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Dentro del estudio teórico del derecho procesal encontraremos tres figuras jurídicas de

suma importancia como son las de acción, pretensión y demanda, figuras estas que son
de necesario entendimiento por parte de quienes se forman en el estudio de leyes y
profesionales que por diversas razones aun confunden y usan indistintamente los
términos, asumiendo así que se tratan de lo mismo, siendo esto un error, pues eso
también seria asumir que su finalidad es la misma y las controversias planteadas por cada
una de ellas también lo son.
La ley y la doctrina claramente diferencian cada una de ellas, ya que sin su adecuado
entendimiento quedaríamos confusos si se nos presentase un eventual conflicto entre
acumulación de pretensiones o definir el objeto de la pretensión con claridad en un libelo
de demanda o incluso en el fin que se buscamos con el ejercicio de una determinada
acción.
Entre tantos diversos roles que pueden ejercer el profesional del derecho dentro de su
ámbito social, están también el ser consultor de asuntos legales de interés ciudadano y la
labor docente, lo cual hace una obligación imperiosa que el jurista maneje adecuadamente
el uso de la terminología y no confunda ni haga uso indistinto de los mismos.
 
LA ACCIÓN EN EL DERECHO PROCESAL
Al abolirse la defensa por la propia persona, es decir, hacerse justicia por propias manos,
lo que viene a constituir quizás uno de los fundamentos esenciales del ordenamiento
jurídico moderno, corresponde al Estado resolver los conflictos surgidos entre personas,
mediante el ejercicio de la función jurisdiccional, que consiste en el estudio y decisión de
los litigios con la aplicación del derecho subjetivo a cada caso en particular.
Ahora bien, la Ley y el Juez no actúan por sí mismos, siendo necesario que para que una
norma de derecho tenga su aplicación, esto es, el dictado de una sentencia por los
órganos jurisdiccionales del estado que ponga fin a una controversia, es necesaria una
primera puesta en marcha, un movimiento inicial.
Esa puesta en movimiento de los referidos órganos mediante la privada iniciativa y
ese impulso es lo conocido como La Acción.
El concepto de acción es uno de los más discutidos en el estudio del derecho procesal,
dando nacimiento a numerosas doctrinas, definiciones y no pocas controversias; teniendo
por resultado que, a pesar de muchos estudios, los tratadistas no se hayan puesto de
acuerdo en una materia tan importante, que quizás es la más básica y fundamental del
derecho procesal porque sobre ella descansa el proceso.
La Acción es entonces el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de acudir a
los órganos jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión. Es un
medio de plantear la solución pacífica de los conflictos de intereses jurídicos y derechos
aparentes ante el órgano judicial.
Es importante destacar que el asunto jurisdiccional desde este planteamiento está siendo
examinado desde el punto de vista del ciudadano y las personas jurídicas que piden
justicia y no desde el punto de vista del estado que cumple con la función de administrar
justicia, es decir, desde el punto de vista de la jurisdicción en sí misma.
USOS DIVERSOS DEL TERMINO
 Eduardo Couture ha precisado tres distinciones del término a saber, que tienen
acepciones distintas:

1. a) La acción como sinónimo de derecho. Es el mismo significado que la actio


romana y el sentido que se le da cuando se dice, “el actor no tiene acción” es decir,
no tiene derecho. La acción en esta acepción se confunde con el derecho
material reclamado ante el órgano jurisdiccional.
2. b) Como sinónimo de pretensión. Este es el sentido más utilizado del término, y
así mismo lo han expresado diversos autores y leyes, siendo un error teórico
procesal su utilización indistintamente como sinónimo de pretensión. Se utiliza
para decir “La acción es fundada o infundada” para expresar la afirmación de tener
un derecho valido, y en nombre de ese derecho promover la demanda
correspondiente.
3. c) La acción como sinónimo de “Facultad de provocar la actividad
jurisdiccional”. Este se utiliza para expresar el poder jurídico que tienen las
personas como tales, en virtud del cual pueden acudir ante los tribunales para
demandar la protección de su pretensión. De manera que, según este sentido, se
entiende por acción, no el derecho material del actor, es decir, el derecho
reclamado en su demanda ante un juez, ni su pretensión como voluntad
manifestada de obtener una sentencia favorable en el proceso e imponerla al
demandado, sino su poder jurídico que acudir ante los órganos
jurisdiccionales, tenga o no un derecho material valido o una pretensión
fundada o infundada. Esta acepción del término acción es la más acertada dentro
de la teoría del derecho procesal.

