Está en la página 1de 5

GRUPO DE DOCENTES BILINGUES FENAME-IMBABURA

Otavalo – Ecuador

NOMBRE DEL PROYECTO:

CURSO ONLINE DE KICHWA INTERMEDIO


PARA DOCENTES HISPANOS Y BILINGÜES DE
LA ZONA 1.

Shuk kichwa runa nishka mana kichwata

Rimakka mana kichwachu runa kan..

Un campesino sin campo no tiene sentido..

RESPONSABLE DEL PROYECTO:

GRUPO DE DOCENTES KICHWAS FENAME-IMBABURA

OTAVALO, 2021

GRUPO DE DOCENTES BILINGUES

FENAME-IMBABURA
El origen del kichwa

Antigua lengua hablada por los Incas -cuyo significado es «Lengua de Hombres»- que
fue introducida por éstos en todos los pueblos conquistados.

“La lengua quichua fue traída por los incas, por ellos fue impuesta a los vencidos; por
ellos fue generalizada en las provincias conquistadas. Más tarde, los sacerdotes
católicos no solo la propagaron y difundieron, sino que autoritativamente la
convirtieron en lengua general y obligatoria para los indios” (González Suárez).

Esta nacionalidad está asentada a lo largo de la sierra ecuatoriana, inclusive en otras


regiones del Ecuador, debido a los movimientos migratorios que realizan los diferentes
pueblos que la componen. Sus asentamientos poblacionales van desde: la provincia del
Carchi donde se asentaron los pueblos conocidos como Pastos; en la provincia de
Imbabura coexisten 4 pueblos: Otavalos, Karanquis, Natabuelas y Kayambis; en
Pichincha el pueblo Kitucara; en la provincia de Cotopaxi se asientan el pueblo Panzaleo;
en la provincia de Tungurahua están asentados los pueblos: Chibuelos, Salasacas y
Kisapinchas; en la provincia de Bolívar esta asentados el pueblo Waranka; en la provincia
de Chimborazo, los Puruháes; en las provincias del Cañar y el Azuay el pueblo Kañari;
en la provincia de Loja los pueblos Saraguros y Paltas.

Los Kichwas de la sierra ecuatoriana están vinculados por el idioma kichwa, por un
territorio que se les fue desapropiado en tiempos de la colonia española, por una misma
cosmovisión en relación al territorio y al universo, por los vínculos comerciales que
existían antes de la venida de los españoles.

Relatos históricos.

Hablar de la historia de los pueblos acuñados actualmente en la gran nacionalidad


Kichwa de la sierra ecuatoriana, es remontarse a tiempos inmemoriales, donde estos
pueblos organizados en señoríos étnicos y en confederaciones desarrollaban una cultura
basada en la propiedad comunitaria y en el principio de reciprocidad, desarrollo que no
solo fue truncado a la llegada de los españoles (1492), como nos cuentan comúnmente
los libros de enseñanza escolar y secundaria; el desarrollo de esta cultura fue violentada,
mediante el sometimiento de su población y de sus instituciones organizativas a una nueva
forma de producción, donde la propiedad de los territorios que pertenecían a estos
pueblos, pasaban a ser de absoluta propiedad de la monarquía y de particulares españoles,
donde los conocimientos agrícolas íntimamente unidos a conocimientos astrológicos,
donde los conocimientos medicinales y arquitectónicos, fueron por una parte anulados y
por otra, utilizados sin el reconocimiento al pueblo que forjó históricamente
ese conocimiento, eliminando su presencia en el quehacer cultural del nuevo orden social,
orden que estaba bajo los intereses del estado colonial español.

En relación a los territorios, estos fueron desapropiados, fueron fraccionados,


favoreciendo y facilitando así la imposición de una nueva forma de vida que venía con
los conquistadores españoles. Para cumplir con este objetivo colonial, se obligó a los
pueblos Kichwas a moverse de sus territorios originales a lo largo de América del Sur,
logrando así controlar cualquier tipo de sublevación, sometiendo a estos pueblos al
trabajo obligatorio en las minas, en los obrajes, en las construcciones de carreteras,
edificación de las ciudades coloniales y en las encomiendas. Trabajo obligatorio que se
lo realizaba en condiciones infrahumanas. El trabajo en las minas significó para los
indígenas varones de 18 a 50 años la muerte misma, sometidos a condiciones
infrahumanas y a la falta de alimentos, muy pocos de ellos regresaban, después de cumplir
con el trabajo obligatorio dictaminado por su encomendero.

