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Lectura N1
Lectura N1
Instrucciones:
Realice la lectura de los dos capítulos que se presentan a continuación. Luego conteste el
cuestionario que se adjunta al presente documento.
Recuerde que este cuestionario debe ser entregado al momento de la inscripción en la lista de
asistencia, antes de comenzar el curso. Esta entrega es requisito excluyente para que usted
pueda iniciar el Curso, y tiene una ponderación de 5 PUNTOS de la nota final del curso.
PRESENTACIÓN
1.1.- FUNDAMENTOS
En el ámbito de la Protección Civil –la cual se ejerce a partir de la conformación de redes que
comparten variados recursos- este marco conceptual es clave, ya que mediante ella, se conjugan
los esfuerzos de diversos actores y organismos que en ocasiones manejan distintos lenguajes
técnicos.
Es por ello, que asumir un lenguaje común, en virtud de una clara comprensión de su significado
y características, posibilita a un equipo humano delimitar en forma concreta las acciones
específicas para lograr una efectiva coordinación en función del fin último: la seguridad y
protección integral de la comunidad.
La Protección Civil se puede definir, en general como el sistema por el que cada país proporciona
protección a las personas, sus bienes y el medio ambiente ante situaciones de emergencia,
desastre o catástrofe.
Es así que se plantea que la Protección Civil nace el 12 de agosto de 1949, en el marco de la
actualización del “Tratado de Ginebra: Protección a las víctimas de los conflictos armados
internacionales”
Durante las décadas anteriores a la fecha existió una creciente preocupación por el desamparo
en que quedaban los militares heridos en los campos de batalla. En 1864, en Suiza, 16 países
firmaron el tratado de Ginebra lo que generó la conformación del “Comité Internacional de la
Cruz Roja” cuya misión consistía en proporcionar la asistencia médica requerida.
Con el paso de los años, los Comités de la Cruz Roja, pasan a ocuparse también de los civiles
afectados por los conflictos bélicos. Es entonces cuando en 1949, se firman los protocolos
adicionales al tratado original, en uno de los cuales se define la identificación y ámbito de acción
de la Protección Civil. Señalando lo siguiente:
“Se entiende por Protección Civil el cumplimiento de algunas o de todas las tareas
humanitarias que se mencionan a continuación…., destinadas a proteger a la población
contra los peligros de las hostilidades y de las catástrofes y a ayudarla a recuperarse de sus
efectos inmediatos, así como a facilitar las condiciones necesarias para su supervivencia”1
Si bien históricamente la Protección Civil tiene su origen en los conflictos bélicos, las
organizaciones, estructuras y sistemas conformados para cumplir con su misión original, se
mantuvieron por parte de los estados como instrumentos eficaces para hacer frente a otros
tipos de sucesos asociados a la ocurrencia de emergencias, desastres o catástrofes.
Actualmente a nivel internacional, la Protección Civil se relaciona con la gestión permanente del
riesgo, es decir, con el manejo sistemático de decisiones administrativas, de organización, de
capacidades técnicas, recursos y responsabilidades para la aplicación de políticas, estrategias y
otras acciones para la reducción de los riesgos, con la finalidad de brindar protección de las
personas sus bienes y el ambiente, pudiendo ser definida de la siguiente manera:
1
Comité Internacional de la Cruz Roja (1996).”La Protección Civil en el Derecho Internacional
Humanitario”. Recuperado de: www.icrc.org
Ahora bien, en nuestro país, como se profundizará en el siguiente módulo, la Protección Civil es
asumida por un Sistema, que integran organismos, servicios e instituciones, tanto del sector
público como del privado, incluyendo a las entidades de carácter voluntario y a la comunidad
organizada, bajo la autoridad del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y la coordinación de
su organismo técnico especializado, la Oficina Nacional de Emergencia ONEMI, a este sistema le
llamamos en nuestro país: el Sistema Nacional de Protección Civil.
2
ONEMI. (2010). Manual Curso Coordinación de Operaciones de Emergencia. Programa de Formación en
Protección Civil.
3
Organización Internacional de Defensa Civil. (2000). Framework Convention on Civil Assistance.
Recuperado de: www.icdo.org
En la actualidad se plantea que ha ocurrido una evolución en torno a la Protección Civil, pasando
desde un modelo centrado principalmente en la respuesta, centrado en el caos, mando y el
control del evento, hacia un modelo de gestión integral para la reducción de Riesgos de
Desastres, lo cual implica a su vez que ha habido un cambio en torno al concepto de desastre,
incorporando una visión de continuidad, coordinación y cooperación.
Una visión complementaria a la anteriormente planteada, nos indica que las sociedades han
enfrentado los desastres de diferentes maneras, principalmente de acuerdo a la forma en que
éstos han sido comprendidos, y si bien existen tantas definiciones de desastres como autores
que han escrito sobre ellos, es posible identificar tres grupos de definiciones, relacionadas a tres
momentos de la evolución del concepto:
2. El desastre como fenómeno natural: Con el comienzo del estudio científico de éstos, el
desastre deja de ser concebido como producto de la voluntad divina y pasa a ser considerado
como una expresión de la naturaleza, resulta inevitable, impredecible e impacta
azarosamente a las comunidades. Frente a ello, la intervención de las comunidades enfatiza
la reacción, la atención y respuesta inmediata de los afectados.
