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Funcion Ovarica
Funcion Ovarica
I
BLOQUE
ESTERILIDAD FEMENINA
MÁSTER EN REPRODUCCIÓN HUMANA
Contenido
Los ovarios o glándulas genitales de la mujer, son cuerpos de apariencia glandular, destinados
a producir los óvulos. Se localizan cerca de las paredes de la pelvis y se encuentran
suspendidos por el mesovario del ligamento ancho. Antes de la pubertad, la superficie del
ovario está cubierta por una capa lisa de epitelio que otorga a la superficie un aspecto grisáceo
mate, después de la pubertad, la superficie se va esclerosando de manera progresiva debido a
la rotura de los folículos ováricos y a la descarga de los ovocitos durante la ovulación.
La irrigación del ovario se realiza mediante un arco arterial formado por la anastomosis entre
la arteria ovárica con una rama procedente de la arteria uterina. Su drenaje venoso se realiza
mediante un plexo pampaniforme, cuyas venas se unen para constituir las venas ováricas, que
en el lado derecho drena en la vena cava inferior, mientras que en el lado izquierdo su drenaje
se realiza en la vena renal izquierda. Los vasos linfáticos siguen a los vasos sanguíneos ováricos
y se unen a los de la.
1. Descripción anatómica
1.1. Situación
Una vez efectuado su movimiento de descenso, desde su ubicación primitiva en la región
lumbar, a cada lado de la columna vertebral, los ovarios se sitúan en la cavidad retrouterina,
sobre las partes laterales de la excavación pélvica, delante del recto y detrás del ligamento
ancho y de la trompa. Situándose a 15 o 20 milímetros por delante de la unión sacro ilíaca y a
unos 8 a 10 milímetros por debajo del estrecho superior de la pelvis, y a unos 2 cm. por encima
y por delante del borde superior del músculo piramidal. Es posible realizar su palpación a
través de la pared abdominal, en el centro de una línea que, partiendo de la sínfisis del pubis,
termine en la espina iliaca anterosuperior. El ovario izquierdo generalmente se sitúa en un
plano algo anterior al que ocupa el ovario derecho.
Sin embargo, esta disposición varía después del primer parto, siendo la situación de los ovarios
ampliamente variable dentro de la pelvis. Por otra parte, la trompa uterina no está fija, sino
que “flota” en el espacio pélvico, desplazándose con mucha facilidad, el ovario es arrastrado
por ella en sus desplazamientos. Por tanto no sería muy exacto el definir situaciones estables
de los ovarios en la cavidad pélvica, observándose en el curso de las intervenciones
quirúrgicas intraabdominales la amplia movilidad de los ovarios y trompas, dependiendo de la
posición del cuerpo femenino, de la constitución anatómica, de la tensión de las paredes
abdominales, de la cantidad de grasa que rellena los tejidos, de número de partos, etc.
Tiene dos caras, una externa o parietal y otra interna o tubárica; dos bordes, uno anterior
grueso o hiliar y otro posterior, más delgado o borde libre; dos polos, uno posterior que mira a
la trompa, el polo tubárico y otro inferior más delgado que mira al útero, el polo uterino.
En el recién nacido, el ovario tiene forma de una lengüeta blanca, aplanada y gruesa, de 2 o 3
milímetros de anchura y 20 de longitud. En la mujer adulta la superficie del ovario es
fuertemente rugosa, debido a la gran cantidad de cicatrices que han dejado la evolución de los
folículos, por microquistes y por los cuerpos amarillos. Después de la menopausia el ovario se
aplasta y atrofia.
El folículo maduro se percibe en la superficie del ovario como un pequeño nódulo, que
después de la ruptura deja una cavidad de 2 cm. de diámetro, llena de sangre, que forma el
cuerpo amarrillo, una vez que este desaparece es reemplazado por una cicatriz, que puede
llegar a borrarse en algunas ocasiones.
