distinta estabilidad entre las células
subtropicales de altas presiones adyacentes (esta zona se denomina a veces
«templada», lo que puede inducir a error). Las depresiones que allí se forman se
mueven generalmente hacia el Nordeste y en algunas ocasiones siguen o se juntan
con otras procedentes de la parte septentrional del mismo Frente Polar o del Frente
Ártico del Canadá. La frecuencia de los frentes es considerablemente elevada en
todo el Atlántico Norte, pero disminuye hacia el Este, en el Pacífico Norte, quizá
debido a que allí el gradiente de temperatura de la superficie del mar es menos
elevado. La actividad frontal es más común en el centro del Pacífico Norte cuando
el anticiclón subtropical está dividido en dos células separadas por corrientes de
aire convergente.
Otra sección del Frente polar, que se, designa frecuentemente con el nombre de
Frente Mediterráneo, se encuentra situada en invierno sobre el Mediterráneo y el
Mar Caspio. A intervalos, el aire fresco mP procedentes del Atlántico, o el aire frío cP
del Sudeste de Europa convergen sobre la cuenca mediterránea, con .masas de aire
más cálido, procedentes generalmente del Norte de África, y se inicia la
frontogénesis. En verano esta zona se encuentra bajo la influencia del anticiclón
subtropical de las Azores y la zona frontal está ausente.
En el Atlántico y Pacífico occidentales el Frente Polar está situado unos 10°
más al Norte en verano que en invierno (fig. 4.14), aunque la zona frontal es
bastante débil en esta época. Se encuentra, sin embargo, una zona frontal sobre
Eurasia y su correspondiente sobre la parte central de América del Norte; son
reflejo del gradiente meridiano de temperatura general y probablemente también
de la influencia de la orografía en la circulación general a gran escala (véase
apartado F).
En el hemisferio .sur, el Frente Polar se encuentra situado a. unos 45° S, como
promedio, en enero'(verano), con prolongaciones en espiral hacia el polo desde
unos 32° S desde el este de Sudamérica y desde los 32° S, 150° O en el Pacífico
Sur (fig. 4.15). En julio (invierno) existen dos zonas frontales polares en espiral
que se dirigen hacia la Antártida desde unos 20° S; una empieza sobre América del
Sur y la otra a 170° O. Acaban a unos 4°-5° de latitud más hacia el polo que en
verano.
La segunda zona frontal importante es el frente Ártico que está asociado a las
zonas cubiertas de nieve y hielo de las latitudes altas (fig.4.14).
En verano esta zona se encuentra extendida a lo largo de las costas de
FIG. 4.15 Fig. 4.16
Principales zonas frontales del hemisferio sur en invierno (In) y en verano (Ve). Trayectorias de las principales depresiones del hemisferio norte en enero. Las líneas
continuas indican las trayectorias principales, y las líneas de trazos las trayectorias
Siberia y América del Norte. En invierno se forma sobre América, del Norte secundarias, que son menos frecuentes y que no están tan definidas. Las puntas de
entre aire cA (o cP) y aire marítimo del Pacífico, modificado al atravesar las las flechas indican el punto en que la frecuencia de bajas es un máximo local. Los
puntos en que una trayectoria secundaria se convierte en primaria o aquellos en que
cordilleras costeras y las Rocosas. Se encuentra también, en el área del se unen dos trayectorias secundarias para formar otra primaría indican zonas de
Atlántico Norte y el Mar de Noruega, una zona frontal ártica menos frecuente ciclogénesis (según Klein, 1957).
pronunciada, que se extiende a lo largo de la costa de Siberia. En el
hemisferio sur se encuentra una débil zona frontal similar. Está localizada a importantes reflejan las zonas frontales principales ya estudiadas. En verano
65°-70° S cerca del margen del casquete polar antártico en el sector del no se encuentra la trayectoria del Mediterráneo y las bajas depresiones
Pacífico (fig. 4.15), a pesar de que a partir de allí se forman pocos ciclones. atraviesan Siberia, pero los demás recorridos son semejantes a los de
En la figura 4.16 aparecen las trayectorias de las principales depresiones invierno, aunque son generalmente más zonales y se encuentran situados a
que actúan sobre el hemisferio norte en enero. De ellas, las más latitudes más altas (alrededor de los 60° N).
Entre los dos cinturones subtropicales de altas presiones se encuentra una
de las principales zonas de convergencia del mundo, denominada la Zona
Intertropical de Convergencia (o ITCZ). Antiguamente esta zona se conocía
con el nombre de Frente Intertropical (ITF), pero los contrastes entre masas
de aire se producen sólo en determinados sectores. Esta zona se desplaza
hacia el Norte o hacia el Sur del ecuador, según las estaciones, mientras que
la actividad de la célula subtropical de altas presiones se alterna en el
hemisferio opuesto. Es evidente que el contraste entre las masas de aire que
convergen aumenta con la distancia de la ITCZ al ecuador y el grado de
diferencia de sus características va naturalmente asociado a una considerable
variación de su actividad a lo largo de la zona de convergencia. Su actividad
es más intensa durante los meses de junio y julio sobre la parte meridional de
Asia y la occidental de África, cuando es máximo el contraste entre las masas
de aire marítimo y continental que intervienen en ella. En estos sectores, la
zona merece la denominación de Frente Intertropical, aunque ello no signi-
fique que se comporte como una zona frontal de las latitudes medias. La
naturaleza de la ITCZ y su influencia en el tiempo de los trópicos se estudian
en el capítulo 6. Fig. 4.17
Ilustración esquemática de! mecanismo de formación de ondas largas en los vientos del Oeste
de la troposfera.
F. INTERACCIÓN ENTRE EL AIRE DE SUPERFICIE Y EL AIRE
SUPERIOR Y SU RELACIÓN CON LA FORMACIÓN DE
DEPRESIONES escala, tiende a conservarse la vorticidad absoluta o vertical (f + ζ), es decir,
Se ha puesto ya de relieve que una depresión va asociada a la convergencia de
una masa de aire, aunque la presión en el centro de la baja puede descender
de 10 a 12.mb en un período de 1.2 a 24 horas a medida que se intensifica el
sistema. La explicación de esta aparente, discrepancia radica. En el hecho de
El símbolo d/dt indica el cambio en la dirección del movimiento (diferencial
que la divergencia en aire superior hace que el aire que se eleva desaparezca total). En consecuencia, si el aire se mueve hacia el polo de manera que
más rápidamente de lo que puede ser reemplazado por la convergencia del aire aumenta f, la vorticidad ciclónica tiende a disminuir. Entonces la curvatura se
en niveles inferiores. La superposición de una región de divergencia superior hace anticiclónica y la corriente vuelve hacia las latitudes más bajas. Si el aire
sobre, una zona frontal es la causa principal de la ciclogénesis (es decir, de se mueve hacia el ecuador, f tiende a disminuir (fig. 4.17), lo que implica que ζ,
la formación de una depresión). La lámina 14 ilustra esta relación entre una debe aumentar y la curvatura ciclónica resultante desvía de nuevo la corriente
onda frontal y una vaguada de las capas superiores que está avanzando. hacia el polo. De este modo, el flujo a gran escala tiende a oscilar en forma de
A este respecto, revisten especial importancia las ondas largas (o de onda.
Rossby), de la troposfera media y alta, ya mencionadas en el capítulo 3, D.2, Rossby relacionó el movimiento de estas ondas con su longitud de onda
(L) y con la velocidad de la corriente zonal (u). La velocidad de la onda (o
y es interesante considerar en primer lugar la razón por la cual los vientos velocidad de fase, c) es:
hemisféricos del Oeste presentan este movimiento ondulatorio en gran
escala. La clave del problema se encuentra en el hecho de la rotación de la
tierra y en la variación del parámetro de Coriolis con la latitud (cap. 3, A.2).
Hemos demostrado que para el movimiento en gran
donde β = δf / δy, es decir, la variación del parámetro de Coriolis con la latitud
(derivada parcial o local). Para las ondas estacionarías (c = 0) L = 45° de
latitud, la longitud de onda de estas ondas estacionarias es de 3120 km para una
velocidad de zona de 4 m/s y aumenta hasta 5400 km a 12 m/s. Las longitudes de
onda a 60° de latitud correspondientes a corrientes zonales de 4 y 12 m/s son,
respectivamente, de 3170 y 6430 km. Las ondas largas tienden a permanecer
estacionarias o incluso a moverse hacia el Oeste contra la corriente, por lo que .
Las ondas más cortas viajan hacia el Este con una velocidad semejante a la de la
corriente zonal y tienden a ser desviadas por las ondas largas que son casi
estacionarias.
La longitud del paralelo limita el flujo circumpolar del Oeste a un número de
ondas principales de Rossby comprendido entre tres y seis; estas ondas afectan a la
formación y movimiento de las depresiones, superficiales. Se ha apuntado que las
principales ondas estacionarias están localizadas generalmente entre 70° O y. 150°E
aproximadamente como consecuencia de la influencia ejercida sobre la circulación
atmosférica por las barreras orográficas tales como las montañas Rocosas y la meseta
del Tíbet, así como por los manantiales de calor. En el borde oriental de las vaguadas
de los vientos superiores del Oeste del hemisferio norte, el flujo es normalmente
divergente, puesto que el viento del gradiente es subgeostrófico en la vaguada, pero
supergeostrófico en la loma (véase capítulo 3, A.4). Por consiguiente, la parte
delantera de la vaguada superior es un lugar muy favorable para la formación o
intensificación de una depresión superficial (véase lám. 14) y es fácil observar que las
principales vaguadas de niveles altos se encuentran en invierno significativamente
colocadas justo al oeste de las Zonas Frontales Polares del Atlántico y del Pacífico.
Teniendo en cuenta estos conceptos, podemos considerar ahora la naturaleza
tridimensional del desarrollo de una depresión y las importantes relaciones existentes
entre el flujo troposférico de los niveles altos y el de los bajos. La teoría básica hace
referencia a la ecuación de la vorticidad, según la cual, en el caso de movimiento
horizontal sin rozamiento la componente vertical de la vorticidad absoluta (dQ/dt o
d(f + ζ)/dt) varía proporcionalmente a la convergencia de la masa de aire (-D, es decir,
la divergencia negativa):
G. DEPRESIONES NO FRONTALES
No todas las depresiones son de origen frontal. Las depresiones tropicales que
FIG. 4.21 se estudiarán en el capítulo 6 son principalmente de origen no frontal. En las
Relaciones entre los frentes superficiales e isóbaras, precipitación en la superficie latitudes medias y altas revisten especial importancia los cuatro tipos de
(de O a 2,5 m, rayado vertical; más de 2,5 m, rayado horizontal) y corrientes en depresiones siguientes, que se desarrollan en situaciones claramente distintas:
chorro (los vientos de velocidad superior a 45 m/s se producen dentro de las líneas la depresión de sotavento, la baja térmica, la depresión de aire polar y la baja
de trazos) sobre los Estados Unidos el 20 de septiembre de 1958 (A) y el 21 de sep-
tiembre de 1958 (B). Esta figura ilustra cómo la zona de precipitación en superficie fría.
guarda mayor relación con la posición de los chorros que con la de los ¡rentes su-
perficiales. El aire situado sobre la parte central del Sur de los Estados Unidos estaba 1. Depresión de sotavento
próximo a la saturación, mientras que el asociado a las corrientes en chorro del Norte
y al frente marítimo tiene una humedad mucho menor (según Richter y Dahl, 1958). Cuando una corriente de aire procedente del Oeste se ve forzada a ascender
sobre una barrera de montañas orientada en dirección Norte-Sur, experimenta
Las teorías modernas atribuyen a los frentes un papel bastante secundario: se contracción vertical sobre la cima y se expansiona en la ladera de sotavento.
desarrollan en el seno de las borrascas en forma de estrechas zonas de Este movimiento vertical da origen respectivamente a expansión y
ascenso intensificado, probablemente debido al efecto de la formación de contracción laterales. Existe, por tanto, una tendencia hacía la divergencia y a
nubes. la formación de curvatura anticiclónica en la cima de la cadena y hacia la
Él movimiento de las depresiones viene determinado esencialmente por convergencia y curvatura ciclónica a sotavento. De esta manera pueden
los vientos superiores del Oeste, y, como regla empírica, el centro de una originarse depresiones ondulatorias en las laderas a sotavento de las colinas
depresión viaja con una velocidad que es aproximadamente igual al 70 % de bajas (véase fig. 3.10) al igual que en las principales cadenas montañosas. El
la velocidad del viento geostrófico en superficie en el sector cálido. Los datos desarrollo de un sistema cerrado de bajas presiones depende de las
registrados en los Estados Unidos indican que la velocidad media de las características de la corriente de aire y del tamaño de la barrera. Estas
depresiones es de 32 km/h en verano y 48 km en invierno. Esta mayor depresiones, que tienden a permanecer «ancladas» a la barrera, por lo menos
velocidad en invierno es consecuencia de una mayor intensidad del flujo del al principio, son muy frecuentes en invierno en la parte meridional de los
Oeste, causada por un gradiente meridiano de temperatura más elevado. Las Alpes y del Atlas, cuando estas regiones se encuentran sometidas a la
depresiones de poca extensión vertical son guiadas principalmente por la influencia de corrientes de aire frío procedentes del Noroeste. También
dirección del viento térmico en el sector cálido y, por consiguiente, su pueden formarse en ellas frentes, pero conviene notar que la baja no se forma
trayectoria es sensiblemente igual a la de la corriente en chorro superior como una onda a lo largo de la zona frontal.
(véase cap. 3, D.3). Sin embargo, las depresiones profundas pueden alterar en
gran manera la distribución de temperaturas como resultado del transporte de 2. Baja térmica
aire cálido hacia el Norte y de aire frío hacia el Sur. En tales casos, la
depresión se mueve generalmente con mayor lentitud. También pueden Estas borrascas son casi exclusivas de la estación estival, siendo resultado del
influir en el movimiento de las depresiones los manantiales de energía, tales intenso calentamiento que experimentan los continentes durante el día. La
como la superficie caliente del mar, que genera vorticidad ciclónica, o las figura 3.14C ilustra su estructura vertical. Los ejemplos más característicos de
barreras este tipo de depresiones son las células de bajas presiones
que se forman en verano sobre la parte septentrional de la India y sobre revisten especial importancia durante el invierno ártico, época en que
Arizona. La península Ibérica es otra de las zonas afectada corrientemente originan grandes cantidades de nubes medias y altas, que entorpecen el
por este tipo de borrascas. Generalmente van acompañadas de un tiempo enfriamiento de la superficie por radiación. (Por lo demás, generalmente el
cálido y seco, pero si existe humedad en cantidad suficiente, la inestabilidad mal tiempo que ocasionan en el Ártico durante dicha estación no reviste
producida por el calentamiento puede dar lugar a chubascos y tormentas. Las mayor importancia). Conviene poner de relieve que las bajas frías de la
bajas térmicas desaparecen normalmente por la noche, cuando cesa el troposfera pueden estar relacionadas con células de altas o bajas presiones
calentamiento, aunque de hecho, las de la India y Arizona persisten. próximas a la superficie.
En las latitudes medias pueden formarse también bajas frías durante los
períodos en que el índice de circulación es bajo (véase fig. 3.35) debido al
3. Depresiones de aire polar
desprendimiento de aire polar de la masa principal situada al Norte (estas
Las depresiones de aire polar se desarrollan principalmente en invierno, bajas se designan a veces con el nombre de «bajas desprendidas»). Este
cuando las corrientes de aire mP o mA, altamente inestable, se dirigen hacia fenómeno produce un tiempo típico de la masa de aire polar, aunque pueden
el Sur a lo largo de la parte oriental de un extenso surco meridional de alta presentarse también frentes bastante débiles. Estas borrascas se mueven
presión, comúnmente en la parte posterior de una depresión primaria generalmente a poca velocidad y dan lugar al mal tiempo persistente,
ocluyente. La borrasca polar se encuentra en una escala sinóptica pequeña acompañado de truenos en verano. Las fuertes precipitaciones que se
(con una extensión de unos pocos cientos de km) con una duración de 1-2 producen sobre Colorado en primavera y otoño están generalmente asociadas
días. Es una perturbación de bajo nivel que puede tener una circulación a bajas frías.
ciclónica cerrada de unos 800 mb o puede consistir simplemente en una o
más vaguadas enclavadas en el flujo polar.
Las borrascas polares que afectan al noroeste de Europa generalmente se H. FENÓMENOS MESOSCÁLICOS
forman en una zona baroclínica en las altas latitudes sobre el Atlántico Norte.
A veces se desarrolla una estructura frontal, pero un hecho clave es la Los sistemas mesoscálicos son intermedios en cuanto a tamaño y duración
presencia de un flujo ascendente y húmedo del sudoeste en relación con el entre las perturbaciones sinópticas y las células de cumulonimbos
centro de la borrasca. Esta organización acentúa la inestabilidad general de la individuales. Incluyen sistemas de vientos con relaciones topográficas en la
corriente fría para dar una cantidad considerable de precipitación capa límite (cap. 3, B) y sistemas convectivos organizados, tales como la
generalmente en forma de nieve. La entrada de calor en el aire frío desde el línea turbonada. Esta última está formada por una estrecha línea de células
mar continúa durante la noche y el día, de forma que en los distritos costeros tormentosas, que pueden alcanzar una extensión de varios centenares de km.
expuestos pueden darse chubascos en cualquier momento. Se caracterizan por un marcado cambio de la dirección del viento, que es
racheado, y por condiciones muy borrascosas. La línea de turbonada se
produce generalmente en la parte anterior de un frente frío catabático y se
4. Bajas frías
mantiene como perturbación autopropagada o por la acción de las ráfagas
Las bajas frías (o «gotas de aire frío») son normalmente características de la tormentosas descendentes. Puede constituir un frente pseudofrío, situado
circulación y temperatura de la troposfera media. Presentan generalmente entre el aire enfriado por la lluvia y una zona exenta de lluvia que se
una distribución de isotermas simétrica alrededor del centro de la depresión. encuentra dentro de la misma masa de aire. En los ciclones frontales, el aire
En los mapas de superficie aparecen pocos o ningún indicio de la existencia frío en la cola de la depresión puede invadir el aire del sector cálido. La
de estos sistemas persistentes, que son muy frecuentes sobre la parte intrusión de este pico de aire frío provoca una gran inestabilidad y la cuña
nororiental de América del Norte y de Siberia. Se forman probablemente fría descendente tiende a actuar como una pala que obliga a subir al aire
como resultado de un fuerte movimiento vertical y del enfriamiento cálido que se mueve más despacio (lám. 21).
adiabático que tiene lugar en las bajas baroclínicas ocluidas a lo largo de las La figura 4.22 muestra el movimiento de grupos de células convectivas,
márgenes costeras de la zona ártica. Estas borrascas de un diámetro de 1 km cada una aproximadamente, cuando cruzaron el sur
de Gran Bretaña con un frente frío. Cada célula puede tener
FIG. 4.23
Estructura de una célula tormentosa con formación de granizo y un tornado (según
Hindley, 1977).
LÁMINA 5
Cúmulos orográficos desarrollados sobre las laderas de los South Downs en Sussex,
LÁMINA 3B Inglaterra. Al oeste (derecha), la parte meridional de Hampshire aparece cubierta
de nubes estratiformes. El canal se encuentra en la parte superior izquierda. Esta fotografía
Alcance de ¡a cámara de televisión del Nimbus II, que es aproximadamente de 3516 X 740 km. Se infrarroja fue tomada desde una altura de unos 12 000 m (B = Burgess Hill;
realizan enfoques sucesivos a intervalos de 91 seg., con un 20 % de superposición, lo que da 32 Br = Brighton; H = Haywards Heath; S = Shoreham; W = Worthing) (P.
fotografías para cada órbita. Las órbitas tienen una inclinación aproximada de 80 grados con Reuter Ltd.).
respecto al ecuador y cada órbita está desplazada unos 27 grados de longitud con respecto a la
anterior (Guía de los Usuarios del Nimbus II).
LAMINA 6
Visión del norte a lo largo del frente oriental de las Rocosas de Colorado, mostrando las nubes
de onda de sotavento (fotografía NCAR de Robert Bumpas).
LÁMINA 8
Configuración nubosa radiante o de células dendríticas (actiniformes). Estos sistemas
convectivos, de gran complejidad, cuyo centro oscila entre 150 y 250 km, fueron descubiertos
gracias a una fotografía lomada por un satélite. Se producen generalmente sobre zonas de
inversiones de subsidencia intensificadas por las corrientes oceánicas frías (como, por ejemplo,
en las zonas de baja latitud del Pacifico oriental) (Environmental Science Services
Administration).
LAMINA 7
Vista en dirección sursudoeste desde unos 9000 m a lo largo de Owen's Valley, California, en la
que aparece una formación de nubes en forma de rollos en la parte de sotavento de Sierra
Nevada, La cresta de la onda de sotavento aparece marcada por la capa de nubes, y la
turbulencia vertical hace que el polvo se eleve a gran altura (W = Monte Whitney, 4418 m; I =
Independence) (fotografía de Robert F. Symons; cortesía de R. S. Scorer).
LÁMINA 10
Fotografía de un registro de radar compuesto de tres radares (círculos oscuros en intersección)
mostrando la abigarrada distribución de las lluvias sobre el sur de Gran Bretaña a las 19,45
horas, el 19 de septiembre de 1979. El registro consiste en una matriz de 128 X 128 cuadrados
de 5 km, en el que los cuadrados claros representan fuertes lluvias y los grises una intensidad
de baja a moderada (de Browning, 1980).
LÁMINA 11
Fotografía tomada por un astronauta del satélite tripulado Geminis XII desde una
altura aproximada de 180 km, en dirección Sudeste, de Egipto y el mar Rojo. La
banda de cirros está asociada a fuertes vientos en altura, concentrados posiblemente
en forma de corriente en chorro (fotografía de la NASA).
LÁMINA 14
Inicio de una depresión, centrada (A) al sudeste de Cabo Halteras, a lo largo de un cinturón de
¡rentes que se extiende de Norte a Este del golfo de México, observada por el Tiros IX, el 14 de
febrero de 1965. El contorno de 500 mb aparece indicado mediante finas líneas de trazos y
puede observarse también una depresión aproximándose por el Oeste (líneas de trazos
gruesos) (Guía de los Usuarios del APT; Environmental Science Services Administration).
LÁMINA 13
Fotografías infrarrojas del Pacífico Norte, con la corriente en chorro de 200 mb. Arriba: Flujo
zonal general asociado con el alto índice zonal, el 12 de marzo de 1971. Se dan tres sistemas
principales de nubes (A, B, C) a lo largo del cinturón de flujo zonal, y el gran cinturón este-oeste
de nubes (D) al sur del Japón es también característico de un flujo zonal acentuado. Abajo:
Régimen del flujo de gran amplitud asociado con un índice zonal menor, el 23 de abril de 1971
(Organización Meteorológica Mundial, 1973).
LÁMINA 15
La misma depresión que se muestra en la lám. 14 dos días después, ahora situada sobre el
centro del Atlántico Norte (B) y totalmente ocluida. La espiral de nubes continua (A — B)
corresponde a las porciones frías y ocluidas del sistema frontal. En la cola del frente frío se
encuentran nubes cumuliformes celulares (C) que son características del aire frío que se
desplaza sobre una superficie oceánica más cálida.
