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LA ÚNICA VOZ

QUE DEBEMOS OÍR


Y OBEDECER
Miércoles, 1 de julio de 1998
Villavicencio, Meta, Colombia
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y
exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo
tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente
error de audición, transcripción e impresión, y no debe
interpretarse como errores del Mensaje.
El texto contenido en esta conferencia puede ser
verificado con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para
propósitos personales de estudio hasta que sea publicado
formalmente.
LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR Y
OBEDECER

Dr. William Soto Santiago


Miércoles, 1 de julio de 1998
Villavicencio, Meta, Colombia

M uy buenas noches, amables amigos y hermanos


presentes y radioyentes. Es para mí un privilegio
grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir
con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor
de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a
este tiempo final.
Para lo cual, en esta ocasión leemos en el libro del
Evangelio según San Juan, capítulo 10, versos 14 al 16,
donde Jesucristo hablando dice:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las
mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre;
y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un
rebaño, y un pastor”.
“LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR Y
OBEDECER”. Ese es nuestro tema para esta ocasión.
4 Dr. William Soto Santiago
“LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR Y
OBEDECER”.
Esta Voz del Buen Pastor, el cual es Jesucristo, es el
mismo que miles de años estuvo en el Huerto del Edén
con Adán, y le habló a Adán, y le enseñó Su Palabra, y le
dijo1: “De todo árbol del Huerto del Edén puedes comer;
pero del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comas, ese día morirás”. Y Adán
tenía la instrucción divina para vivir eternamente: era
guardándose de comer del árbol de ciencia del bien y del
mal.
Ahora, encontramos que, luego, cuando Dios le hizo
una compañera a Adán2, lo cual sucedió después de Dios
haberle hablado a Adán estas palabras; luego Adán,
estando en el Huerto del Edén con su esposa, pasó por una
etapa en la cual él estaba llevando a cabo, con su esposa,
la Obra de Dios correspondiente a esa etapa de su vida de
la cual dependía su adopción.
Y llegó un momento de tentación, en donde hubo otra
voz: la voz de la serpiente hablándole a Eva, y diciéndole:
“¿Conque Dios ha dicho que no coman de los árboles
del Huerto del Edén?”. Y Eva se puso a argumentar,
a argumentar con la serpiente; y la serpiente ahí tomó
ventaja, ya que era el animal más cercano al hombre: era
astuto, razonaba, tenía una inteligencia grande.
Y Eva le dijo: “No, lo que Dios ha dicho es que del
árbol de ciencia del bien y del mal no comamos”. Eso era
lo que le había enseñado Adán a Eva, con relación a lo que
Dios le había revelado a Adán.
Pero la serpiente le dijo a Eva: “No morirán - No
1  Génesis 2:16-17
2  Génesis 2:22
La única Voz que debemos oír y obedecer 5
moriréis; sino que seréis como dioses, sabiendo el bien
y el mal, sabiendo todas las cosas”3. Y Eva, la cual había
escuchado primeramente la Voz de Dios por medio
de Adán, el cual tenía la revelación de Dios para aquel
tiempo, luego escuchó la voz de la serpiente, en la cual
estaba el diablo manifestado; y creyó más a la voz de la
serpiente que a la voz de Adán, el cual le dio la Palabra de
Dios.
Y pecó Eva; y ahí la adopción de Adán y Eva se vio
afectada, pues no pudieron llegar a la adopción.
Y Adán, sabiendo lo que había sucedido, cuando Eva
le da también a Adán, Adán sabía lo que eso significaba:
sabía que no sería adoptado, sabía que perdería el derecho
a vivir eternamente en aquel cuerpo; pero Adán escuchó la
voz de su esposa, la cual tenía la revelación de la serpiente,
porque lo que la serpiente le había dicho a ella fue lo que le
dijo ella a Adán; y le dio a comer: comió y pecó, también.
Y Adán cayó de la vida eterna.
Y ahora, vean ustedes los problemas que se buscan
las personas cuando escuchan otra voz que no es la voz
correcta que todos deben escuchar. Hay una sola voz que
todo ser humano está llamado a escuchar, y esa es la Voz
de Dios.
Y ahora, vean los problemas que le vinieron a Adán
y Eva por dejar de escuchar la Voz de Dios y escuchar
otra voz; y luego veamos también cómo perdieron la
bendición de vivir eternamente como reyes aquí en la
Tierra, gobernando todas las cosas de este planeta Tierra;
y perdió la inmortalidad; porque la paga del pecado es
muerte4.
3  Génesis 3:1-5
4  Romanos 6:23
6 Dr. William Soto Santiago
Y ahora, la raza humana desde la caída del Huerto del
Edén en adelante se encuentra en graves problemas, pues
ya no puede traer a existencia hijos en este planeta Tierra
por medio de creación divina, sino por medio de la unión
de un hombre y de una mujer; lo que conlleva el no poder
obtener —cada persona que nace en esta Tierra—, no
poder obtener un cuerpo teofánico de la sexta dimensión y
luego obtener un cuerpo eterno en esta dimensión.
Por lo tanto, todo ser humano que nace en esta Tierra
nace por medio de la unión de un hombre y de una mujer,
y por consiguiente obtiene un cuerpo mortal, corruptible
y temporal, el cual tiene que morir al final de su carrera; y
también obtiene un espíritu del mundo, o sea, de la quinta
dimensión, que es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo
pero de otra dimensión, el cual lo inclina hacia el mal
siempre.
Y ahora, Cristo en Su Primera Venida vino a resolver
el problema de la raza humana, para restaurar la raza
humana a la vida eterna; pero…
Vean ustedes, el ser humano estaba en graves
problemas cuando vino Cristo; y ahora Cristo dice que es
necesario nacer de nuevo, nacer del Agua y del Espíritu,
para así nacer con vida eterna5. Y se comienza obteniendo
un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, que es la
dimensión del Paraíso; y luego se obtendrá —en el Día
Postrero— un cuerpo eterno y glorificado, el cual Cristo
ha prometido darles a todos los creyentes en Él; como lo
prometió en San Juan, capítulo 6, versos 39 en adelante,
cuando dijo:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que
de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
5  San Juan 3:3, 3:5
La única Voz que debemos oír y obedecer 7
resucite en el día postrero”.
¿Cuándo? En el Día Postrero será que Él resucitará a
todos los que el Padre le ha dado.
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que
todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna;
y yo le resucitaré en el día postrero”.
Es para estas personas que han escuchado la Voz de
Cristo —la única Voz que todo ser humano está llamado
a escuchar— que tienen la promesa de vida eterna y la
resurrección para el Día Postrero, para vivir en un cuerpo
eterno.
Ahora, a través de la historia del ser humano hemos
tenido diferentes generaciones, hemos tenido también
diferentes dispensaciones y diferentes edades. Y a través
de la historia de la raza humana, y llevando la historia de
la raza humana a la Biblia, encontramos que Dios, de la
descendencia de Abraham, levantó un pueblo llamado el
pueblo hebreo o pueblo de Israel, el cual fue formado por
Dios de la descendencia de Jacob, de los patriarcas: de ahí
vienen las diferentes tribus de Israel y de ahí fue formado
el pueblo hebreo6.
Ellos fueron a Egipto buscando alimento7 y allí
vivieron una temporada de tiempo8, porque José era el
segundo en el trono del faraón; y mientras José estuvo
vivo, estuvieron muy bien en Egipto; pero después vino
otro faraón, que no conocía a José, y el cual maltrató al
pueblo hebreo.
El pueblo se estaba multiplicando en gran manera, y
ya para los egipcios representaba una amenaza; porque si
6  Génesis 35:9-13
7  Génesis 42
8  Génesis 47
8 Dr. William Soto Santiago
los descendientes de Abraham se juntaban con cualquier
nación enemiga de los egipcios, podían derrotar al imperio
egipcio. Y el faraón y sus consejeros tuvieron gran temor
del pueblo hebreo, y ordenaron que todo niño que iba a
nacer, las parteras al saber que era un niño varón, no lo
podían dejar vivir, tenían que matarlo.
