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General de Ejército,
Magíster en Gestión de Negocios Internacionales, realizado en la Cristián Le Dantec Gallardo
Universidad Gabriela Mistral. Magíster en “Ciencias Militares”, Guillermo Abarca Ugarte
con mención en “Planificación y Gestión Estratégica”. Alumno
del Doctorado Estudios Americanos, mención Relaciones Agustín Toro Dávila
Internacionales del Instituto de Estudios Avanzados de la
Universidad de Santiago.
8 Juan Guillermo Toro Dávila COLECCIÓN DE
Martín Pérez Le-Fort INVESTIGACIONES ANEPE
OPERACIONES DE PAZ:
TRES VISIONES FUNDADAS
Edita ANEPE
ISBN. 978-956-8478-12-4
(Volumen 8)
ISBN: 978-956-8478-00-1
(Obra completa Colección Investigaciones ANEPE)
Impreso en los talleres de Alfabeta Artes Gráficas que solo actúa como impresor
Derechos Reservados
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en aparente contradicción. En esta perspectiva, resulta fundamental contar
con un marco de referencia teórico que oriente el actuar del Estado en esta
materia, de manera permanente y en una forma que trascienda a determinada
Administración. Por otra parte, uno de los aspectos más complejos de las
Operaciones de Paz es precisamente el que dice relación con los distintos
regímenes jurídicos que se presentan en su ejecución, tanto respecto del
personal desplegado cuanto en lo que se refiere al mandato de la Misión y
que define lo que ésta está habilitada a hacer en la zona de operaciones. No
menos relevante y complejo es la aparente antinomia que se produce entre el
Principio de no Intervención, uno de los pilares del Derecho Internacional
Clásico, y la intervención humanitaria, que se justifica en términos de evitar
sufrimientos masivos a poblaciones inermes y usualmente inocentes en los
conflictos armados, sean estos de raigambre doméstica o de tipo internacio-
nal.
6
Política y en su normativa complementaria. Pero es necesario tener igual-
mente presente que la participación exitosa en misiones de este tipo eleva la
estatura y el perfil estratégico de una nación, contribuye de esa manera a
asegurar su posición en el Sistema Internacional y afianza el efecto disuasivo
de su Política de Defensa.
7
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“PARTICIPACIÓN EN OPERACIONES DE
PAZ,
CONSECUENCIAS Y LA SOBERANÍA”
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8
ÍNDICE Página
Introducción..........................................................................................................13
Consideraciones Generales.
11
Conclusiones........................................................................................................85
Anexos:..................................................................................................................89
1. Resoluciones de la Asamblea General y documen-
tos de la ONU.
2. Observancia del Derecho Internacional Humanita-
rio por las fuerzas de la ONU.
3. Participación de Chile en Operaciones de Manteni-
miento de la Paz.
Bibliografía. .......................................................................................................103
12
INTRODUCCIÓN
13
Se debe tener presente que las actuales Operaciones de Manteni-
miento de la Paz, a pesar de conservar su nombre, dista del concepto con
que fueron creadas inicialmente. Esto último debido a que los conflictos
Intra Estados en que se ha visto involucrada las Naciones Unidas en el
mantenimiento de la paz mundial, han visto modificado progresivamente su
ámbito de acción. Junto con ello, surgen los conceptos de “acciones huma-
nitarias”, “defensa de la democracia”, “acción preventiva”, los que, entran
claramente en conflicto con los principios de “soberanía y autodetermina-
ción de los pueblos”.
El Gobierno de Chile ha impulsado la participación nacional en las
Operaciones de Paz, no sólo bajo la conducción y mando de la ONU, sino
que también ampliándola a aquellas misiones autorizadas por el Consejo de
Seguridad. Para este efecto, se ha implementado una política nacional de
participación en dichas operaciones, asignándose los recursos económicos
que permiten una contribución más bien testimonial, si la comparamos con
la participación de otros países de la región y el poder nacional de Chile.
Otro aspecto significativo lo constituye la posición planteada por
los Estados Unidos respecto al Tribunal Penal Internacional (TPI), en la que
solicita inmunidad a sus tropas en todo aquello que constituye jurisdicción
de este último y no está considerado en la juridicidad de ese país. Esto tiene
una especial significación para Chile, ya que gran parte de los delitos con-
templados en la jurisdicción penal del TPI no están considerados en la legis-
lación nacional, por lo que subsidiariamente deberían ser juzgados por dicho
tribunal.
De acuerdo con lo expuesto, surgen las siguientes hipótesis, aso-
ciadas a los efectos de la participación de fuerzas en misiones de paz:
1) La participación de Chile en Operaciones de Mantenimien-
to de la Paz, en el marco de las Naciones Unidas y
multilaterales, implica un cambio en la Política Exterior del
país.
2) La incompatibilidad de la legislación interna y la internacio-
nal vigente que emplea el Tribunal Penal Internacional, ten-
drá consecuencias para el personal civil o militar que parti-
cipe en estas operaciones.
El objetivo genérico para este trabajo, determinado por la Academia
Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, es:
“Determinar cómo la situación internacional afecta el empleo de las
Fuerzas Armadas de Chile en su participación en crisis internacionales y en
misiones de paz de Naciones Unidas, y lo anterior, en relación con el princi-
14
pio de no intervención en los asuntos internos de los estados”.1
Con el propósito de analizar el objetivo indicado, y desarrollar el
trabajo, se empleará el método cartesiano, para lo cual se desarrollarán los
siguientes puntos principales:
Inicialmente se elaborará el marco teórico, estableciendo las defini-
ciones que se emplearán para analizar conceptos fundamentales, tales como
Estado, Soberanía, Interés Nacional, Seguridad y Derecho Internacional,
entre otros, operacionalizando posteriormente dichos conceptos, a fin de
evaluar las actuales formas de ocurrencia de las Crisis Internacionales y la
histórica participación de las Fuerzas Armadas, la contradicción entre el
Principio de No Intervención en los asuntos internos de los Estados y los
actuales mandatos del Consejo de Seguridad de la ONU, bajo la perspectiva
nacional.
Posteriormente, se analizará genéricamente la evolución de la parti-
cipación de las fuerzas militares en el mantenimiento de la paz, desde el
nacimiento de Naciones Unidas, hasta las actuales complejas y
multidimensionales operaciones de paz.
Además, se efectuará un estudio del marco jurídico en que se des-
envuelven las operaciones de paz para analizar las posibles consecuencias
jurídicas que tendría para el personal nacional, sea este civil o militar, su
participación en este tipo de operaciones, bajo las normas del Derecho Inter-
nacional Humanitario y el Tribunal Penal Internacional.
Finalmente, se estableceran conclusiones respecto de las materias
antes enunciadas, a fin de comprobar la hipótesis planteada en, el presente
trabajo de investigación.
1
Bases del Concurso de Investigación de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos
y Ministerio de Defensa Nacional, 2002; en www.anepe.cl
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CAPÍTULO I
CONSIDERACIONES GENERALES
MARCO TEÓRICO
1. ESTADO
2 SILVA Bascuñan, Alejandro; “Derecho Político: ensayo de una síntesis”; Editorial Jurídica de
Chile; Santiago; 1980.
3 BENADAVA, Santiago; “Derecho Internacional Público”; Editorial Jurídica de Chile; Santiago,
2ª edición; 1982.
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2. ESTADO DE DERECHO
3. INTERÉS NACIONAL
6 STRANGE, Susan “The retreat of the State”, Cambridge University Press. 1996.
7 NOGUEIRA, Humberto y CUMPLIDO, Francisco; “Derecho Político: introducción a la política
y teoría del Estado”; Cuadernos Universitarios, Universidad Nacional Andrés Bello; Santiago;
1987.
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Por otra parte, los elementos variables que se deben considerar, sin
excluir a otros, son: la ideología política del gobierno del momento; las rela-
ciones de poder en el contexto regional, continental y mundial; el grado de
utilización de los recursos naturales; el desarrollo tecnológico; la economía;
y los actores de la política como son: los personajes políticos con influencia
nacional, la opinión pública, los grupos de presión, los partidos políticos y
los medios de comunicación social. Además, se deben considerar entre otros
el interés de los actores intra-nacionales que actúan en el ámbito interno del
Estado y por los actores extra-nacionales que actúan o tienen influencia en
el mismo ámbito interno.9
8 MORGENTHAU, Hans. Política entre las naciones. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos
Aires. 1986.
9 DALLANEGRA Pedraza; Luis; “El Orden Mundial del Siglo XXI”; Ediciones de la Universidad;
Buenos Aires; 1998.
10 PONS, Luis Alberto. Claves del siglo XX. Editorial Dunken. Buenos Aires. 2000.
11 MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL. Op. Cit.
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4. SOBERANÍA Y AUTONOMÍA
12 Russell, Roberto y Tokatlian, Juan Gabriel. “Globalización y Autonomía: una visión desde el
Cono Sur “: Universidad Torcuato Di Tella. Julio 2000.
13 Krasner, Stephen. “Soberanía: hipocresía organizada”. Ediciones Paidos Ibérica S.A. España.
2001
14 Russell, Roberto y Tokatlian, Juan Gabriel. “Globalización y Autonomía..#”. Op. cit.
15 Wendt, Alexander. “Social Theory of International Politics”. Cambridge University Press. 1999.
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Son numerosos los autores que se suman a las críticas que se for-
mulan en contra de la llamada doctrina de la soberanía. Los más radicales
rechazan incluso el uso de dicho concepto, pero la mayoría apuntan sus
dardos al contenido del mismo, por considerarlo incompatible con una
concepción del Estado de Derecho, con la concepción de una organiza-
ción jurídica internacional, con el federalismo y con el pleno desarrollo de
las asociaciones interiores.
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5. SEGURIDAD
22 WOLFERS, Arnold.
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La idea de que existen derechos del hombre que se afirman más allá de
toda ley, orden o autoridad, se remonta a la antigüedad. En el plano filosófi-
co, subyace a ella la afirmación de que hay derechos que emanan de la
naturaleza humana.
28 Väyrynen, Raimo; «The United Nations and the Resolution of International Conflicts», en Richard
Falk et. al. The United Nations and a Just World Order, Westview Press, Boulder, 1991.
29 Ministerio de Defensa Español. En www.mde.es/mde/index.htm 15 diciembre 2003.
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ser humano que el Estado está en el deber de respetar y proteger, las encon-
tramos en la Revolución Norteamericana al sostener en su Declaración de
Independencia «como verdades evidentes que todos los hombres nacen y
que están dotados por su creador de ciertos derechos inalienables, entre los
cuales se cuenta el derecho a la vida, a la libertad y al alcance de la felicidad»;
y, posteriormente, en la Declaración de Derechos del Hombre francesa cuan-
do declara en su artículo 1 que «los hombres nacen y permanecen libres e
iguales en derechos», que como anticipábamos, a diferencia de las británi-
cas, no postulan derechos del pueblo, sino que reconocen derechos del
hombre, inherentes a su condición misma, de modo que las reglas conteni-
das en ellas están por encima de todo poder legislativo ordinario.
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Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
CAPÍTULO II
CONCEPTOS OPERATIVOS
1. EL ESTADO COMO ACTOR INTERNACIONAL
Como ya se mencionara anteriormente, si uno observa al sistema
mundial desde el punto de vista de los “actores”, en cuanto a cantidad y
tipo, es propio afirmar que desde el siglo XIX a la actualidad han variado. El
orden mundial del siglo XIX tenía pocos actores y eran Estados. Durante el
orden bipolar imperante en el siglo XX, la cantidad de actores estatales aún
más se duplicó, y, además, comenzó la influencia de actores transnacionales,
particularmente a partir de los ‘60. En la actualidad y hacia el siglo XXI se
podría hablar de un mundo fundamentalmente transnacional con gran canti-
dad de Estados y, en este último caso, con tendencia a la fragmentación, por
un lado, y a la convergencia en conglomerados geo-económico-comerciales,
por el otro.
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tos de la realidad, que tienen que ver con el campo económico, social,
ecológico, cultural, y forman una trama de relaciones que existe por sí misma
como una realidad “trans-fronteriza” y fuera de todo esquema territorial-
soberano.30
30 Laviña, Félix, “Los Nuevos Actores del Sistema Internacional”. Documento presentado al Seminario
Internacional sobre “Teorías de las Relaciones Internacionales desde la caída del Muro de Berlín
a nuestros días”, convocado por la Cátedra de Teoría General de las Relaciones Internacionales,
Facultad de Derecho de la Universidad de la República y el Instituto Artigas del Ministerio de
Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Uruguay, 30-31 de Julio
de 1998.
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31 SERRA, Narcis , Seguridad Internacional: Europa, Latinoamérica y el Nuevo Papel de las Fuerzas
Armadas. www.pentfundacion.org
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32 SERRA, Narcis. Seguridad Internacional: Europa, Latinoamérica y el Nuevo Papel de las Fuerzas
Armadas. Autores Español Idioma. Documento de Trabajo Nro. 002. Septiembre 2002.
33 RUSSELL, Roberto y TOKATLIAN, Juan Gabriel. Globalización y Autonomía: una visión desde
el Cono Sur. Universidad Torcuato Di Tella. Julio 2000. En http:/www.utdt.edu/cei/papers/papers
estado nación/Russell-Tokatlian.pdf .
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34 Díaz de Velasco. Manuel. Curso de Derecho Internacional público. Editorial Tecnos S.A. Tomo I.
Madrid 1963.
35 Ibid.
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37 Ibidem.
38 Bronislaw Geremek , Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, artículo publicado en la prensa,
Copyright: Project Syndicate, 12 Mayo 2003.
39 Bronislaw Geremek Ibid.
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40 “Rumsfeld, Donald. Annual Report to the President and the Congress. Washington, 2002.
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41 Serra, Narcis, Seguridad Internacional: Europa, Latinoamérica y el nuevo papel de las Fuerzas
Armadas.
42 Remiro Brotons Antonio. Derecho Internacional público. Madrid. Editorial Tecnos S.A. 1983.
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9. POSICIÓN DE CHILE
En sus relaciones con otros Estados, Chile adhiere y respeta íntegra-
mente los principios de la resolución pacífica de las controversias, a través
de mecanismos de diálogo y entendimiento, el principio de no intervención
en los asuntos internos de otros Estados, y el respeto y promoción de los
tratados y acuerdos internacionales.45
43 Ibid 4.
44 Ibid 4.
45 www.defensa.cl/paginas/public/libro/principios2.htm
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nes que contempla, según el profesor Carlos Martínez Sotomayor, los si-
guientes objetivos:
a) Culminar la recuperación de la imagen internacional de Chile sobre la
base de una respetable política de principios;
b) El desarrollo de una política económica internacional que mantenga la
apertura externa, sirva de apoyo al crecimiento y proteja nuestra auto-
nomía nacional;
c) La plena reinserción del país en la comunidad internacional, estable-
ciendo relaciones activas con todos los países del mundo y desarro-
llando nuevamente una presencia creativa en los organismos interna-
cionales;
d) El impulso de la cooperación regional y subregional en América Lati-
na; y
e) La aplicación de una nueva concepción de seguridad que fortalezca
la democracia, la cooperación y la paz en la región.
Así mismo, a los principios y valores matrices y tradicionales de su
política exterior nuestro país agrega con especial énfasis:
a) El respeto universal de los Derechos Humanos,
b) El pluralismo Ideológico en las relaciones entre Estados;
c) La vigencia de los valores democráticos;
d) La condena al Terrorismo y la Cooperación Internacional para su re-
presión, y
e) La oposición a toda forma de Racismo o Colonialismo.46
Oficialmente el Gobierno de Chile ha declarado que “La República de
Chile tiene la voluntad política de participar en operaciones de mantenimien-
to de la paz propiciadas por la ONU, considerando que la mantención y la
promoción de la paz mundial constituye uno de los objetivos de nuestra
política de defensa y también de nuestra política exterior. Más todavía cuan-
do, en un sentido integral y moderno, la propia seguridad nacional depende
de un conjunto diverso de factores, entre los cuales se cuenta la estabilidad
y la seguridad internacionales”,47 ratificado por los Decretos Supremos N’ 94
del 06.NOV.1996 y Decreto Supremo Nº 68 del 14.OCT.1999.
Sobre este mismo punto cabe destacar que con respecto a las Opera-
ciones Militares de Paz, como es de toda lógica, el Ejército posee también un
sustento jurídico del cual se derivan sus misiones, las que, al igual que las
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En cualquier caso, la política exterior del Estado de Chile está por que
se regule esta difícil ecuación entre la soberanía de los Estados y los dere-
chos humanos, en el principal organismo multilateral como son las Naciones
Unidas y con el consenso de la Asamblea General. “Para Chile, la vigencia y
el respeto a la Carta de Naciones Unidas constituyen el único marco legal
posible, la condición sine qua non, para regular la intervención humanita-
ria”.48
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52 Clase Magistral del Comandante en Jefe, General de Ejército Juan Emilio Cheyre Espinosa,
denominada “La función militar en el nuevo orden internacional: Proyecciones y desafíos”, dictada
en la Universidad San Sebastián. (Concepción, 19 de agosto del 2003).
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CAPÍTULO III
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
53 “Derecho Internacional Público”, Gamboa Serazzi, Fernando, Ed. Universidad de Talca, Talca,
1998, pág. 446.