(Guía de los Usuarios del APT; Environmental Science Services Administration).
LÁMINA 17
Fotografía de una depresión del sudoeste de las islas Británicas tomada por el satélite
ESSA 2 a las 10,18, hora geomagnética, el 12 de noviembre de 1966, mostrando una
estructura bien definida de nube espiral. La depresión comenzó como el huracán
LÁMINA 16 «Lois» en el Caribe oriental y se trasladó hacia el nordeste hasta que sus vientos cayeron
Vista de un frente cálido que se aproxima por el Oeste; las líneas de nubes de la por debajo de la intensidad de viento fuerte el 10 de noviembre. Después empezó a
corriente en chorro se extienden en dirección Norte-Oeste y de ellas caen cristales de intensificarse de nuevo y la presión en el centro había caído a 962 mb, cuando se tomó
hielo. En los niveles medios aparecen oscuras nubes formadas en la parte de sotavento esta fotografía. Las zonas frontales están bien desarrolladas, a pesar de que cizalladura
de pequeñas colinas por la corriente del Sudoeste, mientras que la dirección del del viento de 1000-500 mb era inusualmente débil para un sistema tan bien definido
viento en superficie es más del Sur, tal como indica el humo de la chimenea. (cortesía de Weather XXIV (6), 1969, 222; derechos de la Corona reservados).
(Derechos de la fotografía de F. M. Ludlam; diagrama de R. S. Scorer; ambos pu-
blicados en Weather XVIII (8), 1963, 266-267.)
LÁMINA 18
Frente frío situado al noroeste de tas islas Británicas, fotografiado por el satélite F.SSA 6 a las
11,50, hora geomagnética, el 2S de marzo de 196S. Pueden verse las nubes de convección, en
una configuración celular abierta, formadas en el aire inestable de detrás del frente; el
resplandor que se aprecia en el mar del Norte es indicativo de un mar muy plano y, en
consecuencia, de vientos superficiales muy débiles. La península escandinava aparece en la
parte superior, a ¡a derecha, y a la izquierda se encuentra Islandia, cubierta de nieve, y justo al
noroeste de ésta el extremo meridional del mar de hielo (fotografía cedida por cortesía del Dr.
D. A. Sheppard, Departamento de Meteorología, Imperial College, Londres).
LÁMINA 19
Desaparición de una depresión (Guía de los Usuarios del Nimbus II; fotografía de la NASA).
A. Depresión bien desarrollada, cuya superficie empieza a ocluirse y que presenta una
circulación ciclónica al nivel de 500 mb. Las nubes bajas son principalmente cumuliformes.
B. Depresión completamente ocluida. La extensa circulación cerrada de la 'superficie ha
alcanzado su intensidad máxima, al igual que la situada a 500 mb, centrada ahora
directamente sobre el vértice de la superficie. La intensa nubosidad del cuadrante nororiental
es característica de este tipo de oclusiones, como lo es también la disposición en espiral de las
nubes de niveles medios y bajos situadas al Oeste y en las proximidades del centro de
circulación.
C. Depresión en trance de desaparecer, en la que se están debilitando las circula-
LÁMINA 21
Tormenta aproximándose a Ostersund (Suecia), durante las últimas horas de la tarde del día 23
de junio de 1955. La región de intensa precipitación va precedida de anillos de nubes formados
sobre el frente de turbonada (derechos de F. H. Ludían!; publicada originariamente en «Weather»,
vol. XV (2), 1960, pág. 63).
LAMINA 20
Mosaico infrarrojo tomado desde un satélite del Asia oriental y el Pacífico Norte occidental,
mostrando dos sistemas de depresiones de las latitudes inedias y los tifones Wendy (28°N,
126°E) y Virginia (22°N, 147'E), el 29 de julio de 1978, aproximadamente a las 9,00, hora local
(Tokio). Los tifones tuvieron vientos máximos de unos 36 m/s (70 kt) y una presión mínima al
nivel del mar de unos 965 mb (Wendy) y 975 mb (Virginia). Una cordillera de altas presiones
subtropical a unos 35°N separa las tormentas tropical y de las latitudes medias minimizando
cualquier interacción (imágenes del Defense Meteorological Satellite Program, World Dará
Center-A for Glaciology, Boulder).
LÁMINA 22
Fotografía, tomada desde una distancia de 5 km, de un tornado situado al nordeste
se habían superpuesto alcanzando una altura de 15 240 m. Este conjunto de condiciones era ideal
de Tracy (Minnesota), el 13 de junio de 1968 (por cortesía de Eric Lantz and Associated Press).
para el desencadenamiento de un tornado y esa misma tarde se divisaron 34 remolinos en un
Una lengua da aire cálido convectivamente inestable se extendió hacia
el Norte desde Texas y hacia media tarde su temperatura se había elevado a 32'C radio de 480 km con centro en Minneapolis. El tornado de Tracy apareció a 13 km al sudoeste de
y se habían desencadenado en su seno fuertes tormentas que precedían a un frente dicha ciudad a las 19,00 horas y se trasladó hacia el Nordeste a una velocidad de 13 m/s a ¡o
polar situado al Oeste, La presión en superficie continuó bajando dentro de este largo de 21 km, causando destrucción total en una zona de 90 a 150 m en Tracy, matando 9
cinturón, sostenido por una vaguada a 500 mb y coronado en la tropopausa por un personas, hiriendo a 125 y ocasionando destrozos por valor de más de tres millones de dólares. A
chorro de más de 45 m/s que se extendía desde Oregón hasta Canadá oriental. La diferencia de la mayoría de tornados, no se elevó al chocar con la superficie urbana, sino que se
actividad tormentosa alcanzó máximo a las 18,00 horas aproximadamente, cuando hundió aún más, hasta que se disolvió de repente, pocos seguidos después de ser tomada esta
nknkknnknknnnnkkkn Míyy^mn v el radar indicó que las distintas células fotografía (descripción por cortesía del Director de National Severe Storms Forecast Center,
Kansas City).
LÁMINA 24
Nubes convectivas a lo largo de la Zona de Convergencia intertropical en el Atlántico,
observadas por el Tiros IX el 25 de febrero de 1965. Al sudoeste aparece la costa de Brasil. La
actividad convectiva es generalmente muy variada a lo largo de este cinturón, de unos 5 grados
de latitud de anchura, y por lo general es especialmente intensa en A y C y mínima en B y D. En
el exterior del cinturón (por ejemplo, al sur de E) cambia el carácter de las nubes, que, del tipo
cumuliforme y cirriforrne clásico en la Zona de Convergencia, pasan a ser estratocúmulos
celulares (Guía de los Usuarios del ATP; Environmental Science Services Administration).
LÁMINA 23
Fotografía de América del Norte y Central tomada por un satélite desde unos 57 000 km un día de
abril. Existe una depresión al sudeste de la Bahía de Hudson y un cinturón de lluvias o lloviznas
señala el frente frío desde Yucatán hasta Nueva Inglaterra. Esta banda de nubes sugiere la
existencia de una interacción de alto nivel tropical latitudes medias. Los Grandes Lagos tienen
nieves y vientos, pero en las demás regiones el tiempo es principalmente claro con vientos ligeros Lamina 25
(fotografía del NOAA; cortesía de la National Geographic Society). Vista de Florida, en dirección Sur, tomada desde el satélite tripulado Géminis V a una altura de
180 km, el 22 de agosto de 1965. En primer plano puede apreciarse la base de lanzamiento de
Cabo Kennedy. Sobre la tierra caliente se han originado cúmulos, que tienen tendencia a
alinearse formando «calles» en dirección Este-Oeste; as notable su ausencia sobre el lago
Okeechobee. Pueden verse al sur yunques de
LÁMINA 26
Vista aérea, en dirección Sudeste, de la línea de grandes torres de cúmulos que marca la zona
de convergencia en las proximidades de la vaguada de la isla de Wake que aparece en la figura
6.7 (de Malkus y Riehl, 1964).
LÁMINA 27
El huracán «Gladys», situado al oeste de Florida fotografiado desde el satélite tripulado Apolo
Vil, a una altitud de 179 km, el 17 de octubre de 1968. En ese momento se registraron
velocidades del viento de hasta 40 m/s (fotografía de la NASA).
LÁMINA 29
Vista en dirección Oeste de Edimburgo en la que aparecen Arthurs Seat en primer plano y el
castillo, que surge de la niebla de la ciudad a media distancia. La niebla se espesa hacia el Norte (a
la derecha en la fotografía) sobre el suburbio industrial de Leith, mezclándose con la bruma marina
sobre Firth of Forth en el extremo derecho. Esta fotografía fue tomada hace bastante tiempo
(cortesía de Aerofilm Ltd.)
LÁMINA 30
Una depresión frontal parcialmente ocluida sobre el noroeste de Europa a las 13,47, hora
geomagnética, el 19 de octubre de 1979. Esta imagen infrarroja del TIROS fue procesada para
mostrar las superficies más frías (p. ej. cumbres de las nubes) en blanco y las más calientes (p. ej.
superficies terrestres) en negro. Se muestran los ¡rentes superficiales, las isóbaras y los vientos,
junto con la corriente en chorro de la troposfera superior (flecha), que se encuentra en la parte
cálida del frente nuboso de las alturas (véase fig. 3.21) (velocidad máxima 65 m/s a unos 250 mb;
11,3 km), nótese también la rotura (punteada) entre la tropopausa de las latitudes medias (200
mb; 11,8 km) y la tropopausa polar (270 mb; 10,2 km). Esta información sinóptica añadida se
refiere a las 12,00, hora geomagnética (fotografía cortesía de P. E. Baylis, Department of
Electrical Engineering and Electronics, Universidad de Dundee; interpretación sinóptica cortesía
del Dr. Ross Reynolds, Department of Meteorology, Universidad de Reading).; -
vertical en gran escala, con una antelación de hasta 36 horas. De estos mapas
se deduce el tiempo esperado. A este respecto resulta crucial la distribución
del movimiento vertical, puesto que indica las zonas de nubosidad y lluvia y
las de tiempo seco y despejado. Técnicas similares a las descritas se emplean
en los Estados Unidos y en otros varios países. Los métodos numéricos
fueron usados por primera vez en predicciones rutinarias en Estados Unidos
en 1955 y en Gran Bretaña en 1965. Los procedimientos específicos
continuamente están siendo mejorados tanto para predicciones mesoscálicas
como a escala continental. Estos refinamientos incluyen una mejor
resolución tanto espacial como temporal y mejoras en las representaciones
de los procesos físicos.
A. EUROPA
1. Vientos y presión
Las principales características de la configuración de isóbaras típica del
Atlántico Norte son el Ciclón de Islandia y el Anticiclón de las Azores. Se
encuentran presentes en todas las estaciones (véase fig. 3.23), aunque su
situación y su intensidad relativa varían considerablemente. El flujo
de las capas superiores de la atmósfera experimenta pocas variaciones a lo
largo de las estaciones, pero los vientos del Oeste disminuyen en intensidad
desde mediados de invierno hasta el verano. Otro sistema de considerable
influencia en el clima europeo es el anticiclón invernal de Siberia, cuya
acción se ve intensificada por la extensa capa de nieve y la marcada
continentalidad de Eurasia. En invierno, las depresiones atlánticas se mueven
frecuentemente hacia el mar de Noruega o hacia el Mediterráneo, pero si se
trasladan hacia el Oeste, ocluyen y desaparecen bastante antes de que puedan
penetrar en el interior de Siberia. Por consiguiente, el anticiclón de Siberia es
casi permanente en esta estación y, cuando se extiende hacia el Oeste, gran
parte de Europa puede verse sometida a un frío riguroso. En verano, la
presión es baja sobre la totalidad de Asia, y las depresiones procedentes del
Atlántico tienden a seguir un camino más zonal. Aunque las trayectorias de
las depresiones en Europa no derivan hacia el polo en verano (como resultado
del desplazamiento local hacia el Sur del Frente Ártico Atlántico), son, en
esta estación, bastante menos intensas, y la disminución de contrastes entre
las diversas masas de aire hace que los frentes que producen sean más
débiles.
2. Oceanidad y continentalidad
En invierno, las temperaturas de la parte nordoccidental de Europa exceden
en unos 11 °C o más a la media latitudinal (véase fig. 1.21), hecho que se
atribuye únicamente a la presencia de la Deriva del Atlántico Norte. Existe,
sin embargo, una completa interacción entre el océano y la atmósfera. La
Deriva, que se origina en la Corriente del Golfo que bordea las costas de FIG. 5.1
Florida y se ve reforzada por la corriente de las Antillas, es principalmente La continentalidad en Europa. Las líneas de trazos representan el índice de Gorczynski, y las
continuas el de Berg; la explicación de su significado se da en el texto (parcialmente según
una corriente controlada por el viento e iniciada pollos del Sudoeste. Fluye a Blüihgen, 1966).
una velocidad que oscila entre 16 y 32 km por día y, por consiguiente, el agua
tarda aproximadamente ocho o nueve meses en llegar desde Florida hasta
Irlanda y un año hasta Noruega (véase cap. 3, F.3). Los vientos del Sudoeste efectos más evidentes de la Deriva del Atlántico Norte es la ausencia de hielo
transportan calor latente y sensible, que han adquirido a su paso sobre el en las proximidades de la costa de Noruega. Sin embargo, por lo que respecta
Atlántico, el calentamiento local procede especialmente del que reciben por al clima de Europa, la consecuencia principal de la existencia de esta Deriva
la acción del viento de la superficie de las aguas más calientes. Este son los vientos predominantes que soplan tierra adentro transportando calor
calentamiento de las masas de aire sobre la parte nororiental del Atlántico hacia las zonas situadas en el interior.
reviste especial significado cuando se encuentran corrientes de aire polar o En Europa la influencia de las masas de aire marítimo puede dejarse sentir
ártico que se dirigen hacia el Sudoeste procedentes de Islandia. Así, por en las zonas interiores del continente porque no existen grandes barreras
ejemplo, en invierno, la temperatura en dichas corrientes de aire puede topográficas que impidan, su penetración y a causa de la presencia del
ascender hasta 9°C entre Islandia y el Norte de Escocia. En contraste, el aire Mediterráneo. Por consiguiente, el cambio a un clima de tipo continental se
tropical marítimo se enfría aproximadamente unos 4°C entre las Azores y la realiza bastante gradualmente, excepto en Escandinavia, donde existe una
parte sudoccidental de Inglaterra tanto en invierno como en verano. Uno de cadena de montañas que hace que el contraste entre Suecia y Noruega
los occidental sea muy acusado. Existen numerosos índices que
para Moscú, etc. En la figura 5.1 aparece la variación de este índice para
Europa.
Berg utiliza un enfoque sustancialmente distinto, pues relaciona la fre-
cuencia de las masas de aire continental (C) con la de todas las masas (N) y
toma este cociente como índice de continentalidad, es decir, K = C/N (%). La
figura 5.1 indica que en la parte de Europa al oeste de los 15°E se encuentra
aire no continental, por lo menos durante la mitad del tiempo, al igual que en
Suecia y en casi toda Finlandia.
La figura 5.2 ilustra de distinta manera los regímenes continentales y
marítimos. Los Hidrotermogramas trazados para Valentía (Eire), Bergen y
Berlín indican los cambios .estacionales de la temperatura media y preci-
pitación en distintos lugares. Valentía tiene un régimen de lluvias máximo en
invierno y temperaturas estables como consecuencia de su situación oceánica,
mientras que en Berlín las temperaturas oscilan considerablemente y las
lluvias son máximas en verano. Bergen recibe mayores cantidades totales de
precipitación debido a su especial orografía; tiene un máximo en otoño e
invierno y su oscilación de temperaturas es intermedia entre la de las otras dos
ciudades. Estas medidas dan sólo una idea aproximada de las características
climáticas, por lo que estudiaremos a continuación con mayor detalle las
distintas clases de tiempo en Inglaterra.
Categorías sinópticas
Estación Frente Sector Frente Oclu- Baja mP cP Ártica Tor-
cálido cálido frío sión polar menta
Cwm Dyli 18 30 13 10 5 22 0,1 0,8 0,8
(99 m)*
Squires Gate 23 16 14 15 7 22 0,2 0,7 3
(10 m)**
Rotherham 26 9 11 20 14 15 1,5 1,1 3
(21 m)***
* Snowdonia.
** Situado en la costa de Lancashire.
*** En el valle del Don, Yorkshire.
a) Primavera-comienzos del verano (desde principios de abril hasta media- γ) Otoño (desde la segunda semana de septiembre hasta mediados de no-
dos de junio). Es ésta una época de tiempo variable durante la cual es poco viembre). También en este caso son frecuentes los períodos largos en la
frecuente encontrar varios días seguidos con el mismo tiempo. Los períodos mayor parte de los años; en la primera mitad son más frecuentes los de tipo
con flujo del Norte en la primera mitad del mes de mayo son su característica anticiclónico, mientras que en octubre y noviembre son más corrientes los del
más significativa, aunque existe una marcada tendencia a la presencia de tipo ciclónico y tormentoso."
anticiclones a finales de mayo y comienzos de junio. P) Pleno verano (desde δ) Comienzo del invierno (desde aproximadamente la tercera semana de
mediados de junio hasta comienzos de septiembre). Pueden presentarse noviembre hasta mediados de enero). Los períodos largos son menos
largas temporadas de diversos tipos de tiempo, variables según los años. Los frecuentes que en verano y otoño. Son generalmente del tipo de flujo del
flujos del Oeste y del Noroeste son los más corrientes y pueden combinarse Oeste y dan lugar a un tiempo templado y tormentoso.
tanto con los tipos ciclónicos como con los anticiclónicos. Sin embargo, son ε) Finales de invierno y comienzos de la primavera (desde aproximadamente
más frecuentes los períodos persistentes del tipo ciclónico que los del tipo la tercera semana de enero hasta finales de marzo). Los períodos largos
anticiclónico. pueden, en esta época del año, ser de muy diversos tipos, correspondiendo
algunos años al tiempo de pleno invierno, mientras que en otros se goza de
una primavera temprana desde finales del mes de febrero.
5. Anomalías sinópticas
La idea del clima que podemos forjarnos a través de la presión, el viento y el
flujo estacional típico es bastante incompleta. Algunas circulaciones se
producen sólo ocasionalmente y, sin embargo, por su tendencia a persistir
durante varias semanas o incluso durante meses son un elemento esencial del
clima.
Un importante ejemplo de esto lo constituyen las configuraciones de
«bloqueo». Tal como se hizo notar en el capítulo 3, F.2, la circulación zonal
en las latitudes medias se convierte a veces en una distribución celular. Este
fenómeno va corrientemente asociado a una bifurcación de la corriente en
chorro en dos ramas, una dirigida hacia las latitudes altas
Fig. 5.7
Anomalía de la temperatura media en superficie (°C) durante el bloqueo anticiclónico
de invierno en Escandinavia. Las zonas cuya temperatura excedió en 4°C a la normal
aparecen rayadas verticalmente y aquellas cuya temperatura que inferior en 4°C a la
normal aparecen rayadas oblicuamente (según Rex, 1950).
lm Clima Símbolo
> 100 Perhúmedo A
de 20 a 100 Húmedo B (con 4
subdivisiones)
de 0 a 20 Subhúmedo húmedo C,
de -20 a 0 Subhúmedo seco C,
de -40 a -20 Semiárido D
< -40 Árido E
Las diferencias que se observan entre los climas de las latitudes medias correspondientes
a distintas longitudes persisten incluso dentro de los casquetes polares, en los que
encontramos subtipos de climas marítimos y continentales modificados por la elevada
radiación de los meses de invierno y verano. Por ejemplo, la cantidad de insolación
recibida a lo largo de la costa ártica en Siberia es superior en virtud de la larga duración
del día, a la recibida en las latitudes medias. El tipo marítimo se encuentra en las costas de
Alaska, Islandia y Noruega septentrional y en las zonas colindantes de Rusia. Los
inviernos son fríos y tormentosos, con días muy cortos. Los veranos son nubosos, pero
con temperaturas medias suaves, de unos 10°C. Por ejemplo, Vardϕ, en el Norte de No-
ruega (70° N, 31° E) registra temperaturas mensuales medias de —6°C en enero y de
90°C en julio, mientras que Anchorage, en Alaska (61° N, 150° O), registra — 11°C y
14°C, respectivamente. La precipitación anual
está comprendida generalmente entre 60 y 125 cm, con un máximo en la
estación fría y aproximadamente unos seis meses de nieve.
El tiempo aparece controlado principalmente por las depresiones, que en
verano están débilmente desarrolladas. En invierno, la zona de Alaska se
encuentra situada al norte de las trayectorias de las principales depresiones y
dominan en ella los frentes ocluidos y las vaguadas en altura (trowals),
mientras que la parte septentrional de Noruega se ve afectada por las
borrascas frontales que se mueven en dirección al mar de Barents. Islandia es
similar a Alaska, aunque a menudo las depresiones se mueven con lentitud
sobre esta zona y se ocluyen; existen también otras, que se dirigen hacia el
nordeste a lo largo del estrecho de Dinamarca, produciendo un tiempo
templado y lluvioso.
Los climas fríos y continentales del interior dan lugar a inviernos mucho
más rigurosos, aunque con precipitaciones menores. En Yellow-knife (62° N,
114° O), por ejemplo, la temperatura medía del mes de enero es tan sólo de —
28 °C. En estas regiones el permafrost (suelo permanentemente helado) se
encuentra muy extendido, alcanzando frecuentemente grandes
profundidades. En verano sólo se deshielan algunos centímetros de la parte
superior y, puesto que el agua no puede ser eliminada inmediatamente, la
«capa activa» permanece a menudo empapada. Aunque pueden producirse
heladas en cualquier mes, los largos días de verano generalmente dan 3 meses
con temperaturas normalmente superiores a los 10°C, y en diversas
estaciones se registran máximas extremas de 32°C o más (fig. 5.12 D). Sin
embargo, los Barren Grounds de Keewatin son mucho más fríos en verano,
debido a la gran extensión de lagos y muskeg, y tan sólo durante el mes de
julio se registran temperaturas diarias medias de 10°C. AI este de esta zona se
encuentra la región de Labrador-Ungava, cuyo clima es bastante similar, con
abundante capa de nubes en verano y precipitación máxima en junio-septiem- FIG. 5.19
Selección de datos climatológicos correspondientes al Laboratorio de Investigación
bre (fig. 5.19). En invierno se alternan períodos de altas presiones muy fríos y
Subártica McGill, Schefferville, 1955-62 (datos de J. B. Shaw y D. G. Tout). Las
secos con otros de tiempo cubierto, con abundantes nevadas, que coinciden porciones rayadas representan precipitación en forma de nieve, expresada en equi-
con el movimiento de las depresiones hacia el Este u ocasionalmente hacia el valente en agua.