Pero las parteras, dos parteras muy importantes allí,
que decidían todo esto, dejaban que los niños nacieran; y
Dios las bendijo. Y cuando les pidieron cuentas por dejar
los niños varones nacer, ellas decían: “Es que las mujeres
hebreas no son como las mujeres egipcias. Las mujeres
hebreas son fuertes; y cuando llaman a la partera porque
está de parto una mujer, cuando llega la partera ya ha
nacido el niño”9.
Y para ese tiempo en que la sentencia de la muerte de
los varones que iban a nacer estaba en acción, nació el
niño Moisés10, el cual sería el libertador del pueblo hebreo,
a través del cual Dios libertaría al pueblo hebreo y a través
del cual Dios le hablaría al pueblo hebreo.
“Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes
revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Siempre
que Dios va a revelar algún secreto divino, siempre Dios
enviará un profeta; a ese profeta le revela ese secreto; y
ese profeta lo revela al pueblo.
Y el secreto divino para aquel tiempo era la liberación
del pueblo hebreo, la cual había sido prometida por Dios a
Abraham. Aun cuando Abraham no tenía hijos todavía, ni
siquiera había nacido Ismael, ya Dios le está hablando de
la descendencia de Abraham. Y en el capítulo 15 y también
el capítulo 12, nos habla Dios acerca de Abraham y su
9  Éxodo 1:7-21
10  Éxodo 2:1-10
La única Voz que debemos oír y obedecer 9
descendencia. Veamos capítulo 12, verso 1 en adelante,
donde Dios llama a Abraham y le dice [Génesis]:
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra
y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que
te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y
engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra”.
Aquí encontramos a Abraham, teniendo 75 años,
recibiendo la promesa de ser la cabeza de una gran nación.
Dice:
“Y haré de ti una nación grande…”.
Ahora, vean, Abraham no tenía hijos, y ahora Dios le
está prometiendo hacerlo a él una nación grande.
También en el capítulo 13, versos 14 en adelante, del
Génesis, dice:
“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de
él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás
hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.
Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre.
Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que
si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu
descendencia será contada.
Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su
ancho; porque a ti la daré.
Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el
encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar
a Jehová”.
Y ahora, en el capítulo 15, Abraham ya está avanzado
10 Dr. William Soto Santiago
en edad; y dice así el capítulo 15 del Génesis:
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a
Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu
escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás,
siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa
es ese damasceno Eliezer?
Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole,
y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi
casa.
Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te
heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará.
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y
cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así
será tu descendencia.
Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los
caldeos, para darte a heredar esta tierra.
Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la
he de heredar?
Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una
cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola
también, y un palomino.
Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso
cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves.
Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos
muertos, y Abram las ahuyentaba”.
Este sacrificio que Abraham hace es para el Pacto que
Dios hará con él; porque en aquellos tiempos, cuando se
hacía un pacto entre dos personas, se colocaba un animal
partido por la mitad, y se colocaba a un lado una parte y al
otro lado otra parte, y se colocaban las dos personas que
La única Voz que debemos oír y obedecer 11
iban a hacer el pacto en medio de ese animal partido por la
mitad; y ahí hablaban el pacto que ellos estaban haciendo.
Y ahora Dios va a hacer un Pacto con Abraham; y por
eso Dios le ordena estos animales así, partidos, y una parte
colocada en un lado y otra parte colocada al otro lado.
“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram,
y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó
sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu
descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí,
y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré
yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en
buena vejez.
Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún
no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta
aquí.
Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un
horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por
entre los animales divididos.
En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río
de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates”.
Aquí podemos ver el Pacto que Dios hizo con
Abraham; y vean cómo le habló de la descendencia que
tendría; y cómo serían personas que llegarían a una nación
donde serían esclavas, pero Dios las libertaría después de
cierta cantidad de tiempo, o sea, a los 400 años; por 400
años serían oprimidas.
Ahora, el pueblo hebreo salió de Egipto a los 430 años
de estar viviendo en Egipto; pero los primeros años que
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vivió en Egipto, mientras estuvo vivo José, el hermano
de los demás hijos de Jacob, las cosas para los patriarcas
(hijos de Jacob) y los nietos de Jacob, las cosas estaban
buenas, porque allí estaba José como segundo en el
imperio del faraón; pero después llegó el tiempo donde les
vino la esclavitud, y de ahí en adelante el pueblo hebreo
sufrió mucho en la tierra de Egipto.
Esa era la tierra donde se cumpliría esa promesa, esa
Palabra profética de la esclavitud del pueblo hebreo, y
donde Dios llevaría a cabo la liberación del pueblo hebreo.
Cuando Dios promete una liberación, Él tendrá sobre
la Tierra un hombre al cual ungirá con Su Espíritu, y a
través del cual Dios se manifestará y hablará toda Palabra
que Él tenga que hablarle a Su pueblo, y le revelará a Su
pueblo las cosas que Él ha de hacer en ese tiempo.
Y por medio del profeta Moisés, la revelación de las
cosas que sucederían en aquel tiempo estaban siendo
dadas a conocer, pues Moisés fue enviado por Dios para
darle a conocer al pueblo hebreo todas estas cosas que
iban a suceder en aquel tiempo, en donde, como resultado,
el pueblo hebreo obtendría su liberación.
Ahora, encontramos que el pueblo hebreo estaba
esperando esa liberación; y cuando se cumplió el tiempo
prometido por Dios para esa liberación, allí estaba
naciendo un niño llamado Moisés.
Nadie sabía que ese sería el niño que crecería y vendría a
ser el profeta Moisés, el profeta caudillo del pueblo hebreo,
libertador del pueblo hebreo por mano divina. O sea, por la
mano de Dios, Moisés sería el hombre escogido por Dios
para esa liberación del pueblo hebreo, porque Dios estaría
manifestado en él. Por lo tanto, era Dios, pero por medio de
un hombre, el que llevaría a cabo esa liberación.
La única Voz que debemos oír y obedecer 13
Y Dios habló por medio del profeta Moisés, y quedó
escrita esa Palabra que Dios habló al pueblo hebreo por
medio del profeta Moisés. Y aún más: dice Dios a Moisés,
y Moisés dice al pueblo, que escuchando la Voz de Dios
el pueblo hebreo recibirá la bendición de Dios; pero
desobedeciendo, dejando de escuchar la Voz de Dios, para
el pueblo hebreo vendrá la maldición de Dios; porque Dios
colocaría delante del pueblo la bendición y la maldición.
De esto habló Dios por medio del profeta Moisés en el
capítulo 30, verso 19 al 20, donde dice [Deuteronomio]:
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra
vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la
bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que
vivas tú y tu descendencia;
amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y
siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación
de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró
Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les
había de dar”.
Aquí podemos ver que la bendición viene para el pueblo
cuando el pueblo escucha la Voz de Dios; pero cuando el
pueblo no escucha la Voz de Dios, por consiguiente viene
la maldición divina.
Y ahora veamos cómo Dios coloca Su Voz en un
hombre, y a través de ese hombre el pueblo escucha la
Palabra de Dios, que es la Voz de Dios. En Deuteronomio,
capítulo 18, verso 15 al 19, dice el profeta Moisés por
Palabra de Dios:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo,
te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…”.
¿A quién dice el profeta Moisés que el pueblo está
llamado a escuchar? Al profeta que Dios levanta de en
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medio del pueblo y lo envía al pueblo. ¿Y esto por qué?
Porque en ese profeta Dios coloca Su Palabra, en ese
profeta está la Voz de Dios, y por medio de ese profeta
Dios le habla al pueblo.
Por eso es que tenemos la Biblia: porque Dios por
medio de Sus profetas ha traído Su Palabra a Su pueblo,
y ha quedado impresa la Palabra de Dios; y la tenemos en
el libro llamado la Biblia o las Escrituras. Ahora, sigue
diciendo:
“… conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios
en Horeb (o sea, el monte Sinaí) el día de la asamblea,
diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni
vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han
dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos,
como tú; y pondré mis palabras en su boca (¿Dónde Dios
coloca Sus palabras? En la boca del profeta que Él envía),
y él les hablará todo lo que yo le mandare (¿Qué hablará
ese profeta? Todo lo que Dios le mande).