Como se verá más adelante, la vulnerabilidad se conceptualiza como un producto social, como
una condición o situación en la cual hay una propensión a sufrir daño, lo cual se va a traducir en
la capacidad (o falta de capacidad) de una comunidad de anticipar, sobrevivir, resistir y
recuperarse del impacto de una situación de desastre. En este sentido, la relación que se da
entre amenaza y vulnerabilidad, habla más bien de una probabilidad o riesgo de ocurrencia del
desastre.
“La combinación de todas las fortalezas, los atributos y los recursos disponibles dentro de
una comunidad, sociedad u organización que pueden utilizarse para la consecución de los
objetivos acordados”4.
La capacidad puede incluir la infraestructura y los medios físicos, las instituciones y las
habilidades de afrontamiento de la sociedad, al igual que el conocimiento humano, las destrezas
y los atributos colectivos, tales como las relaciones sociales, el liderazgo y la gestión. La
capacidad también puede describirse como una aptitud. La evaluación de las capacidades es un
término para describir un proceso en el que se revisan las capacidades de un grupo o sistema,
4
Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres-UNISDR-. (2009).
Terminología sobre la Reducción del Riesgo de Desastres.2009. UNISDR. Recuperado de:www.unisdr.org
Ahora bien, esta forma de comprender los desastres ha sido expresada y ampliamente difundida
mediante la fórmula:
RIESGO=AMENAZA*VULNERABILIDAD
CAPACIDAD
Esta expresión, muestra que el riesgo de ocurrencia de un desastre, se encuentra dado por una
relación compleja entre amenaza y vulnerabilidad.
Esto implica que paulatinamente se ha ido fortaleciendo los sistemas de Protección Civil de las
naciones, y la gestión realizada en relación a éstos, ya no se reduce a los meros preparativos y
respuesta para controlar los eventos destructivos, sino que se comienza a instalar un enfoque
preventivo e integral, que promueve la gestión permanente y la integración de recursos para
evitar la ocurrencia de dichos eventos, y de ser posible, para reducir al mínimo su impacto. Es a
partir de ello que se habla de una Gestión del Riesgo de Desastres, y la Estrategia Internacional
para la Reducción de Desastres- EIRD-, lo ha definido de la siguiente manera:
A nivel internacional ha existido una creciente preocupación ante esta situación. La Asamblea
General de las Naciones Unidas decretó el periodo 1990 – 1999 como el Decenio Internacional
para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN), con el propósito de promover las acciones
de prevención ante estos. Más tarde se establece la Estrategia Internacional para la Reducción
de Desastres (ERID) como sucesora de la DIRDN, cuyo principal objetivo es implementar un
cambio conceptual como base para el desarrollo de sociedades más seguras ante los desastres.
5
Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres - EIRD- las Américas. (s/a). Terminología:
Términos principales relativos a la reducción del Riesgo de Desastres, Recuperado de:
http://www.eird.org/esp/terminologia-esp.htm
Durante el año 2015, en la ciudad de Sendai (Japón), se reúnen los diferentes actores de nivel
mundial relacionados a la reducción del riesgo de desastres, con el propósito de analizar los
avances alcanzados en base al trabajo realizado por el MAH. En dicha asamblea mundial, los
países adheridos, adquieren el compromiso de continuar y profundizar los lineamientos
estratégicos, prioridades y metas, las cuales quedan plasmadas en el documento denominado
Marco de Acción de Sendai 2015-2030.
El Marco de Sendai, establece cuatro prioridades, las cuales tienen el propósito de lograr una
reducción considerable de la pérdida de vidas y medios de vida a causas de los desastres.
1. Comprender el Riesgo.
2. Fortalecer la Gobernanza para la Gestión del Riesgo.
3. Invertir en la Reducción del Riesgo de Desastres para la Resiliencia.
4. Aumentar la preparación para una respuesta eficaz ante desastres y reconstruir mejor.
Para dar cumplimiento a las 4 prioridades mencionadas anteriormente, se han definido 7 metas:
El trabajo que plantea el Marco de Sendai, implica que como país se adopten medidas y
estrategias que permitan dar cumplimiento a las prioridades y metas establecidas, por lo cual la
instalación de esta temática, debe constituirse como una prioridad nacional para todas las
acciones que se realizan en torno a la Gestión Integral del Riesgo y la Reducción del Riesgo de
Desastres en todo el territorio nacional.
Se plantea que, el riesgo está relacionado con la probabilidad de que un sistema sufra daño, lo
cual no está determinado solamente por la ocurrencia de un evento o incidente (amenaza), sino
también por la susceptibilidad del sistema frente a este, (vulnerabilidad) esta relación propicia
una visión general, en donde el riesgo puede ser visto como causa, y su efecto vendría siendo la
ocurrencia de emergencias, desastres y catástrofes.