Norte. A pesar de las bajas temperaturas medias de invierno, ha habido
ocasiones en que las máximas han sobrepasado los 4°C durante incursiones
de aire marítimo procedente del Atlántico. En la parte occidental de Siberia, D. LAS REGIONES SUBTROPICALES
de clima altamente continental con excepción de la península de Kamchatka,
no se encuentran estas variaciones; en su extremo nororiental se encuentra 1. El Mediterráneo
situado el «polo frío» del hemisferio norte (véase fig. 1.14). Verkhoyansk y
Oimyakon tienen una temperatura media en enero de —50°C y en ambos El clima característico de la costa occidental de la región subtropical es el
lugares se ha registrado una mínima absoluta de — 67,7°C. mediterráneo, con veranos cálidos y secos e inviernos suaves y relativamente
húmedos. Es éste un tipo de clima intermedio entre el marítimo templado y el
del desierto subtropical, aunque el clima mediterráneo resulta, en cierto
aspecto, de transición, ya que está controlado
en invierno por los vientos de Oeste y en verano por el anticiclón subtropical.
En la figura 5.20 puede apreciarse el cambio estacional de posición que
experimenta el anticiclón subtropical y la corriente en chorro del oeste a él
asociada en la troposfera superior. La región típica de este clima es
claramente discernible y se extiende más de 3000 km hacia el interior del
continente euroasiático. Además, la especial configuración de mares y
penínsulas hace que dentro de este tipo de clima se produzcan grandes
variaciones regionales. La región de California, aunque de condiciones muy
similares (fig. 5.16), tiene una extensión muy limitada, por lo que
concentraremos especialmente nuestra atención en la cuenca mediterránea.
El invierno hace su aparición en el Mediterráneo de una forma bastante
repentina, cuando desaparece la extensión estival hacia el Este del anticiclón
de las Azores. Este fenómeno puede observarse en los barógrafos de toda la
región, pero especialmente en el Mediterráneo occidental, donde, hacia el 20
de octubre, se produce un repentino descenso de presión, acompañado de un
marcado aumento de la probabilidad de precipitación. La probabilidad de
recibir lluvia en cualquier período de 5 días aumenta notablemente desde el
50-70 % a comienzos de octubre hasta el 90 % a finales de este mismo mes.
Este cambio va asociado a las primeras invasiones de frentes fríos, aunque las
lluvias tormentosas son frecuentes a partir del mes de agosto. La considerable
precipitación invernal, que se recibe en el Mediterráneo es consecuencia en
gran parte de las temperaturas relativamente altas de la superficie del mar en
dicha estación; en enero la temperatura del mar es aproximadamente 2°C más
elevada que la temperatura media del aire. Las incursiones de aire más frío
originan a lo largo del frente frío una inestabilidad convectiva que produce
lluvia frontal y orográfica. Las incursiones de aire ártico son relativamente
poco frecuentes (se producen, en promedio, de 6 a 9 invasiones de aire cA y
mA cada año), pero la penetración de aire inestable mP es mucho más
corriente. Típicamente ocasiona el desarrollo de cúmulos hasta una altura
superior a los 6000 metros y es crítico en la formación de las depresiones del
Mediterráneo. La iniciación y el movimiento de estas depresiones (véase fig.
5.21) está asociada a una rama de la Corriente en Chorro del Frente Polar
situada aproximadamente a 35° N. Esta comente en chorro se desarrolla
durante fases de índice bajo, cuando los vientos del Oeste que soplan sobre la
parte oriental del Atlántico son desviados por un anticiclón de bloqueo en las
proximidades de los 20° O, dando lugar a una intensa corriente de aire ártico
que fluye hacia el Sur sobre las Islas Británicas y Francia. Aunque algunas
Fig. 5.20 depresiones atlánticas pueden penetrar en el Mediterráneo occidental en
Distribución de presión en la superficie, vientos y precipitación correspondiente al forma de borrascas superficiales, constituyen tan sólo el 9 % del total que
Mediterráneo y África septentrional durante enero y julio. Se indican también las
posiciones medias de las Corrientes en Chorro Subtropical y del Este, así como
también los frentes Intertropical (¡TF) y Mediterráneo (MF) (en parte según «Tiempo
en el Mediterráneo», H. M. S. O., 1962; derechos de la Corona reservados).
afecta a la región (fig. 5.21), mientras que el 17 % se forman a sotavento de la
cordillera del Atlas (las llamadas depresiones del Sahara, que son las
principales fuentes de precipitación a finales de invierno y en primavera) y el
74 % restante se desarrollan en el Mediterráneo occidental, a sotavento de los
Alpes y los Pirineos (véase cap. 4, G.1). La combinación del efecto de
sotavento y el de una superficie de aire inestable sobre el Mediterráneo
occidental explica la frecuente formación de estas depresiones del tipo
Genova, cuando aire mP condicionalmente inestable invade la región. La
particularidad de estas depresiones reside en que la inestabilidad del aire local
en el sector cálido da lugar a una precipitación anormalmente intensa a lo
largo del frente cálido y el aire mP inestable produce intensos chubascos y
tormentas en la parte posterior del frente frío, especialmente entre 5o y 25° E.
Este calentamiento del aire mP (o mA) es tan característico que origina el aire
que se conoce como mediterráneo (véase tabla 4.1). El límite medio entre esta
masa de aire mediterráneo y el aire cT que fluye hacia el nordeste desde el
Sahara se conoce con el nombre de frente mediterráneo (fig. 5.20). A finales
de invierno puede existir a través de él una discontinuidad de temperatura de
hasta 12°-16°C. Las depresiones del Sahara y las del Mediterráneo occidental
se mueven hacia el Este, formando un cinturón de bajas presiones y
frecuentemente desvían hacia el Norte el aire cT que precede al frente frío, así
como el siroco, cálido y cargado de polvo (especialmente en primavera y
otoño, cuando el aire del Sahara puede extenderse por Europa). El
movimiento de las depresiones del Mediterráneo se complica
considerablemente por efecto del relieve y porque son regeneradas en el
Mediterráneo oriental por nuevo aire cP procedente de Rusia o del Sudeste de
Europa. Aunque muchas depresiones se dirigen hacia el Este a través de Asia,
los centros de bajas presiones tienen una marcada tendencia a moverse hacia
el nordeste sobre el mar Negro y los Balcanes, especialmente a medida que
avanza la primavera. Sin embargo, el tiempo invernal en el Mediterráneo
presenta considerables variaciones, particularmente debido a la gran
movilidad de la Corriente en Chorro Subtropical del Oeste, que puede
ocasionalmente mezclarse con la Corriente en Chorro del Frente Polar
desplazada hacia el Sur.
Cuando el índice de circulación zonal sobre el Atlántico y Europa es alto,
las depresiones pueden pasar lo suficientemente alejadas hacia el norte para
que el aire de su sector frío no alcance el Mediterráneo y entonces el tiempo
es allí generalmente bueno y estable. Entre los meses de octubre y abril la
circulación dominante en el Mediterráneo es de ' tipo anticiclónico por lo
menos el 25 % del tiempo y en la cuenca occidental el 48 %. Esto aparece
reflejado en la alta presión media que se registra sobre esta última zona en
enero (véase fig. 5.20), En consecuencia-
TABLA 5.4 El período primaveral, así como el de principios de otoño, es espe-
Número de días de mistral fueríe en el Sur de Francia cialmente impredecible. En marzo de 1966, una vaguada que se desplazaba
(Según «Tiempo en el Mediterráneo», H.M.S.O., 1962)
por el Mediterráneo oriental, precedida por un khamsin meridional cálido, y
Velocidad E F M A M A S O N D Año
seguida por una corriente de aire del norte, trajo 70 mm de lluvia en sólo 4
J J
horas a una área de 60 X 120 km del sur del desierto del Negev. A pesar de
10 9 13 11 8 9 9 7 5 5 7 10 103
(21 kt) que abril es normalmente un mes seco en el Mediterráneo oriental, durante el
4 4 6 5 3 2 0,6 1 0,6 0 0 4 30 cual Chipre tiene un promedio de sólo 3 días con 1 mm de lluvia o más,
(33 kt) pueden darse fuertes precipitaciones como en abril de 1971, cuando cuatro
depresiones afectaron a la región. Dos de ellas fueron depresiones del Sahara,
desplazándose hacia el este por debajo de la zona de influencia de la parte fría
aunque el invierno sea el período lluvioso, los días de precipitación son de un chorro del oeste, y las otras dos fueron intensificadas a sotavento de
bastante escasos. Por' término medio se registra precipitación sólo durante 6 Chipre. Sin embargo, la descomposición, bastante rápida, del anticiclón de
días de cada mes durante el invierno en Libia y en el Sudeste de España, Eurasia que tiene lugar en abril, junto con una extensión discontinua hacia el
aunque en el Oeste de Italia, en el Oeste de la península de los Balcanes y en la Norte y hacia el Este del anticiclón de las Azores favorece el movimiento
zona de Chipre el número de días de precipitación en el mes sea de 12. Las hacia el Norte de las depresiones e, incluso si el aire de latitudes más altas
frecuencias y cantidades totales de precipitación más elevadas corresponden a penetra hacia el Sur en el Mediterráneo, la temperatura de la superficie del
las zonas de ciclogénesis y a la parte de barlovento de las penínsulas. mar es relativamente más fría y más estable que durante el invierno. Hacia
Los vientos regionales están relacionados también con diversos factores de mediados de junio la cuenca mediterránea aparece dominada por el anticiclón
tipo meteorológico y topográfico. Los conocidos vientos fríos del Norte del de las Azores, muy extendido hacia el Oeste, mientras que al Sur el campo de
golfo de León (el mistral), que están asociados con flujos de aire mP del presiones medias presenta una vaguada de bajas presiones que se extiende
Norte, se producen cuando se está desarrollando una depresión en el golfo de sobre el Sahara desde la parte meridional de Asia (fig. 5.20). Los vientos
Genova, al Este de los surcos de altas presiones del anticiclón de las Azores. soplan generalmente del Norte (como, por ejemplo, los «etesios» del Egeo), y
Este viento se ve aumentado por efectos catabáticos y de embudo en el valle representan una continuación hacia el Este de los alisios del Nordeste. A
del Ródano y otros lugares semejantes, por lo que adquiere a veces gran nivel local, estos vientos se ven reforzados por las brisas marinas, aunque en
violencia. El mistral puede durar varios días, hasta que cesa la irrupción de la costa de Levante pueden originarse vientos superficiales del Sudoeste.
aire polar o continental. La frecuencia de estos vientos depende de su Durante los meses de verano no faltan las depresiones, pero son
definición. La frecuencia media del mistral fuerte en el Sur de Francia aparece generalmente débiles, debido a que el carácter anticiclónico de la circulación
en la tabla 5.3 (basada en las veces que se registró en diversas estaciones en gran escala favorece la subsidencia, y los contrastes- entre masas de aire
situadas entre Perpignan y el Ródano durante el período 1924-1927). Pueden son muy reducidos en comparación con el invierno (véase tabla 4.2). De vez
producirse también vientos similares en el Adriático septentrional (el boro) y en cuando se forman bajas térmicas sobre la península Ibérica y Anatolia,
en el norte del mar Egeo, cuando el aire polar fluye hacia el sur en la parte pos- aunque las tormentas son escasas, debido a que la humedad relativa es baja.
terior de una depresión que se mueve hacia el Este y es obligado a circular En verano, los vientos regionales más importantes son los de origen
sobre las montañas (cf. cap. 3, C.2). tropical continental. Existe una gran diversidad de nombres para designar
En el Mediterráneo, la estación invernal, generalmente húmeda, ventosa y estos vientos cálidos, secos y polvorientos (siroco en Argelia y Levante,
suave, va seguida de una primavera larga e indecisa que dura desde marzo a leveche en el Sudeste de España y khamsin en Egipto), que soplan en
mayo y en el curso de la cual se producen muchos falsos comienzos de tiempo dirección Norte, precediendo a las depresiones que se mueven hacia el Este.
estival. En el Negev, la irrupción del khamsin oriental puede ser el causante de que la
humedad relativa baje repentinamente a menos del 10 % y de que la
temperatura aumente tanto como 4S°C. Los vientos locales son generalmente
dominantes en verano y, por ejemplo, el tiempo
2. Clima semiárido del Sudoeste de Estados Unidos
El estudio del tiempo de los trópicos ha pasado por tres etapas. Al principio y
durante un largo período que finalizó tan sólo algunos años antes
de la Segunda Guerra Mundial se suponía que los mecanismos y fenómenos y 1940 se realizaron algunos intentos para introducir los conceptos de los
que determinaban el tiempo de los trópicos eran mucho más sencillos y frentes de las latitudes medias. Sin embargo, el proceso fue escaso, como
evidentes que los de las latitudes más altas. Esta creencia era debida en parte a consecuencia de la aparente falta de contrastes entre las distintas masas de
la escasez de datos meteorológicos de que se disponía antes de la citada aire. Además, el pequeño gradiente de presión en superficie, que es típico de
guerra, especialmente de la zona situada en los vastos océanos tropicales, y la mayor parte de las perturbaciones tropicales (a excepción de los huracanes),
también a ciertas consideraciones de orden teórico y práctico. Una de las tiende a pasar inadvertido, debido a la gran variación semidiurna de presión.
razones de esta creencia era que los contrastes de temperatura y, por La presión varía unos 2 o 3 mb; es máxima alrededor de las 10 y las 22 horas y
consiguiente, los contrastes entre las masas de aire, parecían pequeños en mínima a las 04 y 16 horas. Es preciso recordar también que la dirección del
comparación con los de las latitudes medias. Sin embargo, las masas de aire viento no constituye guía alguna para conocer la configuración del campo de
se clasificaban en función de su contenido de humedad, temperatura y presión en las latitudes bajas. El pequeño valor de la fuerza de Coriolis impide
estabilidad, aunque se creía que la actividad frontal era débil y por tanto, que que el viento alcance su equilibrio geostrófico y, por consiguiente, es forzoso
los fenómenos meteorológicos eran menos evidentes. Había claras abandonar las técnicas que se utilizaban para analizar los mapas del tiempo de
excepciones, como los ciclones tropicales, que se consideraban como el las latitudes medias.
resultado de determinadas condiciones de convección térmica. Otra de las En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial y en los años que la
razones era la gran extensión de los océanos, que se suponía simplificaba las siguieron, un mayor número de observaciones revelaron lo inadecuado de los
configuraciones de tiempo y clima. enfoques anteriores. Se hizo evidente que los cambios de tiempo son
De este modo surgió la imagen del tiempo «de los alisios» que des- frecuentes y complejos, con tipos de sistemas meteorológicos claramente
cribimos a continuación. Las masas de aire tropical marítimo, que se originan definidos en los diversos países tropicales y con considerables diferencias
por subsidencia en las células subtropicales de altas presiones situadas en las climáticas incluso sobre las áreas oceánicas. También se observó que los
mitades orientales de los océanos (véase figura 3.16) se mueven regularmente mecanismos necesarios para desencadenar perturbaciones en el flujo de las
hacia el Oeste y hacia el ecuador con velocidad y dirección casi constantes. masas de aire tropical de gran energía eran considerablemente menores que
Por debajo de la zona de inversión de temperatura, formada por subsidencia los que se asocian a las depresiones de las latitudes medias, pero que, aunque
entre 600 y 800 m, el aire está húmedo y tiene una capa de cúmulos dispersos. parezca paradójico, los ciclones tropicales son poco frecuentes. En los
El tiempo es invariablemente cálido y seco, excepto donde las islas causan la apartados siguientes examinaremos los distintos sistemas responsables de
formación de nubes orográficas. Sobre los océanos ecuatoriales soplan estos contrastes.
vientos flojos y variables (cinturón de calmas ecuatoriales) y el aire es
siempre húmedo, cálido y bochornoso (véase cap. 3, E.1). B. LA CONFLUENCIA INTERTROPICAL
Se consideraba que otro de los elementos que contribuían a aumentar la
simplicidad de este clima era el régimen de insolación. La gran altura a que el
sol se encuentra siempre sobre el horizonte en las latitudes bajas y la igual La tendencia de los sistemas de alisios de ambos hemisferios de converger en
duración de los días y las noches hacen que las variaciones de insolación a lo la Vaguada Ecuatorial (de bajas presiones) ya ha sido tratado en el capítulo
largo de las diversas estaciones sean mínimas. Por consiguiente, se creyó que 3.E. Las visiones de la exacta naturaleza de este hecho han estado sujetas a
esta regularidad producía unos regímenes de lluvia simples, con un máximo continuas revisiones. Desde la década de los años veinte a la de los cuarenta
correspondiente al solsticio de verano en los trópicos y dos máximos en el los conceptos de los frentes que se desarrollaron en las latitudes medias se
ecuador, como consecuencia del paso del sol en los equinoccios. Las aplicaron a los trópicos, y la confluencia de los alisios se identificó con el
variaciones diarias de brisas terrestres y marítimas daban lugar a un aumento frente intertropical (ITF). Este término tiene una aplicación limitada en las
de convección por la tarde y las tormentas eran consideradas como áreas continentales, tales como África occidental y el sur de Asia, donde en
características de casi todos los climas tropicales. verano el aire tropical continental, seco y caliéntense encuentra con el aire
Esta sencilla descripción de los procesos que caracterizan el tiempo de los ecuatorial húmedo y más frío (figura 6.1). Pueden darse abruptos gradientes
trópicos fue evolucionando paulatinamente, ya que entre 1920 de humedad y temperatura, pero el frente pocas veces es un mecanismo
productor de condiciones
meteorológicas del tipo de las latitudes medias (véase fig. 6.21). En cualquier
otro lugar de las latitudes bajas los frentes fríos (con un acusado contraste de
densidad) son raros.
En los decenios de los años cuarenta y cincuenta el reconocimiento de la
significancia de la convergencia del campo de vientos en la producción de las
condiciones meteorológicas tropicales condujo a la designación de la
confluencia de los alisios como la Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ).
Esta confluencia se evidencia en un mapa de líneas de corriente medias, pero
las áreas de convergencia crecen y decaen, tanto in situ como dentro de
perturbaciones que se desplazan hacia el oeste (láms. 12 y 24), por períodos de
unos pocos días. Además, la convergencia es infrecuente incluso como hecho
climático en las zonas de calmas ecuatoriales (véase fig. 3.25). La fotografía
mediante satélites ha mostrado que sobre los océanos la posición e intensidad
de la ITCZ varía mucho incluso de un día al siguiente. Es posible, sin embargo,
mostrar que la convección generada por la convergencia inducida por la fric-
ción en la capa límite de los alisios produce nubes cumuliformes individuales
de 1-10 km de diámetro, que se agrupan en unidades convectivas mesoscálicas
de unos 100 km de diámetro, y que éstas a su vez forman agrupaciones de nubes
de 100-1000 km de diámetro (fig. 6.2; véase también lám. 24) tanto a lo largo
de la ITCZ como en las vaguadas de perturbaciones de ondas de la troposfera
inferior que tienen longitudes de onda de 2000-3000 km. En cuanto a la
discontinuidad de la convergencia en el tiempo o en el espacio, hoy en día se
prefiere el término de confluencia Intertropical (ITC).
Como condiciones climáticas, la Vaguada Ecuatorial y la ITC parece que
se desplazan lejos del ecuador según las estaciones (fig. 6.1), en asociación con
el Ecuador Térmico (zona de la temperatura estacional máxima), a pesar de
que detallados estudios parecen contradecir esta relación. La situación del
Ecuador Térmico se relaciona directamente con el calentamiento del sol (figs.
1.12 y 1.15) y existe una relación obvia entre éste y la Vaguada Ecuatorial en
términos de las bajas térmicas. Sin embargo, esto es una simplificación, dado
que la Vaguada Ecuatorial está también en relación con las dinámicas muy
independientes de la circulación del aire en las latitudes bajas. Las
observaciones (véase fig. 6.22, por ejemplo) muestran que la convergencia y la
elevación máximas se encuentran frecuentemente a algunos grados de
distancia de la Vaguada Ecuatorial en dirección al ecuador. Las desviaciones
estacionales de la convergencia del campo de vientos son parcialmente una
respuesta a la actividad alternante en las células anticiclónicas subtropicales de
los dos hemisferios, pero, a una escala de tiempos menor, la actividad sinóptica
a lo largo de la ITC oscurece cualquier relación simple. Diversos -
C. PERTURBACIONES TROPICALES
Hasta los años cuarenta no se dieron detallados informes sobre los tipos de
las perturbaciones tropicales distintas del ciclón tropical ya reconocido. Sin
embargo, nuestra visión de los sistemas meteorológicos tropicales ha sido
radicalmente revisada tras el advenimiento de los satélites de investigación
meteorológica de los años sesenta. Se han llevado a cabo programas
especiales de mediciones meteorológicas en la superficie y en las capas
superiores del aire, junto con observaciones desde barcos o aviones en los
Océanos Pacífico e Índico, en el Caribe y en el Atlántico oriental tropical.
A pesar de que el cuadro está aún incompleto, parece ser que pueden
distinguirse cinco categorías de sistemas meteorológicos de acuerdo con sus
escalas espaciales y temporales. La más pequeña, con una duración de unas
pocas horas, es el cúmulo individual. Cuando el tiempo es despejado, las
nubes cumuliformes se encuentran generalmente alineadas en «calles de
nubes», más o menos paralelas a la dirección del viento (lámina 25), más que
distribuidas al azar. Este hecho parece estar relacionado con la estructura de
la capa límite y con la velocidad del viento. Hay poca interacción entre las
capas de aire de encima y de debajo de la base de la nube en estas
condiciones, pero con tiempo inestable las ráfagas ascendentes y
descendentes dan lugar a interacciones entre las dos capas que intensifican la
convección. De esta forma, la menor escala del sistema puede ayudar al
desarrollo de perturbaciones mayores.
La segunda categoría es la del sistema mesoscálico (cf. págs. 235-242); los
sistemas de este tipo se asocian en particular con los límites tierra/mar, las
islas oceánicas calentadas y la topografía. Un hecho distintivo de los
trópicos, identificado en las imágenes tomadas por satélites, es la agrupación
de nubes, que es de una escala subsinóptica y puede subsistir de uno a tres
días (véase fig. 6.2). La cuarta categoría incluye las perturbaciones de ondas
a escala sinóptica y los vórtices remolinos, y el grupo final lo constituyen las
ondas a escala planetaria.
No nos ocuparemos con detalle de las ondas planetarias (de una longitud
Fig. 6.2 de onda de 10 000 a 40 000 km). Se dan dos tipos de ellas en la estratosfera
Las estructuras mesoscálica y sinóptica de la Zona de Convergencia Intertropical ecuatorial y otra en la troposfera superior tropical. Dado que pueden tener
(ITCZ), mostrando un modelo de la distribución espacial (arriba) y de la estruc-tura interacciones con los sistemas troposféricos inferiores, parecen no ser
vertical (abajo) de los elementos convectivos que forman las agrupaciones de nubes
(de Masón, 1970). mecanismos directos que influencien al tiempo. Los sistemas a escala
sinóptica que determinan gran cantidad del «tiempo perturbado» de los
trópicos son suficientemente importantes y variados como para ser discutidos
estudios sobre la nubosidad llevados a cabo mediante satélites indican que en el bajo el encabezamiento de perturbaciones de onda y tormentas ciclónicas.
Océano Pacífico y el Océano Atlántico occidentales pueden existir dos zonas de
confluencia semipermanentes (fig. 6.1). Éstas, sin embargo, no se dan donde
existen corrientes oceánicas frías, como sucede en el Atlántico y el Pacífico
sudorientales.