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él
hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
O sea que toda persona que no escucha la Voz de Dios
por medio del profeta que Dios envía para el tiempo en
que las personas viven, tiene que darle cuenta a Dios,
porque Dios le pedirá cuenta. Y por cuanto la bendición y
la maldición ha sido colocada delante del ser humano…:
la bendición, para los que escuchan la Voz de Dios por
medio del mensajero, del profeta que Dios envía (porque
es en la boca de un profeta que siempre ha estado la Palabra
de Dios para el pueblo); y la maldición, para aquellos que
no escuchan la Voz de Dios por medio de ese profeta.
La única Voz que debemos oír y obedecer 15
Ahora, nos dice la Escritura en Amós, capítulo 3,
verso 7: “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que
antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Por
medio de los profetas de Dios es que los secretos divinos
son dados a conocer a los seres humanos; y no hará nada
el Señor, sin que antes revele esos secretos a Sus siervos
Sus profetas.
Por eso es que los profetas de Dios han sido enviados
de edad en edad y de dispensación en dispensación,
diciendo las cosas que han de suceder en ese tiempo y en
tiempos futuros; porque es por medio de los profetas de
Dios que viene esa Palabra profética de las cosas que han
de suceder.
Y ahora, nos dice también Amós, capítulo 8, verso 11,
que habrá hambre sobre la Tierra, “no hambre de pan, ni
sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios (o sea, la Voz de
Dios)”, hambre de oír la Palabra de Dios. Dice que estarán
buscando del norte, dice:
“E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el
oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la
hallarán”.
¿Por qué? Porque la Palabra de Dios está siempre en la
boca del profeta que Él envía.
Y ahora, muchas personas quieren oír la Voz de Dios;
y esa es la Voz más importante que toda persona puede
escuchar; y debe buscar esa Voz de Dios, para escucharla
en el tiempo que le ha tocado vivir a la persona.
Pero tenemos que comprender que siempre la Voz de
Dios, la Palabra de Dios, ha estado (¿dónde?) en la boca de
un profeta. Y por eso es que para toda edad o dispensación
Dios ha enviado un mensajero, un profeta, tanto en el
Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento: para
16 Dr. William Soto Santiago
en ese hombre Dios colocar Su Palabra, y ese hombre
hablar esa Palabra; y al estar hablando esa Palabra, la
gente estará escuchando la Voz de Dios. Porque ese profeta
enviado por Dios, con la Palabra de Dios en él revelada,
predicando esa Palabra, dando a conocer esa Palabra, es
eso la Voz de Dios hablándoles a los seres humanos en ese
tiempo.
“… y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará
todo lo que yo le mandare”.
Ahora, ¿vieron lo sencillo que es escuchar la Voz de
Dios? Consiguiendo el profeta mensajero que Dios ha
enviado para el tiempo en que la persona está viviendo.
Y ahora, podemos ver este misterio de los enviados
de Dios: Los profetas de Dios son hombres enviados por
Dios, en los cuales está manifestado un espíritu teofánico
de la sexta dimensión, llamado el Ángel de Jehová, que
acampa en derredor de los que le temen y los defiende11.
Ese mensajero, ese profeta mensajero, ungido con
el Espíritu de Dios, recibe la revelación de Dios para el
tiempo en que vive, y la predica; y ahí tenemos la Voz de
Dios, el Mensaje de Dios para el pueblo.
Ese hombre es un hombre enviado por Dios con las dos
consciencias juntas; y por eso es que puede ver y escuchar
en otras dimensiones, y puede escuchar entonces la Voz de
Dios desde la dimensión de Dios. Aunque otras personas
no puedan escuchar la Voz de Dios desde la dimensión de
Dios, ese enviado de Dios sí puede escuchar la Voz de Dios,
porque ha sido enviado con ese propósito de parte de Dios.
Ahora, podemos ver que los profetas de Dios
interiormente están diseñados por Dios para escuchar
la Voz de Dios; por eso vienen con las dos consciencias
11  Salmos 34:7
La única Voz que debemos oír y obedecer 17
juntas. El resto de los seres humanos viene con las dos
consciencias separada la una de la otra; pero cuando Dios
envía un profeta para una edad o para una dispensación,
viene con las dos consciencias juntas.
Y por eso es que encontramos, a través de la Biblia,
historias de los profetas en donde ellos estando despiertos
pudieron ver los ángeles o arcángeles de Dios, y pudieron
ver también a Dios12; y personas que estaban cerca de ellos
no pudieron ver a Dios ni a los ángeles de Dios13. ¿Por
qué? Porque esos profetas tienen las dos consciencias
juntas y pueden ver en otras dimensiones.
Ahora, podemos ver que de edad en edad Dios ha
enviado mensajeros, profetas, y de dispensación en
dispensación.
Ahora, ¿cuántas dispensaciones hay? Solamente hay
siete dispensaciones, y por consiguiente hay siete profetas
dispensacionales; esa es la clase de profeta más grande que
Dios envía a este planeta Tierra. Y cuando Dios los envía,
ellos son los que señalan que la dispensación anterior ha
llegado a su final, y abren una nueva dispensación, o sea,
Dios por medio de ellos abre una nueva dispensación.
Ahora, siendo que hay siete dispensaciones, ¿cuáles
son esas siete dispensaciones?
La primera es la Dispensación de la Inocencia, y su
profeta mensajero fue Adán, y el Mensaje fue el Mensaje
de la Inocencia.
La segunda dispensación es la Dispensación de la
Conciencia, y su mensajero fue el profeta Set, hijo de
Adán, y el Mensaje fue el Mensaje de la Conciencia.
Luego la tercera dispensación fue la Dispensación del
12  Isaías 6, Ezequiel 1
13  2 Reyes 6:15-17, Hechos 9:7
18 Dr. William Soto Santiago
Gobierno Humano, y su profeta mensajero fue el profeta
Noé, y su Mensaje fue el Gobierno Humano, el Mensaje
del Gobierno Humano.
Ahora, vean que cuando llegó el profeta Noé, durante
el tiempo de la vida de Noé vino el fin de la dispensación
anterior; y a Noé, Dios le reveló las cosas que iban a
suceder en aquel tiempo. Eran cosas inconcebibles a la
mente humana, pero eran la verdad divina, las cuales
fueron reveladas al profeta Noé.
Y Noé comenzó a anunciar el juicio divino que vendría
sobre la raza humana: vendría la destrucción de la raza
humana con un diluvio. No llovía en aquel tiempo, por lo
tanto eso era algo imposible humanamente; pero Dios es
el Creador del agua, por lo tanto Él puede traer agua en
abundancia sobre el planeta Tierra.
Noé, siendo hallado justo delante de Dios…, porque
él ofrecía a Dios los sacrificios —por el pecado— de
aquellos animalitos que Dios estableció para sacrificios
en el Antiguo Testamento; y los pecados de Noé estaban
cubiertos con la sangre de esos sacrificios, por lo tanto,
Dios no veía pecado en Noé; y le reveló a Noé la forma
de escapar del juicio divino que vendría sobre la raza en
aquel tiempo, en aquella generación antediluviana.
Era sencilla la forma de escapar: construyendo un arca,
en la cual entrarían Noé y su familia, y cierta cantidad
de animales y de aves y de reptiles; y cuando el tiempo
para el diluvio llegase, Dios le revelaría a Noé que había
llegado el momento, y entrarían al arca.
Ahora vean, cuando Dios le apareció a Noé y le dijo
que vendría un diluvio, que destruiría la raza humana con
un diluvio, había llegado el ciclo divino para ese juicio
divino; y de ahí en adelante la raza humana no pasaría de
La única Voz que debemos oír y obedecer 19
120 años14, desde que Dios le reveló a Noé que vendría la
destrucción de la raza humana.
Pero ese lapso de tiempo era un lapso de tiempo en
donde la paciencia de Dios se extendió; y esperaba Dios
con paciencia la labor de la construcción del arca, para
entrar al arca Noé y su familia, y los animales señalados
para entrar, y las aves y reptiles también. O sea que aquel
tiempo fue un tiempo en donde la misericordia de Dios
y paciencia de Dios esperaba que Noé terminase el arca;
porque si venía el diluvio antes de Noé terminar el arca,
Noé también sería destruido; y no destruirá Dios al justo
con el injusto, no destruirá Dios a las personas que no
tienen pecado con las personas que tienen pecado.