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Los capítulos VI, VII y VIII de la Carta de las Naciones Unidas, brin-
dan el marco legal para la autoridad de la ONU sobre las Operaciones de Paz
en el terreno o el despliegue de fuerzas bajo el mando de un país, coalición u
organismo de defensa colectiva.
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Cuadro 1
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Cuadro 2
-Acuerdos.
A. Medidas provisio-
-Alto al fuego. -Bosnia
nales. Acción directa.
-Tregua. (no se cumplen).
(Art. 39 y 40)
-Cese de hostilidades.
-Boicot.
B. Medidas coercitivas
-Interrupciones -Haití.
sin uso de la fuerza.
(ferroviarias, aéreas, Id.
marítimas, diplomá- -Yugoslavia.
(Art. 41)
ticas, comerciales,
económicas).
Por su parte, el capítulo VIII se refiere a los arreglos regionales, donde orga-
nizaciones o agencias regionales asumen la misión de restablecer la paz y
seguridad mundial, dejando eso sí, expresa constancia de que cualquier
acción debe ser con la autorización del Consejo. Entre estos organismos
regionales encontramos: OCDE54, OEA55, OUA56 y la Asociación de Nacio-
nes del Sudeste de Asia.57
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Es así como las OMP deben adaptarse a esta nueva realidad, donde
ya no sólo deben actuar frente a guerras internacionales, sino también me-
diar en conflictos internos, produciéndose un importante cambio en su es-
tructura, pasando de ser operaciones de paz tradicionales, clásicas, de pri-
mera generación y realizadas durante la Guerra Fría, a operaciones de paz
modernas; de operaciones simples a operaciones complejas, de difusión
ocasional en los medios de comunicación a intenso examen de ellas por la
opinión pública, multidisciplinarias y de amplio alcance.
Por otra parte, los conflictos dejan de ser claros en sus fases, pudien-
do reiniciarse en cualquier momento, toda vez que normalmente la situación
dentro del Estado afectado varía por regiones siendo, en todo caso, lo más
destacable la participación de los medios de comunicación que transmiten a
toda la opinión publica mundial el sufrimiento humano, situación que presio-
na a los líderes mundiales a tomar medidas para remediar la situación.
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65 Artículo 17, Nº 2: Los miembros sufragarán los gastos de la Organización en la proporción que
determine la Asamblea General.
66 Bárcena Coqui, Martha. “El futuro de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz en el nuevo
contexto internacional”. Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe, Senado
de la República, México, diciembre 2001.
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Finalmente, se enfatiza y aclara que sólo son OMP las que se realizan
en el ámbito y bajo la conducción y responsabilidad de la ONU, situación
que no se da en algunos casos como el de Corea o, más recientemente,
Kosovo, Irak o Afganistán.
- Políticos y diplomáticos.
- Organismos humanitarios.
- Organismos de desarrollo.
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- Fuerzas Armadas.
- Policía Civil.
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b) Desmovilización y reintegración
Consiste en el proceso por el cual las partes involucradas en el con-
flicto disminuyen la cantidad de combatientes, normalmente están
asociadas con complejas operaciones para implementar detallados
acuerdos de paz, muy a menudo en situaciones de guerra civil.
Involucran la supervisión de la reunión y desmovilización de los ex
combatientes y proporcionan ayuda en abastecimientos de hogar o
agrícolas, junto con programas de reinserción para que los ex comba-
tientes vuelvan a la vida normal. Estos programas de desarrollo exce-
den habitualmente la duración de la OMP. Ejemplos son: Tadjikistán,
Congo y Sahara Occidental.
c) Desarme
En los casos de guerras civiles o conflictos intra-estatales, se hace
necesario recuperar el armamento en poder de las distintas facciones
a fin de evitar que resurja la violencia, normalmente, pero no siempre,
son llevadas a cabo en conjunto con funciones de desmovilización y
reintegración. Involucra la recolección o monitoreo de los desplie-
gues de armas, almacenamiento y/o destrucción de armamento livia-
no y pesado, como ejemplo están los casos de: Georgia, Tadjikistán y
el Congo.
d) Asistencia Humanitaria
Algunas operaciones se les ha dado la tarea específica de proteger la
entrega de ayuda humanitaria, tal como la entrega de alimentos y
medicinas a granel y otros servicios a grandes poblaciones, por agen-
cias de la ONU y otras organizaciones, como en Somalia y la ex Yu-
goslavia. Otras, como la UNIFIL en el Sur del Líbano, han proporcio-
nado asistencia humanitaria limitada, como ayuda en emergencias
médicas, relativas a heridas y daños causados por el combate o de-
sastres naturales a la población del área que ellos cubren, aunque
esto no era parte específica de su mandato, como en Chipre y Bosnia-
Herzegovina.
e) Asistencia Electoral
En términos de misiones de paz, esto a menudo ha significado propor-
cionar asesoría en leyes electorales, organizar y supervisar eleccio-
nes, observar las campañas electorales, votaciones, resultados de
recuentos e, incluso, la redacción de leyes electorales. Ejemplos de su
despliegue son: Sahara Occidental, Tadjikistán, Bosnia-Herzegovina
y la recientemente cumplida en la República Centro Africana.
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Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
f) Derechos Humanos
La misión de paz para cautelar el respeto a los derechos humanos ha
debido comunicarse con la población local para saber como están
siendo tratados por los miembros de gobierno, policía u otros en
posiciones de poder o autoridad, investigar y reportar las denuncias
de violaciones a los derechos humanos básicos o reportes de violen-
cia, basados en diferencias étnicas, raciales, religiosas, políticas o
sexuales. En algunas operaciones, las funciones de derechos huma-
nos también incluyen la «construcción de instituciones», y el mejora-
miento de las labores de policía y la administración de justicia, en
lugares como: Georgia, Bosnia-Herzegovina y Timor Oriental.
g) Policía Civil
Las funciones esenciales han sido: monitorear y reportar la acción de
la policía local con el proposito de incentivar el respeto a las normas
de derechos humanos, crear confianza entre grupos adversarios y/o
entre la policía y la comunidad, proporcionar asesoría técnica y entre-
namiento a servicios de policía nuevos o revitalizados, tales como en
Chipre, Sahara Occidental, Bosnia Herzegovina, Congo, Kosovo y la
recientemente cumplida en Haití.
h) Despeje de Minas Terrestres
Incluye la remoción de minas, registro y confección de mapas de
zonas minadas y establecimiento de bases de datos, organización y
conducción de campañas de educación contra minas terrestres, en-
trenamiento de equipos locales de despeje, establecimiento de escue-
las y administraciones locales para el despeje de minas, el países
como: Sahara Occidental, Georgia, Bosnia-Herzegovina y el Congo.
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Cuadro N 3
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facer el interés nacional, para lo cual se deben ponderar los costos y benefi-
cios, mediante una evaluación caso a caso, a fin de determinar: el tipo de
operación, la región, los medios a comprometer y la duración esperada, etc.
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CAPÍTULO IV
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72 Extractado del Tercer Informe sobre la participación de los Estados Americanos en los Tratados de
relevancia para el DIH y su aplicación nacional, 2002.
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- Tortura.
- Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo
forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gra-
vedad comparable.
- Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia,
fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos,
culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u
otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables
con arreglo al derecho internacional, en conexión con cual-
quier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier
crimen de la competencia de la Corte.
- Desaparición forzada de personas.
- El crimen de apartheid.
- Otros actos inhumanos de carácter similar que causen
intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente
contra la integridad física o la salud mental o física.
* Crímenes de Guerra (Art. 8)
Se consideran como parte de un plan o política o como parte de la
comisión en gran escala de tales crímenes; entendiéndose por tales
las infracciones graves a los Convenios de Ginebra de 1949 y a sus
Protocolos Adicionales de 1977, a saber:
- Matar intencionalmente.
- Someter a tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los
experimentos biológicos.
- Infligir deliberadamente grandes sufrimientos o atentar grave-
mente contra la integridad física o la salud.
- Destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada
por necesidades militares, a gran escala, ilícita y arbitrariamente.
- Obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a
prestar servicio en las fuerzas de una Potencia enemiga.
- Privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra per-
sona de sus derechos a un juicio justo e imparcial.
- Someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales.
- Tomar rehenes.
Cabe destacar, que los crímenes de guerra cometidos en caso de con-
flicto armado internacional se encuentran estipulados en los cuatro
Convenios de Ginebra y el Protocolo Adicional I, mientras que aque-
llas violaciones graves cometidas en un conflicto armado interno es-
tán previstas en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Gine-
bra y por el Protocolo Adicional II.
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de Julio de 1980.
- Estatuto de la Corte Penal Internacional (no en vigor aún) del 17 de
Julio de 1998 (Roma); mientras se encontraba en trámite legislativo
fue declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional.
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CONCLUSIONES
1. GENERALES
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2. ESPECÍFICAS
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ANEXO 1
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Cristián Le Dantec Gallardo
91
92
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
ANEXO 2
Secretaría ST/SGB/1999/13
6 de agosto de 1999
Sección 1
Ámbito de aplicación
Sección 2
93
Cristián Le Dantec Gallardo
Sección 3
Sección 4
Sección 5
5.1 La fuerza de las Naciones Unidas establecerá en todo momento una clara
distinción entre civiles y combatientes y entre objetos civiles y objetivos
militares. Las operaciones militares se dirigirán únicamente contra comba-
tientes y objetivos militares. Se prohíben los ataques contra civiles u objetos
civiles.
94
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
5.3 La fuerza de las Naciones Unidas tomará todas las precauciones posibles
para evitar, y en cualquier caso reducir al mínimo, la pérdida de vidas y las
lesiones de civiles o los daños de la propiedad civil.
5.5 Se prohíbe a la fuerza de las Naciones Unidas iniciar operaciones que por
su carácter sea probable que alcancen objetivos militares y civiles de forma
indiscriminada, así como operaciones que pueda preverse que causen pérdi-
da de vidas entre la población civil o daños a objetos civiles que sean exce-
sivos en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista.
Sección 6
6.2 La fuerza de las Naciones Unidas respetará las normas que prohíben o
restringen el uso de ciertas armas y métodos de combate en virtud de los
instrumentos pertinentes del derecho internacional humanitario. Se incluye,
en particular, la prohibición del uso de gases asfixiantes, venenosos o de
otro tipo y los métodos de guerra biológica; las balas que explotan, se expan-
den o se aplastan fácilmente en el cuerpo humano, y ciertos proyectiles
explosivos. Se prohíbe el uso de ciertas armas convencionales, como las
minas antipersonales de fragmentos indetectables, las trampas explosivas y
las armas incendiarias.
95
Cristián Le Dantec Gallardo
6.7 La fuerza de las Naciones Unidas tiene prohibido atacar, destruir, sus-
traer o inutilizar bienes indispensables para la supervivencia de la pobla-
ción civil, como productos alimenticios, cultivos, ganado en pie, suminis-
tros e instalaciones de agua potable.
Sección 7
96
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
7.3 Las mujeres serán objeto de protección especial contra todo ataque, y en
particular contra la violación, la prostitución forzada o cualquier otra forma
de atentado a su pudor.
7.4 Los niños serán objeto de respeto y serán protegidos contra todo tipo de
atentado a su pudor.
Sección 8
97
Cristián Le Dantec Gallardo
Sección 9
9.1 Los miembros de las fuerzas armadas y otras personas bajo custodia de
la fuerza de las Naciones Unidas que estén heridas o enfermas serán objeto
de respeto y protección en todas las circunstancias. Serán tratados con
humanidad y recibirán el cuidado médico y la atención que requiera su con-
dición, sin ningún tipo de distinción desfavorable. Sólo en caso de necesi-
dad de atención médica urgente se autorizará el establecimiento de priorida-
des para el tratamiento.
98
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
Sección 10
Entrada en vigor
Secretario General
99
100
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
ANEXO 3
101
Cristián Le Dantec Gallardo
102
Participación en operaciones de paz, consecuencias y la soberanía
BIBLIOGRAFÍA
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Administracào Federal e Reforma do Estado. Sao Paulo. 1998.
16. Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional: “Las misiones
de paz de la ONU”. Madrid 1996.
103
Cristián Le Dantec Gallardo
106
ANÁLISIS DEL MARCO LEGAL Y SUS
CONSECUENCIAS JURÍDICAS APLICA-
BLE A LAS OPERACIONES DE PAZ EN
QUE CHILE PARTICIPA
107
108
ÍNDICE Página
Introducción .......................................................................................................113
1.- Finalidad de la Tesis
2.- Hipótesis del Trabajo
3.- Objetivos Generales y Específicos
4.- Marco Teórico de la Tesis
4.1. En materia de Relaciones Internacionales
4.2 En materia de Instituciones y Normativa de
Derecho Internacional Público
4.3. En materia de Derecho Público Interno
110
2.- La Jurisdicción Penal Internacional
2.1. El Funcionamiento de Tribunales Internacionales Huma-
nitarios
2.2. Algunas breves líneas en torno a la Corte Penal Interna
cional
2.3. Competencia de los Tribunales Internacionales para la ex
Yugoslavia y Ruanda
A.- Estatuto del Tribunal para la ex Yugoslavia
A.1. Actual tramitación ante el Tribunal Internacional para la
ex Yugoslavia
B.- Estatuto del Tribunal para Ruanda
B.1. Actual tramitación ante el Tribunal Internacional para
Ruanda
Conclusiones y proposiciones
1.- Conclusiones
2.- Proposiciones .........................................................................207
Anexos a la tesis
I.- Entrevistas a personeros vinculados al tema de las Opera-
ciones de Paz
1.Entrevista Sra. Ministra de Defensa Nacional
................................................................................................215
2.Entrevista Sr. Jefe Departamento de Operaciones de Paz del
Estado Mayor de la Defensa Nacional
3.Entrevista Sr. Auditor del Estado Mayor de la Defensa Na-
cional
4.Entrevista Sr. Subdirector de Política Especial para las áreas
de Mantenimiento de Paz y Desarme de la Cancillería
II.- Algunos textos legales de interés
1.La Carta de Naciones Unidas
2.Texto de la Ley N° 19.067 de 1991
3.Texto de los Decretos Supremos que fijan la “Política Nacio-
nal para la participación del Estado de Chile en Operacio-
nes de Mantenimiento de Paz
3.1. Decreto Supremo N° 94 de 1996, del Ministerio de Defensa
Nacional 221
3.2. Decreto Supremo N° 68 de 1999, del Ministerio de Defensa
Nacional 224
4.Estatutos de los Tribunales Internacionales para la ex Yu-
goslavia y Ruanda
111
III.- Participación de nuestras Fuerzas Armadas en Operacio-
nes de Paz
-Ejército de Chile
-Armada de Chile
-Fuerza Aérea de Chile
Bibliografía.........................................................................................................297
112
112
INTRODUCCIÓN
1 Para los efectos del desarrollo de este trabajo, se usarán como sinónimos las expresiones
“Operaciones de Paz” y “Misiones de Paz”.
113
En la actualidad, y después de numerosos cambios cualitativos expe-
rimentados por las misiones de paz, como lo veremos en el cuerpo de esta
tesis, Chile proporciona miembros de sus Fuerzas Armadas a importantes
misiones de paz, desplegadas en escenarios estratégicamente importantes.
Bástenos recordar que el reciente envío de un numeroso contingente de
nuestro Ejército hacia Haití, formando parte de una misión internacional
compuesta también por fuerzas de Canadá, Estados Unidos y Francia, cons-
tituye una realidad de palpable inserción de Chile en el mundo, de cara a la
cooperación con la mantención de la paz en el orbe.
En este orden de ideas, y como ya lo reseñáramos, se presenta como
un problema de interés innegable el desarrollar la legislación que sirve de
sustento a nuestra participación en los escenarios internacionales. No basta
con señalar, en forma superficial, que ésta sólo se fundamenta en la normati-
va de la Carta de Naciones Unidas, toda vez que ello sería sostener una
verdad parcial. Así, junto al articulado de este tratado internacional, las
disposiciones de Derecho Interno cobran singular importancia a la hora de
hacer un recuento del marco legislativo operante en el tema.
Junto con definir lo que se entiende, en nuestro medio, por Operación
de Paz, conceptualizada como: «todo despliegue internacional de medios
civiles o militares y de orden y seguridad pública que, bajo el mando y
control de las Naciones Unidas o de un Estado o mando expresamente desig-
nado y autorizado por ésta, tiene por objeto directo contribuir a la consoli-
dación de un cese de hostilidades», nuestro país, poco a poco, ha comenza-
do a construir un entramado normativo cada vez más complejo, de modo de
sostener adecuadamente nuestra contribución con fuerzas para operacio-
nes de paz. Este conjunto de normas contempló la promulgación de un docu-
mento titulado «Política Nacional para la Participación del Estado Chileno
en Operaciones de Paz», que constituye una verdadera Declaración de Prin-
cipios del Estado de Chile en torno al tema y que, en una primera versión, vio
la luz en el año 1996, siendo complementado posteriormente en el año 1999.
Junto a esta Política Nacional, comenzaron a tomar vida algunos organismos
de apoyo, asesoramiento e instrucción en el área de las operaciones de paz
que, conforme pasa el tiempo, adquieren cada vez mayor importancia y
protagonismo.