1.3. Número
Al igual que los testículos son dos, uno en el lado derecho y otro en el izquierdo. Podemos
describir caso en el que aumenta el número de ovarios o disminuye, existiendo una ausencia y
hablamos de:
1.4. Volumen
El volumen de los ovarios varía mucho según las edades, aumentando gradualmente desde el
nacimiento hasta la edad adulta. Ciertas condiciones fisiológicas, como por ejemplo, la
menstruación y el embarazo, ejercen una influencia considerable en las dimensiones del
ovario. Durante la menstruación, el ovario que ha de dar el óvulo adquiere un volumen doble y
hasta triple del que tenía antes del periodo menstrual. Durante el embarazo, en el primer
trimestre, el ovario en el cual se encuentra el cuerpo amarillo es mucho más voluminoso que el
del lado opuesto. Después del embarazo y la menstruación, el ovario se reduce poco a poco a
sus dimensiones habituales.
Después de la menopausia, cuando cesa la función ovárica, el ovario se atrofia poco a poco
diminuyendo sus tres dimensiones hasta dimensiones que son muy variables dependiendo del
sujeto.
Según Puech, que ha examinado gran número de ovarios en diferentes épocas de la evolución
las dimensiones medias en los tres términos son las siguientes:
1.5. Peso
El peso del ovario, varía con su volumen, es de 0 a 60 centigramos en la recién nacida, de 2 a 3
gramos en la niña, de 4 a 5 gramos en la pubertad y de 6 a 8 gramos en la mujer adulta. En la
menopausia se reduce considerablemente el peso del ovario, siendo su peso medio de 1,5
gramos a 2 gramos.
2. Medios de fijación
El Ovario da inserción a cuatro ligamentos, si bien no todos tienen el mismo papel en cuanto a
ser considerados como medio de fijación propiamente dichos.
c) Mesovario. Forma parte del ligamento ancho. Une el ovario a la hoja posterior del ligamento
ancho, es muy corto y se inserta por su borde anterior en los dos labios del hilio ovárico, el
mesoovario se detiene a escasos milímetros del hilio ovárico por lo que el ovario no está
revestido de peritoneo en toda su superficie. Si en algunas ocasiones el ovario parece estar
revestido de peritoneo, es debido a que se oculta bajo el mesosalpinx o peritoneo del
ligamento lumboovárico. Los óvulos caen en la cavidad peritoneal, en el punto donde se abre
el orificio tubárico. El borde anterior del mesovario se confunde con la cara posterior del
ligamento ancho, mientras que su sus bordes superior e inferior son libres. Entre el ovario y
este ligamento, por fuera, la trompa se acoda. Por dentro se forma una bolsa delimitada por
delante por el ligamento ancho, por arriba el mesosalpinx y por arriba se encuentra abierta, a
esta bolsa se le denomina bolsa tuboovárica.
Por este ligamento, se fija a la pared pélvica y constituye además el pedículo principal del
ovario.
3. Relaciones
Vamos a considerar en el ovario dos caras, una externa y otra interna, así como un borde
anterior y otro posterior y dos extremos, superior e inferior.
La cara externa del ovario corresponde a la fosita ovárica, que es una depresión del peritoneo
limitada por detrás por los vasos hipogástricos y el uréter, por delante, por la inserción del
ligamento ancho en la pelvis, por arriba, los vasos iliacos externos y por abajo el origen de la
arteria umbilical y la arteria uterina. Dicha fosita es atravesada, por debajo del peritoneo por el
nervio y los vasos obturadores. Esta es la situación que ocupa el ovario en la mujer nulípara,
por el contrario en la mujer multípara el ovario se localiza en una zona más posterior , en la
denominada fosita de Claudius, delimitada por delante por el uréter y la arteria uterina, por
detrás por el borde del sacro. Por debajo del peritoneo de esta fosita discurren los vasos y
nervios glúteos, por lo que anatómicamente corresponde al borde superior del músculo
piramidal de la pelvis.
La cara interna del ovario, está cubierta por el mesosalpinx y la trompa que cuando alcanza el
polo inferior del ovario sube por delante del borde anterior y cambiando de dirección baja
dirigiéndose atrás y abajo, cruza la cara interna del ovario para alcanzar y rebasar el borde. El
pabellón tubárico con su franja se relaciona con la cara interna del ovario y alcanza el polo
superior de la misma. En la mayoría de las ocasiones las asas intestinales delgadas y en
ocasiones el colón pélvico se relaciona con esta cara interna de la glándula.
constituyendo la línea de Farré. Por este borde le llega al ovario los vasos y nervios por lo que
constituye el hilio ovárico.