Lo anterior plantea un trabajo en el cual se considere un análisis tanto de las amenazas como de
las vulnerabilidades, de manera que sea una labor integrada entre estos elementos. A su vez, se
debe considerar la capacidad de respuesta que una comunidad (sistema) tenga para hacer frente
a los riesgos en su integralidad.
AMENAZA
Ejemplos de amenazas de origen natural son todos los procesos asociados a la dinámica
geológica, geomórfica, atmosférica y oceanográfica, mientras que las explosiones, derrames de
sustancias peligrosas y contaminación ambiental, constituyen ejemplos de amenazas de origen
humano.
Junto con la clasificación de acuerdo al origen, las amenazas también pueden ser clasificadas de
acuerdo a su forma de manifestación:
VULNERABILIDAD
Algunos de los factores o variables que configuran la vulnerabilidad son los siguientes:
“El enfoque y la práctica sistemática de gestionar la incertidumbre para minimizar los daños
y las pérdidas potenciales”6
Este enfoque abarca la evaluación y análisis del riesgo (interrelación e interacción entre
amenazas y vulnerabilidades), como también la ejecución de estrategias y acciones específicas
para controlar, reducir y transferir el riesgo.
Esto implica que la Gestión Integral del Riesgo es una labor que debiese ser incorporada en todo
proceso de planificación territorial y en todo proceso de desarrollo de los estados, de manera
de reducir los impactos negativos a todo nivel frente la ocurrencia de emergencias, desastres o
catástrofes. Por lo tanto, implica un enfoque que incluya a todos los sectores de la sociedad, y
principalmente la labor de los estados o gobiernos como garantes de la seguridad de la
población y del medio ambiente.
Tal como lo plantea Allan Lavell (Lavell, 1996): “La gestión del riesgo no es solo la reducción del
riesgo, sino la comprensión que en términos sociales se requiere de la participación de los
diversos estratos, sectores de interés y grupos representativos de conductas y modos de vida
(incluso de ideologías y de perspectivas del mundo, la vida, la religión) para comprender como
se construye un riesgo social colectivo, con la concurrencia de los diversos sectores de una
región, sociedad, comunidad o localidad concreta. La gestión del riesgo no es simplemente bajar
la vulnerabilidad, sino la búsqueda de acuerdos sociales para soportar o utilizar
productivamente los impactos, sin eliminar la obtención inmediata de beneficios”.
La Gestión Integral del Riesgo como enfoque y práctica debe ser transversal a todos los procesos
y actividades humanas, como eje integrador de las fases del ciclo de manejo del riesgo, el cual
se analizará más adelante.
En la actualidad, la Gestión Integral del Riesgo se ve complementada con la visión planteada por
el término Reducción del Riesgo de Desastres (RRD), la cual puede ser definida como:
6
Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres-UNISDR-.(2009).
Terminología sobre la Reducción del Riesgo de Desastres.2009. UNISDR. Recuperado de:www.unisdr.org
7
Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres-UNISDR-.(2009).
Terminología sobre la Reducción del Riesgo de Desastres.2009. UNISDR. Recuperado de:www.unisdr.org
Este enfoque hace posible que las personas reflexionen y se esfuercen en toda la sociedad, para
asegurarse que todos (desde gobiernos hasta los individuos), tomen las decisiones correctas
para reducir el riesgo y los efectos de los desastres.
Como ya se ha mencionado, estas acciones deben ser cuidadosamente dirigidas, frente a lo cual
surge la necesidad de adoptar o considerar diversas etapas para el manejo del riesgo, y para
responder a esta necesidad se plantea el ciclo de manejo del riesgo, como herramienta
fundamental del trabajo en Protección Civil.
La comprensión de los desastres como producto de una construcción social, sitúan el concepto
de riesgo como el eje fundamental en el análisis de este tipo de situaciones, así como también
en la búsqueda de esquemas de intervención, que permitan reducir la probabilidad de su
ocurrencia. Esto implica desarrollar estrategias para la transformación de ciertas condiciones
que subyacen al riesgo, principalmente a la vulnerabilidad.
Se ha visto que la Gestión Integral del Riesgo se entiende como el esfuerzo de detección y
evaluación del mismo, con el fin de prevenir su derivación en eventos destructivos,
(emergencias, desastres o catástrofes), o bien, frente a los inevitables, responder minimizando
las pérdidas y potenciando las capacidades de recuperación ante sus consecuencias.
Para lograr lo anterior, el ciclo de manejo del riesgo presenta un modelo de acción, que
sistematiza las acciones a implementar frente a los riesgos en diferentes instancias, en relación
a la ocurrencia de un evento o incidente adverso, logrando una gestión integral del riesgo, para
la efectiva reducción de la vulnerabilidad existente.
