[PSTH TÉGNG

IR DE LH UUM CIVIL
1 Fundador: MIQUEL GISTAU FERRANDO P U B L - I C A C I Ó I V I V I E I M S U A L .
Declarada d e utilidad por
I A ñ o X. — N ú m . 109. R . O . d e 1 8 d e m a y o d e 1916.

y MARZO O E 1919.

•Conducción normal de un preso

:: por gendarmes franceses ::::
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TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL. Edición de obras, planos, libros
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Churruca, 3 , praL c e n t r o dcha.-MADRII^

A p a r t a d o d e C o r r e o s ^ 4 5 .

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 PUBLICACIÓN
AÑO X MARZO DE
E^lE
iS DE 6UARDA
ÍS PARA CABOS
MG tenido ocasión de seguirlos muy de
cerca, tanto los veriñcados a primeros t!el
aüo 1918 .como..lo? realizados al final del
mismo \ comienzos de 1919. He oído opiniom s
encontradas .sobre si el sistema es bueno '..
malo, y .si era mejor o peor el i)rocedim).anio
antigiuo.- He desechado las que me han pa-
recido muy exageradas o íiiei'a de realidad.
He leído el pi'ográma más de una vez; be .
leído cl prontuai-io texto contesitación ,al pro- grinación de cambios de tercio, buscando
grama. He presenciado muchos de- esos exá-
menes, por'no decir todos. Los ejercicios no
lian sido para mí un secreto.
Estas imones y otras creo son suficientes
para haber llegado a formar una opinión
propia, basada en hechos, que me considero
en el deber do da.r a la publicidad para que
nos vayamos dando cuenta de la importtin-
cia que tiene llegar a un sistema de hacer
cabos que cause menos perjiuioios al servicio
y.que sirva de garantía para asegurar- qtie
los que aprueben serán buenas clases, ftnte-
•radas de sus obligaciones y con bagaje de
conocimientos suficiente para, sobre la base
' de ellos, irlos preparando peco a poco, basta
conseguir que los oficiales procedentes de
ias clases de tropa del Cii¡erpo sean honra
del mismo y puedan desempeiiar su misión
^u la aureola de prestigio y competencia
tan necesarios al mando y al concepto D Ú -
blico.
El sistema antiguo.
•'"a deficiente, No hay duda sobre ello,
'-os cabos que elija la Guardia civil deíisn
^ r entre los guai-dias mejores de toda lís-
l^afia. Hay .pi-ovinoias que, por razones del
'^*t'vicio o por sor las Comandancias bande-
i'ines de enganche, son muy pocos los axie
•¡••studian, y muy joven, en años de servicio,
^1 personal. En ellas los aspirantes a cabos • provincia, y que lo qne comi^ene es tener
, -^^n pocos y no 6í5tán bien preparados. Ha- chases conocedoi-as de la Comandancia y det
eiendo cabos de tercio, salen de las mismius
fabos flojos de la Guardia civil, bastiute
MENSUAL
1919 O M 0 M. 10 9
menos impuestos y con menos vetei'.anía c[ue
la de aquellas otras en que los aspirantes
eran muchcs y estaban míus preparados.
''0curría también que guardias aprobados
co-n plaza y con puntuación def;erminada en"
un tercio, era esta puntuación más baja que
los aprobados sin plaza, isn otros.
Ocurría íiambiéii que lois gutu-dias que que-
rían ser calaos andaban e« constante pere-
probar fortuna; p.ues d'e seguir ear los su-
yos, en los que quKlaron sin plaza, en dos,
tres o cuatro años no habría exámenes, y
les urgía, con grandísima razón, ponerse
en condiciones para retirairse de sargentos.
Y ocurría también, y e.sto es humajio e irrc-
íutable, porque quien diga que no .se debe
proteger a los que nos han servido con leal-
tad no vive en la realidad, o es un ecpiivo-
cado o un pretencioso, qu« los buenos esca-i-
bientes, los fieles ordena-nzas, los que per
un hecho o servicio aislado habían tenido la
suerte de caer en gracia del cajiitán o del
jefe, aprobaban siempre, en tanto que ;iue-
daban eliminados los incógnitos.
Que esto ha pasado es irrebatible; qne ha
' dado margen a muchos disgustos e inciden-
tes desagradables, también;, que las reola-
miEjcioncs veladas y las campañas de Prensa
contra las desigualdades del sistema erfm
constantes, también. Y que la modificación,
. por eso, por ser modifica.ción, se acogió con.
;! arado en los de abajo y en los de arriba.
El sistema actual.
Consideran rmos que es un eiTov y vn
perjuicio grave para el servicio lo de que
un guardia que en Sc-frilla ascienda a cabo
se le destine a Barcelona. Dicen que se le
otíginaii gastos, que va a cJüga.¿ a la nueva
r-jeno.
Otros, poi- el contra.rio, encuentran per-
 82
fectamente el cambio, porque el nuevo ca-
bo, sin compromisos, con más libertad, con
más respeto puede ejercer el mando.
Nn comento talos cosas. Hablo sólo de exá-
menes, de procedimientos. Porque los (.>ro-
cedtmientos y la forma de examinar y hacsr
cabos lo mismo debe aplicarse, queden o no
en las Comandancias. Las conveniencias del
servicio son las que mandan; porque, modi-
fiqúese o no lo de les traslados por.¡¿censo,
siempre h a de "'haber aspirímtss sobrados
para ser cabos, que lleva consigo ser sar-
gentos, suboficiales u oficiales.
La irapla-níación del Tribunal único es un
acierto, y era una aspiración general entre
los individuos de tropa. Todos deben pasar
pior las mismas pruebas y ser sometidos al
mismo juicio y al mismo criterio de pun-
tuar.
Prueba la bondad del procedüniento que
no se ha visto ni nn solo artículo de perió-
dico, ni se sabe de anónimos, ni de cart-is,
ni de nada, que censuren desigualdades. Si
algo ha habido 'ba sido precisamente ipie-
jándose d e lo que queda e n el actual siste-
ma que tiene relación c o n el antiguo. Me
refiero a que limitándose por tercios el nú-
mero de los que han de venir a Madrid, di-
cen que no vienen a Madrid precisameute
l o s mejores, y que, arm pasan gato por
liebre.
Tal vez sea cierto en algún caso aislado;
pero puede evitarse. Ya diremos cómo.
El Tribunal único.
En los .dos exámenes que se llevan hechos
ha estado formado por el general secreta-
río, como presidente, y por un coronel, un
teniente coronel, un comandante y un capi-
tán, todos del cuadro eventual y distintos,
menos el capitán, las dos veces.
En honor a la verdad; ni el general'Ari-
zón, ni el general Zubia, ni el general Ama-
yas, ni el general De Francisco, directores
yjsecretarios, respectivamente, ejercieron la
más mínima coacción ni recomendaron a
NADIE. Jefes y oficiales que se i n t e r e s a T o n
por Fulano o Zutano hubo muchos; pero fué
criterio unánime prescindir de recomenda-
ciones, que se contestaban luego de exami-
riados con las consabidas fórmulas de «ten-
g o el gusto» o, «tengo el sentimiento».
Hubo casos que,se dijo «ahí, de mi tercio,
va Zutano, a quien se lo ha dado el número
uno; apriétenle, porque debe ser de los pri-
meros»; y a Zutano, para darle númaro, se
le medio apretó un poquitín y fué a salir
de los últimos... Hubo otros, y ha sido este
REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL
año, y de CabaUería, que vinieron a exa-
men por la ampliación que hubo en alg"''
nos tercios de quq mandasen los que
daron aprobados con exceso del número
ñalado, en vista de que otros' no se pi'^;
sentaron o se presentaron pocos, y a 1°^
que se suponía flojítos... Pues bien; coD
gran asombro se vio -que los que quedaba»
exceptuados de venir estaban mejor, mucb"
mejor preparados que algunos números
de otros tercios.
Los e/xámenes se verificaban siempre »
presencia, por lo menos, de seis u ocho exa-
minandos. Cuatro sacaban bolas que seña-
laban 6 1 número de la papeleta que habíais
de explicar, y, sentados en un banco, ante
el Tribunal, repasaban la papeleta; otroí-
en otro banco, esperaban el turno de ser
llamados uno a uno. *
' Explicaban la papeleta, no toda; y si P"''
haber estado muy' bien se presumía que P<''
día aspirar a nota alta, se le hacían dos o
tres preguntas del programa, y a casa.
Todos los señores del Tribunal calificaban
en todas las materias. Al final del examen'
se leían las cer.^m-as, y a quien Dios se 1
diera, San Pedro se la bendijese; es decii'i
que no se sabía quiénes podrían obtener o n^
plaza; pues como se presentaban el ^
por 100 más de aspirantes que de plaza^'
algunos-habrían ds quedarse fuera, y éstos
serían los de menos nota.
En muy pocos casos se ha reprobado.
sido ánrvitable. Se tuvo siempre muy
cuenta que ya habían pasado por otros Tri-
bunales; pero sin duda tuvieron suerte
la papeleta que les tocó en su tercio, y P^'
saron, y aqui, no sólo no la tuvieron, siK^
que demostraron desconocimiento en algui^'^
o varias materias; y como todo era púbüc"
y se hacía absoluta justicia, justicia ord^'
naba reprobar, y se reprobaba. ¿Habría eJi
éstos algún gato de los intentados pasar
liebre?
Al examen escrito se le dio gran impoí'
tancia. Consistía este examen en, reunido*
iodos los de la tanda, doce o catorce en 1°^
exámenes de febrero y veintitantos en 1"''
de diciembre-enero, dictar en alta voz n^
vocal, el secretario, oraciones sueltas, en 1^9
que figuraban palabras de dudosa ortogí*'
fía sí, pero de uso corriente y al alcance d^
todas las inteligencias.
La duración de este ejercicio sería de me-
dia hora, y la extensión, catorce o diecisé'-
líneas.escritas en papel de barba.
Después se les ponía una cuenta de diví'li''
y haliar la prueba, un número para escribí''
 HEVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL 83

en cifras romanas y que dibujasen un par de ber y conviene conozca toda clase del
figuras geométricas. Cuerpo.
De liaber un poquitín de rigoi', no más, en La táctica está con gran extensión. Daba
este ejercicio no pasan la mitad. El número pona ver ei giran esfuerzo'de los veteranos,
romano, por excepción ¿c ponía bien— es que a lo lorito repetían, sin saber lo que de-
del programa—; las figuras geométricas, un cían, párrafos y párrafos.
cono, un paralelogramo—del programa tam- En servicio de guarnición se habla de san-
bién— 'igualmente eran mal dibujadas y to, de seña, de contraseña, y no se dice qué
confundidas; de' ortografía no hablemos. es esto, y no sabían, por lo tanto, en el exa-
Cometer veintitantas' faltas, y aun trein- men qué era ello.
ta y taintas, sucedía en alguno casi a diario; En Código dé Justicia militar hablaban de
veinilitantas, muchos. Lo general oscilaba penas, y no sabían, porque no se leis exigía,
entre doce y veinte; de ninguna, hubo ei pa- la duración de las mismas.
sado año dos; éste, ninguno. En aritmética y geometría, casi nulos prác-
Según el número de faltas de ortografía, ticamente, y a que nada para enseñar la
porque de las de puntuación se prescindía, práctica se les dice.
tai era la nota. Se decía, por ejemplo: los En atestados y partes, los casos rutina-
que cometan una falta, 18; los de dos, 17; de rios, que decían de corrido^..
nueve a once, 12; catorce o quince, 10; etcé- El prontuario no es un libro pedagógico,
tera, etc.; más de veinte, 7... En un solo caso y debiera serlo.
se ha suspendido era escrito, y fué porque
en once lineas había 39 faltas de ortografía; Lo que se impone.
¡y qué clase de faltas! Ebro con hache, ayer
con hache también, hastosia por autopsia, Con ailgunas modificaciones,' el sistema de
bago, bagainudo, vevedor, bicioso, hora, es- hacer cabos en la Guardia-civil me parece
lava, etc., etc. bien.
Ahí va en lo que creo debe consistir, a gran-
En ortografía hay muciho abandono. La
des rasgos.
ortografía indica cultura, haber leído; más
que por reglas, entra la ortografía por ta re-' Al guardia debe examinarlo siempre ol jeíe ;
tina. de su Comandancia, y, a ser posible, el ca-
pitán de su compañía... Es idlecir, que creo
Por eso se ha dado el caso de quienes con
bribante ejercicio escrito jian hedió regular que dos representaciones del tercio de los
examen teórico, y dtiros qire sabiendo de me- examinandos deben formar parte del Tribu-
moria todo el programa, y estando, por tati- na¡l; los otros tres serán los fijos, los que
to, bien, en el escrito daba lástima ver su impondrán el criterio único, los que darán
ejercicio; de estos últimos venían varios la pauta de examen. De modo quo el Tribu-
tinos. nal único puede formarlo con un coronel,
En los ejercicios teóricos, con poca dif.f- un comandante y el secretario, designados
rencia, todos venían bien preparados; quie- por la Dirección, el jefe de provincia y ca-
ro decir que repetían lo que pone el.prontua- . pitan de comipafiía del examinando.
rio; dado que por razones de premura no En vez de venir a Madrid y tener en movi-
podían detenerse mucho los examinadores, miento a tantos hombres, pudiera este Tri-
se hizo difícil distinguir los buenos buenos, bunal actuar en las cabeceras de región o en
d€ los buenos. determinadas poblaciones centrales -jue se
De modo qiuie como los puntos en el exa- señalasen.
men oral venían a ser iguales, era la dife- Así, los ejercicios escritos serían iguales
rencia en el escrito lo que determinaba la para todos; no se determinarían número de
mayor puntuación, y, por consiguiente, la examinandos en las comandancias; ante este
prelación. Tribunal desfilarían todos, absolutamente to-
dos los qire quisieran ser cabos, a los cuales
El prontuario. sólo se les exigiría el informe favorable del
capitán de su compañía, y evitaríamos que-
No sirve para preparar a los que carecen jas y rumores de parcialidad.
de Academia y profesores. Es un libro en • Si hacían íalta, por ejemp,lo, 150 cabos, les
el que se aprende de memoria, que no es 150 d e ' m á s puntuación serían los apro-
aprender. Hecho a la ligera, es muy extenso bados.
<«i algunas cosas, se queda corto en otras y
contiene otras, ein nociones, que debe sa- El Tribunal constituido de tal forma, iibre
de preocupaciones, sin la coacción moral, da
 84
h a b e r p a s a d o y a el Gix;'SÍtor por-oívo.y
nales, obraría con i n d e p e n d e n c i a .
Co-u esto y, repito, con hacer u n p r o n t u a -
rio bueno, que r e s p o n d a a u n p r o g r a m a irie-
ditado, que n o profundice e n n a d a , pero que
•exija u n barniz de todo, en el que s e dctaUpn
v e r d a d , a ser posible en ejercicios escrit(.s,
l o s conocimieintos extensos que e n lo pecu-
liar del Cuerpo deban tener los futuros cab'.;s
^ los e l e m e n t a l e s do cultura y m i l i t a r e s ,
creo se c o n s e g u i r í a que a la interior sat's-
ííicción do todos ss u n i e r a l a s m á s de p r c b a -
b i l i d a d e s de acierto en que se dé l a p a t e n t e
dé c o m a n d a n t e do p u e s t o a u n a p e r s o n a qi;e
e n t o d a s o c a s i o n e s > momento.? d e j a r á bien
p u e s t o el .prestigio de l a I n s t i t u c i ó n .
Y se acabó.
Estadística de servicios, en 1918.
IIG tenido l a p a c i e n c i a de, a l a v i s t a los re-
s ú m e n e s de s e r v i c i o s de cada mes,- contar y
sumiar todos los r e a l i z a d o s en el p a s a d o a ñ o
por la .Guardia civil.
Ú n i c a y e x c l u s i v a m e n t e m e refiero a l e s
s e r v i c i o s «ordinarios», esto es, a l o s realija.-
dos en el curso de s u servicio r e g u l a r . H a g o ,
pues, c a s o om.iso de l o que se hizo y se evitó
en las concentr-acicnes por t e n t a t i v a s o con-
vsumadas a l t e r a c i o n e s , cpie n o fueron pocas,
y a que «socialmente» considerado, 1918 l i a
.sido de lo i n á s m o v i d i t o Cfue i m a g i n a r s e
puede.
E n el á n i m o de t o d o s está q u e h o y l a Giia.r-
d i a civil a t i e n d e m á s a lo ((social» q u e a lo
«rural» y que a l a protección d e persono.s y
p r o p i e d a d e s , fines e x c l u s i v o s p a r a los q"je.
fué creada. Claro es que l o s t i e m p o s c a m b i a n ,
y se h a c e m u y bien en utilizarlia... ¡Pero si
n o f u e r a tanto! Dejém.onos d e consideracio-
D e s d o q u e p o r C i r c u l a r del e x c e l e n t í -
. s i m o s e ñ o r d i r e c t o r g e n e r a l del C u e r p o ,
f e c h a 10 de j u n i o a n t e r i o r , s e o r d e n ó q u e
quedasen sin efecto los contratos con los
i n d u s t r i a l e s , p r o v e e d o r e s de p r e n d a s do
v e s t u a r i o y equipos, y que por las m a y o -
r í a s de l o s t e r c i o s n o s e p a g a r a car!5-o a l -
guno referente a este servicio sin previo
d e s c u e n t o de s u i m p o r t e al i n d i v i d u o c a u -
sante, existe entre los distintos tercios
u u a d i s p a r i d a d de c r i t e r i o q u o o b l i g a a
cada uno a seguir procedimientos tan
o p u e s t o s q u e h a c e n i m p o s i b j e la r e l a c i ó n
REVISTA TÉCKICA DE LA. GUARDIA CIVIL
que n o s llevarían m u y lejos, y v a m o s
ccnúmeros».
P a r ser autores de «delitos» se detuvieron
a, 18.172 ¡)ei-sonas;> reos p r ó f u g o s captuj'"-
dos, ij09; desertores del Ejército o de l a A'
raada, 363; de presidio, 61; d e t e n i d o s por ía^
t a s y no a c r e d i t a r .=.u p e r s o n a l i d a d , 13.SU'-
Total g e n e r a l de d e l i n c u e n t e s aprebcnch-
dcs, 32.975.
P o r i n f r i n g i r l a s l e y e s de Caza y Pesoa •
h i c i e r e n 6.089 d e n u n c i a s , r e c c g i é n u o s e lO.Ot'-
a r m a s . L o s conti-abandos a p r e h e n d i d o s ; ei-
e l c u r s o de s u sei-vicio, es decir, sorprendidos
sin b u s c a r l o s , fueron 86. , ' .
E n 393 casos se p r e s t a r o n a u x i l i o s a h^'''' '
dos o atropellados, s a l v á n d o s ? a.-iG personas
de p e i e c e r en h u n d i m i e n t o s o incendio?,
121 de m o r i r en l a s n i e v e s o en l a s a g u a s , so-
corriéndose, a m á s , a c e n t e n a r e s de indigen-
tes hallad.os per e s a s carreteras m u e r t o s f'®
h a m b r e casi.
En el sen-icio ll.amado ri,;ral y forestaO
hicieron 3.523 d e n u n c i a s por huirlo de mauf;
r a s y l e ñ a s , 3.803 por corta de árboles, i--"
por e x t r a c c i ó n de frutos, 801 por roturací'
n e s y 15.616 p o r d a ñ a r en m o n t e s y s-''''
bradcs.
P o r p a s t a r s i n autorización s« d e n u n c i a r o n
402.870 cabezas de g a n a d o lanar, 202.0'iO de
cabrío, 20.894 de v a c u n o , 31.216 de cerda,
2.903 d e caballar, 2.889 de m u l a r y 4.978 do
áísnal. T o t a l de d e n u n c i a s , 22.586, con 33.320
d e l i n c u e n t e s y 667.774 c a b e z a s d e , ganado'
denunciadas.
P o r l a p r á c t i c a de estos se?-vieios se die-
ron en 144 c a s o s «las gracia.?» p o r l a s auto-
ridades, y en <(uno» por S. M. el R e y .
Y nada más.
Ladera.
do u n o s c o n o t r o s on e s t e t a n - e s e n c i a l s''
ministro.
H a y t e r c i o s q u e al r e c i b i r c a r g o s c o n -
t r a s u s i n d i v i d u o s p o r el t o t a l v a l o r de l a s
prendas adquiridas los retienen en su p o -
der, s o m e t i d o s al d e s c u e n t o o r d i n a r i o ,
hasta su total amortización, ingresando
l o s d e s c u e n t o s m e n s u a l e s e n el f o n d o de
d e p ó s i t o s , y a l s e r b a j a e n el m i s m o el
i n d i v i d u o , p a s a n el r e c i b o al q u e h a s i d o
a l t a , p a r a q u e p o r ol m i s m o p r o c e d i m i e n -
to s e amortice su deuda, en cuyo m o n i o n '
t o s e e f e c t ú a el g i r o al i n d u s t r i a l p r o -
 REVISTA TÉCKICA DK LA GUARDIA CIVIL
veedor'o al tercio de procedencia, para
efectuar entonces el canje del recibo que
el interesado empeñó, lo quo trae como
inconveniente retener a un comerciante
cantidades que puestas en movimiento
babían do producirle sus correspondien-
tes intereses, y cuya retención se bace ex-
tromadamonto' larga cuando so trata de
individuos de nuevo ingreso.
En segundo lugar, trac este procedi-
miento un juego de entrada y salida en
el fondo de depósitos que atenta a la cla-
ridad con que deben llevarse todas las
operaciones de contabilidad, y una rela-
ción de pequeñas cantidades deudoras a
otros tercios, que también, dado el plazo
lejano do su reintegro, embrolla la senci-
lla contabilidad, dando u n juego inusitado
do abonarés y giros.
Existen otros tercios que optan por p a -
gar cl recibo o írselo descontando al iiite-
resado—^procedimiento que está en c o n -
traposición de lo mandado—, y que, al
ser trasladados de torció, los quo u s a n el
anterior procedimiento no se avienen a-
admitir el cargo por no haberse descon-
tado de antemano al individuo, según lo
mandado. Y otro mayor inconveniente: Si
muere o se expulsa al individuo, ¿quién
paga lo pagado y no descontado? Los r e s -
ponsables de no haber cumplido al pie de
la letra la aludida Circular.
Ignorando si se siguen otros, es lo cier-
to quo existen distintos, y quo entorpe-
cen las relaciones entré las distintas u n i -
dades administrativas dol Cuerpo, c o n s i -
derando como único procedimiento que se
ajusta a lo mandado-—puesto que se ha
tratado do darle al aprovisionamiento de
prendas carácter de libre adquisición,
siempre que se ajuste a las condiciones
reglamentarias—-que los individuos las
adquirieran libremente, y, después de ad-
mitidas por las Juntas de. Comandancia,
enviaran los recibos a los industriales,
los que, bien en plazos o bien como c o n -
trataran con los guardias, cobrarían en
las cajas el plazo o descuento a que se
hubieran comprometido.
Pero también este procedimiento tiene
sus inconvenientes, y s o n que el indivi-
duo, al tratar libremente, y por el deseo
de uniformarse pronto, por las exigencias
de sus superiores, podría contraer c o m -
promisos superiores a sus fuerzas, o que
las exigencias de los comerciantes les p u -
sieran, sin la intervención directa de sus
jefes, en graves aprietos. Y además de
otros muchos que también se m e ocurran...
85
y sería prolijo enumerar, encuentro otro,
en perjuicio de los industriales, c o n s i s -
tente en tener que sostener en las capita-
les donde radican ios tercios u n repre-
sentante, que les motivaría gastos que,
eií" ciertas épocas, excederían a las c a n -
tidades sometidas al cobro.
Hecho constar que en estas apreciacio-
nes me someto a lo quo en la actualidad
está mandado sobre el particular, paso a
exponer el procedimiento que he implaii-
tado en mi tercio, q u e , , a u n q u e - m e p r o -
duce algún trabajo personal, lo llevo con
gusto por coTisiderarlo beneficioso par;i
todos y ajustado a la-j órdenes- quo rigen
en la actualidad, para que, si gusta, sea
adoptado por todos, y si no, me expongan
otro más sencillo, siendo mi único objeto
que exista completa relación entre todos
los tercios, evitando con ello devoluciones
de cargos, siempre entorpecedoras de la
marcha de la contabilidad, y, en la mayor
parte de las veces , mortificantes , por
aquello do "enmendar la plana".
Instrucciones.
Guando los individuos necesiten p r e n -
das lo participarán a sus comandantes de
puesto, y éstos a los jefes do línea, el que,
cerciorado de la necesidad, lo efectuará a
,su capitán, quien, también persuadido de
ella, los autorizará a proveerse de los
depósitos de las Comandancias, si los h u -
biere, o de los industriales que tuvieren
por conveniente.
Casos que pueden presentarse:
Primero. Que el individuo quiera ad-
quirirlas de su peculio particular; y
Segundo. Que lo efectúe con cargo a
su fondo.
En el primero puede suceder que c o n - '
trate con el industrial a plazos, p r o c e -
diendo á hacer tantos recibos como p l a -
zos contratados, encabezando todos con la
frase "Con cargo a mis primeros h a b e -
res", en letra gruesa, y si contrata al
contado, procederá a hacer un solo r e -
cibo del total valor de la prenda o p r e n -
das, con él m i s m o encabezamiento, c u -
yos recibos, al ser presentados al cobro
en caja, se abonarán inmediatamente, p a -
sándoselos de cargo al individuo en los
-haberes de aquel m e s , por sobrentender-
se qué el individuo posee la cantidad i m -
-^jorLe del pedido.
E n el segundo caso pueden, a su vez,
darse t r e s :
a) Que, tenga crédito suficiente para el
pago de la prenda o prendas adquiridas.
 86
b) Que tenga para parte de s u valor; y
c) Que tenga débito o no tenga c r é -
dito.
En los tres casos, al recibir el capitán
la propuesta de prendas, ajustará a los
incluidos y ordenará: En el caso a ) , que
h a g a u n recibo del total de las prendas,
con la fecha de la recepción de las m i s -
mas; en el caso b)^ que haga uno del t o -
tal de su crédito y tantos de 15 p e s e t a s
como falten para cubrir su total valor,
todos con la fecha de la adquisición; y
en el caso c ) , que extienda tantos reci-
bos de 15 pesetas como necesite para c u -
brir el total valor de las adquiridas, cui-
dando que, al adquirir prendas al m i s m o
tiempo de distintos industriales, ponga en
los recibos que pertenece a cada uno d i s -
tinta fecha, para dar luego prioridad en
el pago a los recibos de fecha m á s a n -
tigua.
Trámite.
Una vez hechos los recibos por el indi-
viduo, los remitirá por conducto directo a
su capitán, el que los autorizará en la for-
ma acostumbrada y devolverá al peticio-
nario, para "que con ellos en maño se
persone e n el depósito de la Comandan-
cia, extraiga las prendas y entregue los
aludidos recibos al jefe de la línea, que,
una vez examinadas por la Junta y ad-
mitidas, pondrá en ellos, bajo su ñrma,
la frase "Han sido admitidas", y a fln de ^
m e s los remitirá a los industriales c o - I
rrcspondientes, con la liquidación de s u s i
existencias e n el depósito. Cada i n d u s - '
tríal, antes de fin de cada m e s , remitirá
al comandante mayor del tercio, de los
recibos que tenga para el cobro, uno por
cada individuo.
Recibidos los recibos de los industria-
les en la Mayoría, se anotará el impor-^
í Formulario núm. 2 .
Clases. NOMBRES Juan Sastre.
Guardia... F. de T. T.. 15 15
Otro
S. de F. T . . 29,50
Otro P. de T . . . .
S E C 3 - T T OST ID ^
(Cuadricula pequeña y pliego de papel abierto.)
REVISTA TÉCNICA DE ÍK GUARDIA CIVIt
te de la carpeta en la cuenta corrien|^"
abierta al industrial (formulario núm-
y se sentarán en la forma que se i"*^ ,g
en el formulario núm. 2, y seguidanaen
se hará una relación por unidades (fo'^^
mulario núm. 3) de los recibos primero,
que cada unidad tenga al cobro de cad'
uno de sus individuos, con una casilla
observaciones, en la que los capitanes,
quienes se les mandará la de la su}a'
anotarán, con lápiz precisamente, el cré-
dito o débito del individuo y la conformi-
dad o disconformidad con el cargo, u^'
volviéndola a Mayoría, la que pasara
caja los recibos aceptados para que vaya»^
incluidos en carpeta de cargos del nrc»
siguiente, los que, una vez descontadoSj
dará cuenta al mayor, que le entregará a
cajero un estado de existencia, para Q.^
lo acompañe al giro que le haga a cao^
industrial (formulario núm. 4 ) , y los pi'°'
veedores, con el estadp núm. 4 y los ba-
lances mensuales de existencias de los j ^ '
fes de línea, sabrán todos los m e s e s su es-
tado de cuenta y existencia.
Formulario núm. 1.
Fechas. Sobrinos de Juan Sasíre y C.^ Pesetas-
31 Noviembre Recibos en espera de
turno para el cobro... 225,20
12 Diciembre. Importe de su carpeta
de 10 de diciembre... + 142,50
368,70
Suma
20 Nuestro giro de esta fe-
cha 78,85
Quedan recibos por valor 289,85
( C o n v i e n e p l i e g o d e p a p e l c u a c l r i c u i a d o p a r a t e n e r l a s cut^
tas corrientes de todos a la vista.)
Total. L u c i a n o González. Total. Fidel Gil.
15 12,50 57,50 15 15 17
30 15 2 >
* 29,50 » 18
>
18 » >
» > 18 18 15 > 15
C O 3^.ír í > . A . í ^ " I ^
^'^'^^
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL Í7