1. Perturbaciones de onda de las depresiones de las latitudes medias. En la «Onda Oriental» de la zona del
Caribe existe una débil vaguada de presiones que generalmente se hace más
Existen diversos tipos de ondas que viajan hacia el oeste en los vientos del
gradual con la altura hacia el Este (fig. 6.3) y presenta el desarrollo típico de
este de la troposfera ecuatorial y tropical, las diferencias entre ellos
cumulonimbos y tormentas detrás de la línea de vaguada. Esta distribución en los
probablemente son el resultado de variaciones estacionales y regionales en la
vientos del Este va acompañada de movimiento horizontal y vertical. Detrás de la
estructura de la atmósfera tropical. Su longitud de onda se encuentra entre
depresión el aire experimenta convergencia, mientras que delante existe
unos 2000-4000 km y tienen una duración de una a dos semanas, viajando
divergencia (cap. 3, B.1). Esto se deduce de la ecuación de conservación de la
unos 6°-7° de longitud al día.
vorticidad potencial (compárese con el cap. 4, F), que supone que el aire que se
El primer tipo de onda que vamos a describir de los trópicos es la Onda
mueve a un determinado nivel no experimenta cambios en su temperatura poten-
Oriental del área del Caribe. Estos sistemas son bastante distintos
cial (es decir, se mueve adiabáticamente; véase cap. 2, D):
FIG. 6.4
Estructura vertical de los alisios a 30° N y 140° O a las 3,00 GMT del 10 de julio de
1949. La proporción de mezcla tiene el valor correspondiente a la saturación
(basado en Riehl, 1954).
Las fotografías tomadas por satélites indican que la simple onda del este
es algo menos común de lo que se había supuesto. Muchas perturbaciones
atlánticas tienen una onda en forma de «V invertida» en el campo de vientos
de bajo nivel y la nube asociada, o una «coma» relacionada con la nube en un
remolino. A menudo están aparentemente ligadas con una configuración de
ondas en la ITC de más al sur. Muchas perturbaciones de los vientos del este
tienen una circulación del viento ciclónica cerrada a aproximadamente el
nivel de los 600 mb.
Obviamente, es difícil trazar el crecimiento de las perturbaciones de
ondas sobre los océanos y en las áreas continentales, con una cobertura
dispersa en la toma de datos. Sin embargo, pueden hacerse algunas con-
sideraciones generales. Al menos 8 de cada 10 perturbaciones se desarrollan
a unos 2°-4° de latitud de la vaguada ecuatorial en dirección al polo. La Fig. 6.5
convección se establece probablemente por convergencia de humedad en el Altura (en metros) de la base de la inversión del alisio sobre el Atlántico tropical
flujo de aire, acentuada por fricción, y es luego mantenida en los penachos de (de Riehl, 1954).
convección térmica (fig. 6.2). Unas 100 perturbaciones
Fig. 6.6
Precipitación mensual media en Fort de France, Martinica (basado en «CLIMAT», normas de
la Organización Meteorológica Mundial para 1931-60). La precipitación media anual es de 184
cm.
humedad hacia el aire seco situado más arriba. En el Caribe estas ondas de
los vientos del Este tienden a desarrollarse cuando la inversión de los alisios
es débil o no existe, durante verano y otoño, mientras que en invierno y
primavera la fuerte subsidencia reinante impide su formación, a pesar de que
las perturbaciones pueden desplazarse hacia el oeste por encima de la
inversión. Otro factor que puede iniciar la formación de ondas en los vientos
del Este es la penetración de frentes fríos en las latitudes bajas. Esto es
frecuente en el sector situado entre dos células subtropicales de altas
presiones, donde la parte ecuatorial del frente tiende a fraccionarse,
originando una onda que se mueve hacia el Oeste.
La influencia de estas características en el clima regional aparece ilustrada
por el régimen de lluvias. Por ejemplo, existe un máximo a finales de verano
en Martinica (fig. 6.6), una de las islas de Barlovento (15°N), cuando la
subsidencia es débil, aunque parte de la precipitación que se recibe en otoño
va asociada a tormentas tropicales. En diversas zonas de los vientos alisios la
precipitación tiene lugar en forma de temporales asociados a alguna clase de
perturbación. A lo largo de un período de 10 años en Oahu (Hawái) se
produjeron como promedio 24 temporales por año, 10 de los cuales dieron
cuenta de más de los dos tercios de la precipitación anual. Existe sin
embargo, en aquellas zonas
una gran variabilidad de la precipitación de unos años otros, puesto que una
pequeña disminución en la frecuencia de las perturbaciones puede tener gran
influencia en los totales de precipitación.
En la parte central del Pacífico ecuatorial los sistemas de vientos alisios
de los dos hemisferios convergen en la Vaguada Ecuatorial y pueden formarse
perturbaciones de onda si la vaguada se aparta del ecuador (generalmente
hacia el Norte) lo suficiente para que exista una pequeña fuerza de Coriolis
que inicie el movimiento ciclónico. Con frecuencia estas perturbaciones se
hacen bastante inestables y forman un vórtice ciclónico a medida que se
trasladan hacia el Oeste, en dirección a las islas Filipinas, pero los vientos no
siempre alcanzan la fuerza del huracán. En el mapa sinóptico del 17 de agosto
de 1957 (fig. 6.7), correspondiente a parte del Pacífico noroccidental,
aparecen tres fases del desarrollo de los sistemas tropicales de bajas
presiones. Al oeste de Hawái puede observarse una onda del este incipiente
que sin embargo se completó y disipó en el curso de las 24 horas siguientes.
En las proximidades de la isla Wake se aprecia claramente una onda bien
desarrollada, con espectaculares torres de cúmulos que se extienden hasta
más allá de los 9100 metros, a lo largo de la zona de convergencia, situada
unos 480 km más al Este (lámina 26). Esta onda se desarrolló en el curso de
48 horas, convirtiéndose en una tormenta tropical circular, con vientos de
hasta 20 m/s (46 mph), pero no llegó a constituir un auténtico huracán. Al
Este de las islas Filipinas puede observarse una fuerte circulación cerrada,
desplazándose hacia el noroeste. Las ondas ecuatoriales pueden formarse a
ambos lados del ecuador en una corriente de vientos del Este situada
aproximadamente entre 50°N y S. En tales casos, la divergencia en la parte
anterior de la vaguada en el hemisferio norte se apareja con la convergencia
en la parte posterior de una línea de vaguada situada más al Oeste en el
hemisferio sur. El lector puede comprobar que esto se deduce de la ecuación
de conservación de la vorticidad potencial, recordando que tanto f como ζ,
actúan en sentido inverso en el hemisferio sur.
2. Ciclones
a. Huracanes. El tipo más notorio de ciclón es el huracán tropical o tifón. A
causa de los grandes daños que ocasionan en tierra y del peligro que suponen
para la navegación, se ha prestado considerable atención a la predicción de su
desarrollo y movimiento, por lo que ahora se empieza a comprender su origen
y estructura. Como es lógico, la naturaleza catastrófica de los huracanes
dificulta en gran manera la investigación, pero en la actualidad los vuelos de
reconocimiento efectuados durante la «temporada de huracanes», las
observaciones realizadas con -
ayuda del radar de la estructura de la nube y de la precipitación y las fotogra- TABLA 6.1
fías que toman los satélites (véase lám. 27) contribuyen a un mejor cono- Frecuencias anuales de los ciclones tropicales (con vientos sostenidos máximos que
exceden de los 25 m/s), de 1958 a 1977 (Según Gray, 1979). Se han redondeado los totales de
cimiento de estos fenómenos. las áreas.
El huracán típico tiene un diámetro de unos 650 km, inferior a la mitad
del de una depresión de las latitudes medias, aunque la extensión de los Situación Frecuencia anual
tifones del mar de la China es frecuentemente mucho mayor. A nivel del mar,
la presión en su centro es normalmente de 950 mb y sólo en algunos casos Pacífico noroccidental 26,3
excepcionales desciende por debajo de 920 mb. Los vientos huracanados se Pacífico nororiental 13,4
definen de manera arbitraria con una velocidad de 33 m/s o más; de hecho, en Atlántico noroccidental 8,8
numerosos casos sobrepasan los 50 m/s. El enorme desarrollo vertical de Océano índico septentrional 6.4
cumulonimbos con la parte superior situada por encima de los 12 000 m Total del hemisferio norte 54,6
refleja la enorme actividad convectiva concentrada en dicho sistema. Los Océano Indico sudoccidental 8,4
estudios realizados con ayuda del radar y de los satélites indican que las
células convectivas están normalmente organizadas en bandas que giran Océano Indico sudoriental 10,3
siguiendo una trayectoria en espiral hacia el centro del huracán. Pacífico sudoccidental 5,9
Para que se forme un huracán son necesarias, aunque no siempre su- Total del hemisferio sur 24,5
ficientes, ciertas condiciones. Una de ellas, tal como indica la figura 6.8, es
Total global 79,1
una gran extensión de océano con una temperatura superficial superior a los
27°C. Los ciclones raras veces se forman cerca del ecuador, donde el
parámetro de Coriolis es casi cero y tampoco en zonas de fuerte cizalladura
vertical del viento (por ejemplo, debajo de una corriente en chorro), ya que guada Ecuatorial se traslada hacia el Norte. En el Atlántico occidental la
ambos factores impiden el desarrollo de un vórtice bien organizado. Existe «temporada de huracanes» tiene lugar principalmente entre julio y octubre, con
también una relación precisa entre la situación estacional de la Vaguada un marcado máximo en septiembre, y en el Pacífico occidental entre julio y
Ecuatorial y las zonas de formación de huracanes, relación que se desprende octubre. Estos zonas pueden verse afectadas por un pequeño número de
del hecho de que no se producen huracanes en el Atlántico Sur (donde la tormentas incluso en mayo y diciembre. El máximo de finales de verano-otoño
vaguada no se encuentra nunca al sur de los 5°) o en el Pacífico sudoriental se encuentra también en las otras zonas, aunque existe un máximo secundario,
(donde la vaguada permanece al norte del ecuador). Por otra parte, en las a comienzos de verano, en el golfo de Bengala.
fotografías tomadas recientemente por satélites de la parte nororiental del En la tabla 6.1 se indican las frecuencias anuales de los ciclones tropicales.
Pacífico aparece un número inesperado de vórtices ciclónicos en verano, Estas cifras son sólo aproximadas, puesto que en algunos casos resulta
muchos de los cuales se mueven en dirección Oeste en las cercanías de la difícil determinar si los vientos alcanzan o no fuerza de huracán; también es
línea de vaguada, aproximadamente entre 10° y 15°N. Aproximadamente un posible que en algunos lugares remotos del Sur del Pacífico y del océano índico
60 % de los ciclones tropicales parecen originarse a 10°-15° de latitud de la se hubieran producido, antes del uso de los satélites, tormentas que no fueron
Vaguada Ecuatorial en dirección al polo en los sectores de más calmas detectadas.
ecuatoriales, donde la vaguada se encuentra por lo menos a 5° de latitud del Las primeras teorías acerca del desarrollo de los huracanes sostenían que
ecuador. Las zonas de desarrollo de huracanes se encuentran sobre la parte las células de convección ocasionaban un desprendimiento masivo y repentino
occidental de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, donde las células de calor latente, que proporcionaba energía suficiente para la tormenta.
subtropicales de altas presiones no ocasionan subsidencia ni estabilidad y el Aunque las células convectivas se consideraban como parte integrante del
flujo superior es divergente. sistema de huracanes, se creía que su escala era demasiado pequeña para que
En el hemisferio norte la formación de huracanes y tifones alcanza su pudiesen ocasionar la extensión del mismo a lo largo de centenares de
actividad máxima a finales de verano y en otoño, época en que la Va- kilómetros. Sin embargo, investigaciones realizadas recientemente conducen a
una considerable modificación de este cuadro.
el desarrollo de presiones muy bajas y vientos de gran velocidad en las
proximidades de la superficie. Una característica típica de los huracanes es su
vórtice cálido, mientras que otras depresiones tropicales y tormentas incipientes
tienen como núcleo una zona fría de la que provienen los chubascos. Este
núcleo cálido se desarrolla por la acción de torres de 100 a 200 cumulonimbos
que desprenden calor latente de condensación-aproximadamente un 15 % del
área de las bandas de nubes está dando lluvia en un momento dado. Las
observaciones realizadas indican que, aunque estas «torres cálidas» constituyen
tan sólo un 1 % de la zona tormentosa dentro de un radio de unos 400 km, su
influencia es suficiente para alterar todo lo que las rodea. El núcleo cálido
resulta vital para el crecimiento del huracán porque intensifica el anticiclón de
las capas superiores, conduciendo a un efecto de «realimentación» por
estimulación de la entrada de un flujo dé calor y humedad en las capas
inferiores, que a su vez intensifica la actividad convectiva, el desprendimiento
de calor latente y, por consiguiente, el aumento de presión en los niveles
superiores. La circulación térmica directa transforma el incremento de calor en
energía potencial, una pequeña parte de la cual (aproximadamente el 3 %) se
convierte en energía cinética. El resto es transportado por la circulación
anticiclónica hasta una altura de unos 12 km (200 mb). En el «ojo» o región más
interna de la tormenta el calentamiento adiabático del aire descendente
acentúa las altas temperaturas (fig. 6.9), aunque, puesto que también se
observan temperaturas altas en las masas de nubes que constituyen las paredes
del «ojo», es posible que el aire subsidente sea tan sólo un factor adicional. El
ojo tiene un diámetro aproximado de 300 a 500 km y en él el aire se encuentra
virtualmente en calma, pudiendo llegar a romperse la capa de nubes. Los
FIG. 6.9 mecanismos que ocasionan la formación del ojo son aún casi desconocidos. Si
Modelo de la estructura horizontal (arriba) y vertical (abajo) de un huracán. Las el aire que gira conservase su momento cinético absoluto, la velocidad del
zonas punteadas representan la nubosidad y en la sección vertical aparecen también viento se haría infinita en su centro, hecho que es evidente que no se produce.
las zonas de precipitación. Los símbolos de las líneas de corriente hacen referencia al
diagrama superior (basado en La Seur y Hawkins, 1963, y Fett, 1964). Los fuertes vientos que rodean el ojo están más o menos en equilibrio
ciclostrófico y la pequeña distancia radial hace que la aceleración centrípeta sea
muy elevada (véase pág. 142). El aire se eleva cuando el gradiente baroclínico
En apariencia, existe un transporte de energía desde la circulación a escala de ya no puede empujarlo más hacia dentro. Es posible que los yunques de
los cúmulos a la circulación en gran escala de la tormenta, realizado a través cumulonimbos jueguen un papel vital en el complejo vínculo entre las
de la organización de las nubes en forma de espiral (fig. 6.9 y lámina 27); sin circulaciones horizontal y vertical alrededor del ojo, por redistribución del
embargo, la naturaleza de este proceso se encuentra todavía en vías de momento angular, de forma que se establezca una concentración de rotación
investigación. Existen actualmente pruebas suficientes que .indican que los cerca del centro.
huracanes se forman a partir de perturbaciones ya existentes, pero, aunque La aportación de calor y humedad, en combinación con el escaso rozamiento
muchas de ellas se desarrollan en forma de células cerradas de bajas en la superficie del mar, el desprendimiento de calor latente por condensación y
presiones, son pocas las que alcanzan intensidad de huracán] La clave de este el aire extraído en altura son condiciones esenciales para el mantenimiento de la
problema parece residir en la presencia de un anticiclón en la troposfera intensidad de los huracanes. Tan pronto
superior. Éste es esencial para que se produzca divergencia en niveles altos
(véanse figs. 3.6 y 3.14) y a su vez permite
como disminuye uno de estos efectos, mengua la intensidad de la tormenta. b. Otras depresiones tropicales. No todos los sistemas ciclónicos que se
Esto puede ocurrir con bastante rapidez si la trayectoria (determinada por el forman en los trópicos pertenecen a la variedad de los huracanes. Existen otros
flujo general de la troposfera superior) conduce el vórtice sobre una superficie dos tipos principales de vórtice ciclónico. Uno es la llamada «depresión del
del mar fría o sobre la tierra. En el último caso, el aumento de rozamiento monzón», que afecta a la parte meridional de Asia durante el verano. Esta
acelera el proceso de rellenado, mientras que el corte del suministro de depresión es excepcional en cuanto a que el flujo procede del Oeste en los
humedad elimina una de las principales fuentes de calor. También se produce niveles bajos y del Este en la troposfera superior (véase fig. 6.22). Se describe
esta desaparición rápida cuando interviene en la circulación aire frío o cuando más ampliamente en el apartado D.4 del presente capítulo.
la zona de divergencia en altura se aleja de la borrasca. Los sistemas del tipo segundo son generalmente débiles en las proxi-
Los huracanes se mueven generalmente a una velocidad de 16 a 24 ki- midades de la superficie, pero están bien desarrollados en la troposfera media.
lómetros por hora controlados principalmente por la velocidad del núcleo En el Pacífico nororiental y el Océano índico estas borrascas se conocen con el
cálido superior. Casi invariablemente se vuelven a curvar hacia el polo nombre de ciclones subtropicales. Gran parte de ellos se desarrollan en las
alrededor de los bordes occidentales de las células subtropicales de altas latitudes bajas a partir de una onda fría de los niveles superiores que se
presiones, penetrando en la circulación de los vientos del Oeste, donde desprende del chorro del Oeste (véase capítulo 4, G.4). Poseen un amplio ojo
desaparecen o degeneran en depresiones extratropicales (lám. 17). Algunos de aproximadamente 150 km de radio en el que la nubosidad es escasa,
de estos sistemas conservan una intensa circulación y los fuertes vientos y las rodeado por un cinturón de nubes y precipitación de unos 300 km de anchura.
olas que los acompañan pueden producir todavía grandes daños. Esto se A finales de invierno y en primavera, la mayor parte de la precipitación que se
produce con cierta frecuencia a lo largo de la costa atlántica de Estados recoge en las islas Hawái procede de tormentas de este tipo. Estos ciclones son
Unidos y, en ocasiones, del Canadá oriental. De manera similar, en la parte muy persistentes y tienden a ser absorbidos finalmente por una vaguada de los
occidental del Pacífico septentrional, los tifones recurvados constituyen uno vientos del Oeste de las capas superiores de la atmósfera. Perturbaciones
de los elementos principales del clima de Japón (véase el apartado D.4 del semejantes a las descritas se producen en verano sobre el Mar Arábigo y
presente capítulo) y puede tener lugar en cualquier mes. La frecuencia de contribuyen a las lluvias veraniegas («monzón») del noroeste de la India.
tifones en Japón y los mares que lo rodean es de 12 por año. Estos sistemas presentan un movimiento hacia arriba principalmente en la
En resumen: el huracán se desarrolla a partir de una perturbación inicial capa superior de la troposfera. Su desarrollo puede estar ligado a la salida de
que, en condiciones ambientales favorables, crece hasta convertirse primero aire a niveles superiores de la vorticidad ciclónica desde la persistente
en una depresión tropical y posteriormente en una tormenta tropical (con borrasca cálida de la India septentrional.
velocidades del viento comprendidas entre 17 y 33 m/s). La fase de tormenta
tropical puede persistir unos 4 o 5 días, mientras que la fase de huracán dura 3. Sistemas subsinópticos
tan sólo unos 2 o 3 días. El calor latente que proviene de la condensación del
vapor de agua constituye su principal fuente de energía, razón por la cual los Las agrupaciones de nubes han sido estudiadas en primer lugar a partir de las
huracanes se generan y adquieren cada vez mayor fuerza sólo dentro de los fotografías tomadas por satélites de los océanos Atlántico y Pacífico
confines de los océanos cálidos. La tormenta tropical de núcleo frío se tropicales. Su definición es bastante arbitraria, pero pueden extenderse por un
transforma en un huracán de núcleo cálido por la acción del calor latente área de 2° cuadrados hasta 12° cuadrados. Es importante notar que la actividad
desprendido por las torres de cumulonimbos, fenómeno que origina o convectiva más sobresaliente ha pasado cuando la cubierta nubosa se hace más
intensifica una célula anticiclónica en la troposfera superior. De este modo, el extensa por la dispersión de las capas de cirros. Las agrupaciones en el
flujo saliente en los niveles superiores provoca la entrada y ascenso del flujo Atlántico, definidas como más del 50 % de la capa de nubes que se extiende
en los niveles inferiores, con lo que la generación de energía potencial (a sobre un área de 3° de lado, tienen unas frecuencias máximas de 10-15
partir del calor latente) y la transformación de ésta en energía cinética son agrupaciones mensuales cerca de la ITC y también a 15°-20°N en el Atlántico
continuas. El ojo interior que se forma durante la fase de tormenta tropical de occidental sobre zonas con una temperatura de la superficie marina alta.
núcleo frío constituye un elemento esencial del ciclo de los huracanes. Consisten en la agrupación de células mésoscálicas convectivas con el sistema
provisto de una profunda
capa de flujo convergente (véase fig. 6.2). Algunas persisten durante sólo uno o
dos días, pero muchas se desarrollan dentro de ondas de escala sinóptica. Aún se
han de determinar muchos aspectos de su desarrollo y papel.
4. Sistemas mesoscálicos
Dos sistemas lineales bien conocidos pueden ser descritos en esta categoría.
Son las «líneas de perturbación» de África occidental y las líneas de turbonada
(conocidas como «sumatras») de Malaca. Estas últimas atraviesan Malaca,
procedentes del Oeste, en las primeras horas de la mañana durante el monzón
del Sudoeste y, al parecer, son originadas por los efectos de convergencia de las
brisas marinas en los estrechos de Malaca. La línea de perturbación se da en
África oriental en el semestre veraniego, cuando el aire del monzón
sudoccidental de bajo nivel es invadido por aire seco y caliente del Sahara. El
proceso físico es análogo al de la línea de turbonada de las latitudes medias (fig.
4.23; cf. también página 234). Tienen una longitud de varios centenares de
kilómetros y se dirigen hacia el Oeste a través de África occidental con una
velocidad de aproximadamente 50 km/h, dando lugar a turbonadas y tormentas
antes de su disipación sobre áreas de aguas frías del Atlántico Norte. La lluvia
de primavera y otoño de África occidental se debe en gran parte a estas
perturbaciones. La figura 6.10, correspondiente a Kortright (Freetown, Sierra
Leona), ilustra las cantidades diarias de precipitación recogidas en 1960-1961
asociadas a líneas de perturbación a 8°N. Las lluvias del monzón de verano
constituyen la mayor parte del total de la precipitación pero hacia el Norte su
contribución disminuye. Por ejemplo, en 1955 las líneas de perturbación
contribuyeron aproximadamente al 30 % de la precipitación total que se recibió
en la costa de Ghana y al 90 % de la misma en el Norte del territorio. Los
sistemas de vientos mesoscálicos "de los trópicos se discutirán en las págs.
352-358.