Las etapas del ciclo de manejo del riesgo, pueden ser sintetizadas en tres grandes fases; Fase de
Prevención, Fase Respuesta y Fase Recuperación. La fase respuesta, que contiene las etapas de
atención y control. La fase de prevención, está compuesta por tres etapas interrelacionadas;
prevención propiamente tal (también llamada supresión), mitigación y preparación. La fase de
recuperación,, en tanto, está compuesta por dos etapas; rehabilitación y reconstrucción. Cabe
indicar además, que se reconoce una interface que incorpora la Alerta y Alarma, tal como lo
muestra el cuadro.
Esta fase considera las etapas de prevención propiamente tal, mitigación; preparación,
comprendiendo todas aquellas actividades destinadas a evitar o reducir la vulnerabilidad
asociada a determinadas amenazas, y, por ende apunta a reducir las consecuencias adversas
que se pudiesen ocasionar a partir de un evento. A su vez considera la implementación de la
alerta, como medida precautoria, la cual se explicará más adelante.
En el caso de nuestro país, el Sistema de Protección Civil cuenta con un Sistema Nacional de
Alertas, el cual se activa, cuando es validado el aviso (alarma) sobre la probable ocurrencia o ya
registrado un evento o incidente adverso. El aviso de alerta puede provenir desde un
comunicado, o bien, ser recibido por un organismo técnico competente del Sistema de
Protección Civil.
La declaración de alerta debe ser clara, comprensible y accesible, vale decir, debe ser difundida
por el máximo de medios; siendo inmediata y sin demora, puesto que cualquier retardo puede
sugerir que el evento o incidente no es ni probable ni cercano.
A su vez la alerta tiene que ser coherente, sin contradicciones, procedente de fuentes
autorizadas y validadas, es decir que sean fuentes oficiales.
El Sistema Nacional de Alertas, establece tres tipos de alertas, las cuales se exponen a
continuación:
Cobertura: Dado por el factor territorial, pudiendo declararse para una o más comunas,
una o más provincias, una o más regiones.
Cabe señalar, que la alerta no debe ser confundida con la alarma.
La alarma es la percepción directa o señal emitida que indica que se ha producido o iniciado un
evento o incidente potencialmente destructivo, para la activación inmediata de los respectivos
planes de emergencia o contingencia y corresponde más bien a la fase de respuesta del Ciclo de
Manejo del Riesgo.
Fase de Respuesta
Esta fase considera las etapas de atención y control, y corresponde a las actividades propias de
manejo de un evento o incidente destructivo. Estas etapas de atención y control, se llevan a
cabo inmediatamente de iniciado u ocurrido el evento o incidente, y tienen por objetivo salvar
vidas, reducir el impacto en la comunidad afectada y disminuir las pérdidas. Ejemplos de
acciones son: la búsqueda y rescate, asistencia médica, la evacuación, la contención, extinción
y encausamiento entre otras.
Fase de Recuperación
Son las actividades destinadas a recuperar, en una primera etapa, las condiciones básicas de
vida, como también, en una segunda etapa, volver al estado de desarrollo previo y, si es posible,
superar ese nivel. Considera las etapas de rehabilitación y reconstrucción.
Existe una estrecha interdependencia entre las actividades de cada etapa y de cada fase. Por un
lado, esta situación dificulta delimitar con exactitud cuándo una actividad corresponde a una
etapa o a otra, de allí que el modelo final sea un ciclo.
Ahora bien, todas las gestiones que se puedan desarrollar en cada una de las etapas, deben
implicar la integración del concepto de desarrollo, entendido este, como el aumento
acumulativo, durable y sostenible en cantidad y calidad de bienes, servicios y recursos de una
comunidad, unido a cambios sociales, en función de una mejor seguridad y calidad de la vida,
sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.
De esta manera, el Ciclo de Manejo del Riesgo, proporciona una orientación acerca de cómo
intervenir el riesgo, propicia una gestión que se inicia con las acciones de prevención, pero si
ello no es posible, también advierte como oportuna, la gestión iniciada a partir del evento o
incidente a partir de la reconstrucción.
En la actualidad, el trabajo en base al ciclo del manejo del riesgo ha ido evolucionando, dando
cabida a un nuevo concepto más dinámico y proactivo denominado Gestión Integral del Riesgo,
compuesto de áreas y componentes que se mantienen en una relación simbiótica y que no
necesariamente tienen una secuencia temporal. Esta nueva conceptualización ha sido tratada y
discutida a nivel de América latina y el Caribe en diciembre del año 2001, en la conferencia
Hemisférica sobre la Reducción de Riesgos, en San José de Costa Rica, y plantea que las áreas y
componentes de la gestión integral de riesgos (Sarmiento, 2007) son los siguientes:
En la actualidad se plantea que el desarrollo de una nación, depende mucho de las actividades
productivas socio-económicas que esta realiza, y la manera en como estas actividades se ligan a
la temática de la gestión del riesgo, queda de manifiesto mediante las amenazas que la sociedad
se ve expuesta, y que pudieran afectar de una u otra manera a este proceso productivo.
