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Joyas culturales del Perú

Carlos estaba ayudando a su hermano menor Adolfo a prepararse para bailar la diablada en la
Fiesta de la Candelaria. Adolfo estaba nervioso y temeroso, porque era la primera vez que iba
a participar en el baile.

En ese momento, apareció frente a los niños un muki, quien era un duende juguetón. Este hizo
desaparecer a Adolfo. El muki le dijo a Carlos que si quería recuperar a su hermano tenía que
jugar con él y cumplir algunos retos para encontrarlo. Carlos aceptó e iniciaron el juego.

El muki trasladó a Carlos a Huancavelica, donde había dos personas saltando, mientras
flexionaban las piernas y llevaban tijeras en la mano derecha.

Es la danza de las tijeras —dijo el muki—. Se realiza en las celebraciones por motivos
religiosos y culturales. Tu primer reto es imitar a los danzantes.

Carlos empezó a saltar, saltar y saltar levantando las piernas y con la mano derecha simulando
llevar una tijera; el muki sonrió y se divirtió.

El muki transportó a Carlos a Iquitos, donde un grupo de personas saltaban en una hoguera
en llamas, uno por uno de ida y vuelta.

Estamos en la Fiesta de San Juan —dijo el muki—. Es el shunto o salto sobre el fuego para
celebrar la llegada del verano. Tu segundo reto es saltar varias veces sobre el fuego.

Carlos, nervioso, se acercó a la hoguera, entonces saltó, saltó y saltó sobre el fuego. Él
terminó con el trasero ligeramente escocido, lo que divirtió mucho al muki.

Después, el muki llevó a Carlos a Moquegua, donde vio un gran sauce, cuyas ramas
estaban adornadas con globos y regalos. Vio gente bailando alrededor del árbol y que iban
golpeándolo con un hacha.

Estamos en los carnavales —dijo el muki—. Como parte de la celebración está la tradición de
la yunza, donde derribarán el árbol para obtener los regalos; esto es una celebración por la
madre tierra. El reto consiste en que debes derribar ese árbol.

Carlos agarró el hacha y comenzó a golpear, golpear y golpear el árbol con todas sus fuerzas.
Finalmente, el árbol cayó, Carlos tenía los brazos adoloridos.
En ese momento, la vaca loca apareció y empezó a perseguirlo con los fuegos artificiales en
sus cuernos, entonces Carlos comenzó a correr, correr y correr con miedo. El muki se reía a
carcajadas.

Llegaron al puerto de Chimbote, y Carlos vio cómo un barco que zarpaba llevaba una estatua.

Están celebrando la fiesta de San Pedrito —dijo el muki—. La tradición es hacer que la estatua
de San Pedro pesque. Tu reto es tocar la estatua antes de que él pesque algo.
Carlos se arrojó al mar y comenzó a nadar, nadar y nadar lo más rápido que podía hasta que
llegó al barco, luego subió y tocó la estatua de San Pedro.

Regresó empapado y agotado. El muki estaba riendo fuertemente, pero finalmente aceptó
llevarlo con su hermano.
Llegaron a Cusco. Allí, vio que hombres estaban arrojándose piedras entre ellos, mientras
mujeres bailaban alrededor

Esta es la batalla del Chiaraje —dijo el muki—. Es una celebración a la madre tierra. Tu hermano
Adolfo se encuentra más allá de donde está toda esta gente.

Carlos se arrastró, arrastró y arrastró asustado, porque temía que las piedras lo golpearan.
Finalmente, Carlos vio a su hermano sentado en medio del pasto y corrió a abrazarlo.

Esta ha sido una experiencia divertida para mí, y tú has conocido sobre la cultura de varios
pueblos. Hemos ganado los dos —dijo el muki.

Carlos y Adolfo aparecieron en Puno. Fue como si nunca se hubieran ido y continuaron
alistándose para realizar el baile de la diablada. De pronto, Carlos vio unas joyas dentro de su
ropa.

También puedes tener estas joyas —escucharon la voz del muki—. Este es un premio por tu
valentía, fuerza y perseverancia.

Carlos colocó en la vestimenta de Adolfo las joyas para transmitirle esos valores. Ambos
terminaron felices bailando, bailando y bailando habilidosamente en la Fiesta de la Candelaria.

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