La legislación precedente debe ser necesariamente complementada
por otra normativa vigente, de anterior data, que regula aspectos tan diver-
sos como la salida de tropas chilenas al extranjero como aquella que se
ocupa de determinar las disposiciones aplicables al contingente nacional
que se desempeña en territorio foráneo.
114
Siguiendo los términos del prestigioso ensayo de Humberto Eco,
«Cómo se hace una Tesis», calificamos este trabajo de «monográfico», en el
entendido que está destinado a tratar un solo tema o área de investigación,
a diferencia de las tesis «panorámicas», en donde el autor pretende abordar
cuestiones sumamente amplias, de difícil delimitación temática. Esto último
es perfectamente posible que ocurra en esta área de las Operaciones de Paz,
atendido que el tema, por la amplitud de sus diversas aristas, puede ser
tratado bajo un sinnúmero de perspectivas posibles. Este tesista quiso es-
coger un área vinculada a su profesión, esto es, la legal, y dentro de ella, la
que se relacionaba con el marco legislativo aplicable al área de las misiones
de paz en que nuestras Fuerzas Armadas toman parte.
Finalmente, en cuanto al tipo de Investigación desarrollada, siguien-
do en este punto a los autores Hernández, Fernández y Baptista, en su texto
«Metodología de la Investigación», creo que es factible situarla tanto en los
términos de las vertientes Descriptiva y, a la vez, Correlacional. Lo descrip-
tivo de este estudio es fácilmente detectable, al notar que este autor ha
pretendido especificar y describir las normativas involucradas, tanto de ori-
gen externo como interno. A su vez, la parte correlacional del trabajo la
encontramos al momento de determinar las eventuales relaciones existentes
entre sus distintos componentes como, también, al efectuar el diagnóstico
del problema, de cara a señalar si la hipótesis planteada se verifica o se omite.
115
3.- OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS
116
absoluta potencia hegemónica; y, en tercer lugar, el surgimiento de nuevos
procesos internacionales, entre los cuales, el más notorio es el de la
Globalización.2
La caída del gigante soviético, y con ello, del principal foco de difu-
sión ideológica del régimen comunista, hizo pensar equivocadamente a mu-
chos analistas y expertos en materia internacional, que los conflictos entre
las naciones desaparecían de la faz de la tierra, al desmoronarse el principal
representante de las naciones del llamado «Bloque del Este u Oriental».
Gran parte de los conflictos que se producían entre las naciones de la órbita
soviética y las del mundo occidental, fueron reemplazados, en la pasada
década de los noventa, por cruentos enfrentamientos en diferentes puntos
del planeta, caracterizados por una circunstancia común a casi todos ellos:
los protagonistas del conflicto no eran naciones; muy por el contrario, eran
personas o grupos étnicos que se enfrentaban al interior de sus propios
países, dejando una secuela de muerte y destrucción terrible. Este nuevo
foco de conflicto repercutió necesariamente en la problemática de las Opera-
ciones de Paz, puesto que Naciones Unidas debió generar un sinnúmero de
misiones destinadas a actuar en estos escenarios emergentes.
Por otra parte, no obstante que, al comenzar este Siglo XXI, la carac-
terística más importante del sistema internacional es la consolidación del
proceso de Globalización, queda claro que el Estado-Nación, pese a no de-
tentar el ejercicio monopólico de la política internacional, mantiene, a nues-
tro entender, los caracteres necesarios para seguir siendo un actor trascen-
dente en el contexto de las Relaciones Internacionales.
117
tados o que puedan verse afectados por el conflicto. En este sentido, abor-
daremos someramente, en nuestro Capítulo I, su concepto, fuentes y aplica-
ción en el caso de despliegue de una misión de paz.
También desarrollaremos contenidos propios del Derecho Interna-
cional Público cuando nos ocupemos de explicitar la normativa internacional
aplicable a las Operaciones de Paz en que Chile participa, consagrada tanto
en la Carta de las Naciones Unidas, como en sus Propósitos y Principios.
Convengamos en señalar que entendemos por esta rama del Derecho Inter-
nacional aquella que, conformada por un conjunto de normas y principios,
se ocupa de regular los derechos y deberes de los sujetos que conforman la
Comunidad Internacional. Si partimos de la base que la finalidad primigenia
del referido tratado internacional fue crear un instrumento jurídico destinado
a generar las condiciones para la mantención de la paz y seguridad entre las
naciones, obviamente su normativa es propia de la precitada rama del Dere-
cho.
A su vez, nos ocuparemos de desarrollar ciertos aspectos vinculados
al surgimiento del llamado Tribunal Penal Internacional, cuya normativa se
encuentra vigente desde mediados del año 2002. Al mismo tiempo, aborda-
remos la competencia de dos Tribunales Internacionales, creados durante la
pasada década por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para
juzgar graves violaciones a los derechos humanos, acaecidas en el territorio
de la ex Yugoslavia y en Ruanda.
Como parte del desarrollo de una de las Hipótesis de este trabajo, nos
detendremos a analizar el marco jurídico-constitucional que sustenta la par-
ticipación de nuestras Fuerzas Armadas en Operaciones de Paz. Con esta
finalidad, y como lo señaláramos precedentemente, comprobaremos si esa
participación se encuentra jurídicamente contemplada en los presupuestos
constitucionales de las disposiciones que se ocupan del tema.
Junto a las disposiciones de la Constitución de 1980, nos ocupare-
mos de reseñar y analizar las demás disposiciones que guardan relación con
el área. En este sentido, la restante legislación presenta diferente status
jerárquico, contemplándose normas de rango propiamente legal como otras
que integran las llamadas disposiciones de la Potestad Reglamentaria del
Ejecutivo.
Dentro de las primeras, encontramos, por ejemplo, la normativa de los
Códigos de Justicia Militar y Orgánico de Tribunales que, interpretados en
118
su conjunto, permiten determinar la legislación aplicable al personal de nues-
tras Fuerzas Armadas que, integrando una misión de paz, se trasladan a
suelo foráneo. Esta normativa encuentra, a su vez, complemento en otras
normas internacionales dictadas expresamente para ser aplicadas con oca-
sión de las misiones de paz. A ello debemos necesariamente agregar el
articulado de la Ley N° 19.067, de 1991, que se ocupó de regular
legislativamente la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la Repúbli-
ca y la salida de tropas nacionales fuera de él.
En lo que dice relación con la legislación emanada de la Potestad
Reglamentaria del Ejecutivo, es del caso consignar que la ya nombrada «Po-
lítica Nacional para la Participación del Estado de Chile en Operaciones de
Paz» se ha consagrado históricamente en dos Decretos Supremos, emana-
dos de la cartera de Defensa Nacional. Esta Política, no obstante contenerse
en cuerpos normativos de rango inferior a una ley, presenta un innegable
valor, tanto en el ámbito conceptual como operativo, debido a que define los
Criterios Político-Estratégicos, Operativos, Gubernativos y Administrativos
involucrados en una determinación nacional de concurrir a tomar parte en
una determinada misión de paz. Al mismo tiempo, señala las tareas que se
encuentran permitidas y vedadas a nuestras fuerzas como, también, el papel
que le compete a los Ministerios de Defensa Nacional y Relaciones Exterio-
res, como órganos asesores del Presidente de la República, respecto de la
decisión final que éste adopte.
119
Guillermo Abarca Ugarte
3 Las orientaciones y los lineamientos de este Capítulo I fueron tomados íntegramente de nuestro
«Libro de la Defensa Nacional de Chile», en sus dos versiones, 1997 y 2002, Edición del
Ministerio de Defensa Nacional, Santiago de Chile.
4 Le Dantec Gallardo, Francisco, «El Regionalismo Abierto», artículo publicado en la revista
Política y Estrategia de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE),
Santiago de Chile, N° 86, 2002, pág. 66.
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5 El 28 de mayo de 2002 se firmó la incorporación de Rusia al nuevo Consejo formado entre este país
y la OTAN.
125
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
CAPÍTULO I
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8 También los Tribunales Arbitrales Mixtos que se han establecido después de finalizadas algunas
guerras han previsto la posibilidad que súbditos afectados de algunas de las potencias
exbeligerantes, puedan actuar frente a ellos contra el Estado presuntivamente culpable.
9 Cabe señalar que nuestro país sólo en 1990 ratificó la Convención Americana de 1978, aceptando
la competencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la referida Corte. En todo
caso, en lo que se refiere a la competencia de la Corte, se aceptó sólo respecto de casos acaecidos
con posterioridad a la ratificación del instrumento.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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18 Los dos Protocolos Adicionales a los Convenios de Ginebra surgen con motivo de una Conferencia
Diplomática celebrada entre los años 1974 y 1977, como producto de nuevas experiencias obtenidas
durante guerras, revoluciones y otros tipos de conflictos internacionales e internos, conjugado
con el apresurado avance de la tecnología, que demostró que aún existían falencias en las
prescripciones anteriores, haciendo que las víctimas de la guerra quedaran vulnerables.
Después de varias consultas entre los gobiernos y la Cruz Roja, y habiendo informado de lo
obrado a las Naciones Unidas, estos textos suplementarios se traducen finalmente en los Protocolos
Adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949, I y II, del año 1977.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
pudiera acaecer, por ejemplo, que ese personal sea objeto de hostilidades,
apresado o vea dificultado su desplazamiento en terreno o, bien, se vea
obligado a utilizar la fuerza en legítima defensa.
Por tanto, el contingente de una misión de paz, no obstante no deten-
tar la categoría de combatiente, en razón de ser personas involucradas en el
conflicto, quedan amparadas por la normativa propia del Derecho Interna-
cional Humanitario.
En refuerzo de lo expuesto, los términos de la “Convención Interna-
cional sobre la Seguridad del Personal de las Naciones Unidas y Personal
Asociado” aprobada en el seno de este órgano, son claros al establecer que
ninguna de sus disposiciones afectará la aplicabilidad del Derecho de Gue-
rra en relación con la protección de las operaciones de las Naciones Unidas
y del personal asociado, ni a la responsabilidad que tiene ese personal de
respetar dicho derecho.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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fuerza armada, como lo son, por ejemplo: la interrupción total o parcial de las
relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aé-
reas, postales, telegráficas, radioeléctricas y otros medios de comunicación,
así como la ruptura de relaciones diplomáticas.
Por su parte, el uso de la fuerza queda legitimado explícitamente en el
artículo 42 del texto, al disponer que el Consejo de Seguridad puede ejercer,
en caso de ser ineficaces las medidas consagradas en el artículo 41, por
medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria
para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. El precepto
en comento agrega que tales acciones podrán comprender demostraciones,
bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o te-
rrestres de miembros de las Naciones Unidas. De la mano de esta disposi-
ción, el Capítulo VIII de la Carta, titulado «Acuerdos Regionales», contem-
pla la posibilidad que, a través de estos Acuerdos u Organismos Regionales,
se puedan aplicar medidas de fuerza bajo la autoridad del Consejo de Segu-
ridad.24
Tal fuerza tiene el mandato conferido al Consejo de Seguridad por el
recién citado Capítulo VII, que, a juicio de muchos, estaría por sobre el
denominado «Principio de No Intervención en los Asuntos Internos de los
Estados». Fundamentamos la anterior aseveración en el tenor del inciso
final del artículo 2° de la Carta, que establece: «Ninguna disposición de esta
Carta autoriza a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son
esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los
Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a
la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las
medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII». Abundando en el tema,
el profesor Cristián Le Dantec Gallardo advierte que «la práctica reciente de
las Naciones Unidas ha convertido en superflua esta última salvedad, por-
que toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión es
hoy considerada automáticamente como cuestión que escapa a la jurisdic-
ción reservada de los Estados».25
Asimismo, tendremos la oportunidad de ver, en el marco del Capítulo
siguiente, que las llamadas Operaciones de «Imposición de la Paz», encuen-
tran su sustrato jurídico específicamente en el reseñado Capítulo VII.
24 En este sentido, los artículos 53 y 54 de la Carta de Naciones Unidas dejan claramente establecido
que sólo con la autorización del Consejo de Seguridad, los Organismos o Acuerdos Regionales
pueden aplicar medidas de fuerza, pesando, al mismo tiempo, sobre éstos, la obligación de mantenerlo
informado.
25 Le Dantec Gallardo, Cristián, «Formas de Empleo de las Fuerzas Armadas de Chile en las
Crisis Internacionales, en Misiones de Paz de Naciones Unidas y su Relación con el Principio
de No Intervención en los Asuntos Internos de los Estados», Investigación realizada a través
de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE), Santiago de Chile,
2002, pág. 38.
138
Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
CAPÍTULO II
asunto que concierne a toda la Liga, debiendo la misma adoptar las medidas
que se consideren adecuadas y eficaces para salvaguardar la paz de las
naciones. Asimismo, con la finalidad de no recurrir a la guerra, el Pacto
obligaba a los miembros de la Sociedad, entre los que hubiere surgido una
controversia, a someterla a arbitraje, arreglo judicial o al examen del Consejo
o de la Asamblea (ambos, junto a la Secretaría, eran los órganos principales
de la Sociedad). Sólo si fracasaban estos procedimientos, se podía recurrir a
la guerra.26
Comencemos señalando que, sin perjuicio de las disposiciones pro-
piamente dichas de la Carta, tanto el Preámbulo de la Carta como sus Propó-
sitos y Principios contienen normativa que integra el estatuto jurídico con-
sagrado en pro de la Seguridad Internacional.27 Así, la clara redacción de su
Preámbulo ahorra todo comentario:
«Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar
a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante
nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles a reafirmar
la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de
la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de
las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales pue-
dan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los
tratados y de otras fuentes del derecho internacional, a promover el progre-
so social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la
libertad, y con tales finalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz
como buenos vecinos a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz
y la seguridad internacionales, a asegurar, mediante la aceptación de princi-
pios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sino en
servicio del interés común, y a emplear un mecanismo internacional para
promover el progreso económico y social de todos los pueblos, hemos deci-
dido aunar nuestros esfuerzos para realizar nuestros designios» .
A su turno, el Capítulo I, denominado «Propósitos y Principios»,
consagra a los primeros de la forma que se expresa:
«Art. 1. Los propósitos de las Naciones Unidas son: 1. Mantener la
paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colec-
tivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para supri-
mir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por
medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y
26 Peña Torres, Marisol, «Rol de la Organización de las Naciones Unidas en la prevención de la
guerra», artículo publicado en la revista Política y Estrategia de la Academia Nacional de Estudios
Políticos y Estratégicos (ANEPE), Santiago de Chile, N° 92, 2003, pág. 10.
27 En los Anexos de esta Tesis, hemos reproducido el texto de la Carta de las Naciones Unidas.
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informe Brahimi es indispensable, para hacer que las fuerzas de paz de Na-
ciones Unidas sean verdaderamente dignas de crédito y respeto.
Continuando con nuestro estudio de la normativa de la Carta, señale-
mos que las disposiciones que integran el referido Capítulo VI son las si-
guientes:
«Art. 33. 1. Las partes en una controversia cuya continuación sea
susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la segu-
ridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, me-
diante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación,
el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos
regionales u otros medios pacíficos de su elección. 2. El Consejo de
Seguridad, si lo estimare necesario, instará a las partes a que arreglen
sus controversias por dichos medios.
Art. 34. El Consejo de Seguridad podrá investigar toda controversia,
o toda situación susceptible de conducir a fricción internacional o
dar origen a una controversia, a fin de determinar si la prolongación
de tal controversia o situación puede poner en peligro el manteni-
miento de la paz y la seguridad internacionales.
Art. 35. 1. Todo Miembro de las Naciones Unidas podrá llevar cual-
quier controversia, o cualquier situación de la naturaleza expresada
en el art. 34, a la atención del Consejo de Seguridad o de la Asamblea
General. 2. Un Estado que no es Miembro de las Naciones Unidas
podrá llevar a la atención del Consejo de Seguridad o de la Asamblea
General toda controversia en que sea parte, si acepta de antemano, en
lo relativo a la controversia, las obligaciones de arreglo pacífico esta-
blecidas en esta Carta. 3. El procedimiento que siga la Asamblea
General respecto a asuntos que le sean presentados de acuerdo con
este artículo quedará sujeto a las disposiciones de los arts. 11 y 12.
Art. 36. 1. El Consejo de Seguridad podrá, en cualquier estado en que
se encuentre una controversia de la naturaleza de que trata el art. 33 o
una situación de índole semejante, recomendar los procedimientos o
métodos de ajuste que sean apropiados. 2. El Consejo de Seguridad
deberá tomar en consideración todo procedimiento que las partes
hayan adoptado para el arreglo de la controversia. 3. Al hacer
recomendación de acuerdo con este artículo, el Consejo de Seguri-
dad deberá tomar también en consideración que las controversias de
orden jurídico, por regla general, deben ser sometidas por las partes a
la Corte Internacional de Justicia, de conformidad con las disposicio-
nes del Estatuto de la Corte.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
15. Exige que se respeten rigurosamente las personas y los locales de las
Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos, otras organi-
zaciones internacionales y humanitarias y las misiones diplomáticas en Hai-
tí, y que no se cometan actos de intimidación o violencia contra el personal
participante en la labor humanitaria o de mantenimiento de la paz;
16. Destaca la necesidad de que, entre otras cosas:
a) se adopten todas las medidas apropiadas para velar por la seguridad y la
protección de las operaciones y del personal que participe en esas operacio-
nes, y
b) las disposiciones sobre seguridad y protección que se adopten abarquen
a todas las personas que participen en las operaciones;
17. Afirma que el Consejo examinará las sanciones impuestas de conformi-
dad con las resoluciones 841 (1993), 873 (1993) y 917 (1994), con miras a
levantarlas en su totalidad inmediatamente después del regreso a Haití del
Presidente Jean Bertrand Aristide;
18. Decide seguir ocupándose activamente de la cuestión”.
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desempeñando su misión. Este tratado debe ser firmado y ratificado por las
Naciones Unidas o la Organización Regional correspondiente, el (o los) Es-
tado (s) anfitrión (es) y el (o los) Estado (s) que participan en el contingente
de pacificación.