En base a lo anterior es que se dice que el concepto de desarrollo dentro de la Gestión Integral
del Riesgo, se encuentra intrínsecamente ligado a la conceptualización de las amenazas, y nos
lleva a plantear que las amenazas de una u otra manera siempre remiten al ámbito social del ser
humano, pudiendo encontrar actividades que se desarrollan en diversos ámbitos de la sociedad,
tales como el desarrollo industrial, actividades relacionadas al transporte, actividades agrícolas,
En términos muy sencillos, esta relación puede graficarse de manera directa con un ejemplo: Si
en una determinada zona existe un volcán activo y en su entorno un asentamiento poblacional,
se está en frente a una zona de riesgo: la amenaza es el volcán y la vulnerabilidad son las
personas y sus bienes. Si no existen personas, ni bienes, el volcán deja de ser una amenaza,
siendo sólo un fenómeno de la naturaleza. Por lo tanto, no hay riesgo volcánico en esa zona
específica, pues se ha eliminado el factor de vulnerabilidad.
Desde esta perspectiva, es clave tener en cuenta que frente a las dinámicas propias de la
naturaleza, la Gestión Integral del Riesgo es mucho más factible desde el manejo de la
vulnerabilidad, para evitar o mitigar la ocurrencia de emergencias, desastres o catástrofes.
Es por este motivo que hoy en el mundo, se plantea de manera racional la Reducción del Riesgo
de Desastres como área formal de la gestión, particularmente en función de la reducción de la
vulnerabilidad humana.
Por lo tanto, la gestión del riesgo debe ser abordada de manera integral e integrada,
considerando las amenazas, vulnerabilidades y capacidades de la comunidad.
Es clave tener en cuenta que frente a las dinámicas propias de la naturaleza, la Gestión Integral
del Riesgo es mucho más factible desde el manejo de la vulnerabilidad, para evitar o mitigar la
ocurrencia de emergencias, desastres o catástrofes. En torno a lo anteriormente señalado es
8
Sarmiento J.P. El Desafío de la Gestión de Riesgos como Estrategia de Intervención Multisectorial y
Participativa al Servicio del Desarrollo.
9
Lavell, Allan. (s/a). Sobre la Gestión del Riesgo: Apuntes Hacia una Definición.
10
Sarmiento J.P. El Desafío de la Gestión de Riesgos como Estrategia de Intervención Multisectorial y
Participativa al Servicio del Desarrollo. (Página 16)
El otro enfoque incorporado, se refiere a la gestión prospectiva: definida por ser aquella acción
que busca evitar y controlar el riesgo dentro del desarrollo económico y territorial de una
comunidad o estado. Requieren de un alto grado de conciencia, preocupación y compromiso
con la Reducción del Riesgo. Ejemplo de aquello seria la normativa sobre el uso del suelo urbano
y rural, el uso de materiales y métodos de construcción seguros, la reforma de malla curricular
escolar, y los usos productivos alternativos para terrenos peligrosos, entre otros.
Cabe destacar que por resiliencia se entiende como la capacidad de “resistir” o de “resurgir” de
un choque, contextualizada en el grado en que una comunidad cuenta con los recursos
necesarios y es capaz de organizarse tanto antes como durante los momentos apremiantes. A
su vez, refiere a la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad, expuestos a una amenaza
para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficaz, lo
que incluye la preservación y la restauración de sus estructuras y funciones básicas.
Sumado a lo anterior, se entiende por cultura preventiva como la toma de conciencia por parte
de las autoridades, de los organismos que trabajan en el plano de las emergencias, y de los
ciudadanos, como actores claves del éxito, para enfrentar el impacto de los procesos naturales
o aquellos que pueden ser provocados por el hombre, logrando una cultura de prevención y
mitigación.
Catástrofe: Es una situación de una alteración tal, que resultan insuficientes los medios
y recursos del nivel nacional, siendo requerido el aporte de la comunidad internacional.
Esto implica que sólo una evaluación objetivada de los daños registrados y de las necesidades
producidas, permite establecer si la capacidad de respuesta de la comunidad afectada ha sido
superada o no, determinándose si se está frente a una emergencia, un desastre o una catástrofe.
Manejo del Evento o Incidente: este implica la tipificación del evento (si es un evento o
incidente producto de un sismo por ejemplo), la aplicación de procedimientos específicos de
contención, control y extinción por parte de los organismos especializados (como en el caso de
CONAF para el manejo de incendios forestales), y la aplicación de planes de contingencia
específicos.
De acuerdo a lo anterior, un mismo evento o incidente puede constituir una emergencia para
un sistema y significar un desastre para otro. Por otro lado, lo que para un sub sistema (como el
nivel local) puede constituir un desastre, debido a que superó su capacidad de respuesta, para
el macro sistema como el nivel nacional puede constituir solo una emergencia.
La capacidad de respuesta en relación a los daños, las pérdidas y el impacto, son los únicos
factores objetivos que permiten determinar, en el mínimo tiempo posible, la dimensión de un
evento, con el fin de priorizar y disponer las acciones más efectivas para el control de la
situación.
