Está en la página 1de 19

'.

,~tituto de Estuc'ios Po'íticr:\


; ':, U .ídad de Documentaci6fll

De la Etica en los TIempos Modernos o del


Retorno a las Vrrtudes Públicas

María Teresa Uribe de Hincapié"

"ser modernos es encontrar-


nos en un entorno que nos
promete aventuras, poder,
católica; las propias del desencanto
postmoderno de quienes desconfían
de la capacidad de cualquier míni-
alegría, conocimiento, transfonnación mum ético para establecer unas con-
de nosotros y del mundo y que al diciones de supervivencia social; las
mismo tiempo, amenaza con destruir de los nostálgicos de un pasado glo-
todo lo que tenemos, todo lo que sabe- rioso, que quisieran retornar al paraí-
mos, todo lo que somos [...] las perso- so perdido de la sociedad premoder-
nas que se encuentran en el centro de na o tradicional.
esta vorágine son propensas a creer Por ello, puede resultar de interés
que son las primeras y tal vez las plantear, en el contexto de la sociedad
únicas que pasan por ello [...] sin colombiana, algunos elementos de
embargo, la realidad es que un núme- análisis en torno a lo que sería una
ro considerable y creciente de perso- ética para los tiempos modernos y
nas han pasado por ella durante cerca reflexionar sobre la incidencia de pro-
de quinientos años [...]" cesos particulares de construcción de
M.Berman la modernidad, tales como la ausencia
de virtudes cívicas y públicas, y la
Introducción generalización de las formas violen-
El debate actual en Colombia so- tas para la solución de los conflictos.
bre la necesidad de una ética civil o Esto implica buscarle respuestas ade-
ciudadana ha despertado diversas cuadas y serenas a tres tipos de
reacciones. Aquellas de quienes insis- interrogantes:
ten en mantener como referentes pú- - La moral católica y "los valores
blicos de cohesión y como mecanis- tradicionales de la sociedad colom-
mos de control social los de la moral biana" (nunca bien definidos) pueden
servir aún como referentes éticos y de
* Profesora e investigadora del Instituto de identidad para el presente y el futuro
Estudios Regionales y del IEP de la del país? Sería posible y deseable re-
Universidad de Antioquia. cuperarlos?

7
- ¿Es suficiente una moral indivi- espacio de los intercambios sociales
dual y privada para los tiempos mo- desde donde se construyen y se re-
dernos en Colombia? construyen los imaginarios colectivos,
- ¿Qué papel le compete a la polí- los referentes de identidad, los reco-
tica en la construcción de una ética nocimientos de lo igual y de lo dife-
pública y cívica? rente; en fin,lo que llama Durkheim,la
producción social de sentido y Weber las
1. El Ethos y la Etica estructuras de conciencia',
El debate colombiano sobre la éti- El ethos socio cultural, instituye
ca se ha orientado hacia su dimensión de sentido las acciones de los sujetos,
antropológica y social, hacia la pre- los grupos,las asociaciones, las clases,
ocupación por las visiones del mun- los pueblos y las naciones. Con base en
do, por las costumbres,los valores,las él (el ethos), operan las nociones
tradiciones y las determinaciones cul- primigenias de lo bueno y lo malo, lo
turales que hagan posible la conviven- lícito y lo prohibido, lo posible y lo
cia en la diferencia. Estas preocupa- utópico. El ethos perfila las actitudes
ciones han dejado de lado otras, con- frente a lo sagrado y lo profano, lo
cernientes al fundamento filosófico de místico,lo mágico, lo trágico, la vida y
la ética, a las relaciones con la univer- la muerte. Es en el ethos sociocultural
salización de la razón (Kant), a la es- y en sus expresiones discursivas don-
tructura comunicativa del lenguaje de se desarrollan los procesos de iden-
(Habermas) o a las restricciones de los tidad y cohesión social y donde arrai-
juicios morales. Por ello, más que a la ga la moral y la ética.
ética como expresión teórico-filosófi- El sentido de pertenencia de un
ca, el debate se ha orientado hacia el sujeto a la colectividad, a la sociedad,
ethos socio-cultural de los colombia- pasa pues por su inserción en ese
nos, hacia sus prácticas sociales y sus mundo instituido de sentido. Allí es'
representaciones colectivas. donde se percibe como miembro de
Es entonces en el contexto del su colectividad porque participa en el
ethos y no de la ética propiamente conjunto de sus significaciones socia-
dicha, donde seenmarca esta reflexión, les, en el "nosotros" y se diferencia de
cuyo propósito no es solamente el de los "otros", de los que estarían por
introducir alguna puntada en el deba- fuera, al margen oal frente de esa
te colombiano sobre el tema, sino tam- entidad simbólicamente constituida.
bién el de intentar desde allí establecer Los ethos socioculturales además
la relación con los asuntos de la mo- de definir el "adentro" y el "afuera"
dernidad y de una nueva mirada so- tienen un cronotopo determinado, un
bre la política. territorio y un tiempo en el que se
El ethos sociocultural es el lugar enmarcan los procesos colectivamen-
de lo simbólico representado; es el te vividos y se elaboran los cambios y

1. Ver al respecto: BERIAIN, [osetxo. Representaciones colectivas y proyecto de modernidad. Barcelona: Anthropos,
1990, p. 28 Y ss.

8
lastransformaciones sociales; a su vez, La pérdida de los marcos refe-
los ethos socioculturales y las tramas renciales y simbólicos tradicionales
de representaciones colectivas por significa ni más ni menos que la pérdi-
ellos constituidas, requieren (según da de sentido; ya no hay una sola
Durkheim y Weber) cierto grado de gramática para leer lo que pasa; las
institucionalización y objetivación en viejas identidades se sienten profun-
estructuras cognocitivas, normativas damente amenazadas; no hay puntos
y estatales", de referencia; el orden nuevo no se ve
Toda sociedad que pueda llamar- corno tal sino corno caos; no hay nada
se así precisa de una institucionaliza- sólido o seguro a lo cual pueda uno
ción del saber social y del orden colec- asirse porque corno diría Berman, es
tivo (expresiones del mundo institui- corno si todo lo sólido se desvaneciera
do de sentido) y precisa también de en el aire". J