A mayor detalle, consignemos que es el documento jurídico interna-
cional que garantiza la colaboración de las partes en conflicto con la fuerza
de pacificación, cuya violación produce las correspondientes responsabili-
dades internacionales. Entre otras materias, incluye los permisos de entrada
y salida de los miembros de la misión, el empleo de armas y tipos de armas
autorizados, empleo de banderas y distintivos de la misión, delimitación de
las zonas de libre circulación por las unidades de la fuerza de pacificación,
normas en torno a la jurisdicción civil y militar, así como los privilegios e
inmunidades aplicables a los miembros de la misión, derechos y condiciones
para la importación del material y equipo requerido para el desempeño de la
misión y las condiciones acerca del abastecimiento local de bienes y servi-
cios (como agua y luz).
Son las normas que regulan el empleo del armamento disponible por
la fuerza de pacificación, en el marco de los principios de autodefensa e
imparcialidad. Deben ser aprobadas por las partes en conflicto y por el man-
do de la fuerza multinacional y están redactados en forma de autorizaciones
o prohibiciones.
Por regla general, el uso de la fuerza se circunscribe a casos suma-
mente justificados y a situaciones de extrema necesidad, donde otros me-
dios de solución hayan fracasado irremediablemente.36
Hagamos presente, en todo caso, que las ROE son específicas para
cada operación en particular. Sin embargo, existe cierto consenso en orden a
señalar que puede recurrirse a la utilización de la fuerza que, en todo caso,
deberá ser proporcional a la empleada por el agresor, en los siguientes
casos:
< Defensa Propia, cuando se vea amenazada la vida de miembros de la
fuerza y esta amenaza sea inminente;
36 Resulta obvio señalar que la utilización de la fuerza, por regla general, debe considerarse contraria
al espíritu que guía las Operaciones de Paz; no obstante, por razones evidentes, no puede excluirse
del todo su uso en el desarrollo de las mismas.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
37 A mayor abundamiento, el Capítulo X señala que las Fuerzas Armadas están conformadas por el
Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y dependen del Ministerio de Defensa Nacional. A su vez,
expresa que las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública las conforman Carabineros de Chile y la
Policía de Investigaciones.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
41 Comparten esta corriente de pensamiento los Profesores Miguel Navarro y Astrid Spaliat.
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43 El costo de la participación de Chile en esta operación humanitaria asciende a los cerca de US$
20 millones, de los cuales US$ 13,5 serán financiados por Naciones Unidas, proviniendo los
recursos restantes del Presupuesto del área de Defensa como también de la Ley del Cobre.
44 Actualmente, Chile mantiene 32 efectivos en la nación balcánica, integrados en un Batallón
británico, cumpliendo sus funciones a disposición de la OTAN.
45 A esta realidad, debo agregar mi deformación profesional, propia de los abogados, en orden a
normar todas aquellas situaciones que comiencen a presentarse como habituales
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te. La secretaria de Estado manifestó que había que tener cierto cuidado al
momento de pretender legislar hasta en los más mínimos detalles respecto de
una determinada institución, sobre todo cuando la normativa que la regula-
ba, por muy general que fuera, era auto sustentable, como lo es la objeto de
estudio. De lo contrario, se corría el riesgo de entrar en una fiebre
modificatoria que nos obligara a estar constantemente poniendo al día la
legislación.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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51 Este tesista escuchó, en entrevista radial, al diputado de Renovación Nacional, Sr. Alberto Cardemil,
pronunciarse en dicho sentido.
52 A modo argumentativo, precisemos jurídicamente que esta clase de normas emanan de la Potestad
Reglamentaria del Presidente de la República. En un sentido clásico, se entiende por tal aquella
facultad que reside en el Presidente de la República y en otras autoridades de la Administración
del Estado para dictar normas, más o menos generales, con el propósito de poner en ejecución
contenidos consignados en un texto legal. Los Decretos y Reglamentos son claros y tradicionales
productos de esta especial clase de normativa. Nuestra actual Constitución Política trata esta
facultad dentro de las atribuciones especiales del Presidente de la República, en su artículo 32 N°8.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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54 A las figuras que se detallan, se les conservó la misma numeración dada por el artículo 6° del
Código en estudio.
55 Atendido que la referida Ley fue derogada por la Ley 12.927, sobre Seguridad del Estado, la
normativa debe entenderse referida a la letra l) del artículo 27 de esta ley, que contempla los casos
en que los delitos previstos en ella sean cometidos fuera del territorio de la República por chilenos
o por extranjeros a su servicio.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Este interés se relaciona, entre otros aspectos, con los compromisos que
nuestro país ha adquirido con Naciones Unidas y la preocupación de Chile
por los problemas de la Paz.
6.2. Estas operaciones deben obedecer a un claro mandato de Naciones
Unidas y deben, además, ejecutarse bajo el mando y control de dicha orga-
nización.
6.3. En todo caso, no se formarán ni se pondrán contingentes a disposición
de Naciones Unidas para que este organismo determine autónomamente su
despliegue.
6.4. El mandato de las Naciones Unidas debe definir claramente los alcances
de la operación y su duración.
6.5. Las partes involucradas en el conflicto deben haber solicitado la inter-
vención de Fuerzas de Paz.
6.6. Deberán ponderarse siempre los costos que las operaciones de paz
involucran respecto de los beneficios que el país obtiene, de manera que
exista una conveniente relación entre ambos aspectos.
6.7. Cada solicitud de Naciones Unidas se evaluará en forma separada, a la
luz de todos los criterios señalados en los párrafos precedentes y siguien-
tes.
7.- La determinación de concurrir a participar en Operaciones de Manteni-
miento de la Paz se adopta considerándose, entre otros, los siguientes crite-
rios operativos:
7.1. Se deberá establecer con claridad el tipo de operación en que se parti-
cipará, el país y la zona de él en que se desarrollará, el tipo y cantidad de
medios comprometidos, las limitaciones relacionadas con la actuación de las
fuerzas chilenas y la duración considerada.
En concreto, toda participación nacional en Operaciones de Mantenimiento
de la Paz supone definir oficial y formalmente el ámbito de actuación de las
fuerzas chilenas. Con tal objeto, y tratándose de fuerzas armadas, la autoriza-
ción correspondiente para la salida de las tropas debería indicar, con referen-
cia a la enumeración de tareas contenida en el punto 3 de este instructivo, el
ámbito preciso de la autorización.
7.2. Las operaciones deben contribuir al perfeccionamiento de las institucio-
nes participantes. Esto debe manifestarse en la obtención de experiencias,
entrenamiento de personal, adquisición y reposición de material y equipo.
7.3. Los medios participantes deben estructurarse utilizando como referen-
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cia las tablas de Organización y Equipo que utilizan las Fuerzas de Naciones
Unidas.
7.4. En estas operaciones sólo se comisionará personal profesional, civil o
militar, preferentemente voluntario, no pudiéndose completar los cuadros
con personal que provenga de la conscripción obligatoria.
8.- La determinación de concurrir a participar en Operaciones de Manteni-
miento de la Paz se adopta considerándose, entre otros, los siguientes crite-
rios gubernativos y administrativos:
8.1. La responsabilidad sobre la evaluación de cada petición, y la proposi-
ción posterior a S.E., el Presidente de la República, será de los Ministerios de
Relaciones Exteriores y Defensa Nacional, en conjunto.
8.2. La responsabilidad de la organización y el control de la fuerza que
participe en una Operación de Mantenimiento de la Paz será del Ministerio
de Defensa Nacional, con el apoyo directo de la Institución que proporciona
las fuerzas y equipos.
8.3. Para proporcionar la asesoría especializada se constituirá, en forma
permanente, un Grupo de Análisis en el Ministerio de Defensa Nacional
(Estado Mayor de la Defensa Nacional), el cual estudiará cada caso a la luz
de esta política y de las orientaciones que emitan los Ministerios de Relacio-
nes Exteriores y Defensa Nacional. Este Grupo estará autorizado para tomar
contacto con instituciones de la Defensa, gubernamentales y otras que sean
necesarias, a fin de contar con los antecedentes que permitan una mejor
resolución en esta materia, para la toma de decisiones.
8.4. El proyecto de ley de Presupuestos contendrá anualmente una provi-
sión, asignada al Ministerio de Relaciones Exteriores, para enfrentar los cos-
tos de las operaciones en que participen fuerzas chilenas.
8.5. La decisión final sobre el envío de fuerzas chilenas a una Operación
de Mantenimiento de la Paz la adoptará S.E., el Presidente de la República,
tomando en consideración el informe conjunto que presenten los Ministros
de Defensa y de Relaciones Exteriores.
9. - Nada de lo señalado en este documento puede entenderse como una
renuncia o limitación del derecho que asiste al Estado chileno para concurrir
al cumplimiento de obligaciones que pudieren dimanar de otros acuerdos
internacionales de carácter bilateral o regional «.
Por su parte, con fecha 10 de Noviembre de 1999, se publica en el
Diario Oficial el texto íntegro del D.S. 68, que contenía la nueva Política
Nacional para la Participación del Estado de Chile en Operaciones de Paz
dispuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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* Criterios Generales
Ambos textos coinciden en señalar que Chile no autorizará el empleo
de fuerzas para la búsqueda y/o captura de delincuentes, beligerantes o
criminales de guerra.
Es del caso hacer presente que la gran diferencia que es dable obser-
var entre los referidos instrumentos reside en que el Decreto Supremo 68
facultó explícitamente a nuestro país para participar en Operaciones de Im-
posición de la Paz, comprendidas dentro del Capítulo VII de la Carta de
Naciones Unidas. Asimismo, y atendida esta nueva realidad de participa-
ción, se incorpora en la definición de Operación de Paz la realidad imperante
en el escenario internacional, esto es, que el despliegue de fuerzas se realice
bajo el mando y control de las Naciones Unidas o de un Estado o mando
expresamente designado y autorizado por ésta.
Sobre el particular, recordemos que la normativa del Decreto Supremo
94, de 1996, señalaba expresamente en su numeral 4° que no quedaban com-
prendidas en la Declaración de nuestra Política Nacional sobre Operaciones
de Paz aquellas consignadas en el Capítulo VII del citado instrumento.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
* Criterios Político-Estratégicos
Ambos documentos contienen la explicitación de los siguientes cri-
terios:
< Las operaciones que involucren la participación de contin-
gente o fuerzas deben satisfacer el interés nacional. A su vez,
el propio texto se encarga de precisar qué se entiende por
«interés nacional», al señalar que éste se relaciona, entre otros
aspectos, con los compromisos que nuestro país ha adquirido
con Naciones Unidas; con la preocupación de Chile por los
problemas de la paz y, sobre todo, con las situaciones de con-
flicto en zonas geográficas cuya estabilidad afectan a los inte-
reses nacionales.
< Estas operaciones deben obedecer a un mandato del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, el cual debe definir clara-
mente los alcances de las operaciones y su duración.
< Las partes involucradas en el conflicto, deben haber solicita-
do la intervención de Fuerzas de Paz. Sin embargo, el texto del
Decreto 68 señala que, tratándose de operaciones de imposi-
ción de la paz, no se requiere dicha solicitud.
< En todo caso, se deja en claro que no se formarán ni se pon-
drán contingentes a disposición de Naciones Unidas o de un
Estado en particular, para que éste determine autónomamente
su despliegue.
< Deberán ponderarse siempre los costos que las operaciones
de paz involucran respecto de los beneficios que el país obtie-
ne, de manera que exista una conveniente relación entre am-
bos aspectos.
* Criterios Operativos
Entre éstos, es dable señalar los siguientes:
< Se deberá establecer con claridad el tipo de operación en que
se participará, el país y la zona de él en la que se desarrollará la
misión y la cantidad de medios a comprometer, como también
las limitaciones relacionadas con la actuación de personal chi-
leno y la duración (considerada) del operativo.
En concreto, toda participación nacional en operaciones de
paz supone definir oficial y formalmente el ámbito de actua-
ción y de tareas encomendadas a las fuerzas chilenas.
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GRÁFICO N° 1
Medios Puestos por Chile a Disposición de las Fuerzas de Reserva de la ONU
EJÉRCITO ARMADA FUERZA AÉREA
Observadores Militares y Oficiales Observadores Militares. 1 Unidad de Transporte de
de Estado Mayor Oficiales de Estado Mayor Helicópteros Medianos
1 Compañia de Infantería Mecaniza- y Oficiales de Asuntos Públicos
da 1 Unidad de Transporte Táctico de
1 Fragata Misilera Ala Fija
1 Pelotón Exploración Mecanizado
1 Pelotón Ingenieros de asistencia y 1 Compañía de Infantería de Marina
1Agrupacion Médico Sanitaria
entrenamiento en campos minados
y explosivos 1 Partida Ingenieros de Combate
1 Pelotón Ingenieros de tratamientos
de aguas 1Sección de Apoyo Logístico
62 La referida Orden Ministerial radicó en el Ejército de Chile la tarea de desarrollar una unidad de
entrenamiento para Operaciones de Paz. Asimismo, encomendó a esta rama la elaboración del
proyecto para la organización y desarrollo del CECOPAC.
63 Este gráfico fue tomado del texto de nuestro Segundo Libro de la Defensa Nacional, pág. 95.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
65 A su turno, la orden ministerial señala que el Presidente del GAOPAZ queda facultado para tomar
contacto con instituciones de la defensa, gubernamentales y otras, que sean necesarias, a fin de
contar con los antecedentes que permitan una mejor resolución en esta materia, para la toma de
decisiones de S.E., el Presidente de la República.
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66 Al momento de conceder la entrevista, la Sra. Ministra de Defensa Nacional señaló a este tesista
que, previo a proponer cualquier modificación sobre la composición del citado Grupo de Análisis,
sostendría sendas conversaciones, tanto con S.E., el Presidente de la República, como con la
titular de la cartera de Relaciones Exteriores.
67 Op. cit., pág. 47.
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CAPÍTULO III
68 Sin perjuicio de reconocer que la disposición de material de trabajo para esta parte de la Tesis, no
se caracterizó por su abundancia, igualmente fue posible acceder a información que, aunque exigua,
representó una valiosa contribución para el desarrollo de este Capítulo.
69 En lo referente a las conductas que el artículo 6° del Código Orgánico de Tribunales somete a la
jurisdicción patria, nos remitimos a lo explicitado, sobre el particular, en el Capítulo anterior.
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70 La sigla N.U. usada por el texto debe entenderse referida a Naciones Unidas.
71 Este procedimiento administrativo es aplicable a los Observadores Militares de Naciones Unidas,
Oficiales de la Policía Civil y a las tropas de «Cascos Azules», en contraposición al personal
contratado, tanto internacional como local. Se señala que estos últimos están cubiertos por las
disposiciones y reglas de la Asamblea General.
72 El texto parte del supuesto que la Organización de Naciones Unidas da cuerpo a las aspiraciones
de paz de todas las personas del mundo. En este contexto, su Carta exige que todo el personal que
sirve a sus propósitos y bajo su dirección, debe mantenerse como el más alto modelo o patrón de
integridad y conducta. La mantención de estos patrones beneficia tanto a la Organización como
a los Estados Miembros que contribuyen con su personal policial, civil y militar.
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73 Cuando hay evidencia confiable que un individuo fue parte en cualquiera de los tipos de mala
conducta que se describirán u otras determinadas como graves, notificadas por el Jefe de Misión,
se conducirá una investigación por la Junta de Investigación, que debe incluir las recomendaciones
pertinentes a los Cuarteles Generales de las Naciones Unidas, incluyendo una asesoría en cuanto
a si corresponde la repatriación.
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80 Quisiera dejar en claro que la intención primera de este tesista apuntaba a analizar fallos de
Tribunales Internacionales en donde se juzgara casos vinculados a Operaciones de Paz, en donde
contingente perteneciente a nuestras fuerzas fuera parte.
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81 Sobre el particular, la gran mayoría de los ordenamientos jurídicos occidentales consagran normas
referidas a este punto. El nuestro no está ajeno a esta tendencia. Así, el numeral 3°, del artículo 19
de nuestra Carta Fundamental señala que nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino
por tribunales establecidos por ley con anterioridad a la comisión del delito.
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83 Según el artículo 3° del estatuto de la CPI, su sede estará en La Haya, Países Bajos.
84 El 11 de Abril del año 2002, el Estatuto de la CPI superó el número de ratificaciones mínimas para
entrar en vigencia, a la sazón, 60, entrando en vigor el 1° de Julio del mismo año.
