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10CAPI09
10CAPI09
O P E R A C I Ó N S I R I R Í Y PALACIO DE J U S T I C I A
ción por el Juez 121 de Instrucción Penal Militar, pero no se logró su identifi-
cación por lo que se volvió a inhumar. Como prendas de vestir se describió una
camiseta caqui, pantalón azul con leyenda "Exportación CTV-Lycra" en la pre-
tina, interior de nylon talla 36, botas negras marca Uniroyal. Estas prendas
coincidían con las que portaba Luis Fernando, al igual que la descripción física
del NN y el sitio de inhumación. El I o de agosto de 1988 la Procuraduría Dele-
gada para las Fuerzas Militares reconoció que alias" Jacinto NN" era Luis Fer-
nando y que había muerto. Por el arresto y posterior muerte de este militante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA condenó al Estado
colombiano el 16 de septiembre de 1988 (Giraldo, 1988).
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Figura 96. Toma del Palacio de Justicia, noviembre 6 de 1985 (Peña, 1987:335).
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 219
La toma del Palacio de Justicia estuvo precedida por amenazas desde me-
diados de 1985 de supuestos narcotraficantes a magistrados de la Corte Supre-
ma de Justicia, para obligarlos a proferir decisiones a favor de la inexiquibilidad
de la ley que aprobó el tratado de extradición de colombianos hacia Estados
Unidos de América. A los organismos de seguridad había llegado un anónimo
informando sobre el posible intento de asalto del edificio de la Corte el 17 de
octubre de ese año, por parte del movimiento guerrillero M-l9, y el anuncio el
23 del mismo mes de "algo de tanta trascendencia que el mundo quedaría sor-
prendido" (Diario Oficial, 1986:6). Los organismos policivos tomaron algunas
medidas de seguridad que a la postre fueron insuficientes pues prácticamente
no había vigilancia cuando penetraron los insurgentes.
El día posterior a la toma el Servicio de Inteligencia de la Policía Nacional
(SIJIN) allanó una casa en la calle 6a sur No. 8-42, donde localizó documenta-
ción que daba cuenta de los detalles del asalto y sus objetivos. Alvaro Fayad,
máximo dirigente del M-l9 ideó el plan, preparado por el Estado Mayor de ese
movimiento, integrado por Luis Otero, Andrés Almarales, Guillermo E. Ruiz,
Alfonso Jacquin y Ariel Sánchez, denominado "Operación Antonio Nariño por
los Derechos Humanos" y que pretendía juzgar al presidente Belisario Betancur
por la "entrega del país a pedazos". Dentro de sus objetivos militares se encon-
traba la toma de magistrados como rehenes donde funcionaban las oficinas de
la Sala Constitucional y Penal de la Corte Suprema, en el cuarto piso.
21 Informe sobre el Holocausto del Palacio de Justicia, noviembre 6 y 7 de 1985, de Carlos Serrano
Rueda y Carlos Upegur Zapata, Tribunal Especial de Instrucción, publicado por Decreto No. 1917 de
1986 del Presidente de la República.
220 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
22 Protocolo de Necropsia No. 3773-85, en el examen interno se establece que existen heridas por
proyectil de arma de fuego, fallece por laceración cerebral secundaria a trauma cráneo-encefálico por
PAF, con ahumamiento en tabla ósea externa en orificio de entrada por PAF en temporal derecho;
orificio de entrada irregular con anillo de contusión de 26x20 mm -positivo para residuos de la
deflagración de la carga (tatuaje)-; orificio de salida de 17x12 mm en temporal izquierdo. Tiene otra
lesión por PAF en hombro izquierdo.
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 221
sas horas. El final de sus vidas: "restos carbonizados cuya causa de muerte no
pudo ser establecida por autopsia".
En el Informe publicado por el Diario Oficial del 17 de junio de 1986, se
anota que "infortunadamente los desesperados ruegos de Reyes Echandía no
se escucharon más, se confundieron con el furor de las llamas. Y con él des-
aparecieron los ocho magistrados que lo acompañaban y los demás rehenes.
La misma suerte corrieron el Comandante Otero y los otros insurgentes. Todo
quedó en el misterio del fuego" (pág. 36). Algunas víctimas, entre ellas magis-
trados, quedaron irreconocibles por lo que su identificación se basó durante las
diligencias de levantamiento de los cadáveres, en elementos indiciarios como
prendas de vestir, objetos de uso personal -cadenas, relojes, candongos, llaves
de vehículo-.