regularidad, estabilidad e intersubje-


tividad de su sistema cultural. Igual-
mente requiere de una periodización
de las prácticas sociales en el más 2. Del Ethos Tradicional al
amplio sentido del término: económi- Ethos Moderno
cas, religiosas, políticas, sexuales, lú- En las sociedades tradicionales o
dicas, en orden a garantizar la cohe- premodernas, predominantemente
sión y la integración de la sociedad. agrarias, no industrializadas ni urba-
La producción social de sentido nizadas, los ethos socioculturales, di-
es histórica y muy vulnerable a los versos y fragmentados, expresan su
cambios y a las transformaciones so- mundo instituido de sentido a través
ciales; los cambios desplazan y re- de una primera forma discursiva: la
construyen los ethos socioculturales; religión o lo que los postrnodernos
los viejos referentes colectivos dejan (Lyotard) llaman el metarrelato reli-
de operar corno guías ciertas en la gíoso".
dirección de las acciones y los juicios Las sociedades premodernas se
morales no son ya unívocos y claros; articulan sobre un solo centro aglutinante
estas situaciones de vorágine y trans- y totalizador -lo sagrado-- en torno al
formación, de pérdida de valores, no cual se desarrolla la' vida social del
son otra cosa que la disolución- grupo en cuestión y el metarrelato
recomposición del tejido cultural en el ¡ religioso o sacro es el que instituye de
cual tenía su pleno sentido de orden y sentido las tramas culturales y provee
orientación el viejo ethos sociocu~' un complejo sistema de repre-
turaP. sentaciones a través del cual los

2. lbidem, p. 47.
3. Este proceso es magistralmente descrito en: GEERTZ, Clifford. "Géneros confusos, la refiguraci6n del
pensamiento social". En: GEERTZ, Clifford. el. al. El surgimiento de la antropologfa posmoderna. México: Gedisa, 1991,
p.63-68. .
4. BERMAN, Marshall. Todo lo s6lido se desvanece en el aire. México: Siglo XXI, 1989, p. l.
5. VA TTIMO, Gianni. "Postmodernidad: ¿una sociedad transparente?". En: V A TTIMO, G. el. al. En torno a la
postmodernidad. Barcelona: Anthropos, 1990, p. 9-39.

9
hombres se ven a sí mismos y a su gicas particulares, con discursos pro-
sociedad; allí encuentran respuestas a pios legitimantes y pretensiones espe-
problemas prácticos y vitales y, un cíficas de validez. La sociedad
sistema de valores compartidos que descentrada, la llama Weber, para
favorece la integración cultural y la designar ese largo y complejo proceso
cohesión social. a través del cual lo sagrado deja de ser
Elmetarrelato religioso se expresa el principio estructurante y totaliza-
tanto en las formas primitivas del dor del orden social, su raíz y su fun-
totem y el mito como en las llamadas damento, para dar paso a la forma-
religiones universalistas de occidente; ción de una constelación de significa-
dentro de éstas, las judeocristianas en ciones y de universos simbólicos dife-
general y la católica en particular, rentes y a veces confrontados".
instauraron la idea de un solo Dios En la sociedad descentrada se
trascendente que recompensa y castiga autonomizan la esfera de la ciencia y
y una concepción nueva sobre el ser la tecnología, instaurando otro modelo I
humano y su destino; éste no es ya cognocitivo y de saber en la sociedad,
asunto de los dioses o de las estrellas; la esfera político normativa que ya no
su situación tanto aquí como allá, refleja el orden sacro ni recurre a
depende en esencia del mantenimiento legitimaciones extratemporales se-
y el cumplimiento de una serie de parando sus competencias del campo
mandatos morales que constituyen de la moral religiosa y, la esfera
todo un decálogo de comportamiento expresiva del arte y la literatura que
ético. define sus propias reglas estéticas y
De esta manera el metarrelato valorativas.
religioso y sagrado se convirtió en el La sociedad descentrada sustitu-
centro simbólico y estructurante de lo ye el metarrelato religioso por el me-
social, es decir, lo instituyó de sentido; tadiscurso de la razón, secularizante,
impregnó profundamente el ethos profanador si se quiere y profunda-
sociocultural y garantizó con la fuerza mente erodador de las certezas de la ¡
de lo extra temporal el cumplimiento vieja sociedad. Desde allí se replan-
de su código ético. tean las relaciones entre moral y dere-
En las sociedades modernas, cho y se le debate a la religión el
industrializadas, urbanizadas y eman- monopolio sobre las nociones de lo
cipadas, los ethos socioculturales su- bueno y lo malo, lo lícito, lo justo, lo)
fren un profundo cambio que consiste bello y lo útil.
según Dur kheim en la racionalización La modernidad también instaura
y universalización de las representa- un nuevo sujeto de la historia, el indi-
ciones colectivas. La sociedad pierde viduo, otorgándole la posibilidad de
su centro estructurante sacro y se de- construír su mundo, de elegir y de
sata en una pluralidad de esferas rela- escoger, y autonombrándolo como la
tivamente autónomas, regidas por ló- piedra angular del nuevo orden social

6. Citado por: BERIAIN, [osetxo. Op. cit., p. 78.

10
prometiéndole un horizonte siempre simbólicos compiten por instaurar y
abierto a un progreso sin Iímites", legitimar formas de integración y de
El meta discurso racional no está cohesión social: la nación, la etnia, la
exento de críticas; para los teóricos de clase, la corporación, el partido, el
la Escuela de Frankfurt éste deviene sindicato, los grupos de interés.
en razón instrumental", para los post- - La secularización y el pluralis-
modernos en un nuevo mito tan esté- mo propios de la modernidad con-
ril como el primero. Al margen de ese tribuyen a acentuar la diferencia-
debate lo que nos interesa resaltar ción estructural de todo el sistema
aquí es la implicación del descentra- social, tras toca los tiempos, los es-
miento del mundo en los ethos socio- pacios y los territorios, es decir, el
culturales y en las representaciones cronotopo; además, multiplica los
colectivas: estilos de vida, las cosmovisiones,
- Las representaciones colectivas los roles, las funciones y las activida-
se desacralizan y se desmitologizan, des, en fin, los referentes concretos
presentándose una primera dicotomía de la vida social en los cuales se
entre lo sagrado y lo profano. El mun- sustentaba y de los cuales se nutría el
do de las creencias sagradas y trascen- viejo ethos sociocultural.
dentes se restringe a la órbita de lo En suma, los tiempos modernos
privado,delamoralindividual,mien- exigen nuevos marcos referenciales,
tras que lo secular racionalizado nuevas representaciones colectivas,
deviene en público, normatizado y nuevos valores secularizados que ga-
legalizado, constituyendo. desde allí ranticen un mínimo de cohesión social
nuevos referentes de identidad y uni- e integración cultural y demandan que
versos simbólicos, tales como los de la esas representaciones colectivas logren
ciudadanía, la democracia y el Estado permear y cambiar el ethos sociocul-
racional legal. Estas son, en la moder- tural, instalándose en las mentalida-
nidad, las formas de inserción de los des y en los modos de ser y de ver el
individuos en su sociedad, mientras mundo, en los sentidos comunes, es
que la nación es la forma de la identi- decir, que se imbriquen con la cultura.
dad. Esta gran dicotomía entre lo sa- Si esto no ocurre, la modernidad no
grado y lo profano se desagrega en pasa de ser un proceso incompleto
otras de menor espectro: la sociedad porque ésta, como dice Berman, es
civily la sociedad política, lo público y . una forma de experiencia vital, una
lo privado, el individuo y el Estadot, manera de vivir y de asumir las trans-
- Las representaciones colectivas formaciones inducidas por la moder-
seplural izan, se complejizan y a veces nización económica, tecnológica e ins-
se confrontan; múltiples referentes trumental'".