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85 Sólo a modo ejemplar, recordemos que los reparos en torno al establecimiento de la CPI incluso
han provenido de importantes naciones del orbe. Así, el gobierno de los Estados Unidos se ha
negado a ratificar los términos del estatuto.
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86 A todos estos argumentos, habría que agregar el hecho que muchas de las figuras descritas en cada
uno de los crímenes definidos por el estatuto de la CPI, no se encuentran consideradas en nuestra
legislación nacional.
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89 Es del caso señalar que Milosevic está aislado en el centro de detención Scheveningen, en la Haya.
Se encuentra bajo observación las 24 horas del día, para prevenir un intento de suicidio.
90 La ex mandataria Plavsic cumple su pena en una cárcel sueca y, según el pacto con el Tribunal,
declarará como testigo de cargo contra Milosevic.
91 Información obtenida de la página de Internet www.rnw.nl, correspondiente a Radio Nederland
Wereldomroep, en su link referido a los Balcanes.
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96 Los acusados son tres directivos de empresas de comunicación: dos de ellos en la Radio Televisión
«Mil Colinas». Según el veredicto, los acusados ejercían el control editorial de los contenidos.
Más de cien cintas con grabaciones de emisiones de la radio fueron presentadas en el juicio como
evidencia. En ellas se llamaba expresamente a la población a exterminar «al enemigo y sus
cómplices», lo que significaba a todos los tutsis, la etnia minoritaria en Ruanda. «Fijaros en sus
narices», decía un presentador, «si son finas y pequeñas, rompedlas».
97 Durante la fase inicial, el Tribunal enfrentó obstáculos prácticos, no fáciles de resolver en una
ciudad africana de provincia. Apenas había carreteras en Arusha; el suministro eléctrico se cortaba
constantemente y faltaban líneas de Internet. Asimismo, ni los jueces ni los abogados disponían
de oficinas.
98 Información obtenida de la página de Internet www.rnw.nl, correspondiente a Radio Nederland
Wereldomroep, en su link referido a África.
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CONCLUSIONES Y PROPOSICIONES
1.- CONCLUSIONES
2.- PROPOSICIONES
99 Al mismo tiempo, la dependencia de este grupo del Estado Mayor de la Defensa Nacional también
pudiera ser objeto de estudio, de cara a una revisión del papel que le incumbe desempeñar a este
importante Grupo Asesor, en la generación definitiva de una misión de paz.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
100 Al momento de conceder la entrevista, la Sra. Ministra de Defensa Nacional señaló a este tesista
que, previo a proponer cualquier modificación sobre la composición del citado Grupo de Análisis,
sostendría sendas conversaciones, tanto con S.E., el Presidente de la República, como con la
titular de la cartera de Relaciones Exteriores.
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ANEXOS DE LA TESIS
A.- A su juicio, ¿Por qué razón nuestro país amplía el año 1999 el rango de
su participación en operaciones de paz hacia misiones de Capítulo VII?
R.- Diría que ello obedece a dos razones esenciales. La primera se explica
atendido que a esa altura del año 1999, y hasta este momento, las operacio-
nes de mantención de la paz propiamente tales son prácticamente inexistentes,
y todas las tareas que comienzan a planteárseles a los organismos interna-
cionales, como Naciones Unidas, son de imposición de la paz. Por tanto, el
haber mantenido nuestra política primitiva, nos habría significado, en la rea-
lidad y en la práctica, vernos imposibilitados de tomar parte en esas tareas.
Una segunda razón que imagino, atendido que no me desempeñaba en la
cartera de Defensa Nacional, radica en el hecho que cuando se envía contin-
gente a una misión de paz bajo las disposiciones de Capítulo VI, su participa-
ción se encuadra bajo un determinado status operacional, con reglas de
enfrentamiento y de conducta específicas. Esto significa que, de cambiar el
entorno en que se desenvuelve la operación durante su desarrollo, podría
dejar a las fuerzas enviadas en la más absoluta indefensión, imposibilitadas
de actuar bajo un rango más amplio como el de Capítulo VII. Sobre el parti-
cular, recuerdo algunas experiencias de otras naciones, que comienzan su
desempeño en una determinada misión de paz bajo las normas del Capítulo
VI, y que ante una agudización del conflicto en que son llamadas a intervenir,
han visto peligrar la integridad física y la vida de sus fuerzas desplegadas,
sin poder repeler adecuadamente los ataques sufridos, salvo en caso de
legítima defensa.
Asimismo, y sin perjuicio que no me consta, probablemente, Naciones Uni-
das pudo haber planteado la conveniencia que nuestro país ampliara su
participación en el rubro, extendiéndola hacia las misiones amparadas por la
normativa de Capítulo VII. Esto coincide con la petición del referido organis-
101 Este tesista también sostuvo, en el transcurso del mes de Mayo, una conversación con el Sr.
Director del CECOPAC, CRL. Karl Marowsky Pylowsky. El punto de vista de este oficial se
recoge en algunos acápites de la tesis.
102 Esta entrevista fue concedida por la Sra. Ministra de Defensa Nacional el día 27 de Enero del 2004.
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Sin perjuicio de lo anterior, creo que el problema requerirá ser abordado bajo
otra perspectiva, esto es, el vinculado a la entrada de tropas a nuestro
territorio. Así, por ejemplo, Estados Unidos ha planteado a todos los países
ciertas condiciones mínimas para desplegar sus contingentes en territorios
extranjeros, sea por operaciones de paz o por ejercicios, exigiendo se les
proporcione status diplomático, entre otras pretensiones. Lo anterior, a raíz
de la normativa consignada en el tratado sobre el Tribunal Penal Internacio-
nal (TPI), no obstante no estar todavía vigente. El tema ha estado siendo
trabajado a nivel tripartito, esto es, por nuestro Ministerio, la Cancillería y la
Embajada de los Estados Unidos. En el fondo, la posición planteada por los
Estados Unidos se reduce a eximir a sus tropas de los términos del Estatuto
del Tribunal Penal Internacional (TPI). Como lo señalé, la nación del norte ha
condicionado su participación en tareas humanitarias y ejercicios a la conce-
sión de determinadas salvaguardias para su personal.
Quisiera detenerme, a propósito de su pregunta, en un aspecto que también
está siendo objeto de estudio por parte nuestra, en donde sí es necesario
realizar algunas adecuaciones. La legislación referida al Estatuto del Perso-
nal de las Fuerzas Armadas dispone que los uniformados que cumplen co-
metidos en el extranjero tienen, como es obvio, asignaciones económicas
bastante superiores a las percibidas por sus pares dentro del territorio nacio-
nal. Sin embargo, el cumplimiento de tareas vinculadas a operaciones de paz
no está expresamente consignada en dicho Estatuto, con lo cual las asigna-
ciones que es necesario pagar al personal que se desempeña en el exterior en
estas tareas, importa efectuar desembolsos altamente onerosos para el pre-
supuesto fiscal, homologando estas misiones con los cometidos oficiales
que cumplen los uniformados en territorio extranjero. Este problema, en lo
futuro, podría derechamente transformarse en un importante escollo para
seguir profundizando nuestra participación en operaciones de paz, atendido
que va a llegar un momento en que nuestro presupuesto no va a ser capaz de
soportar esta clase de gastos.
En resumen, creo que la adecuación que correspondería realizar en este
punto incide en incorporar en la señalada legislación a las operaciones de
paz, como un rubro más, dentro de aquellos cometidos que un uniformado
puede verse enfrentado a desempeñar en el exterior, otorgándosele una retri-
bución pecuniaria atractiva, por cierto, pero, a la vez, más acotada que la que
se percibe en la actualidad.
Atendido que la participación de nuestras Fuerzas Armadas en misiones de
paz se ha transformado progresivamente en una tarea importantísima, den-
tro de su cometido ¿Cree Ud. que ello amerita incorporar a las operaciones
de paz dentro de su rol fijado por la Constitución?
R.- La participación de ellas en operaciones de paz es, sin duda, una tarea
nueva y trascendente, que cada vez cobra más relevancia dentro del queha-
cer institucional de nuestras Fuerzas Armadas. Así lo ha entendido el Supre-
mo Gobierno y, por tanto, esta cartera de Defensa Nacional.
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A.- ¿Todas las operaciones de Paz se han desplegado con arreglo a la nor-
mativa formal de los términos de la Carta de la ONU?
R.- En materia de despliegue de contingente militar para Operaciones de Paz,
en el marco de la Carta de la ONU, junto con existir una legalidad escrita y
formal, dada por sus términos, podríamos afirmar que existe otra «paralela»,
dada por la participación de las fuerzas de la OTAN, con intervenciones, por
ejemplo, en Kosovo y Bosnia.104 En todo caso, esta segunda realidad sub-
sistente, en discusión en cuanto a su legalidad de forma, ha sido de gran
utilidad práctica, en el entendido que ha permitido intervenir en casos en que
Naciones Unidas tuvo dificultades para lograr éxitos, y en que la problemá-
tica humanitaria involucrada era trascendente.105
B.- ¿Está clara la línea demarcatoria entre los diversos tipos de Operacio-
nes de Paz existentes?
R.- El caratular a una operación como perteneciente a Capítulo VI, VI y medio
o VII de la Carta de la ONU, es una cuestión que ha sido objeto de innume-
rables debates entre los especialistas del ramo. Existe también el Capítulo
VIII, referido a la instrumentalización de Acuerdos Regionales.
La línea demarcatoria entre un capítulo y otro, en muchos casos, no es para
nada clara, sobre todo cuando concurren, en la práctica, factores en que el
despliegue de fuerzas se desarrolla en situaciones complejas. Así, por ejem-
plo, si estamos en presencia de una operación de Imposición de la Paz (del
rubro contemplado en el Capítulo VII), utilizando operativamente a un Orga-
nismo Regional ¿Es una operación de Capítulo VII u VIII?
Sin embargo, el Consejo de Seguridad y el DPKO no pierden mayor cantidad
de tiempo en efectuar estas distinciones académicas. Ellos se preocupan
primeramente de dar solución al requerimiento, para posteriormente abordar
la problemática de la clasificación de la operación.
103 El entrevistado, TCL. PEDRO PIMENTEL VALENCIA, se desempeña como Jefe del Departamento
de Operaciones de Paz del Estado Mayor de la Defensa Nacional. La entrevista se realizó durante
la primera quincena del mes de Diciembre del 2003.
104 La Carta de la OTAN la faculta, en su articulado, para desplegar su instrumento bélico.
105 A juicio del entrevistado, el mismo Koffi Annan reconoció el mérito de esta intervención,
calificándola de ilegítima, pero «feliz».
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
106 El entrevistado es abogado y se desempeña como Auditor del Estado Mayor de la Defensa
Nacional. La entrevista se realizó en las dependencias del precitado órgano el 07 de Enero del
2004.
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B.- Dentro de los aspectos que, a juicio de este tesista, pudieran ser objeto
de normativa legal expresa pudiera estar aquella que reglamente
específicamente la salida de contingente de una misión hacia el extranjero.
Por otra parte, también pudiera pensarse en mejorar el nivel jerárquico (o
«peso», si se quiere) del Grupo de Análisis nacional de Operaciones de Paz.
¿Hay algún otro aspecto que, a su entender, debiera ser mejorado o, bien,
abordado legislativamente?
R.- Con respecto al Grupo de Análisis, le puedo señalar que es un órgano
colegiado, integrado multidisciplinariamente, que se inserta dentro de nues-
tra Política Nacional sobre Operaciones de Paz. No cuenta, salvo la Política
Nacional, con una normativa específica que lo reglamente.
Si eleváramos el rango jerárquico de sus miembros, lograríamos, sin duda,
darle mayor status, pero normalmente los organismos de mayor nivel son los
que menos posibilidad de reunirse tienen. Entonces, quizás, logremos que
no se reúna o, bien, que sus miembros titulares terminen delegando su repre-
sentación en funcionarios de menor rango y sin facultad resolutiva, con lo
cual volvemos a tener el mismo problema que al comienzo. A mi juicio, más
que elevar su rango, hay que reglar su funcionamiento, haciéndolo más
periódico, que pueda dar mejores orientaciones a la Sra. Ministra, que pueda
planificar el marco de las operaciones que nos interesan, vislumbrar futuros
requerimientos, entre otras cosas.
Siguiendo con la pregunta, ¿convendría modificar el texto de la ley 19.067,
sobre Salida de Tropas al Extranjero, abordando en forma expresa la salida
de contingente en operaciones de paz?
R.- Convengamos en que cuando se promulga el texto en comento, las ope-
raciones de paz con contingente nacional, prácticamente no existían y Chile
no tenía injerencia en el tema. La ley, por razones de Seguridad Nacional,
involucra al Senado en el otorgamiento del acuerdo para materializar la salida
de tropas al extranjero. Asimismo, se pone en el supuesto que estemos en
presencia de un número importante de miembros (por ejemplo, en el caso de
una división). En cambio, tratándose de operaciones de paz, el número de
personas que la integra es, generalmente, bajo (por dar un número, 20 ó 30
personas). Tratándose de la salida de una sola persona, por ejemplo, en
calidad de observador, la ley no es aplicable, atendido que ella regula la
salida de «tropas».
En razón de ello, no creo que se justifique una ley especial; posiblemente, sí
podría concebirse una actualización, producto de la cual se aborde en forma
expresa el rubro de las operaciones de paz.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Atendida nuestra participación cada vez más activa en el tema de las Opera-
ciones de Paz, ¿cree necesario dotar al rubro de una Orgánica Específica?
R.- Convengamos en que hoy en día una operación de paz puede actuar en
terreno autorizada por Naciones Unidas, bajo mandato OTAN, como ocurre
en Bosnia. Con anterioridad, sólo se concebía una operación bajo mandato
ONU. Chile se encuentra inserto en este escenario de cambios, donde los
requerimientos para participar vienen también de organismos regionales,
por tanto, creo que es necesario adecuarnos a estos cambios, actualizando
nuestra Política del ramo. Si bien la normativa de los dos Decretos Supremos
que la han reglado, fue una adecuada respuesta para el momento, creo que
es necesario seguir avanzando en el camino de su actualización.
Ahora bien, desde un punto de vista orgánico, no creo necesaria la creación
de un órgano adicional, ya que está bien asentado en la actualidad, tanto en
este Ministerio de Defensa (cuya participación es obvia al existir contingen-
te de las FF.AA. y de Orden demandado para tomar parte en alguna misión)
como en Relaciones Exteriores (cuyo papel resulta también fundamental, al
depender de él el manejo de nuestras relaciones en el concierto mundial). Por
tanto, creo que quienes deben tomar parte en el tema, ya están llamados a
hacerlo.
Por otra parte, producto, como hemos visto, de la participación más crecien-
te de nuestras FF.AA. en Operaciones de paz, ¿cree que ello amerita la
inclusión de este nuevo rubro dentro de su misión constitucional, modifi-
cando consecuentemente tanto la Carta Fundamental como su Ley Orgáni-
ca Constitucional?
R.- Convengamos, también, que el rol constitucional primordial de las FF.AA.
está dado por su papel en procura de la Seguridad y Defensa de la nación.
Dentro de este papel se inserta el tema de la participación en misiones de paz,
ya que si está en peligro la Seguridad Internacional, a causa de un determina-
do incidente, automáticamente estamos en riesgo nosotros como país, por
insertarnos en el concierto de las naciones. Creo que dentro del concepto de
Seguridad Nacional debemos comprender nuestra participación en conflic-
tos que comprometan la Seguridad Internacional, atendido que si ésta se
encuentra en peligro, puede, a su vez, ponerse en riesgo la primera. En
mérito de lo anterior, creo que no se justifica modificar su misión constitu-
cional, agregando a sus funciones las operaciones de paz.
Quisiera consignar que la participación en esta clase de misiones, la veo
además de una contribución en pro de nuestra Seguridad Nacional inserta
en una forma de colaborar con Naciones Unidas, máxime, en la actualidad,
que Chile integra su Consejo de Seguridad, como, también, dentro de una
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
107 El Sr. Alfredo Labbé Villa es Diplomático de Carrera y se desempeña, en la actualidad, como
Subdirector de Política Especial en las áreas de Mantenimiento de Paz y Desarme de la Cancillería.
La entrevista se realizó en el mes de Enero del 2004.
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B.- Dentro de los aspectos que, a juicio de este tesista, pudieran ser objeto
de normativa legal expresa pudiera estar aquella que reglamente
específicamente la salida de contingente de una misión hacia el extranjero.
Por otra parte, también pudiera pensarse en mejorar el nivel jerárquico (o
«peso», si se quiere) del Grupo de Análisis nacional de Operaciones de Paz.
Se me ocurre, por ejemplo, incorporando derechamente a los Comandantes
en Jefe de cada una de las ramas de las FF.AA.
¿Hay algún otro aspecto que, a su entender, debiera ser mejorado o, bien,
abordado legislativamente?
R.- Con respecto al tema del Grupo de Análisis, permítame decirle que nues-
tro Ministerio cuenta con uno propio, presidido por nuestro Director Gene-
ral de Política Exterior, que considera, desde nuestra óptica de Cancillería, las
variables involucradas en una decisión de aportar tropas o contingente a
una determinada misión.