D. EL MONZÓN DE ASIA
Enero julio
1. Invierno
En las proximidades de la superficie, ésta es la estación del «monzón de
invierno», pero en altura domina la corriente del Oeste. Esto, tal como ya
hemos visto, refleja la distribución general de presión. Sobre el interior del
continente se centra una delgada capa de aire frío de presión alta, pero
desaparece ya incluso a 700 mb (véase fig. 3.18), donde existe una vaguada
sobre Asia oriental y circulación zonal sobre el continente. Los vientos del
Oeste de niveles superiores se dividen en dos corrientes al norte y al sur de la
meseta del Tíbet (fig. 6.13), cuya altura excede de los 4000 m, sobre una
extensa zona, para volver a reunirse en las proximidades de la costa oriental
de China (fig. 6.14). Estas dos ramas se han atribuido al efecto separador de la
barrera topográfica sobre la corriente de aire, pero el chorro septentrional
puede estar situado bastante lejos de la meseta del Tíbet y también se
encuentran dos corrientes más al Oeste, donde no se interpone ningún
obstáculo al flujo del aire. La rama situada sobre la India septentrional
corresponde a un fuerte gradiente térmico latitudinal (de noviembre a abril) y
es probable que este factor, en combinación con el efecto de la barrera hacia
el Norte, sea responsable del estancamiento de la posición del chorro
meridional. Esta rama meridional es más fuerte, con una velocidad media
superior a 66 m/s a 200 mb, si se compara con los 20-25 m/s de la rama
septentrional. Cuando ambas se reúnen, sobre China septentrional y el Japón
meridional, su velocidad media excede de 66 m/s.
El aire que desciende por debajo de esta corriente superior del Oeste
ocasiona vientos secos del Norte procedentes del anticiclón subtropical, que
soplan sobre la India noroccidental y Pakistán. En la superficie, el viento es
del Noroeste en la mayor parte de la India septentrional y se transforma en
viento del Nordeste en Birmania y Bangladesh y del Este
Fig. 6.14
Circulación característica del aire en el Sur y Este de Asia en invierno (según Thompson, 1951;
Flohn, 1960, y Frost y Stephenson, 1965, y otros). Las líneas continuas indican el flujo del aire a
aproximadamente 3000 m y las de trazos el flujo a unos 600 m. Los nombres hacen referencia a
los sistemas de vientos en altura.
FIG. 6.18
Avance del monzón de verano sobre el Sur y Este de Asia, basado en: para la India, el
comienzo de la estación de las lluvias (según Chatterjee, 1953); para China, la
desviación hacia el Norte del valor de 24°C correspondiente a ¡a media para 5 días de
la temperatura del termómetro húmedo (según Tu y Hwang, 1944); para el Japón, la
aparición de las «lluvias bai-u» (según Takahashi, 1955, y, entre paréntesis, según
FIG. 6.17 Kurashima, 1968).
Circulación característica del aire en el Sur y Este de Asia en verano (según Thompson,
1951; Flohn, 1960; Frost y Stephenson, 1965, y otros). Las líneas continuas indican
el flujo del aire a aproximadamente 6000 m y las de trazos el flujo a unos 600 m.
Nótese que el flujo de niveles bajos es muy uniforme entre 600 y-3000 m.
La reorganización de la corriente del aire de las capas superiores tiene
amplios efectos en Asia meridional. Está directamente relacionada con las
lluvias de «Mai-yu» de China (que alcanzan un máximo entre el 10 y el 15 de
junio aproximadamente), con la formación del monzón del Sudoeste de la
India y la retirada hacia el Norte de los vientos superiores del Oeste sobre la
totalidad del Oriente Medio.
Sin embargo, es preciso hacer hincapié en el hecho de que aún no se
conoce con seguridad hasta qué punto estos cambios son debidos a los
fenómenos que tienen lugar en las capas superiores de la atmósfera o si la
aparición del monzón inicia un reajuste en la circulación del aire de niveles
superiores. Es evidente que la presencia de la meseta del Tíbet reviste cierta
importancia, incluso aunque no constituya una barrera significativa para la
corriente de aire. El calentamiento de la meseta a comienzos del verano se
traduce en la formación sobre ella de un anticiclón térmico (véase fig. 3.14)
sobre una área al nivel de 500 mb o por encima de él, cubriendo una baja
cálida cerca de la superficie de la meseta. Al producir un flujo del este en la
parte sur del anticiclón, es indudable que este hecho contribuye a la
desaparición de la rama meridional del chorro del Oeste. Al mismo tiempo,
la actividad convectiva premonzónica que tiene lugar sobre la parte
Sudoriental de la meseta del Tíbet proporciona una fuente adicional de calor
para el anticiclón de la troposfera superior, debido al desprendimiento de
calor latente. Está claro que las interacciones entre el régimen monzónico de
la India y la cordillera tibetana son decididamente complejas.
Sobre China los vientos zonales del Oeste se retiran hacia el Norte en
mayo y junio y la corriente de aire del Oeste se concentra al norte de la
meseta del Tíbet. Los vientos ecuatoriales del Oeste se extienden sobre el
Sudeste asiático procedentes del océano Indico, produciendo una masa de
ah-e cálido y húmedo de un espesor superior a 3000 m. Contrariamente a lo
que se suponía antes, el Pacífico constituye una fuente de humedad sólo
cuando los vientos tropicales del Sudeste se extienden hacia el Oeste
afectando a la costa oriental. La mayor parte de la precipitación que se recoge
en verano sobre China al sur de los 3Q°-35° N proviene de la extensión hacia
el Nordeste de la corriente monzónica de Asia meridional, hecho al parecer
relacionado con las olas que se producen en el flujo y que crean zonas de
convergencia de velocidad (véase fig. 3.6 A). La parte central de China
también se ve afectada por perturbaciones débiles que se dirigen hacia el Este
a lo largo del valle del Yang-tse y por frentes fríos ocasionales procedentes
del Noroeste.
4 Verano
Hacia mediados de julio el aire monzónico reina sobre la mayor parte del Sur
y el Sudeste asiático (fig. 6.17) y en la India la Vaguada Ecuatorial se halla
situada aproximadamente a 25° N. Al norte de la meseta del Tíbet se
encuentra una corriente superior del Oeste bastante débil con una célula
subtropical de altas presiones sobre la meseta. El monzón del Sudoeste está
cubierto en Asia meridional por fuertes vientos superiores del Este con un
pronunciado chorro a 150 mb (unos 15 km), que se extiende hacia el Oeste a
través del sur de Arabia y África (fig. 6.19). Hasta ahora no se ha observado
corrientes procedentes del Este sobre el Atlántico o el Pacífico tropicales. La
corriente está relacionada con un intenso gradiente lateral de temperatura en
el que el aire de las capas superiores se hace progresivamente más frío hacia
el Sur.
Una importante característica de la corriente del chorro tropical del Este
es la localización del cinturón principal de lluvias de verano al lado derecho
(es decir al norte) de su eje, corriente arriba de la región donde se da el viento
máximo y en el lado izquierdo corriente abajo, excepto en aquellas zonas en
que predominan los efectos orográficos (fig. 6.19). El máximo medio de la
corriente se encuentra situado aproximadamente a 15° N y 50-80° E.
FIG. 6.20
Porcentaje de la contribución de ¡a precipitación monzónica (de junio a septiembre) al
total anual (según Rao y Ramamoorthy, 1960, del Indian Meteorological Department,
1960, y Ananthakrishnan y Rajagopalachari, 1964; en Hutchings, 1964).
a una perturbación superficial en el Golfo de Bengala. La figura 6.22 indica
que las principales zonas de precipitación se encuentran situadas al sur de la
Vaguada Ecuatorial (en el cuadrante sudoccidental de las depresiones
monzónicas, semejando una depresión de las latitudes medias invertida), y
también tienden a producirse en las costas y montañas orientadas a barlovento
de India, Binnania y Malaya. Sin estas perturbaciones la distribución de las
lluvias monzónicas estaría mucho más controlada por la orografía.
Recientemente se ha descubierto que el flujo monzónico del sudoeste
tiene lugar parcialmente en forma de una corriente en chorro de 15 a 45 m/s a
un nivel de sólo 1000-1500 m. Este chorro fluye hacia el noroeste desde
Madagascar, cruza el ecuador desde el sur sobre África oriental, donde su
núcleo a menudo se distingue por una banda de nubes (parecida a la de la lám.
11) y donde puede producir una precipitación local excesiva, y es luego
desviada hacia el nordeste a través del Mar de Arabia hacia la costa occidental
de la península de la India. La corriente del Sudoeste que sopla sobre el
Océano índico es bastante seca en las cercanías del ecuador, con excepción de
una delgada capa húmeda próxima a la superficie. Adquiere humedad sobre el
mar Arábigo, aunque incluso allí una inversión indica la presencia de un aire
más seco en las capas superiores, originado quizá sobre Arabia o África
oriental. La inestabilidad convectiva se desprende tan sólo cuando el aire
Fig. 6.22 disminuye su velocidad y converge en la costa, viéndose forzado a elevarse
Depresiones monzónicas a las 12.00 OMT el 4 de julio de 1957. El diagrama superior
representa la altura (Decámetros geopotenciales) de la superficie de 500 mb, y el para atravesar los Ghats occidentales. En Mangalore (13° N) llueve por
inferior las isóbaras a nivel del mar. Las líneas de trazos del diagrama inferior término medio 25 días en junio, 28 en julio y 25 en agosto. Los promedios de
representan la Vaguada Ecuatorial. Las zonas de precipitación aparecen rayadas obli- precipitación mensual son respectivamente de 98, 106 y 58 era, que cons-
cuamente (basado en los mapas del Año Geofísico Internacional del Deutscher tituyen el 75 % de la precipitación total anual. En la ladera de sotavento de los
Wetterdienst).
Ghats las cantidades son mucho menores y existen zonas semiáridas que
reciben menos de 64 cm al año.
La corriente monzónica en la India no va asociada a una determinada En la India meridional, con excepción del Sudeste, existe una acusada
clase de tiempo a pesar del hecho de que gran parte del país recibe el 80 % o tendencia de menor precipitación cuando la Vaguada Ecuatorial se encuentra
más de su precipitación anual durante la estación del monzón (fig. 6.20). En en su posición más alejada hacia el Norte. En la figura 6.15 puede observarse
el Noroeste existe una delgada cuña de aire monzónico recubierta por aire un máximo en Minicoy en junio, con un máximo secundario en octubre,
continental subsidente (fig. 6.21), y es evidente que la superficie frontal es cuando la Vaguada Ecuatorial y las perturbaciones a ella asociadas se
inactiva en lo que al tiempo se refiere. La inversión evita la convección y, en trasladan hacia el Sur. Este doble máximo se registra en la mayor parte del
consecuencia, durante los meses de verano la precipitación recibida en el interior de la India peninsular al sur de unos 20° N y en Ceilán occidental,
árido Noroeste, del continente es nula o muy escasa (por ejemplo, en Bikaner aunque el período en que la precipitación es máxima es otoño.
y Kalat, fig. 6.15). Es importante darse cuenta de que las lluvias monzónicas varían al-
En las proximidades del golfo de Bengala y a lo largo del valle del tamente de unos años a otros, lo que contribuye a poner más de relieve el
Ganges, los principales mecanismos meteorológicos en verano son las «de- papel desempeñado por las perturbaciones en la producción de la
presiones monzónicas» (véase pág. 331), que' generalmente se dirigen hacia precipitación dentro del ambiente favorable creado por los vientos -
el Oeste o el Noroeste a través de la India, guiadas por los vientos superiores
del Este. Se producen en promedio unas dos veces al mes, aparentemente
cuando una vaguada de las capas superiores se superpone
húmedos del Sudoeste. Se producen interrupciones en las lluvias monzónicas
cuando, durante los períodos en que el índice es bajo, los vientos del Oeste de
las latitudes medias se desplazan hacia el Sur acompañados por el chorro,
debilitando el anticiclón del Tíbet o desplazándolo hacia el Nordeste. La
vaguada monzónica también se desplaza hacia el Norte, disminuyendo las
lluvias sobre la mayor parte de la India. Las vaguadas del Oeste viajan
siguiendo el borde meridional del Himalaya, dando lugar a lluvias intensas en
las laderas de las montañas, pero escasas en los demás lugares. En parte, esto
puede ser debido a la extensión hacia el Este, a través del centro de la India,
del anticiclón subtropical que se encuentra situado sobre Arabia.
En China y hacia el Este predominan en superficie los vientos del
Sudoeste y los vientos en altura son débiles, existiendo tan sólo una corriente
.del Este muy difusa sobre China meridional. Según los puntos de vista
tradicionales, la corriente monzónica alcanza el norte de China
aproximadamente en julio. El régimen anual de precipitaciones presenta un
máximo claramente discernible en verano; así, por ejemplo, en Tient-sin (39°
N) el 64 % de la precipitación anual se recoge durante julio y agosto. A pesar
de ello, gran parte de la lluvia cae durante las tormentas asociadas a
depresiones de poco espesor, y es dudosa en esta región la existencia de la
ITCZ (véase fig. 6.1). Los vientos del Sur, a los que nos hemos referido
anteriormente y que predominan sobre el norte de China en verano, no están
forzosamente relacionados con la corriente monzónica situada más hacia el
Sur. En realidad, esta idea proviene de la interpretación incorrecta de los
mapas de líneas de corriente (o dirección instantánea de la corriente de aire)
como si fueran de trayectorias del aire (o los caminos recorridos por las
partículas). De hecho, la descripción del monzón sobre China de la figura
6.18 está basada en un valor de la temperatura del termómetro húmedo de
24"C. La actividad ciclónica en China septentrional es atribuible al Frente
Polar del Pacífico occidental, que se forma entre el aire cP y el aire mT muy
modificado.
En la parte central y meridional de China en los tres meses de verano se
producen aproximadamente del 40 al 50 % de la precipitación medía anual;
aproximadamente otro 30 % se recibe en primavera. En el Sudeste de China
existe una singularidad en la precipitación en la primera mitad del mes de
julio; al parecer, el mínimo secundario que se observa en el curso anual es el
resultado de una extensión hacia el Oeste del anticiclón subtropical del
Pacífico, situado sobre la costa de China.
Sobre la parte meridional y central de Japón, los máximos de preci-
Fie. 6.23
pitación presentan una distribución semejante a la anterior (fig. 6.23), que Variación estacional de los valores normales diarios en Nagoya, Sur del Japón
comprende dos de las seis estaciones naturales que se han reconocido allí. Las (arriba), que sugiere seis estaciones naturales (de Maejima, 1967). La figura infe-
lluvias más importantes se recogen durante la estación Bai-u rior representa los promedios de 10 días de precipitación correspondientes a una
estación del Sur del Japón. Las porciones en negro representan precipitación produ-
cida por circulación tifónica que alcanza su máximo durante la estación Shurin
(según Saito, 1959; de Trewartha, 1961).
del monzón del Sudeste y son consecuencia principalmente del movimiento 1. Variaciones diurnas
de ondas, zonas de convergencia y circulaciones cerradas en la corriente de
aire tropical que rodea al anticiclón subtropical del Pacífico, aunque en parte Las variaciones diurnas son más apreciables en las zonas costeras situadas
se originan en una corriente del Sudoeste que es la extensión de la circulación dentro del cinturón de los vientos alisios. Los regímenes de brisas terrestres y
monzónica del sur de Asia. A finales de julio y durante el mes de agosto, la marítimas (véase cap. 3, C.3) están bien desarrollados, ya que el
circulación del Sudeste es desplazada hacia el Oeste de Japón por una calentamiento del aire tropical sobre la tierra puede ser de hasta cinco veces
extensión zonal del anticiclón subtropical, con lo que se produce un período el que se da sobre las áreas de agua adyacentes. La brisa marina generalmente
de tiempo estable y soleado. El máximo secundario de precipitación tiene lugar entre las 8 y las 11 horas, alcanzando una velocidad máxima de
correspondiente a la estación Shurin (septiembre y comienzos de octubre) 6-15 m/s aproximadamente entre las 13 y las 14 horas y descendiendo hacia
coincide con una contracción hacia el Este del anticiclón subtropical del las 20 horas. Puede llegar a los 1000 a 1200 m de altura con una velocidad
Pacífico que permite que los sistemas de bajas presiones y los tifones máxima a una elevación de 200 a 400 m, y normalmente penetra a unos 20-30
procedentes del Pacífico se desvíen en dirección Norte, hacia Japón. Aunque km en el interior, a pesar de que su extensión puede llegar a los 150 km
se cree que casi toda la lluvia de Shurin es de origen tifónico (fig. 6.23), es algunas veces. Las brisas marinas generalmente están asociadas con una
indudable que una gran parte de ella va asociada a los bordes meridionales de pesada configuración de nubes cumuliformes. En las islas grandes y en
las borrascas y se mueve hacia el Norte siguiendo el Frente Polar del Pacífico condiciones de calma, las brisas marinas convergen hacia el centro, por lo
(que se traslada hacia el Sur), porque las lluvias de otoño tienen una marcada que se observa un máximo de precipitación por-la tarde. En presencia de
tendencia a comenzar en el Norte del Japón para extenderse posteriormente alisios persistentes, la configuración se desplaza en la dirección del viento, de
hacia el Sur. forma que el aire que desciende puede situarse en el centro de la isla. En la
figura 6.24 se ilustra un típico caso de máximo vespertino correspondiente a
5. Otoño Nandi (Viti Levu, Fiji), en el Pacífico sudoccidental. Esta estación queda a
sotavento tanto en la época húmeda como en la seca. Se cree que esta
Durante el otoño se produce la retirada de la Vaguada Ecuatorial hacia el Sur distribución de lluvias está muy extendida en los trópicos, pero en mar
y la rotura de los sistemas de circulación reinantes en verano. En octubre los abierto y en las islas pequeñas parece que se produce un máximo durante la
vientos alisios del Este del Pacífico afectan al golfo de Bengala al nivel de noche (generalmente con un punto extremo cerca del alba) e incluso las islas
500 mb y originan perturbaciones en su confluencia con los vientos grandes pueden presentar este régimen nocturno cuando hay poca actividad
ecuatoriales del Oeste. Esta es.la época principal en que tienen lugar los sinóptica. En Rarotonga (fig. 6.24), el 54 % de la precipitación anual cae
ciclones del golfo de Bengala y son estas perturbaciones, más que el monzón entre las 8 p.m. y las 8 a.m. Una de las teorías existentes al respecto mantiene
del Nordeste, que sopla hacia la orilla, las que ocasionan el máximo de que el enfriamiento radiativo nocturno de la parte superior de las nubes hace
precipitación que se registra en los meses de octubre y noviembre en el menos estables y favorece el crecimiento de las gotitas por la mezcla de las
Sudeste de la India (por ejemplo, en Madras, figura 6.15). mismas a diferentes temperaturas (véase cap. 2, G). Este efecto sería máximo
Durante el mes de octubre, vuelve a establecerse la corriente del Oeste al hacia el amanecer. Otro factor es que la diferencia de temperatura entre el
sur de la meseta del Tíbet, con frecuencia en el plazo de algunos días, y se mar y el aire y, en consecuencia, el calor que pasa del mar a la atmósfera son
vuelve a la estación fría en la mayor parte del Sur y Este de Asia. máximos entre las 3 y las 6 de la mañana. Existe todavía otra hipótesis, que
propone que la oscilación de presión semidiurna favorece la convergencia y,
por consiguiente, la actividad convectiva en las primeras horas de la mañana
E. OTRAS FUENTES DE VARIACIONES DE CLIMA
EN LOS TRÓPICOS y de la noche y la divergencia y la disminución de convección hacia
mediodía.
Hemos estudiado ya las principales variedades de tiempo y clima tropicales, La península de Malaca presenta regímenes de precipitación con grandes
aunque existen otros factores que contribuyen a crear contrastes muy variaciones diurnas en verano. Los efectos de las brisas terrestres y marinas,
acusados, tanto en el espacio como en el tiempo. de los vientos anabáticos y catabáticos y de la topografía -
comienzos de la noche, cuando las brisas marinas se extienden unos 30 km hacia
el interior contra los vientos monzónicos del Sudoeste y se forman nubes
convectivas en la corriente de brisa marina, más intensa, de la zona costera. En
las montañas del interior, las lluvias de verano presentan un máximo por la tarde,
debido al proceso de convección no obstaculizado.
