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Una visión alternativa heterodoxa-clásica de la competitividad

entre economías y el tipo de cambio real


By Billy Josué Jiménez Díaz

Los teóricos promotores de la liberalización del comercio internacional se han


sustentado en el argumento, muy general en la jerga económica, referente a que es
el libre comercio el cual induce generar desarrollo económico de todas las naciones,
incluidas aquellas economías en vías de desarrollo las cuales pudieran manifestar
un colosal retraso en su sistema productivo. De esta manera, se afirma que el libre
comercio es el camino por el cual todos los países compiten para obtener un posible
beneficio, tales cuales: mejorar la distribución de bienes y recursos, mejorar el
desempeño de las tasas de crecimiento de su producto interno bruto, diversificar
productos (aminorar costos de producción), mejorar los niveles de consumo,
preservar el poder adquisitivo de la moneda doméstica, preservar el bienestar
económico y social, focalizar ganancias atractivas para el capital foráneo en línea
con el margen de salarios reales a nivel global, mantener saludable el saldo de la
balanza comercial en virtud de preservar el pleno empleo en aras de los flujos
comerciales.1

La base pragmática de los beneficios del libre comercio se fundamenta en la teoría


convencional del comercio internacional, sustentada en la ventaja comparativa, en
la modalidad ricardiana y/o en las múltiples versiones de carácter neoclásico,
modelo de Heckscher Ohlin Samuelson, enfoque de la paridad de poder de compra
determínate de la tasa cambiaria nominal, además de considerar los aditamentos
monetarios.

1
Por ejemplo, Mike Moore, ex-director de la OMC, señala que “la forma más segura de hacer más para ayudar a los pobres
es seguir abriendo mercados” (Rodrik, 2001:7). Uno de los autores cuyos numerosos trabajos defienden el papel positivo
de la liberalización y el libre comercio para el desarrollo es Bhagwati (2007; 1998),
La teoría tradicional sustentada en la vertiente de Ricardo, Heckscher Ohlin
Samuelson y demás vertientes neoclásicas, estima que el proceso de liberalización
comercial puede inducirá no gestar los beneficios que en teoría deberían alcanzar
los países en escala internacional, en un entorno de corto y de largo plazo. No
obstante, los fundamentos de la teoría convencional del comercio internacional
instituyen a negar que, a largo plazo, la liberalización comercial y de capital es
perjudicial en mayor medida en economías de lento desarrollo y crecimiento
económico. En otras palabras, lo que enuncia la teoría tradicional del comercio
internacional es negar que los países en su mayoría en vías de desarrollo se vean
afectados en su desempeño económico con repercusiones negativas y recurrentes
hacia el largo plazo, en su mayoría son: fluctuaciones recurrentes es su tasa
cambiaria real con tendencia a la subvaloración, rezago de diferentes ramas de
producción domésticas( perdidas de numerosos empleos), persistentes déficits en
balanza comercial y recurrentes crisis financieras- económicas (pérdida de poder
adquisitivo y de bienestar).

La teoría neoclásica del comercio internacional manifiesta un marco prominente de


resultados favorables en virtud de la liberalización comercial, divisada sobre:
a) La tasación, la cual establece que, en razón de la liberalización del comercio,
son los mecanismos del libre mercado los cuales inducen a que todas las
naciones puedan orientar y especializar su sistema productivo y poder
dinamizar su producto exportable. En este tenor, preservar el equilibrio en su
balanza de comercio.
b) La teoría de la ventaja comparativa establece que en razón de que los países
puedan potenciar su comercio con el exterior y de forma puedan alcanzar los
beneficios que el libre comercio ofrece, estos no requieren de tener un acervo
tecnológico sólido y tampoco competir vía diferenciación de productos
(menor margen precios/costos en diversos bienes). Ni mucho menos, que
deban operar con supremacía sus procesos de formación de innovación y
tecnología. De forma general, los modelos de ventaja comparativa
establecen que los mecanismos monetaristas se constituirán de manera
automática en función de los flujos que promueve el libre comercio en función
de conseguir un estado estacionario del comercio, con una tasa de pleno
empleo, de las economías implicadas, por lo que se elimina cualquier
casualidad, de que alguna economía se ha expulsado del comercio a nivel
global en un contexto de largo plazo, en líneas, que no se ha competente
para los flujos comerciales como vendedor a escala internacional.
c) La exegesis que enuncia que una vez instaurado el libre comercio, los
mecanismos monetarios operantes imposibilitan que las economías inclusive
aquellas atrasadas o con recurrentes desventajas comparativas a nivel
internacional, manifestaran recurrentes subvaloraciones en su relación
cambiaria real. Por lo tanto, esta teoría neoclásica afirma que elimina
cualquier posibilidad en la cual las economías enfrenten recurrentes
fluctuaciones en su divisa real (apreciaciones-depreciaciones reales), las
cuales posicionen y/o erosionen los bienes domésticos a nivel global y que
con ello se pueda maniobrar la competitividad del comercio de un país.

