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Juana Álvarez
Por más presentaciones que haya realizado delante de un público, es posible que
minutos antes pueda sentir una extraña sensación en el estómago y las palpitaciones más
aceleradas. Los médicos nos dicen que cuando la adrenalina sube, estimula las neuronas
en el cerebro, de manera que las ideas pueden surgir con mayor brillantez. La excesiva
seguridad previo a una disertación puede traicionarnos.
Cuando la persona está centrada en sí misma, preocupada por la ropa, por la apariencia,
por la expresión, no puede pensar en lo que va a decir. No sabe dónde poner la mano ni
los pies, le tiemblan las rodillas y los labios. Aunque no todas las personas sienten los
mismos síntomas.
Algunas personas recorren a los estímulos artificiales para disimular su miedo ante un
público. Sin embargo, de esta forma no se resuelve el problema. Simplemente eludimos
profundizar en la raíz del problema. Si nuestro miedo es obsesivo, ¿por qué no visitar un
profesional que nos ayude? El hombre de éxito no esquiva el camino que puede
favorecer su crecimiento.
Todas las cosas se crean dos veces. Primero creamos mentalmente y luego se manifiesta
materialmente. La naturaleza de la visualización es muy importante. Visualice sólo
aquello que usted quiera obtener como resultado.
El gran filósofo Sócrates expresó: “Conócete a ti mismo”. Esta frase encierra una gran
verdad. Visualice sólo aquello que quiera ver realizado. Siéntalo y vívalo. Pensamientos
más sentimientos traen la manifestación. Si en su práctica siente algún temor, es casi
seguro que en la presentación real externe ese temor. Nuestra inmensa
“biocomputadora” es exacta. Dios nos creó con grandes dones.
La respiración
Todo el que asiste a una disertación quiere sacar el mejor provecho. Por lo tanto, usted
como orador tiene la responsabilidad de que su presentación se haga lo mejor posible. A
nuestra notoria Ivonne Haza no se le ocurriría hacer una presentación sin previo ensayo.
De igual forma, el orador debe ensayar y ensayar, sobre todo si es un principiante.
La práctica constante de la respiración nos permite disminuir extraordinariamente el
nerviosismo que sentimos en nuestra presentación.
La concentración
Una de las claves del éxito en cualquier actividad que se realice es la concentración. Si
practicamos de manera disciplinada el ejercicio de concentración, obtendremos efectos
maravillosos.
Hablar es una vitamina para construir confianza. En cada reunión que le toque asistir, no
pierda la oportunidad de hablar. Comente, haga sugerencias, formule preguntas, pues su
participación es importante. ¡Claro, con prudencia!
Muchos ejecutivos de empresas me han manifestado que cuando les toca participar en
una reunión de trabajo, le falta valentía para expresar sus ideas y prefieren no hablar.
Imagínese usted, este ejecutivo puede dejar de emitir una excelente idea que puede
beneficiar a la empresa y posiblemente a él mismo. En su próxima oportunidad atrévase,
hágalo. La acción minimiza el miedo.
Somos especialistas en buscar excusas cuando tenemos que hacer frente a los retos en
nuestras vidas. Hablar ante un público es un reto para muchas personas. Si prescindimos
de algunas habilidades, podemos explorarlas. No sea como plata en la mina, sea una
joya en el mercado.