El borde posterior, convexo, está en contacto con los elementos que limitan por detrás la
fosita ovárica.
El polo inferior del ovario, queda por encima del suelo pélvico en la mujer nulípara, en el caso
de las mujeres multíparas contacta con el suelo de la pelvis e incluso en algunas ocasiones
puede descender al fondo del saco de Douglas.
En un corte sagital del ovario a lo largo de su eje mayor, podemos observar una zona cortical,
densamente estructurada donde se localizan los folículos primordiales en distintas fases de
evolución y una zona medular, más laxa, con numerosos vasos, nervios y linfáticos que le dan
el nombre de zona vasculosa.
El epitelio de cubierta del ovario, epitelio germinativo, está constituido por un estrato de
células planas, por debajo se dispone una capa de células conjuntivas de trayecto paralelo a la
superficie del ovario y que forman la túnica albugínea del órgano.
el contrario cuando el óvulo ha sido fecundado, el cuerpo amarillo persiste durante la primera
mitad de la gestación, regresando durante la segunda.
5. Vascularización
La arteria ovárica, se origina de la arteria aorta abdominal, sigue un trayecto oblicuo hacia
abajo y afuera, cruzando la cara anterior del uréter y se localiza en el lado externo del mismo.
Acompañada por este conducto, así como por sus venas satélites y rodeada de un rico plexo
nervioso, sigue un trayecto oblicuo hacia abajo, adelante y adentro hasta alcanzar la cara
anterior de los vasos iliacos externos, cuando el ovario se localiza en posición anterior
(nulípara), mientras que cuando el ovario se localiza en posición posterior, fosita de Claudius
(multípara), pasa la cara anterior de los vasos iliacos primitivos. La arteria ovárica constituye el
elemento central del ligamento lumboovárico y alcanza a la glándula por su polo superior.
Frecuentemente, la arteria ovárica abandona aquí una arteria tubárica externa, que no
participa en la vascularización del ovario, el resto de ramas están destinadas al ovario, al que
llegan a través de su hilio o borde anterior.
La arteria uteroovárica, se origina de la arteria uterina, a la altura del cuerno uterino. Recorre
el ligamento uteroovárico y alcanza al ovario por su parte antero interna. Ambas arterias se
anastomosan en un arco arterial, paralelo al hilio ovárico y tendido del ligamento
lumboovárico al cuerno uterino. Este arco emite numerosas ramitas encargadas de la
vascularización del ovario, si bien el patrón vascular presenta numerosas variaciones que
Mocquot y Rouvillois lo describen en cuatro tipos diferentes. Los dos primeros, se encuentran,
al parecer, con más frecuencia.
Tipo 4. La arteria ovárica es la única que irriga al ovario. Una de sus ramas, solamente
una rama muy delgada de ésta se une a la arteria tubárica interna para anastomosarse
con ella.
Del arco arterial se desprenden en número de diez o doce las ramas helicinas que se
anastomosan en arcos en el límite de las porciones medular y cortical, penetran en ésta última
y van a terminar en parte en la falsa albugínea y en parte en las paredes de los folículos de
Graaf donde forman dos redes, una red externa o perifolicular y una red interna o
intrafolicular. Hemos de considerar, que los folículos cuando alcanzan su estado de madurez,
no presentan vascularización en su polo externo puesto que es la zona en la que se va a
producir el estallido de la pared celular. Una vez conocida la prevalencia de un problema –que
es un estimador de la necesidad de ayuda-, tenemos que conocer la demanda –que es un
indicador más adecuado para conocer la realidad y abordarla adecuadamente-. A prevalencia
constante, la demanda puede ser variable.
6. Linfaticos
Se originan en la pared de los folículos, donde constituyen una red que rodea al folículo
prácticamente en toda su extensión excepto en su polo externo, también existen gran número
de linfáticos en las paredes del cuerpo amarillo.