Ahora, ¿cómo podemos hacer para no tener pecado y
no ser vistos nuestros errores, faltas y pecados que hemos
cometido? Necesitamos un sacrificio, y necesitamos la
sangre de ese sacrificio para que nuestro pecado no sea
visto delante de Dios. Y la sangre de los sacrificios que
ofrecían en el Antiguo Testamento los hebreos, cubría el
pecado, y Dios no veía ese pecado.
Pero ahora ya no están los sacrificios de animalitos;
¿y dónde encontraremos un sacrificio, y su sangre, para
que nuestros pecados no sean vistos delante de Dios?,
¿dónde echaremos nuestros pecados? Hay un Sacrificio
efectuado dos mil años atrás en la Cruz del Calvario por
el Cordero de Dios, nuestro amado Señor Jesucristo.
Y cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador,
y lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y recibe Su
Espíritu Santo: sus pecados son quitados completamente;
porque la Sangre de Cristo, el Cordero de Dios, no cubre
el pecado sino que lo quita.
14  Génesis 6:3
20 Dr. William Soto Santiago
Y ahora tenemos un Sacrificio mejor que el sacrificio
que el pueblo hebreo tenía con aquellos sacrificios de
animalitos que ellos usaban para cubrir sus pecados con la
sangre de esos sacrificios.
Ahora, toda persona tiene libre acceso a este Sacrificio
del Cordero de Dios para quitar sus pecados y ser visto
por Dios justo, sin pecado. Una persona que es justificada
delante de Dios es una persona que no tiene pecados. ¿Y
cómo podemos estar sin pecados delante de Dios? Pues
quitando nuestros pecados con la Sangre de Cristo, que
quita el pecado del ser humano. No hay otra forma para el
ser humano quitar sus pecados.
Y ahora, la persona, al recibir a Cristo como su
Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y
recibir Su Espíritu, la persona queda justificada delante
de Dios. ¿Y qué significa estar una persona justificada
delante de Dios? Lo que significa es que la persona queda
delante de Dios como si nunca hubiese pecado, porque
no hay pecado en él, porque la Sangre de Cristo quitó sus
pecados; y si los quitó, ni Dios los puede encontrar.
Y ahora podemos ver la bendición tan grande que
nuestro amado Salvador Jesucristo nos ha dado en Su
Primera Venida.
Y por medio de Jesús, así como Dios habló por medio
de los profetas del Antiguo Testamento, Dios habló
también por medio de Jesús. Dice San Pablo en su carta a
los Hebreos, capítulo 1, verso 2 en adelante:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo
hizo el universo…”.
La única Voz que debemos oír y obedecer 21
Ahora vean cómo San Pablo dice que Dios habló por
medio de Jesucristo en los postreros días. ¿Y por qué
dijo que en los postreros días Dios habló por medio de
Jesucristo? Porque para el tiempo de Jesús ya habían
comenzado los días postreros delante de Dios, que para
los seres humanos son los milenios postreros. Había
comenzado ya el quinto milenio cuando Jesús estaba
predicando; porque cuando Jesús tenía de 4 a 7 años de
edad, comenzó el quinto milenio, y por consiguiente
comenzaron los días postreros delante de Dios, que para
los seres humanos son los milenios postreros.
Y ahora, hemos visto que Dios habló por medio de
Jesús, así como había hablado por medio de los profetas
del Antiguo Testamento.
Y ahora, en Jesús estaba nada menos que el Ángel del
Pacto, el Ángel de Jehová, el cual había sido prometido a
través del profeta Malaquías para venir en carne humana.
Esta es la promesa de Malaquías, capítulo 3, donde dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el
camino delante de mí…”.
Ese mensajero que vino preparándole el camino al
Señor, preparándole el camino a Cristo en Su Primera
Venida, fue Juan el Bautista; él fue la voz de uno clamando
en el desierto y preparándole el camino15.
Y ahora, luego de Juan el Bautista tener su ministerio,
encontramos a Jesús teniendo Su ministerio también; y,
dice:
“… y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien
vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis
vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
¿Quién vendría? El Señor, el Dios de Abraham, de
15  Isaías 40:3-5
22 Dr. William Soto Santiago
Isaac y de Jacob, el Ángel del Pacto, o sea, el Ángel de
Jehová. Él vendría en la forma de un hombre, Él vendría
en un cuerpo humano, Él vendría como un profeta en
medio del pueblo hebreo.
Vean, este Ángel aparece también aquí, en el capítulo
23 del libro del Éxodo, donde dice [verso 20]:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque
mi nombre está en él”.
¿El Nombre Eterno de Dios, dónde está? En el Ángel
del Pacto, en el Ángel de Jehová. Y el Ángel de Jehová fue
el que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto,
y fue el que por medio del profeta Moisés le habló al
pueblo hebreo todas estas palabras que encontramos en el
Pentateuco, en estos libros que escribió el profeta Moisés;
y Moisés fue el instrumento del Ángel de Jehová, del
Ángel del Pacto, a través del cual se manifestó el Ángel
del Pacto, se veló en carne humana y se reveló a través de
carne humana, a través del profeta Moisés, en la porción
correspondiente a esa quinta dispensación.
Porque, vean ustedes, les hablé de dispensaciones,
les hablé hasta Noé, que fue el profeta de la tercera
dispensación.
Y ahora, el profeta de la cuarta dispensación fue
el profeta y patriarca Abraham; fue el profeta de la
Dispensación de la Promesa, con el Mensaje de la Promesa.
Y luego vino el profeta Moisés como el profeta
mensajero de la Dispensación de la Ley, y esa es la quinta
dispensación.
La única Voz que debemos oír y obedecer 23
Luego vino Jesús con el Mensaje para una nueva
dispensación; y Jesús es el profeta de la Dispensación de
la Gracia, que es la sexta dispensación.
Y luego la Dispensación del Reino, que es la séptima
dispensación; y el Mensaje es el Evangelio del Reino; y el
mensajero dispensacional, el profeta de la Dispensación
del Reino es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y ahora, este Ángel del Pacto, que es el que tiene
el Nombre Eterno de Dios, el cual es el mismo Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob en Su cuerpo teofánico o
angelical de la sexta dimensión, es el que le habla al pueblo
hebreo y el que liberó al pueblo hebreo de la esclavitud en
Egipto a través del profeta Moisés.
Este Ángel del Pacto o Ángel de Jehová es el que
ha estado manifestándose por medio de los profetas del
Antiguo Testamento, y luego se hizo carne en el velo de
carne llamado Jesús. Él es el Verbo que era con Dios y era
Dios:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
(Esto está en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante).
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no
prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba
Juan (o sea, Juan el Bautista).
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de
la luz, a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
24 Dr. William Soto Santiago
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
venía a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero
el mundo no le conoció.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron (o sea, vino
al pueblo hebreo, Su pueblo; y Su pueblo: ‘los Suyos no le
recibieron’).
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Cuando la persona nace aquí en la Tierra por medio
de papá y mamá, no nace como un hijo de Dios, sino que
nace como un hijo de sus padres terrenales. Y para nacer
como un hijo de Dios se requiere ese nuevo nacimiento,
que se obtiene cuando la persona cree en Cristo como
su Salvador y lava sus pecados en la Sangre de Cristo, y
recibe el Espíritu de Cristo; y así nace en el Reino de Dios
como un hijo o una hija de Dios.
De esto le dio testimonio Cristo a Nicodemo diciéndole
(el capítulo 3 de San Juan) [verso 3]:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios (o sea, no lo puede
comprender).
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el
vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en
el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es.
La única Voz que debemos oír y obedecer 25
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer
de nuevo”.