Desde el segundo piso el ejército dispara un rocket contra la pared este del
baño; por el impacto se desprende un toallero; la guerrilla dispara hacia donde
cayó el toallero muriendo instantáneamente Luz Stella Bernal como consecuen-
cia de la ráfaga de metralleta. Una joven secretaria arremete contra Almarales y
lo llama asesino. "Déjenme pensar", grita. Un segundo rocket penetra la pared,
seguido de disparos y explosiones... Gabriel -el testigo entrevistado por
Carrigan y de quien recoge la información aquí expuesta- piensa que el ejérci-
to lanzó una granada de mano al interior del baño. Un tirador dispara su fusil 9
mm al interior por el hueco producido por el segundo impacto, cuyas balas
penetran por la mitad del baño derramando más sangre.
Manuel Gaona recibió 6 disparos y murió fuera de la pared externa del baño
por soldados que estaban apostados en el tercer piso, y que habían recibido la
orden de dispararle a todo lo que se moviera, dice Carrigan; otros plantean que
"las lesiones padecidas por el doctor Gaona fueron producidas por persona o
personas ubicadas en la puerta del baño", es decir por guerrilleros que domina-
ban aquel sitio (Diario Oficial, pág. 47-48); situación similar controvertida su-
cedió con Montoya Gil. Los mismos soldados arrojaron granadas que
derramaron más sangre. Aura Nieto Navarrete y Luz Stella Bernal fueron muer-
tas dentro del baño, al lado del lavamanos y frente al segundo boquete. Uno de
los conductores murió por los fragmentos del primer rocket, el segundo chofer
corrió la misma suerte de las dos mujeres (Carrigan, 1993:246).
Almarales pide silenciar las armas guerrilleras y solicita que salgan las mu-
jeres. 31 jóvenes, secretarias y aseadoras de escasos recursos, salen con las
manos en alto. La secretaria que había atacado a Almarales solicita que salga
pero él dice que son "machos" y se quedan a morir "como machos". Con el
grupo salen dos guerrilleras que estuvieron día y noche cargando armas, a quie-
nes les desea buena suerte. Luego salieron los heridos, cuatro de ellos ayudados
por sus colegas pues por la gravedad de las heridas no podían caminar.
personal y bajar al primer piso todos los cadáveres, operación que se continuó
hasta las 15:30.
Carlos Urán23 no murió de las heridas por los fragmentos del rocket, sino
por proyectil 9 mm disparado contra su cabeza a contacto. Su cuerpo desapare-
ció por 24 horas después de la Operación limpieza y descubierto el 8 de no-
viembre en la morgue, como guerrillero. Es decir, lo confundieron y
posiblemente ejecutaron cuando salía del baño pensando que era insurgente.
Protocolo de necropsia 3783, se reporta laceración cerebral por PAF; tatuaje en frontal izquierdo.
Protocolo 3790, Cuerpo calcinado, herida por PAF 9 mm. de subametralladora.
224 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
cafetería que quizás fueron trasladados al cuarto piso vía escalera privada al
sótano, y de allí a los pisos superiores, aunque existe la versión de que fueron
sacados por un militar a "una casa cerca de la Iglesia de la carrera 7 con calle
10" (El camino de la niebla, 1990, III: 106). En los videos filmados por los
periodistas no hay evidencias de empleados de la cafetería saliendo del pala-
cio. Por consiguiente, como anota el Informe (pág. 49): "Estos cadáveres no
identificados, que no corresponden a guerrilleros, que no son de empleados
porque la nómina aparece completa entre sobrevivientes e incorporados a las
listas de fallecidos ya citadas, son, incuestionablemente, de personas desapare-
cidas. Y las únicas de que se ha dado cuenta a la autoridad, durante estos acon-
tecimientos, son las mencionadas al principio de este capítulo".
Sin embargo, el 12 de noviembre de 1985 los familiares de la desaparecida
Gloria Anzola de Lanao solicitaron al General Mejía Henao procurador Dele-
gado de las Fuerzas Militares que certificara por escrito que "no había deteni-
dos y que todos los muertos del Palacio de Justicia habían pasado a través de
Medicina Legal", sin obtener respuesta alguna, despertando dudas sobre el
paradero de algunas personas, posiblemente detenidas, torturadas y desapare-
cidas por los organismos de seguridad por sus supuestos vínculos con el M-l9.
Es decir, que a pesar de las versiones de encarcelamiento y de crueles tortu-
ras a todos los desaparecidos, los empleados y visitantes de la cafetería se en-
cuentran dentro de los cadáveres carbonizados en el cuarto piso (Op. Cit.: 50).
Los guerrilleros del mismo piso fueron consumidos por las llamas por lo que
quedaron sin posibilidades de identificación; los rematados en el asalto final al
baño entre el 2o y 3er piso se pueden identificar fácilmente, y deben presentar
lesiones por PAF a corta distancia. Por su parte, hay testimonios fílmicos de la
salida con vida de las guerrilleras Irma Franco y Clara H. Enciso.