Formulario núm. 3 .

C3-TT^B,3DI.A. CIVIL
13." T E R C I O
En la casilla de observaciones de la adjunta relación, donde constan los descuentos que va a hacer en el
próx;iiio mes esta Mayoría a los individuos de esa unidad, por prendas, ccnsgr ara usted, con lápiz pre-
cisamente, su conformidad o reparos, devolviéndomela con urgencia.

DESCUENTOS
Clases. OBSERVACIONES
NOMBRES.
Pesetas. Cents.

Guardia 2.°. Eltuterio Camacho Andrés 32. 50 Crédito, 40 pesetas.—Conforme.

Otro Manuel R i n c ó n l?iva<í 15 Sin crédito.—Conforme.
O l i o . . . . . . . . ' i ^ n L i ^ i .\iliv-l.'H IVIvuo. . . . . . . . . . 15 Débito,20 pesetas.—Inadmisible.
Otro í í Líííííijiyj U C V 1 il ti 1 1..ÍCC.. . . . . 7
Atanasio S O I Í I P V Í I I . T PVTPV 50 Sin crédito.—Conforme.
Manuel Rodrío-nP7 v Ma'^
San Sebastián, 8 de enero de 1918.
El comandante mayor,

Formulario núm. 4 .
a-XT^i?,r>i.A. CIVIL
13." T E R C I O

Estado de cuentas con arreglo al movimiento de recibos en esía Mayoría del industrial D. Fidel Gil.

Existencia anterior.
Carpeta enviada por usted en diciembre
Sama
í Vizcaya 47 50
Cobrado a los individuos, según el giro ad- ) Álava ,
junto j Guipúzcoa 7 50
arra¿
( Nav;

QUEDAN E N E S T A MAYORÍA RECIBOS P O R VALOR.

San Sebastián, 20 de enero de 1919.

Al ser baja un individuo e n el tercio ner este procedimiento el mandato de "no

donde se proveyó, se extraerán los recibos pagarse los cargos por prendas h a s t a n o
de la carpeta correspondiente y se devol-. haber sido admitidos y descontados a l o s
verán al industrial, deduciéndolos de sul individuos", p u e s n o desconozco que, d e s -
existencia para que los pase a l cobro a s u apareciendo esta orden, es facilísimo el
nuevo tercio, cuidando de indicarle e n e l procedimiento.
que ha sido alta.
Insisto en que m e h a movido a propo- Carlos de Ochotorena.
8 de enero de 1919.
 AUTOMÓVILES Y MOTOCICLETAS
epiicaclón Se sos servicios a lafiíiarüíacivli, por si tsnieaíe U Cuerpo
:: D.fllfrefloSempriin, proíosor áeifioiegioiníanía piaríajeresa. ::::
lis indiwiahlc que la Guardia, civil, cuya
:,ieaici6ii y organización constituyeron un
aoi«rto en medid de tantos errores cometidos '
en una época tan propicia a ellos, cuyo re-
glamento es modelo dsl bien orgímizar,' y ha
servido y sirve en la actualidad de símil
para la fundación de Cuerpos análogos,
diebc, no obstante, si ha do conservar y acre-
centar su sólido prestigio, que la ha rendido
bonemérita do su patria, marchar, ya tus al
fln y al cabo es humana concepción, al com-
pás del progreso del hom.bre, su fundador.
Si por lo que a su reglamento se 'ehere
no seré yo qui^n ose, no ya indicar reformas,
ni aun esbozarlas siquiera, no cabe duda, a
j'ttícío del que esto escribe-, que én cuanto a
la práctica del sen'icio, y, sobre todo, por lo
que a los medios para su cumplimiento se
refiere, puedo ser la Guardia civil elevada
a la altura de las circunstancias, muy otras,
naturalmente, de las de la época de sic fun-
dación.
Que ello se compronde asi, lo acredita, en
parte, la organización de un servicio de au-
tomó\'iles tripulados p o r individuos Hel
Ouienpo y afecto al de vigilancia en carrete-
ras, corea de S. M. ol Rey.
Para que la Guardia civil llene cumplidn-
mente ol servicio de vigila-ncia do carreteras
ein las condiciones en que hoy se verifica el
tránsito por oEas os necesario dotar!n.s de
los medios afines que así so lo pei'mitan.
Pongamos un ejemplo: Suponed una paro-
ja que presta sei-vicio desde Puerta de Hie-
rro a El Pardo (unos siete kilómetros); si
dicha pareja es de Infantería, sólo se podrá
exigir normalmente que verifique dicho re-
oorrido dos veces, uno de ida y otro de re-
- groso, y si fn.ora de Caballería, podrá hacer,
IKP' también normalmente, cuatro veces este rc-
doirrido, alternando el aire del paso con el
dfel trote; en el primer caso, con la fntic;n na-
I
tural que supone andaír unos 18 kilómetros,
contando la distancia ail cuartel, bajo la
acción del calor en el verano, y del frío , llu-
via o nieve, o todo junto, en invierno; en ol
sefgundo, la •"atiga del jinete que en análo-
gas condiciones recorre unos 28 kilómetros,.
más la distancia al cuartel; PÍ dicha pareja
• á í k marcha en motocicleta con side-car, podrá
w K ' hacer este mismo recorr.ido seís veces, tres
de ida y tves de relgreso, en el mismo tiempo,
n
y esto sin fatiga alguna; lo haría ejci'ci^
<lo una verdadera policía de carreteras, o-"
gando a los conductores do carros a marcha'
en debida forma, denunciando los exc"~"
de los automovilistas, vigilando, no nn»
o dos, sino seis veces los puentes, pasos ^
niveí! y cuirvas peligrosas, quitando los obs-
táculos intencionados o fortuitos colocaflo-
en ol camino, con grave peligro para ¡os
hícdlos que, como los automóviles, marchan
a velocidades que muchas veces no le pernn-
ten su detención a tiempo do evitarlos; ejfi"'
ciendo su vigilancia sobre individuos sos:)*^'
chcsos, y que en caso de verso obligados a
su detención, pueden sor fácil y rápidamente'
conducidos sin peligro de evasión al sit-'^
'conveniente para, su entrega a. las autorid^'
des; facilitando?* su -hrunanitaria miisión
de auxilio al desvalido o a la víctima de v'^^
a:ccidente, pues en di side-car puede llevar
t m ijcqueño botiquín, cuyo uso, en el que 1^
. pareja estaría instruida, le permitiría prR-'
tar de un modo eficaz los primeros au>:ilio='
así como el rápido traslado de la víctima 8^
pue.sto de socorro más próximo; asimispio
im teléfono pprtátil, y para cuyo uso baita
hacer un simple contacto con el hilo del se^"-
vicio pt'iblico, 1G perm.itiría., cuando la maP'
nitud del accidente lo exiiyíese, solicitar "rH'
xilios, ya médicos, ya contra incendios,
Considerad ahora otra pareja en análog»?
condiciones pre.-tando su servicio en eb tra-
yecto comprendido entre ol Puente de 'o?
Frainceses y Las Rozas, tan peligroso pe:'
sus acentuadas curvas, pasos a nivel, etc--
donde tantas desgracias han ocurrido, prc-
. cisamente por falta de esta policía de c:''-
rreteiras, que obligandio a todos, pealoneí-.
. carreros,- automovilistas, motociclistas, ji-
netes, guardabari'eTafi; a to3o.s, repito, n
óbse-ivar y cumplir el reglamento de carre-
teras, es casi seguro que se hubieran íxita^lo
más de la mitad de las desgracias ocurri-
das; pues sí todos los vehículos marcharan
llcvatido su mano, siendo las bestias de car-
ga y arrastre debidamento gaiiadas por sus
conductores, no dejándolas abandonadas los
imos y yendo los otros dormidos dentro dsl
carro, como con frecuencia sucode, y sin tn-
cender las liuces reclamontarias después de
•obscurecido; si todos los automóviles mar-
chasen en las condiciones que respecto a ve-
 EEVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL
locidad, maiua y luces determina su regla-
mento; si los piasos a nivet estuvieran debi-
damente vigilados,-, sólo a 'una inevitable
fatalidad debieran atribuirse ios aocidentes
ocurridos, y no a una criminal negligencia
de todos y cada uno que puede y debe ser
evitada a toda costa.
En la forma, que hoy so presta ei servicio
fes imposible exigir más. Ahora bien; no cabe
diida que el contraventor a la policía de ca-
.rreteras confía siempre en apei'cibir con
tiempo de cc-rregirse momentáneamente, los
tricornios de la pareja que marcha por la
polvorienta o enfangada carretera; sí, conlia
en apercibirla a tiempo, y una A'CZ pas^í-'da,
ya puede descuidarse nuevamente, entre-
gándose al sueño unos, a su capriohio otros,
seguros de tardar en encontrar otra pareja,
y dejando a 'os pobres animales el cuidado
de apaTta.rse por instiiito a la presencia de
un automóvil, siendo aqtiellos irracionales
los encargados áñ evitar al azaa- una desgra-
cia que debe y puede ser evitada con segu-
ridad.
También confía el automovilista en la ra-
pidez de su vehículo para contravenir el re-
•glamento; sabe que si encuentra a la pare-
ja, bastante hará ésta con a.pantarse, hin
-tpuie la imbe de polvo que acompafxa sn pa.^o
! 's permita ni aun distinguir la matrícula
:ra hacer la denuncia correspondiente.
Poi'o unos y otros, ya marchen en carros
o automóviles, a pie o a caballo, pondrían
más cuidado en el cumplimiento de sus obli-
' ga.ciones al saber que vigila una parej.a do-
iaJa> « t e medius do traslación supea-iores o
análogos a los suyos, que la permitan pa-
•-ar, no una vez, sino cuantas desee por el
mismo sitio; qne no le dará tierhpo al des-
'•iiidado carretero para prevenirse, sino que
la. teaiidrá encima cuando menos lo pi?nse;
iiu:e no pea-miitirá al auitomovilista burlar su
.loción, sino qua lucliará de igual a igual;
n.ue no dejará al guardabarrera oreer que
imede dormir tranquilo desp\iés de dar las
Iraenas noches a la pareja, seguro de que i-o
vuelve, sino qu© la vea-á reaparecer cuando,
monos lo espere, lo que le forzará a estar
con Va debida vigilancia; y el prófugo y el
malhechor huirán de la carretera, donde en
un momento lyuedeii ser aprohendidos y tras-
lad-ados con toda seguridad a sitio conve-
niente.
Existen tanTbién muchas líneas donde l a
vigilancia se duplicaría y aun se triplicaría,
si en vez del caballo para el cflcial—que se
"^'e forzado a llevar al ordenanza a pie, detrás,
•'•'bli,í4ndole a niarchar al naso en distan-
89
cias que a veces llegan y aun p.ciean de los
10 kilómetros—, prestara su servicio en mo-
tocicleta coai side-car, que a más de facilitar-
le su misión en las condicioiues ya dichas, le
permitiría revistar, no una, sino dos o tres
veces su línea al mes, llevando consigo ai
ordenanza, y sin necesidad de pernoctar fue-
ra de su residencia, con economía para el
Estado, pior lo que a los pluses se refiere, y
por ser más económico el oñtrctenimienío
de la motocicleta que el del solípedo, aun
para el doble de distancia recorrida.
Dicha máquina permitiría al oflcial tras-
ladarse desde su residencia al punto en que
su presencia fuese requerida, sin necesidad
de someterse'a hora/rios de ti'encs o diligen-
cias,'ni a las de tiempo que la marcha a ca-
baUo lleva en sí; a.sünismo el uso del teléfo-
no portátil le pondría en rápida comunica-
ción oon sus jefes, o al menos con la estación
telefónica más próxima.
Las mayores ventajas de esta nueva forn a
de prestar el servicio se pondrían de mani-
fiesto eai acpicUas líneas cuyo.'í piuestos están
muy distantes entre sí, y, sobre todo, on La
vigilancia de vías férreas, cuando ésitas si-
guen el trazado de las carreteras (de •Vaila-
dolid a Burgos, por ejemiplo).
A oada cabecera de Comandancia dieberia
asignárseie u n camión automóvil, con ber-
lina en lá parte delantera y forma, de órmn-
bus la trasera, capaz de transportar a una
velocidad de -'jO kilómetros por hora ires je- .
fes Tí oP.ciales y 20 guardias, quo en un nio-
mento dado se trasladarían al sitio en que
fuese necesaria su presencia, llegando en
pei'fectias condiciones de servicio y no -dspea-
dos o fatigados por una rápida y penoso
miárcha.
Dicho camión se utilizaría también en l a
práctica de muchos servicios piopios del
Instituto, tales como trasliado de caudales,
presos de consideración o calidad hasta el
próximo relevo o OKtación del feíTocarril.
servicios rápidos de auxilios en accideut'ií--,
c a i l a m i d i R d e s , epidemi.as, etc., etc.
Torio ello, debidamente organizado, pon-
dría al Cuerpo en condiciones de. prestar uii
S r e n ' V L c i o que podría ser igualado, pero jamás
superado por JÍadie. .
Tratándose de un servicio cuya ipiplanta-
ción supone para el Estado un desembolso
considerable, podría ser organizado de un
modo progresivo, procediéndose por vía de
ensayo a la creación de una Sección mixta
de automóviles y motocicletas, base de toda
la implantación dpl servicio automovilista
en el Cuerpo.
 90
Con los dos cociies pnra el servicio de Su
Majestad, que hoy se encuentran en el Par-
que Electrotécnico; el de la Dirección gone-
ivral del Cuerpo y el del Colegio Infanta
María Teresa, más el ómnibus del mismo,
se podría constituir una Sección mixta de
automóviles > motocicleias de la Guarlia
civil, al mando de uri capitán jefe de la sec-
ción, dos tenientes de la escala activa tuno
jete de coelies y otro jefe de máquinas), un
alférez encariñado del detall, el personal de
tropa hoy asignado a los mencionado* ve-
hículos, más un sargento encargado de co-
ches, en lugar del niécáníoo de Ingenieros
encargado hoy día de uno de los coches al
servicio de S. M., y las clases e individuos
siguientes, para las máquinas con side-car,
que se adquirirán en número de 20.
Cuatro sargentos jefes de zona v de má-
quina.
Seis cabos instructores y jefes de máquina.
Seis guardias de primera jefes de máquina.
Un sargento jefe de taller.
"Veintiún guardias de segrmda: 16 auxilia-
res do máquinas, cuatro ordenanzas de ios
cuatro oficiales, y un vigilante de taller.
Al capitán, teniente jefe do máquinas, así
como a cada uno de éstos, se le asignará
una máquina, y'se tendría, pues, el siguien-
te número de máquinas en servicio:
Capitán, una; teniente, una; cuatro sar-
gentos, cuatro; seis cabos, seis; seis guardias
de primera", seis, y de repuesto dos. To-
tal, 20.
Todos los coches hoy propíed.ad del Cuer-
po pueden ser alojados en los garajes cons-
truidos en el Colegio Infanta Maria Teresa,
y para el alojamiento de las máquinas y
montaje de un pequeño taller provisto de
torno, fragua, eitc, en el que pudieran ha-
cerse gran número de pequeñas repara-io-
nes cíue hoy obligan a llevar al coche a un.
centro del Estado o particular, con el con-
siguiente gasto y "gran pérdida de tiempo,
existen en el mismo Colegio ten-enos sufi-
cientes donde establecerlos.
En ol taller prestarían su servicio, a más
del sargento y el guardia a él asignados,
los alunmos del mencionado^Colegio que si-
guen en las escuelas católicas del paseo de
Areneros loo aprendizajes de montadores,
mecánicos y electricistas.
El teniente encargado del ser\'icio de co-
ches Uevaría un cuaderno con el que presia
cada uno en los diferentes Centros a que
pertenece, figurando en dicho cuaderno los
gaisítos originados por cada uno, distancia
REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA ClVIt
recorrida durante ol mes, etc.; cuidaría de
presentar los dias 15 do cada mes, al '••a-
pitán de la sección, los presupuestos '^°^"''''f„
pendientes a cada coche, v con cargo a
deipieñdencia donde presta sus servicios, se-
rían remitidos por el capitán al jefe respec-
tivo. Dicho oficial vigitaría muy especia^
mente que todos los coches estuviesen^ ^
perfectas condiciones de pi-estar f;ewi"'°'
previniendo con anticipación a los Centr ^
correspondientes las reparaciones que <^^^
sen necesarias a dichos vehículos, r e c i b i C i '
do de la Dirección general de Seguridad .a
órdenes referentes a los dos coches afcci^
al s e i - v i c i o de S. M., el c u a l le mereceri|
especial atención, vigilando personalmeni
siempre que le f u e s e posible o se lo ord-'n»'
se el capitán.
El t e n i e n t e jefe de máquinas estaría í^^'
cargado d e l servicio de vigilancia de las c¡^'
i T e t e r a s de Madrid en t o d o su perímetro ^
en un r a d i O ' de u n o s 30 kilómetros, a paí"*""
del centro de la capital. Para facilitar s-"'^
servicio, en un plano de Madrid, y con
radío que en la escala d e l m i s m o represen-
t a s e dicha longitud, se trazaría una cii'cn^í
ferencia, apoyando u n a de las puntas
compás en el centro aproxiuiudo de •'
dividiendo lutego dicha circunferencia
ouatro paii.es por los diámetros que van a
los puntos cardinaleá extremos; dichos c'-ia-
di-antes, numerados de izquierda a dcrocha.
a. partir del Noaite, serian asignados cfida
uno, con el nombre de' zona A, B, C y D, a nn
sargento, jefe de zona, a quien se le entre-
garía eli croquis de eUa, c! que, a su vfZ'
entregaría copia de este croquis a los t''^'^
jefes de máquinas que s|e le asignasen.
Para cada zona Inibría cuatro máquin"-'
con sus side-cars respectivos, y el servicio- •
que sería prestado siempre con l a misn!''
fuerza dentro^ de cada zona, sería mensii'al-
es decir, que cada mes variarían los i"-"''
genios y su fuerza de zona.
El oficial distribuirá el servicio de mod*^
quie cada moto recorriera como mfnimu-i"
. unos 50 kilómetros, y que las zonas fuer<in
recorridas, según itinerarios marcados, po^'
la mañana y por la tarde, empleando paí'a
ello cuatro máquinas cada vez, es decif'
oada día ocho máquina.s de servicio, '-í^^
vigilarían un total de 400 kilómetros.'
Como es natuiral, este servicio y su fori^a
de prestarlo sería objeto de un reglament^-_
Durante el verano, en que el tránsito, P"'"
lo que a automóviles se refiere, decrece mn-
cho en Madrid, podrían quedar ocho máiiuí-
 REVISTA TÉCNICA DK LA GUARDIA CIVIL
nfis a las órdenes del teniente jefe de ellas,
y con las otras ocho al mando del capitán,
más los dos coches automóviles, constituir
un sei-vioio de vigilancia de j ornada a-la in- enfermedad y fáciles accidentes a que están
mediación de SS. MJ\I.
No hay para qué encarecer la extraordi-
naria importancia de este servicio; la natu-
ral-y gran frecuencia con que los automóvi-
les de, la Casa Real transitan en el verano side-car, capaz para tres y aun cuatro per.
por las carreteras dei Norte, ya de suyo pe-
ligrosas por sus rnuy acentuadas curvas,
y mucho más en época de tanto tránsito,
lo justifica pilienamente.
Otra de las misiones de esta slección seria precios han de experimentar en breve pla'/o
la preparación de personal apto para cuan-
do en su día se procediese a dotar las líneas
en que este siervicio se considere convenien-
te, de máquinas, y las c a l D e c e r a s de las Co- bación de la superioridad, sería llegado el
mandancias, de los camiones automóviles;
pura ello el capitáai estaría autorizado para
declarar, en vista del resultado de la ins-
trucción, aptos para la conducción de coches
o máquimas a, los oñciaüíes y clases que d e -
seen ad<i!uirir dicha aptitud, y que por turno
conCTiri'an en la forma que designase la 'Di-
rección general del Cuierpo.
Dichos títulos tendrían la misma validez'' blicas americanas haoe ya tiempo que se
que los que en la actualidad concade el
Centro Electrotécnico, - y sólo se concede-
rían en condiciones de verdadera garantía;
iploir ejemplo: sólo sería declarado apto para
conducir máquinas el oficial o clase que,
después de practicar un mínimum die quince
días, lograse armar una máquina que se le
presentara desmontada, la que tendría que
mointa-r de nuevo y mairchar con ella.
La perfección lograda por la indusíriá
hoy día es tal, que ha conseguido producir
máquinas que, como los tipos Indian y Har-
ley Dawisson, son de una seguridad que
cualquier avería ocurrida en servicio p:uede
ser reparada por su conductor, bien impues-
to de su manejo; de modo que se tiene ia
completa seguridad de llegar siempre al pun-
to de destino, a menos de choque o. destrozo
de la máqnina o algunas de sus piezas vi-
tales.
Su entretenimiento hoy, y con mucha iná-s
T'azón cuando las circunstancias se norm.ali-
cen, y la gasolina, a,ceites, gomas, etc., -id-
qu,iemti otra vez los precios de ante.giuerra,
resulta muoho más económico-qu© el caba-
llo de que hoy está dotado él oficial; nó nc-
císita, una vez acabado el servido, de cua-
91
dra ni de los cuidados que exige el solípodo,
sino que le basta un pequeño rincón de la
casa dé .srr duefio, y no corre los riesgos de
sometidos los animales. •
Podríamos exponer aquí datos suficientes
para demostrar que tanto^ la adquisición
como el entretenimiento de la máquina y sü
sonas, es más económico que el del cobalto
con que hoy se dota al oficial de la Guardia
civil; pero las circunstancias actuales del
mercado permiten asegurar que todos los
una disminución que harán más factible la
realización de este proyecto.
Si este modesto trabajo mereciese la anro-
caso de un estudio completo en que no so-
lamento se atendiese a la parte económica,
ainio a la téeniea, con la exposición y estu-
dio de aquellos modelos cpre, e^cperimsnta-
dos ya por Centros panticulares y oficiales,
presentan una sólida garantía para el ser-
vicio a que están destinados.
En los Estados Unidos y en varias Repú-
ha implantado, con inmejo'rables resultados,
un .servicio de policía on motocicleta, ^ la
Policía do Londres dispone también de gran . ^
número de máquinas y de ómnibus automó- ;
viles, que faxálitan extraordinariamente >u
misión.
La marcha rápida del progreso ha dota<lo
a la Humanidad de grandes medios útiles a
los diversos órdenes de la vida, pero que no
son patrimonio exclusivo del hombre de
bion, sino quo son utilizados, y cada vez en
mayor escala, por cl delinouente; la Guar-
üia civil, exclusivamente encargada de ga-
r.antir el orden, la propiedad y la vida de
las personas honradas, ha de poseer medios,
í?.decuados que le permitan cumplir su sa-
grada misión.
A facilitar ésta, a que alcance rm nivel de
organización qne la mantenga a la .'lUura
a que por sus virtudes cívicas y militares
y por su Iradición es acreedora, tienden las
ideas expuestas, muy a la ligera, por q:uien,'
teniendo el honor de pertenecer a, tan bene-
mérita Ins.'.itución, tiene la esperanza de v r
en plazo no lejano realizado lo que hoy mns-
tituye sólo un deseo loable.
Alfredo Semprijn.
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVH-