Nivel I: Situación que es atendida con recursos locales habitualmente disponibles para
emergencias en un territorio en particular. Por ejemplo: el rompimiento de una matriz
de agua es atendido por el servicio de emergencia perteneciente a la empresa de agua
potable respectiva; el incendio de una o dos viviendas es combatido por la Compañía de
Bomberos del sector y Carabineros de la tenencia local estable un perímetro de
seguridad en el área del siniestro.
Nivel II: Situación que es atendida con recursos locales adicionales o reforzados,
dispuestos para emergencias, sin exceder su capacidad de respuesta. Normalmente se
establece una coordinación a nivel Comunal. Por ejemplo: ante el rompimiento de una
matriz de agua potable cuya reparación tardará algunos días, el Municipio debe
contratar camiones aljibes en la misma localidad, para abastecer a la población.
Nivel III: Situación que sobrepasa la capacidad local de respuesta. Se establece una
coordinación a nivel Provincial o Regional. Por ejemplo: para el combate de un incendio
forestal de grandes proporciones, se solicita apoyo a la Dirección Regional de ONEMI en
conjunto con la Intendencia Regional para coordinar operativos (Bomberos, CONAF,
entre otros.) y para la contratación de aviones cisterna.
Como parte del proceso de respuesta frente a las emergencias, desastres o catástrofes, en
nuestro país, el Sistema Nacional de Protección Civil, implementa el Sistema Nacional de
Alertas, que ante la presencia o la posible ocurrencia de una emergencia o desastre, se ponen
en sobre aviso mediante una señal de alerta, la que determina una acción conjunta, bajo una
coordinación superior orientada por los principio de ayuda mutua y uso escalonado de los
recursos.
PRESENTACIÓN
Las situaciones de desastres en Chile, a lo largo de su historia, han sido recurrentes. Las
características geofísicas del territorio, es decir, la gran cantidad de volcanes, la extensa zona
costera, la ubicación sobre una de las áreas más sísmicas del planeta, entre otras, hacen que
nuestro país esté permanentemente expuesto a situaciones de riesgo, considerando además las
condiciones de ocupación del territorio que pueden constituirse en otro factor subyacente del
riesgo.
Dicha situación nos lleva a considerar que la Gestión Integral del Riesgo, y el manejo de
emergencias, desastres y catástrofes que se puedan presentar en el país, deban tener un
soporte jurídico, que posibilite que la institucionalidad pueda abordarlos adecuadamente. Es así
que el primer cuerpo legal en esta materia, se encuentra fundamentada en la Constitución
Política de la República de Chile en su Art. 1º, Cap. I., la cual dispone que:
“Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la
familia...”.11
Es entonces deber del Estado, ejercer la función de protección a las personas, sus bienes y el
ambiente frente al riesgo, función denominada como ya se ha revisado, Protección Civil.
Así, en 1974 mediante el D.L. N° 369, se creó la Oficina Nacional de Emergencia -ONEMI-, como
servicio de carácter público, centralizado y dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad
Pública. ONEMI constituye el organismo articulador y referente de las políticas públicas en
materia de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Desastres.
La misión de ONEMI es planificar, coordinar, organizar, asesorar y supervisar las actividades del
Sistema Nacional de Protección Civil para reducir el riesgo de desastres en la mitigación,
preparación, alerta, respuesta y rehabilitación con el objeto de reducir la pérdida de vidas,
disminuir los impactos económicos, los efectos medioambientales y proteger los modos de vida,
contribuyendo al desarrollo sostenible.
11
Biblioteca del Congreso Nacional. (2003). Constitución Política de la República de Chile, texto
actualizado al 07 de Mayo del 2003.Recuperado de: www.bcn.cl
En éste, se entiende la Protección Civil como la protección a las personas, sus bienes y el
ambiente, lo que se lleva a cabo a través de la Gestión del Riesgo, es decir, “la detección y
dimensionamiento de riesgos, para prevenir su generación en eventos destructivos, o bien,
frente a los inevitables, responder minimizando las pérdidas y acrecentando las capacidades de
recuperación ante sus efectos”.
Un marco de acción global para abordar de manera sistémica las distintas etapas del
ciclo de manejo del riesgo.
Una base de estructuración para las coordinaciones entre los distintos sectores y
actores que componen el Sistema Nacional de Protección Civil.
En suma, el Plan Nacional responde a una evolución del mundo frente al fenómeno del desastre,
en donde se ha ido imponiendo una visión preventiva, desde un enfoque integral y sistémico,
denominado “Gestión para la Reducción del Riesgo de Desastres, GRRD”. El cual opera en base
a los conceptos de la Protección Civil de Coordinación, Cooperación y Continuidad-. Lo que se
encuentra dado por la relación establecida entre las distintas variables de riesgo a abordar, los
métodos y herramientas dispuestas para la gestión, y la estructura organizacional de soporte.