Ahora bien, respecto de lo preguntado, no creo pertinente que elevar el
rango de los integrantes del citado Grupo lo haga más operativo, ya que, de
todas formas, el Comandante en Jefe en cuestión, siguiendo el planteamien-
to suyo, no va a adoptar una decisión de inmediato; seguramente, la va a
estudiar con sus asesores y su Estado Mayor General y posteriormente la
comunicará. Por tanto, no creo que por esa vía el sistema se haga
más dinámico. A lo anterior, le agrego que, en definitiva, es el Presidente de
la República quien tiene la última palabra a la hora de materializar una
operación particular.
¿Qué ocurre con la normativa que regula la salida de contingente hacia el
extranjero. Piensa que la ley del ramo, pudiera ser objeto de alguna adecua-
ción o enmienda para consagrar expresamente la salida de uniformados en
misiones de paz?
R.- Sobre el particular, yo iría más allá. Esto es, elevaría de rango legal la
normativa consignada en nuestra Política Nacional sobre Operaciones de
Paz, complementándola en todo aquello que permita operacionalizarla. Dere-
chamente, elevando el rango de los textos que la han contenido, como han
sido los D.S. 94 y 68, del área de Defensa. Creo que la especificidad, el tipo de
requerimiento involucrado y la agilidad con la que es necesario reaccionar,
amerita considerar la dictación de una normativa que asegure una fluida y
rápida reacción ante el pedimento de Naciones Unidas. No descarto que, en
esta legislación, se pudiera también incorporar el aspecto que Ud. me pre-
guntó, en torno a la regulación de la salida de contingente.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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D.- A su juicio, ¿Cuál es el rol que tienen y tendrán las Operaciones de Paz
en nuestra Política Exterior?
R.- La Política Exterior de Chile tiene un segmento de Seguridad Internacio-
nal y de Desarme, cuyo objetivo principal es preservar las condiciones de
seguridad, estabilidad y paz que requiere el funcionamiento fluido de una
comunidad internacional cada vez más interdependiente. A Chile le interesa
sobremanera la mantención de la paz y la seguridad internacionales en los
términos y dentro del espíritu de la Carta de Naciones Unidas. Y ello, no sólo
por la jerarquía axiológica intrínseca de su preservación, sino también por-
que tal preservación configura un objetivo de la propia Carta que, no debe-
mos olvidar, forma parte de nuestro ordenamiento jurídico nacional, al ser un
tratado internacional firmado y ratificado por Chile.
De esa forma, las Operaciones de Paz rolan dentro de la materialización de
ese objetivo o segmento de nuestra Política Exterior.
Por otra parte, nuestra política de cooperación con Naciones Unidas y, a su
vez, con el Consejo de Seguridad se inserta dentro del principio de la «Indi-
visibilidad de la Seguridad Internacional», que cruza toda la Política Exterior
de Chile, en virtud del cual toda amenaza a la seguridad de un miembro de la
comunidad internacional es, a la vez, una amenaza a todos los demás. Por
tanto, todos los miembros de esa comunidad, cualesquiera sea su estatura o
poderío, tienen su cuota de responsabilidad en la mantención de la paz y la
seguridad internacionales. Es en este sentido como debe entenderse el apor-
te que Chile hace a la comunidad internacional.
Puedo decir que, desde la perspectiva recién vista, continuará la participa-
ción de Chile en operaciones de paz, participación que en lo futuro depende-
rá - en lo material - de la disponibilidad de recursos con los cuales se cuente
para dotar a nuestras FF.AA., ya que mantener constantemente contingen-
te disponible es una tarea onerosa.
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos
propósitos comunes.
Art. 2. Para la realización de los Propósitos consignados en el art. 1, la
Organización y sus Miembros procederán de acuerdo con los siguientes
Principios: 1. La Organización está basada en el principio de la igualdad
soberana de todos sus Miembros. 2. Los Miembros de la Organización, a fin
de asegurarse los derechos y beneficios inherentes a su condición de tales,
cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad
con esta Carta. 3. Los Miembros de la Organización arreglarán sus contro-
versias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan
en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia. 4. Los Miem-
bros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de
recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incom-
patible con los Propósitos de las Naciones Unidas. 5. Los Miembros de la
Organización prestarán a ésta toda clase de ayuda en cualquier acción que
ejerza de conformidad con esta Carta, y se abstendrán de dar ayuda a Estado
alguno contra el cual la Organización estuviere ejerciendo acción preventiva
o coercitiva. 6. La Organización hará que los Estados que no son Miembros
de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos Principios en la
medida que sea necesaria para mantener la paz y la seguridad internaciona-
les. 7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a
intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de
los Estados, ni obligará a los Miembros a someter dichos asuntos a procedi-
mientos de arreglo conforme a la presente Carta, pero este principio no se
opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el cap. VII.
Cap. II. Miembros
Art. 3. Son Miembros originarios de las Naciones Unidas los Estados
que habiendo participado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Organización Internacional celebrada en San Francisco, o que habiendo fir-
mado previamente la Declaración de las Naciones Unidas de 1•‹ de enero
de 1942, suscriban esta Carta y la ratifiquen de conformidad con el art. ll0.
Art. 4. 1. Podrán ser Miembros de las Naciones Unidas todos los
demás Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas
en esta Carta, y que, a juicio de la Organización, estén capacitados para
cumplir dichas obligaciones y se hallen dispuestos a hacerlo. 2. La admisión
de tales Estados como Miembros de las Naciones Unidas se efectuará por
decisión de la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad.
Art. 5. Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya sido objeto
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Composición
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Votación
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al total de las cuotas adeudadas por los dos años anteriores completos. La
Asamblea General podrá, sin embargo, permitir que dicho Miembro vote si
llegare a la conclusión de que la mora se debe a circunstancias ajenas a la
voluntad de dicho Miembro.
Procedimiento
Composición
Funciones y Poderes
Art. 24. 1. A fin de asegurar acción rápida y eficaz por parte de las
Naciones Unidas, sus Miembros confieren al Consejo de Seguridad la res-
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Votación
Procedimiento
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que trata el art. 43, por el Consejo de Seguridad con la ayuda del Comité de
Estado Mayor.
Art. 46. Los planes para el empleo de la fuerza armada serán hechos
por el Consejo de Seguridad con la ayuda del Comité de Estado Mayor.
Art. 47. 1. Se establecerá un Comité de Estado Mayor para asesorar y
asistir al Consejo de Seguridad en todas las cuestiones relativas a las nece-
sidades militares del Consejo para el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, al empleo y comando de las fuerzas puestas a su disposi-
ción, a la regulación de los armamentos y al posible desarme. 2. El Comité de
Estado Mayor estará integrado por los Jefes de Estado Mayor de los miem-
bros permanentes del Consejo de Seguridad o sus representantes. Todo
Miembro de las Naciones Unidas que no esté permanentemente representa-
do en el Comité será invitado por éste a asociarse a sus labores, cuando el
desempeño eficiente de las funciones del Comité requiera la participación de
dicho Miembro. 3. El Comité de Estado Mayor tendrá a su cargo, bajo la
autoridad del Consejo de Seguridad, la dirección estratégica de todas las
fuerzas armadas puestas a disposición del Consejo. Las cuestiones relativas
al comando de dichas fuerzas serán resueltas posteriormente. 4. El Comité de
Estado Mayor, con autorización del Consejo de Seguridad y después de
consultar con los organismos regionales apropiados, podrá establecer sub-
comités regionales.
Art. 48 1. La acción requerida para llevar a cabo las decisiones del
Consejo de Seguridad para el mantenimiento de la paz y la seguridad interna-
cionales será ejercida por todos los Miembros de las Naciones Unidas o por
algunos de ellos, según lo determine el Consejo de Seguridad. 2. Dichas
decisiones serán llevadas a cabo por los Miembros de las Naciones Unidas
directamente y mediante su acción en los organismos internacionales apro-
piados de que formen parte.
Art. 49. Los Miembros de las Naciones Unidas deberán prestarse
ayuda mutua para llevar a cabo las medidas dispuestas por el Consejo de
Seguridad.
Art. 50. Si el Consejo de Seguridad tomare medidas preventivas o
coercitivas contra un Estado, cualquier otro Estado, sea o no Miembro de las
Naciones Unidas, que confrontare problemas económicos especiales origi-
nados por la ejecución de dichas medidas, tendrá el derecho de consultar al
Consejo de Seguridad acerca de la solución de esos problemas.
Art. 51. Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho
inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque
armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo
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Procedimiento
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Art. 73. Los Miembros de las Naciones Unidas que tengan o asuman
la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcan-
zado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que
los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo,
aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo
posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales estableci-
do por esta Carta, el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimis-
mo se obligan: a) a asegurar, con el debido respeto a la cultura de los pueblos
respectivos, su adelanto político, económico, social y educativo, el justo
tratamiento de dichos pueblos y su protección contra todo abuso; b) a
desarrollar el gobierno propio, a tener debidamente en cuenta las aspiracio-
nes políticas de los pueblos, y a ayudarlos en el desenvolvimiento progresi-
vo de sus libres instituciones políticas, de acuerdo con las circunstancias
especiales de cada territorio, de sus pueblos y de sus distintos grados de
adelanto; c) a promover la paz y la seguridad internacionales; d) a promover
medidas constructivas de desarrollo, estimular la investigación, y cooperar
unos con otros y, cuando y donde fuere del caso, con organismos interna-
cionales especializados, para conseguir la realización práctica de los propó-
sitos de carácter social, económico y científico expresados en este artículo;
y e) a transmitir regularmente al Secretario General, a titulo informativo y
dentro de los límites que la seguridad y consideraciones de orden constitu-
cional requieran, la información estadística y de cualquier otra naturaleza
técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas
de los territorios por los cuales son respectivamente responsables, que no
sean de los territorios a que se refieren los Cap. Xll y XIII de esta Carta.
Art. 74. Los Miembros de las Naciones Unidas convienen igualmente
en que su política respecto a los territorios a que se refiere este Capítulo, no
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
dad internacionales. Con tal fin, la autoridad administradora podrá hacer uso
de las fuerzas voluntarias, de las facilidades y de la ayuda del citado territo-
rio, a efecto de cumplir con las obligaciones por ella contraídas a este respec-
to ante el Consejo de Seguridad, como también para la defensa local y el
mantenimiento de la ley y del orden dentro del territorio fideicometido.
Art. 85. 1. Las funciones de la Organización en lo que respecta a los
acuerdos sobre administración fiduciaria relativos a todas las zonas no de-
signadas como estratégicas, incluso la de aprobar los términos de los acuer-
dos y las modificaciones o reformas de los mismos, serán ejercidas por la
Asamblea General. 2. El Consejo de Administración Fiduciaria, bajo la auto-
ridad de la Asamblea General, ayudará a ésta en el desempeño de las funcio-
nes aquí enumeradas.
Composición
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
celebrar consultas entre sí, y cuando a ello hubiere lugar, con otros miem-
bros de la Organización, a fin de acordar en nombre de ésta la acción conjun-
ta que fuere necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales.
Art. 107. Ninguna de las disposiciones de esta Carta invalidará o
impedirá cualquier acción ejercida o autorizada como resultado de la Segun-
da Guerra Mundial con respecto a un Estado enemigo de cualquiera de los
signatarios de esta Carta durante la citada guerra, por los gobiernos respon-
sables de dicha acción.
Art. 108. Las reformas a la presente Carta entrarán en vigor para todos
los Miembros de las Naciones Unidas cuando hayan sido adoptadas por el
voto de las dos terceras partes de los miembros de la Asamblea General y
ratificadas, de conformidad con sus respectivos procedimientos constitu-
cionales, por las dos terceras partes de los Miembros de las Naciones Uni-
das, incluyendo a todos los miembros permanentes del Consejo de Seguri-
dad.
Art. 109. 1. Se podrá celebrar una Conferencia General de los Miem-
bros de las Naciones Unidas con el propósito de revisar esta Carta, en la
fecha y lugar que se determinen por el voto de las dos terceras partes de los
miembros de la Asamblea General y por el voto de cualesquiera nueve miem-
bros del Consejo de Seguridad. Cada Miembro de las Naciones Unidas ten-
drá un voto en la Conferencia. 2. Toda modificación de esta Carta recomen-
dada por el voto de las dos terceras partes de la Conferencia entrará en vigor
al ser ratificada de acuerdo con sus respectivos procedimientos constitucio-
nales, por las dos terceras partes de los Miembros de las Naciones Unidas,
incluyendo a todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. 3.
Si no se hubiere celebrado tal Conferencia antes de la décima reunión anual
de la Asamblea General después de entrar en vigor esta Carta, la proposición
de convocar tal Conferencia será puesta en la agenda de dicha reunión de la
Asamblea General, y la Conferencia será celebrada si así lo decidieren la
mayoría de los miembros de la Asamblea General y siete miembros cuales-
quiera del Consejo de Seguridad.
Art. 110. 1. La presente Carta será ratificada por los Estados signata-
rios de acuerdo con sus respectivos procedimientos constitucionales. 2. Las
ratificaciones serán entregadas para su depósito al Gobierno de los Estados
Unidos de América, el cual notificará cada depósito a todos los Estados
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Considerando:
1. Que Chile es parte de la comunidad internacional de naciones y
que, en su carácter de Estado libre y soberano, aspira a participar activamen-
te en las instituciones y foros que promueven la Paz y el desarrollo de los
pueblos;
2. Que Chile integra desde su origen la Organización de las Naciones
Unidas, habiendo suscrito la Carta de las Naciones Unidas y otros tratados
y acuerdos en el marco de dicha organización;
3. Que la Carta de las Naciones Unidas establece en sus Capítulos VI
y VII un sistema de seguridad internacional, definiendo las opciones dispo-
nibles a los distintos países de la comunidad internacional para participar en
Operaciones de Paz, así como las reglas que las gobiernan;
4. Que la Constitución Política de la República de Chile establece que
es deber del Estado chileno resguardar la seguridad nacional;
5. Que, en un sentido integral y moderno, la seguridad de Chile
depende de un diverso conjunto de factores;
6. Que uno de dichos factores es la estabilidad y la seguridad interna-
cional;
7. Que, al mismo tiempo, el Estado de Chile basa su política exterior en
los principios de respeto a los tratados, observancia del principio de no
intervención en asuntos de otros Estados soberanos y promoción de bue-
nas relaciones entre los pueblos y los gobiernos, rechazando toda forma de
expansionismo;
8. Que resulta indispensable que el Estado de Chile, dentro de los
marcos de la Constitución Política, las leyes y los tratados vigentes, dispon-
ga de reglas y criterios que definan claramente la forma en que se produce la
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Naciones Unidas.
7.4. En estas operaciones sólo se comisionará personal profesional,
civil o militar, preferentemente voluntario, no pudiéndose completar los cua-
dros con personal que provenga de la conscripción obligatoria.
8.- La determinación de concurrir a participar en Operaciones de Man-
tenimiento de la Paz se adopta considerándose, entre otros, los siguientes
criterios gubernativos y administrativos:
8.1. La responsabilidad sobre la evaluación de cada petición, y la
proposición posterior a S.E., el Presidente de la República, será de los Minis-
terios de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional, en conjunto.
8.2. La responsabilidad de la organización y el control de la fuerza
que participe en una Operación de Mantenimiento de la Paz será del Minis-
terio de Defensa Nacional, con el apoyo directo de la Institución que propor-
ciona las fuerzas y equipos.
8.3. Para proporcionar la asesoría especializada se constituirá, en
forma permanente, un Grupo de Análisis en el Ministerio de Defensa Nacio-
nal (Estado Mayor de la Defensa Nacional), el cual estudiará cada caso a la
luz de esta política y de las orientaciones que emitan los Ministerios de
Relaciones Exteriores y Defensa Nacional. Este Grupo estará autorizado para
tomar contacto con instituciones de la Defensa, gubernamentales y otras
que sean necesarias, a fin de contar con los antecedentes que permitan una
mejor resolución en esta materia, para la toma de decisiones.
8.4. El proyecto de ley de Presupuesto contendrá anualmente una
provisión, asignada al Ministerio de Relaciones Exteriores, para enfrentar
los costos de las operaciones en que participen fuerzas chilenas.
8.5. La decisión final sobre el envío de fuerzas chilenas a una Opera-
ción de Mantenimiento de la Paz la adoptará S.E., el Presidente de la Repúbli-
ca, tomando en consideración el informe conjunto que presenten los Minis-
tros de Defensa y de Relaciones Exteriores.
9.- Nada de lo señalado en este documento puede entenderse como
una renuncia o limitación del derecho que asiste al Estado chileno para
concurrir al cumplimiento de obligaciones que pudieren dimanar de otros
acuerdos internacionales de carácter bilateral o regional.
3.2. Decreto Supremo N° 68 de 1999, del Ministerio de Defensa Nacio-
nal, Subsecretaría de Guerra
Considerando :
1. Que Chile es parte de la comunidad internacional de naciones y que,
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los compromisos que nuestro país ha adquirido con Naciones Unidas; con
la preocupación de Chile por los problemas de la paz y sobre todo, con las
situaciones de conflicto en zonas geográficas cuya estabilidad afectan a los
intereses nacionales.
6.2. Estas operaciones deben obedecer a un mandato del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas.
6.3. En todo caso, no se formarán ni se pondrán contingentes a
disposición de Naciones Unidas o de un Estado en particular, para que éste
determine autónomamente su despliegue.
6.4. El mandato de las Naciones Unidas debe definir claramente los
alcances de las operaciones y su duración.