2. Efecto de la topografía
Origen de la precipitación
Viento alisios Perturbaciones ciclónicas
Situación Altura 23 mayo 2-28 jun. 5-6 mar.
metros 3 sept. 1957 1957
1957
complican en gran manera la distribución de las lluvias por sus interacciones (Según Mink, 1960)
con la corriente monzónica del Sudoeste, situada a niveles bajos. Por
ejemplo, existe un máximo nocturno en la región del estrecho de Malaca,
asociado a la convección originada por la convergencia de las brisas
terrestres de Malaca y Sumatra (cf. pág. 333), mientras que en la costa
oriental de Malaca el máximo tiene lugar a finales de la tarde y -
Los Khasi Hills en Assam constituyen un ejemplo excepcional del efecto tiene una temperatura anual media de tan sólo 18,3°C y una oscilación anual
combinado de la configuración del relieve y de la superficie. Parte de la media de sólo 6,8°C. El Callao (costa del Perú) tiene una media de
corriente monzónica procedente de la entrada del golfo de Bengala (fig. temperatura anual igualmente baja (19,4°C), mientras que Bahía (en la
6.17) es canalizada por la especial topografía hacia las tierras altas, y el misma latitud, pero en la costa del Brasil) tiene una cifra correspondiente de
pronunciado ascenso que sigue a la convergencia de la corriente de aire en la 25°C.
tierra baja en forma de embudo situada hacia el Sur hace que los totales de A intervalos, el agua fría que aflora en el Perú es reemplazada por agua
precipitación sean de los mayores del mundo. En Cherrapunji, situada a una cálida. Este fenómeno, conocido como el Niño, del Niño Jesús, ya que
altura de 1340 m, la precipitación anual media es de 1144 cm, y entre las comúnmente empieza en diciembre, se asocia con vientos del norte y fuertes
cifras allí registradas podemos citar 569 cm en julio y 2299 cm en un año lluvias. Parece que es causado por alisios más débiles y un desplazamiento
(véase fig. 2.23). hacia el sur de la ITC. Los principales fenómenos del Niño se dieron en 1925,
En realidad, el relieve alto produce cambios importantes en las prin- 1941, 1957, 1965 y 1972. La ausencia de afloramiento de agua fría y
cipales características del tiempo, por lo que es mejor tratarlo como un tipo nutrientes tiene como consecuencia la mortalidad masiva de peces y de las
especial de clima. La meseta de Kenia, situada en el ecuador, tiene una altura aves que se alimentan de ellos.
media de 1500 m, y sobre ella se alzan los tres picos volcánicos del Este efecto de las corrientes frías procedentes de la costa no se aprecia
Kilimanjaro (5800 m), Kenia (5200 m) y Ruwenzori (5200 m), en los que se únicamente en las estaciones situadas en las cercanías de las costas, ya que es
encuentran glaciares perpetuos por encima de 4270 m. La precipitación anual arrastrado tierra adentro durante el día, en todas las épocas del año, por una
en la cumbre del monte Kenia es aproximadamente de 114 cm, cantidad pronunciada brisa marina (cap. 3, C.3). A lo largo de las costas occidentales de
similar a las recogidas en la meseta de la parte Sur, pero en las laderas América y África del Sur, el efecto protector contra los vientos alisios del Este
meridionales situadas entre 2100 y 3000 m y en las laderas orientales dinámicamente estables ejercido por los Andes y las escarpas de Namibia
situadas entre 1400 y 2400 m, los totales exceden de 250 cm. Kabete (situada respectivamente, permite incursiones de finas lenguas de aire frío procedentes
a una altura de 1800 m, cerca de Nairobi) presenta gran parte de las del Sudoeste. Estas lenguas de aire están cubiertas, entre los 600 y 1500 m, por
características de un clima tropical de montaña; tiene una oscilación anual de fuertes inversiones, que refuerzan las de los alisios que son allí débiles (véase
temperatura muy pequeña (las temperaturas medias mensuales son 19°C en fig. 6.5) y que impiden el desarrollo de células convectivas fuertes, excepto allí
febrero y 16°C en julio); gran variación diurna de temperatura (como donde se produce un ascenso forzado orográficamente. Por consiguiente, aun-
promedio, 9,5°C en julio y 13°C en febrero) y la nubosidad media es elevada que el fresco aire marítimo cubre de bruma y estratos bajos en forma casi
(como promedio 7-8/10). ininterrumpida las vertientes occidentales inferiores de los Andes, y
Swakopmund (África sudoccidental) registra en promedio 150 días de niebla al
3. Corrientes oceánicas frías año, la precipitación recibida en las tierras bajas costeras es escasa. La
precipitación anual media en Lima es sólo de 4,6 cm, aunque llovizna con
En la zona situada entre las costas occidentales de los continentes y el borde frecuencia durante los meses invernales comprendidos entre junio y
oriental del anticiclón subtropical oceánico, la superficie del océano está septiembre; la precipitación media anual en Swakopmund es de 1,6 cm. Las
relativamente fría (véase fig. 3.36). Esto es consecuencia del aporte de agua lluvias más intensas se producen en casos excepcionales, cuando los cambios
fría procedente de latitudes más altas por la acción de las corrientes de presión en gran escala ocasionan un cese de la brisa marina diurna o cuando
dominantes, y del lento ascenso (a veces 1 metro en 24 horas) del agua de las el aire modificado procedente del Atlántico o del océano Índico meridional
capas intermedias debido al efecto Ekman (cap. 3, F.3) y a la divergencia en puede atravesar los continentes en el momento en que se ha perturbado la
la costa (cap. 3, B.1). Esta concentración de agua fría ocasiona un lento estabilidad dinámica normal de los vientos alisios. En África sudoccidental la
enfriamiento del aire hasta el punto de rocío. Como consecuencia de ello, el inversión tiene una mayor tendencia a descomponerse durante octubre y abril,
aire cálido y seco se convierte en un aire relativamente frío, pesado y con lo que pueden formarse entonces tormentas de convección; así
neblinoso, de temperatura bastante baja y que presenta escasas variaciones a Swakopmund registró 5,1 cm de lluvia en un solo día en 1934. Sin embargo, en
lo largo de la costa occidental de América del Sur situada entre las latitudes condiciones normales, la precipitación está limitada a las laderas de las
de 4° S y 31° S y en las proximidades de África sudoccidental (8° S y 32° S). montañas
Así, Lima (Perú; altura: 111 m)
4. Perturbaciones en las células de altas presiones
subtropicales continentales
Una fuente principal de variación climática en los márgenes subtropicales es
la infrecuente presencia de perturbaciones de bajas presiones dentro de los
núcleos de las células de altas presiones subtropicales continentales. Las dos
más significativas son las células del Sahara y de Austra lia, que se
fortalecen en invierno y son debilitadas en verano por la actividad térmica de
bajo nivel.
La predominancia de tiempo anticiclónico en el Sahara está marcada por
las bajas cifras de precipitación media para esta región. Sobre la mayor parte
del Sahara central la precipitación anual media es menor de 25 mm, excepto
para las altas mesetas del Agar y el Tibesti, que reciben más de 100 mm.
Algunas partes de Argelia occidental han estado al menos dos años sin más
de 0,1 mm de lluvia en cualquier período de 24 horas, y la mayor parte del
sudoeste de Egipto durante cinco años. Sin embargo, pueden esperarse
lluvias tormentosas de 24 horas de casi 50 mm (más de 75 mm sobre las altas
mesetas) en localidades dispersas
FIG. 6.25
Estructura de la brisa marina en Colombia occidental (según López; de Fairbridge,
1967).
RESUMEN
Climas microscálicos
Rn = H + LE + G
18
Un excelente tratamiento general de este tema lo da T.R. Oke (1978) en Brandarg Layer
Climates (Methven).
donde Rn, la radiación de todas las longitudes de onda neta
= [S(l - a)] + Ln.
S = radiación de onda corta entrante,
a = albedo fraccionario de la superficie, y
Ln = radiación de onda larga saliente neta.
Rn es generalmente positiva durante el día, dado que la radiación solar absorbida
excede a la radiación de onda larga saliente neta; por la noche, cuando S = 0,Rn
es determinada por la magnitud negativa de Ln.
Los términos del flujo de energía superficial son:
G = flujo de calor del suelo
H = flujo de calor sensible turbulento a la atmósfera
LE = flujo de calor latente turbulento a la atmósfera (E = evaporación;
L =calor latente de vaporización).
Los valores positivos denotan un flujo lejano a la capa intermedia superficial.
Durante el día, G, H y LE generalmente son compensados por el suministro de
calor conductivo desde el suelo (G) y el calor turbulento del aire (H) (véase fig.
7.2 A). Ocasionalmente, la condensación puede aportar calor a la superficie.
FIG. 7.2
FIG. 7.1 Flujos de energía implicados en el balance energético de una superficie simple
Las relaciones entre la duración (en segundos) de un orden de fenómenos durante el día y la noche (A) y una superficie vegetal (B) (según Oke, 1978).
meteorológicos, y (A) la energía cinética del aire (en julios) y (B) sus
escalas espaciales (en metros). Esta energía cinética de algunas
actividades humanas también se representa (según Koppány, 1975 y
Smagorinsky, 1974).
Generalmente existe un pequeño almacenamiento de calor residual (ΔS) en el
suelo en primavera/verano y un retorno de calor a la superficie en
otoño/invierno. Cuando existe una cubierta vegetal puede también existir un
pequeño almacenamiento de calor bioquímico adicional, debido a la
fotosíntesis, así como un almacenamiento de calor físico por parte de las hojas
y troncos (fig. 7.2 B).
Una componente adicional de energía que debe considerarse en las áreas
de cubierta vegetal mixta (bosque/pradera, desierto/oasis), y en las masas de
agua es la transferencia horizontal (advección) de calor por el viento y las
corrientes (ΔA; fig. 7.2 B). La atmósfera transporta tanto calor sensible como
latente.
superficie del lecho seco del lago alcanza los 57°C a mediodía. R„ alcanza Fig. 7.6
un máximo aproximadamente a las 13 horas. En ese momento la mayoría del Flujos energéticos que implican a las capas superiores de agua. Cifras
calor es transferido al aire por convección turbulenta, mientras que de anuales para Lake Mead, Arizona (56,1°N) durante 1952-1955 (según
madrugada el calentamiento va hacia el suelo. Por la noche este calor del Sellers, 1965).
suelo es devuelto a la superficie, contrarrestando el enfriamiento por
radiación. Durante un período de 24 horas, aproximadamente el 90 % de la (Δ4 positiva), mientras que en verano hay una gran pérdida como resultado
radiación neta se transforma en calor sensible, y el 10 % en el flujo del suelo. de una mezcla turbulenta del agua. Existe un fuerte ciclo anual en el flujo
Para una masa de agua, los flujos de energía se distribuyen muy hacia afuera y hacia adentro de la masa de agua (G), mientras que la pérdida
desigualmente. La figura 7.6 ilustra el régimen estacional del lago Mead, por evaporación en exceso de 200 cm anuales se da en todas las estaciones.
Arizona, en 1952-1953. La radiación entrante de onda corta penetra a unos Los efectos del viento en otoño causan que LE exceda al término de la
10 m de profundidad (véase cap. 1, D.5) y existe un importante término de radiación neta.
advección horizontal (Δ4) debido a la estratificación de densidad cambiante.
El agua caliente se eleva a la superficie en invierno
C. SUPERFICIES CON VEGETACIÓN
Desde el punto de vista energético, así corno del clima dentro de la cubierta
vegetal, es útil considerar las cosechas cortas y los bosques por separado.
1. Cosechas cortas
W/m2
Radiación neta en la parte superior de la cosecha 550
Almacenamiento de calor físico en las hojas 6
Almacenamiento de calor bioquímico (p. ej. procesos de 22
Recibida en la superficie del suelo
crecimiento) 200
Finalmente, es instructivo observar las condiciones acompañantes del temperaturas diurnas comparativamente bajas en las cosechas irrigadas del
crecimiento de las cosechas de regadío. La figura 7.9 A y B muestra la relación desierto.
energética en campos irrigados de hierba del Sudán de 1 m de altura en Tempe,
Arizona, el 20 de julio de 1962. La temperatura del aire varió entre 25°C y 2. Bosques
45°C. Durante el día la cantidad de evapotranspiración en el aire seco se acerca
a su potencial y LE (anómalamente alta debido a la inversión local de La estructura vertical de un bosque, que depende de sus especies vegetales, las
temperatura) excede a Rn, siendo la deficiencia compensada por una asociaciones ecológicas, la edad del conjunto y de otras consideraciones
transferencia de calor sensible del aire (H negativa). La evaporación continúa botánicas, determina en gran parte el microclima forestal. Gran parte de la
durante la noche a causa de las velocidades del viento, que son bastante altas (7 influencia de un bosque en el clima puede explicarse en función de su
m/s), y es sostenida por el constante flujo de calor del aire. La geometría, de sus características morfológicas, tamaño, cobertura y
evapotranspiración da de este modo estratificación. Entre las características morfológicas se incluyen la cantidad de
ramas (bifurcación), periodicidad de crecimiento (es decir, hoja perenne o
caduca), junto con el tamaño, densidad y -
textura de las hojas. El tamaño de los árboles es, evidentemente, de gran
importancia. En los bosques templados, los tamaños pueden ser muy
similares, mientras que en las selvas tropicales puede presentarse
local-mente una gran variedad de tamaños. La extensión de las copas es im-
portante en cuanto a la obstrucción física que representan para los inter-
cambios de radiación y el movimiento del aire.
Puede obtenerse un claro ejemplo del efecto microclimático de los
distintos tipos de organizaciones del bosque en el espacio comparando las
características de las selvas tropicales con las de los bosques de latitudes
templadas. En las selvas tropicales, la altura media de los árboles más altos
es del orden de 46 a 55 m y algunas especies aisladas alcanzan más de 60 m.
La altura dominante de los árboles en los bosques de países templados es de
30 m, de modo que no es posible comparar la altura de las selvas tropicales ni
la de los bosques de países más templados con la de los de secuoyas (Sequoia
sempervirens) del Oeste americano. Las selvas tropicales poseen Fig. 7.10
normalmente gran variedad de especies: raras veces existen menos de 40 por Flujos energéticos en un conjunto de robles de 50 años de edad en el bosque
hectárea (100 hectáreas = 1 km2) y en algunos casos se encuentran más de experimental de Tellerman, distrito de Voronezh, URSS, en un día promedio
100; compárese esta cifra con menos de 25 especies (en algunas ocasiones se de verano (junio a agosto). Las cifras se dan en cal/cm-/día y en W/m2 entre
encuentra sólo una clase de árbol) con un tronco de diámetro superior a 10 paréntesis (según Sukachev y Dylis, 1968).
cm en Europa y América del Norte. Así, por ejemplo, muchos de los bosques
ingleses presentan una estratificación casi continua desde los pequeños Además de reflejar la energía, la bóveda de follaje de las selvas la
arbustos hasta la copa de las hayas, que alcanzan alturas de 36 m, mientras intercepta (fig. 7.10) y se ha calculado que, en el caso de bosques densos de
que las selvas tropicales se encuentran muy estratificadas, con un denso hayas (Fagus sylvatica), el 80 % de la radiación que llega a ellos es
soto-bosque y troncos sin ramificar y, generalmente, dos capas superiores de interceptado por las copas de los árboles y que tan sólo menos del 5 % llega al
follaje. Esta estratificación, la segunda de las cuales es generalmente la más suelo. La pérdida es mucho mayor cuando brilla el sol, puesto que, cuando el
densa, hace que los microclimas sean mucho más complejos en las selvas cielo está cubierto, la radiación difusa tiene mayores posibilidades de
tropicales que en los bosques de los países templados. penetrar lateralmente por el espacio existente entre los troncos (fig. 7.11). Sin
Resulta conveniente describir los efectos climáticos de los bosques en embargo, la luz visible no proporciona una imagen completamente exacta de
función de la modificación que aportan a los intercambios de energía y al la penetración de la totalidad de la energía, ya que las copas de los árboles
flujo del aire, a la humedad y a la temperatura del medio que les rodea. absorben más luz ultravioleta que infrarroja. Así, por ejemplo, tan sólo el 7,6
% de la radiación de onda corta (inferior a 5000 Á) alcanzó el suelo de un
a. Modificación del intercambio de energía. Uno de los efectos principales bosque de Nigeria, en contraposición al 45,3 % de radiación de longitud de
del ramaje de las selvas consiste en interceptar la radiación entrante y onda superior a 6000 Å. Por lo que respecta a la penetración de la luz, es
saliente. La reflectividad de los bosques con respecto a la radiación de onda evidente que existen grandes variaciones, según sea el tipo de árboles, su
corta que llega a ellos varía en alto grado según el carácter de la vegetación y densidad, época del año, edad, densidad de las copas y altura.
su densidad. Los bosques de coníferas tienen albedos de aproximadamente el Aproximadamente de un 50 a un 75 % de la intensidad de luz exterior puede
8-14 %, y los valores para las especies caducifolias oscilan entre un 12 y un penetrar hasta el suelo de un bosque de abedules y hayas, de un 20 a un 40 %
18 %, incrementándose a medida que la cubierta es más abierta. Los valores en un bosque de pinos y de un 10 a un 25 % en uno de abetos, pero en las
para las sabanas semiáridas y los montes con arbustos son mucho mayores. selvas tropicales del Congo, esta cifra puede ser del orden del 0,1 % y se ha
obtenido la cifra de 0,01 % para un denso bosque de olmos de Alemania.
Resulta evidente que uno de los principales efectos de este hecho -
Fig. 7.12
Influencia en los perfiles de velocidad del viento ejercidos por: (A) un denso
bosque de pino amarillo occidental americano (Pinus ponderosa) de 45 años
en el Shata Experimental Forest (California) (según Fons y Kittredge, 1948),
indicando las líneas de trazos el perfil del viento en campo abierto; y (B) un
bosque de robles (según R. Geiger y H. Amann, y Geiger, 1965).
del Brasil tenía una velocidad de 2,2 m/s quedó reducido a 0,5 m/s apro-
Fig. 7.11 ximadamente 100 m en el interior del mismo y a 1000 m era prácticamente
Cantidad de luz en función de la altura (A) en un espeso bosque de hayas despreciable. En el mismo lugar se observó que vientos huracanados de 28
(Fagus sylvatica) en Austria, y en junción de la edad (B) en un bosque de m/s quedaron reducidos a 2 m/s a unos 11 km en el interior de la selva.
abetos rojos en Turingia (según Geiger, 1965). Cuando los bosques poseen una estructura vertical muy compleja, ocurre lo
mismo con las velocidades del viento. Así, por ejemplo, mientras en las copas
consiste en reducir la duración del día. En el caso de bosques de hoja caduca, (situadas a unos 23 m del suelo) de los árboles de una Pluviselva de Panamá,
más del 70 % de la luz penetra cuando los árboles no tienen hojas. También la velocidad del viento era el 75 % de la exterior, en las capas inferiores de
es importante la edad de los árboles, por cuanto de ella dependen la extensión vegetación situadas a unos 2 m era tan sólo del 20 %. También pueden influir
de las copas y su altura. La figura 7.11 indica este efecto, bastante la densidad de vegetación y la época del año. En un denso bosque de pinos de
complicado, para abetos rojos de la selva de Turinga, en Alemania. Para un Idaho se realizaron mediciones simultáneas y se observó que la velocidad del
bosque de pinos albares (Pinus sylvestris) de Alemania, el 50 % de la viento era de 0,6 m/s en una zona talada, de 0,4 m/s en una zona semitalada y
intensidad de la luz exterior fue registrada a los 1,3 años de su existencia, de 0,1 m/s en una zona no talada. En la figura 7.12 se presenta el efecto de la
sólo el 7 % a los 20 años y el 35 % a los 130 años. estación en las velocidades del viento en los bosques de hoja caduca. Las
observaciones realizadas en un bosque de robles de Tennessee indicaron que
b. Efecto sobre los vientos. Los bosques interceptan tanto el movimiento las velocidades del viento en el mes de enero eran un 12 % de las de terreno
lateral como el vertical del aire, pero resulta más conveniente tratar este abierto mientras que en agosto descendían a un 2 %. Este conocimiento del
último en relación con las modificaciones térmicas. En general, el efecto que un bosque puede ejercer sobre el viento se ha utilizado en la
movimiento del aire dentro de los bosques es pequeño si se compara con el construcción de barreras de bosques para proteger las cosechas y el suelo, y
que posee en terreno abierto, y las grandes variaciones que experimenta la así, por ejemplo, las hileras de cipreses del valle meridional del Ródano y las
velocidad del viento en el exterior casi no se aprecian dentro de los bosques de chopos negros (Populus nigra) de los Países Bajos constituyen ya una
(fig. 7.12). Las mediciones realizadas en bosques europeos indican que una característica del paisaje. Se ha comprobado que cuanto más densa es la
penetración de 30 m reduce la velocidad del viento de un 60 a un 80 %; de 60 obstrucción, mayor es la
m a un 50 % y de 120 m a un 7 % tan sólo. Un viento que en el exterior de una
selva de árboles de hoja perenne
FIG. 7.13
Influencia de los cinturones de protección en las distribuciones de velocidad
del viento (expresadas en porcentajes de la velocidad en terreno abierto).
A. Efectos de un cinturón de protección de tres densidades distintas y de dos
cinturones seguidos de protección, de una densidad media (según W. Nägeli
y Geiger,
1965).
B. Efectos detallados de un cinturón de protección semisólido (según Bates y
Stoeckeler, y Kittredge, 1948).
protección detrás de ella, aunque la extensión viento abajo de este efecto Fig. 7.14
queda reducida por la turbulencia que desencadena la barrera. La protección Componentes energéticos en un día de julio en dos bosques. Bosque de pino
máxima corresponde al mecanismo filtrante formado por una barrera de laricio y pino albar en Thetford, Inglaterra (52°N), el 7 de julio de 1971. El
aproximadamente un 40 % de penetrabilidad (fig. 7.13). Una obstrucción cielo estuvo cubierto de nubes durante el período de las 0 a las 5 horas
empieza a tener efecto a aproximadamente 18 veces su propia altura viento (datos de Gay y Stewart, 1974; según Oke, 1978). Bosque de abetos de
arriba (fig. 7.13) y el efecto viento abajo puede aumentarse colocando más de Douglas en Haney, Columbia Británica (49°N), el 10 de julio de 1970. El
una hilera de árboles (fig. 7.13 A). cielo estuvo cubierto de nubes durante el período de las 11 a las 20 horas
Los bosques producen asimismo ciertos efectos microclimáticos que (datos de McNaughton y Black, 1973; según Oke, 197S).
resultan menos evidentes. Uno de los más importantes es que la reducción del
movimiento horizontal del aire en los claros del bosque aumenta la Las mediciones realizadas en las proximidades de una amplia barrera de
posibilidad de heladas en las noches de invierno. Otro aspecto, de menor protección de 2 m de alto y 13 m de espesor en la costa sudoriental de
importancia, es la eliminación del polvo y la niebla del aire polla acción Hokkaido, Japón, durante el mes de julio de 1952 indicaron que el efecto
filtrante de los bosques; mediciones realizadas a 1 ½ km viento arriba, en la filtrante en las nieblas de advección que penetraban desde el mar era tal que a
parte de sotavento y a 1 ½ km viento abajo en un bosque de Alemania de 1 20 m viento abajo de la obstrucción la humedad era sólo de 0,1 g/m3 (con
velocidad media del viento de 2,55 m/s), en contraste con los 0,3 g/m3 (con
km de anchura arrojaron cifras de 9000 partículas por litro, menos de 2000 y
velocidad media del viento de 3,4 m/s) que se observaban a una distancia
más de 4000, respectivamente
similar viento arriba. En algunos casos -
extremos la niebla puede filtrarse hasta tal punto en el aire que se mueve late-
ralmente que puede producirse una «interacción negativa», en que la
precipitación es mayor en el interior del bosque que en el exterior. La
precipitación recogida en invierno en el exterior de un bosque de eucaliptos
situado cerca de Melbourne, Australia, fue de 50 cm, mientras que en el
interior del mismo fue de 60 cm.
c. Modificación de la humedad ambiental. La humedad en el interior de los
bosques presenta un fuerte contraste con la de las zonas abiertas. La
evaporación en el suelo del bosque es generalmente mucho menor, puesto
que la cantidad de luz de sol recibida directamente, la velocidad del viento y
las temperaturas máximas también lo son y la humedad del aire generalmente
es mayor. En verano, la evaporación en el suelo desnudo de un bosque de
pinos en Arizona es tan sólo el 70 % de la de terreno abierto, y en la región
mediterránea el 42 %, aunque estas cifras son el realidad poco significativas,
puesto que las pérdidas de agua que experimentan las superficies cubiertas de
vegetación están controladas principalmente por la evapotranspiración de las Fig. 7.15
plantas. Efectos de: (A) una cobertura de Pinus montícola en Idaho en la humedad
Durante las horas de luz diurna las hojas transpiran agua a través de sus absoluta en verano (según Kittredge, 1948), y (B) de la estación en la
poros o estomas, por lo que esta pérdida está controlada por la duración del humedad relativa de un bosque de hayas, abedules y arces en Michigan
día, la temperatura de la hoja (modificada por el enfriamiento producido por (según el Anuario de 1941 del Departamento de Agricultura de los Estados
la evaporación), la extensión de la superficie de la hoja, la especie de los Unidos).
árboles y su edad, así como también por factores meteorológicos tales como
la energía radiante, la presión de vapor y la velocidad del viento (véase cap. abiertos. La presión de vapor en un bosque de robles de Tennessee resultó ser
2, A). Por consiguiente, las cifras que representan los totales de evaporación superior a la de la zona abierta, excepto en el mes de diciembre. Las selvas
varían entre amplios límites; interviene también en ellos, además de la tropicales presentan por la noche una saturación casi completa
transpiración directa, la evaporación del agua interceptada por las superficies independientemente de la altura de los troncos, mientras que durante el día la
vegetales. Los cálculos correspondientes a una zona cubierta de abetos rojos humedad está en relación inversa con dicha altura.