En nuestro país, las acciones realizadas en torno a la Gestión Integral del Riesgo, son ejecutadas
a través del Sistema Nacional de Protección Civil, y todas ellas requieren de una coordinación de
todos los actores intervinientes, de manera de generar una cohesión y direccionalidad que
siempre debe estar enfocada en la tarea fundamental de brindar protección a las personas, sus
bienes y el ambiente.
Para lograr aquello, es que en el Sistema Nacional de Protección Civil, todos sus integrantes
mantienen su propia estructura y tienen plena libertad para adecuar su organización, con el
objetivo de lograr máxima eficiencia en el cumplimiento de sus tareas preventivas, de respuesta
y rehabilitación en relación a la ocurrencia de un evento o incidente, concurriendo cada uno con
sus recursos humanos, especializados en forma coordinada según corresponda, ya sea por
mandato, capacidad, competencia, interés o vocación, y que puedan aportar a la gestión de
emergencias.
Es importante destacar que el funcionamiento del Sistema Nacional de Protección Civil, se basa
en dos principios básicos: Ayuda Mutua y Uso Escalonado de Recursos.
Al igual que el principio de Ayuda Mutua, que ha ampliado su rango de influencia, el principio
de Uso Escalonado de Recursos, también se aplica a la Gestión del Riesgo de Desastres a partir
de acciones preventivas basadas en las evaluaciones de los niveles de riesgo a que están
expuestas las comunidades, y tomando en consideración sus respectivos bienes en
determinados territorios, según sus características naturales y en relación a sus actividades
productivas.
Los principios de ayuda mutua y uso escalonados de recursos, deben estar presentes en todo el
proceso de planificación, sirviendo de sustento en el momento de la ejecución de los distintos
programas que conforman el marco de acción en protección civil.
Respecto del accionar del Sistema Nacional de Protección Civil, este se ejecuta y desarrolla en
los subsistemas a nivel Comunal, Provincial, Regional y Nacional, y cada uno de estos es
presidido por su respectiva autoridad; es decir que para el nivel Nacional este subsistema será
presidido por el Ministro del Interior, a nivel Regional por su Intendente, a nivel Provincial por
su Gobernador y finalmente a nivel Comunal se encontrara presidido por su Alcalde.
Cada subsistema, bajo esta presidencia y coordinación, se expresa en una plataforma de gestión,
que por un lado se conforma en un Comité de Protección Civil, el cual es para la gestión integral
del manejo del riesgo. Y por otro lado que en situaciones de emergencia, se conforma el Comité
de Operaciones de Emergencia. Ambos comités serán abordados con mayor profundidad en el
siguiente capítulo.
Para una eficiente y efectiva gestión en emergencias, desastres o catástrofes, el nivel Nacional
y los niveles Regionales, Provinciales y Comunales deben trabajar coordinadamente con los
organismos de Protección Civil de su respectiva área jurisdiccional, a través del funcionamiento
permanente de Comités de Protección Civil.
Lo anterior implica que todos los actores involucrados, deban coordinarse por medio de
mandos, los cuales se identifican de la siguiente manera:
El detalle de los distintos tipos de mandos, serán abordados con mayor profundidad en el
siguiente capítulo.
Decreto Nº 104 de 1977 que refunde el título I de la Ley N° 16.282 de 28 Julio de 1965,
Fija Disposiciones permanentes para casos de sismos o catástrofes
Esta ley promulgada por el Ministerio de Hacienda, fija las disposiciones para que en caso de
producirse en el país sismos o catástrofes que provoquen daños de consideración en las
personas en los bienes, el Presidente de la República declare mediante decreto fundado una
zona afectada por catástrofe, señalando las comunas que hayan sido afectadas.
Decreto de Ley N°369 del 22 de Marzo de 1974, Crea la Oficina Nacional de Emergencia
Establece el reglamento para la aplicación del D.L. N°369 de 1974, que crea la Oficina Nacional
de Emergencia.
En una situación de emergencia, donde se ven sobrepasadas las capacidades de las autoridades
para proveer el orden y seguridad pública, se podrá declarar la zona afectada en un estado de
Excepción Constitucional, en donde el ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución
Política asegura a todas las personas, sólo puede ser afectado en las situaciones en que ésta lo
autoriza y siempre que se encuentren vigentes los estados de excepción que ella establece.
Decreto Supremo N°156 del 12 de Marzo del 2002, Aprueba el Plan Nacional de
Protección Civil
Esta ley dispone en su Art.4°, letra e) y Art. 16°, letra f), que será función general del Gobierno
Regional, mediante la figura de los Intendentes y Gobernadores, adoptar las medidas necesarias
para enfrentar situaciones de emergencia o catástrofe y desarrollar programas de prevención y
protección ante situaciones de emergencia o catástrofe.
En el Art. 4°, letra i), se designa como función de la Municipalidad, la prevención de riesgos y la
prestación de auxilio en situaciones de emergencia.