• (Anverso.) (Reverso.) i
Seccióa á 8 Motocicleias de ia Guardia civil, vigilancia ¿e carreteras.
KILÓMETROS RECORRIDOS
El guardia primero A, acompaña- —s
do del guardia segundo B, vigilará Marcaba. Marca. Recorrido.
en la mafnn?. de lioy ia carretera de
, Madrid a La Coruña tiasta Las Ro-
zas, saiieiido de la capital por la
cuesta de San Vicente y rígresando
por la Dehesa de la VÍUM, Cuatro
Camiiios y carretera de enlace con
IM de Chamartin, al cuartel.
Madrid, de ^de 191...
El sargento eíe de zona,
V.o B.°:
Hora de salida: idsm de llegada: .
El teniente ¡eíe del servicio, ,
Cumplimentado e! servicio.
El encargado de pareja,

NECESID.AD SENTIDA
La carestía de l a s , subsistencias per- •12 guardias tienen 3 hijos.
siste después do la guerra europea. Los 38 — — 2 -
precios de algunos artículos de primera oO — 1 — •
necesidad tienden al alza, y los restantes
permanecen inconmovibles. Los 52 restantes guardias son recién ca-
El remanente de las tiltimas cosechas, sados, salvo rara excepción, o bien solteros
el estado floreciente de los campos y la ó viudos sin hijos.
intervención del Estado no han podido
No es comparable la situación econóiní'
contrarrestar los efectos de la codicia de
los traficantes en géneros alimenticios y ea d'el guardia con la de los empleados ci-
en los de vestir y calzar. viles de igual sueldo, porque mientras és-
Entre los quo con más intensidad s u - tos gozan de libertad para recabar trabajo
fren las consecuencias de la carestía de en la esfera privada que les jiroduzca algún
la vida se encuentra el guardia civil, tan- beneficio pecuniario, aquél tiene vedada
to por la razón de su corto sueldo como toda ocupación particular.
por la de poseer numerosa prole. Por otra parte, el servicio peculiar de!
Es un fenómeno para nosotros inex- guardia. civil implica gastos, toda vez que
plicable, pero muy cierto, que el guardia de ordinario se desempeña fuera de la ha-
civil produce más hijos a la patria que bitual íesídemíia, y sólo en contados casos
los demás españoles. se obtiene indemnización. El empleado civü
La siguiente nota, sacada de los ante- lleva siempre pagados los gastos que el ser-
cedentes de una Comandancia elegida al vicio le origine.
.íizar, demuestra nuestro aserto: La penuria económica del guardia ha
llegado, pues, a un extremo lamentable po*'
Nota de los hijos que tienen los (juardias consecuencia de las circunstancias presen-
casados de la Comandancia de Avila. tes. Sus ahorros, si alguno los tuvo, se ago-
1 guardia tiene 9 hijos. tai'on durante los pasados años, y el crc-
5 guardias tienen 8 — dito personal en el comercio ha desapareci-
3 - - 7 - dip para el consiunidor insolvente.
11 - — 6. - El guardia está empeñado lo mismo en
19 — — 5 — las capitales que los pueblos; su haber lí-
32 — i _ — quido es el siguiente:
 HKViaXA TÉCNICA DS LA CUAKDIA CIVIL
Pesetas.
Haber, pan y combustible
Descuentos obligutorios para el í o u d o j
de hoiübrcí, 5 pei.etas C Ü I I ; Ü miiiii; um;!
asilos, 0,25; socortos mutuos, 7,oO. vi
sello, 0,10 !....::.)
Liquido
Gastos de cuartel y ¡uz, término medio.
RECIBE EN KAHO
Esta noticia-está tomada de los, documen-
tos oflciales, siendo, por .lo- tanto, exacta.
No ñgura en ella el plus de reenganche de
7,50 pesetas o de 15 que la mayoría de los
guardias disfrutan, por estimar imprescin-
dible al gasto de las mismas en las, salidas
que la fuerza realiza diairiaraente, así c o m o
en ocre, betuna imipresos, libros reglamen-
tarios y demás atenciones de igual carác-
ter.
Para la alimentíu;ión, vestido, calzado,
medicamenitos, específicos y gastos impre-
vistos de la familia del guardia civil que-
dan, segirn se há dicho, 87,15 pesetas. Y
suponiendo—por ser imposible suponer otra
cosa—-que aquellas familias se alimenten
de otra cosa que de pan y que no dediquen
cantidaid alguna a reposición del calzado
y vestido u otras atenciones, resulta:
Con las'87,15 pesetas mensuales pueden
comprarse 145 kilogramos de pan, al precio
actual de 0,G0 por kilogramo.
La ftmiilia m.ás numerosa de la Coman-
dancia a que nos venimos, refiriendo se
compone del matrimonio y nueve hijos.
.Distribuyendo l o s . 145 kilogramos de pan
'entre las oncC' pea'sonas, c o i T C s p o n d e a cada
una, como ración diaria^ 425 gramos, poco
más de la mitad de la reglamentaria én el
Ejército. Pero el soldado no come pan sólo.
Las cinco ííun'ilias de ocho hijos pueden
consirmir 467 gi-amos de pan por día y por
persona.
Las tres ídem de ocho ídem, 519 ídem
por ídem id.
Las 11 ídem de seis ídem, 584 ídem por
idem id.
Las 19 ídem' do cinco ídem, 6G8 ídem por
ídem id.
Es decir: que estas 39 familias que supc-
líemos se alimentan exclusivamente de pan.
93
por ser inconcebible lo hagan de otra cosr.„
'no pued.on consumir la ración completa, r.i.
!03,60 vestir, ni calzar, ni cniciaise en las eníev-
:>!-f'!;uies. • •
. U S rcsLanlcs faviiilias, o sean aquellas
' :!,vü nibnoro cié hijos no excede de cua.t;o.
ya puedlen comer la ración de pan; pero
nada más.
90,65 En efecto:
3,5ü El gasto de pan de las de cuatro hijos,
o sean seis personas, asciende mensualm.eji-
87,i5 te a 83,70, pesetas, quedándoles 1,45 di-ípo-
nible para vestir y calzar, etc., DUI-ante e¡
mes.
Las de tres hijos, una vez pagado el pan,
pueden comprar comestibles, vestidos, cal-
zado, medicam.entos, etc., con las 15,/i9 pe-
setas que cada mes les sobran después de
cubierta aquella primera atención.
Las de dos hijos gastarán en pan 5 5 , 8 0 pe-
satas; luego disponen de 29,35 m.HNSU.ales
para adquirir combustible, com,ésíib.les, ve;--
tido, calzado, etc., o sea casi una peseta,
diaria, ,si no. tienen necasidad'dé invertirla
en algún traslado, entierro, enfermedad u
otra atención ineludible.
Y, por último, las de un solo hijo pue-
den, con más o menos estrecheces, comer y
veistir, pues con las 2,81 pesetas diari,a.s~ ele
.sueldo para tres personas, son vérdaidera-
mente afortunadlas si se comparan con las
otras.
Bien merece la Guardia civil que se le
aumente el haber; pero antes dg-hacerlo de
un modo general sería conveniente atender-
a las necesidades de los individuos casa-
^dos, asignando, por ejemplo, a los que tie-
'neaimás de dos hijos, una ga-atiflcación pro-
porcional al número de éstos; algo así por
el estilo de'lo que hace alguna Empresa de
ferrocarriles con sus empleados subalter-
nos.
El guardia sin alimentos no puede cum-
plir con ¡?n deber, porque, a má.« de la, f.a,!ía
de fuerzas físicas para, llevar- las armas y
municiones, !desfa,Uece moralmente cada vez
que se acuerdív de que deja hambrienta a
'SU esposa e hijos, y que cada denuncia,
cada detención que pra,ctique y cada delito
que esclarezca lo proporcionará molestias,
viajes, declaraciones, parte?:., explicaciones
y basta disgustos, y .sólo con buen es.píritti
se an-rostran todas las cons&ctiencias que el
nHuplimiento de las obligacioneR profesio-
nales acarrea.'
Comandante S. F .
 Cada vez que ocurren dis- En Palma de Mallorca D. Je- de autoridad y si a mano_ vii-'-
turbios populares; cada vez rónimo Massanet ha publicado ne han reprochado a la íud'
que la fuerza pública se ve un manifiesto con motivo de los
za pública por su excesiva
obligada a intervenir en ellos, siiqcsos allí ocurridos, en el que
de mano maestra trata de la
prudencia en el obrar, cuan-
en cumplimienio de deberes do hega el choque y sobrevie-
Guardia civil. Lo reproducimos,
penosísimos, surge la protes- ne el derramamiento de san-
y le enviamos, con nuestra
ta, generalmente infundada, adhesión, nuestra •felicitación gre no saben luego recabaí
y a que pocos saben sustraer- más sincera. para sí y asmnir serenamen-
se ante el luctuoso espec- te la responsabilidad, y ' '^^
táculo de las \'íctimas inocentes inmoladas ocasiones aun parece que estiman un me-
en el altar del orden público. Y subrayo dio digno de aplacar el clamor popula^f
la palabra inocentes porque las víctimas y congraciarse con las turbas, en vez «e
lo son siempre para el pueblo, que, con- dimitir, lamentar las consecuencias y oír'''
movido por la desgracia, no se atreve nun- cer la depuración de responsabilidades e^'
ca a inculparlas. forma quo parece una acusación presunta
Y-o no quiero suponer que no haya con contra la Guardia civil, que, en término-
muchísima frecuencia, mejor ¡diré en todas generales, soporta insultos, deprecaciones >
o casi todas las algaradas, justos que pa- padreas sin usar de sus prerrogativas, ante
gan ipor los pecadores; i>ero sí he de aür- el temor del derramamiento de sangre y
mar que, aunque así no sea, el pueblo si- ante el inminente peligro-de que sea san-
gue y seguirá llamando inocentes a todas gre inocente la que se derrame.
las víctimas, con detrimento del aprecio y Precisamente esa prudencia acostumbra-
del prestigio que debemos tributar a la be- da en que se confía esi la que sirve a m^'
nemérita, y, en general, a toda la fuerza nudo de incentivo a los desafueros que ha-
pública. cen Imprescínjdible el uso de las armas»
Claro que ésta puedo delinquir; claro que porcpie no es dable y no cabe pedir ni f'
en .ocasiones no habrá procedido con toda lerar, por el prestigio del propio
la prudencia que fuera de desear; claro Instituto-
que a veces habrá faltado hasta a las re- que se presten los guardias civiles estoica'
glas de la cortesía, y no seré yo nunca de mente a ser blanco de las agresiones reite-
los que se opongan a que se depuren res- radas de las turbas, como si no tuvieran
ponsabilidades; pero, en términos genera- la obligación de imponerse, como si i^^'
les, la fuerza sale contra su voluntad, con- ran simples muñecos de cartón y trapo-
tra sus deseos, en cumplimiento del sagra- Con frecuencia las trapas son tratada^
do deber de la disciplina, de la sumisión de muy distinta manera por el público-'
al noder civil, cuya supremacía todos pro- porque sabe muy bien el pueblo que proce-
•clainamos; con frecuencia la fuerza pú- den con mayor rigor y que no es cosa de
blica simpatiza con los movimientos po- jugar con ellas.
pulares que surgen como vindicación de Muy lejos estoy de pretender que no ^e
ravios del Poder público, y, sin embar-^ depuren sabilidades y exijan en todo caso
qtie procedan; perolasteingo
respon-
3'°
go, en virtud de aqtíellos deberes y de aque- mucho cariño, muchas simpatías, muchos
lla supremacía tan decantada, tiene'que re- respetos a la benemérita, y aunque no f'^
frenar aqueUas simpatías y ha de solidari- jurado, n i mucho menos, dejar de ponerm''
zarse con las torpezas, con las injusticias, al alcance de sus máuseres, se me figura
con las inmoralidades de las autoridades que en el momento que la bala atravesara
civiles, a que deben obediencia, según las mi cuerpo gritaría: ((¡Muera La Chica!
reglas de su Instituto y las buenas doctri- ¡Muera el cacique! ¡Muera el gobernador!
nas democráticas que todos sustentamos. ¡Muera el alcalde! ¡Muera el que con' sUS
Es digno de. meditar el sacrificio que ello desafueros haya dado lugar al levanta-
representa para la fuerza pública, y en miento!»; pero no gritaría nunca: ((¡Muera
especial para la benemérita, que es la la Guardia civil! ¡.\bajo la fuerza!»
primera llamada a intervenir en estas al- No parece sino que sea aquí, en España,
garadas y la que tiene menos amparo, por la Guardia civil la Cenicienta de todas l a S
cuanto sucede a menudo que los mismos revoluciones, la que haya de cargar con
que han desencadenado la tormenta, las la culpa de todos los desafueros. ¡Como si
mismas autoridades que han requerido su pudiera haber revolución sin sangre! ¡Com"
auxilio, que tal vez han dado órdenes seve- s i no tuviéramos todos el deber de ofrecer
ras de mantener a todo trance ol principio nuestros pechos para l a defensa de la V^'
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL 95