Cuando la persona nace de nuevo, al creer en Cristo
como su Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de
Cristo, la persona ha obtenido un nuevo cuerpo espiritual,
un espíritu teofánico de la sexta dimensión, que es
un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de la sexta
dimensión; esa dimensión, que es el Paraíso. Y por eso
cuando la persona físicamente muere, sigue viviendo: va
a vivir a la sexta dimensión, al Paraíso. Y allí ni se trabaja,
ni se come, ni se duerme, ni se tienen los problemas que se
tienen aquí en esta dimensión terrenal; pero allí ellos están
felices. Y ellos allí no tienen tampoco noche, porque allí
no hay noche, como la hay acá en esta dimensión terrenal.
Y ahora, ellos algún día regresarán a la Tierra; y
esto será en el Día Postrero, en la resurrección, como
dijo Cristo: “… y yo le resucitaré (¿cuándo?) en el día
postrero”. San Juan, capítulo 6, verso 39 al 55, nos da
testimonio de la resurrección para el Día Postrero; ¿para
quiénes? Para todos los que han creído en Cristo como
nuestro Salvador, y han lavado sus pecados en la Sangre
de Cristo, y han recibido Su Espíritu Santo.
Y ahora, vean ustedes, para el Día Postrero, que es el
séptimo milenio, Cristo resucitará a los creyentes en Él que
han partido, y a nosotros los que vivimos nos transformará,
y así nos dará un nuevo cuerpo, eterno, glorificado; y
viviremos en ese cuerpo por toda la eternidad; un cuerpo
que será jovencito para toda la eternidad: tendrá en
apariencia de 18 a 21 años de edad, y eso es para toda la
eternidad.
Así que vale la pena encontrar la Fuente de la Vida
Eterna, el Árbol de la Vida Eterna, que es nuestro amado
26 Dr. William Soto Santiago
Señor Jesucristo, y creer en Él con toda nuestra alma, y
lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo, y recibir
Su Espíritu Santo; y así es como comemos del Árbol de la
Vida para vivir por toda la eternidad.
Ahora, hablando del Verbo que era con Dios y era Dios,
el cual creó todas las cosas…; porque “en el principio creó
Dios los Cielos y la Tierra”16. Él es el Creador. Y ahora acá
en San Juan nos dice que es el Verbo que era con Dios y
era Dios, porque es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico
de la sexta dimensión, un cuerpo que se parece a nuestro
cuerpo pero de otra dimensión.
O sea que el Creador de los Cielos y de la Tierra es un
hombre de otra dimensión, llamado el Ángel de Jehová,
que es el mismo Jehová, el mismo Dios de Abraham, de
Isaac y de Jacob; el cual, estando en Su cuerpo teofánico,
creó todas las cosas por Su Palabra creadora siendo
hablada.
Y luego de cierto tiempo colocó al ser humano en este
planeta Tierra, pero lo trajo de otra dimensión; porque
el ser humano es un ser de otra dimensión; en palabras
claras, es un extraterrestre.
Por eso es que no podemos tenerles miedo a los
extraterrestres, porque el ser humano es un extraterrestre
también; vino de otra dimensión: su alma es de otra
dimensión, su espíritu también; pero su cuerpo físico es de
esta dimensión. O sea que lo que tiene de esta dimensión
es el cuerpo físico.
Y ahora, Dios, vean ustedes, creó un cuerpo teofánico
para Adán, igual al cuerpo teofánico que Dios tenía; un
cuerpo teofánico parecido al nuestro pero de otra dimensión.
O sea que Adán, antes de venir en carne humana aquí a la
16  Génesis 1:1
La única Voz que debemos oír y obedecer 27
Tierra, primero estuvo en esa sexta dimensión, llamada el
Paraíso, con ese cuerpo que es parecido a nuestro cuerpo,
como nuestro cuerpo pero de otra dimensión; y así estuvo
con Dios, el cual también estaba en Su cuerpo teofánico.
Y luego, Dios le creó un cuerpo al ser humano, del
polvo de la tierra, y lo colocó en ese cuerpo; pero Dios
no se había creado para Sí mismo todavía un cuerpo de
carne, porque no era el tiempo todavía para Dios crearse
un cuerpo de carne; y Dios permaneció con Su cuerpo
teofánico, y con ese cuerpo teofánico es que les aparecía
a los profetas del Antiguo Testamento, y era conocido en
esas apariciones como el Ángel de Jehová o Ángel del
Pacto.
Por eso el Nombre de Dios está en Su Ángel, porque
Su Ángel es Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión.
Ese Ángel de Jehová, vean ustedes, es el mismo Dios con
Su cuerpo de la sexta dimensión.
Y ahora, es llamado el Verbo, que era con Dios y era
Dios. Verso 14, de San Juan, capítulo 1: “Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros…”.
O sea que Dios con Su cuerpo teofánico se creó un
cuerpo de carne en esta dimensión; y eso sucedió cuando
Dios creó en el vientre de María una célula de vida, y se
multiplicó esa célula de vida, y a los nueve meses nació
ese cuerpecito llamado Jesús. Y ese es el velo de carne del
Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, para Su Primera
Venida como Cordero de Dios.
Y cuando llegó el tiempo de Su ministerio, vean ustedes,
fue el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová manifestado en
ese velo de carne llamado Jesús, el que llevó a cabo ese
ministerio de tres años y medio, confirmándole el Pacto
al pueblo hebreo; y luego murió a los 33 años, a la mitad
28 Dr. William Soto Santiago
de la semana número setenta de la profecía de Daniel17;
y resucitó, y luego ascendió al Cielo; y Él se sentó a la
diestra de Dios, haciendo intercesión en el Cielo, en el
Templo que está en el Cielo, por cada persona que tiene
su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero en el
Cielo.
Y ahora, Jesucristo, el cual es el mismo Ángel de
Jehová o el Ángel del Pacto, el Verbo que se hizo carne, es
el Melquisedec del Antiguo Testamento, que le apareció
al profeta Abraham y le dio pan y vino, al cual Abraham
pagó sus diezmos; y por consiguiente Leví, que estaba en
los lomos de Abraham, también por consiguiente pagó los
diezmos a Melquisedec18.
Y ahora, el Templo que está en el Cielo, vean ustedes,
tiene un Sumo Sacerdote; así como el templo que estaba
en la Tierra, en medio del pueblo hebreo, tenía un sumo
sacerdote y tenía un grupo de sacerdotes que oficiaban en
ese templo.
Y ahora, el Templo que está en el Cielo tiene un Sumo
Sacerdote, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo, el
cual es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual
se hizo carne y habitó entre los seres humanos, y fue
conocido por el nombre de Jesús.
Y el Templo que está en el Cielo también tiene muchos
sacerdotes, los cuales son los redimidos por la Sangre de
Jesucristo, los cuales aparecen en Apocalipsis, capítulo 1
y versos 5 al 6, donde dice:
“… y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los
muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
17  Daniel 9:27
18  Génesis 14:18-20, Hebreos 7:9-10
La única Voz que debemos oír y obedecer 29
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él
sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
Ahora vean, Él con Su Sangre derramada en la Cruz
del Calvario nos lavó de nuestros pecados, y nos ha hecho
para nuestro Dios reyes y sacerdotes. Es Cristo el que ha
hecho de nosotros reyes y sacerdotes para y de ese Templo
que está en el Cielo.
Y en Apocalipsis, capítulo 5, versos 5 en adelante,
dice:
“Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que
el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido
para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres
vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un
Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete
ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados
por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que
estaba sentado en el trono.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante
del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos;
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres
de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de
todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra”.
Ahora, vean ustedes, Cristo con Su Sacrificio en la Cruz
del Calvario nos lavó de nuestros pecados con Su Sangre,
y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y
30 Dr. William Soto Santiago
reinaremos sobre la Tierra: reinaremos sobre la Tierra
como reyes y sacerdotes, y estaremos ministrando en el
Templo de Dios.
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 20, versos 4 en
adelante, donde nos muestra el glorioso Reino Milenial de
Cristo, miren la posición que estaremos ocupando en ese
Reino. Dice, capítulo 20, verso 4 en adelante:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar (esos son los redimidos por
la Sangre de Cristo); y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios,
los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y
que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos;
y vivieron y reinaron con Cristo mil años.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que
se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre
estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años”.
