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La tradición de Jadúa y Alejandro.

Hay pocos registros referentes a los judíos, correspondientes a los reinados de Artajerjes II
(Mnemón), 405/404-359/358 a. C. y Artajerjes III (Oco), 359/358-338/337, mientras Johanán y
Jadúa eran sumos sacerdotes.

Josefo menciona un hecho relacionado con las conquistas de Alejandro, que, aunque muchos
eruditos no lo consideran histórico, lo presentamos debido a su posible relación con la profecía de
Daniel acerca de Grecia, y porque no es totalmente imposible si se acepta que el libro de Daniel
fue escrito en el siglo VI a. C.

Dice el relato (Josefo, Antigüedades xi. 8. 4, 5) que Alejandro fue de Tiro a Jerusalén, en camino a
Egipto, y se le mostró la profecía de Daniel (probablemente cap. 8: 2l); que se impresionó tanto
con ella, que concedió grandes favores a los judíos, y no sólo para ellos sino para todos los de raza
judía en los países que él pudiera conquistar en el futuro (ver t. III, pp. 374-375). Es cierto que
Josefo, relacionando a Sanbalat y a Darío III como contemporáneos, confunde este relato con el
del casamiento de la hija de Sanbalat con un hijo de Joiada (Neh. 13: 28); sin embargo no es
imposible que un tal Jadúa fuera sumo sacerdote en tiempo de Alejandro, y que pudiera haber
ocurrido un hecho tal. Dios podría haber dirigido a Alejandro tan fácilmente como dirigió a Ciro en
los días de Daniel.

Además, otro hecho indujo a Alejandro a otorgar favores a los judíos. Los caudillos samaritanos
habían quemado vivo al gobernador Andrómaco, a quien Alejandro había nombrado en Samaria
para que administrara toda Celesiria y Palestina. Cuando Alejandro regresó de Egipto vengó esa
atrocidad, concedió favores a los judíos y les dio cierto territorio fronterizo reclamado por los
samaritanos.

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