tria, no sólo contra los enemigos exterio- aquella sangre se ha perdido lastimosa-
res, sino contra los del interior, que la cer- mente entre las frondosidades de la mani-
cenan y la denigran y la envilecen! gua. No parece sino que somos como los
¿Hay, por ventura, algún Gobierno que toros, que embisten al tra.po y no al bulto.
pueda prescindir de la fuerza? ¿Ha de ser Ahora en Granada se ha inmolado la
el libertinaje, el matonismo individual, lo vida de un estudiante y otros han vertido
que prive en nuestro desdichado suelo? sü sangre.
¿Podemos acaso consentir que nuestro te- Es y a cosa secundaria, que debe no obs-
rritorio se convierta en una inmensa dehe- tante averiguarse, si la Guardia civil se
sa, destinada a pasto de bandoleros? excedió o no en la represión; lo principal
, Desde los Estados constituidos a base de es que aquella sangre no se pierda, para
.una Monarquía .'xbsoluta hasta los moder-, lo cual hemos de dirigir la puntería con-
nos bolchevikis, todos han hecho usoi de la tra los primeros y' principales responsaibles,
fuerza armada, y a sea. la Guardia civil o contra la inmoralidad, contra el caciquis-
la Guardia roja, para imponerse a las tur- mo que el pueblo toleraba en la ciudad de
bas, para hacer efectiva la soberanía de Granada y que tolera aún en toldas las
las disposiciones emanadas de las autora-, / ciudades de España.
dades constituidas. Lo que lia.y es que nues-
tros revolucionarios de estos tiempos son Caiga, pues, sobre los caciques de toda
seres afeminados que no saben, que no ralea aquella sangre juvenil: sobre La Chi- -
quieren jugarse la vida, y pretenden que- ca y sobre los que aquí y aUá sostienen la
la fuerza ipública claudique... sólo por bre- inmensa bacanal de la política española.
ves momentos, los nccesai-ios para dar un La bacanaKde la política cubana inmoló
golpe de Estado y encaramarse en la cum- centenares de miles de víctimas—como Ue-
bre, donde querrán conservarse luego al vó dicho—y pe,ndimos las colonias y man-
amparo de aquella fuerza contra la que tuvimos en la impunidad a todos los res-
hoy se grita, al mismo tiempo que se pre- ponsables.
gona la supremacía del poder civil. La muerte del estudiante granadino ha
hecho rodar a un alcalde, y a un gober-
La supremacía idel poder civil quiere de- nador, y acabará seguramente con La Chi-
cir la disciplina ciega de la fuerza pública ca y con el Ayuntamiento: de aquella capi-
a las disposiciones emanadas de las auto- tal, habiendo producido, además, una s a - j
ridades constituidas, y no parece sino que ludable conmoción en toda España. |
nuestros revolucionarios, al mismo tiempo ¡Bendita sea la sangre vertida, la vícti-
, que pregonan aquella .supremacía, quieren m a inmolada para la salud del pueblo, cu-
que la fuerza pública: teiiga la facultad de yos despojos habrá recogido sin duda el
juzgar en cada caso el grado de bonidad o Í)ios de la justicia y de la misericordia!
ma.lda,d de aquellas disposiciones, para aca- Esto de ir principalmente contra la fuer-
tarlas o n.o, según su propio criterio, con za pública para pedir responsabilidades de
lo que quedaríamos sometidos a' la fuerza estos sucesos es hacer infecunda la san-
armada y vendría el imperio, la suprema- gre vertida, es desenfocar el problema, co-
cía del militarismo. mo h a sido durante muchos años—^y auii
Cultivemos el amor a la disciplina de la perdura el mal — desenfocar La cuestión so-
fuerza pública, principalmente los partida- cial el señalar como causa de los males
rios de la supremacía del poder civil, y que afligen al proletariado a Ta religión
ocupémonos de que éste se dignifique, para cristiana, mil veces bendita y siempre de-
lo cual tiene el pueblo medios de sobr.a, y, mocrática, que otros muchos han falseado,
.si preciso fuera, todos hemos de jugarnos haciéndola servir ;de medio para satisfacer
la vida para la consecución de este ideal.; .ambiciones y egoísmos.
Toda obra redentora, todo avance de lai La cuestión de Granada ha de servimos,
||ciencia, requiere víctimas, requiere gm^ no para ir .contra la benemérita, sino con-
raímente derramamiento de sangre, y si • tra los que con desprecio del pueblo, y
no queremos ofrecer la nuestra, no nos que- abrazados a los acapai-adores y contraban-
jemos de la abyección en que vivimos. distas, a quienes exprimen en provecho pro-
En Cuba inmolaron, generosamente su pio, usurpan la representación del pueblo
vida 200.000 jóvenes, a cuyas familias adeu- . y nos imponen autoridades que quizá nos
da todavía l a nación sus menguados alcan- obliguen a ofrecer y derramar nuestra san-
•^s, y por el empeño que tenemos los es- gre para ahogar sus demasías.
pañoles de desenfocar todos los problemasa
Jerónimo Massanet.
 Dirección general de
• R E L A C i é H siominsal í2e i c s tejiSe^tes d e l a s A r m a s g e n e r a l e s
aspiraiites a ingreso en el Ciierpc.
U. Luis Oliva González (1).
- FideL González JBadía (2).
» José Conté Camps. "*
!> Eduardo MarciUa García.
•> Antonio Ripoll Montaner.
)' Gumersindo Várela Pa.z.
>' César Aivarez Aivarez.
» Juan de la Peña Caballero.
» Jacinto López Zabalegui.
» Federico Corrales G u e -
rrero.
!) Ángel Martín Momiño.
•> Carlos Abad López. *
11 José Garrigós Bernabéu.
11 Manuel Acar Pesquero.
.1 Femando Gómez Ayán.
11 José GaUego Marquina.
>i Gregorio González Gai'cía.
1 José Rotgier Ganáis. "
.1 Pascual Cid Moreno.
11 José Rodríguez Cueto.
11 Ramón Miró Noriega.
11 Ramón Merino Morales.
11 Antonio Martín Esteban.
i> José Pérez Moya.
II José Rosales Pérez.
11 José Ranal Lorenzo. .
11 Francisco N ti ñ e z Cala-
beii'o.
1) Mariano Manso Ruiz.
11 F r an e i s cía NavaiTete
Queipo.
11 Manuel Eymar Fernán-
dez.
11 Eduardo Pérez Ruiz.
11 Juan Letamendía Maure.
11 Justo Pérez Almendro.
» Francisco Rodríguez Fon-
seca.
:i Domingo Garcia Poveda.
11 Rafael Rojo. Martín de
Nicolás.
M Pablo Salazar Esteve.
11 José Argeles Escrich.
11 José Negretc Raijella.
.1 José Pilarte Ganzó.
-1 Luis Fernández de Vega y
Soto.
» Francisco PaHás Martínez.
11 Enrique Marín Valenzuela.
)i Julio í'ernández Benítez.
11 Antonio Para Aivarez.
)i Manuel Salcedo Delgado -
de' ToiTes.
NOTAS (1) (2) (3). —Estos oficiales se encuentran examinados; pero el orden de prelación está pendiente de consulta-
OTRA.— Los indicados con un
provisionaimente, puesto que aun no han llenado el requisito del examen prevenido.
ia
D. Fernando Linares López.
11 Gonzalo Arance Lorenzo. *
>i Tomás Ausín Robles
11 Antonio Diez González.
» Antonio Escuin Loíe.
» Pablo Martínez Delgado.
» Alberto Rodríguez Cubero.
1) Vicente Debesa Campos.
» C á n d i d o Marcos Here-
dero. *
11 Juan Lorenzo Arneo.
)) Luis Sairtafé Vaidivielso.
i> Juan Gómez González.
11 .¡uan Rico González.
)) Julián Izquierdo Carvajal.
)) Manuel .del VaUe Frutos.
11 Vicente Rodrigo Vinent.
i> Juan Jiménez CasíeUano
Casaléíz.
» José Cosgayá Sánchez To-
rija.
11 José Várela Iglesias.
1) Gregorio GaUo MíTla.
1) Eusebio García del Casti-
Uo.
11 Eladio Lucas Mata.
» Luis Mota Domínguez.
1) Nicolás Rivero Ferro.
11 Edilbierto Pantooa COITO-
chano.
» José Amario Gómez.
» Celestino Matoni Parra.
» Ramón VaUespín Zayas.
>) Fernando López Gil.
» Luis Mai-zal Albarrán.
» Gregorio Gómez Camiuero
Marqués • (3).
11 ¡Manuel Priego Gabarrón.
11 ¡Miguel Lechuga Serrano.
11 José GaUego Gallego.
» Mariano Pére^; Ugena.
M Fernando López Alba.
i> Enrique Pueyo del Val.
>i Manuel Gómez Cantos.
11 Jost'is de Ledesma G.ra-
cián.
i> Juan Romero Duran. *
» José Rodríguez Rodi'iguez.
»'Joaquín Meirino Pérez.
1) Femando Segovia Lapi-
que.
I) Pablo Incera Vidal. *
» Francisco Diez Ticíq.
.aunque se em-.uentran colocados en e! orden que figuran en esta relación, lo están
6üard¡a cimí
D. Fernando Márquez Go;-
lez.
"Antonio Castejón E s p ^ '
nosa.
11 Juan Luque Arenae.
11 Manuel Sánchez RuUán-
» Emilio Quintana Gaicedo-
» Franci-sco .Carazo Carazo-
11 Luis Tío RipoU.
11 José Alonso Nari:
11 Juan Ürliz Aragonés.
11 C á n d i d o Rodríguez '"
TrujiUo Sánchez. *
11 Julio Ferrer Infantes.
11 Ángel Labra Martínez.
1) Carlos Coixlón Cervera-
11 José Nojíueira Camacbo-
11 Francisco Sánchez Cano-
» Antonio Reparaz Araujo-
i> Ernesto Navarrete Alcai-
» Luis González Mánnot-
» Rafael Bueno Bueno.
» Miguel' Jiménez Cortaba-
rría.
11 Antonio de la Vega Mob^-
dano.
11 José Arias Jiménez.
» Manuel Marra Gonzálei:- '
1) Ánionio Pérez Lázaro.
» Francisco Páez Ortiz.
» Joaquín Pelegri Pérez.
» Ricardo Paños Jiménez.
» José FeíTer HeiTera.
» Ángel de Pablos Pérez- ^
)) Eugenio Blanco Moranta-
» Aníbal Pascual López.
» José Casasiis Arreses Ro-
jas.
1) Francisco Rodríguez d ®
Hinojosa Delgado.
i> Teodoro Camino MarcH-
Uach.
)i Cristóbal M u ñ o z Sán-
. chez. *
11 BoJtasar Aparicio Martí'/
nez.
» José Lobato Sánchez. *
1) Miguel Montejano Cuenca.
» Carlos Bayo Lozano. ,*
» Rafael Boix Ribo. * ,
» Juan Hernández Roanera.':
» Julio P/írez Pérez.
11 José de Páramo Godoy.
 Lg, instnioción táctica debe ser dirigida
de euerte que todas las maniobras se apli-
quen al terreno y a lo que sucede en la gue-
rra, de modo que en todos sus movimientos,
en todas las órdeneá que reciba, vea una
tropa siempre enfrente al enemigo. Así, des-
pués de una larga paz, oficiales y soldados
tendrán la experiencia y la costumbre de
la guerra; la mstrucción de nn jefe de ba-
tallón bastará a un general, y xm jefe de
batallón sabrá y no podrá obrar sino como
debe hacerlo un buen general.—Generaí
Mor and.
En tiempo de paz es cuando se hacen los
soldados; pero es preciso hacerlos para la
guerra por medio de ejercicios variados e
inteligentes y no de paradas.—Coroiicl
Cournanidt.
Para foi-marse la ojeada militar, todo ofi-
cial debe hacer trabajar constantemente su
imaginación y su reflexión' en lá guerra, en
la caza, en los viajes y en sus paseos a pie o
a caballo.—Folard.
Entre loe conocim.ientos necesarios a un
jeíe de ejército, uno de los más importan-
tes es el de los países y localidades, porque
sin ese conocimiento no es posible combi-
nar ninguna sólida empresa de guerra. Esta
práctica de las localidades se adquiere por
medio de la caza, mejor que por cualquier
otro ejercicio. Los historiadores de la anti-
güedad refieren que aquellos héroes que en
su tiempo gobernaron el mundo pasaban
su vida en los bosques, cazando, porque tal
distracción, aparte del conocimiento parti-
cular de las localidades, da otra infinidad
de nociones indispensables en la guerra.—
Uaquiavelo (discurso sobre la primera dé-
cada de Tito-Livio).
El joven Bonaparte, dotado de ese genio
universal que hace aptos a los hombres para
todos los empleos, poseía, además, una dis-
posición que le era peculiar, a saber: l a
aplicación al estudio sobre el plano y la in-
clinación a buscar en él la solución de los
fenómenos de la política como de los pro-
blemas de la guerra. Sin cesar, tendido so-
bre los .mapas, cosa que raramente hacen
los militares, y que hacían menos antes de
^. níftditába continuamente acerca de l a
configuración del terreno en que entonces
se desarrollaba la lucha.—Tíuers, «Historia
«el Consulado».
Filopemen era sabio, como la mayor par-
te de los grandes capitanes, y se dedicaba,
sobre todo, al estudio de la filosofía y de la
Historia, tan necesario a las gentes de QW-
rra.-^Folard.
¿Tememos, pueis, no ¡poder aprender lo
que otros han aprendido de nosotros? En los
libros es donde hay que estudiar lo que ee
practicaba en otras épocas; pero nadie, des-
de hace largo tiempo, se ha tomado el tra-
bajo de buscar esas prácticas descuidadas;
porque en el seno de una paz floreciente no
se ve la guerra sino muy distante.—Vejccio.
La instrucción está en el estudio de las
campañas más memorables. La enseñanza
dogmática se apoya en hechos, que se pue-
den escoger en los triunfos, como en los re-
veses, concediendo su parte al azar en el re-
lato de cada suceso.—Marmoní.
Leed, releed las campañas de Alejandro,
-Aníbal, César, Gustavo-Adolfo, Turena, Eu-
genio y Federico, y modelaos sobre ellos. He
ahí el único medio de llegar a ser gran ca-
pitán y de sorprender los secretos del arte
de la guerra. Vuestro genio, iluminado por
ese estudio, os hará rechazar las máximas
opuestas a las de aquellos grandes hombree.
Napoleón.
Si Wurmser hubiese aprovechado -las lec-
ciones de Federico, no cabe duda que no ha-
bría formado de su ejército dos cuerpos se-
parados por un lago, qu.e fueron batidos uno-
después de otro. Sabido es que Alvinzi, Co-
burgo, el Príncipe de Lorena y Brov/n fue-
ron derrotados en detalle por haber faltado
a los priníeros principios de) arte de la gue-
rra.—J omini.
El estudio es el arsenal de donde tomaréis '
vuestras armas en el día de la acción. Es-
tudiar con cuidado ayuda a pensar y a obrar
con prontitud, y ese es todo el secreto del.
oficial modelo.—De Brack.
Cuando el Emperador Napoleón salía pitra
el ejército se llevaba una biblioteca de via-
je, compuesta, en pequeños volúmenes, de
lo mejor que existia en literatura, en histo-'
ria, y en libros y mapas relativos a los paí-'
ses que iba a recorrer.—Noíicííí sohre M. Bar-
bier, ex administrador de. la Biblioteca ReaL
•La unidad de mando es lo más importan-
te en la guerra.—Napoleón.
 D. Antonio Vázquez deAldana, el reputadisimo coronel de Infantería tan aficionado a ^
cuanto con las armas portátiles de fuego tiene relación, y autor de libros muy leídos y '
elogiados, ha ideado una nueva arma cuyas condiciones relata en un artículo publicado]
en El Tiro Nacional de España, y que reproducimos muy gustosos.
Continúa entablada la lucha entre los
que gustan de las carabinas automáticas
para montería y aun ¡defensa y los que
pr-efieren las armas de, repetición manual.
Alegan ios primeros que se puede seguir
a una res sin desenfilar la puntería; que se
pierden instantes preciosos en la carga ma-
nual; que al volver la culata al hombro
Owida el cañón en recuperar la dirección;
que...
Deñendett los segundos al arma cuyo fun-
cionamiento es más lento, p&ro tan seguro
como azaroso es el otro. El arma de repeti-
ción manual no se encasquilla jamás; cada
bala va siempre adonde fué dirigida, aban-
dona el cañón con la misma velocidad, por-
que la cámara do gases no es, como mu-
dias automáticas, elástica.
La carabina mauser, para montería con
dos disparadores y cinco tiros a repetición
manual, coloca las balas a largas distan-
cias, como a las cortas, con una precisión
y seguridad que no logran hacer las cara-
binas automáticas Browning, Rémington,
.Winchester y similares.
Pero es el car.o que de todas éstas hay
muy pocas en España, desde que comenzó
la guerra, y que la industria armera nacio-
nal no se dedica a l a fabricación de cara-
binas ni fusiles. En una palabra: que no se
hacen en España, y^ tenemos que pagar al
Extranjero lo que nos quiere cobrar... y se
lo pagamos.
Como las diferencias en fabricación entre
Ql fusil y "la carabina no son esenciales, su-
pliqué al director de la fábrica de armas
de Oviedo mandase hacer una carabina
mauser apropiada para montería y... «Lo
lo pensaré», me dijo, cuando de él me des-
pedí.
Tengo observado que cuando algún jefe de
Centro o dependencia dice de un asunto:
«Lo tenemos en estudio», es que no se ocu-
pan de eUo; y si dicen «Lo nensaré», es que
no han de ocuparse de ello ya.
Mas como toda regla tiene excepciones,
cuando al mes siguiente me presenté en la
grandiosa fábrica de armas que España tií-
<
ne en Oviedo, me encontré con la carabina
ultimada, sin faltarle más detalle para po-
der yo hacer fuego con ella que pagar las 80
pesetas de coste, de las que me desintegré
en el acto.
Ochenta pesetas cuesta hoy una detei'io-
vada pistola automática, y la carabina esta
puede competir, con ventaja, con las- me-
jores del mundo, y lo demuestro atrave-
sando la apuesta que quieran.
Pesa mucho menos que un fusil.
Así en el cerrojo como en el cajón de me-
canismo tiene para el escape de gases, caso
de hendirse el culote; cerrojo en ángulo Y
pavonado, escotadura en el cajón, guarda-
pimtos, garganta apistolada, fino jagúelaJd'o
y seguridad completa de que en las fábri-
cas más acreditadas harían otras iguales,
pero no mejores, y menos a precio tan irri-
sorio.
Ochenta pesetas piden hoy las tiendas
por cualquier «pistoloide» deteriorado.
Llevada esta excelente carabina al proba^
dcro, idiió el siguiente resultado:
A 50 metros, los cinco disparos primeros
pueden taparse con una moneda de cinco
pesetas.
No satisfecho, Jaime, el probador, hizo
otros cinco disparos a idéntico blanco, en
poco más espacio que al de un sello del Co-
rreo de 0,10.
Intacto es "1 agujero que l a bala hace
en la cara anterior del blanco.
Es decir: que la carabina «Aííwr», a dis-
tancia de SO metros, medidos con cinta,
METE TODAS SUS BALAS EN UN BLAN-
CO DEL TAMAÑO DE UN SELLO DE CO-
RREO.
Yo desafío a que ninguna otra carabina
de guerra, montería o concurro haga, no
ya más, ni siquiera otro tanto, y por si
algimo gustase de aceptar el reto, propon-
go se cruce como apuesta la carabina.
Que a 50 metros meta sus balas todas
en un sello de Correos de 15 céntimos no
hay más carabina de montería que lo pue-
da ser que una, y esa se hace en Oviedo
para los socios del Tiro Nacional por 80
pesetas.
ílBVISTA TÉCNICA DK LA (iUARDIA CIVIL 99

Después, la gran facilidad y baratura de cazador y notable jurisconsulto asturiano

las piezas de "recanibio es otra ventaja de D. Leopoldo de Sonsa, quien ojea el mau-
«OTisideración. ser como si fuese el Fuero Juzgo y apunta
Hará nueve años envié a Aíemania una con las Siete Partidas como si fuese un
carabina de montería para que en la fábri- mauser.
°a donde fué hecha la cambiasen el cañón, Si'cazando en el monte saben que es un
deteriorado por mucho uso; cambio de ca-.. letrado, informando en la Audiencia tras-
"on que cuesta en Oviedo 10 pesetas. 'ciende el tirador.
Cuando la carabina alemana, volvió a mis Acomodé con gran cuidado en la red mi
oíanos, con cañón flamante, traía, entre arma, y cada viajero que eir el trayecto en-
Portes de ida y vuelta, pago de Aduanas traba con equipaje le hacia la observación
^^•joste del callón, un gasto de ¡147 fran- de que tuviera cuidado, al colocar la mu
gí tiempo que estaba desembolsando esa leta, no me perjudicase a la carabina.
*^*ntidad discurría para mis adentros: bien Un irespetable anciano que observo el
mimo con que trataba al arma entabló cor:-
^''i^i'Pleado le está, por zopenco..., y comen-
'^^ a pensar en un tipo de carabina mauser' versación, haciéndome diferentes pregun-
Para montería, que se hiciese en Oviedo, a tas:
•^ase de nuestro fusil, y que fuera tan bue- —Gran cariño tiene usted a las armas—
como la mejor del Extranjero, y como me dijo.
^os jefes de la Fábrica Nacional de Armas —Sobre todo, a ésta, que es nuevecita y
<iue hay en Oviedo tomaron con empeño hace uñar, tiradas... ¡suculentas!
Que así fuese... —Por eso, sin duda, la defiende usted
tanto de los golpes.
Tengo el gusto de jjiresentar a ustedes la —Preferiría recibirlos yo, porque un ca-
carabina «Astur» lamorrón respetable (el que recibí cuando
Su longitud de cañón, contada desde la el choque de trenes en Santander el año
arandela del guardamano, es de 58 centí- pasado fué congestionador) se me cura con
metros. Cuarenta y cuatro tiene la carabi- tiempo y árnica, mientras que no hay ár-
na de Caballería y 72 el fusil. nica capaz de curar un deterioro en .las
Es decir; que es 14 centímetros más larga armas.
que la carabina de Caballería, y otros 14 —¿Cómo se Uama esa que usted Ueva? "
mas corta que el fusil. —«Astiir».
• Lo que esto b, aligera de peso compara- —¿Quiere usted vendérmela?
da con >el último, que es incalculable, por- —Ño, señor.
q^ie el acero y madera se la quitó del extre- —Y si le propongo un cambio, ¿por qué
nio de la boca, donde hace m á s palanca el me la cambiaría usted?
«•rma en la posición de apuntar, retirándo- —Por un trasatlántico de ComiUas.
lo, por lo tanto, una enormidad el centro El anciano me miró como se mira a los
de gravedad, que en el fusil está muy de- locos. Me compadecía; pero había que estar
lantero. prevenido contra mí.
—¿Reside usted en San Esteban de Pra-
via?
Adquirida el arma y hechas las estupen- —No, señor; voy sólo con objeto de hacer i
das pruebas, sentí la necesidad de tirar algunos disparos a... a... a... gaviotas, q u e j
con ella en campo, en monte, en mar; y u n ' será lo único tal vez que encuentre porl
domingo'por la*mañana tomé billete en o\ ahí.
";en Cantábrico para San Esteban de Pra- —Y luego, ¿qué hará usted con la cara-
'^'ia, lindo puerto en país montañoso, que •bina?
Ppdría servir muy bien a mis deseos, con- Limpiarla, engrasarla, colocarla en el
sistentes en hacer medio centenar de dis- armero y contemplarla' con delectación,
paros con esta carabina, cuyas ventajas y porque mi carabina...
virtudes no son como las de... —Entonces, y a sé quién es usted; creo te-
El agua de La Toja, ner el gusto de conocerle, aunque de oídas.
qUe por donde pasa.:, -moja. Usted, sin duda, es... el Sr. Ambrosio.
Si D. Favila, hijo de D. Pelayo, célebre
Elegí San Esteban por ¡haberme enco- Rey de Asturias, que yendo de caza mu-
"^iado mucho su paisaje mi amigo el gran rió despedazado por u n oso, quizá republl-
 100 I
cano, huoiese dispuesto de una mauser «As-
tur», se huibiese visto e l o s o obligado a re-
capacitar, y el resultado hubiera sido muy
otro.
Con una «Astur» como ééta y cartuchos
dundun en abundancia, yo desafío a todos
los osos de las montañas Cantábricas y ca-
Ues de las ciudades españolas; y ¡cuidado
que hay osos muy osados!
A las dos horas de tren Uegué al ñnal de
mi viaje, a más de la una del día, y como
no quita la carabina el apetito, me metí en
el primer restaurante que vi al salir de
la estación y ocupé asiento en una de las
ó 30 mesíUas, de a cuatro cubiertos, que
había.
A üempo lo hice, pues cinco minutos más
tai-de estaban ocupados todos los sitios, y
sobró gente para segunda mesa.
Siempre que he viajado, algo nuevo he
aprendido o he visto cosa nueva.-
En todos los restaurantes conocidos, y creo
contarlos por varios centenares, sirven en
fuentes de uno, dos o cuatro culjiertos, o
raciones, a lo sumo- En San Esteban, no.
El primer plato era un arroz con impac-
tos de gallina, y venía para l o s 120 comen-
sales -en una sola cazuela, de 92 centíme-
tros de diámetro, según a o j o pude apre-
ciar y me permitió el abundante, denso y
a i T o m á t i c o vaho que de eUa salía, que casi
asfixiaba al mozo portador.
¡Parecía un cráter ambulante!
Todo el servicio era igual. La fuente de
bisteks (ya s,^ que no se escribe así) era una
carnicería bien surtida. La fuente de ensa-
lada parecía un prado, etc., etc.
Uno de los postres fué flan. Un flan para
120 personas; abultaba como irnos nueve
decímetros cúbicos (también a ojo), y cal-
culando, aunque sólo fuese a huevo y me-
dió- por ración (aquí el Sr. Ambrosio car-
gó la mano), estaría hecho con 180 huevos,
que alrora cuestan ¡a real!
¿No les parece a ustedes que son dema-
siados huevos? Pues no tendría menos.
La comida s e compuso de cuatro platos
fuertes, de los que cada ((quisque» se ser-
vía a placer, y, en total, cuatro pesetas.
¡¡Si casi de fian me comí 2,501!
Pagué, propiíné, cogí mi carabina y, ahito
de manjaa-es nutritivos, me marché a la
entrada de la ría, completamente despoblar
da, para consumir mis 50 cartuchos.
En el maír, y a unos 800 metros, o' quizá
REVISTA TÉCNICA. DE LA GUARDIA CIVIL
más, die la playa en donde estaba, vi un
bando como de 40 gaviotas. Los simpáti-
cos palmípedos descansaban flotando sobre
el rizado ma^'. Gradué el alza del modo que
juzgué conveniente, y la primera bala que-
dó corta. Había más de 800 metros.
El segundo cartucho, y con alza a 900
(pocas personas se dan cuenta de la dis-
tancia que ésta es), puse la bala en medio
del bando, y de donde surgió el chorro de
agua consiguiente al choque del proyectil.
Percatados los flotantes volátiles de que
mis aviesas intenciones se circunscribían a
ejercer la hegemonía en aquellos parajes,
ahuecaron, poseídas de una gran dosis de
panicotipia, a juzgar por el rumbo y ve-
locidad...
(¡Qué majo me salió este parran to!) Y yo
no hice menos, tan pronto di fin de mis 50
cartuchos.
-A las seis y media tomé*: el tren de regre-
so a la capital de Asturias, y cerca de las
nueve de la noche entraba en Oviedo, oron-
do, con su carabina debajo del brazo, el se-
ñor Ambrosio. , ' ' •
Cuarenta y ocho horas después la cara-
bina hacía repetidos y certeros disparos en
el Campo de Tiro de la Moncloa, ganando
la medaUa de maestro tirador, de oro de
ley, con esmalte de cinco colores, cuyo cos-
te es de 110 pesetas, y da un diámetro de
tres centímetros. Hoy es el distintivo de
sport más bonito que hay en Europa. Con
. satisfacción rayana en orguUo se puede Ue-
var en la cadena del reloj. Por el precio, a
que salen, la Sociedad) no puede prodigar-
las; las hace- sudar. Es la más alta recom-
pensa que se otorga en los concm-sos de
tiro, aunque no excluye las otras, consis-
tentes en copas, armas, joyas, metálico y
objetos .de arte o uso.
Con armas deficientes o de escasa preci-
sión no se' logran nunca tiradas buenas.
Esta carabina, en lo tocante a precisión,
Uegó al límite de la perfección.
¡Hay que ver qué arma!
Con ella, asomada apenas al balcón, en-
filando a lo largo de la calle, sea ari'iba
o abajo, impediré siempre que se levante
una barricada o se cometa desafuero algu-
no en 300 metros de radio; porque en la
caUe, en casos de tal índole, y Uegado el
• momento de jugarse la epidermis, no habrá
más... cartudros que los míos, y por lo que
se ve, el instante de la prueba se aproxima.
A. Vázquez de Aldana.
 En The Times, y con referencia a una car-
ta escrita a su padre por un oflcial de Ma-
rina alemán, se consignan curioeos deta-
lles relativos a dicha rebelión.
Decía así el marino:
«Nuestra flotilla había permanecido algún
tiempo cruzando por el mar del Norte y en
varias ocasiones estuvo en contacto con las
fuerzas británicas.
Necesitados de entrar en puerto algunos
días, tuvimos ocasión de apreciar la totali-
dad de la flota alemana, con todos sus gran-
des buques y torpederos, fondeados y listos
para zarpar.
Era general el asombro y nadie sabía
nada deflnitivo. Súbitamente se dijo que el
almirante en jefe deseaba hacer ejercicios
en alta mar; pero se reputaba absurdo em-
prender grandes maniobras navales en ple-
na crisis.
La primera orden de salida se fijó paa'a
ei miércoles por la noche, y luego se de-
moró hasta el jueves. Nosotros, fondeados
a corta distancia, ignorábamos lo que suce-
día. Oíamos rumores de motines y alboro-
tos, pero nos resistimos a creerlo. Ayer or-
denó el almirante de la primera escuadra
que los destroyers B-97 y B-112 se pusieran
a su disposición a las ocho. A dicha hora
atracamos al Osfrieifland, y el almirante
pasó a bordo.
No nos dimos cuenta exacta de lo ocurri-
do hasta que el comandante de nuestra flo-
tilla arengó a la dotación en cubierta. Sus
palabras no se me olvidarán nunca.
Algo muy deplorable sucedía. Las dota-'
cienes de diversas unidades, en todas las
escuadras, rehusaban obedecer. Cuando la
flota se disponía a salir, los marineros em-
pleaban los aparatos extintores de incendios
en apagar las calderas, repitiendo la fae-
na cuantas veces se intentó abandonar los
fondeaderos, y preguntados por la razón de
su extrafio proceder, contestaron que no que-
rían tomar parte en ningún combate de
desesperación de la flota alemana.
Por el alto mando se les dijo:
«Permitidme que antes de rendir la flota
juguemos la única carta; dejadnos inten-
tar el último esfuerzo antes de entregar
i^U^stros hermosos buques a los ingleses.»
Al comandante del Thüringen, que pro-
ponía emplear contra e r enemigo los 2.000
proyectiles en parlóles para hundirse luego
con la bandera de combate izada, se le res-
pondió que saliera él solo, y a partir de en-
tonces- se desbordó la violencia. De la pri-
mera escuadra se desarrolló, principalmen-
te en el Thüringen y el Helgolandt. Los amo-
tinados se atrincheraron a proa, y en el
Helgoland se apoderaron de tres cañones.
Me es imposible dar un relato ñel de la
arenga del comandante de la media floti-
lla de que formábamos parte. Nos ad\-irtió,
sin rodeos, que si lo ordenaba el comandan-
. te de nuestro torpedero nombrado pajra di-
cha comisión, el cumplimiento del deber po-
dría exigir que disparásemos contra nues-
tros camaradas.
Listos mrestros oafiones, ametralladoras
y torpedos, avanzamos hasta unos 200 me-
tros del Thüringen. Mientras tanto, y para
reducir a los rebeldes, Uegaron en un va-
por 250 soldados de infantería de marina,
los cuales se resistieron a trasbordar al sa-
ber que ei B-97 podía intervenir con su ar-
tillería.
¡Si hubiera podido medirse mi sentimien-
to al apuntar con los cañones a nuestros
compañeros! ¡Qué impotente rabia me em-
bargaba! Pero ¿qué hacer? Se nos envió rá-
pidamente, sin tener tiempo de cambiar im-
presiones con los tripulantes de otros bu-
ques.
Todavía confiábamos en que tan grave
asunto tuviera un final satisfactorio. Al cabo
de una hora los rebeldes desplegaron la
bandera de la Cruz Roja y permitieron, sin
hostilizarlos, que subieran a bordo 600 hom-
bres Uegados en un vapor.
Quedaron nuestros corazones libres de una
angustia mortal, después de estar a punto
de ser aniquilados; porque, de haber dispa-
rado nosotros un solo tiro, las tres piezas
de 15 centímetros de que disponíai}/loe re-
beldes hubieran destrozado sin rerpédio el
B-97. • ! ":
En mi vida olvidaré el 31 de ..octubre
de 1918. Fué mil veces más terrible gue los
días de Oesel y el Canal.
En el Helgoland y otros barcos fueron,
entretanto,, dominados provisionalmente les
tumultos; poro lograron su finalidad.
La flota no saldrá a la mar en fecha pró-
xima, y si es preciso Uegar a la paz, l a ha-
remos por nosotros mismos. La Marina no
será un obstáculo si el Ejército y el pueblo
desean concertarla inmedliatamente.»
 En los principales países Bl ilustre y competentísimo es-
del mundo se ha debatido critor, tan aficionado a curiosas Otro publicista, también re-
grandemente el problema de estadísticas españolas, D. Eduar- putado, M. Ángel Marvaud,
los capitales aportados por do Navarro Salvador trata autor del de un buen libro titu-
los extranjeros, y hasta se ha capital extranjero en nuestra na- L'Espayne au XX siecie,
lado
llegado a la reglamentación ción, en i i n articulo interesan- • ciiya segunda edición que. co-
te por demás, en E l C o r r e o E s - nocemos es del año 1915, saca
más o menos severa de éstos p a ñ o l , que nos honramos en^rc-
por diversos Gobiernos nació- a luz algunos cuadros esta-
producir. dísticos, y de ellos se deduce
nales, celosos, como és su de- •-^'TI,'-
ber, de los respectivos intereses de sus ciu- que el conjunto de las accio--
dadanos. nes y obligaciones de e.sos capitales de fue-
ra, que nos ceden a préstamo los que se ti-
Para algunos Estados y técnicos no puede tulan amigos de los españoles, suma más
menos de aconsejarse, como medida justi- de 3.705 millones de francos. Este cálculo es
ciera y equitativa, que se establezca un ré- algo más bajo que el anteriormente exhibi-
gimen de reciprocidad internacional. Ni fa- do. De todas suertes, los réditos anuales
vor ni aislamiento en materia económica son también de centenares de millones.
de capitales extraños al país.
¡Una sangría suelta que pagamos los pen-
En España también el tema ha llamado insulares expiando culpas de gentes de años
la atención de nuestros economistas, soció- atrás, optimistas del tipo de Pangloss, pero
logos y de algunos gobernantes. Actualmen- admiradoras de,l dulce far nienle!
te, es seguro que la joven Sociedad de Eco- Finalmente, la Dii'ección General del Tim-
nomía Nacional, establecida en Madrid, co- bre, por delegación del ministerio de Ha-
mo saben nuestros lectores, y quo está des- cienda, ha elaborado una útilísima e inte-
arrollando crecientes y plausibles iniciati- resante relación nominal y estadística, que
vas, ha'^de tratar a fondo tan importante arroja ún valor de 1.277 millones de pese-
cuestión, puesto que ésta es muy compleja.. tas por el capital-de las Sociedades extran-
• Se han expuesto en diversas ocasioueB jeras conocidas, que afecta a la tributación,
cálculos y ensayos estadísticos más o me- aunque ésta es modesta. A los abandonos de
nos verosímiles acerca de la cuantía, na- tiempos pasados ha sucedido algo de preocu-
cionalidad, destino y otras circunstancias pación, aunque no en la intensidad y otras
de los capitales del exterior traídos por los circunstancias que necesitamos. La Direc-
extranjeros a la península hispana. Las re- ción seguramente que desearía llegar más
vistas técnicas, que no son escasas y que allá, como todos los Ijuenos patriotas.
laboran mucho y bien, como algunos pro- Esta investigación oñcial complementa
fesionales publicistas, se han preocupado otra circulada por la Dirección de los Re-
de este tema, digno de la mayor atención gistros y del Notariado, que nos interesó
y estudio. mucho y la hicimos i^ública en uno de nues-
Entre las investigaciones más conocidas tros estudios. Además, en estos momentos
se destacan tres de ellas, de las cuales va- este laborioso Centro directivo del ministe-
mos a tratar, siquiera sea someramente. • rio de Gracia y Justicia ha solicitado de
Monsieur Neymarok, economista francés, todos los registradores de España otra in-
publicista importante y director de la revis- formación más detallada que la antigua y
ta Le Reníier, ha evaluado en más de 4.000 que dé idea más perfecta del problema del
millones de francos, porque son 4.080, el ca- capital extranjero.
pital de los extranjeros invertido en nego- El A 7 i u a r i o Financiero y de Sociedades
cios dentro de España. Anónimas de España, de D. Daniel P.íu,
Según este cálculo, ya ven los lectores los en su tercer año, que corresponde a 1918, y
centenares de millones de francos que anual- que es un tomo muy meritoiio, voluminoso
mente se llevan los capitalistas del ex- y repleto de estudios, aparece gran parte de
terior como intereses por sus capitales pres-, él dedicado a las Sociedades anónimas que
tados. laboran en la Península, sean nacionales
o extranjeras. Este libro refleja en cuidado-
¡Es una colosal suma uisuraria, que paga- sos resúmenes anuales lo que con más de-
mos a ingleses, franceses, belgas y otroiS
prestamistas exóticos! talles y periódicamente aparece en la ííe-
visla Nacional de Economía y la Revista d£
 iíEVISXA TÉCNICA Dli I.A r.UAHDIA CIVIL 1031