Aquí podemos ver la posición que estarán ocupando
en el Reino Milenial de Cristo todos los redimidos por la
Sangre de Cristo. Han sido hechos reyes y sacerdotes, y
por eso estarán reinando con Cristo por mil años y luego
por toda la eternidad; y estarán ministrando en el Templo
de Dios.
Ahora podemos ver que hay un Nuevo Orden
Sacerdotal. El pueblo hebreo tuvo un orden sacerdotal,
el orden levítico de sacerdotes; pero antes de ese orden
hay un Orden Eterno, y es el Orden de Melquisedec. Y
el orden sacerdotal levítico o de Leví, del pueblo hebreo,
es solamente un reflejo, es solamente el tipo y figura del
La única Voz que debemos oír y obedecer 31
Orden Sacerdotal del Templo que está en el Cielo.
Ahora, ya el pueblo hebreo no tiene un templo y no
tiene los sacrificios, por lo tanto no está ministrando en
el templo terrenal que tenía el pueblo hebreo aquí en la
Tierra en Jerusalén; pero Dios tiene un Templo en el Cielo,
y en ese Templo Jesucristo como Sumo Sacerdote ha
estado ministrando, y con Su Sangre ha estado haciendo
intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en
el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación
del mundo; así como lo hacía el sumo sacerdote cuando
entraba el día 10 del mes séptimo al lugar santísimo con
la sangre de la expiación del macho cabrío, y ofrecía allí
por el pueblo hebreo esa sangre para la reconciliación del
pueblo hebreo con Dios19.
Ahora, en el Templo que está en el Cielo eso es lo que
Cristo ha estado haciendo. Él ascendió al Cielo y llevó Su
propia Sangre de Su propio Sacrificio, y la colocó sobre
el Propiciatorio del Templo que está en el Cielo, haciendo
así intercesión por cada hijo e hija de Dios, por cada
persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida
del Cordero, para la reconciliación de esa persona con
Dios; y para, así, que haya reconciliación entre la persona
y Dios, y Dios y la persona; y pueda recibir la persona
las bendiciones de Dios: las bendiciones celestiales que Él
tiene para todos aquellos que son reconciliados con Dios.
Esa reconciliación con Dios, vean ustedes, comienza
en nuestro interior cuando recibimos a Cristo como nuestro
Salvador, y lavamos nuestros pecados en la Sangre de
Cristo, y recibimos Su Espíritu Santo; y ahí ya estamos
reconciliados y tenemos vida eterna. Y por eso, si nuestro
cuerpo físico muere, seguimos viviendo en el Paraíso en
19  Levítico 23:26-32
32 Dr. William Soto Santiago
el cuerpo teofánico y eterno que Él nos dio, cuando lo
recibimos a Él y recibimos Su Espíritu Santo.
Y para el Día Postrero, aun en el Programa de la
restauración del ser humano, de los hijos e hijas de
Dios, en el Programa de la Redención, está también la
reconciliación física de nuestro cuerpo físico con Dios. Y
por eso Él resucitará a los muertos en Cristo en un cuerpo
que estará en paz con Dios, un cuerpo eterno y glorificado,
en donde no habrá gérmenes de enfermedades de ningún
tipo, y en donde todo será vida eterna.
Por lo tanto, los átomos de nuestro cuerpo nuevo serán
átomos con vida eterna, y por eso viviremos por toda la
eternidad en esos cuerpos inmortales; y así seremos a
imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, San Pablo hablando de este gran evento que se
llevará a cabo en este tiempo final…, en donde dice que la
Creación completa gime a una, y a una está de parto hasta
ahora, esperando la manifestación de los hijos de Dios
(esto es, la adopción de los hijos e hijas de Dios), en donde
los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos
y nosotros los que vivimos seremos transformados20.
Eso es la adopción de los hijos de Dios: es la redención
del cuerpo físico, en donde seremos redimidos físicamente
y en donde obtendremos un cuerpo eterno; y así estaremos
colocados en y con un cuerpo eterno para vivir por toda
la eternidad. Eso es la adopción de los hijos e hijas de
Dios para ser manifestada en el Día Postrero, o sea, en el
séptimo milenio.
Cuando Jesús fue adoptado en el Monte de la
Transfiguración, encontramos que aparecieron allí Moisés
y Elías, y el rostro de Jesús resplandeciendo como el sol,
20  Romanos 8:19-23
La única Voz que debemos oír y obedecer 33
y Sus vestiduras resplandecientes como la luz; y la Voz
del Cielo, desde la nube, dijo: “Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia”. Allí fue adoptado Jesús21.
Y ahora, para la adopción de todos los hijos e hijas de
Dios también estará Moisés y Elías, que son los Ángeles
del Hijo del Hombre en Su Venida; son los ministerios
de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en
adelante, y Zacarías, capítulo 4, los cuales aparecen uno a
un lado del candelero (o candelabro) y el otro al otro lado.
Esos son los dos árboles de olivo y dos ramas de olivo, los
cuales vierten aceite como oro; y ese es el aceite con el
cual es alimentado el candelabro para alumbrar.
Y ahora, encontramos que para este tiempo final Cristo
prometió enviar a Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta:
San Mateo, capítulo 24, verso 31, donde dice:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y
juntarán a sus escogidos…”.
Los escogidos son las personas que tienen sus nombres
escritos en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales son
también llamados en la Escritura “los primogénitos de
Dios”.
San Pablo hablando de los primogénitos de Dios, en el
capítulo 12 de su carta a los Hebreos, dijo:
“… sino que os habéis acercado al monte de Sion
(capítulo 12, verso 22 en adelante), a la ciudad del Dios
vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos
millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos…”.
¿Dónde están los nombres de los primogénitos de Dios,
de los hijos e hijas de Dios? Están en el Cielo escritos.
21  Mt. 17:1-5, Mr. 9:2-7, Lc. 9:28-35
34 Dr. William Soto Santiago
Por eso Jesús, en una ocasión en que envió a Sus
discípulos a predicar, y a echar fuera demonios y a sanar
toda clase de enfermedad; cuando regresaron, llegaron muy
felices, muy gozosos diciéndole a Jesús: “Mira, aun hasta
los espíritus inmundos se nos sujetan en Tu Nombre”. O
sea que en el Nombre de Jesús les obedecían y salían fuera
de las personas, cuando ellos les ordenaban en el Nombre
de Jesús que salieran fuera de las personas. Y ahora Jesús
les dice: “No os gocéis de esto, que los espíritus inmundos
(los demonios) se os sujetan en mi Nombre, sino gozaos
de que vuestros nombres están escritos en el Cielo”22.
“Escritos en el Cielo”, el nombre de una persona, significa
que esa persona es un hijo de Dios.
Y ahora, tenemos dos secciones en el Libro de la
Vida. La primera sección, la sección del Libro de la Vida
del Cordero, es la sección donde están los primogénitos
de Dios, los que vienen de Dios a la Tierra para ser
manifestados aquí por una temporada de tiempo para
hacer contacto con la vida eterna, que es Cristo, recibirlo
como su Salvador, y lavar nuestros pecados en la Sangre
de Cristo y recibir Su Espíritu Santo; y así nacer de nuevo,
nacer en el Reino de Dios, y tener un cuerpo teofánico de
la sexta dimensión; para, en el Día Postrero, luego recibir
el cuerpo físico y eterno que Cristo ha prometido para cada
uno de Sus escogidos; y eso es lo que estamos esperando
en este tiempo final.
Si le añadimos al calendario los años de atraso que
tiene, ya estamos en el séptimo milenio, que es el Día
del Señor y que es el Día Postrero; para el cual Cristo
ha prometido resucitar a los muertos en Cristo en cuerpos
eternos, y transformarnos a nosotros que vivimos en este
22  San Lucas 10:17-20
La única Voz que debemos oír y obedecer 35
tiempo y hemos creído en Cristo como nuestro Salvador,
y hemos lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo, y
hemos recibido Su Espíritu Santo.
Ahora, ¿en qué año del séptimo milenio Cristo
resucitará a los muertos en Cristo y transformará a los
que estamos vivos? No sabemos en qué año, pero sí Él
dijo que será para el Día Postrero, o sea, para el milenio
postrero.
Ahora, estamos nosotros en el milenio postrero, o sea,
en el Día Postrero delante de Dios.