(Picea abies) en el Harz (Alemania) indicaron una evapotranspiración anual La influencia de la estructura de los bosques en la precipitación cons-
aproximada de 34 cm y pérdidas adicionales por intercepción de 24 cm. tituye un problema no completamente resuelto. En parte, esto es debido a la
La humedad de los bosques está en estrecha relación con la cantidad de dificultad existente para comparar las cantidades medidas en pluviómetros
evapotranspiración y aumenta con la densidad de la vegetación (figura 7.15 situados en zonas abiertas cercanas a los bosques con las recogidas en los
A). La humedad relativa de los bosques en relación con el exterior es de un 3 situados cerca de éstos, dentro de los claros o debajo de los árboles. Por
a un 10 % mayor y esta diferencia se acusa principalmente en verano (fig. ejemplo, en la parte de un bosque situada a barlovento el predominio de las
7.15 B). La humedad relativa media anual en los bosques de Suiza y corrientes ascendentes de niveles bajos disminuye la cantidad de
Alemania es superior en 9,4 % en los bosques de hayas, 8,6 % en los bosques precipitación recogida en el pluviómetro, mientras que en las corrientes
de abetos rojos (Picea abies), 7,9 % en los bosques de alerces y 3,9 % en los descendentes de la parte de sotavento ocurre lo contrario. En los claros
bosques de pinos albares (Pinus sylvestris) a la de los correspondientes pequeños la escasa velocidad del viento produce poca turbulencia en las
terrenos abiertos. Sin embargo, las comparaciones de humedad así realizadas proximidades de la boca del pluviómetro por lo que las cantidades recogidas
no son muy satisfactorias, puesto que las temperaturas de los bosques son generalmente mayores que en el exterior, aunque la precipitación haya
difieren altamente de las de los terrenos sido idéntica en ambos lugares. Por otra parte, se encuentra
a veces que, cuanto mayores son los claros, más prevalecen las ráfagas
descendentes, por lo que la precipitación recogida se hace mayor. En un
bosque de pinos y hayas de 25 m de altura de Alemania, las cantidades
recogidas en claros de 12 m de diámetro eran tan sólo el 87 % de las
recogidas viento arriba en el bosque, pero se elevaban a un 105 % en claros
de 38 m de diámetro. Un análisis de las cantidades de precipitación recogidas
en Letzlinger Heath (Alemania) antes y después de la plantación de un
bosque indicó un aumento medio anual del 6%; los mayores excesos se
registraron durante los años más secos. Sin embargo, existe acuerdo general
en afirmar que los bosques influyen poco en la lluvia de tipo ciclónico,
aunque pueden tener un efecto orográfico marginal por cuanto aumentan la
elevación y la turbulencia del aire; este efecto es del 1 al 3 % en las regiones
templadas.
Una influencia mucho más importante de los bosques en la cantidad de
precipitación es la intercepción de la lluvia por las copas de los árboles. Es
evidente que este efecto varía con la extensión de las copas la estación del
año y la intensidad de lluvia. Mediciones realizadas en bosques de hayas de
Alemania indican que, por término medio, estos árboles interceptan un 43 %
de la precipitación en verano y un 23 % en invierno; los bosques de pinos
pueden interceptar hasta un 94 % de la precipitación de poca intensidad, pero
tan sólo un 15 % de las lluvias intensas; el promedio correspondiente a pinos
de países templados es del 30 %. La precipitación interceptada puede
evaporarse en las copas, deslizarse por el tronco o caer al suelo. Para
averiguar la cantidad total de precipitación que llega al suelo es preciso
realizar mediciones muy detalladas de la cantidad que se desliza por los
troncos y de la que cae en forma de gotas desde las copas. La evaporación que
tiene lugar en las copas de los árboles no representa necesariamente una
pérdida de humedad para el suelo del bosque, puesto que la energía solar
empleada en el proceso de evaporación no contribuye a eliminar la humedad
del suelo o el agua de transpiración, aunque la vegetación no se beneficia del
ciclo de agua a través de ella vía suelo. La evaporación que tiene lugar en las
copas de los árboles es en gran parte función de la cantidad neta de radiación
que se recibe (en los bosques de árboles de hoja perenne de Brasil, el 20 % de
la precipitación se evapora en las copas) y de las especies vegetales. En Fig. 7.16
algunos bosques de robles mediterráneos, la cantidad de agua que se desliza Regímenes estacionales de la temperatura en los bosques.
por los troncos es prácticamente nula y, aunque interceptan un 35 % de la A. Máxima diaria media y temperaturas mínimas en el interior y exterior de
precipitación, la mayor parte de esta cifra se pierde por evaporación en las un bosque de abedules, hayas y arces de Michigan (según el Anuario de
copas. 1941 del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos).
Recientes investigaciones del balance de humedad en los bosques B. Temperaturas mensuales medias,
prueban que los de árboles de hoja perenne pueden estar sujetos a una C. Oscilación mensual de temperaturas, en comparación con las de terreno
evapotranspiración mayor que la hierba, en las mismas condiciones - abierto, en cuatro tipos de bosque de Italia (FAO, 1962). Nótese las
anomalías asociadas al maquis de robles forteto, que transpira poco.
climáticas. La hierba refleja normalmente de un 10 a un 15 % más la radia-
ción solar que las coníferas, por lo que la energía disponible para la
evaporación es menor. Además los árboles tienen una mayor rugosidad
superficial, que incrementa el movimiento turbulento del aire y por tanto la
eficacia de evaporación. En los bosques de árboles de hoja perenne, la
transpiración tiene lugar durante todo el año. A pesar de ello, es preciso
realizar todavía estudios detallados y cuidadosos para comprobar la
veracidad de estos resultados y experimentar las diversas hipótesis.
d. Modificación del medio ambiente térmico. De lo dicho hasta ahora, se
desprende que la vegetación de los bosques tiene considerable influencia en
la estructura microscálica de la temperatura: la protección que proporciona
contra los rayos del sol, su efecto amparador durante la no che, la pérdida de
calor por evapotranspiración, la reducción de la velocidad del viento y el
impedir el movimiento vertical del aire son factores que influyen en la
temperatura ambiente. El efecto más evidente de la protección aportada por
las copas de los árboles es que, en los bosques, las máximas diarias son más
bajas y las mínimas más altas (fig. 7.16 A). Esto se aprecia particularmente
durante los períodos de verano en que la evapotranspiración es muy elevada, Fig. 7.17
hecho que hace que disminuyan las temperaturas máximas dianas y que las Efecto de la estratificación de las selvas tropicales en la
temperaturas mensuales medias sean en los bosques tropicales y en los países temperatura (según Richards, 1952).
templados bastante inferiores a las de las tierras que los rodean. En los A. Oscilación diaria de temperaturas (10-11 de mayo de 1936) en las copas
bosques de países templados situados a nivel del mar, la temperatura anual de los árboles (24 m) y en la zona inferior (0,7 m) durante la época de las
media puede ser inferior en aproximadamente 0,6°C a la de la zona lluvias en un bosque tropical primario de la reserva da Shasha, Nigeria
circundante; las diferencias mensuales pueden ser de hasta 2,2°C en verano, (según Evans).
aunque en invierno no exceden de 0,1 °C y en días calurosos de verano la B. Temperaturas máximas y mínimas semanales en tres capas de un bosque
diferencia puede ser superior a 2,8°C. En la figura 7.16 B y C se dan las primario (de dipterocarpáceas) en el monte Maquiling (islas Filipinas)
temperaturas mensuales medias y la oscilación mensual de temperatura para (según Brown).
bosques de hayas, píceas y pinos; también puede apreciarse en dichas figuras
que, cuando la transpiración no es muy elevada en verano (por ej., en la americanos (Pinus ponderosa) de Arizona el máximo medio correspondiente
garriga de robles Forteto del Mediterráneo), las altas temperaturas diarias a los meses de junio-julio aumentó en 0,8°C por el simple hecho de elevar el
alcanzadas en el interior de los bosques protegidos puede hacer invertir la termómetro desde 1,5 a 2,4 m por encima del suelo del bosque. En las selvas
tendencia mensual que presentan los bosques de los climas templados. tropicales estratificadas la gráfica térmica es mucho más complicada. El denso
Incluso dentro de una determinada zona climática, resulta difícil generalizar, follaje se calienta mucho durante el día y pierde calor rápidamente por la
puesto que, para alturas de 1000 m, el descenso de las temperaturas medias de noche, con lo que la oscilación diaria de temperaturas es mucho más acusada
los bosques de los países templados con relación a las de las zonas abiertas que en los arbustos, (fig. 7.17 A). Mientras los máximos diarios de
contiguas puede ser doble que a nivel del mar. temperatura de la segunda capa de follaje son intermedios entre los de la
La compleja estructura vertical de los bosques es otro factor que con- primera y los de los arbustos, los mínimos nocturnos son más elevados, ya que
tribuye a complicar las temperaturas. Incluso en bosques de estructura esta segunda capa queda aislada por el aire atrapado tanto arriba como abajo
relativamente sencilla las diferencias de temperatura a diversas alturas son (fig. 7.17 B).
muy claras. Por ejemplo, en un bosque de pinos amarillos occidentales
D. SUPERFICIES URBANAS pueden sufrir complejas cadenas de cambios fotoquímicos que pueden
destruir algunos gases, pero que pueden producir otros.
Con la construcción de una nueva casa, carretera o fábrica se destruyen los
microclimas existentes y se crean otros nuevos de gran complejidad, según a. Aerosoles. Como ya se ha apuntado (véase cap. 1, A.2 y 4) la economía
sean el diseño, la densidad y la función a que se destina la construcción. A térmica del globo se ve afectada significativamente^ por la producción natural
pesar de la gran variación interna de las influencias climáticas urbanas, es de aerosoles que provienen de los desiertos, de las erupciones volcánicas o de
posible hacer ciertas generalizaciones acerca de los efectos de las estructuras los fuegos, etc. Su efecto térmico general es probablemente de calentamiento,
de las ciudades, dividiéndolas en tres clases principales: debido al incremento de la absorción, que -
1. Modificación de la composición atmosférica.
2. Modificación del balance calorífico.
3. Otros efectos de las modificaciones de la configuración y aspereza del
suelo.
FIG. 7.23
Comparación de fuentes de calor naturales y artificiales en el sistema de
clima global a escala pequeña, media y sinóptica. Se dan las regresiones
generalizadas para las liberaciones de calor artificiales en los años setenta
(a principios de los setenta en círculos, a finales en puntos), junto con las
predicciones para los años 2000 (cruces) y. 2050 (según Pankrath, 1980 y
Bach, 1979).
Fig. 7.24
ciudad y su capa de polución. Este efecto de isla de calor puede tener como Distribución de las temperaturas mínimas (°C) en Londres, el 14 de mayo de
resultado que las temperaturas urbanas mínimas sean 5° 6°C mayores que las 1959, en la que se indica la relación entre la «isla de calor» urbana y la zona
de las áreas rurales circundantes, y estas diferencias pueden ser de hasta 6° edificada (según Chandler, 1965).
8°C en las primeras horas de las noches serenas y claras de las grandes
ciudades, cuando el calor almacenado por las -
adyacentes. Estas diferencias son aún más marcadas cuando el aire está en
calma, especialmente por la noche bajo una inversión regional, (figura 7.24).
Para que este efecto de isla de calor pueda actuar con eficacia, la velocidad
del viento debe ser inferior a 5-6 m/s y es especialmente notorio en las noches
de calma del verano y comienzos de otoño, cuando tiene bordes muy
marcados, en forma de acantilado, y las temperaturas más altas están
asociadas a las de las zonas de mayor densidad de población. En ausencia de
vientos regionales, puede generarse una isla de calor bien desarrollada que
puede incluso generar su propia circulación local interna del viento en la
superficie. Por consiguiente, los contrastes térmicos de una ciudad, al igual
que muchas otras de sus características climáticas, dependen de su situación
topográfica y son mayores en los lugares protegidos en que los vientos son
suaves. El hecho de que las diferencias de temperatura entre las zonas rural y
urbana de Londres sean mayores en verano cuando la combustión y las
impurezas atmosféricas son mínimas, indica que la pérdida de calor que Fig. 7.25
experimentan los edificios es el factor más importante que contribuye a este Detalles del flujo urbano. Flujo alrededor de dos edificios de distinto tamaño
efecto de isla de calor. No obstante, las diferencias observadas de una y forma. Las cifras dan las velocidades relativas del viento; las áreas rayadas
estación a otra no son necesariamente las mismas que se encuentran en otras son las de gran velocidad del viento y turbulencia al nivel de la calle; FE -
zonas macroclimáticas. punto de estancamiento; CE = corriente de esquina; FR = flujo de remolino; S
Son especialmente significativos los efectos de las temperaturas mínimas. = remolino de sotavento (según Píate, 1972 y Oke, 1978).
Colonia, por ejemplo, tiene en promedio un 34 % menos de días con mínimas
inferiores a los 0°C que la zona que la rodea; la cifra correspondiente a conocida, pero se cree que es mayor de 100-500 m, especialmente al principio
Basilea es del 25 % menos. En Londres, Kew tiene un promedio de de la noche. En el caso de las ciudades con rascacielos, las distribuciones
aproximadamente 72 días más sin hielo que la zona rural de Wisley. También horizontal y vertical del viento y de la temperatura pueden ser muy complejas
la precipitación se ve afectada por este factor, y en los años que precedieron a (véase fig. 7.25 para las condiciones del viento).
1917 el 21 % de las precipitaciones de nieve que se recogieron en la zona
rural de los alrededores de Berlín correspondían, a granizo o lluvia en el 3. Modificación de las características de la superficie
centro de la ciudad.
Aunque resulta difícil distinguir entre los cambios de temperatura a. Flujo de aire. Por término medio, las velocidades del viento en las ciudades
debidos a los controles urbanos y los debidos a otras influencias (véase son inferiores a las que se registran en campo abierto en los alrededores,
capítulo 8), se ha indicado que el crecimiento de una ciudad va generalmente debido al efecto protector de los edificios, y las velocidades del viento en el
acompañado de un aumento de la temperatura anual media; así, por ejemplo, centro de la ciudad son generalmente inferiores en un 5 % a las de los
la de Osaka, Japón, se ha elevado 2,6°C en el transcurso de los últimos 100 suburbios. En 1935, por ejemplo, se registraron vientos de velocidad superior
años y la de Tokio 1,5 °C. Sin embargo, es posible que estos resultados sean a 10,5 m/s en el aeropuerto de Croydon (suburbios de Londres), relativamente
tan sólo una coincidencia, pues al parecer no existe relación lineal alguna abierto, durante un total de 371 horas, mientras que la cifra correspondiente a
entre el tamaño de la ciudad y la intensidad de la isla de calor. Leicester, la zona cercana edificada de South Kensington fue sólo de 13 horas. Sin
cuando tenía una población de 270.000 habitantes, presentaba un embargo, el efecto de la ciudad en el movimiento del aire varía altamente
calentamiento de intensidad comparable a la del centro de Londres, en según sean el día y la estación. Durante el día las velocidades del viento en la
sectores más reducidos. Esto sugiere que la influencia térmica del tamaño de ciudad son considerablemente menores que las de las áreas rurales
una ciudad no es tan importante como la de la densidad urbana. La extensión circundantes, pero durante la noche la mayor turbulencia mecánica sobre la
vertical de la isla de calor es aún poco ciudad implica que las mayores velocidades del viento en las capas altas sean
transferidas al aire de niveles inferiores por mezcla turbulenta. Durante el día
(13.00 horas) la velocidad anual media del viento en el aeropuerto de
Londres (zona abierta en los suburbios) fue de 2,9 m/s (compárese esta cifra
con los 2,1 m/s en el centro de Londres para el período 1961-1962). Los
valores correspondientes para la noche (01.00) fueron 2,2 m/s y 2,5 m/s. Las
diferencias de velocidad del viento entre las zonas rurales y las urbanas son
más marcadas cuando el viento es fuerte y, por consiguiente, son más
evidentes en invierno que en verano, época en que en las latitudes templadas
se registra una mayor proporción de velocidades bajas.
Las estructuras urbanas tienen efectos considerables en el movimiento del
aire, tanto por la producción de turbulencia, como por el resultado de la
mayor aspereza de la superficie y por el efecto de canalización de los cañones
urbanos. En la figura 7.25 se da una idea de la complejidad del flujo de aire
alrededor de las estructuras urbanas, ilustrando las grandes diferencias en la
velocidad y dirección del viento a nivel del suelo, el desarrollo de vórtices y
remolinos de sotavento y los flujos inversos que se pueden dar. Las
estructuras juegan un papel principal en la difusión de la polución dentro del
dosel urbano; por ejemplo, las calles estrechas a menudo no pueden ser
inundadas por los vórtices. La formación de flujos y remolinos de gran
velocidad en la atmósfera urbana, usualmente polvorienta y seca, donde
existe un amplio suministro de material de desecho, lleva a que los flujos de
Fig. 7.26
aire urbanos generales de sólo 5 m/s sean molestos, y los de 20 m/s sean
Anomalías en las lluvias veraniegas, tasa de fuertes lluvias, frecuencia de
peligrosos. tormentas de granizo y de tronadas en la dirección del viento del área
metropolitana de San Luis. Las flechas grandes indican la dirección
b. Humedad. También es importante el efecto de la urbanización por lo que a prevaleciente del movimiento de los sistemas de lluvias veraniegos (según
la humedad superficial se refiere. La ausencia de grandes extensiones de agua Changan, 1979).
estancada y la rápida eliminación del agua que corre por la superficie por
medio de cloacas hace disminuir la evaporación local. Además, la falta de
el número de pluviómetros existentes en ellas es relativamente escaso, y
una capa de vegetación extensa elimina gran parte de la evapotranspiración porque la turbulencia del aire hace la «captura» poco digna de confianza. Sin
lo que constituye una importante fuente del aumento del calor urbano. Por embargo, se sabe ahora con bastante certeza que las zonas urbanas de Europa
estas razones, el aire de las ciudades de las latitudes medias tiene una cierta
y América del Norte son las causantes del tiempo local que, especialmente en
tendencia a poseer humedades absolutas menores que el de las zonas rurales,
verano, es susceptible de desencadenar excesos de precipitación en
especialmente cuando soplan vientos flojos y la nubosidad es abundante. En
condiciones límites. Este desencadenamiento puede ser provocado por los
otras ocasiones, cuando reina la calma y el tiempo es bueno, las calles efectos orográficos y de turbulencia de los edificios, la mayor densidad de
aprisionan el aire cálido, que conserva su humedad porque la cantidad de núcleos de condensación y la convección térmica. Las medidas realizadas en
rocío que se deposita en las superficies cálidas de la ciudad es menor. Los
Múnich indican que el número de días en que se registró lluvia débil (entre 0,1
contrastes de humedad entre las zonas urbanas y las rurales son más acusados y 0,5 mm) fue un 11 % mayor en la ciudad que en la zona rural de los
en el caso de la humedad relativa, que puede ser hasta un 30 % menor en la
alrededores, y en Núremberg se registró un 14 % más de tormentas que en sus
ciudad durante la noche, como consecuencia de las temperaturas más
alrededores. Aparentemente, las ciudades de Europa y América del Norte
elevadas. registran de un 6 a un 7 % más de días de lluvia por año que las regiones que
Las influencias de las ciudades en la precipitación (excepto en el caso de las rodean; esta clase de precipitación representa de un 5 a un 10 % del total.
la niebla) son mucho más difíciles de precisar, en parte porque
Este efecto es generalmente más marcado durante la estación fría en América
del Norte, aunque en algunas zonas urbanas del Oeste medio de Estados
Unidos la actividad convectiva aumenta significativamente en verano, época Tabla 7.2
en que se registra mayor frecuencia de tormentas y granizo corriente abajo de Condiciones climáticas urbanas promedio comparadas con las de las áreas
las áreas industriales de San Luis (en una distancia de 30-40 km) comparada rurales circundantes (en parte según WMO, 1970).
con las áreas rurales (fig. 7.26). Las irregularidades que se muestran en la
figura 7.26 son de las mejor documentadas acerca de los efectos urbanos. Composición atmosférica dióxido de carbono X2
Durante los años 1951-1960, en el sudeste de Inglaterra, las lluvias tormentosas dióxido de azufre X 200
veraniegas (que comprendieron el 5-15 % de la precipitación total) fueron óxidos de nitrógeno X 10
especialmente concentradas en el oeste, centro y sur de Londres (fig. 7.27), y monóxido de carbono X 200(+ )
contrastaron grandemente con la distribución de la precipitación total anual hidrocarburos totales X 20
media. Durante este período, las lluvias tormentosas de Londres eran del orden materia particulada X 3 al 7
de 20-25 cm mayores que en la zona rural del sudeste de Inglaterra. Radiación solar global -15 al 20%
Muchos de los resultados discutidos en relación con las influencias urbanas ultravioleta (invierno) -30 %
se basan en el estudio de casos limitados. Es por ello conveniente concluir con duración de la luz solar -5 al 15%
un resumen de las diferencias climáticas promedio entre las ciudades y sus Temperatura mínima invernal (promedio) + l°al2°C
áreas rurales. Éste se presenta en la tabla 7.2. días de grado de calentamiento -10%
Velocidad del viento media anual -20 al 30 %
número de días de calma + 5 al 20 %
Niebla invierno + 100%
verano + 30%
Nubosidad + 5 al 10 %
Precipitación total + 5 al 10%
días con < 5 mm + 10%
RESUMEN
Los climas a pequeña escala son determinados en gran parte por la importancia
relativa de los componentes del balance de energía de superficie, que varían en
cantidad y signo dependiendo del día y la estación. Las superficies de tierra
desnuda pueden tener amplias variaciones de temperaturas controladas por H y
G, mientras que las de las masas de agua superficiales están fuertemente
condicionadas por LE y los flujos de advección. Las superficies con una cubierta
de vegetación tienen unos intercambios más complejos, que generalmente están
dominados por LE; éste puede ser responsable de más del 50 % de la radiación
entrante, especialmente donde hay un gran suministro de agua (incluyendo el
regadío). Los bosques tienen un albedo menor ( para las coníferas) que la
Fig. 7.27 mayoría de las demás superficies cubiertas de vegetación (0,20-0,25).
La distribución del total de lluvias con tronada en el sudeste de Inglaterra
durante el período 1951-1960 (según Atkinson, 1968).
Su estructura vertical produce distintas capas de microclimas, particularmente
en las pluviselvas tropicales. Las velocidades del viento son característicamente
bajas en los bosques, y los árboles forman importantes cinturones de protección.
Al contrario que la vegetación corta, los diferentes tipos de árboles presentan
distintas tasas de evapotranspiración, y por ello afectan de una forma diferencial
a las temperaturas locales y la humedad del bosque. El efecto de los bosques
sobre las lluvias aún no ha sido dilucidado, pero pueden tener un efecto
topográfico marginal bajo condiciones de convección en las zonas templadas. La
disposición de la humedad del bosque está muy afectada por la intercepción y
evaporación del dosel, pero los depósitos forestados parece que tienen mayores
pérdidas por evapotranspiración que los que están cubiertos de hierba. Otra
característica principal de los microclimas forestales son sus menores
temperaturas y las oscilaciones diurnas más pequeñas, en comparación con las
áreas circundantes.