Econonda y Hacienda; pulilicaciones que no más del 4 por 100 pertenece al grupo inde-
es necesario elogiar y que dirigen D. Emilio terminado Uamado de Sociedades vai'ias.
Ríu y D. Daniel Ríu. Según las regiones, predominan los nego-
Con sujeción, no a los 4.080 millones d,e cios.
M. JSfeymarok,- ni a los 3.703 miUones de Terminamos esta breve exposición con an-
M. Marvaud, sino solamente a los 1.277 mi- helos de que el Gobierno español acometa
Uones de la Dirección General del Timbre, pronto un trabajo estadístico e informativo
la distribución geográfica de estos capitales más detaUado y perfecto. Además, desea-
extranjeros da las siguientes cifras redon- mos que se establezca para todas las Com-
deadas:- pañías en España una inspección constanle
CastiUa la Nueva tiene 546 miUones de pe- del ministerio de Hacienda; que sean incom-
setas de capitales exóticos; Andalucía, 318; patibles con eUas en Consejos de Adminbj-
Cataluña, 236; las provincias vascongadas tración, gerencias, etc., así como eii las
y Navarra, 75; Levante (Valencia y Mur- asesorías jurídicas, los políticos militau-
cia), 43; CastiUa la Vieja y León, 25; Astu- tes o que lo hayan sido pocos años atiás,
rias y Galicia, 20; Canarias, 9; Aragón, 4; y que las Empresas publiquen quincenal-
Extremadura, 1.000.000 de pesetas escasa- mente en la Gacefa de Madrid los balances,
mente. . según modelos claros, científicos y detaUa-
Este es el reparto de las 1.277.137.399,80 dos. Es decir: aspiramos a lo que, hasta
pesetas en que la üireción del Timbre ha cierto punto, tienen legislado para las So-
podido valorar esos préstamos del exterior. ciedades de seguros. Esta última legislación
Cerca del 43 por 100 del total pertenece a nos pai-ece todavía mezquina ante la quB
Gastiha la Nueva, 25 a Andalucía, algo man debe pedirse a los Bancos y restantes Em-
del 18 a Cataluña y cerca del 6 por 100 a la presas de los países extranjeros que aqui
i'egión vasconavarra. operan, como dejamos mencionado.
Las Sociedadies inglesas que explotan nues- Cuando los cíipitalistas españoles tienen
tros negocios, con intereses muy crecidos, inmovilizados, y gran parte de eUos en ple-
absorben más de la mitad del "capital de na situación ímprodiuctiva, ceaitenares y aun
fuera de España. Frente a ese 54 por 100 miles de millones de pesetas, es absurdo de-
británico, los franceses han dado el 35 jar abandonado el campo de las luchas mer-
por 100; los belgas, el 4. Siguen, con propor- cantiles, industriales, agrícolas, bancaaáas,
ciones más modestas, las Compañías ameri- de transportes y demás a las gentes de más
canas del Norte y del Sur. Mucho después aUá del Pirineo y de nuestros mares, por-
' van en Espaiia las Empresas alemanas, ita- que, mercad' a esta apatía de nuestros abú-
lianas y portuguesas. licos compatriotas, nos Uevan aquéllos a la
Es curioso que el ministro de Hacienda mayor esclavitud y miseria económica y es-
tenga que declarar que cerca de 50 miUones piritual.
de pesitas pertenecen a valores de Socie- Con estas inopias y vergonzosas servidum-
dades del Extranjero que son desconocidas. bres vienen, corno complemento, los desas-
Realmente merecía explicar más las cau- tres patrióticos, los de biología nacional.
fias de esta ignorancia oflcial. Quienes pueden y deben resolver, que pres-
Las Sociedades mineras y metalúrgicas to lo hagan. Los instantes son trascendenta-
acaparan- el 58 por 100 del capital; las de les cuando las auroras rojas asoman en to-
gas y electricidad, el 16; las de ferrocarri*» das las latitudes. Los países conflados.y
les y tranvías, ol 10; las de aguas y de cré- propensos a no trabajar sufrirán la expia-
dito, el 4 cada una de estas agrupacio- ción debida.
nes; las de fabricación, el 3,30. Finalmente, Eduardo Navarro Salvador.
 LA DEFENSA C O N T R A LA NAVAJAj

Leímos el otro día que, en no recordamos p<>r su propio impulso la navaja o esto-
ahora qué población, un matón de oficio, que. Es un movimiento-que-ofrece cierta
con la navaja empmlada, puso en un serio remota semejanza con la estocada en la es-
api'ieto a unos militares y paisanos que in- grima de florete, a lo cual debe precisa-
tentaban detenerlo. mente su nombre.
A propósito de la defensa contra la nava- Desde luego, esta defensa es imposible
ja, recordaremos que el abuso que de ella cuando el criminal empieza con un floreta-
hace en nuestro país cierta clase de gente, zo, es decir, cuando desde el primer mo-
ha hecho que esta arma, considerada por mento tira a dar en el p'edio. En este caso,
los extranjeros como adminículo indispen- el asaltado debe levantar bruscamente el
sable para todo buen español, haya venido brazo izquierdo y desviar con él el brazo
a" ser despreciada y abon-ecida por todo armado del asaltante, mientras con la otra
aquel que se precia de educado. Hay que mano procurará herirle en el vientre. Am-
convenir, sin embargo, en que muchos de bos movimientos deben ser simultáneos;
los crímenes de la navaja se deben a que su cuando se trata de defenderse de un vir-
manejo es hoy privilegio de los que hacen tuoso de la navaja hay que procurar, no
mal uso de ella. Si los secretos de su esgri- sólo evitar sus golpes, sino inutiüzaa'le
ma fuesen más conocidos, matones y bara- cuanto antes. Téngase presente que al cri-
teros se pararían a pensarlo un poco antes minal hay que combatirle como a una fiera.
de; cometer una de sus hazañas. Algunos matones son aficionados a dar
Lo que realmente interesa al hombre hon- sus golpes por medio de un movimiento es-
rado no es, claro está, el verdadero asalto pecial, llamado molinete, que consiste en
a navaja, sino el modo de defenderse, en levantar dei suelo un pie, girar sobre el
cdso de ser asaltado. Ante todo, hay que otro con mucha velocidad, y, parando de
distinguir dos casos: que el atacado lleve pronto, estirar el brazo armado y dar un
consigo navp(ja,, estoque o cualquier otra floretazo. Contra este golpe, y en general
arma punzante, o que vaya desarmado, lle- contra todos los dirigidos al pecho, la me-
vando todo lo más un bastón. jor defensa consiste en dejarse caer al sue-
Concretémonos por ahora al primar caso. lo sobre una rodilla, bajar la cabeza y ten-
En él las defensas tendrán que ser diferen- der hacia delante el brazo armado para que
tes, según como ataque el asaltante. el asaltante se clave el arma en el vientre.
Un guapo que por rivalidades del oficio No hay que decir que todos estos movi-
o por otra cuestión cualquiera riñe con un mientos de defensa deben ser rapidísimos.
igual, podrá contentarse con hacerle un ja- Otra recomendación que debe tenerse pre-
beque, es decir, un corte en la cara, que sente es la de no hacer caso de ninguna ad-
deshonrará al vencido para toda la vida a vertencia o súplica que pueda hacer el cri-
los ojos de la gente maleante; pero el que minal. Hay matones que, al ver que el asal-
emplea la navaja con propósitos criminales tado se defiende, le advierten: "¡Cuidado,
preñeire tirar un viaje o dar un -jloretazo, que se cae usted!», o bien le gritan que se
términos con que se designan, respectiva- aproxima la policía, con el ñn de distraerle
mente, los golpes en el vientre y en el pe- jx-dar más sobre seguro.
cho. El buen tirador de navaja se pone siem- Vamos ahora a exponer los diferentes me-
pre dg frente al atacado, y no de lado, como dios de defensa a que puede recurrir el
el esgrimista de florete o de sable. Esto le iionrado transeúnte que, yendo desprovisto
facilita el cambiar el anna de mano con de armas, se ve atacado por un criminal o
gran rapidez; pero facilita también la de- un borracho navaja en mano. Aunque dis-
fensa al que está iniciado en ella. te mucho de estar tan popularizada en nues-
Supongamos prímero que el criminal in- tro país como se cree al otro lado de los
tenta un viaje y que el asaltado ha tenido Pirineos, la navaja sigue siendo, por des-
tiempo para sacar un arma blanca cual- gracia, el arma clásica de la gente malean-
quiera. Este debe, en tal caso, evitar el gol- te, y arma de temer, especialmente en las
pe con un floretazo, retirando el vientre ha- noches de imñerno y cuando se vive en ba-
cía atrás, echando adelante el pecho y ten- rrios un tanto extraviados.
diendo horizontalmente el brazo armado, de Lo primero que hace falta paira defen-
modo que el qae ataca venga a clavarse derse de un ataque con navaja es mucha
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL
sangre fría. Por lo demás, las tretas que
ileben emplearse son tan sencillas que pa-
rece deben ocuxrírsele a cualquiera; pero,
lejos de esto, lo general es que el que se
ve atacado haga precisamente lo contrario
de lo que debe hacer.
Supongamos, por ejemplo, que el asalta-
do lleva bastón. Aunque le sobre valor para
defenderse, lo primero que hará, instinti-
vamente, será levantar el palo para descar-
garlo sobre la cabeza del atracador o del
l)orracho. Esto es lo más natural; pero no
sirve para nada, porque da tiempo a que
el de la navaja, mientras se desvía a un
lado y, se ¡libra del golpe, haga tiso del
arma. Mucho mejor es descargar un bas-
tonazo, con la mayor rapidez posible, en.
la mano que coge la navaja. Raro será que
al golpe no caiga ésta al suelo, y entonces
es cuando puede apelarse al palo en la ca-
beza, el cual, dicho sea de paso, mejor que
de arriba abajo, debe darse horizontal-
mente, como si se fuese a decapitar al ene-
migo de un saiblazo.
Si el de la navaja tira a dar \ m floreta-
zo, es decir, un golpe en el pecho, puede
desviársele la mano dándole sobre ésta un
bastonazo. Para esto se necesita, sin em-
bargo, una destreza que no a todos es dado
poseer.
Para todos estos medios de defensa sir\-e
cualquier bastón, con tal que no sea de los
que se rompen al primer golpe. Los mis-
mos resultados se obtienen con un palasan
de los más gordos que con un bastonciUo
flexible de esos que s,e dfíen al pegar. Sin
embargo, el bastón grueso y fuerte es prefe-
i'ible. En el momento mismo en que el asal-
^tante avanza, sea para dar en el pecho o
en el vientre, se tiende bruscamente el bra-
zo hacia adelante, con el bastón horizontal
y bastante alto, de modo que aquél recibe
necesariamente un golpe violento en medio
de la cara.
105 i
Pudiera también darse el caso de que la
persona que se ve asaltada no llevase bas-
tón. Ello no es conveniente, ni mucho me-
nos, cuando se sale a horas y por sitios
poco seguros; pero repetimos que puede su-
ceder. En tal caso, teniendo un poco de
serenidad, aun queda un recurso, al cual
apelan a veces los guapos de profesión cuan-
do, con navaja y todo, se ven comprome-
tidos.
Consiste el tal recurso, que bien puede lla-
marse desesperado, en tirarse al suelo a los
pies mismos del que ataca, y con la mayor
fuerza posible asestarle con ed tacón del
pie derecho un golpe en el bajo vientre. Por
regla general, este procedimiento basta para
hacer soltar la navaja al adversario, y aun
se han conocido casos en que un golpe de
estos, bien aplicado, ha privado a un hom-
bre forzudo del conocimiento para unas
cuantas horas.
Otro medio de defensa, que en ocasiones
da muy buen resultado y que no exige el
tener que echarse al suelo, consiste en dar
una patada al asaltante en la mano con
que sostiene la navaja. En una riira entre
dos matones, de los cuales sólo uno tenía
navaja, se ha visto al que estaba desarma-
do emplear este procedimiento, obligar asi
a su adversario a soltar el arma y, apo-
derándose de ella, hacerse dueño de la si-
tuación. Sin embargo, es un sistema que no
debe recomendarse sino a aquellos que es-
tén dotados de una agilidad maravillosa y
de extraordinaria sangi-a iría, pues, como
exige aproximarse mucho al que ataca, en
caso de que falle la patada queda uno ex-
puesto a un golpe seguro.
No es necesario advertir que estos últi-
mos modos de defenderse son también muy
útiles cuando, llevando navaja o bastón,'
queda uno desarmado por cualquier treta
de su adversario. '
 LA DISCIPLINA
l'no de los problemas morales de la Jus-
ticia militar es el de la eficacia de la de-
fensa. ¿Es posible—nos preguntamos—que
un oficial designado de oficio tome su mi-'
sión tan en serio que, olvidándose de que
los juecesi ante los cuales se presenta, son
sus superiores, les dispute, palmo a palmo,
el terreno de la lucha jurídica?... ¿Qué ali-
ciente puede, por otra parte, sentir el de-
fensor militar? Material, ninguno, puesto
que está establecido que el abogado de ofi-
cio no cobre nada. Moral, tampoco, puesto
que las audiencias se celebran a puertas ce-
rradas. Es un ministerio pues el que ejer-
ce quien se encarga de los intereses de un
acusado en el Ejército. Y en ciertos paí-
ses, donde la disciplina y la jerarquía se
sobreponen a la idea del derecho, es un mi-
nisterio peligroso. ¿Os figuráis, por ejem-
plo, a tm teniente prusiano designado para
defender a un soldado y teniendo que con-
tradecir a un fiscal con galones de coman-
dante? En Francia el reo puede escoger a
su abogado fuera de las listas de detenso-
res de oficio. Si no lo hace, en general, es
porque sabe que no hay-ni grados, ni galo-
nes, ni prestigios capaces de intimidar al
hombre encargado de salvar a un inocente
o de disculpar a un culpable.
<íPuedo afirmar—dice un abogado—que
'jamás he tenido queja de la justicia itiili-
tar y que nunca un presidente de Consejo
de guerra me ha cortado la palabra o se
ha opuesto a la audición de mi testigo, como
suelen hacerlo los presidentes de las .au-
diencias ordinarias. Con jni uniforme de
simple soldado he entablado debates rudos
contra los capitanes relatores, y más dq una
vez los he obligado a callar o a reconocer
sus errores; lo que digo de mí puedo decir-
lo de todos mis colegas.»
El mecanismo do estos Tribunales do cam-
paña es de una gran sencillez. Como jefe
supremo de sector, el general de la división
recibe las denuncias y las quejas de las di-
versas compañías y las commitca al comi-
íiario relator para que instruya la sumarta.
En caso de delito probado, el comisario re-
lator, que ejerce las funciones de juez ins-
nuctor y de fiscal, sostiene ante el Consejo
permanente la acusación. Este comisario es
siempre un magistrado de carrera. Los cin-
co jueces, que no forman sino un Jurado,
un Tribunal de conciencia, son: un coronel,
un comandante, un capitán, un teniente y
un sargento. Cuando e.l acusado no tiene
Y LA JUSTICIA
confianza en los abogados defensores de -stí
regimiento puede encargar de sus intereses
a la persona que mejor le convenga. No se
requiere ningtin título para ser defensor,
y Planhol nos habla, no sin cierta ironía,
de un gendarme iletrado que, gracias a su
elocuencia natural, llegó a crearse.una ver-
dadera fama como defensor.
«Mí coronel—decía siempre—, yo conozco
a los criminales; yo estoy acostumbi-ado a
tratar con crimínales; yo no me dejo enga-
ñar por ningtin criminal... Pues bien; este
hombre no es un criminal... No hay mas qne
verlo, no hay mas que oirlo, no hay nías
que examinar su existencia, para compren-
der que si ha delinquido es en un momento
de locura... ¡Ved sus lágrimas de arrepen-
timiento!...»'
El buen gendarme decía siempre io mis-
mo. El Tribunal, cansado de oírlo, sonreía.
Pero el acusado acababa por llorar, y sus
lágrimas conmovían a todo el mundo.
Un abogado nos refería poco ha, eu casa
de Maeterlinck, un caso extraordinario de
abnegación femenina:
Celoso de su querida, un sargento corso
habíala sorprendido una tarde en cbmpa-
i"iía do un amigo suyo. Para castigarla, y ,
sobre todo, para desfigurarla, le había cor-
tado la nariz. Ante el Consejo de guerra
negó su crimen, diciendo: «No he sido yo;
yo no soy capaz de un acto tan odioso.»
Todo el mundo, sin embargo, sabía la ver- i
dad de la historia. Dos testigos declararon j
que habían presenciado la escena. El Tribu- \
nal hizo, al fin, comparecer a la víctima, •»
que hasta entonces, a causa de su esílado,
no había podido salir del hospital.
—¿Reconoce usted a este hombre?—pre-
guntóle el fiscal.
—Sí, señor; lo i-econozco; es mi amigo.
—¿Es el mismo que le, cortó a usted la
nariz?
—No, señor; no... La nariz me la corlé yo
misma...
Y por más que los jueces hicieron, no
hubo medio de que aquella mujer consintie-
ra en confesar la verdad. Diez, veinte ve-
ces juró que era ella, y nadie mas que ella,
la que, en un momento de locura, se halna
cortado la nariz.
El abogado que nos cuenta esta aventura
termina diciendo:
—Era absurdo aceptar la tesis de la ino-
cencia... Pero ¿qué iban a hacer los jue-
 tíEVlSTA TÉCNICA Dli LA GUARDIA CIVIL 107