7. BEJAR, Helena. El ámbito de lo Intimo; privacidad, individualismo y modernidad. Madrid: Alianza, 1988, p. 26y ss.
8. Sobre la escuela crítica ver: COLOM GONZALEZ, Francisco. "La génesis del pensamiento francfortiano". En:
COLOM GONZALEZ, Francisco. Las caras del leviatán. Barcelona: Anthropos, 1992, p. 15-65.
9. HABERMAS, [ürgen, La reconstrucci6n del materialismo hist6rico. Madrid: Taurus, 1983, p. 44 Y ss.
10. BERMAN, Marshall. Op. cit., p.3.

11
3. El tránsito de lo tradicional a catolicismo, logró convertirse en el
lo moderno en Colombia factor estructurante de la sociedad
¿La ausencia de valores y de un mestiza yblanqueada; instituyó de
mínimun ético en la Colombia de hoy, sentido el mundo colonial y buena
está referida, como muchos lo pien- parte del republicano; se impuso como
san, a la modernidad postergada, al matriz primordial del orden moral,
destiempo entre modernidad y mo- normativo y político y marcó los hilos
dernización ?~1,o, ¿inciden también en culturales que definían el cronotopo:
esas situaciones de vacío ético las vías a impuso los tiempos de sembrar y
través de las cuales se accedió a los recoger, los de la cotidianidad y de la
tiempos modernos en el país? fiesta (patronales por excelencia), los
Sin desconocer la importancia de de la sexualidad y la abstinencia y
la primera tesis, preferiría explorar la sacralizóconsus ritos los ritrnosvitales
segunda, siguiendo a grandes trazos de los hombres desde el nacimiento
las transformaciones históricas en los hasta la muerte:
ethos socioculturales y el significado A su vez, demarcó y nombró los
particular del tránsito de lo tradicio- lugares y los territorios con sus
nal a lo moderno. símbolos y sus instituciones.
Para el caso de América Latina y Alrededor de la iglesia seconstruyeron
de Colombia en particular, la socie- los poblados, pues ella representaba
dad tradicional fue el resultado de la el lugar principal, el centro referencial
confrontación violenta de tres ethos que preside y vigila el espacio de la
socioculturales distintos en sus uni- plaza pública y del mercado local;
versos simbólicos, en sus cosmovisio- nombró con su santoral pueblos,
nes, en sus representaciones colecti- veredas y comarcas y regó de imágenes
vas y en sus expresiones culturales, religosas y santuarios los caminos y
pero centrados todos en metarrelatos los circuitos veredales. La parroquia
mítico-religiosos. Al final se impuso, a fue también, durante buena parte de
sangre y fuego, el ethos agenciado por nuestra vida colonial y republicana, la
los colonizadores pero sin lograr des- unidad administrativa menor en el
componer del todo las cosmovisiones ordenamiento territorial del país: para
totémicas ancestrales más dionisiacas que un poblado fuera reconocido por
y sensuales, cuyos ritos mágicos pro- la entidad estatal debía ser primero
veían formas de identidad y cohesión parroquia y para que un sujeto fuese
tan sólidas que han perdurado por aceptado en el corpus de la ciudadanía
cinco centurias". debía pertenecer mucho antes a la
De esa confusa confrontación de comunidad cristiana mediante el
pueblos y etnias, el metarrelato bautismo.
religioso, expresado a través del Lo común y lo colectivo, el domi

11. MELO, Jorge Orlando. "Algunas consideraciones globales sobre modernidad y modernización". En: VNIE-
SCAS, Fernando y GIRALOO, Fabio (Comp). Colombia, el despertar de la modernidad. Bogotá: Foro Nacional por
Colombia, 1991, p. 225 Yss.
12. URIBE, María Teresa. Legitimidad y violencia. Una dirnensién de la crisis poUtica colombiana. Medellín: INER,
Universidad de Antioquia, 1990, mimeo, p. 30 Yss.

12
nio de lo propiamente público, se orientada hacia la conservación de la
imbricó con lo sagrado, se confundió fe-y.también haci'a el control de las
~ con él. Fue la cosmovisión religiosa la buenas CQ§tumbre~y de los espacios
que estructuró, tanto el principio de socialización: las instituciones fa-
cognocítívo-e-el saber-como el prin- miliares y educativas. Es decir, una
cipio normativo -las reglas mora- presencia acentuada en los dominios
les- frente a las cuales, los mandatos de lo doméstico-privado y de lo tras-
y leyes del Estado y el Estado mismo cendente, que fortalecía la identidad
debían subordinarse. Lo público y lo social, la cohesión y la integración de
privado fueron esferas indiferenciadas los sujetos en la comunidad cristiana.
y convergentes hacia ese centro Sin embargo, este modelo de in-
estructura dar y totalizante de lo sa- tegración y cohesión, aparentemente
grado que impregnaba con su lógica sólido y omnipresente, no logró disol-
todo el sistema social. ver del todo los ethos socioculturales
En Colombia, lo público tuvo de las etnias dominadas: la india y la
como primera expresión la comunidad negra. Algunos de ellos lograron, a
cristiana, entendida como la comunión través de la resistencia y la supervi-
de bienes espirituales, de creencias y vencia, preservar sus identidades si-
de mandatos morales. Los referentes tuándose en la periferia del corpus
de identidad se construyeron desde social y por fuera de la comunidad
allíy se participaba en esa comunidad cristiana, es decir, allí donde la mano
siseera recibido por la iglesia median- de la iglesia y el Estado no alcanzaran
te los ritos sacramentales. Lo público'[ a llegar.
entendido como comunidad cristia- Buscaron lugares donde el espa-
na, no logró establecer límite alguno cio y el tiempo no estuviesen marca-
entre la moral privada y las virtudes. dos y controlados por lo sacro católico
públicas; éstas no existían como tales • y donde pudiesen librarse de la pasto-
ni resultaban necesarias pues lo co- ral sacramental, que definía formas de
mún y lo colectivo estaban totalmente relación, sujeción, dominación y con-
acotados por el universo simbólico de trol que chocaban con sus cotidianida-
lamoral católica, que partía del presu- des, con sus fiestas, con sus estructu-
puesto según el cual un buen cristiano ras parentales, con las formas de vivir
era también un buen ciudadano., .-/ la sexualidad, de asumir el cuerpo, de
Según Femán González", la igle- enfrentar la muerte, la tragedia y el
siacatólicase hizo presente en la socie- nacimiento. En fin, donde pudiesen
dad tradicional colombiana a través identificarse mediante mitos y ritos
de estructuras parroquiales de tipo que les otorgaban una forma particu-
rural y pueblerino, de una pastoral lar de "estar en el mundo".
centrada en la administración de los Estos ethos socioculturales dis-
sacramentos (los que a su vez ordena- tintos no fueron asumidos como tales
ban el cronotopo), de una predicación sino como inmorales y bárbaros. Se

13.GONZALEZ, Fernán. "Etica pública, sociedad moderna y secularización". En: PROGRAMA POR LA PAZ.
Colombia una casa para todos. Debate ético. Santafé de Bogotá: Ed. Antropos, 1991, p. 52.