En fin, perdió el país moral y económicamente; perdió el gobierno del mo-
mento pues se mostró indeciso y débil dando paso al dictado castrense; perdió
la justicia colombiana a sus más ilustres representantes; perdieron las fuerzas
armadas por haber descuidado la vigilancia del Palacio y haber tomado el edi-
ficio sin las precauciones debidas, además por no haber respetado los códigos
militares y el derecho humanitario; perdió la guerrilla pues en su ciego afán de
protagonismo arriesgó las vidas de personas civiles inocentes que no tenían
nada que ver con el conflicto armado y contribuyó a la destrucción de la edifi-
cación y sus valiosos archivos; perdieron los familiares a seres queridos con
quienes compartieron momentos de alegría, amor y trabajo, quedando en la
soledad del dolor y la injusticia. Los familiares de las víctimas del Palacio de
Justicia deben ser resarcidos moralmente escribiéndose la verdadera historia
de esta funesta página de la historia de Colombia, en la que la antropología
forense puede contribuir de una manera importante.
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 225
Según la información del Cementerio del Sur habría 261 cadáveres, de ellos
149 infantiles y 112 adultos.
Figura 97. Primer nivel en la excavación de la fosa común con las víctimas del holocausto del Palacio de
Justicia.
228 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA IDENTIFICACIÓN HUMANA
Figura 98. Esqueleto No. 16 con lesión perimortem en epífisis distal de fémur derecho de la fosa común
de Palacio de Justicia.
1 16 4 1 1-16 Diciembre
2 21 18 2 17-37 Noviembre 30
3 20 12 3 38-57 Noviembre 9
4 24 3 58-81 Octubre
5 10 3 82-92 Septiembre
Total 91 41 6
l /
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 229
Figura 100. Palacio de Justicia No. 61 (lesión por PAF en frontal), reconstrucción facial y foto de FBJ
(Protocolo No. 3771-85).
Figura 101. Palacio de Justicia No. 60 (lesión por PAF en esfeno-frontal), reconstrucción facial y foto
de AMM (Protocolo No. 3784-85).
Figura 102. Palacio de Justicia No. 57 (lesión por PAF en frontal), reconstrucción facial y foto de DBM
(Protocolo No. 3769-85) (obsérvese ausencia de II, 12 maxilares).
Este guerrillero a juzgar por las trayectorias de PAF fue posiblemente ejecu-
tado en posición de rodillas y los brazos levantados.
Teniendo en cuenta las características somáticas y osteopatológicas corres-
ponde al esqueleto No. 71, que infortunadamente tiene un brazo derecho que
no corresponde a este individuo -quizás fue trastocado durante las excavaciones.
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 235
Figura 103. Palacio de Justicia No. 71, reconstrucción facial y EJQ (obsérvese el desgaste particular en
II maxilar derecho) (Protocolo No. 3777-85).
Figura 104. Desgaste incisal de II derecho y diastema interincisal (Protocolo 3777 y esqueleto No. 71).
bulo hepático derecho. Tercer proyectil que afecta epigastrio a 65 cm del vér-
tice sobre la línea media con compromiso de piel. Cuarto proyectil que afecta
región inguinal derecha, sin orificio de salida.
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Figura 105. Palacio de Justicia No. 56, reconstrucción facial y FVS (Protocolo No. 3757).
Figura 106. Reconstrucción facial gráfica de cráneo No. 56 adelantada por morfólogo del CTI de
Pereira.
OPERACIÓN SIRIRÍ Y PALACIO DE JUSTICIA 237
Por esta razón, no se han podido cumplir los objetivos humanitarios, judi-
ciales, históricos y políticos de identificar a todas las personas desaparecidas
del holocausto del Palacio de Justicia, sin distinción de su posición social ni
política.
Tabla 46. Dimensiones craneométricas (mm) de los restos de Palacio de Justicia tomados como ejemplo.
f
56 57 60 61 71 ]
Caso
Sexo M M F M M
Edad Aj Am Aj Aj Aj
Compatible FVS DBM AMM FBJ EJQ
1 174 186 172 181 186
8 157 140 139 143 149
8:1 90.2 75.3 80.8 79.0 80.1
5 106 102 102 98 99
17 145 138 135 139 139
9 103 100 97 85 98
40 101 90 95 94 107
45 134 130 127 125 132
40:45 95.3 88.2 93.1 95.9 108.1
48 72.3 73 60.4 74.9 74.9
51 44.2 42.5 39.7 39.8 45
52 32.8 33.6 30.7 35.6 34
54 24.2 23.2 23.1 24 23.3
55 5.3.6 54.9 46.2 53.4 54.3
75.1 25° 42° 30° 34° 27°?
NMA 127.8° 128.3° 137.4° 139.7° 130.3°
ZMA 117.1° 117.9° 123.8° 118.1° 105.4°
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