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Evaluación Del Curso - Cierre Del Proceso
Evaluación Del Curso - Cierre Del Proceso
CÓDIGO: 2234857
GRUPO: 100003 - 99
PSICOLOGIA
TUTORA
IBAGUÉ – TOLIMA
MAYO DE 2017
INTRODUCCION
Quererse a uno mismo no es señal de egoísmo, sino de una persona emocionalmente sana, con
capacidad para relacionarse, y sentirse bien contigo mismo. No sólo con los demás, si no con
nuestro propio ser. La baja autoestima es un problema que nos impide realizarnos, y hacer
muchas de las cosas que quisiéramos. Nuestros padres nos han educado en la falsa modestia, en
no decir lo que valemos, porque esto se identifica con el egoísmo. Pero es fundamental tener una
autoestima alta para poder ser más felices y que nuestra mente esté sana.
También debemos tener en cuenta que la manera en que nos tratan los demás es el fiel reflejo de
cómo nos tratamos Nosotros mismos. Por eso, es necesario que aprendamos a tener un buen
concepto de Nosotros, y que a la vez, seamos realistas, porque deben verse los defectos y las
virtudes.
Redactar un ensayo sobre el amor a sí mismo y el amor hacia los demás, como condición
El amor a sí mismo es el sitio de partida desde el cual una persona localiza el propio respeto a sí
mismo y en virtud de ese respeto y bienestar se relaciona con el prójimo. Pensamos y decimos
que es necesario amarse a sí mismo como el opuesto al desprecio de sí mismo, es decir, cuando
no nos valoramos suficientemente, pensamos que somos poca cosa, y en general, nos sentimos
hundidos.
¿Dónde erradica esta necesidad de hallar respeto y satisfacción con uno mismo?
El ego es nuestro yo interior que nos reclama más en la vida, una suerte de instinto de
conservación crecido, que ambiciona y desea aquellas cosas que percibe como buenas. Ante la
carencia de las mismas surge un vacío que sirve de alimento de desánimos, insatisfacciones,
depresiones. Y es que el hecho de ambicionar algo ocasiona como mínimo la conciencia de una
carencia -somos conscientes que nos falta “algo” – que en el mejor de los casos se suple con “la
esperanza de algún día alcanzar lo que se pretende” y en el peor de los casos con una funesta
desesperanza o resignación.
Vivimos en una sociedad de consumo donde incluso el amor se ha convertido en un bien más que
puede ser “comprado”. Hoy día muchas “redes sociales” de internet se venden así; “entra, paga y
encuentra el amor de tu vida”. Así pues nuestra sociedad y los valores que la conforman son
ideales para crear personas frustradas que no alcanzan el modelo ideal de vida que nos venden los
El contrapeso al vacío que sentimos es el buscar el reconocimiento interior de que somos valiosos
y que merecemos lo mejor. Sin embargo como todo en esta vida, los extremos son peligrosos y si
la insatisfacción con lo que es uno mismo no representa sino un mal que tiene su raíz en el
egoísmo de la misma manera el amor por nosotros mismos acaba convirtiéndose igualmente en
otra enfermedad del egoísmo con otros síntomas y otros efectos negativos.
El principal problema del amarse a uno mismo estriba en que de entrada plantea una actitud
interior que tiene igualmente al ego como foco principal. Igual que una persona con baja
autoestima se mira a sí mismo y extrae su baja consideración sobre lo que es, quien se considera
posee una autoestima elevada, o incluso simplemente adecuada, parte de ese mismo enfoque
interior que estriba en tener una visión interior de lo que uno es, que en este caso resulta ser algo
satisfactorio.
Es obvio que es mejor sentirse bien antes que estar deprimido, pero sucede que la egolatría no
procura la felicidad. Como nuestro naufrago, sucede que en ambos casos estamos asidos al
mismo madero, que es el ego, lo único que cambia es si el oleaje parece que nos va arrastrar al
cual estamos asidos es nuestra tabla de salvación y al él nos aferramos hercúleamente para
conservar la vida.
El amor por uno mismo tiene una muy considerable influencia en cómo nos relacionamos con los
demás. El trato con las personas, familia, amistades, conocidos generan roces; el amor por uno
mismo frecuentemente tropieza con el amor por los demás. De hecho el amor por uno mismo no
es sino una manifestación del egoísmo que es la antítesis del amor, donde existe el uno no puede
existir el otro y estamos hechos para amar- que frase tan fácil de escribir pero tan difícil de
entender-.
CONCLUSIONES
El aprecio por uno mismo choca frontalmente con todos los caminos que llevan al amor porque
fomenta, en mayor o menor medida, la vanidad, el orgullo, la soberbia nos llena de arrogancia.
Incluso puede ser mucho peor; la egolatría nos lleva de la mano a analizar con lupa el ver cómo
nos trata la gente, desarrollando una sensibilidad que exige respeto, cariño, dedicación, en un