6.5. Las partes involucradas en el conflicto, deben haber solicitado la
intervención de Fuerzas de Paz, salvo el caso de operaciones de imposición
de la paz, en donde no se requiere dicha solicitud.
6.6. Deberán ponderarse siempre los costos que las operaciones de
paz involucran respecto de los beneficios que el país obtiene, de manera que
exista una conveniente relación entre ambos aspectos.
6.7. Cada solicitud de Naciones Unidas se evaluará en forma separa-
da, a la luz de todos los criterios señalados en los párrafos precedentes y
siguientes.
7.- La determinación de concurrir a participar en operaciones de paz
se adopta considerándose, entre otros, los siguientes criterios operativos:
7.1. Se deberá establecer con claridad el tipo de operación en que se
participará, el país y la zona de él en que se desarrollará, el tipo y cantidad de
medios a comprometer, las limitaciones relacionadas con la actuación de
personal chileno y la duración considerada.
En concreto, toda participación nacional en operaciones de paz su-
pone definir oficial y formalmente el ámbito de actuación de las fuerzas chi-
lenas. Con tal objeto, y tratándose de fuerzas armadas y/o de orden y segu-
ridad pública, la autorización correspondiente para la salida de las tropas
debería indicar, con referencia a la enumeración de tareas contenida en el
punto 3 de este instructivo, el ámbito preciso de la autorización.
7.2. Las operaciones deben contribuir al perfeccionamiento de las
instituciones participantes. Esto debe manifestarse en la obtención de expe-
riencias, entrenamiento de personal, adquisición y reposición de material y
equipo.
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Artículo 14
Constitución de la Oficina y de las Cámaras.
1. Los jueces del Tribunal Internacional eligen un presidente.
2. El Presidente del Tribunal Internacional debe ser miembro de la Cáma-
ra de Apelaciones que él preside.
3. El Presidente nombra a los jueces del Tribunal Internacional, después
de haberles consultado, tanto de la Cámara de Apelaciones como de
una de las Cámaras de Primera Instancia. Los jueces sólo pertenecen
a la Cámara para la cual han sido nombrados.
4. Los jueces de cada Cámara de Primera Instancia eligen un Presidente
que será responsable de todos los procedimientos de dicha Cámara.
Artículo 15
Reglamento del Tribunal.
Los jueces del Tribunal Internacional adoptarán un régimen que regirá la
fase previa a la audiencia, la audiencia y los recursos, la recepción de prue-
bas, la protección de víctimas y de testigos, y otros asuntos relativos al
caso.
Artículo 16
El Procurador.
1. El Procurador es responsable de la instrucción de los expedientes y
del ejercicio de la persecución de los autores de graves violaciones
del derecho internacional humanitario cometidas en el territorio de la
ex-Yugoslavia a partir del 1º de enero de 1991.
2. El Procurador, que representa un órgano autónomo dentro del Tribu-
nal Internacional, actúa con total independencia. No solicita ni recibe
instrucciones de ningún gobierno ni de ninguna otra fuente.
3. La Oficina del Procurador está compuesta por el Procurador y por el
personal cualificado que pueda necesitar.
4. El Procurador es nombrado por el Consejo de Seguridad tras una
propuesta del Secretario General. Debe tener reconocida moralidad,
gran capacidad y sólida experiencia en la instrucción de asuntos cri-
minales y sus diligencias. Su mandato es de cuatro años, y es reelegi-
ble. Las condiciones de su empleo son las mismas que las de un
Secretario general adjunto de la Organización de las Naciones Uni-
das.
5. El personal de la Oficina del Procurador es nombrado por el Secretario
General por recomendación del Procurador.
272
Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Artículo 17
La Secretaría.
1. El Secretario es el encargado de asegurar la administración y los servi-
cios del Tribunal Internacional
2. La Secretaría se compone de un Secretario y del personal necesario.
3. El Secretario es designado por el Secretario General, tras consultar
con el Presidente del Tribunal Internacional, por un mandato de cua-
tro años renovables. Las condiciones de empleo del Secretario son la
mismas que las de un Subsecretario General de la Organización de las
Naciones Unidas.
4. El personal de la Secretaría es nombrado por el Secretario General por
recomendación del Secretario.
Artículo 18
Informes y establecimiento del acta de acusación.
1. El Procurador abre un informe de oficio o en base a los testimonios e
informes obtenidos de todo tipo de fuente, especialmente los gobier-
nos, los órganos de la Organización de las Naciones Unidas, las orga-
nizaciones intergubernamentales y no-gubernamentales. Evalúa los
informes recibidos u obtenidos y se pronuncia sobre la oportunidad
o no de iniciar las diligencias.
2. El Procurador está habilitado para interrogar a los sospechosos, las
víctimas y los testigos, a reunir pruebas y a proceder a medidas de
instrucción sobre el terreno. En la ejecución de tales tareas el Procu-
rador puede, si es necesario, solicitar el concurso de las autoridades
del Estado concernido.
3. Todo sospechoso interrogado tiene derecho a ser consejero de su
elección, lo que incluye a un defensor de oficio, sin costes si no tiene
los medios para remunerarle por su labor, y de beneficiarse, si es
necesario, de servicios de traducción en una lengua que él hable y
comprenda, y a partir de dicha lengua.
4. Si decide que ha encontrado presunciones de delito que dan lugar a
la apertura de diligencias, el Procurador instruye un acta de acusa-
ción en la cual expone sucintamente los hechos y el crimen reprocha-
dos al acusado en virtud de este Estatuto. El acta de acusación es
transmitida a un juez de la Cámara de Primera Instancia.
273
Guillermo Abarca Ugarte
Artículo 19
Examen del Acta de acusación.
1. El juez de la Cámara de Primera Instancia receptor del Acta de acusa-
ción la examina. Si estima que el Procurador ha establecido que a la
vista de las presunciones hay motivos para iniciar las diligencias,
confirma dicha Acta. En caso contrario, la rechaza.
2. Si confirma el Acta de acusación, dicho juez, a solicitud del Procura-
dor, emite los autos y el mandato de arresto, de detención, para que le
lleven o le remitan a las personas, y todos los demás autos necesarios
para llevar a cabo el proceso.
Artículo 20
Apertura y conducción del proceso.
1. La Cámara de Primera Instancia debe ocuparse de que el proceso sea
imparcial y rápido, y que la instancia se desarrolle de acuerdo con las
reglas de procedimiento y de prueba, que los derechos del acusado
sean plenamente respetados, y que la protección de las víctimas y de
los testigos sea debidamente asegurada.
2. Toda persona contra la cual haya sido confirmada un Acta de acusa-
ción, y que sea arrestada como consecuencia de una ordenanza o un
mandato de arresto emitido por el Tribunal Internacional, debe ser
informada inmediatamente de los cargos de los que se le acusa y
llevada ante el Tribunal Internacional.
3. La Cámara de Primera Instancia da lectura del Acta de acusación, se
asegura de que los derechos del acusado son respetados, confirma
que el acusado ha comprendido el contenido del Acta de acusación y
le ordena que se declare culpable o no culpable. La Cámara de Primera
Instancia fija entonces la fecha del proceso.
4. Las audiencias son pública a menos que la Cámara de Primera Instan-
cia decida realizarlas a puerta cerrada de acuerdo con sus reglas de
procedimiento y de prueba.
Artículo 21
Derechos del acusado.
1. Todos son iguales ante el Tribunal Internacional.
2. Toda persona contra la cual se efectúen acusaciones tiene derecho a
que su causa sea atendida imparcial y públicamente, con reserva de
las disposiciones del artículo 22 del Estatuto.
3. Toda persona acusada es presumida inocente hasta que se establez-
ca su culpabilidad de acuerdo con las disposiciones del presente
Estatuto.
274
Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
4. Toda persona contra la cual pese una acusación en virtud del presen-
te Estatuto tiene derecho, en uso del principio de plena igualdad, de
al menos las siguientes garantías:
a) De ser informada, en el más breve plazo posible, en una lengua
que comprenda y de forma detallada, de la naturaleza y de los
motivos de la acusación contra ella;
b) De disponer del tiempo y de las facilidades necesarios para la
preparación de su defensa y de comunicase con el consejero
de su elección;
c) De ser juzgado sin excesiva demora;
d) De estar presente en su propio proceso y de defenderse a sí
misma o de tener la asistencia de un defensor de su elección;
si no tiene defensor, de ser informada de su derecho de tener
uno, y, cada vez que el interés de la justicia lo exija, tener un
defensor de oficio, sin cargo alguno si no tiene medios para
pagarlo;
e) De interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y obte-
ner la comparecencia y el interrogatorio de los testigos de
descargo en las mismas condiciones que los testigos de car-
go;
f) De hacerse asistir gratuitamente por un intérprete si no com-
prende o no habla la lengua empleada en la audiencia;
g) De no ser forzada a testimoniar en contra de sí misma o de
declararse culpable.
Artículo 22
Protección de las víctimas y de los testigos.
El Tribunal Internacional prevé en sus reglas de procedimiento y de prueba
medidas de protección para las víctimas y los testigos. Las medidas de pro-
tección comprenden, como mínimo, las audiencias a puerta cerrada y la pro-
tección de la identidad de las víctimas.
Artículo 23
Sentencia.
1. La Cámara de Primera Instancia pronuncia sentencias e impone penas
y sanciones contra los culpables de graves violaciones del derecho
internacional humanitario.
275
Guillermo Abarca Ugarte
277
Guillermo Abarca Ugarte
b) Exterminación;
c) Reducción a la servidumbre;
d) Expulsión;
e) Encarcelamiento;
f) Tortura;
g) Violaciones;
h) Persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos;
i) Otros actos inhumanos.
Artículo 4
Violaciones del artículo 3 común a las Convenciones de Ginebra y al Proto-
colo adicional II.
El Tribunal Internacional está habilitado para perseguir a las personas que
cometan o den la orden de cometer infracciones graves del Artículo 3 común
a las Convenciones de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para la protección
de las víctimas en tiempos de guerra, y al protocolo adicional II a dichas
Convenciones del 8 de junio de 1977. Tales violaciones comprenden sin ser
taxativa:
a) Los atentados contra la vida, la salud y el bienestar físico o mental de
las personas, en particular el asesinato, así como los tratamientos
crueles como la tortura, las mutilaciones o toda forma de castigos
corporales;
b) Los castigos colectivos;
c) La toma de rehenes;
d) Los actos de terrorismo;
e) Los atentados contra la dignidad personal, especialmente los trata-
mientos humillantes y degradantes, las violaciones, el forzar a la pros-
titución y todo atentado contra el pudor;
f) El pillaje;
g) Las condenas excesivas y las ejecuciones efectuadas sin un juicio
previo realizado por un tribunal constituido regularmente y provisto
de las garantías judiciales reconocidas como indispensables por los
pueblos civilizados.
h) Las amenazas de cometer los actos precitados.
Artículo 5
Competencia ratione personae.
El Tribunal Internacional para Ruanda tiene competencia con respecto a las
personas físicas de acuerdo con las disposiciones del presente Estatuto.
280
Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Artículo 6
Responsabilidad penal individual.
1. Quienquiera haya planificado, incitado a cometer, ordenado, cometi-
do, o ayudado y alentado de cualquier forma a planificar, preparar o
ejecutar uno de los crímenes contemplados en los artículos 2 a 4 del
presente Estatuto, es individualmente responsable de dicho crimen.
2. La categoría oficial de un acusado, ya sea como Jefe de Estado o de
Gobierno, no le exonera de su responsabilidad penal y no es motivo
de disminución de la pena.
3. El hecho de que cualquiera de los actos contemplados en los artícu-
los 2 a 4 del presente Estatuto haya sido cometido por un subordina-
do no libera su superior de su responsabilidad penal si sabía o tenía
razones para saber que el subordinado se aprestaba a cometer ese
acto o lo había cometido y el superior no tomó las medidas necesarias
y razonables para impedir que dicho acto no fuera cometido o para
castigar a los autores.
4. El hecho de que un acusado haya actuado en ejecución de una orden
de un gobierno o de un superior no le exonera de su responsabilidad
penal, pero puede ser considerado como un motivo de disminución
de la pena si el Tribunal Internacional para Ruanda lo estima confor-
me a la justicia.
Artículo 7
Competencia ratione loci y competencia ratione temporis.
La competencia ratione loci del Tribunal Internacional para Ruanda se ex-
tiende al territorio de Ruanda, incluyendo su espacio terrestre y su espacio
aéreo, y al territorio de Estados vecinos en el caso de graves violaciones del
derecho internacional humanitario cometidas por ciudadanos ruandeses. La
competencia ratione temporis del Tribunal Internacional se extiende al perío-
do que comienza el 1º de enero de 1994 y termina el 31 de diciembre de 1994.
Artículo 8
Competencias concurrentes.
1. El Tribunal Internacional para Ruanda y las jurisdicciones nacionales
son competentes simultáneamente para juzgar a los presuntos res-
ponsables de violaciones graves del derecho internacional humani-
tario cometidas en el territorio de Ruanda, así como a los ciudadanos
ruandeses presuntamente responsables de tales violaciones cometi-
das en el territorio de Estados vecinos entre el 1º de enero y el 21 de
enero de 1994.
281
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282
Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Artículo 11
Composición de las Cámaras.
Las Cámaras están compuestas por 11 jueces independientes, de distintas
nacionalidades, y de los cuales:
a) Tres ocupan un puesto en cada una de las Cámaras de primera instan-
cia; y
b) Cinco ocupan un puesto en la Cámara de Apelaciones.
Artículo 12
Cualificación y elección de los jueces.
1. Los jueces deben ser personas de reconocida moralidad, imparciali-
dad e integridad, poseedores de las cualificaciones requeridas en sus
respectivos países para ser nombrados en las más altas funciones
judiciales. En la composición de las Cámaras es tenida debida cuenta
de la experiencia de los jueces en materia de derecho penal y de
derecho internacional, particularmente de derecho internacional hu-
manitario y de derechos humanos.
2. Los jueces que conforman la Cámara de Apelaciones del Tribunal
Internacional encargado de perseguir a los presuntos responsables
de graves violaciones del derecho internacional humanitario cometi-
dos en el territorio de la ex-Yugoslavia desde 1991 (en adelante «el
Tribunal Internacional para la ex-Yugoslavia») compondrán igualmente
la Cámara de Apelaciones del tribunal para Ruanda.
3. Los jueces de las Cámaras de Primera Instancia del Tribunal Interna-
cional para Ruanda son elegidos por la Asamblea General sobre una
lista presentada por el Consejo de Seguridad según el siguiente pro-
cedimiento:
a) El Secretario General invita a los Estados miembros de la Orga-
nización de las Naciones Unidas y a los Estados no-miembros
que tienen un puesto de observadores permanentes en la sede
de la Organización a presentar candidaturas;
b) En un plazo de 30 días a contar de la fecha de invitación del
Secretario General cada Estado puede presentar la candidatu-
ra de un máximo de dos personas que reunan las condiciones
indicadas en el párrafo 1 de esta Artículo que no tengan la
misma nacionalidad entre sí y que ninguno de ellos tenga la
misma nacionalidad que cualquiera de los jueces de la Cámara
de Apelaciones.
c) El Secretario General transmite las candidaturas al Consejo de
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Artículo 24
Apelaciones.
1. La Cámara de Apelaciones conocerá los recursos presentados por las
personas condenadas por las Cámaras de Primera Instancia, o por el
Procurador, por los siguientes motivos:
a) Error en un punto de derecho que invalide la decisión; o
b) Error de hecho que conlleve una negación de justicia.
2. La Cámara de Apelaciones puede confirmar, anular o modificar las
decisiones de la Cámaras de Primera Instancia.
Artículo 25
Revisión.
Si se descubre un nuevo hecho desconocido en el momento del proceso en
primera instancia o en apelación, y que podría haber sido un elemento deci-
sivo en la decisión, el condenado o el Procurador pueden presentar al Tribu-
nal una demanda de revisión de la sentencia.
Artículo 26
Ejecución de las penas.
La pena de encarcelamiento será llevada a cabo en Ruanda o en un Estado
designado por el Tribunal Internacional para Ruanda sobre la lista de Esta-
dos que hayan hecho saber al Consejo de Seguridad que están dispuestos a
recibir a los condenados. La reclusión estará sometida a las reglas naciona-
les del Estado concernido, bajo control del Tribunal Internacional.
Artículo 27
Indulto y conmutación de pena.
Si el condenado puede beneficiarse de un indulto o de una conmutación de
pena en virtud de las leyes del Estado en la cual está preso, ese Estado avisa
al Tribunal Internacional para Ruanda. Un indulto o una conmutación de
pena no es acordada más que si el Presidente del Tribunal Internacional para
Ruanda, de acuerdo con los jueces, lo decide así lo decide según los intere-
ses de la justicia y sobre la base de los principios generales del derecho.
Artículo 28
Cooperación y ayuda judicial mutua.
1. Los Estados deben colaborar con el Tribunal Internacional para
Ruanda en la búsqueda y en los juicios de aquellas personas acusa-
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
Artículo 31
Lenguas de trabajo.
Las lenguas de trabajo del Tribunal Internacional son el inglés y el francés.
Artículo 32
Informe anual.
El Presidente del Tribunal Internacional para Ruanda debe presentar cada
año un informe del Tribunal Internacional para Ruanda al Consejo de Segu-
ridad y a la Asamblea General.
