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La Complejidad de Articular Derechos Alimentación y Cuidado
La Complejidad de Articular Derechos Alimentación y Cuidado
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Doctora en Derecho Social. RESUMEN El artículo analiza la tensión existente entre el reconocimiento de derechos
Investigadora independiente,
Consejo Nacional de
de las personas, en especial el derecho a la alimentación adecuada tal como se expresa
Investigaciones Científicas en pactos y tratados internacionales de Derechos Humanos, y la escasa vinculación con
y Técnicas. Investigadora, el cuidado, entendido como el conjunto de actividades indispensables para satisfacer
Instituto de Investigaciones
Jurídicas y Sociales Ambrosio las necesidades básicas de la existencia y reproducción humana y social. Aplicando la
L. Gioja, Facultad de metodología del enfoque de derechos y de género, el artículo aborda, por una parte, el
Derecho, Universidad de
Buenos Aires, Argentina. alcance del derecho a la alimentación y el impacto a nivel de institucionalidad pública
* y, por el otro, el reconocimiento reciente del cuidado como derecho a nivel regional y
la invisibilización persistente en las políticas públicas. Los resultados obtenidos permiten
presentar una agenda de investigación y acción que identifica tensiones y oportunidades
para lograr la universalización en el ejercicio de derechos a partir de políticas públicas
integrales e interdependientes.
PALABRAS CLAVES Alimentación; Derechos Humanos; Convenios Internacionales;
Políticas Públicas.
ABSTRACT This article analyzes the existing tensions between the recognition of human
rights – especially the right to adequate food as it is defined in international agreements
and treaties – and the insufficient connection made with care, understood as the set
of activities necessary to satisfy the basic needs of existence and human and social
reproduction. Applying a methodological approach based in rights and gender, the article
analyzes, on one hand, the scope of the right to food and its impact at the level of public
institutionality, and on the other, the recent recognition of care as a right at a regional
level and its persistent invisibilization in public policies. The results obtained allow
for a research and action agenda that identifies tensions and opportunities to achieve
universalization in the exercise of rights based in comprehensive and interdependent
public policies.
KEY WORDS Feeding; Human Rights; International Agreements; Public Policies.
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las mujeres, en todos los ámbitos de la vida derechos al cuidado para reconocer que toda
en los que se desempeñen. Si bien se ha rea- persona tiene derecho a cuidar, a ser cuidado
lizado un avance importante en esta agenda y a cuidar(se) o autocuidado(10). La naturaleza
en torno al Objetivo 5 “Lograr la igualdad de innovadora de este reconocimiento es pre-
género y empoderar a todas las mujeres y las cisamente que, al ser un derecho universal,
niñas”(9), y se contemplan metas específicas está desvinculado de la relación asalariada
para poner fin a todas las formas de discri- formal y las consiguientes medidas de con-
minación y de violencia contra las mujeres ciliación trabajo-familia cuando existen
y las niñas, asegurar el acceso universal a la –acotadas mayoritariamente a trabajadoras
salud sexual y los derechos reproductivos, mujeres madres y muy pocas veces a los
abordar las necesidades de nutrición de las padres– o del estado de necesidad –por con-
adolescentes y las embarazadas (meta 2.2) y dición de vulnerabilidad socioeconómica, de
reconocer y valorar los cuidados y el trabajo género, étnica, etaria–, para situarse como un
doméstico no remunerado (meta 5.4), sigue derecho humano individual, universal e ina-
sin integrar los consensos centrales en torno lienable de cada persona. Esta consagración
al desarrollo. tuvo su impulso gracias a la incorporación
Curiosamente, el cuidado hasta hace en las agendas de los mecanismos para el
muy pocos años no había sido reconocido adelanto de la mujer, que en el marco de las
como derecho humano, sino que solo se in- Conferencias Regionales sobre la Mujer de
cluía en relación con prestaciones vinculadas América Latina y el Caribe, promovieron los
a personas enfermas o adultas mayores o, en consensos necesarios para aplicar el enfoque
otros casos, se reconocía el derecho a la se- de derechos al cuidado y poder volcarlo,
guridad social vinculado a la maternidad, en algunos países, a la normativa nacional
exclusivamente en el marco de la inserción y los instrumentos internacionales. En este
asalariada formal de las mujeres trabajadoras, sentido, la División de Asuntos de Género de
como otras medidas de conciliación trabajo- la Comisión Económica para América Latina y
familia, pero solo en las mujeres, restrin- el Caribe (CEPAL) impulsó fuertemente tal re-
giendo un ejercicio activo a los varones. El conocimiento, que fue adoptado en tres con-
punto que quiero recuperar es que en el re- sensos regionales: el Consenso de Quito de
conocimiento del derecho a la alimentación, 2007, el Consenso de Brasilia de 2010, y el
su traducción normativa internacional es in- Consenso de Santo Domingo de 2013, adop-
discutible como lo es también a nivel cons- tados en las respectivas conferencias regio-
titucional, sumado a la prolífica producción nales sobre la mujer(11). En octubre de 2016,
legislativa de los últimos años en América en el marco de la XIII Conferencia Regional
Latina, con leyes marco y otras medidas de de la Mujer, se sumó un nuevo consenso de-
corte integral e incluso, en muchos países, nominado “Estrategia de Montevideo para la
con la recuperación de valores culturales y Implementación de la Agenda Regional de
étnicos en torno a la cultura alimentaria. Sin Género en el Marco del Desarrollo Sostenible
embargo, es aún escaso el anclaje en polí- hacia 2030”, el cual fortalece los logros al-
ticas alimentarias universales y respetuosas canzados y ratifica la importancia del cuidado
del conjunto de derechos humanos. Por el como derecho.
