Está en la página 1de 2

Se considera oliguria a la eliminación inferior de 500 ml diarios de orina.

El paciente puede
referirlo como la eliminación de escasa cantidad de orina oscura. El riñón debe eliminar una carga
diaria de solutos de aproximadamente 600 mOsm y puede hacerlo en condiciones normales en
orinas con osmolaridades extremas de 60 mOsm (máxima diuresis acuosa) y 1200 mOsm (máxima
antidiuresis). Así, el volumen urinario diario puede oscilar entre 10 litros, como en la diabetes
insípida, y 500 mL aceptado como límite para la oliguria. La formación de orina es un proceso que
requiere de tres condiciones: 1.- Adecuada perfusión del riñón (nivel prerrenal), 2.- Indemnidad
estructural y funcional del parénquima (nivel renal) y 3.- Vía urinaria libre (nivel posrenal). La
oliguria siempre es una situación anormal, y su mecanismo de producción puede resultar de
interferencia en uno o mas de uno de los niveles. Asi, las causas pueden ser prerrenales, renales o
posrenales:

1. CAUSAS PRERRENALES: Son situaciones que disminuyen el flujo sanguíneo renal, como la
deshidratación por perdidas aumentadas, la insuficiencia cardiaca, el síndrome nefrótico o el
síndrome ascítico – edematoso. Si la presión arterial disminuye por debajo de los valores mínimos,
la sangre renal disminuirá dramáticamente del mismo modo que la perfusión renal. Si esto pasa,
ciertas hormonas reguladoras (adrenalina, noradrenalina y hormona antidiurética) intentarían
compensar esta situación. El efecto de la hormona antidiurética y aldosterona es incrementar la
retención de sal y agua para así mantener un volumen circulatorio mayor, así como la perfusión
renal. En consecuencia, el volumen de orina y su contenido en sodio disminuiría, pero la
osmolaridad se incrementaría. Efectos similares ocurren si el flujo sanguíneo renal se reduce
debido a una disminución en el gasto cardiaco.
2. CAUSAS RENALES: Son las lesiones agudas o crónicas que producen daño renal. Se destacan la
insuficiencia real aguda en su etapa oligurica y la insuficiencia renal crónica de cualquier etiología
en su etapa terminal. Las tres causas renales más frecuentes que podrían causar disminución de la
producción urinaria serían las siguientes:
a. Toxicidad de ciertos tipos de medicamentos: incluso cuando la perfusión renal es adecuada, los
riñones puede que no funcionen adecuadamente debido a los efectos de medicamentos
neurotóxicos. Algunos de estos medicamentos son: antibioticos aminoglucosidos,
antiinflamatorios no esteroideos, furosemida, penicilinas, contrastes radiológicos, ciclosporinas,
cefalosporinas, etc.
b. Enfermedad renal primaria: cuyas causas serian una necrosis tubular, glomerulonephritis,
pielonefritis, hipertensión, diabetes o enfermedad poliquística.
c. Necrosis aguda tubular: es la causa más frecuente en cuanto causas renales en pacientes enfermos
agudos y se debe a una hipoperfusion renal no tratada. En un paciente oligúrico con fallo renal
debido a una necrosis tubular la orina tiene una composición característica. Su osmolaridad será
similar a la del plasma debido a que los riñones tienen poco poder de concentración y hay una
pérdida de sodio.
3. CAUSAS POSRENALES: Están representadas por las alteraciones obstructivas de la via urinaria y la
absoluta anuria refleja una obstrucción en el tracto urinario. El abdomen del paciente debería ser
evaluado por si presenta una vejiga palpable, indicando retención urinaria. Algunas de las causas
de anuria absoluta son obstrucción en la sonda vesical o hipertrofia de próstata en el hombre.

Anamnesis: En un paciente capaz de comunicarse, y expresa una necesidad urgente de orinar


sugiere una obstrucción en el tracto de salida, mientras que la sed sin urgencia de orinar sugiere
una depleción de volumen. En pacientes obnubilados (y posiblemente cateterizados), una
disminución brusca del flujo de orina con normotensión sugiere oclusión del catéter (p. ej.,
causada por un coágulo o pinzamiento) o un desplazamiento, mientras que una disminución
gradual puede deberse a una necrosis tubular aguda o a una causa prerrenal.

Examen físico: Se deben controlar los signos vitales, en particular si hay hipotensión o taquicardia,
(lo que sugiere hipovolemia o sepsis) y fiebre (que sugiere sepsis). Deben buscarse signos de
infección focal e insuficiencia cardíaca. Una distensión vesical palpable indica una obstrucción en
el tracto de salida. Una orina marrón oscura sugiere mioglobinuria.

Estudios complementarios: En todo paciente cateterizado y también aquellos con conducto ileal,
es necesario asegurar la permeabilidad de la sonda mediante irrigación antes de iniciar otras
pruebas; este abordaje puede resolver el problema. En el resto de los pacientes, en muchos casos
la etiología (p. ej., shock, sepsis) es muy probable. Calcular la excreción fraccional de sodio (EFNa)
a partir de las concentraciones plasmáticas y urinarias de sodio puede ayudar a diferenciar entre el
fallo renal prerrenal y la necrosis tubular aguda utilizando la siguiente ecuación:

 Un índice de EFNa > 2% a menudo indica necrosis tubular aguda.

 Una relación EFNa < 1% generalmente indica un fallo prerrenal como deshidratación u
otras formas de azoemia prerrenal.

 Los índices de EFNa entre 1 y 2% son compatibles con necrosis tubular aguda o un fallo
renal o prerrenal.

Tratamiento: El tratamiento dependerá de la causa, por lo que

Tratamiento si la causa es pre-renal: Cuando la oliguria se debe a una caída en la presión arterial,
disminución del gasto cardiaco y por tanto flujo renal, es reversible con el tratamiento adecuado y
reconociendo esta situación precozmente.

El tratamiento inicial consiste en administrar fluidoterapia al paciente con un bolo inicial de 500-
1000mls con evaluación de la tensión arterial y producción urinaria posteriores. A veces, no es
suficiente con dar fluidoterapia y se deberán administrar drogas como la dobutamina o
noradrenalina.

Tratamiento si la causa es renal: Se debe examinar la medicación que se ha administrado


previamente al paciente. Si el paciente ha recibido drogas neurotóxicas, estas deberían ser
paradas inmediatamente.

Tratamiento si la causa es post-renal: Si la vejiga es palpable en el abdomen del paciente, ante un


paciente con sonda vesical, se debería comprobar si la sonda tiene obstrucción. Ante un paciente que no
tiene sonda, se indica insertar una para vaciar la vejiga.

En el caso de que la sonda este obstruida. Se debe comprobar la permeabilidad de la misma insertando agua
estéril o cambiando la sonda por una nueva. Si es necesario, se puede realizar una radiografía de los riñones
y la vejiga. En el paciente con hipertrofia prostática, esta debería ser excluida realizando un tacto rectal.

También podría gustarte