 
CARACTERES GENERALES DE LA ACCIÓN.
Según la teoría de la acción como derecho autónomo, es decir, como pretensión de la
tutela jurídica se destaca lo siguiente:
1) La acción es un derecho subjetivo distinto al derecho material que ha de ventilarse en el
proceso.
2) La acción existe con anterioridad al proceso, ya que nace cuando aparece la
necesidad de protección.
3) La acción no protege el interés en litigio, sino que el litigio tenga una justa
composición. por eso la acción es un derecho público, en cambio el derecho material
que causa el litigio es un derecho privado.
4) La acción es un derecho subjetivo procesal porque impone al juez la obligación de
proveer independientemente del derecho material invocado. El sujeto pasivo de la
acción es el juez.
5) La acción es un derecho cívico, encuadrado dentro de los derechos subjetivos
públicos.
6) Su naturaleza es de carácter público, pues la tutela judicial efectiva es parte de las
garantías procesales establecidas en la modernidad en muchas constituciones y leyes
fundamentales.
7) Su fin último es encontrar fin de la controversia mediante sentencia del órgano
jurisdiccional.
8) Se tiene frente al estado para que la otorgue, y frente al particular obligado, para que
la soporte y se someta a su tutela.
9) Es necesaria la presencia del órgano del estado investido de jurisdicción para
ejercer la acción, es decir, un órgano del Estado con las atribuciones legales para
administrar justicia en nombre de la república y por autoridad de la ley.
10) Ese órgano debe ser el objetivamente competente en la causa en particular, y
subjetivamente capaz de juzgarla.
11) Es necesario que las partes involucradas tengan capacidad procesal para ser
sometidos a la tutela judicial.
CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES.
 Humberto Bello Lozano en su obra Teoría General del Proceso clasifica las acciones de la
siguiente manera:
1) ACCIÓN DE CONOCIMIENTO:
Esta tiene como fin lograr que el sentenciador decida acerca de si existe o no el
derecho alegado o pretendido por el actor, y el cumplimiento de las obligaciones
requeridas por parte del demandado, debiendo en la sentencia señalar a quien
corresponde la razón, ya sea en forma de una simple declaración, de condena contra el
demandado o estableciéndose la constitución, reforma o extinción de una relación jurídica.
Así pues, la acción de conocimiento tiene como propósito una sentencia que podrá ser de
mérito o inhibitoria, favorable o desfavorable a la pretensión perseguida.
Se divide en declarativa general o dispositiva, subdividiéndose a su vez en declarativa
propiamente dicha, de declaración constitutiva, de condena y cautelar.
Es declarativa general, cuando se solicita del juez que determine lo que la ley
establece en forma expresa y general; en tanto que la declarativa pura, o mero
declarativa su objeto es obtener una sentencia mediante un simple proceso
declarativo, comprobándose así la existencia o inexistencia de una relación jurídica
o de un derecho, a modo de ejemplo podemos señalar la acción ejercida por un individuo
a fin de ser declarado como heredero legítimo de un fallecido, o la acción intentada para
ser declarado concubino mediante una sentencia judicial, estableciendo así una relación
jurídica que otorgaría al actor derechos subsiguientes una vez sido declarado como tal.
En ambos casos se verá agotada la pretensión del actor con la declaración. Entre las
figuras declarativas de carácter sustancial están las de Estado y filiación; desconocimiento
de hijos habidos durante el matrimonio, inquisición de paternidad, declaratoria de ausencia
y presunción de muerte, la declaratoria de comunidad, la prescripción adquisitiva y todo lo
referente a la quiebra en materia mercantil.
2) ACCIÓN EJECUTIVA:
La acción ejecutiva es la que permite al actor exigir el cumplimiento coactivo de una
obligación, porque ella consta de un título donde aparece en forma cierta su exigencia.
Esta acción a diferencia de la anterior no persigue con ella el reconocimiento de un
derecho, de una obligación, o la constitución o extinción de un estado jurídico, ya
que tal derecho ya ha sido reconocido mediante el instrumento legal que da derecho a la
exigencia, es decir, el título.
Humberto Cuenca en su tratado de derecho procesal civil señala que en la legislación
procesal patria no existe la acción ejecutiva en la forma establecida en otras
legislaciones; y así nuestros procesos de carácter ejecutivo, como la ejecución de
hipoteca y la vía ejecutiva señalada en el Código de Procedimiento Civil tienen como fin el
que los juicios sean de mayor agilidad que los ordinarios, teniendo en todos ellos el
demandado la facultad de hacer oposiciones, lo que llevara su tramitación a los canales
del juicio ordinario; y será solamente en el caso de que el ejecutado no se oponga, cuando
se dé efectivamente el carácter ejecutivo del proceso.
Por tanto, la acción ejecutiva:

1. a) Está fundamentada en un título ejecutivo, es decir, un instrumento


autentico de carácter serio y suficiente que demuestre la inmediata ejecución
de un derecho subjetivo ya discutido, como por ejemplo un documento
constitutivo de hipoteca.
2. b) El titulo ejecutivo debe contener ciertamente la obligación del demandado
de pagar una cantidad liquida con un plazo cumplido, este requisito ya es propio
del estudio de las obligaciones civiles por tanto solo hacemos mención de ello sin
profundizar.
3. c) El titulo ejecutivo que fundamenta la acción ejecutiva debe tener un
apremio o requerimiento de pago.

3) ACCIÓN DE CONDENA:
La finalidad de la acción de condena es la declaración de condena, o simple
condena, es obtener un dar, un hacer o un no hacer, mediante sentencia del órgano
jurisdiccional, que vendrá a ser el título de exigibilidad de la prestación, y en la práctica
profesional son las más numerosas.
El jurista Devis Echandia las define como el derecho a obtener una sentencia que resuelva
favorablemente o no la imposición de una condena al demandado, mediante un proceso
de condena, siendo sus presupuestos un pretendido derecho material cuya existencia está
sujeta a lo dispositivo de la decisión, la afirmación de haber sido violado o no ese derecho,
y el interés de que el litigio se componga en forma normal por la vía judicial.
Además, se requiere para el juzgamiento a fondo del asunto, la legitimación en la causa y
la legitimación procesal.
Su diferencia con la declarativa está en que el actor persigue la imposición al
demandado de una responsabilidad, en tanto que, en la otra, se busca una
declaración que tenga su eficacia en sí misma.
4) ACCIONES CONSTITUTIVAS:
Se consideran como el derecho a perseguir mediante un proceso, una sentencia que
resuelva sobre la pretensión buscada, para conseguir la constitución, extinción o
modificación de un estado jurídico, en base a la afirmación del actor interesado de haber
ocurrido los hechos, que de acuerdo a la ley ha de producir esos precisos efectos jurídicos.
Tienen mucha similitud con las acciones declarativas por agotarse el interés del
actor con la sentencia, no necesitando de la ejecución posterior, y su diferencia estriba
en que afectan directamente a terceros, obligándolos de manera tal, que su finalidad
no es la declaración en sí misma, sino los efectos en relación a los terceros.
Se asemeja a las acciones de condena en que, si la sentencia es favorable, modifica el
estado actual de cosas, estando la diferencia en que la sentencia no requiere posterior
ejecución, puesto que se produce por el solo hecho de la declaración, en tanto que en las
de condena, la modificación nace por el pago hecho al trasladarse un bien al patrimonio
del demandado al demandante o al cumplirse un acto de aquel en provecho de este.
5) ACCION CAUTELAR:
Mediante el ejercicio de esta clase de acciones, se moviliza la autoridad judicial para
dictar en la práctica de sus atribuciones las medidas necesarias que les sean
pedidas para el aseguramiento de un derecho o para su defensa.
En el léxico procesal se alude a medidas que son verdaderas acciones; las que podrán
ser conservativas, cuando se tiende a mantener un estado de hecho o evitar la
pérdida de un derecho, como los interdictos prohibitivos o posesorios; y modificativas,
que a la vez son innovativas, por alterar provisionalmente un status jurídico, tal
como sucede en las medidas preventivas de embargo, secuestro, prohibición de
enajenar y gravar, de salida del país, entre otras.
Ha sido inmensamente discutida la autonomía de este tipo de acciones, pero para efectos
teóricos hemos decidido incluirlas y mediante su estudio particular el lector podrá
determinar su criterio; para muchos, no constituyen más que una declaración de voluntad
al servicio de otra posterior, asegurándose que no son más que una manifestación o
variante de las acciones declarativas, de condena o ejecutiva. En efecto, sus actividades
son de garantía y dirigidas a obtener anticipadamente la actuación del derecho objetivo.
EXCEPCION EN EL DERECHO PROCESAL
 Establecidos ya los conceptos, caracteres generales, acepciones y clasificaciones de las
acciones en el derecho procesal, es necesario estudiar La Excepción, siendo esta una
figura jurídica ligada a la acción y sin la cual no podríamos entender todo el entramado que
da inicio a la relación procesal de los sujetos.
Se puede estimar que la excepción como la posición asumida por el demandado
frente a la acción del actor, que es el sujeto activo de la relación procesal; viene a ser