Autores como Anwar Shaikh (1998, 1999 y 2003, 2010 y 2016) y Martínez (2010)
han manifestado sus criticas entorno a los principales planteamientos que estableen
los modelos de la ventaja comparativa y de esta manera en sus escritos han
presentado una teoría que establece a las ventajas absolutas de costos en la malla
teórica de los economistas clásicos (Marx, Ricardo, Harrow). En este sentido se da
pie a una nueva alternativa heterodoxa- clásica para entender la competitividad y
los movimientos cambiarios entre país en la actualidad.
En la teoría de la ventaja comparativa en su versión clásica se establece que las
desigualdades en el desarrollo productivo de las economías se vinculan a ventajas
comparativas (costos unitarios de producción a nivel inter-industrial) las cuales
inducen a promover la volatilidad en el saldo comercial a nivel global en un entorno
de liberalización comercial. Por lo que, son los factores estructurales vinculados al
dinamismo de la competencia “versión heterodoxa” en el contexto global,
restringirán a los desequilibrios comerciales. De esta manera todos aquellos países
que mantenga un influjo persistente de capitales y que posean ventajas en torno a
menores costos laborales unitarios (CLU) en un ambiente de mayor diversidad
relativo a sus ramas de producción se posicionarán como reguladores permanentes
e impondrán sus bienes a sus competidores comerciales mejorando con ello su
saldo en balanza comercial.

La ventaja absoluta en su versión moderna establece que los mecanismos


monetarios actuales en función en el entorno global no tienen similitudes con los
propuestos por la ventaja comparativa, en razón a mantener el equilibrio comercial,
en contraste tienden a promover movimientos de capital que inducen a
desequilibrios de tipo comerciales vinculados principalmente a desventajas
competitivas. En términos de Shaikh, la liberalización comercial en el entorno global
no establece mecanismos que aminoren o equilibren los potenciales desajustes de
costos y productivos entre diversas economías que comercializan.2

El dinámica de coyuntura de la tasa cambiaria real de una economía en relación a


sus principales competidores comerciales, al visualizarse como un precio relativo
medio, se encuentra en lo particular restringida a la competencia real, intra/inter
sectorial y que se vincula a teoría de precios de la producción, capitalistas globales
reguladores y domésticos, en este sentido ejerce presión sobre la senda de los
precios.3 Por otro lado, los flujos financieros mundiales intervienen en esa senda ,
pero no se promueven en estos.

Los posibles resultados que establece la teoría de la competencia moderna a la


Shaikh es que la disputa competitiva, en línea con los aditamentos monetarios no
erradican el desequilibrio en la balanza comercial, y de esta manera, la actividad
cambiaria real a largo plazo, se mantendrá en secuencia de los movimientos de los
precios relativos de producción del capitalista líder y regulador a escala

2
Los influjos financieros y de capital que suelen aparecer de manera paralela al déficit comercial y que lo financian, pueden
contribuir a acentuar la apreciación cambiaria nominal y, por lo tanto, profundizar la apreciación del tipo de cambio real.
3
De manera simplificada, se puede afirmar que tanto Shaikh (1998, 1999, 2010 y 2016) se fundamenta en estricto sentido,
en línea con Marx, que los precios de producción regulan los de mercado, mientras que el valor, las cantidades de tiempo
de trabajo socialmente necesario controla a los precios relativos.
internacional. Es entonces que hoy en día la operación de los costos unitarios reales
o costos laborales unitarios inducen a enumerar posibles determinantes de la
volatilidad del tipo de cambio real en largo plazo. Por lo tanto, en la versión
heterodoxa, el equilibrio en la balanza comercial no es sinónimo de control de la
relación cambiaria real. Así mismo, tampoco se vincula a procesos proteccionistas
o de cualquier otro relativo a economías con lento crecimiento (arbitrariedades
comerciales).

En virtud de la teoría clásica-heterodoxa se pueden explicar que en el contexto


actual con, liberalización y regulación financiera y económica, en el caso de aquellas
economías de lento desarrollo económico y financiero están a expensas de
manifestar recurrentes desequilibrios comerciales, ciclos fluctuantes de su tipo de
cambio real con tendencia hacia la apreciación y con ello el encarecimiento de sus
bienes domésticos en la coyuntura, asimismo que experimente mayores nivel de
deuda externa y crisis cambiarias y de balanza de pagos.
Desde la perspectiva del presente trabajo, se considera que la teoría heterodoxa
moderna de las ventajas absolutas de costos, desarrollada por A. Shaikh y Martínez
F., entre otros, permite una mejor compresión de las dinámicas reales del comercio
internacional y de los tipos de cambio real, sobre todo para las realidades de los
países capitalistas subdesarrollados en sus relaciones con países más avanzados
económicamente.
Bibliografía

Dornbusch, R. 1988. “Real exchange rates and macroeconomics: a selective


survey”, NBER Working Paper No. 2775, Cambridge, MA.Japan”, Working
Paper N° 250, Nueva York, The Jerome Levy Economic Institute of Bard
College disponible en línea (http://www.levy.org/vauth.aspx?auth=246)
[accesado el día 18 de enero de 2008].
Martinez-Hernandez, F.A. 2010. “An alternative theory of real exchange rate
determination: theory and empirical evidence for the Mexican economy,
1970–2004”, Investigación Económica, LXIX(273): 55–84.Perspectives for
the European debate, Londres, Routledge, págs. 78-101.
Ruiz-Nápoles, P. (2001), “Exchange rate and competitiveness”, en Puchet, M. y
Punzo, L., Beyond NAFTA.
Shaikh, A. (2000), “Los tipos de cambio reales y los movimientos internacionales de
capital” en Guerrero, D., (ed.), Macroeconomía y Crisis Mundial, Madrid,
Editorial Trotta.

Shaikh, A. y R. Antonopoulos (1998), “Explaining long term exchange rate behavior


in the United Stated and Japan” Macroeconomics 9809011, University Library of
Munich, Germany.

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