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- Repiblica de Honduras—América Central _ Sismologia hondurefa EL TEMBLOR DEL 24 DE NOVIEMBRE, 1539 POR JORGE LARDE Y LARIN. Ninguno de los autores que se han ocupado de la historia erupcio-sismiea de Centro América (Dollfus et Montserrat, Rockstroh, Montessus de Ballore, Sapper, etc., etc.,) han consig- nado en sus listas el temblor maritimo del 24 de noviembre de 1539, acaecido entre las once y doce de la noche. Este temblor, al cual catalogamos entre los macrosismos eentroamericanos, tuvo su epicentro o hipocentro en el Mar Ca- _tibe, a 40 Jeguas poco mas o menos al N. E. del Puerto Caballos “toy Puerto Cortés)(1); y afect6 no s6lo la Costa Atlantica de ? _ Honduras, sino también las comarcas del interior del pais, donde _ eaus6 perjuicios en las heredades y en el campo. fe Asi lo manifiesta, claramente, el] Capitan Gonzalo Fernandez de Oviedo, apellidado el primer cronista del Nuevo Mundo, en _ Su interesantisima ‘‘Historia General de las Indias, Islas y Tierra | Firme del Mar Océano”. ~ He aqui el texto original: “Despues que el adelantado don Pedro de Alvarado, vinien- Castilla, pas6 por esta cibdad é Ilegé 4 la Tierra-Firme é | gobernacién de Honduras, envié al dicho capitan Johan de Lobe- | tacon tres navios 4 estas islas. E despues que se hizieron, 4 la | vela en la Tierra-Firme é navegaron para venir aqui, dioles eontrario é hizolos andar temporisando muchos dias: é la dé Sancta Cathelina, veynte é quatro de noviembre de mil inientos treynta é nueve afos, a causa quel tiempo no aban- ‘saba para seguir su viaje, estaban todos tres navios apartados uno de otro é puestos al payro, por no se derrotar ni perder lo autor confunde Puerto Caballos con Puerto Cortés actual; el pri- tlama hoy Cienegitita, que se encuentra en el mismo lugar o establecic eet el 2° fundado por el Presidente I esté situado en la banda Sur de la larga el occidente para formar la hermosa bahfa Revista, : que avian comunicado, 6 hallabanse quarenta tados de la gran costa de la tierra 6 donde norte ventaba mucho siete dias avie, sin sessar un esto estaban aguardando la mudanca del tiempo; y espe otro mejor tembl6 la mar, é assi creyeron que lo hizo la. que debajo de st tenian, Esto fue entre las once é las doce horas de 1a noche, y de tal manera, que todos los de los navios pensa- ron que avian dado en algunos baxos, y ocurrieron 4 las sondas | no hallaron suelo; y espantado del caso el capitan Johan de Lo- bera, se hizo a la vela, atinando 4 los faroles que cada na tenia, para se recoger é entender, é arribé con la nao capitana. sobre un navio de los de la conserva, por hablarle, é pregunté este maestre Johanes (que assi mismo al presente estA en esta cibdad) que qué pensaba le parecia que debian hacer, y el maes- tre le dijo: “Sefior, no sé qué hagamos; hacerse h4, lo que vuestra_ merced mandare”. Entonces el capitan, Johan de Lobera, repli- c6 é dixo: “Paréceos que debemos arribar la vuelta de Tierra Firme?”. E el maestre respondié que le parescie que lo del hacer, pues que la mar ya no los sofria, que habia temblado, é tiempo estaba muy metido en su contraste. E assi acordaron de arribar, é fueron Ja vuelta de tierra, é caminaron lo que les que- daba por passar de aquella noche, é el dia siguiente todo de Sane- ta Cathelina é la noche con mucho norte, é el otro dia adelante — por la mafiana llegaron al cabo de Higueras. # salidos en tierra — supieron que en la misma sazon que passé lo que esté dicho de aquel temblor, temblé assi mismo mucho la tierra de aquella pro- — vincia, é se siguid grandtssimo dano en las heredades éen el — campo. Pareziome notable cosa é dina de ponerse entre las di- _ versidades de las cosas queste libro VI tracta; puesto queste maestre Johanes dice que otra vez le acaescio lo mismo, en Levan- te, en el archipiélago; é caso que 4 marineros no sea oculto esto, para mi ha sido cosa nueva oyrlo, y assi sera 4 otros muchos, en — especial 4 los que no han tanto noticia de las cosas de la mar; ; porque moverse alld debaxo della la tierra é temblor en inate hondura, como aquellos navios tenian debaxo de las yuillas, é — sentirlo de tal manera que les parescio avian topado en rocas 0 dado al través, caso para espantar 6 no de poca contemplacién é admiraci6n es 4 los que le oyeron (Tom, I., Cap, VI., Lib. XXIX., — pags., 215-216). Tales son Jos datos que tenemos, del terremoto maritii 24 de noviembre de 1539. oe *

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