Los vasos que se originan en estas redes se dirigen hacia el hilio donde constituyen cinco o seis
troncos que se entremezclan dando lugar al plexo subovárico, del que parten cinco o seis
colectores que se mezclan con el cordón vascular uteroovárico y terminan en los ganglios
preaórticos y yuxtaaórticos.
7. Nervios
Los nervios para el ovario son fibras procedentes del plexo renal y mesentérico caudal,
también recibe nervios procedentes del plexo uterino.
Alcanzan el ovario acompañando a las arterias y una vez dentro del ovario se dividen en forma
de aparatos terminales, dispuestos en torno a los folículos. Las fibras mielínicas aferentes
pasan por las raíces posteriores del décimo nervio intercostal para ingresar en la médula y
ascender como proyección aferente.
El aumento de niveles de FSH al comienzo de la fase folicular incrementa por una acción
mitógena el número de células granulosas y la concentración de los receptores para la FSH que
éstas poseen. La FSH induce en las células granulosas la actividad del enzima aromatizante,
que es fundamental para la transformación de los andrógenos en estrógenos. El estradiol,
incrementa el número de sus propios receptores, así como los de FSH por lo que aumenta la
actividad mitogénica adicional. Además de esta acción sinérgica entre el FSH y el estradiol, la
FSH induce la formación de receptores para la LH.
La teca interna desarrolla receptores específicos para la LH. La LH provoca en las células
tecales la estimulación de la biosíntesis de andrógenos, que difunden al compartimento
plasmático o al compartimento de células granulosas del folículo, donde son aromatizados a
estrógenos. Cuando se ha seleccionado el folículo dominante, estas acciones de la LH se
ejercen sobre él. El estradiol y la inhibina producidos inhiben la secreción de FSH, lo que
impide la maduración de otros folículos sin alterar la capacidad de respuesta a la FSH en el
folículo dominante. Otros factores de tipo local que intervienen en la maduración folicular son
el inhibidor de la actividad aromatasa, el inhibidor de la maduración del oocito, los
estimuladores de la luteinización etc.
8.2. Ovulación
Los estrógenos junto con las gonadotrofina, coordinan la maduración del folículo de Graaf en
las últimas fases del desarrollo folicular, ejerciendo una retroalimentación positiva sobre el eje
hipotálamo-hipófisis, que provoca la liberación ovulatoria de gonadotrofinas. Las células
granulosas del folículo sufren un cambio en la esteroidogénesis que da lugar a un aumento de
la producción adicional de progesterona. La producción de estradiol y progesterona, por la
granulosa, incrementa los receptores de LH en la granulosa, y estimula la liberación ovulatoria
de LH, para producirse posteriormente un aumento de AMP cíclico que induce luteinización y
activación de enzimas proteolíticos, causantes de la ruptura de la pared folicular. Parece ser
que en este proceso también intervienen las prostaglandinas.
8.3. Luteólisis
La función del cuerpo lúteo queda establecida cuando el folículo postovulatorio completa su
luteinización.
El ovario tiene un funcionamiento cíclico, lo que implica que sus componentes son efímeros. La
señal de entrada son las gonadotrofinas, los factores locales y en ocasiones sustancias
procedentes del útero. La señal de salida, además del óvulo maduro, influye los esteroides
ováricos y la inhibina que también regulan la secreción de GnRH, LH y FSH.
Durante la fase de crecimiento folicular y luteolisis, los niveles bajos de estradiol ejercen una
inhibición sobre el pool de liberación de gonadotrofinas y un efecto estimulatorio sobre el pool
de reserva. Cuando la concentración de estradiol, excede un valor umbral durante dos o tres
días se produce un cambio en la actividad funcional de las células gonadotropas por lo que el
pool de reserva pasa a ser de liberación, por lo que el estradiol y la GnRH producen una
liberación masiva de gonadotrofinas. Aunque el lugar de las acciones en retroalimentación es
la hipófisis, también el hipotálamo es sensible a las acciones de los esteroides ováricos.
9. Lecturas recomendadas:
L.Testut, A. Latarjet. Anatomía humana. Tomo IV. Págs. 1169-1183. Editorial Salvat.
Bruce M. Carlson. Embriología Humana y Biología del desarrollo. Tercera Edición. Edit. Elsevier.
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