Es importante señalar que el marco legal, se constituye como una delimitación general de las
acciones a realizar respecto de la Gestión Integral del Riesgo, y se ve apoyada en los distintos
protocolos de cooperación y acuerdo, establecidos entre las instituciones y organizaciones que
componen el Sistema Nacional de Protección Civil.
En cuanto a la gestión en el Sistema Nacional de Protección Civil, se plantea que esta debe ser
una gestión integrada, la cual posibilite un trabajo de tipo Multidisciplinario, es decir con el
aporte de variadas disciplinas, técnicas y ciencias. También tiene que ser Interdisciplinario, el
cual implica un trabajo en conjunto de las distintas disciplinas, técnicas y ciencias. A su vez
implica un trabajo de gestión Intersectorial, el cual con la gestión coordinada de todos los
organismos públicos y privados que de manera directa o indirecta puedan aportar. Y finalmente
incluye un trabajo de tipo Participativo, que incluya un aporte permanente de la visión y
compromiso de la comunidad organizada en la gestión local de seguridad.
Se requiere lograr una gestión integrada para una protección integral, aquello implica que la
gestión integrada cuente con la participación de todos los actores sociales, y que cubra todas las
fases y etapas del ciclo del riesgo, de acuerdo a las realidades específicas de riesgos y recursos.
Para lograr aquello, el Sistema Nacional de Protección Civil cuenta con metodologías específicas
y con planes operativos de respuesta, que cubren los requerimientos anteriormente descritos,
los cuales se mencionan a continuación.
La información producida ante una emergencia, desastre o catástrofe, debe ser consolidada y
sistematizada por medios de informes de emergencias, los cuales deben cumplir con los criterios
de ser:
Tipos de informes:
Dentro de los informes de estado de situación se encuentran los documentos normalizados que
deben utilizar los Directores de Protección Civil y Emergencia de los niveles Comunales y
Provinciales, como también por parte de las Direcciones Regionales de ONEMI, y las autoridades
correspondientes, para el registro de información útil para la toma de decisiones e información
pública, estos son los siguientes:
El Plan Nacional cuenta con metodologías y herramientas específicas, que posibilitan (y facilitan)
la realización de acciones para cada una de las etapas del ciclo de manejo del riesgo.
Análisis Histórico.
Investigación en Terreno.
Discusión (Para priorizar participativamente las amenazas, vulnerabilidades y recursos).
Elaboración de Mapas y Cartografías (Identificando Riesgos y Recursos para Prevención
y Respuesta).
Planificación Integral en Protección Civil.
ACCEDER es una Metodología simple, de fácil manejo, destinada a elaborar una planificación
para situaciones de emergencia, considerando los principios de Ayuda Mutua y Uso Escalonado
de Recursos, que sustentan al Sistema Nacional de Protección Civil, a partir de una adecuada
coordinación.
ACCEDER es una metodología concreta que facilita el diseño de planes de emergencia y planes
operativos de respuesta frente a la ocurrencia de emergencias, desastres o catástrofes.
La metodología cubre por etapas, las acciones y medidas fundamentales a tener en cuenta en la
acción de respuesta, como son:
Alerta/Alarma
Comunicaciones
Coordinación
Evaluación Primaria o Preliminar
Decisiones
Evaluación Secundaria
Readecuación del Plan
El Plan ACCEDER permite a los administradores de emergencia recordar fácilmente los aspectos
que siempre deberán estar presentes en un Plan de Respuesta y que necesariamente requieren
una adecuada preparación para su efectiva articulación.
DAÑOS: Cuantificación de los daños de las personas, los bienes, los servicios básicos,
infraestructura y el medioambiente. Los daños siempre van a estar correlacionados con
la situación geográfica y realidad social de la comunidad afectada.
EVALUACION DE NECESIDADES: Determinación de las necesidades indispensables para
recuperar la normalidad de la comuna afectada.
DECISIONES: Medidas o acciones que efectúan coordinadamente las autoridades, las
organizaciones y la comunidad, con el propósito de dar solución a las necesidades
indispensables de las personas, vivienda e infraestructura afectada.
OPORTUNIDAD: Oportunidad en el tiempo, en que las acciones o soluciones de
emergencia adoptadas podrían rehabilitar o restablecer las condiciones de normalidad
mínimas para las personas, que permitan superar la situación.
RECURSOS: Cuantificación de los recursos humanos, materiales, técnicos y monetarios
utilizados por todos los servicios, instituciones y organizaciones del Sistema Nacional de
Protección Civil, que trabajan directamente en el control y superación de la emergencia
o desastre.
BIBLIOGRAFÍA
Lavell, Allan. (s/a). Marco Conceptual: Una visión de Futuro: La Gestión del Riesgo. En
Sobre la Gestión del Riesgo: Apuntes hacia una definición. Recuperado el 15 de Marzo
de 2013 del sitio Web del Centro Regional de Información sobre Desastres para
América Latina y el Caribe, CRID:
http://www.cridlac.org/cd/CD_Inversion/pdf/spa/doc15036/doc15036-contenido.pdf
Nombre Institución
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