13
los juzga y se los condena desde la riesgo latente para la supervivencia
moral católica, desde el código sacro, de la comunidad cristiana, configura-
como transgresión y pecado, exclu- ron de esta manera fronteras histórico
yéndolos del mundo instituido de sen- culturales que escindieron y fractura-
tido, pues para la cultura dominante, ron, antagonizándolas, las partes de
ellos representaban el sin sentido. un todo imaginario que no tuvo míni-
De esta manera se fue configu- mos referentes comunes para legiti-
rando a lo largo de los siglos un grupo mar su existencia como pueblo o como
numeroso de población no sujeta ni nación.
controlada por los poderes institui-
dos, excluída de la comunidad cristia-
na, que vivía "sin Dios y sin ley" y 4. Laluchaporlarepresentación
percibida por las autoridades como de lo público
indómita, perezosa, relajada en sus Eladvenimiento de la república y
costumbres, ignorante e incapaz. lafundación de un Estado estructurado
Esta diferenciación, realizada des- jurídicamente bajo la forma racional-
de el código moral católico, tuvo una legal, formalmente regido por leyes
doble expresión: la exclusión étnica y abstractas y generales, instauraba, por
la exclusión espacial, acentuadas por lo menos en el orden constitucional
una presencia desigual de la iglesia en que lo fundamentaba, una sociedad
el territorio. moderna que como tal abandonaba,
Dice González'" que los procesos como principio estructurante y
evangelizadores se centraron en los legitimador del orden social, al
altiplanos, en los centros poblados y metarrelato religioso para descentrar
las ciudades, en las zonas de mayor el mundo en esferas relativamente
densidad de población y en las más autónomas, con lógicas propias, sepa-
articuladas al dominio español, de- rando el derecho de la moral y dando
jando por fuera losvalles interandinos, paso a unas representaciones colecti-
las laderas cordilleranas de "tierra vas o estructuras de conciencia
caliente" y las áreas selváticas y poco racionalizantes y universalistas.
pobladas· como la Orinoquia, la Este descentramiento de lo social,
Amazonia, el Darién y la Guajira. suponía también la escisión entre lo
Estos fueron desde entonces los privado y lo público, emancipando lo
espacios de la alteridad y la otredad público de la tutela moral de la iglesia
donde los ethos primigenios se fueron y configurándolo como un espacio
transformando a la sombra de la ex- esencialmente secularizado.
clusión, ahondando y profundizando Esta tensión entre lo tradicional
por esta vía la diversidad regional y la real y lo moderno imaginado, desata
heterogeneidad social.Ellos,vistos por un largo proceso, inconcluso aún por
la sociedad mayor como una amena- la representación de lo público, entre los
za a su propia identidad y como un defensores de un órden sacro y los

14. lbidem, p. 53.

14
impulsadores de un orden laico y das por los valores propios de la mo-
secularizado que se expresa en las dernidad y, confrontando todo el le-
luchas Iglesia-Estado durante el siglo gado hispánico desde los principios
XIXy buena parte del siglo xx. filosófico-morales del iluminismo eu-
Tal confrontación entre lo tradi- ropeo; de allí que enfatizaran en:
cionaly lo moderno tuvo una primera - la secularización de la vida social
expresión política en la configuración transladándole al Estado la potestad
lasdos corrientes partidistas: la liberal de definir los marcos de las relaciones
y la conservadora. intersubjetivas y de los individuos con
Elproyecto político conservador, el Estado, sin necesidad de las media-
definiósu perfil en tomo al metarrelato ciones sacramentales como las del
religioso, la moral católica, la autori- bautismo o el matrimonio católico.
dad de la iglesia y las representacio- - la soberanía entendida como la
nes colectivas por ella instauradas, es emancipación de la tutela eclesiástica
decir, insistió en mantener lo público y la autodeterminación política sin
como comunidad cristiana y al Estado interferencia s externas de otros pode-
recién fundado como el órgano espe- res o estados, entre ellos, el de la Santa
cializado para el control social y el Sede.
mantenimiento de las reglas morales. - la ciudadanía como condición de
El proyecto conservador se iden- existencia social y de inserción en la
tificó con la trama cultural de lo que comunidad nacional. La generaliza-
podríamos llamar la hispanidad - ción de la ciudadanía precisaba de la
manifiesta en la religión, la lengua (de descomposición de las sociedades
allí su interés por la gramática y la segmentadas y de la aceleración del
ortografía), la tradición y el orden je- proceso de individualización; de allí
rárquico estamental y segmentado, su interés por la abolición de formas
heredados del régimen colonial-o En corporativas como la esclavitud y los .
suma, el proyecto conservador defen- resguardos.
día el mundo de lo tradicional, más -la educación laica y obligatoria para
retardatario es cierto, pero mejor apun- garantizar la socialización de los ni-
talado en el ethos sociocultural y en los ños en los valores de la modernidad,
universos simbólicos de la sociedad emancipándolos también de la tutela
mayor". religiosa; en este mismo sentido iba la
El proyecto de los liberales radi- idea de libertad de imprenta.
cales por el contrario, intentaba a tra- - la diferencia entre derecho y moral
vés del metadiscurso racionalizan te, delimitando claramente las compe-
emancipar lo público, separando en tencias y diferenciando el pecado del
esferas distintas la iglesia y el Estado delito, sobre todo en el ámbito de
(losacro y lo profano), generalizando comportamientos individuales como
unas representaciones colectivas y laprostitución,elconcubinato,elaban-
unas estructuras de conciencia defini- dono del hogar, la beodez, considera-