contrario, la profusión de programas y me- Cabe señalar que el derecho a la alimen-
didas focalizadas para garantizar programas tación adecuada no tracciona para establecer
nutricionales es notoria, dejando de lado los la necesaria vinculación con el cuidado. A su
estándares de universalidad e interdepen- vez, los reclamos en torno a la problemática
dencia de los derechos humanos. del cuidado, en toda su complejidad, no
En el otro extremo, el reconocimiento perciben la potencialidad que tienen ambos
del cuidado como un derecho humano, no derechos –en tanto derechos humanos y no
ha sido planteado sino hasta muy reciente- derechos para las mujeres a que cuiden o
mente, con la aplicación del enfoque de alimenten mejor a sus hijos e hijas o a sus
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cuidado, programas asistenciales y familiares El hecho de que una de cada tres mu-
a cargo –abuelas y abuelos, tíos y tías sol- jeres de América Latina no posea ingresos
teros, hermanas mayores– dando cuenta de propios(21) se posiciona como un dato inelu-
una enorme inestabilidad en las estrategias dible a la hora de responsabilizar con más
de cuidado(19,20). Cabe señalar, por otra parte, trabajo a las mujeres. A ello se adiciona que
que esta oferta también se resuelve con el cuando las mujeres ingresan al mercado
trabajo de otras mujeres, y dada la inter- de trabajo lo hacen, mayoritariamente, en
dependencia con otros derechos, de igual puestos de baja calificación y peor remune-
manera sucederá con la alimentación. rados, al tiempo que persiste una brecha sa-
Sin embargo, no se debe caer en un simple larial que afecta a las mujeres. Por otra parte,
reduccionismo de la problemática: si bien la las situaciones de violencia contra las mu-
disponibilidad de ingresos juega un papel jeres vulneran el ejercicio de sus derechos
central en la díada alimentación-cuidado, no y lejos está la región de haber avanzado
necesariamente lo soluciona debido a la asi- de manera contundente en garantizar una
metría imperante en la sociedad. Gran parte vida libre de violencia para las mujeres y
de la fuerza explicativa –y sin dudas reivindi- las niñas, tal como se obligaron 32 Estados
cativa– del enfoque de género es denunciar de la región al ratificar la Convención para
de qué manera el cuidado y la alimentación Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
han sido asignados histórica y culturalmente contra la Mujer “Convención de Belem do
a las mujeres, sin que los procesos de cambio Pará”.
ocurridos hayan alterado este patrón. El significativo paso que representó el re-
La evidencia empírica disponible en conocimiento del cuidado como derecho no
la región muestra que la autonomía y la se ha traducido aún con la fuerza necesaria
igualdad están lejos de ser una realidad de las para que trascienda esta estratificación y lleve
mujeres. Muy por el contrario, una mejoría a una problematización sobre las discrimina-
relativa en algunas áreas de autonomía de ciones existentes. No se trata de recomendar
las mujeres –por ejemplo la disponibilidad un mayor esfuerzo de las madres sobre la
de ingresos como indicador de autonomía comensabilidad o la nutrición deseable, sino
económica– convive con el aumento de res- precisamente cuestionar por qué se le trans-
ponsabilidades de cuidado, y un número de fiere toda la responsabilidad del ciclo de
hijos e hijas determinante y condicionante de vida, dado que todas las personas demandan
la trayectoria laboral, situación que no afecta alimentos y cuidados a lo largo de toda su
de igual manera a los varones. vida. Esto incluye acuerdos intergeneracio-
En América Latina, los hogares pertene- nales, quedando de lado los intrageneracio-
cientes a los primeros deciles de ingresos, los nales que se delegan solo a las mujeres, y
de menores recursos, tienen mayor número de los cuales los varones quedan eximidos
de miembros dependientes del cuidado de tal responsabilidad. En los hechos, los va-
(como niños, niñas y adolescentes, personas rones proactivos en esta dirección pasan a
con discapacidad o enfermedades crónicas), ser los “buenos ejemplos” para mantener el
por lo que mujeres de estos hogares tienen statu quo del modelo patriarcal.