ees?... Mostrarse más severos que la vícti- tuna, en Francia los oflciales piensan de
ma hubiera sido contrario a la justicia. Por otro modo y sienten con más humanidad.
piedad hacia la mujer, el Consejo absolvió En las 200 causas analizadas por Planlaol
al sargento. Uno de los más nobles princi- sólo dos veces las condenas a muerte fue-
pios de la justicia marcial consiste en pre- ron ejecutadas.
ferir caer en el error, perdonando a rm cul- «Lo impoitante—agrega este escritor—es
pable, que condenando a un inocente... , que el mecanismo exista y que se sepa que,
•Es cierto. Todas las crónicas de las au- en casos de urgencia,. sus ruedas se mue-
diencias de guerra reunidas por Rene do ven con un rigor y una rapidez extraordi-
Planhol demuestran el mismo escrúpulo, la narios. El miedo quedos Consejos de gue-
misma incertidumbre ante los casos difíci-
rra inspiran es muy necesario. El honor,
les; el mismo deseo de no negar a la defen-
el patriotismo, el sentimiento del deber, la
sa ninguno de los medios de acción que
\ pueden serle útiles. religión; todo eso existe, sin duda, aias con-
tar con ello para mantener la disciplina en
La severidad del Código militar, que no una masa de varios millones sería una lo-
conoce sino penas graves y a veces excesi- cura. La bestia humana necesita el temor
•vas, impone a los que tienen el deber de apli- para no desencadenarse. Así como no exis-
car sus reglas un sentido muy fino de los te la moral sin sanción, no existe tampoco
matices. Que en la jurisprudencia de tiem- el orden sin el castigo. Toda la eficacia del
pos normales un juez no pierda el sueilo Ejército leposa en el funcionamiento de los^.
después de haber impuesto algunas- multas Consejos de guerra y en el terror que ins-
o algunas semanas de detención, se íxim- piran.»'
prende. Poro cuando se trata de sentencias Que este terror exiete es indudable. Los
de las cuales depende la honra y la vida, hombres que exponen todos los dias su vida-
es preciso tener un alma de acero para pro- sin la menor emoción, ante la perspectiva
nunciarlas, si existe siquiera una sombra de una sentencia de la corte marcial, tiem-\
de duda. Ya sé que ciertos jefes del Ejérci- blan.' ¿Por qué, puesto que no hay jueces
to ponen por encima de todo la necesidad más clementes que los militares? Esta pre-
de conservar, gracias a los ejemplos crue-
gunta, que acudió a mi mente al comenzar
les, la disciplina.
a leer la obra de Planhol, vuelve ahora,
«Es preferible cometer una injusticia que termino mi lectura, a preocuparme. ¿Por
—dice Goethe—que dejar peligrar el orden.» qué tal miedo ante la más svrave y la más
Con teorías así se llega a excusar los crí- humana de las justicias?... Nadie logra ex-
iií^enes cometidos en Bélgica, donde los al- plicárselo, y menos que nadie los abogados
caldes eran condenados a muerte por deli- defensores, que saben por las estadíslicni^
tos imaginarios, con el solo objeto de ate- cuan platónica es en el fondo la dureza
rrorizar a las poblaciones y de evitar las implacable de la Temis guerrera.
dificultades de las requisas. Pero, por for- E. Gómez Carrillo.

LO POCO QUE PRODUCE EL CRIMEI^

Si los criminales que matan por robar
80 fijasen t n lo poco productivo que es tan
brutal procedimiento, pronto renunciarían
^ ¿'i- Además de arriesgar la cabeza, una
vez dado el golpe .se encuentran casi siem-
Pro chasqueados.
La siguiente lista de asesinatos célebres
lo demuestra:
'froppman no sacó producto alguno de
^tis numerosos- asiesinatos; Campi cometió
dos sin ningún provecho; Gamahut no sacó
limpio mas que unos siete trancos, y
Géotnay, 27, Pranzini, después de haber he.
cho tres víctimas, no encontró en las habi-
taciones do éstas mas que algunos objetos
de arte; Prado, el asesino de María Aguév;
tam, sollo halló algmias sortijas, que lue-
go contribuyeron a descubrirle: Aubert ase-
sinó por una colección do sellos que no le
produjo-un céntimo; Gilmour, asesino de
lu señora Kolb, no sacó tampoco el menor
beneficio, y César Ladormann no recibió,
según pa.recc, mas que cien francos por ma-
tar a Eu.ffcnia Fongére, sin que los objetos
que luego robó aprovechasen tampoco a lo.?
instigadores.
Lo mismo podría decirse de otros muchos,
crimínale.^; pero la leccicín no produce e/ec
to, y los criminales no aprovechan, no ya
la experiencia ajena, sino ni aun l a suya
propia, y prueba de ello es que en la lista
figuran varios reincidentes.
 a%lSfal%aÍZfil^''^''^T.'^^
a remar ¿a vida y milagros del graciosísimo emperador del género chico teairaL Garcia:
mvarez, a quien llaman sus amigas el Wilson de ¡a risa.
Mi biografía, desde el nacimiento basta
los villancicos; me suplica amablemente cjue
se la relate mi amigo del coraa6n, ¡qué digo
del corazón!, ¡"de todo el tronco!, D. José Ca-
sado y Pardo, y puesto que yo a este siinpa-
íiquísimo comandante iro le puedo negar ab-
solutamente nada, me arrellano en mi bu-
taca frailera, agarro la bien tajada pluma,
exprimo el cerebro y allá va mi biografía.
«Nací en un bosque de cocoteros»... canta-
ba en el arroyo una pordiosera enlutada,
cuando el doctor que asistía a mi santa ma-
dre exclamó gozoso: «¡Un niño!, ¡un niñolv,
y a los cinco minutos me arreaba unos azo-
titos cariñosos que me hicieron gemir con
tal amargura, que llegó a condolerse el des-
piadado tocólogo.
Desde este momento, deslizóse mi existen-
cia con ima monotonía que aplastaba; .suc-
cionar la' teta de mi ama de cría, dormir y
mirar las musarañas fué toda la tarea a que
estuvo consagrado durante año y medio,
edad en que comenzaran a darme Somatóse,
harina lacteada, torteles migados en leche,
y bacalao a la vizcaína, por ser mi mante-
cosa nodriza oriunda de Ondárroa.
A los dos años ya me fijaba en las perso-
nas, particularmente en las mujeres, y en
los objetos; y a los tres años y un día, dije
un chiste, el primero de la serie, que moles-
tó bastante a la señora de un tenedor de
libros, amigo de casa.
—Mi hermano—dijo la referida señora,
conversando sobre el Carnaval—se disfrazó
el año.pasado de demonio, porque tiene vxi
.carácter jovialísimo, como pocos.
—¿De manera que de demonio?—exclamé
ya —. Entonces — afirmé — necesariamente
saldría con su esposo.
—¿Con mi esposo? ¿Por ífué?
—HoTTíbre, porque si iba de demonio, '.qué
cosa más natural que fuera con un tenedor?
La señora me dirigió una-miradas como
para devorarme; ipiero, sin duda, recapaci-
tando que yo tenia tres años y medio, y una i
cara de primo que daba congojas, lanzó una
sonrisita socarrona, y acabó diciendo:
—¡Qué rico! ¡Tan dhiquitín y y a chístelo!
Desde este conatito de chiste, y en vista
<^0'"°ndanie D.José Casado Pardo, dedicado
de la cara que puso aqueUa buenar señora,
me reprimí un tanto, y hubo un lapso de
tiempo, lo menos quince días, en que n?i
boca no se abi-ió mas quie para deglutir; pero
se conoce que el Smno Hacedor me' envió a
esta gigantesca bola de biUar para divertir
a las mucliedunibre.s, y, de repente, me ^an- •
cé a decir agudezas, epigramas, calevibure-',
juegos de palabras, retruécanos y demás za-
randajas, que aqueUo íuié para emigrar
Lo extraño de todo esto es que yo lanzaba
• aqueUas cosas sin ánimo de que la gente
se divirtiera ni soltara el trapo; de modo
que el primer sorprendido era yo; porqrie
les he de advertir a ustedes que por espacio
de veintitantos años he estado creyendo que
tenía menos gracia que leerse el Quijote en
vascuence; y cuando veía a una persona so-
lazarse abría la boca y me quedaba de mar-
molina.
A mí me ha sucedido siempre lo contrario
que a miuichas personas; que dioen un chis-
te, sueltan la carcajada, y se quedan mi-
rando a los oyentes, que por lo general con-'
tinúan tan serios como si oyeran cantar El
oro del Rhin a García "Valero.
Yo digo una. chirigota, sin ánimo de que
nadie se carcajee, y cuando oigo el grato
ija, ja, ja!, me sobrecojo de extrañeza.
Cuestión de temperamento.
A. los diez años, desipués de cursar la pri-
mera enseñanza-, comencé a estudiar el gra-
do .de baobiiUer como un hombrecito. Claro
que sin el aprovechamiento de un muchacho
estudioso; porque tengo que confesar, con
las mejiUas teñidas de carmín, que para
cfue yo cogiera un libro tenía que prometer-
me mi buena hermana Carmita dos pesetas
o tres, según era de decidido mi propósito
de no estudiar; y cuando me daba las dos
peseta.* cogía ol libro y lo empeñaba para
no estudiar decididamente; porque, como j o
he sido siempre muy decente y bastante hon-
radito, si me quedaba con las dos pesetas, o
tenía que estudiar, o morirme de vergüenza.
Así es que las notas de examen de to-
das las asignaturas quie yo he cursado en
esta vida han sido todas, absolutamente to-
das, de aprobado, y no me suspendieron,
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVII.
¡no se me olvida!, en Historia de España,
eradas a nna clinfia que le largé al Tribu-
nal examinador.
Mo presenté a examen con un trajecito 'Je
paño inglés, pantalón bombacho y america-
na cruzada, con dos hileras de botones, que,
cuando me vio el bedel, tambaleándose lige-
ramente, exdamó:
—¡Precioso! Vienes precioso. Eres digno , —¿Sabe Uívted algo con seguridad?
de que te aprueben; pero yo te garantizo
que si te suspenden, yo te columpio.
Al peneitirar en el aulla, un murmullo de
sorpresa y admiración resonó en la amplia
sala, y llegado mi turno, me nombró uno
de Tos proíesores, y yo, adelantándome ru-
noroso, me po'esenté delante de la mesa Iri-
l>unicia y, .sentado en la silla de paja^ esparé
a que mé sacaran las bolas.
Sacadas que fueron éstas de la bonita bol-
sa de percaltna barata, gritó el presidente:
—«Lección 4."-—Los fenicios». Dígame el
alumno lo que sabe de los fenicios.
—Pues, de los fenicios—^IjaJlbutí yo—^no sé
nada con seguridad.
—Recuerde el adulto.
-s-Nada... nada... no recuerdo nada—afir-
mé yo tembloroso. •
—Muy bien. «Lección 15.—Sagunto». Dí-
game algo del trágico fin de Sagunto.
Yo estuve por pi'eguntar al presidente:
«¡Caray! ¿Es que se^suicidó tan famoso gene-'
ral?» Pero tuve miedo de soltar alguna ton-
tería, y exclamé:
—^Naida... nada,., con seguridad no sé
nada de esa catástrofe.
El profesor de mi colegio, que formaba
Parte del Tribunal, me echaba unas mira-
das, que ni que le hubiera a.S'Ssinado a un
hijo siuyo; pero yo, impertérrito; continuaba bonita!
exclamando:
—Nada... con seguridad... no recuerdo
nada.
—"iLección —rugió el presidente del
Tribunal—. (^Hechos notahlQs del reinado de
Pehpo II».—Conteste el examinando.
—¿De Feli,p,9 II?—pregunté yo, que me -dss-
vaneda materialmente.
—Sí, señor; de Felipe II. Vamos, díganos
algún hecho notable.
—Pues... no sé nada... con seguridad, de
r>. Felipe.
—¿Pero, nada, nada?—dijo el profesor, le-
'ya-'ntándose de la butaca y agarrando un tin-
• ^r-o, colosal y decorativo, que representaba
' busto de Ridielíeu, con los brazos cruza- iban a susfpender poi-que e.'ítabas flojo?
como si dijera: «¿Y a mí qué de todo
109!
—¿Nada, nada?—continuaba interrogando
el Tribunal en ple^iO.
—Nada, nada—dije yo, decidido, jugándo-
me los doce años de existencia ciue disfru-
taba.
—Pues dígame el pollito, para ahorrarnos
tiempo...
—Uslied manda.
—Sí, señor—contesté rápido, en el acto.
—¿De. veras, de veras?
—¡Yo se lo juro!
—¡Gracias a Dios!—.excb-imó el historiadoi-,
sentándose de pronto sobre el sillón de gu-
tapercha.
—¿Qué sabe el alumno con seguridad?
—Pues que me va usted a suspender.
Oí dentro del aula un grito ensordecedor
que heló mi sangre. Eran los alumnos y
oyifimtos quel habinn .solta.do la carcajada
más grande que se oyó nunca en el templo
de la ciencia.
El profesor ouo me interrogaba so edió
hacia atrás, dándose en la cabeza con el
macizo marco de un bonito mapa de las is-
las Baleares cpie ocupaba aquel testero.
Total: que yo, al ver aquel escándalo, pf;n-
sé que me iban a Uevar detenido; pero me
tranquilicé un tamto cuando oí decir ai pre-
sidente:
—¡Retírense los alumnos, que el Tribunal
Va a quedarse solc para reírse a su gusto!
Salimos todos, y yo esperé en elpasiUo la
nota salvadora. Por fin, apareció el bedel
con las papeletas, y dirigiéndose a mí, me
dijo:
—¡Bueno!
—¿Bueno?—munnuré yo—. ¡Qué nota más
Y continuó el bedel:
—Bueno; me has desiteniillado, criatura;
toma, «Aprobado».
—¿De veras?
—De veras. Aprobado, hijo, aprobado.
Tienes una gracia que convulsionas; pero'
sabes menos Histori.a de España que un ca-
liforniense. Anda vete, rico, y no chirigo-
tees.
Y me despedí del bedel y fui a mi casa a
enseñar la nota a mi pobrecita madre, qne
me esperaba impaciente. Cuando me vi de-
lante de ella, exclamé:
—¡Mamita! ¡Aprobado!
—¿Aprobado? ¿Pues no me decías que te
—Sí; pero me ha tocado una cosa que ha
sido mi salvación.
 110 , REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL

—¿Qué, hijo mío? Don Francisco Alcántara, admirable pi^}'

—Puos me ha tocado un profesor ([ire le he
hecho gracia; si no, me atiza unas calabazas ficar cómo acabé yo el grado.
Cfuie puedo cruzar el mar Rojo sin el menor
peligro.
Las demás asignatm'as del grado las apro-
bé por la misericordia divina, y tomé el gra--
do como hubiera tomado un simón por
horas. ^
tor y prestigioso crítico de arte, puede certi-
;(,iuo Dios le b. ;;diga y le dé asuntos pi<^'
tó ricos para sus lienzos!
Desde estas páginas envío un cariñoso •f^'
ludo y un filial abrazo a mi ilustre profesa''.
Enrique García Alvarez.

Bigel nos cuenta en el Heraldo de Ma- -

drid la siguiente historieta, ocurrida a bor- pués mandó cargar uno de los cañones, Y
do de un guardacostas: en cuanto .se hubo terminado la operación
habló así, con balbuciente voz, a sus subor-
«El juicio de Dios. dinados:
Nuestro amigo el comandante del guarda- —Oficiales, marineros y maquinistas: Con
costas Anfilrüa era un marino muy religio- el alma contristada y un dolor inefable he
so, recto y de tan excelsa hombría de bien, de decir a ustedes que entre nosotros, axti-'
que no admitía comparación desfavorable parado por nuestra honradez, ha podido vi-
para él. vir hasta hoy tranquilo un ser desprecia-
Y con su'buen ejemplo había infiltrado ble. Ese desdichado robó esta mañana a un
en la tripulación todas las buenas cualida- querido compailero cinco centenes que ha-
des que resplandecían en su persona. bía dejado sobre la mesa de su camai'ote.
Hasta tal punto, que nuestro amigo se Ustedes saben de sobra que yo fío' poco de
jactaba, y con razón, de que toda la gente la justicia de los hombres, y quiero que fa-
que tripulaba el guardacostas era buena y lle Dios este pleito tan desagradable y dig-
justa, honra de la marina española. no de reprobación. Yo no daré parte oficial
Jtízguese, pues, de la sorpresa que experi- del hecho, y fiaré en Aquel que todo lo sabe
mentaría cuando a la hora del mediodía- y todo lo puede. Cargue usted, cabo (y se
entró en su camarote el primer maquinista dirigió a uno de ellos), este cañón. Por de-
para decirle que le habían robado cinco lante de su boca pasaremos después todos,
centenes.
y yo "el primero, golpeando, al estar frente
' —Porque usted me lo dice, lo tomo en
de la. boca, en la culata; y yo confío en que
cuenta, pues yo me resisto a creer que en-
tre nosotros pueda haber ningtín ladrón. Dios hará el "milagro de que el arma se dis-
—Mi comandante, la cosa no tiene duda. pare cuando ante ella se encuentre el hom-
, Estaba contando mi dinero, cuando 'recibí bre indigno de nuestra'amistad.
el aviso de que me Uamaba el segundo de Así se hizo; pasaron ante la boca del arma
a bordo. Dejé loe centenes sobre la mesa; desde el primer comandante hasta el tilti-
salí, y, al volver, ya no estaban. mo marinero, y Dios no quieo que saliera
el tiro, a pesar del golpe que cada cual ases-
—¡Qué disgusto! ¡Qué ignominia!
tó a la culata al hallarse frente de la boca.
Y el pobre señor se echaba las manos a
Entonces el comandante mandó encender
la cabeza... la luz en la batería, obscura hasta aquel
—Pero el hecho no tiene otra explicación momento, y mandó que todo el mundo mos-
•'qué el robo... Lo que yo le suplico a -usted trara la mano derecha con la cual había
es que no me dé oficialmente parte del des-
golpeado la culata.
graciado suceso. Yo lo arreglaré todo. Que
no se trasluzca lo sucedido; que nadie sepa Todas las manos se mostraron teñidas por
que entre nosotros ha potlido vivir un... Me el negro de humo que el astuto comandan-
resisto, no puedo... En fin, deje usted en te había puesto con anterioridad en la cula-
mis manos el asunto. Yo lo resolveré esta ta del arma; todas las manos... menos la del
misma noche. ladrón, que, supersticioíio, había fingido el.
Llegó ésta y él comandante formó a la golpe.
tripulación en la batería de estribor. Des- Así fué conocido y castigado.»
 AGUA FILTRADA A DOAICILIO
. En estos últimos años, on que las nece- rrientes para el desagüe, y el aparato está
sidades apremiantes .de la guerra.han esti- completo.
mulado la inventiva-y los recursos del hom- Hay im solo detaUe original que añadir:
i'^?'. •'^an puesto en práctica no pocas el depósito está dividido en dos comparti-
iniciativas que, nacidas para atender las mientos independientes por medio de un
necesid!ades de la guerj-a, quedarán luego tabique vertical. A cada uno de eUos Uega
para ofrecer no pocas ventajas en los tiem- el agua por tubería distinta y también in-
pos de paz. dependiente. Esta separación tiene la ven-
taja de que cuando no se puede lograr agua
Puede que se halli^ en este caso el carnia-
pura para los dos depósitos y sí, en cam-
je-flltro coa que han dotado los franceses bio, agua limpia para Uenar uno de ellos,
a su ejército. y agua impura para Uenar el otro, se pue-
Se trata de un carro de tamaño corrien- den aprovechar ambas clases de agua sin
te, que consta simplemente de un recinto que sea necesario mezclarlas y contaminar
cerrado, que ocupa el espacio que de ordi- la limpia con las impurezas de la otra.
nario tiene el destinado a la carga en los
La cantidad de hipoclórico empleada es
carros normales, con un apai'ato filtrador tan pequeña, que no comunica al agua sa-
a la espalda de este recinto. boa- ni olor alguno.
El depósito se Uena de agua por medio Este carro puede esterilizar 30 hectoli-
de ima bomha aspirante transportable. Se tros por hora; da, pues, un rendimiento de
Uega a una granja, se introduce el tubo de 25 a 30.000 litros diarios.
goma en-el estanque o en el pozo o en Es una cantidad respetable que podría
la alborea, la bomba aspiradora eleva el proveer de agua para la bebida a no pocas
agua, y, pasando por un filtro de esponja, familias. ¿No es, por tanto, un recurso que
va a parar, después de esta filtración, al serviría para conseguir qne tuvieran agua
depósito de que hemos hablado. Este de- pura puebleciUos, caseríos, barriadas ente-
pósito itiene cabida para 1.500 litros de ras de poblaciones que por su poca impor-
agua. tancia no pueden permitirse el gasto de la
Dentro del depósito van unas paletas gi- esterilización en instalaciones públicas y
ratorias, que mantienen toda el agua en especíales?
constante batido, consiguiendo de este mo- En todos esos sitios, y hasta en las gran-
do que la aireación de toda eUa sea pev^ des poblaciones, podrían ser de gran utili-
fecta. dad -estos carros, especialmente en épocas
El agua está esterilizadiav por vía quími- , de epidemia, sirviendo agua filtrada y pu-
'•a, vertiendo en eUa dos centímetros cúbi- rificada a domicilo, con gran ventaja para
cos de hípoclórico de sosa por cada cíen la salud y gran comodída.d para el vecin-
litros de agua. Las ' paletas que asegu- dario.
ran la aireación contribuyen también a la Estos carruajes podrían ser adquiridos
perfecta mezcla del desinfectante químico por la municipalidad, o bien explotados,
con el agua. como negocio, por cualquier particular.
Después de esto bastan unos grifos co- T. Datrebil,