15. URIBE, María Teresa. Op. cit., p. 33 Y ss.

15
dos inmorales por la iglesia y sancio- mente tradicional, rural y pueblerina,
nados como delito de vagancia por el anudada en formas de sociabilidad
Estado. Esta separación pasaba tam- primarias como el parentesco, el ve-
bién por la necesidad de definir un cindario, el localismo, las relaciones
pa trimonio fiscal público con carácter caudillistas y el gamonalismo".
vinculan te, separándolo de los im- La lucha por el control de la re-
puestos religiosos como el censo y el presentación de lo público entre el
diezmo que no tendrían carácter de conservadurismo y el radicalismo no
obligatoriedad pública ni sanciones logró definirse a favor de ninguno de
penales por su incumplimiento. los grupos enfrentados; la esfera pú-
Este proyecto político de los libe- blica no sería ya comunidad cristiana
rales radicales (1848-1880)fue la úni- en el sentido del orden tradicional,
ca propuesta política en Colombia pero tampoco sociedad de individuos
orientada con un sentido de moderni- libres articulados por las representa-
dad y también la única que propuso, ciones colectivas racionalizantes y
en el marco de la ética, un ideario de autónomas de la sociedad moderna.
buen ciudadano consignado en el pro- Por el contrario, lo público terminó
yecto de escuela laica (1870),es decir, escindido en dos mitades mutuamen-
un esquema de derechos, obligacio- te excluyentes y antagonizadas de cu-
nes y libertades que buscaba consoli- yas agresiones recíprocas está hecha
dar y socializar lo que Tocqueville la historia de Colombia.
llamaba las virtudes públicas". Esta escisión de lo público terminó
La corriente liberal posterior al anulando este espacio privilegiado
radicalismo, aunque conservó por al- para la formación de universos sim-
gún tiempo el espíritu secularizante, bólicos de cohesión y de identidad. En
relegó las virtudes públicas y los asun- su lugar se instauraron las de los par-
tos de la ética ciudadana a un plano tidos como representantes de comu-
muy secundario, orientándose hacia nidades imaginadas que otorgaban
unas representaciones colectivas refe- sentido de pertenencia y representa-
ridas a la libertad individual, la pro- ciones colectivas a las localidades, los
piedad privada y el progreso, deján- sujetos, los vecindarios y las regiones,
dole los asuntos de la moral, la justicia creando un sentido de nación y de
y la autoridad al partido conservador. patria que se confundía con los.parti-
Aquel proyecto de los radicales dos y se imbricaba con ellos.
chocó no solamente con la propuesta La lucha por la representación de lo
conservadora y católica sino también público propició su escisión, su fractu-
con los ethos socioculturales de la ra y su reemplazo por las dos colecti-
mayor parte de la población, es decir, vidades partidistas; éstas pasaron a
careció de anclajes en la realidad so- acotar ese espacio, a representarlo, a
cial que seguía siendo predominante- simbolizarlo. Fueron sus universos

16. BEJAR, Helena. Op. cit., p. 58 Y ss.


17. URlBE, María Teresa. Op. cii., p. 36 Y ss.

16
simbólicos y no los de la nación o del tidos, lo que condujo a la construcción
Estadolosque leotorgaron algún prin- del primero como un aparato débil,
cipio legitimador e integrador a la fragmentado y con dificultades reales
sociedad colombiana. para mantener el orden y organizar la
Esta vía tortuosa e híbrida en el vida social.
tránsito hacia la modernidad, tuvo - La debilidad de lo social y la
repercusiones de hondo calado en la sobrepolitización de los conflictos. La esci-
vida política nacional. Aquí enuncia- sión de lo público y su representación
mos las siguientes: en forma partidista, aunada a la debi-
. - Lo público sustituido y la ausencia lidad del Estado, determinó que la
de cultura política. La escisión de lo. mayor parte de los conflictos transita-
público en lo partidista no permitió ran por los canales de los partidos y se
que se transformase de manera debatieran en el espacio de lo propia-
significativaelviejoethossociocultural mente político, aunque originalmente
y que las representaciones colectivas no tuviesen dicho carácter. De allí re-
racionalizantes y universalistas, que sultarían las confrontaciones sobre-
existían objetivamente en la Cons- politizadas que ante la escisión de lo
titución y en la ley, fuesen asumidas e público se resolvían por la fuerza, la
integradas por los sujetos como parte guerra y la violencia.
de sus mentalidades o como guías Así, conflictos étnicos, vecinales,
para orientar sus acciones y sus entre localidades y regiones, inter-
comportamientos; por el contrario, la individuales, conflictos por la tierra,
identidad fue partidista y excluyente. por el control de recursos naturales y
Elantagonista político fue considerado de toda índole se politizaron y se desa-
comouna amenaza para la identidad, rrollaron en esa matriz histórico parti-
para el ser social colectivo. Este dista que sustituyó lo público en Co-
fenómeno dió paso a una mentalidad lombia".
excluyente que dificulta la con- La sobrepolitización de los con-
formación de una verdadera cultura flictos tuvo como corolario el debilita-
política. , miento de las sociabilidades y la difi-
La escisión del referente público cultad para consolidar una sociedad
no permitió la consolidación del Esta- civil fuerte y organizada. La mayor
do como "el otro generalizado" (tal parte de las organizaciones corres-
como lo concebía Durkheim)". El Es- pondientes a este ámbito (sindicatos,
tado existía formalmente en el asociaciones campesinas, gremios,
ordenamiento jurídico pero no era acciones comunales) han surgido enel
percibido así por la mayor parte de los espacio de los partidos o terminaron
sujetos sociales. Estos carecían de re- cooptados por ellos.
presentaciones colectivas para identi- - La debilidad de la ciudadanía y la
ficar la diferencia entre Estado y par- ausencia de virtudes públicas. La escisión

18, BERIAIN, [osetxo. Op. cit., p, 58 Y ss.