una acción destinada a obtener una declaración negativa.
Si la acción es un derecho concreto del individuo a la tutela jurídica, la excepción no es
más que el contra derecho del demandado y cuya finalidad es enervar el derecho de
acción del demandante. La excepción goza del mismo carácter potestativo de que goza
una acción, y su derecho debe ser fundado o capaz al menos de lograr un
pronunciamiento favorable a la aspiración del demandado cuando la interpone.
El demandado no aspira a que se le reconozca un derecho subjetivo en contra del
actor, sino que la sentencia excluya su derecho, rechace la demanda del actor y restituya
así la libertad de la cual gozaba el accionado antes de la iniciación del proceso.
En sentido amplio consiste en toda defensa opuesta a la acción; en sentido
restringido, que comprende toda la defensa fundada en un hecho impeditivo o
extintivo de la acción; y en sentido estricto, ceñido a un hecho impeditivo o extintivo que
el juez puede tomar en cuenta únicamente cuando el demandado lo invoca; su naturaleza
jurídica consiste en la impugnación dirigida a la anulación de la acción. En este
sentido de acuerdo a la relación lógica procesal podemos decir que no existe la
excepción sin la acción, ya que esta no es autónoma, necesita de la acción para su
ejercicio pues siempre va a constituir una defensa contra aquella, en tanto que la acción
no necesita de la excepción para su existencia en tanto derecho público del
individuo de obtener tutela judicial, pero la excepción debe ser garantizada a los fines
de obtener una sentencia sin vicios que puedan anularla y garantizar así el debido
proceso, uno de los pilares fundamentales de un estado de derecho.
LA ACCION PENAL
 De acuerdo al estudio del derecho penal, desde ese punto de vista entendemos el delito
como un hecho típico y antijuridico, establecido en la ley y sancionado con una pena, que
desde la óptica social se le puede tomar como una violación no solo de las normas legales
sino de la seguridad de la colectividad, los intereses ciudadanos y al orden jurídico en
general, de aquí que la transgresión de una norma penal produce el mérito de una
pena y en consecuencia da nacimiento a una acción penal.
En materia penal entienden delitos de acción pública y delitos de acción privada, y
en esto solo se diferencia del concepto general de la acción en determinar quiénes
son los que tienen la cualidad para dar inicio al proceso y obtener resolución mediante
sentencia; en los delitos de acción publica la titularidad de la acción corresponde
exclusivamente al estadomediante instituciones constituidas previamente para tal fin, es
decir, instituciones que tienen como finalidad perseguir y solicitar al órgano embestido de
jurisdicción la sanción por la comisión de los hechos punibles investigados, y por eso son
denominados de esa manera, mientras que los delitos de acción privada corresponde
a la víctima impulsarlo hasta obtener favorable sentencia, en estos delitos, los de acción
privada, el ejercicio de la acción no corresponde exclusivamente al estado.
CARACTERES DE LA ACCION PENAL.
Es de suma importancia estudiar y analizar las características de la acción penal, pues en
ellas se verifica la diferencia que existe entre este tipo de acción con respecto a la
acción civil, su importancia desde el punto de vista social y en particular que la hace tan
excepcional en referencia a su cualidad de ejercicio por parte del estado
La acción penal es exclusivamente publica debido a los siguientes razonamientos:
1. a) En relación a su finalidad. Como en el concepto general de la acción su fin no
es otro que el de iniciar y promover la decisión del órgano jurisdiccional sobre una
determinada relación procesal; lo buscado es que el órgano del estado actúe y
decida la controversia surgida.
2. b) En relación a su objeto. Busca no otra cosa que la aplicación de una norma
penal a un caso concreto, que por cuestiones de orden público y seguridad social
debe ser exclusivamente responsabilidad del estado, y bien sabemos que, sin el
mantenimiento del orden jurídico en un país, las instituciones jurídicas creadas en las
leyes fundamentales pierden credibilidad, eficacia y se pierde la paz social como
norte de un país. La acción penal es publica por su naturaleza.
3. c) En relación a la extensión de su ejercicio. La acción penal no pierde ese
carácter aun cuando el agraviado se constituya en acusador, pues la actividad no
está dirigida sino a requerir al órgano jurisdiccional competente para que este actúe
debidamente.