Los climas urbanos están dominados por la geometría y composición de las
superficies construidas y por los efectos de las actividades humanas. La
composición de la atmósfera urbana es modificada por la adición de aerosoles,
que producen polución por nieblas y humos, por gases industriales, tales como el
dióxido de azufre, y por una cadena de reacciones químicas, iniciada por los
humos de escape de los automóviles, que causan el smog y que inhiben tanto la
entrada como la salida de radiación. Las cúpulas y plumas de polución se
producen alrededor de las ciudades en condiciones apropiadas de estructura
vertical de la temperatura y velocidad del viento. El balance calorífico urbano es
dominado por H y G, excepto en los parques ciudadanos, y el 70-80 % de la
radiación que entra puede convertirse en calor sensible, que se encuentra
distribuido de una forma muy variable entre las complejas formas de los
edificios. Las influencias urbanas se combinan para dar generalmente
temperaturas más altas que en las áreas rurales circundantes, en parte a causa de
la creciente importancia de la producción de calor por parte de las actividades
humanas. Estos factores dan lugar a la isla de calor urbana que puede estar
6°-8°C más caliente que las áreas circundantes en las primeras horas de las
noches claras y serenas, cuando el calor almacenado por las superficies urbanas
es liberado. La isla de calor puede tener una profundidad de unos pocos
centenares de metros, dependiendo de la configuración de los edificios. Las
velocidades del viento en las ciudades son generalmente menores que en las
áreas rurales durante el día, pero el flujo de los vientos es extremadamente
complejo, dependiendo de la forma de las edificaciones. Naturalmente, las
ciudades tienden a ser menos húmedas que las áreas rurales, pero su topografía,
rugosidad y cualidades térmicas tienden a intensificar los efectos de la actividad
convectiva veraniega sobre las áreas urbanas y las áreas adyacentes en la
dirección del viento, dando más tormentas y caída de granizo
8
Variabilidad, curso y
fluctuaciones del clima
Es probable que el aspecto del clima que resulta más interesante para los no
especialistas en la materia sean las diversas especulaciones acerca de su
posible evolución. Desgraciadamente, aunque es la parte más interesante de
la investigación meteorológica, es también la más incierta. Hasta la década
1840-1850 no se cayó en la cuenta de que el clima ha cambiado radicalmente
a lo largo de las épocas; fue entonces cuando se obtuvieron pruebas
irrefutables de la existencia de las épocas glaciales. Sin embargo, en diversas
partes del globo los cambios de clima han sido suficientes, incluso dentro de
los últimos mil años, para influir en las posibilidades de la agricultura y la
habitabilidad. Los únicos datos de tiempo dignos de confianza son los
obtenidos durante los últimos cien años, por lo que sólo es posible investigar
de manera adecuada las fluctuaciones climáticas recientes. Éstas son
principalmente las que se estudian en el presente capítulo, aunque conviene
considerar, en primer lugar, los distintos métodos empleados para elaborar
los datos meteorológicos existentes.
A. DATOS CLIMATOLÓGICOS
1. Valores medios
Es frecuente considerar el clima de un determinado lugar como el valor
medio del tiempo que en él reina, pero se desprecia una parte vital de la FIG. 8.1
información climática si no se tienen en cuenta la oscilación y la frecuencia Curvas de la distribución de frecuencias de la precipitación anual correspondientes
a: Helwan (El Cairo), Egipto (promedio de 37 años); Aden (55 años); Phoenix
de los casos extremos. Los promedios pueden verse - Arizona (45 años); Greenwich (Londres), Inglaterra (100 años); Padua, Italia (200
años); Nueva Orleans (88 años), y Colombo, Ceilán (70 años).
3. Tendencias
Es obvio que las variaciones que experimentan de un año para otro los
factores climáticos pueden enmascarar los cambios graduales de un tipo de
tiempo a otro. Este efecto de las irregularidades a largo plazo puede
eliminarse con diversas técnicas estadísticas; la más simple de todas ellas es
la «media móvil». El método consiste en calcular los valores medios para
períodos consecutivos de quizá cinco, diez o treinta años, es decir:
FIG. 8.4
Tendencias de la temperatura de enero desde 1800. Las líneas representan la media
móvil de 30 años (según Lysgaard, 1949).
la temperatura media de 20 años del mes de enero aumentó +7,8°C en el también se clan en áreas que están predominantemente afectadas por vientos
período comprendido entre 1900 y 1919 y el de 1920-1939. Este fenómeno procedentes del norte y por ello no pueden recibir el calor directamente de las
evidencia la existencia de un mecanismo de transporte de calor. Sin regiones de origen de aire caliente.
embargo, el aumento del estado tormentoso puede causar un movimiento Los efectos del aumento de temperatura se manifiestan de muy diversos
más frecuente de las masas de aire caliente hacia las latitudes altas, a pesar modos. Así, por ejemplo, se ha producido una rápida retirada de la mayor
de que los aumentos de las temperaturas invernales parte de los glaciares de nuestro planeta. En la actualidad, los glaciares
situados en la zona del Atlántico Norte parecen estar reduciéndose de manera
general, debido en gran parte al aumento de temperaturas, que tiene el efecto
de alargar el período de erosión con un aumento correspondiente del límite
de las nieves. Otra tendencia que ilustra el calentamiento del planeta ha sido
el retroceso del hielo del Ártico. Los puertos del Ártico permanecieron libres
de hielo durante períodos más largos desde los años veinte a los cincuenta y
el bacalao extendió sus áreas de alimentación hacia el norte al oeste de
Groenlandia a unos 9° de lat i tud entre 1919 y 1948.
Las pruebas más recientes (véase fig. 8.5) sugieren que el período cálido
de 1930-1950 ha finalizado. El enfriamiento ha tenido lugar especialmente
en la parte septentrional de Siberia, en el Ártico oriental del Canadá y en
Alaska, con cambios del orden de —2°C a —3°C en la temperatura media de
invierno desde 1940-1949 hasta 1950-1959. Quizás en compensación se
haya producido simultáneamente un ligero aumento de la temperatura
invernal en Estados Unidos, Europa oriental y Japón. Queda por comprobar
si este descenso de temperaturas representa tan sólo una fluctuación de poca
importancia o si se trata de una tendencia a largo plazo; lo que sí está claro es
que esta última posibilidad tendría importantes consecuencias económicas en
diversas partes del hemisferio norte. En el hemisferio sur este calentamiento
parece que ha sido retrasado y puede aún progresar (fig. 8.5). Nótese que a
escala global, los cambios están entre 0,2°C a 0,3°C de la media de 100 años.
Mientras que el cambio experimentado por las temperaturas tropicales
desde 1880 parece ser mínimo, no ocurre lo mismo con los totales de
precipitación. En extensas zonas de los trópicos, pero excluyendo el Asia
monzónica, hubo alrededor del año 1900 un descenso general de la pre-
cipitación anual, del orden de un 30 %. E. B. Kraus ilustra la magnitud
TABLA 8.1
Promedios estacionales de precipitación en Freetown (según Kraus, 1955)
Fig. 8.6
Anomalías a través de las décadas de la precipitación anual media (mm) para In-
glaterra y Gales y para cuatro estaciones individuales en Inglaterra {la última Fig. 8.7
década incluye datos hasta de septiembre de 1978) (según Kelly, 1980). El «sistema climático». Los procesos externos se indican mediante flechas oscuras;
los procesos internos mediante flechas claras (según US OARP Committee, 1974).
externos al dominio atmósfera-océano, tales como los cambios en la ra- por una disminución del contraste estacional, con inviernos suaves y veranos
diación solar extraterrestre o la deriva continental. La segunda concierne a frescos, es decir, poca desviación axial y perihelio en el invierno septentrional.
factores internos, tales como cambios en la composición atmosférica, Comparado con el inicio del período postglacial, cuando el perihelio se daba
nubosidad o temperatura superficial del mar. Esta segunda categoría en junio, las condiciones astronómicas actuales están más cercanas a las de la
comprende especialmente complejos efectos de retroalimentación entre la última glaciación. Sin embargo, no se espera una futura glaciación (menor)
atmósfera, el océano y la criosfera. Así, una cubierta de nieve/hielo más hasta al menos dentro de 3000-4000 años.
extensa crea un albedo mayor y temperaturas más bajas, que a su vez
extenderán más el límite de nieve/hielo, produciendo un enfriamiento 2. Fluctuaciones a corto plazo
adicional; éste es un ejemplo de circuito de retroalimentación positivo. En
otros casos, una irregularidad inicial puede eliminarse a sí misma (circuito Notablemente, las causas de los cambios climáticos observados durante los
de retroalimentación negativo). últimos siglos se comprenden peor que los de la última glaciación. Existen
múltiples explicaciones posibles y realmente es probable que influya más de
un factor. La causa inmediata de las fluctuaciones climáticas recientes radica,
1. Cambios a largo plazo
al parecer, en el aumento de la circulación global del viento. Durante los 30
Se han identificado varias eras glaciales en el pasado geológico, a intervalos primeros años del presente siglo se produjo un notable incremento en la
de 250 millones de años o más. Éstas parecen coincidir con la presencia de fuerza de los vientos del Oeste que soplaban sobre el Atlántico Norte, de los
continentes en las latitudes altas septentrionales o meridionales a través de alisios del Nordeste, del monzón de verano del Sudeste asiático y de los
deriva continental o, en su moderna interpretación, la «tectónica de placas». vientos del Oeste del hemisferio sur (en verano). El Atlántico Norte
Sin embargo, aún no está claro si este efecto de localización es por sí mismo presentaba una configuración consistente en un mayor gradiente de presión
causa suficiente, o es simplemente uno de varios factores necesarios. entre el anticiclón de las Azores y la baja de Islandia por una parte (mientras
Otra posible variable en las grandes escalas de tiempo es la emisión solar. esta última profundizaba) y entre el anticiclón de Siberia (que se desplazaron
El ciclo de las manchas solares tiene una relación discutible con las hacia el oeste) y la baja de Islandia por otra. Estos cambios fueron
condiciones climáticas, a pesar de que ciertos indicadores a corto plazo acompañados por unas rutas de las depresiones de más al norte, por lo que
distintos de la actividad solar sugieren algunas posibles relaciones. A pesar de aumentó de manera apreciable la frecuencia de corrientes de aire templado
la ausencia de pruebas de observación para los cambios de incluso un 1-2 % procedentes del Sudoeste sobre las islas Británicas entre 1900 y 1930
de la emisión total (véase pág. 28), las teorías astronómicas del nacimiento de aproximadamente, hecho que aparece reflejado por la frecuencia media anual
las estrellas, su evolución y su «muerte» eventual, que duran muchos billones de flujo del Oeste (según la clasificación de Lamb; véase cap. 5, A.3). Las
de años, sugieren la probabilidad de un sol variable. cifras correspondientes a los períodos 1873-1897, 1898-1937 y 1938-1961
Un vínculo más seguro se ha establecido entre las variaciones astronó- son, respectivamente, del 27 %, 38% y 30%.
micas en la órbita de la tierra alrededor del-sol y el clima terrestre. Se dan tres El descenso reciente del flujo de aire del Oeste, especialmente en in-
variaciones que interactúan, que comprenden cambios regulares en (1) la vierno, está relacionado con el aumento del flujo del aire del Norte, que da
forma de la órbita elíptica (con una escala de tiempo de unos 95000 años); (2) ocasión a nevadas más frecuentes, mientras que la desviación de las
la inclinación del eje de rotación de la tierra (aproximadamente 42000 años), y principales trayectorias de las depresiones hacia el Sur dio lugar en Inglaterra
(3) el período del año cuando la tierra está más cercana al sol o perihelio (unos a una serie de veranos frescos y húmedos (principalmente 1954, 1956, 1958 y
21000 años). El primero afecta a la radiación anual total recibida por la tierra, 1960). Estos indicadores regionales reflejan un declive general en el
mientras que la cantidad de inclinación axial (21,8°-24,4°) modifica el fortalecimiento de los vientos del Oeste circumpolares de las latitudes
contraste verano-invierno. El tiempo de perihelio —ahora en el 3 de enero medias, que acompañan a una aparente expansión del vórtice polar.
(véase fig. 1.7)— determina el calentamiento relativo del verano/invierno en
La clave de todas estas variaciones atmosféricas debe buscarse en el
el hemisferio respectivo. Se ha visto que la aparición de las condiciones
balance de calor del sistema tierra-atmósfera, hecho que nos lleva de nuevo a
glaciales se ve favorecida
las consideraciones fundamentales acerca de la energía con las
que empezamos este libro. La evidenciare fluctuaciones en la «constante enfriamiento, pero el efecto sobre la radiación infrarroja es el de calenta-
solar» no lleva a ninguna conclusión, a pesar de que aparentemente se dan miento superficial. El resultado neto se ve complicado por el albedo su-
variaciones en la emisión de partículas de alta energía y radiación ultravioleta perficial. Los aerosoles producidos por el hombre causan el calentamiento
durante las breves llamaradas solares. Cualquier actividad solar sigue el neto sobre la nieve y el hielo y la mayoría de las superficies terrestres, pero
conocido ciclo de aproximadamente once años, que se mide generalmente dan un enfriamiento sobre los océanos, que tienen un albedo bajo. Los
haciendo referencia al período limitado por el máximo y el mínimo de las aerosoles naturales probablemente causan un enfriamiento general. El efecto
manchas solares, y, aunque se han llevado a cabo numerosos intentos para general sobre la temperatura de la superficie del globo aún no se conoce con
relacionar el número de manchas solares con los fenómenos meteorológicos, certidumbre.
los resultados obtenidos hasta la fecha son altamente contradictorios. Sin Otro cambio de la composición atmosférica comprende el aumento
embargo, se ha encontrado una relación estadística clara entre la presencia de constante del dióxido de carbono, como resultado de la combustión de los
sequía en Estados Unidos occidentales en los últimos 300 años y el ciclo combustibles fósiles (véase fig. 1.3). Las cantidades han aumentado desde los
doble (de Hale) de aproximadamente 22 años de reversión en la polaridad niveles preindustriales de unas 290 ppm a alrededor de 335 ppm en 1980.
magnética solar. Las áreas de sequía son más extensas en los 2-5 años Según experimentos hechos con modelos atmosféricos, se espera que la
siguientes a un mínimo en la mancha solar de Hale (es decir, mínimos de la duplicación del dióxido de carbono atmosférico elevará la temperatura del
mancha solar de 11 años alternos). aire superficial promedio en unos 1,5°-2,5°C, con incrementos mucho
Los cambios en la composición atmosférica pueden haber influido en la mayores en las regiones polares, debido a la estabilidad atmosférica y al
modificación del balance de calor de la atmósfera. Se ha sugerido que una de retraimiento de nieve/hielo. El aumento de las temperaturas es causado por el
las causas de la «Pequeña Edad de Hielo» fue el aumento de la cantidad de incremento de la retención atmosférica de la radiación infrarroja procedente
polvo volcánico existente en la estratosfera. Las principales erupciones de la tierra, debida a las bandas de absorción del CO2 (véase fig. 1.6). La
pueden tener como resultado un enfriamiento superficial de quizá 0,2°C duplicación de los niveles de CO2 se cree que tendrá lugar a mediados del
durante unos pocos años tras el suceso. Así, se requeriría una actividad siglo que viene, dados los niveles mundiales de consumo energético, el
volcánica frecuente para unas condiciones de enfriamiento persistentes. crecimiento de la población y la economía de los países del tercer mundo, y
Recíprocamente, se ha sugerido que el reducido contenido de polvo los largos períodos de tiempo requeridos para el desarrollo de fuentes de
volcánico de después de 1914 puede haber contribuido en parte al energía alternativas (solar, eólica o nuclear). En base a estos cálculos, el
calentamiento de principios del siglo XX. aumento observado de C03 desde finales del siglo xix debería haber producido
El papel de los aerosoles de la troposfera es complejo. Los aerosoles se un calentamiento de unos 0,3°C, o casi la mitad del cambio observado en el
originan de una forma natural, por ejemplo de tierra y fango levantados por el hemisferio norte entre 1890 y los años cuarenta. Sin embargo, esto conduce al
viento, así como de la polución atmosférica debida a las actividades humanas subsiguiente enfriamiento inexplicado. Puede ser el resultado del aumento de
(industria, calefacciones domésticas y transportes modernos). Los factores las partículas atmosféricas, principalmente las de origen volcánico en la
antropogénicos indirectos, tales como la presión de población en aumento, estratosfera, o a otros efectos causales inidentificados.
que lleva al sobrepastoreo y al aclarado de bosques, pueden aumentar la Algunas complicaciones pueden ser debidas a la interacción del mar y la
desertificación, que también contribuye al aumento de la tierra levantada por atmósfera. El mar es susceptible de almacenar grandes cantidades de calor, por
el viento. Un ejemplo de ello son los años de sequía de alrededor de 1930 en lo que puede modificar en alto grado los intercambios de calor y humedad que
Estados Unidos y la del Sahel africano de 1972-1973. La Unión Soviética ha tienen lugar con el aire situado por encima de él. Sin embargo, investigaciones
presentado pruebas en las que puede apreciarse un fuerte aumento en las recientes llevadas a cabo por J. Bjerknes demuestran que las variaciones de
cantidades de polvo caídas en los lechos de nieve de las montañas a partir de temperatura que se observan en la superficie del océano Atlántico van
1930; la turbieza de la atmósfera aumentó, entre 1905 y 1964, un 57 % sobre precedidas de cambios iniciales en el régimen de viento. Se ha llegado a
Washington D.C. y un 85 % sobre Davos (Suiza) entre 1920 y 1958. La conclusiones similares observando los cambios sobre el Pacífico Norte.
presencia de partículas en la atmósfera aumenta la dispersión de la radiación El orden natural de la variabilidad de las temperaturas globales en la escala
de onda corta, incrementando así el albedo planetario y causando el - de tiempos de 100 años es de unos ±0,5°C. Está claro que los
cambios climáticos inducidos por el hombre pueden hacer aumentar esta tasa. Sin RESUMEN
embargo, como resultado de las considerables variaciones geográficas en los
regímenes climáticos a corto plazo —mayor sensibilidad en las latitudes altas y
fuertes diferencias espaciales a escala subcontinental—, algunas de las tendencias
predichas pueden estar en marcha antes de que puedan ser detectadas con certeza Los datos climáticos se describen en términos de un valor promedio (media, mediana,
mediante las observaciones instrumentales rutinarias. Esto hace que crezca el interés moda) y una medida de la variabilidad sobre el promedio desviación estándar, orden,
por obtener una mejor comprensión de cómo funciona nuestro sistema de clima, dado etc.). Para las desviaciones sesgadas, tales como la precipitación diaria, es esencial
que, cada vez más en el mundo moderno, incluso pequeñas variaciones climáticas saber la distribución de frecuencias.
pueden tener implicaciones ambientales y económicas muy importantes. Los cambios en el clima comprenden factores tanto externos como internos al
Las modificaciones del clima por parte del hombre son tanto inadvertidas como, al sistema climático. Los externos incluyen la variabilidad solar, el efecto astronómico
menos potencialmente, intencionadas. A pesar de que las ideas sobre esto último son de la órbita terrestre y la actividad volcánica. Los factores internos incluyen la
muy especulativas, merecen al menos ser tratadas brevemente en este contexto. Las variabilidad dentro de la atmósfera y el océano, y sus circuitos de retroalimentación.
sugerencias para modificar los balances energéticos y la temperatura superficiales Durante el siglo pasado, el cambio climático inducido por el hombre a escala global y
incluyen la producción muy extendida de cirros, sembrándolos desde aviones o local se ha convertido en una realidad, en primer lugar a través de cambios en la
cohetes, y poniendo en órbita grandes cantidades de partículas de polvo o agujas me- composición atmosférica y las propiedades de la superficie.
tálicas en la atmósfera superior. Otras ideas conciernen al aumento de la nubosidad y la Los cambios climáticos en la escala de tiempos geológicos incluyen la deriva
precipitación en las áreas áridas, por la creación de montarías térmicas (pintando las continental, la actividad volcánica y posibles cambios en la emisión solar. En los
superficies del desierto de negro) para hacer disminuir el albedo y estimular la últimos millones de años, los ciclos glaciales-interglaciales parecen estar fuertemente
convección, o por la creación de mares interiores en las cuencas áridas con drenaje controlados por las variaciones astronómicas en la órbita terrestre, a pesar de que los
interior, tales como el lago Eyre, Australia, para modificar el balance de humedad. circuitos de retroalimentación de la atmósfera-océanos-criosfera también deben estar
Uno ele los proyectos de ingeniería geográfica con más probabilidades de que se comprendidos. Las fluctuaciones a más corto plazo parecen ser el resultado de
lleven a cabo es el plan soviético de desviar hacia el sur los ríos siberianos que fluyen cambios en los regímenes de la circulación atmosférica, pero no es seguro si las causas
hacia el norte en dirección a Asia central. La reducción del aporte de agua dulce a la primarias de estos regímenes cambiantes son factores específicos, tales como la
Cuenca Ártica podría tener importantes consecuencias para la cubierta de hielo de los variabilidad solar y la composición atmosférica. Se ha probado que ha habido una
mares de Kara-Laptev y consecuentemente para el clima del hemisferio norte. Los tendencia al calentamiento en el hemisferio norte en los años cuarenta y un ligero
análisis iniciales apuntan hacia la existencia de una mayor cobertura veraniega de enfriamiento subsecuente. Aunque aún no muy bien comprendidos, los cambios en la
hielo, pero se requieren estudios más detallados con modelos. Esperemos que los po- composición atmosférica son el principal candidato a responsable de estas tendencias.
sibles peligros desconocidos de estas intromisiones permanentes a gran escala en la
superficie terrestre y atmosférica harán posponer estos proyectos, quizá
permanentemente.
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IIiii
Indicador para el tipo de velocidad del viento
observada y unidades
Número del índice internacional de la estación
(nudos)
Unidades del sistema
iR
ix
Indicador: datos de precipitación
incluido/omitido
Indicador: tipo de estación + ww W1 W2.
3
1
Datos omitidos
1 Indicar las distribuciones de frecuencia de los totales de precipitación anual 45° 0,37 0,94 1,26
usando datos de una estación de su localidad y un régimen climático que 66½° 0 0,52 0,99
contraste. (Use como mínimo los datos de 30 años y no más de ocho clases.) 90° N 0 0 0,52
Compare con la figura 8.1. Determinar los promedios apropiados y medidas de la
variabilidad. •
2 Para los datos de las temperaturas de series de 30 años correspondientes (tales
como la temperatura diaria media para enero y julio), determinar las medias
aritméticas y las desviaciones estándar.
3 Enumerar los diversos factores terrestres y extraterrestres que pueden estar
implicados en el cambio climático a escala global, y considerar las escalas
cronológicas a las cuales es posible que cada uno de ellos sea significativo. 4. 73 X 103 KW m-2; 459,3 KW m-2.
Discutir los procesos que están implicados en sus efectos climáticos.
4 Usando datos de temperatura y precipitación a largo plazo, comparar las Capítulo 3
Capítulo 2
tendencias desde finales del siglo xix en Jas latitudes altas, medias y bajas.
2. 20,6 %. 2. (a) 25 m s-1
Representar los valores por años individuales y por medias móviles de 10 años.
3. 0°C. (b) 12,5 m s-1
4. (a) -8,5°C, (b) 6°C. 5. (a) Del oeste.
Nota: Pueden conseguirse las tablas de datos climáticos en:
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