19. PECAUT, Daniel. Orden y violencia. Bogotá: Siglo XXI, tomo 2, 1987, p. 535.

17
de lo público y su representación par- mente mientras la sociedad colombia-
tidista no permitió que las representa- na fue predominantemente rural y
ciones colectivas de la modernidad, pueblerina, territorialmente dispersa,
como la ciudadanía y la soberanía económicamente fragmentada y
popular, tuviesen una existencia real y culturalmente desintegrada-, empie-
se instalasen en las mentalidades, en za a mostrar signos alarmantes de
los sentidos comunes y en los ethos crisis política (de legitimidad) y ética
socioculturales; en lugar de ciudada- (de valores) cuando el país entra por la
nos, este proceso crea copartidarios, senda de las grandes transformacio-
miembros de partido, clientelas, clu- nes sociales propias de la industriali-
bes políticos y otras organizaciones zación, la urbanización y la moderni-
del mismo estilo. zación, es decir, cuando las formas
A su vez, las virtudes públicas se tradicionales y los referentes espacio-
confunden con la ideología o las nece- temporales en los cuales se asentaba el
sidades del partido; en este contexto, viejo ethos, se disuelven y se descom-
ser buen ciudadano pasa a equiparar- ponen por la vorágine de la vida mo-
se con ser buen copartidario, buen "derna.
miembro de partido, ir a las urnas o
apoyar a sus "jefes naturales". No hay
un código público interiorizado y la
moral individual privada no provee 5. Los tiempos modernos en
elementos que permitan constituirlo. Colombia.Hacia la formación
Sin embargo, pese a las dificulta- de nuevas representaciones
des descritas y a las implicaciones colectivas.
políticas y éticas de estas vías de trán- Los tiempos modernos en Co-
sito entre lo tradicional y lo moderno, lombia, vertiginosos, acelerados, eri-
los partidos y sus universos simbóli- zados de cambios rápidos y profun-
cos funcionaron como los referentes dos, lograron trastocar en algo más de
de identidad a través de los cuales se treinta años la mayor parte de los
garantizaba alguna forma de legitimi- referentes concretos y vitales que sos-
dad política. Por su parte, la moral tenían a la sociedad tradicional.
católica, privada y trascendente, logró El país deja de ser rural y
ejercer control social sobre todo en el pueblerino para urbanizarse y con-
campo de lo doméstico y de las rela- centrar la mayor parte de la población
ciones intersubjetivas; ésto en el espa- en las ciudades grandes e interme-
cio de la sociedad mayor, porque las dias, todas ellas en proceso de expan-
regiones y pueblos excluidos y libra- sión y crecimiento -la explosión ur-
dos a su propia suerte constituyeron bana denominan algunos teóricos este
referentes fragmentarios y localistas fenómeno--. La industrialización dejó
que diferían y se confrontaban con lo de ser un proceso localizado en algu-
bipartidista y con la moral católica. nas regiones para convertirse en un
Este modelo de legitimidad y de sistema que subsurnió formalmente
identidad --que funcionó precaria-
..
bajo su lógica, buena parte de la es-

18
tructura económica del país, forman- ternativos, se convierten en grupos de
do una trama de intercambios y de presión de gran significación y fuerza.
mercados anudados en tomo a la for- La presencia de las masas, ese
ma abstracta del dinero. fenómeno nuevo de los tiempos mo-
La generalización y extensión de dernos, en el escenario de lo político y
los medios de comunicación de ma- de lo económico, y su correlato, los
sas, multiplicaron de manera vertigi- movimientos sociales, cívicos y ciuda-
nosa los flujos informativos, creando danos que se organizan por fuera de la
formas de integración-desintegración matriz partidista y a veces en franca
no vistas antes y multiplicando los confrontación con ella, demandan res-
universos simbólicos de una pobla- puestas y participación efectiva.
ciónhasta entonces relativamente ais- La consolidación de un movi-
lada y dispersa. miento guerrillero alternativo y susti-
La educación formal en sus dife- tutivo del orden vigente que desafia-
rentes niveles amplió en muy pocos ba con las armas a un Estado débil y
añossu cobertura, lo que produjo unas precariamente legitimado y, como
generaciones más alfabetizadas, más corolario, las sucesivas manifestacio-
informadas y con grados de escolari- nes de corrientes contraculturales
dad significativamente más altos con como el "hipismo", "los Punk", "los
relación a los períodos anteriores. A heavy metal" entre otros, conforman
esteproceso, D. Pecautlo denomina la manifestaciones políticas y culturales
revolución educativa". alternativas a la tradición.
Los cambios en los roles, en las Estas transformaciones veloces,
funciones, en las actividades y en las simultáneas y no necesariamente ar-
mentalidades de las mujeres, que tras- ticuladas o exp licables desde una lógi-
tocaronlos viejos modelos parentales, ca común a todas, trajo aquí como en
las relaciones de pareja y las intrafa- otras partes del mundo, esa sensación
miliares se llevaron de calle el mundo de inestabilidad y amenaza de disolu-
del oikos. El desarrollo económico y ción y de caos, de pérdida de las viejas
tecnológicosuplantó, a veces median- certezas y los viejos valores, de mie-
te formas agresivas, las maneras y los dos inconfesados al ver el viejo entor-
modos de consumir, de producir, de no hecho trizas. Esta vivencia de vér-
habitar, de circular y de comunicarse. tigo que hoy sentimos los colombia-
Los sectores medios en ascenso nos, como dice Marshall Berman en el
(exiguosy poco relevantes en la socie- epígrafe escogido para este trabajo,
dad tradicional), profesionalizados y nos lleva a pensar que somos los úni-
urbanos, portadores de saberes espe- cos Ylos últimos que la han padecido.
cializados y más abiertos que las vie- La desaparición de la sociedad
jas élites tradicionales a las corrientes tradicional y el advenimiento de los
mundiales del pensamiento y a la in- tiempos modernos, genera en todas
fluencia de !os discursos políticos al- partes del mundo la pérdida de refe-

20. rECAUT, Daniel. Cr6nica de dos décadas de poUtica colombiana, 1968-1988. Bogotá: Siglo XXI, 1988, p. 26.

19
rentes colectivos y las crisis éticas; sin tes y ésta se desborda y se desparrama
embargo, la forma tortuosa e híbrida sin encontrar nuevos canales y
del acceso a la modernidad en Colom- encausamientos, ni espacios para su
bia, acentúa dramáticamente sus efec- reconocimiento público.
tos en dos grandes campos: el de la Vivimos los tiempos modernos
esfera político estatal (crisis de bajo determinaciones particulares,
representatividad, de gobernabilidad, gestadas por un proceso histórico tor-
de credibilidad, de legitimidad) y en tuoso y violento que sustituyó lo pú-
la esfera de los ethos socioculturales blico por lo partidista y no generó
(ausencia de valores, vacío ético, dis- identidades de corte democrático (cul-
gregacióndel tejido social, inexistencia jura política). Aunque lo religioso no
de referentes colectivos de identidad, es ya el centro estructurante de la vida
debilidad de lo nacional); en ambas social, el proceso de secularización
esferas, el signo visible de la crisis es la está inconcluso.
violencia generalizada, desagregada, La modernidad en Colombia no
plural y difusa, que particulariza nues- es un proceso postergado sino más
tra situación y la hace más traumática bien desigualmente desarrollado e
y dolorosa. híbrido: sus canales de tránsito han
Si examinamos el carácter de las estado sembrados de obstáculos y di-
transformaciones ocurridas en Colom- ficultades. El advenimiento de los
bia en las últimas tres décadas (los tiempos modernos en Colombia se
tiempos modernos), no es difícil ob- vive bajo una forma particular de anu-
servar que la mayor parte de ellas se damiento entre aperturas y cierres, en
presentan en la trama socio-económi- unas lógicas cruzadas que pueden dar
ca, en los ámbitos complejos yparticu- cuenta de las crisis de valores y de la
lares donde los sujetos desarrollan sus descomposición del orden político.
acciones y desenvuelven sus vidas, es
decir, en los referentes concretos en
los cuales arraigaba el viejo ethos so-
ciocultural, esto es, los dispositivos de 6. Las aperturas modernas
poder tradicionales y los mecanismos Asistimos al descentramiento de
de control eclesiástico y partidista. lo social; lo religioso ya no' es el ele-
Como consecuencia, las localida- mento estructurante del universo sim-
des, los vecindarios, las parentelas, los bólico de los colombianos, ya no lo
caudillismos tradicionales, la familia monopoliza. No es ésta una sociedad
extensa y la educación confesional, los confesional y algunas esferas se han
tiempos y los territorios, se trastocan o autonomizado de la tutela religiosa.
se disuelven y la iglesia y los partidos La ciencia, la tecnología y los saberes
tradicionales, anudados en esas redes se rigen ahora por sus propias reglas y
primarias, empiezan a perder pie, ca- métodos de fundamentación y cono-
pacidad de control, reconocimiento y cimiento; idéntica cosa podría decirse
autoridad social. Ya no acotan la na- del ordenamiento legal, del arte y de
ción, no logran encerrada en sus lími- la literatura.