Cuando se habla de que los guardias de
Seguridad debieran recibir cierta educá-
^'ón, aun en cosas ajenas a sus servicios,
•^ay quien lo toma a risa. Léase lo que ha
ocurrido en un barrio del Norte de Londres,
V se verá sí no es conveniente que cada
^pnte de pollera sea tma especie de enci-
^'oiPedía con uniforme.
Es el caso que la policía londinense ave-
riguó que en cierto club se jugaba a jue-
gos prohibidos, e inmediatamente, a las al-
tas horas de la noche, unos cuantos poU-
cemcn se encaminaron al local. Lo primero
que encontraron al entrar en el primer piso
fué um cabaUoro que tocaba tranquilamente
el piano. Fué detenido, y los agentes se dis-
 i!2;
pusieron a subir más arriba; pero a uno
de ellos, que era algo músico, le ocurrió
sentarse ante el piano y continuar la pieza
que el pianista, mal de su grado, había de-
jado sin concluir, a fin de que con el ruido
no oyesen los jugadores las pisadas de los
otros guardias en la escalera.
Los aíicionados a la oreja de Jorge fue-
ron cogidos cuando con más afán tiraban
de ella. Ninguno esperaba la visita. Enton-
ces se supo una cosa original. El caballero
SEIS MIL FRANCOS POR EL ALQUILER BE ÜM VENTANA
En 1914 una familia evacuada de B r u -
selas, compuesta del matrimonio y siete
hijos, llegó a París.
Después de arreglárselas como pudie-
ron para encontrar provisional albergue
en las casas de amigos y conocidos, leye-
ron en un anuncio que en la avenida de'
los Campos Elíseos había una casa que
ponía a disposición de alguna familia n u -
merosa unas habitaciones, claro es que
mediante alquiler.
- - E s t o es lo que deseaba—se dijo el
belga.
\ allí se fué y allí quedó.
El dueño se creyó que la guerra duraría
poco... Pero pasaron cuatro años, y he
ahí que una ventana que daba a la Aveni-
da era ahora, con tantos desfiles militares
y tantas grandes paradas, un codiciado
lugar.
Por dos o tres vece.'; indicó el arrenda-
dor al arrenaatariü la conveniencia de
marcharse . . . Pero ei "evacuado" r e s -
pondía:
—¿Dónde quiere usted que yo vaya con
toda mi familia?
Así las cosas, con motivo del regreso de
las tropas después del armisticio, y ya en
los preliminares de la paz—tropas que
habían de pasar por bajo el Arco del
Triunfo—, el dueño trata de alquilar la
ventana, magnífica en aquella ocasión, a
una joven inglesa, que ofrece 6.000 f r a n -
cos . . .
Se niega el inquilino:
—Que el juez resuelva.
Y cl juez, y con él otros juristas, s e n -
tencian y s o s t i e n e n que el inquilino no
abusaba de su derecho y qué era única
y exclusivamente el que podía darse el
gustazo de presenciar el desfile victorioso
de las tropas que guerrearon en los d i s -
tintos frentes.
REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL
que abajo se dedicaba a la música lo hací;
con el objeto de'tranquilizar a los jugado-
res; se había convenido en que apenas o l i C '
se a la policía dejase de locar. Cuando le-
detuvieron, los del piso alto creyeron qne
había llegado el momento de escapar; mas
al oir quo el piano seguía sonando reco-
braron la confianza, y así, gracias a In-
habilidad del guardia pianista, se les pudo
coger oon las manos en la masa.
U N BUEN SISTEMA PARA ROBAR
La ciencia lo abarca todo: y a h a Uegaci
hasta el extremo de ser útil a los ladronet.
Unos cuantos individuos que se dedican
a esta honrada profesión en Birmania em- ^
plean un sisterña especial y científico que
anula cuanta resistencia puedan oponer las
víctimas, sin necesidad de que, en caso de
detención, se pueda imputar a los malhe-
chores un delito de homicidio.
En son de broma, un prestidigitador de
aquel país ha enseriado el sistema a un via-
jero inglés, haciendo de víctima un criado
de este último. En un instante, el ladrón-
maestro cogió por el cuello a la víctima con-
vencida y la apretó fuertemente con los dos
dedos pulgares en las panes blandas, com-
primiendo al mismo tiempo la espina dor-
sal. El individuo cogido de este modo se
puso tembloroso, se quedó completamente
sin fuerzas y luego se cayó al suelo como
herido por el rayo.
Todos los que presenciaban el experimen-
to creyeron que el criado del inglés había
muerto; pero el prestidigitador permaneció
impávido. Sacó tranquilamente u n . pañue-
lo e inmediatamente descargó con. él unos
cuantos zurriagazos en la cara del paciente.
Despertóse éste a continuación, > poco des-
pués se levantó y echó a andar con paso in-
cierto.
¿En qué consiste eJ fenómeno? Difícil es
precisarlo, porque en este caso el operador
puede influir sobre los vasos que llevan la
sangre al cerebro, produciendo una anemia
o una hiperemia del órgano que cause ia
pérdida del conocimiento, o bien obrar so-
bre los irnportantes nervios que pasan cer-
ca de los vasos, determinando la pérdida
del conocimiento.
Este sistema de insensibilización lo em-
plean también los javaneses, pero sólo con
fines humanitarios y terapéuticos.
 ASCENSOS DE FEBRERO
Í E F E S Y OFICÍALES
Ascienden a los empleos que se .expresan ¡os señores siguientes: A tenientes, D. Eduardo Bens
Arrnayor (ingresado), D. Vicente García Pons, D. Cirilo Acosta Grijalva y D. Adolfo Carretero Pa-
ceño (ingresado).

CLASES DE T R O P A

Comandan- Comandan- Comandan-

cias cias cias Comandan-
a que NOMBRES a que son a que NOMBRES cias
pertenecen. destinados. pertenecen. a que son i
destinados!

ASCENDIDOS A SARGENTOS Albacete, José Pinto Maravet

Sevilla... Sevilla.
Gregorio Torrecilla Valencia.
Infantería. Lugo . . . . Benigno Ledo Corral
Huesca.. Ponteved.
Badajoz.. Dionisio Prieto Dónate Alejo Beñarán Gavin Guipúzc.
Murcia. Badajoz., Pedro Adillo Díaz
Lérida... Manuel Vergara Rambla..., Lérida. Toiedo... Sur.
Palencia. Andrés Garoia Torres José Rodrigo Perera Badajoz.
Navarra. Huelva... Francisco Pujalte Peralta . . . Cádiz.
Oviedo .. Jenaro Garcia Geijo IToledo.
Guar.Jóv. Vallad... Féiíx Cabero Sánchez Salaman.
Federico Rodríguez Ferrero. León. León
Málaga.. José del Rio Pérez , Málaga . Gerona. Emilio Vega Sierra Vallad.
Palencia. Félix Prieto Fernández Cristóbal,López González... Este.
Sur...:.. Lugo. Canarias Abdón Ránz Ayllón
Juan José de la Morena Sevilla.
Burgos.,. Guadalaj.
Granada. Santiago Paniego García.. Zaragoza. Caballeria.
Sevilla... D. Pío Aguirre Qramarén.. Granada. Córdoba. Venancio Fernández Ayala.. C.a 14.° t.
Teruel.... Antonio Boza Benítez Sevilla.
Badajoz.. Pedro Ramón C o r t é s . . . . . . Zaragoza. ASCENDIDOS A CABOS J
Navarra.. Dionisio Olivera Salíceo... Huelva.
Málaga.. D. Alberto Tierno Ortega.. Navarra.
Oviedo .. D. lideíonso Sarmiento Murcia.
José Domingo Fernández.. Orense. Madrid Infantería. 1 Segovia.
Cádiz.... Oeste .
Segovia.. José León Tardan Albacete.' Norte Pedro del Campo N a v a s . . . . Oeste.
Cáceres.. Narciso Herrero Santos— Segovia. Lérida... Antonio Visus Montori..... Segovia.
Guillermo Fernández ¡Toledo. Isidoro Segura Ortiz Lérida.
Barcelona Almería. Málaga,
Sur Daniel Infante Martín Barcelona Guadalaj Modesto Carne Benosa
D. Laureano Herrero Ronda Toledo. Antonio Molida Ponce Guadalaj.
Canarias. León...
Málaga.. Buenaventura Fez Ruesca. Canarias. Madrid . Francisco Llórente Llórente. Oviedo.
D. Juan Vadillo Jiménez... Albacete. Oviedo . i Ángel Fernández Fernández. Segovia.
Guadalaj. Teófilo Redondo Aylagas... Oviedo.
Caballería. ^ Segovia.. Antoiin Barredo de Antón.. Badajoz. .
Córdoba. Martin Llofet Buisán Córdoba. Norte.... D. Acacio Sánchez Dorado.. Segovia.
Córdoba.. Juan Hidalgo Cortés Cádiz. Barcelona Francisco Muñoz López.... Este.
José Rubio Alijas Este.
Soria
TRASLADOS DE SARGENTOS . León Ildefonso Lorenzo Frájera... Soria.
Antonio Muñoz Arranz Oviedo.
Tarrag...
Castellón. Victoriano Felipe Solturas.. Lérida.
Infantería. José Franch Blasco Oeste.
jTarrag...
Sevilla... . esiís García Bóveda.. Cuenca. Cuenca.. Francisco Ponce Sabater.... Oeste.
Ciudad R. Elias Isach Sorribes Soria.
3. Miguel Moreno Sevilla. Granada.
^avarra.. Andrés García Rubia Ciudad R. Avila.... Francisco Lafuente Gonzalo Jaén.
Segovia.. José Sánchez Muriel Zaragoza.
Julián Cepeda Sánchez Ciudad I?. Guadalaj. Guadalaj.
Eladio Garcia Martín
Julián Jodrá Machín
 114 i
REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIl

eoroandan- Comanüan- Comandan-

cias Comandan-
cias cias
a que NOMBRES a que son a que
cias
pertenecen. destinados. pertenecen.
N O Ai B R E S a que son
destinados.

Caballería. Teruel... Francisco Lencina Izquierdo. Barcelona

Logroño.. Andrés León Condado Sevilla. Este....j Jaime Baelo Navarro Barcelona
Burgos... Florentino Villaro Fernández C.^ 2 1 . " t Oeste... J Juan Guilló Leal Barcelona
Burgos... Inocencio del Pozo... C.3 2 1 . » t Murcia..; Alfonso Egea Ramírez Barcelona
Madrid... Pascual Plaza Crespo Mál.-Afr. Sevilla... Rafael Armiñana Mascarell.. Barcelona
Sevilla..; Joi.é Sánchez Hidalgo Córdoba.
TRASLADOS DE CABOS
Sevilla... Arcadio Baena Moya Córdoba.
Lérida,. Juan Cruz Córdoba Córdoba.
Coruña..; Antonio Santiño Palmero... Sevilla.
Infantería. Norte.,... Antonio Rodríguez Roa
Oeste."..; Sevilla.
Segovia.. Auspicio Rodríguez Garcia •• Madrid. Málaüa.. Agustín Ruiz Prieto Sevilla.
Este Juan Ramos Galletero.... • • Barcelona C.» 5.0 t., , osé Soro Pía Valencia.
Oeste.... José Calatrava Quesada.. • • Granada. C.^5.°t.. . osé Hernández Gómez Valencia.
Oviedo .. Arcadio Calzada Herrero. • • Palencia. Barcelons Juan Moncho Calatayud Valencia.
Oeste.... Pedro Carrillo Bravo Lérida... Silvestre Górriz Bastías Valencia.
Este • • Badajoz. Salvador Mas Cabrera Valencia.
Rufino García Sánchez.... •• Cáceres. Oeste.,..
Oeste Emilio Alonso González.. •• Burgos. Gerona., Miguel Blasco Blasco Valencia.
Córdoba. D. Carlos de Gaiisteo Sevilla... Juan Cifré Salvó Castellón.
Este.... • - Navarra. Lérida... Ji'Sé Vinuesa Alcart Castellón.
Juan Bauza Flores • • Norte. Odón Sorli Castillo
Barcelona Constantino Rodríguez... • • Sur. Almería. Castellón.
Murcia... Víctor Martin Fernández.. : - Sur. Alicante.. Agustín Méndez González.. Coruna.
Este José Martínez Lorente ( 2 . ° • Murcia. Demetrio Hurtado Riloba... Orense.
Málaga.. León . Manuel Martin Luna Zaragoza.
Lino Montejano Guerrero. -- Albacete. Oeste.... Félix José Ruiz Martínez.... Zaragoza.
Oeste.... Alonso Palacios Mora.... • - Málaga. Oeste...,
Huelva... José Rodríguez Romero ( 1 . °)- Cádiz. José Ramón Beltrán Huesca.
Navarra.; Mariano Arto Gil Huesca. •
Oeste Pompeyo Pascual Gómez. • • Teruel. Soria
Cuenca... Francisco López Gualda Granada.
León Hernán Yagüe •• Guar.Jóv. Jaén José Gómez Torres
Segovia.. Manuel Sáiz Amor Granada.
• • Cuenca. Lérida.., Juan Domínguez Martínez.. Jaén.
Alicante. D. José Niguez Morales... • • Málaga. Lérida..;
Este Cayetano Fernández aén. -
Ricardo Sicilia Miñarro... • • Barcelona Lérida... Manuel Carmona Palomares. aén.
Oeste.... Luis Salazar Roldan -• Alicante. Oeste
Sevilla... José Gómez García (6.°) fáén.
Félix García Benito • • Oeste. Este..... Demetrio del Pozo Sanz Vallad.
León.....] Fulgencio Alcázar Méndez.. Vallad.
Caballería. León <i
Sevilla... Elias Fernández Utrilla..... Córdoba Eulalio Jiménez Gómez Avila.
Cád.-Afr..' José Margalejo Muzas Alicante.J José Maroto Garcia Oviedo.
C.''21.>' t. Francisco Peláez Moreno.., Córdoba Norte... ^ Faustino La Banda Arribas. Oviedo.
Málaga. Norte... < Tomás Pérez P i n e d a Oviedo.
Oeste.. Manuel Lucas Fernández... León.
TRASLADOS DE GUARDIAS Oviedo..J Nicolás Garcia Peral León.
Lérida.. i Eugenio Gómez Roncero— Badajoz.
Barcelona Fernando Alonso Vázquez.. Badajoz.
Infantería. Madrid., a José Paz Orellana Badajoz.
GUARDIAS SEGUNDOS
Barcelona Emiliano Planchuelo Cortijo. Cáceres.
León... José Pino Masa Cáceres.
Valencia. Antonio García de Marina.. Madrid. Barcelona
Sevilla... Orencio Felipe Calero Gumersindo Gnnzález Juez. Burgos..
Madrid. Vizcaya..! Luis Vázquez Valcárcel Santand.
Lérida... Osé Cerezo Rodríguez Madrid. Álava...} Vizcaya í
Oeste.... •'idel García Esteban....... Madrid. Manuel Montilla Pérez
Navarra..! Gervasio Pineda Rodrígi:ez. Vizcaya.
Guadalaj, José Quirogas Colinas.. Madrid. Álava... J Vizcaya.
Guadalaj. Anastasio Gómez Martín... Segovia Vizcaya.. José Río Fernández
Madrid... Pedro'Heras Martin Santand.. Gregono Morales Piñeiro... Álava. '
Guadalaj, Segovia Miguel López Ruiz Norte.
Pedro Sánchez Jaramillo.... Ciudad R. Córdoba., José Trujillo Córdoba Norte.
Sevilla... Clemente Jurado Arévalo... Ciudad R. Navarra. J
Sur Alejandro Cánovas Martínez Ciudad R. Coruña... Buenaventura Pérez Pineda. Norte.
Leandro Martin Marcos Norte.
Alicante.. Rufiano Fabrique Ríos Toledo. iZaragozal Norte. ,
Badajoz.. Ignacio Rey Moreno Antonio Pérez Luque
Cáceres.j Anastasio Gilo Berrio
Barcelona Álava Francisco Valdenebro Pérez. Sur.
Barcelona Este.....j Ramón López Rodenas Sur.
Badajoz,! Manuel Cordero Palacios... Barcelona Oviedo. J Sur.
Tarrag.., Antonio Llácer Segarra Cayetano Gutiérrez
Barcelona Cáceres..j Biigido Rodríguez López... Sur,
 R E V I S T A TÉCNICA D E LA G U A R D I A CIVIL 1151

Comandan- Comandan-i Comandan-

cias Comandan-
cias cias cias
a que NOMBRES
pertenecen.
a que son a que NOMBRES a que son
destinados. pertenecen. destinados.

Este Félix García Rico Sur. Lérida... Pedro Tomás Burguera Baleares.
Álava...
Lérida... Antonio Hernández Martín.. Sur. Oeste.... Andrés Guerao Cánovas— Málaga.
José Aguilar Guilló Alicante.
Tarrag. Alicante.
Léridl. . Antonio López Velasco Caballería.
Pablo Amat Verdú Alicante.
Sur Murcia. GUARDIAS SEGUNDOS -
, Navarra.. Pedro Turpin Pérez
Francisco Sola González Murcia. C.2 14.0 t. Salvador Serrano Buendia.. Madrid.
Canarias. Juan Sánchez Vergara Málaga. C.^* 21.0 t. José Mata Tejón
Sevilla... Sevilla.
Juan Antequera Estévez Málaga. C.^ 21.0 t. Manuel Espinosa del Pino... Sevilla.
Barcelona Rafael Toro Mata Málaga. C.a 5.0 t.. Pedro Benítez Rebollo
Cádiz.... Sevilla.
Gabriel López Amate Almeria. C.a 21.0 t. Francisco Núñez Vigara.. Córdoba.
Gerona.. Juan Murcia Márquez Almería. C.a 21.0 t. Antonio Camacho Cabezas. C.a 5.01.
Barcelona Ángel Navarro Reina Almeria. C.a 21.0 t. Antonio Alcalde Navarro... C.a 5.°t.
Lérida... Tomás Ruiz Fernández (1.°). Lérida. C.a 21.° t Salvador Ribes Benajes C.a 5.01.
Guipúzc. José Linares Almagro Cádiz. C.a 21.° t. Quintín López Mota
C.a 21.0 t. C.a 5.0 t.
Málaga.. Cayetano Vega Rivero Cádiz. Pedro González López (6.°) c.a 5.0 t.
Sevilla... Rodrigo Báez Podadera Cádiz. C.a 21.0 t.
C.a 14.0 t.
Fernando Sánchez García... C.a 5.0 t.
Oeste.... Antonio Guzmán Gutiérrez. Cádiz. Leoncio Hernando MartíneZi Coruña.
HuelVa... Eduardo Torres Shakery C.a 21.0 t.
Cádiz. José Pérez Gigán Coruña.
Cád.-Afr. C.a 21.0 t.
Juan Vadillo Cano Cád.-Afr. Alejandro Barroso Gil , Zaragoza.
Cád.-Afr. José Guzmán Borrego (2.°).. Huelva. Córdoba.. Miguel Bernal Sancho
Huesca .. Zaragoza.
Antonio Regalado Márquez Huelva. Coruña.. Casto Royo Rey Badajoz.
Barcelona Lorenzo Gómez Benítez.... Huelva. C.a 21.0 t. Domitilo Pampliega García. Burgos.
Oviedo .. Ricardo García (2.°) Zamora. Coruña José Herrera Herrera
Oeste.... Burgos.
Julián Núñez Rodríguez Zamora. 21.0 t. Eduardo Rodríguez Navarra.
Vizcaya.. Alejandro Moreno Gallo.... Logroño. C.a 21.0 t. Anselmo Catalán Herruz
Burgos... Ignacio del Rio Palenzuela.. Este. Navarra.
C.a 21.0 t. José Ajero Martínez Navarra.
Canarias. Alberto Castillejo Muelas... Guadalaj, C.a 21.0 t. Mariano González Carmona Málaga.
Huesca... Eusebio Poves Mateo , Guadalaj, C.a 5.0 i . Francisco Ortigosa Cárceles Cád.-Afr.
Navarra.. José Garzarán Gálvez Teruel. c.a 5.0 t.
Lérida... Lucio Aivarez Ramos ^ Cád-Afr.
Juan Carod Gómez Teruel. Navarra.. José Marcos Iglesias : Salaman.
Santand.. Serafín Nuez Martín Teruel. Navarra..
Lérida... Florentino Martín Benito... Salaman.
Francisco Navarro Fornás... Teruel. Zaragoza. Miguel Rey González
• Gerona.. José Guasch Mari Logroño.
Baleares. Guadalaj. Andrés Lahera Galicia 21.° t.
Gerona.. Antonio Campins Morey Baleares. Zaragoza. Nicolás Pía Argudo Guadalaj.

Advertencias importantes. Aun cuando mucho nos ^honramos en

publicar artículos de colabo'ración, el a d -
mitirlos, sobre todo si están firmados, no
La REVISTA TÉCNICA s e envía p u n - Indica conformidad absoluta con lo que
tualmente a s u s suscpiptopes. Los r e t r a - en ellos se pretenda o exponga.
s o s o extravíos s e deberán a deficiencias
del correo. Rogamos, pues, nos digan l a s
¡•"regularidades que noten, para trasladar
las quejas al director general de Comuni-
caciones. * Para trabajar a la comisión, g a r a n -
A la conclusión del folleto con que o b - tizando mínimum de tres p e s e t a s dia-
sequiamos a nuestros s u s c r i p t o r e s , " P r á c - rias, s e neeesitan p e r s o n a s con apti-
t i c a s de la Guardia civil", regalaremos
una cubierta para encuadernar dicho li-
tudes comerciales. Fianza m e t á l i c a ,
bro. Ese e s el motivo de la actual e n c u a - 500 p e s e t a s . Indicad referencias y con-
^ernación provisional. diciones personales. Apartado 428.
 Cuaderno de traslaciones de tropa.
inclusiones y exclusiones en el mes de diciembre.

Comandan- Comandan _ . Comandan-

cias a que se Comandan- cias a que r.í
cias en que les concede
NOiVlBRES derecho a cias en queiles concede
prestan sus
pasar o re-
NOMBRES prestan susi^^ereclio a
servicios. nunciar. , pasar o re-
servicios. nunciar.

Infantería. Isauro Barriga Viejo Madrid.. Norte. • \

José Sánchez Tomé Oeste..., Alicante.^
SARGENTOS Jerónimo Cortijos Pérez Gerona. Murcia. ;
Francisco Peiiicer Carrillo .. Este Murcia. <
Jestis Garcia Poveda Sevilla... Cuenca. Antonio Sánchez Balsalobr^ Segovia. Murcia.
Julián Cepeda Sánchez Segovia.. Ciudad R. Joaquín Visiedo Berenguel.. Oeste... Almería..
JVliguel Moreno del Moral... Ciudad R. Sevilla. Mateos López Orellana Este Cádiz. I
José Pinto Maravet Albacete. Sevilla. Mariano Gómez Carrillo.... Huelva.. Cádiz, i
Feliciano Gómez Onieva Málaga.. Córdoba. Francisco Piñet Estévez Vallad.. Salaman.!
Benigno Ledo Corral Lugo . . . . Ponteved, Teodoro Carrero De'gado... Oeste... Zamora. !
uan Arboleda Cordero Badajoz.. ¡Jaén. Pompeyo Pascual Gómez... Oeste... Teruel. ;
' osé Rodrigo Perera Toledo... Badajoz. José Lombarte Gazulla '. Córdoba Teruel. !
Juan Cerrato Carmona Lugo Bada oz.
Antonio Victorio Pafhón Sevilla... Bada: oz. CORNETAS
Cecilio Gómez Alvarez Zaragoza. Burgos.
Vicente García Solas Huesca... Guipiízc. Bartolomé Delgado Lora.. Gerona. .5 Córdoba.
Alejo Beñarán Garín Huesca.. Guiptizc. Pedro Palóu Duran . . . Baleares,' Navarra.
Prudencio Conde García Cuenca.. Sur. Félix Muñoz Bonilla..'.... Cuenca., Álava.
D. Fernando Oidóñez Huesca .. Cád.-Afr. Eugenio Miguel Pascual.. Lérida... Alicante.
Salustiano Sánchez González Huesca. . Salaman. Emilio Sánchez Diaz Oeste..., Cád.-Afr.
José Martín Salazar Guipt^tzc. Este. Francisco Tomás Ucedo., Zaragoza Canarias.