bajo su responsabilidad un número im- De cara a las evidencias disponibles,
portante de personas dependientes y una volvemos al inicio: ¿cómo se garantiza la
demanda de tiempo de trabajo doméstico interdependencia e indivisibilidad en el ejer-
y de cuidados que limita la búsqueda de cicio de derechos? ¿Por qué la universalidad
empleo y las posibilidades de inserción y no se resuelve con un aumento de cobertura
permanencia en el mercado de trabajo. En de las políticas sociales? ¿Es posible articular
el primer quintil de ingresos, un 42,3% de alimentación y cuidado desde la respuesta
las mujeres mayores de 15 años no tienen estatal?
ingresos propios; este porcentaje disminuye
al 18,6% en el quinto quintil(21).
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protección social y del mercado de trabajo, las principales articuladoras de las políticas
y padecen de ciertas enfermedades crónicas, asistenciales –en su rol de receptoras de pro-
la alimentación del niño o de la niña se verá gramas y cuidadoras– ante la ausencia de una
amenazada, como también la propia salud institucionalidad en relación con el cuidado
de los padres, con la diferencia de que se tanto de los niños, niñas y adolescentes como
verá más afectada la mujer, ya que asume de los adultos mayores.
mayor cantidad de responsabilidades, en es- En paralelo, la ausencia de políticas la-
pecial las de cuidado de forma casi exclusiva borales integrales, sin un fortalecimiento de
y estas responsabilidades no se distribuyen políticas de cuidado para trabajadoras y traba-
equitativamente. jadores, con marcos regulatorios totalmente
Es decir, la afectación de derechos va sesgados por género, ha redundado en malas
concatenada, y va a perturbar todo el ciclo de condiciones de trabajo remunerado que
vida hasta tanto no se adopten medidas que afectan sobre todo a las mujeres –particular-
redistribuyan las obligaciones y responsabili- mente en términos de su autonomía y trayec-
dades. Retomando el concepto de “diamante toria– y condicionan el cuidado que realizan
de bienestar”, en América Latina cada arista de sus familiares. Más alarmante resulta aún
se encuentra sostenida por mujeres: en las la falta de interés estratégico que demuestran
familias, centralmente y exclusivamente; del los decisores públicos por establecer inter-
mismo modo en los ámbitos comunitarios; y, dependencias entre distintas áreas de polí-
en el caso del mercado, la oferta mercantil ticas. Por ejemplo, en el derecho a ejercer
de cuidado se encuentra feminizada, siendo el cuidado en condiciones de calidad y en el
peor remunerada y con escasos niveles pro- derecho a ser cuidado se pueden identificar
tectorios. Los sesgos de género regulatorios un conjunto de derechos específicos ya reco-
del Estado también trasladan todo el peso nocidos y que integran esta noción, como el
a las mujeres: las políticas de conciliación derecho a una alimentación adecuada, el de-
trabajo-familia las responsabilizan por el recho a la salud, a la educación, el derecho
cuidado, restringiendo al mínimo las posibi- a la protección de la seguridad social, a la
lidades de los varones y, en el caso de las vivienda, entre otros, contemplados en los
medidas de corte asistencial, las principales instrumentos internacionales analizados(26).
destinatarias de los programas sociales son A lo largo de este artículo enfaticé que
mujeres a quienes se les exige una serie de las respuestas estatales no solo están lejos de
condicionalidades para recibir las presta- integrar o articular el ejercicio de derechos
ciones sin ofrecerles respuestas de cuidado. sino que, por el contrario, la resolución del
No solo que todo recae sobre sus espaldas, a cuidado y de la seguridad alimentaria se
lo que se suman además de los hijos e hijas, sigue realizando a “costa” del incremento
el marido, hermanos y progenitores, sino que del trabajo de las mujeres, sin que se haya
además lo “debe hacer bien”, ya que corren avanzado de manera sustantiva en imple-
el riesgo de que les suspendan prestaciones mentar un enfoque de derechos humanos.
si, por ejemplo, no cumplen las condiciona- Si no se revisa y denuncia enfáticamente la
lidades de manera “adecuada”. Una de las injusta división societal y sexual del trabajo
estrategias prioritarias a adoptar es desarmar y del cuidado, se continuará desviando el
la confluencia asistencialista establecida en debate sobre la desigualdad y convalidando
la que las mujeres son consideradas como injusticias y discriminaciones.
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Recibido: 6 de abril de 2016 | Versión final: 5 de agosto de 2016 | Aprobado: 7 de octubre de 2016
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