20
Asistimos también a algunas for- divergencias sociales. Esta es una de
mas de secularización como aquellas las causas que precipitan la desin-
observadas en la órbita de la familia, tegraciónsocial, por cuanto se pierden
lasrelaciones sexuales y de pareja, los las viejas legitirnidades y la precaria
intercambios económicos, las relacio- representatividad del Estado, dejando
nes interindividuales y los flujos de a la deriva, tanto la disputa política,
comunicación de masas. que se desenvuelve en diversas formas
Es importante también la trans- de violencia, como el espacio de lo
formación del cronotopo; los referen- público, que sin referentes de mo-
tes territoriales han cambiado sin en- dernidad interiorizados o asumidos
contrarotros marcos de cohesión dan- desde los ethos socioculturales,
dopaso al desarraigo urbano; los tiem- termina privatizándose y convir-
pos no se guían ya por los universos tiéndose enellugar de la confrontación
simbólicos del metarrelato religioso de intereses particulares por los
sino or los requerimientos de la ro- recursos institucionales del aparato
ducción del consumo, de los flujos de Estado. Así, lo público se convierte
monetarios y e a comunicación de en una especie de tierra de nadie, de la
masas. cual se apropia aquel que tenga los
recursos de fuerza suficientes para
imponerse a los demás.
7. Los cierres de la modernidad
La modernidad ha permeado 7.2. La apropiación privada de lo
muchos de los espacios de la vida público y su uso particular por fuerzas
socialy se ha instalado con su caudal y organizaciones de muy diverso ca-
de transformaciones en la Colombia rácter, esta en relación directa con la
dehoy; sin embargo, encuentra serias secularización incompleta y las caren-
resistencias y obstáculos en la esfera cias de cultura política.
de la sociedad política y en el ámbito La existencia de lo público como
delosethos sociocul turales. Estas difi- representación colectiva en la moder-
cultades se nuclean en tres puntos nidad, está posibilitada por la secula-
específicos: lo público sustituido, la rización. Sólo una actitud laica que no
secularizaciónincompleta y la ausencia de .reconoce ninguna autoridad o norma
cultura política (referentes políticos como portadora exclusiva y excluyen-
modernos). te de verdad y de sentido, permite a
una sociedad organizarse según el
7.1. Los tiempos modernos en principio de la soberanía popular, de
Colombia encuentran lo público la ciudadanía y de la democracia".
escindido y representado por las La secularización posibilita una
estructuraspartidistas. Esto se agudiza acción consciente de la sociedad sobre
cuandolospartidos yano logran acotar sí misma y la instauración de un orden
la nación ni ser vehículos de las producido consensualmente, dejando

21. LECHNER, Norbert. "La democratización en el contexto de una cultura postmoderna". En: L~CHNER,
Norbert. Lospatios interiores de la democracia. Santiago de Chile: FLACSO, 1988, p. 116.

21
en el pasado el orden recibido y percibi- poniendo reiteradamente "cruzadas
do como herencia inmutable y de salvación nacional" para liberar a
totalizante. la sociedad de todo aquello que per-
En Colombia las relaciones en la turba el orden recibido. El miedo que
esfera político cultural se han auto- produce la inseguridad y la búsqueda
nomizado de la tutela católica pero no de certezas y de algo sólido es lo que
se han secularizado totalmente, es abre las puertas a todo tipo de
decir, siguen girando en un centro totalitarismos, de limpiezas sociales y
mítico, imaginario, totalizante y de cacería de brujas como las vividas
mesiánico, que se expresa en la caren- en el último quinquenio en Colombia.
cia de una concepción desacralizada y Pero lo más paradójico es que
totalmente laica de la política. En el incluso los movimientos de tipo polí-
mundo del ethos sociocultural, la es- tico o militar (guerrillas) alternativos
fera de la política no se ha descentrado al bipartidismo, iluminados regular-
ni separado de su núcleo primordial mente por el calor del pensamiento
sagrado y aún soporta una carga reli- marxista -también fundador de la
giosa inmensa. modernidad Europea y copartícipe de
Esta sacralización de las relacio- todo el movimiento racionalizante y
nes políticas hace de las opciones ideo- universalizador de occidentev=-, no
lógicas principios inmutables, verda- han logrado salirse de la esfera mítica
des absolutas no interpelables ni y sacralizante, aunque sean otros sus
debatibles; las hace rígidas, intransi- dioses, sus héroes, sus relatos y sus
gentes en las negociaciones, temero- utopías mesiánicas.
sas de contaminarse con otras tenden- Estos grupos reproducen deter-
cias y creencias. Esto ha conducido a minaciones del ethos cultural sagra-
demonizar el contradictor, a conver- do, propio de las sociedades premo-
tirlo en enemigo absoluto, portador dernas, como el fundamentalismo, la
de todos los males y objeto de todos intolerancia, la rigidez en las negocia-
los señalamientos y a quien es preciso ciones, la demonización del enemigo
liquidar por la fuerza. y también el mesianismo de la socie-
En las relaciones políticas sacrali- dad socialista, vista como redención
zadas arraiga la intolerancia, la caren- de todos los males sociales, de la po-
cia de respeto por la diferencia, los breza, la ignorancia, el hambre y la
fundamentalismos y los dogmatismos explotación.
de distinto corte. La carga religiosa que conlleva
Para los defensores del orden es- esta forma de hacer política es de una
tablecido sería impensable un mundo esencia mística que motiva conductas
político plural y diverso (contamina- abnegadas, heróicas y toda una vida
do, impuro e inmoral), por ello se de sacrificio y entrega como la que se
apuntalan en las tesis de la comuni- advierte en algunos militantes de la
dad cristiana y del bien común, pro- izquierda colombiana. A su vez, esa