UNIDAD DE LA ACCION PENAL


La acción penal es una, y a diferencia del derecho civil no se admite la multiplicidad
de acciones desde el punto de vista teórico; en el derecho civil cada contrato, cada
hecho jurídico engendra una acción especifica; lo que no sucede en lo penal, porque del
delito o de la falta solamente nace una acción, que es la acción penal y su finalidad
única no es otra que obtener del órgano jurisdiccional competente la aplicación de
una pena por la infracción cometida una vez probada la relación jurídica procesal entre
el delito y el sujeto activo del mismo.
En este mismo sentido se entiende que la acción penal es indivisible, lo cual significa
que ella se extiende sola y única sobre todos los actores del hecho
delictuoso cualquiera que sea su grado de participación en la comisión del delito.
IRREVOCABILIDAD DE LA ACCIÓN PENAL
 En los delitos de acción pública, esta es irrevocable, y en esta clase de delitos aun
cuando haya acusador particular propio, obligatoriamente ha de intervenir el Ministerio
Público; de manera tal que aun cuando el acusador privado se separe del juicio, este
no se termina sino que continua hasta sentencia mediante la intervención del
representante fiscal, lo que no sucede en los delitos de acción privada donde la
acción tiene el carácter revocable, ya que el acusador puede desistir de su acción.
También es autónoma la acción penal, en vista que es completamente independiente
del derecho subjetivo presuntamente lesionado; así pues, el derecho de accionar
puede intentarse sin perjuicio de que el inculpado sea absuelto o la causa termine
por la vía del sobreseimiento.
ACCION Y PRETENSION
La pretensión es otra de las figuras de suma importancia dentro del estudio del derecho
procesal, aunque no tan compleja como la teoría de la acción, si es importante
conceptualizarla y diferenciarla de la acción, y de la demanda como acto procesal.
La pretensión es la afirmación de un sujeto de derecho de merecer la tutela jurídica
y de la aspiración de que se haga efectiva.
Eduardo Couture claramente afirma que la pretensión no es la acción, y considera que: “la
acción es el poder jurídico de hacer valer la pretensión”. Por tanto, podemos decir
que la pretensión es una manifestación de voluntad, subjetiva e individualizada que
se hace valer con la acción, pues por sí sola no puede manifestarse y ningún juez u
órgano atribuido de jurisdicción puede satisfacer una pretensión que no ha sido
manifestada a través de la acción. La pretensión necesita de la acción para hacerse
valer y a su vez toda acción lleva inmanente una pretensión de obtener favorable
dictamen; son figuras jurídicas emparejadas.
En este mismo orden lógico de ideas Carnelutti la define como “La exigencia de la
subordinación de un interés de otro a un interés propio”. Este interés propio se
muestra o se revela a si mismo alegando la supuesta existencia de un derecho subjetivo
material propio, porque se considera que ha sido enervado. Ahora bien, la existencia o no
de ese derecho subjetivo material la determinara el juez en la sentencia.
De allí que la pretensión puede ser planteada por quien tenga derecho o por quien
no lo tenga, en el primer caso será fundada y en el segundo caso, será una
pretensión infundada.
En el derecho procesal y en los códigos podremos encontrar siempre la
acumulación de pretensiones que no se excluyan entre sí, pero nunca la
acumulación de acciones, pues la acción es una sola y una vez hecha la petición al juez
correspondiente ha sido puesta en ejercicio y emitida la sentencia favorable o desfavorable
ha quedado agotada, en cambio la pretensión queda satisfecha con la obtención de
una decisión favorable para el accionante, pues esta es subjetiva, forma parte del
interés propio del accionante, un interés que va más allá de obtener respuesta del
órgano jurisdiccional, se extiende hasta la obtención de sus deseos, de la voluntad que
dio inicio a proponer la acción en primer lugar.
Aun puede encontrarse en la doctrina la utilización del término acción y pretensión