Encomienda, punto de articulación y de reproducción de la sociedad colonial, medio que


permitió controlar el trabajo indígena, el cumplimiento del pago de tributos por parte de
las comunidades indígenas, organizando la producción agropecuaria-artesanal, el control
y dominación ideológica (evangelización) sobre los pueblos dominados, donde el papel
de la iglesia fue fundamental. Obrajes, trabajo obligatorio que en su mayoría estaba
dirigido a las mujeres, quienes migraban a los centros de producción textil, en calidad de
mitayos; trabajo que al igual que en las minas, se lo realizaba en condiciones de
insalubridad provocando la muerte de muchas indígenas.

Construcciones de carreteras y edificaciones de las ciudades españoles en territorios


coloniales en América, este trabajo permitió a los indígenas dejar plasmado el
conocimiento arquitectónico en las carreteras y en las edificaciones basadas en tapiales,
dejar en las iglesias plasmado su relación con los naturales que formaban parte de sus
rituales cósmicos como el sol la luna, el maíz, etc., oportunidad que a muchos les costo
la vida. Hablando figurativamente, el encuentro con la sociedad monárquica española
significó para los pueblos indígenas, el inicio de una noche larga y eterna, sin presencia
del sol y de la luna.

Condiciones que en 1810 a 1830, tiempos de la independencia de las colonias del dominio
español, no cambiaron en nada las circunstancias de explotación y sometimiento de estos
pueblos, de la misma manera podríamos decir, que no significó nada para estos pueblos
los 70 primeros años de Republica ecuatoriana, aun se sometía a estos pueblos por medio
del concertaje. Es a partir de la revolución liberal, realizada el 5 de julio de 1895, en
donde muchos indígenas participaron de forma activa, que se produjeron cambios
importantes en la legislación referente a la tierra y a la situación de los indígenas; se
eliminó el concertaje, la prisión por deudas, se eliminó la intervención de la iglesia en
cuestiones del estado y se desapropió las grandes haciendas de propiedad de la iglesia
para convertirlas en propiedad pública.

Estos cambios, en especial la eliminación del concertaje, provocó la liberación de la


fuerza de trabajo indígena, muchos de los cuales migraron hacia la costa con el afán de
ofrecer su fuerza de trabajo, generando así relaciones salariales con los dueños de las
plantaciones, relaciones que originaron otra forma de su sujeción del trabajo indígena. El
conocido huasipungo, fue otra forma de sujeción laboral a los pueblos indígenas,
originada con la liberación del indígena del concertaje, relación
laborar que consistía en entregar un pedazo de tierra al indígena a cambio de unos días de
trabajo de éstos en la gran hacienda.

El huasipungo dio origen a dos formas de agrupamiento indígena: los huasipungueros y


los comuneros libres; los primeros situados al interior de la hacienda y los segundos
situados en los centros parroquiales, los cuales se fueron vinculando al mercado. Formas
de organización comunitarias que mantenían en su quehacer cotidiano elementos de
reciprocidad, como las costumbres propias de su cultura. En este nuevo orden de la
propiedad de la tierra, se produjo un incremento demográfico en las comunidades
indígenas, incremento que dio lugar a la migración del campo a la ciudad y a diferentes
sublevaciones que reclamaban el derecho a la tierra; luchas que para la década de los años
60, se tradujo en la primera reforma agraria, donde fueron muy pocos los huasipungueros
beneficiados.

Las décadas de los 70 y 80 significó para estos pueblos, años dedicados para la
organización, acuñados en una organización regional que garantice y direccione sus
luchas, la ECUARUNARI. El nivel de conciencia y organización creció a la par de los
levantamientos por el reconocimiento de estos pueblos.

Conocer el que hacer de cada uno de estos pueblos es importante para quienes somos
parte de esta diversidad cultural, conocimientos que tienen como objetivo formar en cada
uno de nosotros, ciudadanos del Ecuador, un ser intercultural, interculturalidad que solo
es posible si sabemos reconocer nuestra cultura y conociendo las distintas culturas que
nos rodean y coexisten con nosotros. Por ello y por qué cada uno de estos pueblos tiene
sus propias formas de hacer y recrear la vida hemos visto necesario estudiar a cada uno
de ellos.

También podría gustarte