Si no le añadimos al calendario los años de atraso que
tiene, pues solamente faltan dos años y medio, o sea, lo
que falta de este año 1998, lo que falta del 99 y lo que
falta del 2000 (o sea que son dos años y medio); y luego
entraríamos al séptimo milenio, y por consiguiente al siglo
XXI.
Pero ¿se le habrá atrasado el calendario a Dios? Yo
pienso que no. Y si no se le ha atrasado el calendario a
Dios, entonces ya estamos en el séptimo milenio, bien
adentrados en el séptimo milenio. Y por eso es que están
siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios
con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino en
este tiempo final.
Ahora, ¿cómo estaremos escuchando esa Gran Voz de
Trompeta o Trompeta Final, ya que Cristo también habló
de esa Gran Voz de Trompeta cuando dijo: “Y enviará
sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos” (San Mateo, capítulo 24 y verso 31)?
Vamos a ver lo que es esta Gran Voz de Trompeta,
para que no vayan las personas a imaginarse que es una
trompeta literal. En Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al
11, dice:
36 Dr. William Soto Santiago
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (o sea, en
el séptimo milenio), y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el
último”.
Esta Gran Voz de Trompeta es la Voz (¿de quién?) del
Alfa y Omega, del primero y el último. ¿Y quién es el Alfa
y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Pues nuestro
amado Señor Jesucristo. Es la Voz de Jesucristo hablando
en el Día del Señor, o sea, en el Día Postrero, en el séptimo
milenio.
Y ahora, pasemos al capítulo 4 de Apocalipsis, donde
dice:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta
en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta
(aquí tenemos nuevamente la Voz de Trompeta), hablando
conmigo, dijo: Sube acá…”.
Y ahora, nos dice: “Sube acá”. ¿A dónde vamos a
subir? “Sube acá”. Vamos a subir a la Edad de la Piedra
Angular. No es que tenemos que subir al Cielo literalmente,
para ir a escuchar allá en el Cielo la Voz de Cristo: está
hablándoles a seres humanos, los cuales estando en la
Tierra escucharán la Voz de Cristo, la Voz de Dios, esa
Gran Voz de Trompeta; y hay que subir a una edad donde
Cristo esté hablando.
Cristo estuvo hablando por medio de cada uno de
los mensajeros: San Pablo, Ireneo, Martín, Colombo,
Lutero, Wesley y el reverendo William Branham, en las
diferentes etapas de la Iglesia entre los gentiles; etapas
que se cumplieron en: la primera en Asia Menor, la
segunda en Francia, la tercera en Francia y en Hungría,
la cuarta en Irlanda y Escocia, la quinta en Alemania, la
La única Voz que debemos oír y obedecer 37
sexta en Inglaterra y la séptima en Norteamérica; y estuvo
hablando Cristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el
Ángel de Jehová: estuvo hablando por medio de esos siete
mensajeros en esas siete etapas de la Iglesia de Jesucristo
y en esos territorios donde se cumplieron esas etapas.
Y ahora, ¿dónde estará hablando Jesucristo, el Ángel
del Pacto, el Ángel de Jehová (que es Jesucristo), dónde
estará hablando en este tiempo final? En la Edad de la
Piedra Angular.
Y ahora, ¿dónde se cumplirá la Edad de la Piedra
Angular, para poder escuchar la Voz de Cristo en este
tiempo final? Hay que subir a la Edad de la Piedra Angular,
y hay que escuchar la Voz de Cristo por medio del que
Él esté hablando en este tiempo final; y así estaremos
escuchando la Voz del Ángel de Jehová, la Voz del Ángel
del Pacto, del cual dijo Dios: “He aquí yo envío mi Ángel
delante de vosotros”.
Dijo Dios al pueblo hebreo en el capítulo 23 del libro
del Éxodo, verso 20 en adelante:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque
mi nombre está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que
yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los
que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti…”.
Ahora, vean, así como Dios envió Su Ángel, que es el
Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová… Es el mismo Dios
manifestado en Su cuerpo teofánico, llamado el Ángel del
38 Dr. William Soto Santiago
Pacto, porque Dios estuvo guiando al pueblo hebreo por
medio de esa manifestación en ese cuerpo teofánico de la
sexta dimensión.
Y ahora, Dios ha estado guiando Su Iglesia, la Iglesia
del Señor Jesucristo; y ese mismo Ángel del Pacto o
Ángel de Jehová, que es el Señor Jesucristo, ha estado en
Espíritu Santo guiando a Su Iglesia de edad en edad por
medio de esas manifestaciones que Él ha tenido a través
de esos siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia
gentil.
Y ahora, para el Día Postrero, el Ángel del Pacto, el
Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Espíritu Santo,
estará manifestado en la Edad de la Piedra Angular y en el
territorio correspondiente a la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, vamos a ver por medio de quién estará
hablándonos y qué cosas estará hablándonos en este
tiempo final el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, o sea,
el mismo Jesucristo en Espíritu Santo. Dice:
“… y la primera voz que oí, como de trompeta,
hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las
cosas que sucederán después de estas”.
¿Qué promete Él darnos a conocer?, ¿qué promete
Él hablarnos si subimos a dónde Él está, a la Edad de la
Piedra Angular? Dice: “… yo te mostraré las cosas que
sucederán después de estas”. Las cosas que sucederán
después de las que ya sucedieron en estos tiempos
pasados: ahora hay cosas nuevas que sucederán. Las cosas
que sucederán en ese tiempo final, en el Día Postrero, en el
séptimo milenio, y Edad de la Piedra Angular, Cristo dice:
“Yo te las mostraré”.
Y ahora, ¿por medio de quién va a estar Cristo en
Espíritu Santo manifestado mostrándonos todas estas
La única Voz que debemos oír y obedecer 39
cosas que deben suceder pronto? Vamos a ver; porque
en quien esté manifestado, estará dándonos a conocer
todas estas cosas que deben suceder pronto. Tenemos que
encontrar ese instrumento de Cristo, del Ángel del Pacto,
a través del cual estará manifestado hablándonos todas
estas cosas que deben suceder pronto. Dice Apocalipsis,
capítulo 22, verso 6 en adelante:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto”.
¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero; un ángel
es un profeta mensajero enviado por Dios. ¿Y para qué lo
ha enviado? Dice que lo ha enviado para mostrar a Sus
siervos las cosas que deben suceder pronto. Por medio
de este Ángel Mensajero de Jesucristo es que son dadas
a conocer a la Iglesia de Jesucristo, en este tiempo final,
todas las cosas que deben suceder.
Y todo ser humano, ¿a quién está llamado a escuchar
en este tiempo final? Al Ángel del Pacto, al Ángel de
Jehová, a Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su
Ángel Mensajero; así como toda persona que vivió en
el pasado estaba llamado a escuchar la Voz de Dios por
medio del profeta que Dios enviaba en cada tiempo.
Y ahora, Jesucristo reconfirma que Él ha enviado Su
Ángel en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 16, cuando dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio
de estas cosas en las iglesias”.
¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Para
qué? Para dar testimonio de estas cosas en las iglesias.
¿Para dar testimonio de qué cosas? De todas estas cosas
que deben suceder en este tiempo final, en el Día Postrero
40 Dr. William Soto Santiago
(o sea, en el séptimo milenio) y Edad de la Piedra Angular
y Dispensación del Reino.
Este Ángel Mensajero de Jesucristo es un profeta
dispensacional; es el profeta de la séptima dispensación
con el Mensaje de la Dispensación del Reino, que es el
Evangelio del Reino. Él aparece también en Apocalipsis,
capítulo 14, versos 6 en adelante, donde dice:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que
tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores
de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria,
porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel
que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las
aguas”.
Este Ángel, con la predicación del Evangelio Eterno,
anuncia que ha llegado la hora de Su juicio: “… porque
la hora de su juicio ha llegado”. O sea que predica en
su Mensaje el juicio divino que ha de venir sobre la raza
humana, así como predicó Noé el juicio divino que vendría
sobre la generación antediluviana.
Cristo dijo que la Venida del Hijo del Hombre sería
como en los días de Noé, y también como en los días de
Lot23. Aquellos fueron días en donde el juicio divino fue
anunciado antes de caer sobre la Tierra.