indistintamente, al igual que acción y demanda, siendo como hemos visto que cada
termino alude a una figura legal distinta, y es deber de los profesionales del derecho insistir
en el correcto uso de las acepciones y la terminología legal correspondiente.
ACCION Y DEMANDA
La demanda es un acto procesal, se ve materializada en el escrito por el cual se inicia
el proceso, denominado Libelo de Demanda.
Para Couture el derecho de demandar es la acción, el indica que todo sujeto de derecho
junto con sus derechos materiales o sustantivos, tiene su poder de acudir a la jurisdicción;
y la acción es ese poder jurídico.
El derecho de demandar es el ejercicio concreto del derecho a acudir a la jurisdicción.  La
demanda tiene un doble contenido, pues en ella se reúnen el derecho de acción y la
pretensión. Ambas figuras se ven inmersas en el acto procesal de demandar, es decir, al
demandar el individuo ejerce la acción y a su vez hace valer su pretensión.
Con la resolución o la sentencia favorable del juez se satisfacen ambos aspectos, la
acción y la pretensión. Si la demanda no es fundada solo queda satisfecho el derecho de
acción. Con esto se pone en evidencia el error de algunos tratadistas al afirmar que la
acción es el derecho de obtener una sentencia favorable.
LA DEMANDA COMO ACTO PROCESAL
Rengel Romberg, en su tratado de derecho procesal civil afirma que de la acción y la
pretensión se diferencia la demanda. Esta, no es un derecho, sino un acto
procesal. El acto procesal por excelencia del actor (demandante). En el proceso civil se
inicia por demanda. En ella se hace valer la acción, dirigida al juez para tutela del
interés colectivo en la composición de una litis y se ejercita y se hace valer la
pretensión simultáneamente, dirigida a la contraparte pidiendo la subordinación de
su interés al interés propio del reclamante. La demanda tiene pues, un doble contenido,
porque en ella se acumulan el ejercicio de la acción y la interposición de la pretensión.
Este contenido complejo de la demanda, ha hecho atribuir erróneamente a la demanda la
determinación objetiva del proceso, que está dada más bien por la pretensión que en ella
se hace valer y ha hecho posible considerar, también erróneamente, que el contenido de la
acción ejercida en la misma es el interés privado e individual controvertido en el proceso
que se inicia con la demanda.
Para que la demanda sea declarada con lugar y el actor pueda obtener la resolución
del juez que le dé satisfacción a su pretensión, es necesario que el juez al examinar
el mérito de la demanda, la encuentre fundada, vale decir, que las afirmaciones de
hecho y derecho aducidas por el demandante para justificar la pretensión resulten
verdaderas y debidamente probadas en el proceso.
Con la resolución del juez favorable al demandante se satisface el derecho de acción y se
satisface la pretensión. Pero pudiera suceder que la demanda resulte declarada sin lugar,
por no estar fundada la pretensión. En este caso se satisface de todos modos el derecho
de acción y solo se rechaza la pretensión.
Se comprende ahora, después de hacer distinciones, el error de las teorías de la acción en
sentido concreto, según las cuales la acción es un derecho a sentencia favorable y solo
tiene acción quien tiene razón. Estas teorías como hemos visto confunden la acción con la
pretensión y colocan como contenido de la acción el derecho subjetivo material que se
hace valer con la pretensión.
La acción corresponde a todos, con abstracción de su fundamento, tanto el que
tiene razón como el que no la tiene.
La jurisprudencia ha establecido que “la demanda es el acto introductivo de la causa, y
sin demanda no hay procedimiento. Pero el dar comienzo al procedimiento no da
inicio al mismo tiempo a la relación procesal que vincula entre si a los sujetos del
proceso, pues esta se constituye con la citación, y se va desarrollando con los
sucesivos actos procesales de las partes y del juez”.
 ¿QUÉ ES LA PRETENSIÓN?
La pretensión es lo que se pide, pretende o solicita a otro sujeto.