CABOS GUARDIAS PRIMEROS

Martín Romero Almazán., Soria ...i Barcelona
Celestino Palomo Garcia — ¡Teruel... J Madrid. Emilio Alcón Castelló — Oeste...] Castellón.
Eugenio Valdés Rodríguez... Este... Madrid.
José Figueras Sánchez Oeste.... Toledo. GUARDIAS SEGUNDOS
Manuel Trullenque Mansilla. Navarra . Ciudad R. José María Vinches Orusco. Guadalaj.
Juan Bonet Mari Navarra. J Barcelona Madrid.
Matías. Orell Alemany Gerona.. Madrid.
Fernando Montero Montero. Gerona .i Barcelona Lorenzo Alvarez Matas , Lérida...
José Calatrava Quesada Oeste.... Granada. Madrid.
Oeste.... León. Juan Sastre Azcutia': .j Gerona.. Madrid.
Marcelino Garcia García Bernabé Antón Hernández.. Ponteved.
Arcadio Calzada Herrero Oviedo... Palencia. Madrid.
O e s t e — Badajoz. Lucas Garcia Alonso Guadalaj, Madrid.
Pedro Carrillo Bravo Fulgencio Cerón Vivancos.. Zaragoza.
Eulogio Gil Julián... Segovia.. Cáceres. Madrid.
Julián Morgado Javier Badajoz.. Cáceres. Crispín Polo Yagüe Guadalaj. Madrid.
Estanislao González Arroyo.. Oeste.... Burgos. Francisco López Alcaide Álava Madrid.
D. Carlos Gaiisteo Armesto.. Córdoba. Navarra. Juan González Bustamante. Oviedo... Madrid.
Román Fernández Fernández. Oeste.... Navarra. Manuel Matesanz García... Vizcaya.. Segovia.
Guillermo Azpuru Aguirre... Guipúzc . Vizcaya. Apolinar Cuesta García Sur Segovia.
Hermenegildo Madrid Ciudad R. José Andonalqui Pérez Guadalaj. Cuenca.
Félix García Benito Sevilla... Norte. Román Poyatos Sevilla Guadalaj Cuenca.
Norte. Clemente jurado Arévalo .. • Sevilla... Ciudad R.
Víctor García García Este Norte. Pedro Rodríguez Amo
Hermógenes Sánchez García. Soria Almería., Barcelona
Norte. Rafael Dorado Ruiz Madrid... Barcelona
Restituto Corral Arroyo Oeste.... Norte. Francisco Pérez Muñoz Barcelona
Almería..
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVlL llí

Comandan- Comandan-
Comandan- cias a que se Comandan-I
les concede cias a que se
cias en que 'cias e n q u e les concede
NOMBRES prestan sus dereclio a NOMBRES derecho a
pasar o re-| prestan sus pasar o re-
servicios. nunciar. servicios. nunciar.

Antonio Hidalgo Márquez... IJaén Córdoba. Juan Cayuela Ramal

Antonio Santii'to Palmero Cád.-Afr. Almería.
Coruña .. villa. Antonio Muñoz Toro Oeste Cádiz.
Juan Soler Gramage Lérida... Valencia. Luís Garrocho Saldaña
Antonio Candeli Mulet Sevilla... Cádiz.
Oeste Valencia. José Guzmán Borrego (2.°).. Cád.-Áfr. Huelva.
Sotero Pérez Cárcel Lérida... ¡Valencia. "Antonio Regalado Márquez. Huesca..
Pedro Sala Pineda Huelva.
Gerona.. Valencia. Antonio Pulido Sánchez Sevilla... Cád.-Afr.
Miguel Gadea Zaragoza Tarrag... Valencia. Eugenio Paradinas de la Rúa Vallad...
José Agramut Liidó • • Tarrag... Castellón, Salaman.
Ricardo Hernández Moralejo Ponteved. Zamora.
Enrique Rodríguez Pérez Ponteved. Lugo. Federico Sanz Martínez Sevilla...
Fabriciano Poutide Fernández Orense... Lugo. Zamora.
Víctor Tovcs Vegas Málaga.. Zamora.
Manuel Martin Luna • • León Zaragoza, Antonio Miro Morera., Oeste . . .
Mr.riano Arto Gil Logroño.
Navarra.. Huesca. Santos Martínez Sáenz Álava Logroño.
Elias Quiñones Gómez Oeste.... Granada. Isidro Barrios Reyzábai
Manuel Domínguez (3.") Vizcaya.. Logroño.
Lérida... Granada. Ignacio del Río Palenzuela.. Burgos... Este.
Fermín Haro Cervantes Coruña .. .Granada. Alberto Castillejos Muelas.. Canarias.
Vicente Moreno Sabio Guadalaj.
Sevilla... JGianada. Eusebio Poves JVlateo Huesca.. Guadalaj.
Antonio Albarracin Saraza... Navarra... Granada. Enrique Calvo Rai'no INavarra..
Juan Domínguez Martín Teruel.
iLérída... Jaén. Pedro Mari Mari Gerona.. Baleares.
Cayetano Fernández Navarro. iLérída... Jaén.
Manuel Carmona Palomares, Lérida... Jaén. Caballeria.
Pedro Jiménez García (4.°)... Oviedo.. Avila.
Manuel Lucas Fernández Oeste.... León. SARGENTOS
Nicolás García Peral Oviedo... León. José Martínez Ibáñez
Demetrio Arguello Gañán Cád.-Afr.. Madrid.
Oviedo .. Palencia. Juan Sáez S e r r a n o . . . . . . . . J Toledo... Madrid.
Faustino la Banda Arribas... Norte Oviedo.
Tomás Pérez Pineda Tomás Rodríguez Rodrígueá C.a 21.0 t. Madrid.
Norte Oviedo. Abelardo Marfín Martín... .| C.a 5.0 t... Madrid.
Miguel Lacalle García Norte ¡Oviedo.
Antonio Márquez Carnerero. Lérida . . . Badajoz. Francisco Morata Haro...} C.a 5.0 t.* Mál-Afr.
Antonio Carmona Olivares .. ISevilla... Badajoz. i
Manuel Márquez Carrasco... Álava CABO ;
¡Badajoz,
Florentino López Martín íiuesca... ("áceres. Daniel Blanco Carballo... i C.a 21.0 t. C.a 14.0 ti
Juan Menay o Muñoz Ciudad R. Cáceres. GUARDIAS SEGUNDOS ]
Teodoro Moreno Lorenzo . . . Oviedo... ¡Cáceres.
Nicolás Martínez Ortega Miguel Lucas Castrillóu...« C.a 14.0 t. Madrid .
ISantander Burgos. • Tiburcio Alonso Orozco... ^ Burgos... Madrid.
Melchor López Gómez Santander Burgos. Emilio Monleón Domingo.. Guadalaj. Toledo.
Luis Vázquez Vaicárcel Vizcaya.. ¡Santand. Gregorio Cañete Jiménez... C.a 21.0 t. Toledo.
Manuel Montilla Pérez Álava Vizcaya. Pedro Serrano López
Gervasio Pineda Rodrigo.... Navarra . ¡Vizcaya. Cad.-Afr. Toledo.
Santiago Moreira Laguna.. C.a 5.0 t.. Toledo.
José Rio Fernández I Álava Vizcaya. Lorenzo Cavero Izquierdo. Guadalaj. Barcelona
Antonio Maitín San Juan ¡Madrid.. Vizcaya. Pedro González Caparros.. Granada. Sevilla.
Francisco Sánchez (3.°) Guipúzc. ¡Vizcaya. José Neíra Alvarado
Gregorio Morales Piñeiro..... Vizcaya.. Álava. C.a 21.0 t Sevilla.
José Clavijo Segura Coruña .. Sevilla.
Miguel López Ruiz Santand.. Norte. Cosme Monclús Sierra Oviedo. ^ Zaragoza.
José TrujiUo Córdoba Córdoba. ¡Norte. Francisco Sánchez Sánchez. Cád.-Afr. Granada.
Francisco Valdenebro Pérez. Álava Sur. Manuel Miralles Guardo... C.a 21." t. Vallad.
Ramón López Rodenas Este Sur. Segundo Moratalla Magro.. Coruña... Vallad.
Cayetano Gutiérrez Oviedo.. ^Sur. Florencio Hernández C.a 21.0 t. Vallad.
Bngido Rodríguez López |Cáceres.. ISur. Pedro Barrigas Solís .j Coruña... Badajoz.
Francisco Muñoz Parres Lérida... 'Alicante. Santiago Olalla Lucas......^ C.a 14.0 t Burgos.
Antonio García García (18.°). Lérida... Murcia. Mariano Martínez Sánchez. C.a 5.0 t.. Murcia.
Mateo Vallejo López Gerona.. Murcia. Juan Sanmartín Pérez C.a 5.0 t . . Murcia.
Juan Mota Mota ¡Sevilla... Murcia. Pedro Zoilo Molina C.a 5.0 t . . Murcia.
Gaspar Orenes Ruiz Barcelona Murcia. Antonio Berenguer Andújar Navarra.. Málaga.
Manuel Hernández • • ¡Lérida,... Albacete. Francisco Ortigosa Cárceles C.a 5.0 t . . Cád.-Afr.
Evaristo Ellin Cortijo Oviedo.. ¡Albacete Lucio Aivarez Ramos c.a 5.0 t. Cád.-Afr.
• uan Sánchez Vergara Canarias. Málaga. Miguel Rey González. . . . , Zaragoza. Logroño .
uan Antequera Estévez Sevilla... Málaga. Felipe Boada López Vallad... Salaman.
<afael Toro M a t a . . . . Barcelona Málaga. Andrés Lahera Galicia. . . . Guadalaj, C.a 21.01.
'Miguel Padilla Jiménez 'jaén Almería. Miguel Ramis Ferrer :\ Madrid.« Baleares, „,
 118i
R E V I S T A T É C N I C A D E LA G U A R D I A CIVIL

C o m a n d a n J cCi ao smaa nq du ae nse - Comandan-

N O M B R E S
RENUNCIAS
Infantería.
SARGENTOS
Molino.
Jaime Morey Pol
CABOS
Emilio Ortiz Araus..
Alejo Rosado Romo.
CABO DE CORNETAS
José Sanz Guijarro
GUARDIAS PRIMEROS
Víctor del Barrio Algaba... Madrid...
Antonio Fernández Donoso. ¡Toledo., i Cuenca.
GUARDIAS SEGUNDOS
Abelardo Giner Martínez..
José González Escriba
Raimundo Wolgerchaffen...
Juan Cruz Doña
Antonio Muñoz Arranz
José Tora Román
Cecilio Ortega Bueno
Manuel Gómez Martin (2.°).
Julián de la Fuente Salcedo.
Restituto Paz Moro
cias e n q u e les concede C o m a n d a n - c i a s a q u e se
prestan sus] d e r e c h o a |C¡as e n q u e e s c o n c e d e
l
NOMBRES p r e s t a n s u s | dp ae sra er c ho of^'a
s e r v i c i o s . ¡ p ans ua rn c ioa r .r e -
servicios. nunciar.
Lorenzo Sánchez Manzano. Teruel.. Badajoz.
Elias Llórente Pascual Logroño. Burgos.
Juan Fernández Pérez (2.°). Gerona. Alicante.
José Piernas Martínez IJaén.... Murcia.
Ciudad R. Badajoz.. Pedro López Mayo Sur Murcia.
Barcelona Baleares, Antonio Faiomir Puig ¡Tarrag.. Mál-Afr.
Francisco González (2) Sevilla.. Almería.
Raimundo Murillo Ucero... Huelva.. Cád.-Aíf.
Vizcaya.; Burgos. Amalio López Hernández... Lérida..
Salaman.
Toledo... i S u r .
Caballería.
Almería.. IVIálaga. SARGENTOS
Abelardo Martin Martín— C.a 5.0 t.iC.'» 14." i.
Timoteo Peña Prieto Oviedo . .ISalaman..
TROMPETA
Sun
Eugenio Ronda Lucero Burgos.. i Navarra.
Este
GUARDIAS SEGUNDOS
Valencia'. Lorenzo Arranz Llórente... Sevilla... Madrid.
Oeste..., IValencia.'
Teruel.., Jesús Torralba Ferrero Navarra.. Zaragoza.
Valencia^ Francisco Beltrán Linares, i Coruña . . Granada.
Lérida.., Valencia.
Soria Gabriel Cobo Ruiz .' C.a 21." t. Granada;
Valencia. Juan Candel González
Coruña.. C.a 21.0 t.
IJaén
Castellón. Ignacio Rodríguez Quiñonero Barcelona Murcia.
Granada.
Oviedo . Granada. I Francisco Garcia Zamora... Navarra.. Murcia.
Marcelino Puras Sáez Málaga.
Vizcaya. Vallad. Zaragoza. Málaga.
Cád.-Áfr Vallad. I Claudio Escudero Rivas C.a 21.01.
Claudio Sánchez Vázquez.. Vallad... Cád.-Afr.
Salaman.

LOS SERVICIOS- DEl'cuERPO

Mes d e e n e r o .
se les ocupó, en el acto de ser detenidos,
El día 20, en Carabanchel Bajo (Madrid), la cantidad de 5.500 pesetas, a que ascendía
por el teniente D. Alberto García Fontanil, una de aquéUas. Fué realizado este servi-
cabo Eladio Aláez Infiesto, cometa Luis cio por la fuerza siguiente, perteneciente a
Martínez Iglesias y guardias Pascual An- la Comandancia del Norte: teniente D. Luis
tón Colías, Antonio Narejos Sándiez y Se- Alvarez Madurga, sargento Eduardo Serra-
bastián Corredera García, se llevó a efecto no Rosillo, cabos Valentín Germán Sánchez
el descubrimiento y detención de los auto- y Manuel Fernández Iglesia, corneta José
res de un hurto de carbón. Martinluengo García y guardias Joaquín
— El mismo día, en Tomelloso (Ciudad Gallardo Martínez, Francisco Gutiérrez Gar-
Real), por el cabo Bernardo Catalán Gómez cía, Ángel Julián Diego, Fra,n,cisco Martín
y guardia Nicolás Morales Jiménez, se con- Hernández, Ángel Solera Villaseñor, Fran-
siguió descubrir y detener al autor de un cisco Cepedano González, Juan Rincón Cur-
robo de 1.700 pesetas; cantidad que fué res- to, Francisco. Fabregat Perles, José Cerezo
catada por la pareja expresada. Sánchez, Luis Grimal Serrano, Manuel Mar-
— El mismo día, en el barrio de Pozas, de tí Tortosa, Ezequiel Blázquez Ruiz y Ger-
corte, se llevó a efecto el descubrimiento y mán Llerena Ginés.
detención de varios sujetos i^ue venían co-
metiendo gran número de estafas, a los que — El mismo día, en esta corte, por ^'
•caibo ..com.andante del puesto de Robledo df
 REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA CIVIL
Caiaveia (Madrid) Pedro González Salas y
guardia del mismo puesto Emilio Bernal
Sánchez, fueron detenidos los autores de un
robo de objetos de metal, cometido en un
hotel que en aquel pueblo posee el excelen-
tísimo señor capitán general marqués de
EsteUa.
— El mismo día, en Ceuta (África), el
cabo José Marga-lejo Muza y guardias Juan
Camero Gallard,' José Juan Lloréns, Fran-
cisco de la Cruz Bernal y Francisco Pérez
Clavijo, prestaron eficaz ayuda en la extin-
ción de un incendio ocurrido en una fábri-
ca de jabón d'e aquella plaza.
— El mismo día, en Campillo de Llerena
(Badajoz), con motivo de un incendio ori-
ginado por la explosión de la caldera de
nna fábrica, la tuerza del puesto allí esta-
t'Iecido, compuesta del cabo .luán Farrona
Cano y guardias AntoniO' Benítez Moreno;
Domingo Gama Martínez y Ángel Cabani
Has Valencia, realizó importantes trabajos
hasta conseguir la extinción del siniestro,
salvando asimismo a varios obreros que se
hallaban sepultados bajo los escombros.
'— El mismo día, en Villacarrillo (Jaén),
por el capitán D. Santiago Sánchez Yilés,
sargento Francisco lübes Socanades y
guardias Carlos Fernández Fernández, Ma
miel Rodríguez Medina y Francisco Her-
nández Quintana, se logró descubrir y cap-
turar al autor del robo de una yegua, que
fué rescatada.
— El mismo día, en Moral de Calatrava
(Ciudad Real), por el cabo Cipriano Gran-
de Martin y guaa-dias Prudencio Acevedo
Calzada, Segundo Torres Gómez y José Mo-
i'eno Pacheco, se consiguió descubrir y de-
tener al autor de un anónimo en que se
exigía una crecida cantidad de dinero bajo
amenaza de muerte.
— El día 25, en Jaén, -se declaró un vio-
lento incendio en el palacio Provincial, don-
de están' instaladlas todas las dependencias
<ie los diferentes ramos del Estado. El si-
niestro fué sofocado después de grandes es-
fuerzos y trabajos, en los cuales tomó parte
principalísima la fuerza de la benemérita
"^'6 aquella canítal, y que estaba formada
por el teniente jefe de la línea D. Emilio
López Carrillo, sargentos Francisco Higue-
''a Martín y Alfonso Martínez Quesada, ca-
^'os Miguel López Díaz y Joaquín Gómez
í'ranco, trompeta Ildefonso Puerto .Alma-
61^0 y guaj.-dias Diego Gómez García, José
García Aivarez, Camilo Aliaga Rubio, Die-
go Lindez Líndez, León Reyes Díaz, Pedro
119
Ruiz Maza, Juan Piqueras Selas, Elias Gar-
cía Serrano, Antonio Mai'tín Chica, Francis-
co Sánchez Cervantes, Dionisio Alcalde Me-
dina, Amador Torrobas Sevillano, José Ro
senáo Expósito, Pablo López López, Fran-
cisco Beltrán Linares, Pedro González Ca-
parros, Juan Baena Ruiz, José Heredia Añe-
r a , Rafael Retamero Gallego, Francisco
González Abarca, y Manuel Muñoz Romero.
— El mismo día, en Alcaracejos (Córdo-
ba), por el sargento José Gil González, cabo
Alejandro López Fernández y guardias Ma-
teo Ruiz Gómez y Martín León Sánchez,
se llevó a efecto el descubrimiento y deten-
ción del autor de un robo de herramientas,
cometido en la mina El Soldado.
— El día 26, en Getafe (Madrid), por el
teniente jefe de la línea D. Mariano Cabello
Rico, cabo Joaquín Martin Rivera y guar-
dias Teófilo Redondo Aylagas y Paulino
Sanitiago Aza, se IIPVÓ, a efecto la captura
del autor de un homicidio. »
— El mismo día, eu Godelleta (Valencia),
fueron detenidos los autores e instigadiores
de graves hechos ejecutados en l a línea
eléétrica, y quQ se proponían cortar la lí-
nea y dejar sin fluido a' la capital de Va-
lencia; propósito osle que no pudieron lo-
grar los malhechores merced a la inter-
vención de la fuerza de la benemérita, que,
al mando del capitán D. José García Pare
des, estaba compuesta por el teniente don
Enrique Tapia Ruano, sargento José Sierra,
Vidal, cabos José Valero Gómez y Leopoldo
Oltra Ferrándiz y guardias Leocadio Cano
Serrano, Antonio Esteban Díaz, Balbino Be-
navent Benavent y Enrique Herrero Alba.
— El mismo día, en Caravaca (Murcia),
por el alférez D. Ruperto García Abellán,
cabo Alfonso Diana Martínez y guardias
Francisco García Berruezo, Diego Candeli
Ledesma, Francisco Albarracin Rodríguez,
Rosendo Jiménez Rodríguez y corneta Fran-
cisco Cabanillas Valencia, se consiguió des-
cubrir y detener a varios sujetos que ve-
nían cometiendo infinidad de robos de di-
nero y efectos en diferentes puntos de la
provincia
— El día 27, en la capital de Sevilla, por
el teniente D. P e * o Sáez de Sicilia y Mo-
rales, cabo Rafael Man'tín Cerezo y guardia
Manuel GuíUén Carrasco, se consiguió la
captura dsl autor de un importante hurto
de cera.
_ El día 28, en Alcantarilla (Murcia), por
el cabo José Prieto de la Riba y guardias
 120; REVISTA TÉCNICA DE LA GUARDIA. CIVIL

Antonio Jiménez Garcia, Francisco Nava- Mes d e f e b r e r o .

i-ro Sánchez, José Bottia Hernández, losé
Collado Alcaraz y José Gómez Díaz, se pres-
taron eficaces trabajos, que dieron por re-
sultado la extinción de un fuego que se de-
'blaró en una fábrica de> aceite de orujo.
— El día 29, en el barrio de Doña Carlo-
ta, de esta corte, por el teniente D. Manuel
España Gaii-cía, sargento Anselmo Cárdenas
Carrión y guardias Andrés Rodríguez Gar-
cía y Juan Borja Acevedo, se logró descu-
brir y detener a los autores de un hurto
de 10 pellejos de aceite, que dicha fuerza
rescató.
— El.mismo día, en Albalate (Teruel), por
el sargento Francisco Legido Toro.y guar-
dias Antonio Arifio Herrero, Gaspar Sán-
chez Sánchez, Joaquín Lóseos Ariño y Vic-
toriano Vicente Martín, se consiguió el des-
cubrimiento y detención ^dfel autor de cinco
robos de lana, cometido en una fábrica de
aquella población.
• El día 3, en Algeciras (Cádiz), por el ca-
pitán D. Manuel Val Calaliorra, cabo
colás Cernuda Ilion y guardias Andrés Mo-
reno Cuadro y Salvador Esquiras Gonzá-
lez, vse logró la. captura de varios sujetn.s,
como autores y encubridores de un robo.
— El día 5, en la capital de Sevilla, por
el .sargento Rafael Rodríguez Beraza Y
guardias Juan Fernández Maldonado V
Luis Gómez Díaz, todos a las órdenes del
teniente jefe de la línea de dicha capital
D. Pedro Sáez de Sicilia y Morales, se lle-
vó a efecto el descubrimiento y captura
de un sujeto qvre venía cometiendo robos de
caballen'as.
— El día 6, en Palafrugell (Gerona), por
el sargento Manuel Pintado Picón y guar-
dia Francisco Doménech.Prats, se detuvo
al autor de la colocación de un petardo Y
de haber dirigido dos cartas anónimas exi-
giendo una cantidad.

VINO D E P E P T Q N A ORTEGA
Para convalecientes y personas débiles es el mejor tónico y nutritivo.
Inapetencia, malas digestiones, anemia, tisis, raquitismo, etc.
Los anémicos deben emplear el vino ferruginoso, que tiene las pro-
piedades del anterior, más lo reconstituyente del hierro.
Primera y única fabricación en grande escala de ¡as peptonas y sus
preparados por medio del vapor y con todos los aparatos más modernos-
Medalla de oro en el IX Congreso internacional de Higiene y en las Expo-
siciones universales de Bruselas, 1910, y Buenos Aires, 1910.
Faraiacia: calle del León, n ú m e r o 13.
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