22. BERMAN, Marshall, Op. cit., p. 81-119.

22
visióntotalizadora, sacra y mesiánica, sentaciones colectivas acordes con el
desemboca en posiciones "no nego- mundo de hoy.
ciables" y en una práctica sectaria y El viejo ethos sociocultural per-
totalitaria. dió la capacidad de instituir de senti-
do la sociedad y el nuevo no existe
7.3. La sacralización de la política aún. De allí que la sensación que expe-
seconvierte en un obstáculo formida- rimentamos en Colombia no es preci-
ble para la transformación del ethos samente la de un mundo desencanta-
socio-cultural, para el tránsito de la do (Weber), ni la del crepúsculo de los
democracia como procedimiento for- dioses (Nietzche), sino la de un mun-
maly normativo a la democracia como do sin sentido, de un vacío ético que
forma de expresión socio-cultural, es algunos investigadores sociales como
decir, como cultura política. Francisco De Roux", han propuesto
Si bien en,Colombia la esfera del llenar con una ética laica y ciudadana,
derecho se separó de la moral y con un código mínimo de virtuaes
estableció sus propias lógicas fun- ciudadanas.
dantes tal como lo soñaba Weber,éstas
no lograron permear el sistema de
representaciones colectivas y cambiar 8. Una ética para los tiempos
las estructuras de conciencia; en este modernos
sentido, no fueron interiorizadas por De acuerdo con las reflexiones
los individuos y no han tenido la vir- anteriores, una ética para los tiempos
tualidad de servir como elementos de modernos en Colombia, tendría que
cohesión e integración social, ni como hacerse cargo de los tres problemas
guías para la acción o el com- básicos enunciados en el acápite ante-
portamiento individual y colectivo, es rior: La refundación de lo público, la
decir, no hacen parte de la cultura secularización de las relaciones políticas y
política. el desarrollo de una verdadera cultura
r Los viejos valores se fueron defi- democrática.
nitivamente con la sociedad tradicio- La alternativa para el vacío ético
nal y los correspondientes a la moder- en Colombia habría que buscarla más
nidad (la soberanía popular, la ciuda- en lo colectivo público que en las
danía, el orden producido, la seculari- individualidades privadas, más que
zación, la escisión entre el Estado y la en la moral y en el derecho, en la
sociedad civil, entre lo público y lo prácticas sociales; más que en los prin-
privado) existen sólo como formula- cipios retóricos y formalistas, en ese
cionesabstractas que no' logran insta- campo vasto y problemático de los
larse en las mentalidades, en las cos- ethos socioculturales y de la cultura
movisiones, en los imaginarios colec- política.
tivos; no hacen parte del ethos socio- Desde esta perspectiva, la moral
cultural y por eso carecemos de repre- católica es necesaria pero insuficiente
23. DE ROUX, Francisco. "Fundamentos para una ética ciudadana". En: PRCX;RAMA POR LA PAZ. Op. cit., p.
131-151.

23
para crear esos referentes colectivos en Colombia, pues, ser un buen
de identidad y se quedaría corta en el cristiano no es lo mismo que ser un
propósito de fundar un orden demo- buen ciudadano. La suma de los
crático, pluralista y tolerante hacia el hombres de bienen el mundo privado
futuro. Primero, porque ya no sería no da como resultado automático un
posible recuperarla colectivamente espacio público constituido y tampoco
como principio estructurador del or- genera procesos de cultura demo-
den social. La historia es implacable y crática.
las utopías de regreso son tan nostálgi- Los criterios morales individuali-
cas como la búsqueda de certezas en zados y sin referentes colectivos, como
los tiempos modernos. Segundo, por- de hecho ha venido ocurriendo en
que tanto para la refundación de lo Colombia en las últimas tres décadas,
público como para la gestación de una terminan por relativizarse y formar
cultura democrática sería necesario una múltitud de códigos morales para
acentuar los procesos de seculariza- el consumo de cada cual, de acuerdo
ción, o como dice Norbert Lechner, con sus preferencias individuales. Es-
aliviar la política de la carga sacra que tos códigos ya no se fundamentan a la
la acompaña". manera de la moral católica o la razón
Lo que si es posible y deseable en universalizante, sino que se justifican
\ Colombia, es la participación decidi- de acuerdo con un sistema de prefe-
da de la iglesia institucional y de los rencias individuales y asociales, es
católicos en general, en la constitución decir, opuestas a lo colectivo y a lo
del orden producido de la moderni- público.
dad, esto es, en la definición de un Sibien la modernidad, como pro-
minimun ético (referentes públicos de ceso general, pluraliza los valores y
identidad y cohesión) contribuyendo los relativiza, también le ofrece al hom-
desde su lugar, y en compañía de bre la posibilidad de construir su
otros actores sociales, a la consolida- mundo, de elegir y de optar. Esta ne-
ción de las virtudes cívicas y ciudadanas. . cesaria construcción del orden no se
Si es saludable descargar a la política logra ni desde la esfera privada ni
de sus compromisos religiosos, tam- desde la moral individual, sino en el
bién lo es el aligerar las responsabili- espacio emancipado de lo público y
dades propiamente políticas de la igle- desde el reconocimiento de lo colecti-
sia y de la fe cristiana; la ética de los vo y lo común, nucleado en torno a lo
tiempos modernos es ante todo un que podría ser una especie de código
asunto público, colectivo y una res- del buen ciudadano.
ponsabilidad política tanto de la socie- Dicho código se conforma con
dad civil como del Estado. base en mínimos referentes de identi-
Tampoco sería suficiente la dad, construidos y no recibidos, que-se
existencia de una moral individual y elaboran desde la pluralidad de valo-
privada para responder al vacío ético res, sentidos y órdenes sociales. Ellos
24. LECHNER, Norbert, "Responde la democracia a la búsqueda de certidumbre?". En: LECHNER, Norbert. Op.
cit., p. 135 Y ss.

24
no tienen la pretensión de un centro y aceptación de lo que cambia, de lo
totalizante y articulador, son asumi- mutable, de lo que no es posible asir
dos a través del consenso y el respeto de manera definitiva y menos contro-
por el disenso, sin la expectativa de su lar o monopolizar. Su construcción
permanencia eterna o su validez uni- debe estar alentada por el espíritu de la
versal,sino con el pleno conocimiento modernidad.

.- '
'r"V"', i,", 1'"

25

También podría gustarte