Y este es el tiempo en donde el juicio divino también
es anunciado antes de caer sobre la Tierra; pero es también
mostrado a cada hijo e hija de Dios la forma de escapar
del juicio divino en este tiempo final: es por medio de
haber creído en Cristo como nuestro Salvador, haber
lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo y haber
recibido Su Espíritu Santo; y estar colocados en la edad
23  San Mateo 24:37-39, San Lucas 17:26-30
La única Voz que debemos oír y obedecer 41
correspondiente a este tiempo final, escuchando la Voz
de Jesucristo por medio de Su Ángel Mensajero en este
tiempo final: estar escuchando esa Gran Voz de Trompeta
o Trompeta Final del Evangelio del Reino revelándonos
todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo
final.
Y así es como todos los escogidos de Dios del Día
Postrero estarán siendo llamados y juntados, y preparados
para ser transformados los que vivimos, y los muertos
en Cristo ser resucitados, y escapar del juicio divino que
ha de venir sobre este planeta Tierra; porque seremos
raptados, o sea, seremos trasladados de esta Tierra a la
Casa de nuestro Padre celestial, a la Cena de las Bodas del
Cordero en el Cielo, en donde estaremos en esa gran fiesta
de la Cena de las Bodas del Cordero, que durará tres años
y medio.
Por eso es que son bienaventurados todos los que son
convidados, invitados, a la Cena de las Bodas del Cordero.
Dice Apocalipsis, capítulo 19, verso 7 en adelante:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque
han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las
acciones justas de los santos.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que
son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me
dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”.
Ahora, son bienaventurados los que son llamados a la
Cena de las Bodas del Cordero; y el llamado de la Gran
Voz de Trompeta o Trompeta Final es el llamado a la Cena
de las Bodas del Cordero. Por eso es que somos llamados
42 Dr. William Soto Santiago
y juntados en este tiempo final: para completarse así el
Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular,
y ser transformados los que vivimos, y los muertos en
Cristo ser resucitados en cuerpos eternos, e ir a la Cena
de las Bodas del Cordero en el Cielo, a la Casa de nuestro
Padre celestial.
Él dijo24: “En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si no fuera así, yo lo hubiera dicho antes; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Él viene por nosotros en este tiempo final; y por eso
Él nos llama con esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta
Final, a través de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer
todas estas cosas que deben suceder pronto. Y así, con ese
llamado de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del
Reino, somos juntados en la Edad de la Piedra Angular, y
preparados para ser transformados y raptados, e ir a la Cena
de las Bodas del Cordero en el Cielo; y así escaparemos
del juicio divino de la gran tribulación que ha de venir
sobre los que moran en la Tierra.
Ahora hemos visto cuál es LA ÚNICA VOZ QUE
DEBEMOS OÍR Y OBEDECER en este tiempo final:
es la Voz del mismo Dios Todopoderoso que habló en el
Huerto del Edén; es la misma Voz del Dios Todopoderoso
que le habló al pueblo hebreo, es la Voz del mismo que
envió al profeta Moisés y habló por medio del profeta
Moisés. Es el mismo que le dio la Ley al pueblo hebreo.
Es el mismo que habló por los profetas del Antiguo
Testamento. Es el mismo que se hizo carne y habló por
medio de Su velo de carne llamado Jesús. Es el mismo que
24  San Juan 14:2-3
La única Voz que debemos oír y obedecer 43
habló por medio de los profetas del Nuevo Testamento:
habló por los apóstoles del Nuevo Testamento y habló
por Sus siete ángeles mensajeros de las siete edades de la
Iglesia gentil.
Y para este tiempo final estaría hablando por medio de
Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder
pronto, y así estaría llamando y juntando a todos Sus
escogidos con el Mensaje del Evangelio del Reino para la
Dispensación del Reino; y así es como todos los escogidos
de Dios en este tiempo final estarían escuchando la única
Voz que todos deben escuchar en este tiempo final.
Es la misma Voz que en todas las edades y dispensaciones
y generaciones los seres humanos han estado ordenados
para escuchar; pero algunos no han querido escuchar esa
Voz; pero siempre hubo en el pasado un grupo de personas
que dijo: “¡Esa es la Voz que yo quiero escuchar todos los
días de mi vida!”.
Y ahora, ¿dónde están las personas que quieren
escuchar esa Voz: la Voz del Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, la Voz del Ángel del Pacto, la Voz de Jesucristo
en este tiempo final por medio de Su Ángel Mensajero?
Aquí estamos, en la América Latina y el Caribe, que
es el territorio donde la Voz de Cristo, esa Gran Voz de
Trompeta, la Voz del Ángel del Pacto, estaría hablándonos
por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que
deben suceder pronto. Y aquí estamos nosotros escuchando
esa Voz, en esta noche, y dándole gracias a Cristo por Su
Voz a través de Su Ángel Mensajero.
Ahora, el Ángel Mensajero de Jesucristo no es el Señor
Jesucristo. Por eso es que el Ángel de Jesucristo, cuando
Juan quiso adorarlo en dos ocasiones (en Apocalipsis 19 y
Apocalipsis, capítulo 22), el Ángel le dijo que no lo hiciera;
44 Dr. William Soto Santiago
porque el Ángel de Jesucristo es un hombre de este tiempo
final, es un mensajero, un profeta mensajero que viene en
este tiempo final, en el cual estará Jesucristo, el Ángel del
Pacto, manifestado a través de él, hablándonos por medio de
ese profeta todas estas cosas que deben suceder pronto. Por
eso toda la gloria, el Ángel de Jesucristo se la da a Jesucristo,
el que lo envió; y por eso le dice a Juan: “Adora a Dios”.
Y ahora podemos ver que esto es lo mismo que dice el
Ángel que viene con el Evangelio Eterno predicando; dice
en el capítulo 14:
“… y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el
mar y las fuentes de las aguas”.
Le enseña al pueblo a adorar a Dios.
Estamos viviendo nosotros en el tiempo más glorioso
de todos los tiempos, en el tiempo en que la raza humana
estaría viviendo los momentos más gloriosos, en
donde la Voz de Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de
Jehová, estaría siendo escuchada por medio de Su Ángel
Mensajero.
Es la Voz del Ángel del Pacto, del Dios de Abraham,
de Isaac y de Jacob, la única Voz que debemos nosotros
escuchar. Y esa Voz ha estado hablando por medio de Sus
profetas en el Antiguo Testamento, por medio de Jesús,
y por medio de los apóstoles, y por medio de los siete
ángeles mensajeros; y en este tiempo final nos hablaría
por medio del Ángel del Señor Jesucristo.
Y esa es LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR Y
OBEDECER; y esa es la única Voz que nosotros estamos
escuchando y obedeciendo en este tiempo final: es la Voz
del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo
nuestro amado Salvador.
La única Voz que debemos oír y obedecer 45
Ha sido para mí un privilegio muy grande, amados
amigos y hermanos presentes y radioyentes, darles
testimonio de LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR
Y OBEDECER.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto,
sean sobre todos ustedes; y que todos los días de nuestra vida
permanezcamos escuchando esa Voz; y por consiguiente,
las bendiciones de Dios continúen derramándose sobre
todos ustedes, como ha sido prometido; porque para los
que escuchan la Voz del Ángel del Pacto, la Voz de Dios,
Él dijo que vendrían todas estas bendiciones escritas en
esta Palabra, en la Biblia25.
Que Dios siga hablándonos directamente a nuestra
alma todas estas cosas que deben suceder pronto, y siga
derramando sobre nosotros esas bendiciones del Cielo; y
pronto los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos
eternos y nosotros los que vivimos seamos transformados;
y vayamos todos a la Cena de las Bodas del Cordero en
esos cuerpos eternos que Él nos dará. En el Nombre Eterno
del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, amables
amigos y hermanos presentes y radioyentes.
Dejo nuevamente con nosotros al señor Benjamín
Pérez para continuar.
“LA ÚNICA VOZ QUE DEBEMOS OÍR Y
OBEDECER”.

25  Deuteronomio 28:2


Notas
Notas

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