En la pretensión existen dos sujetos:

1. ACTIVO: Es el individuo que quiere obtener algo.


2. PASIVO: Es el individuo que debe realizar ese algo que el sujeto activo le solicita.
En palabras de Carlos Arellano García, la pretensión es “lo que concretamente solicita el sujeto
activo del sujeto pasivo, independientemente de que tenga derecho o no a ello.”2

De la definición anterior, te podrás percatar que el “pretender” solicitar algo a otro sujeto, no
necesariamente significa que tengas derecho o no a ello.

No te preocupes si en este momento no has comprendido el concepto de pretensión, más adelante lo


entenderás perfectamente.

 ¿QUÉ ES LA ACCIÓN?
En materia de derecho procesal, la acción es la facultad de impulsar la actividad
jurisdiccional, es decir, al ser ejercitada, el Juzgador deberá resolver la pretensión que integra
la demanda o escrito jurídico que sea presentado.
Carlos Arellano García, en su libro Teoría General del Proceso, cita al Licenciado Cipriano Gómez
Lara en la página 254, donde señala lo siguiente: “Así, el derecho subjetivo es algo que se tiene o
que no se tiene y, por el contrario, la pretensión es algo que se hace o no se hace, es decir, la
pretensión es actividad, es conducta. Es claro que la existencia de un derecho subjetivo, se puede
derivar una pretensión y, de la existencia de la pretensión, se puede llegar a la acción, como
una de las formas de hacer valer la pretensión. En concepto nuestro, la pretensión es la
determinación de la reclamación o exigencia de un sujeto frente a otro que hipotéticamente deberá
desplegar una conducta para satisfacer tal reclamación o exigencia.”1
 ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE ACCIÓN Y PRETENSIÓN?
En artículos anteriores hice una especie de línea del tiempo donde podías percatarte sobre que es
primero, si una pretensión o una acción, no te preocupes, volveré a colocarlo:
DERECHO SUBJETIVO -> PRETENSIÓN -> ACCIÓN

Cómo puedes darte cuenta, para que puedas ejercer una acción, es necesario que primeramente exista
un derecho subjetivo a tu favor, y después de ello, que tú pretendas ejercerlo a través de
una acción.
DERECHO SUBJETIVO = Algo que se tiene o no se tiene.

PRETENSIÓN= Algo que se hace o no se hace (actividad o conducta).

ACCIÓN= Forma de hacer valer la pretensión.

La diferencia entre acción y pretensión consiste en que mientras en la acción tienes la facultad de


impulsar la actividad jurisdiccional para que un juzgador resuelva tu pretensión relacionada con un
derecho subjetivo que consideras te ha sido violado, la pretensión únicamente consiste en lo que
pide, solicita o pretende quien haya ejercitado la acción, es decir, el sujeto activo.
 ¡NO LO OLVIDES!
Mientras que la pretensión es una conducta de hacer o no hacer valer un derecho subjetivo, la
acciónconsiste en la forma en cómo hacer valer una pretensión de un derecho subjetivo.
1.- Citado por Ignacio Burgoa, El Juicio de amparo, Editorial Porrúa, S.A., México, 1975, p. 252.
2.- Teoría General del Proceso, 16ª edición, Editorial Porrúa, S.A., México, 2007, página 252.

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