108 La información que se contiene en este anexo fue obtenida íntegramente de cada una de las páginas
web de las respectivas ramas de las Fuerzas Armadas.
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BIBLIOGRAFÍA
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G ENTREVISTAS
a) Sra. Ministra de Defensa Nacional, Dra. Michelle Bachelet Jeria;
b) Sr. Jefe Departamento de Operaciones de Paz del Estado Mayor de la
Defensa Nacional, TCL. Pedro Pimentel Valencia;
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Análisis del marco legal y sus consecuencias jurídicas aplicable a las operaciones de paz en que Chile participa
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300
EL PRINCIPIO DE NO INTERVENCIÓN
EN EL ÁMBITO DE LA PAZ Y SEGURI-
DAD INTERNACIONALES
301
302
ÍNDICE Página
Glosario de Siglas.............................................................................................305
303
6.- Operación Zorro del Desierto 1998
7.- Kosovo 1999.
8.- Timor Oriental 1999
9.- Bombardeo a Yugoslavia 1999.
10.- La Guerra de Afganistán. 2001.
11.- La Guerra de Irak 2003.
Conclusiones de los casos estudiados.
Conclusiones......................................................................................................429
Bibliografía.........................................................................................................435
304
Glosario de Siglas
306
INTRODUCCIÓN
Miles de años antes ya se había meditado sobre este tema. Lao Tse
señala que quienes sirven a la vida se adaptan a los cambios cuando actúan,
los cambios surgen de los tiempos; quienes conocen los tiempos no se
comportan de manera fija, por ello dice: “los caminos pueden ser guías, pero
no senderos trazados, los nombres pueden ser signados, pero no etiquetas
fijadas”. Un modo oriental correcto de proceder es cuando los ojos y los
oídos del buen gobernante (u organización) no están fatigados, y su espíritu
y fortaleza tampoco están agotados; entonces cuando surgen las cosas,
ellos observan los cambios, y cuando ocurren, ellos también responden a su
evolución.
308
oportuna. La «fortuna» cambia con las circunstancias y a veces el «compor-
tamiento técnico» para afrontar esas nuevas circunstancias de los hombres,
no cambia consecuentemente; pero como hemos consignado antes, el even-
tual cambio no está exento de problemas. Al respecto, en «El príncipe» se
comenta que: «Ha de considerarse que no hay cosa más difícil de emprender,
ni de resultado más dudoso, ni de más arriesgado manejo que ser el primero
en introducir nuevas disposiciones, porque el introductor tiene por enemi-
gos a todos los que se benefician de las instituciones viejas, y por tibios
defensores, a todos aquellos que se beneficiarán de las nuevas, tibieza que
procede en parte, de la incredulidad de los hombres, quienes no creen en
ninguna cosa nueva hasta que la ratifica una experiencia firme».
309
mente que todo se enmarca siempre en un determinado ámbito racional y
valórico; en el evento ventajoso, nada está errado. Sin embargo, sin esa
ventaja o la situación adecuada, nada es correcto. Lo que es correcto en un
caso no lo es en otro; lo que es equivocado en un caso, no es equivocado en
otro. ¿Cuál es, pues, la verdadera relación entre ética y política? ¿No tienen
nada que ver la una con la otra, como a veces se dice? ¿O es cierto por el
contrario, que hay “una sola” ética, válida para la actividad política como
para cualquier otra actividad?, se pregunta insistentemente Max Weber.
3 Benadava, Santiago, ”Derecho Internacional Público”, Editorial Jurídica de Chile, 1989, Pág. 3.
4 Bustos Valderrama, Crisólogo, Doctor en Derecho, Profesor de Derecho Internacional Público,
Universidades Pontificia Universidad Católica y Diego Portales. Apuntes de la Conferencia
dictada por el autor en Seminario Permanente de Profundización del Derecho Internacional
Público, Córdoba, Argentina, no publicada, usada sólo como texto de estudio para alumnos de la
Facultad de Derecho.
311
En efecto, en la filosofía milenaria de Sun Tzu5 la eficiencia máxima del
conocimiento de la estrategia es hacer que el conflicto sea totalmente innece-
sario. Esta estrategia ideal, que lleva la impronta característica del taoísmo,
consigue el máximo haciendo lo mínimo, lo que implica, que el éxito bélico
superior es ganar sin luchar. A nuestro entender, el Capítulo I de la Carta tiene
un enfoque muy similar al oriental ya que los propósitos establecidos en él son
el de mantener la paz o de las situaciones susceptibles de conducir a
quebrantamientos de la paz internacional mediante un arreglo pacífico de las
controversias. Solamente el párrafo 7 del Artículo número 2, deja la puerta
entreabierta para medidas coercitivas prescritas en el capítulo VII.
5 Sun Tzu, “El arte de la guerra”, versión de Thomas Cleary, Editorial Arca de la Sabiduría.
6 Von Clausewitz, Karl, “De la Guerra”. Citas diversas de Libro Primero.
312
reitere como práctica formalizada en desmedro de los países sin poder. Otro
aspecto significativo a tener en consideración también, es que si la norma no
se adelanta a las prácticas, ésta queda al arbitrio unilateral de quien detente
el poder en el orden mundial. Lo más juicioso sería señalar preceptos más
explícitos para estos casos y que las conductas sean previamente meditadas
y adecuadas al marco normativo que se le fijan. No es bueno utilizar resqui-
cios o simplemente desconocer la normativa de la Carta, pues ésta pierde
legitimidad y validez.
314
sino que debe utilizar todos aquellos elementos que parezcan razonables
para alcanzar con éxito la búsqueda de soluciones planteadas en la proble-
mática. Se puede decir entonces, que hay varios procedimientos para diag-
nosticar o analizar correctamente un problema o situación, pero que en to-
dos los casos hay que atenerse al mismo método de análisis para todas las
alternativas estudiadas. Seguir un método de análisis no significa ni garan-
tiza, en modo alguno, que las premisas y sus conclusiones sean ciertas o
válidas para todo evento, sino más bien en un ámbito espacial y temporal
muy acotado.
316
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
CAPÍTULO I
1. Conceptos básicos
317
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318
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
319
Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
Por otra parte, los segundos, los actores que realizan las intervencio-
nes por mandato de la ONU y de las Organizaciones Regionales debidamen-
te aprobadas, serán siempre legales y sus acciones deben someterse a los
procedimientos y normas propias de esas Organizaciones. En el Capítulo
correspondiente al “Estudio de Casos”, los analizaremos detalladamente.
320
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
3. El objeto de la Intervención
11 ABC de las Naciones Unidas. Naciones Unidas, Año 2000, Pág. 322.
322
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
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Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
4. El propósito de la Intervención
A nuestro juicio, estimamos que, previamente a dilucidar cuáles po-
drían ser los propósitos de una “intervención”, resulta imperativo investigar
sobre el origen, la génesis y el cumplimiento a través de la historia del prin-
cipio de la “no intervención”.
Desde Hobbes y Kant, y aún antes de ellos, todo Estado tenía el
derecho natural de solucionar sus asuntos internos y externos de acuerdo a
su soberanía e independencia. El no intervenir en los asuntos de otro Estado
era una norma invocada en las relaciones internacionales.
324
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
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5. Justificación de la Intervención
328
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
329
Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
Por otra parte, el mismo Jiménez de Aréchaga hace notar que: ”Esta
situación está claramente establecida ya que si bien la Carta no contiene una
disposición que trate expresamente el principio de no intervención por los
Estados, ese principio debería considerarse implícito en ella, ya que se pue-
de deducir del hecho que al proclamar la igualdad soberana de los Estados,
la Carta prohíbe a un Estado tener injerencia en los asuntos de otro. Este
concepto deriva del respeto a la personalidad jurídica e independencia polí-
tica del Estado, así como el principio de libre determinación, que comprende
el derecho de los pueblos a elegir libremente su sistema político, económico,
social y cultural. Por otra parte, no se puede permitir a los Estados hacer lo
que se le prohíbe a la Organización Internacional misma”.23 El autor en cues-
tión pone énfasis en que la amenaza del uso de la fuerza, sólo representa la
forma más evidente y extrema de la intervención.
330
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
331
Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
Consideraciones
Para los autores de este trabajo es una realidad el que aún no existe
una clara y precisa definición sobre la justificación de una intervención y de
la validez exacta de las restricciones, legales y políticas que ellas deben
tener. El mismo Secretario General de la ONU creó una Comisión destinada
estudiar esta situación y proponer las medidas que fueran aconsejables de
adoptar por parte de la misma Organización de las Naciones Unidas.
Desde la firma de la Carta de las Naciones Unidas hasta la fecha, las
condiciones del ámbito internacional han experimentando notorios cambios,
tanto en los tipos de conflictos bélicos y sus escenarios como en los equili-
brios de poder; los conflictos entre Estados han disminuido y han aumenta-
do los internos dentro de un Estado, muchos de los cuales afectan directa o
indirectamente el campo vecinal, regional y ponen en peligro la paz y la
seguridad internacionales.
332
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
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El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
CAPÍTULO II
LA INTERVENCIÓN FRENTE AL DERECHO INTERNACIONAL HU-
MANITARIO Y A LA ACCIÓN HUMANITARIA INTERNACIONAL
1. Antecedentes
30 Hernández Campos, Augusto, “El Derecho de los Conflictos Armados no Internacionales: una
Visión Introductoria”, Revista Agenda Internacional, Instituto de Estudios Internacionales,
Pontificia Universidad Católica del Perú, Año VII, N° 14, Lima, Enero-Junio 2000, Págs. 78-79.
31 Kalshoven, Frits y Zegveld, Liesbeth, “Restriciones en la Conducción de la Guerra. Introducción
al Derecho Internacional Humanitario”, Comité Internacional de la Cruz Roja, Buenos Aires,
2003, Pág. 12.
335
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337
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32 Ibídem.
33 Adams, Robert, “The Role of Humanitarian Issues in International Politics in the 1990s”,
International Review of The Red Cross, Humanitarin Debate: Law, Policy, Action, Volume 81, N°
833, Geneva, March, 1999, Pág. 20.
34 Ibídem.
338
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
35 Studer, Meinard, “El CICR y las relaciones cívico-militares en los conflictos armados”, Revista
Internacional de la Cruz Roja, Nº 842, Ginebra, 30 junio 2001, Págs. 367-390.
339
Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
Entre los años 1994 y 1997 fueron establecidos cuatro nuevos acuer-
dos sobre el Derecho de la Guerra: La Convención sobre la Seguridad del
personal de la ONU y personas asociadas de 1994, (que no forma parte
36 “Un Programa de Paz”, Informe del Secretario General de Naciones Unidas, Doc. ONU A/47/277-
S/24111, 17 de junio de 1992.
37 Op.cit. Studer, Meinard, “El CICR y las relaciones cívico-militares en los conflictos armados”,
Págs. 367-390.
38 Op. cit., Robert, Adams, “The Role of Humanitarian Issues in International Politics in the 1990s”,
Pág. 21.
340
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
39 Ibídem.
40 Ibídem, Págs. 23-25.
341
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vista hasta nuestro días con la última invasión a Irak) tuvo fuertes efectos en
la opinión pública y en la actuación de los Estados. Los nuevos escenarios
mostrados en vivo y en directo, han tenido una directa relación con el desa-
rrollo del Derecho de la Guerra y el Derecho Humanitario Internacional.
41 Ryniker Anne, “La posición del CICR sobre la “intervención humanitaria”, marzo de 2001, en:
http://www.icrc.org/spa
42 Ibídem
342
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55 Op.cit. Studer, Meinard, “El CICR y las relaciones cívico-militares en los conflictos armados”,
Págs. 367-390.
56 Ibídem.
348
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
57 Ibídem.
350
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CAPÍTULO III
Consideraciones iniciales
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60 Cfr. Op.cit., Jiménez de Aréchaga, Eduardo. “El Derecho Internacional Contemporáneo”, Págs.
136 y 137.
352
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
353
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Según R. J. Vincent, se las protege aún más con la frase “en sus
relaciones internacionales” en las cuales excluye el uso de la fuerza entre los
Estados, pero no dentro de ellos, lo que según él, afirma la soberanía del
Estado Nación, ya que el principio “no impide a un Estado emplear la fuerza
dentro de su zona jurisdiccional”, caso de Chechenia en Rusia.63 “Por
añadidura, la integridad territorial – intacta en tanto no se despoje al Estado
de alguna parte de su territorio- no es la misma cosa que la inviolabilidad
territorial, o sea “el derecho de un Estado a ejercer una jurisdicción exclusiva
dentro de su propio territorio”.
62 Goodrich, LM y Hambro, E., “Charter of the United Nations”, 2ª. Edición, Londres, 1949, Pág.
103.
63 Goodrich y Hambro, afirman que el principio “ni impide a un Estado emplear la fuerza dentro de
su zona metropolitana…ni para sofocar….un disturbio colonial”.
64 Goodrich y Hambro sostienen que la obligación estipulada en ese párrafo no se dirige contra los
métodos económicos o psicológicos de coerción.
354
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
el párrafo 4 del artículo 2º, por lo que no es en este artículo donde podría
encontrarse propuesta la norma de no intervención”.65
355
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67 Op. cit., Asamblea General, Documentos Oficiales, Quincuagésimo cuarto período de sesiones,
Suplemento Nº 1 (A/54/1) Memoria del Secretario General sobre la labor de la Organización.
N a c i o n e s U n i d a s , p á r r a f o 6 6 r e f e r e n t e a l a i n t e r v e n c i ó n d e l a O TA N e n l a
Crisis de Kosovo sin la autorización del Consejo de Seguridad. New York 1999, Pág. 9.
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El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
CAPÍTULO IV
ESTUDIO DE CASOS EN LOS CUALES SE HA VULNERADO EL
PRINCIPIO DE NO INTERVENCIÓN CONSIDERANDO O NO LA
LEGITIMIDAD ESTABLECIDA EN LA CARTA DE LAS
NACIONES UNIDAS
Concepto General
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Estudio de Casos
Antecedentes
364
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
El Rol de la ONU
83 Brogan, Patick, “Eastern Europe 1939-1989. The Fifty Years War”, (London: Bloombury
Publishing Limited, 1990), Págs. 131-132.
365
Agustín Toro Dávila / Juan Guillermo Toro Dávila / Martín Pérez Le-Fort
Consecuencias
La crisis de Hungría obligó a Estados Unidos a un cambio de posición
desde la visión respecto a Europa del Este, en el sentido de que si dichos
países se independizaran, esto traería consigo su adhesión al mundo
occidental (y a la OTAN), hacia una posición que buscaba la distensión con
la Unión Soviética, en el sentido de que si Europa Oriental recobrase su
libertad, eso no pondría en peligro los intereses de seguridad de la Unión
Soviética, porque Estados Unidos no consideraba a aquellos países como
potenciales aliados militares.
La crisis húngara demostró dos elementos importantes. En primer
lugar este período demostró claramente que tanto la Unión Soviética como
Estados Unidos daban un golpe de autoridad sobre sus esferas de influencia.
La Unión Soviética, tal como lo hizo Estados Unidos en la crisis del Canal de
Suez en el mismo período, recalcaba que no estaba dispuesta a permitir un
grado amplio de autonomía en su esfera de influencia. Ambas superpotencias
no cuestionaban de manera significativa el accionar de la otra en sus
respectivas áreas, buscando mantener el “status quo”.
Antecedentes
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Consecuencias
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Antecedentes
370
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
87 Robinson, Linda, “Intervention or Neglect: The United States and Central America Beyond the
1980’s”, New York: Council on Foreign Relations, 1991, Págs. 107-108.
371
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El Rol de la ONU
Consecuencias
88 Muñiz de Urquiza, María, “La Intervención Armada de EEUU en Panamá. Un Acto Internacional
Ilícito”, Afers Internacionals, Núm 20, 1991, Pág. 110.
372
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
Antecedentes
89 Millet, Richard, “The Aftermath of Intervention: Panama 1990”, Journal of Interamerican Studies
and World Affairs, Spring 1990, Volume 32, Number 1, Págs. 1-16.
90 www.google.cl/search=historia de Somalía. “Somalía, Mapas, Datos del País, Etnología, Historia,
Noticias, Idiomas, Música”.
373
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91 Artículo de ACNUR. Situación de los refugiados del Mundo. Cincuenta años de acción humanitaria.
Acápite Nº 10.3 Somalia: del éxodo a la diáspora.
374
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
375
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94 The Blue Helmets: A Review of United Nations Peace – Keeping. Tercera Edición. Publicación
de Naciones Unidas, Departamento de Información Pública de 1996, Pág. 295 “Operation Restore
Hope”.
95 Internet. www.msf.es/países/2_2_26_1.asp. Países: África: Operación Restore Hope. Médicos
sin Frontera.
96 Op. cit., The Blue Helmet: A Review of United Nations Peace – Keeping, Pág. 296.
376
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
377
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Consecuencias
98 Stoffels, Ruth Abril Dra. “Blackhawk derribado: Guerra en Somalia e intervención internacional”
en Caleidoscopio Revista Audiovisual, Número 6, Junio de 2003.
378
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
Antecedentes
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381
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necesarios para facilitar la salida desde Haití del liderazgo militar en el poder
y el retorno del presidente legalmente elegido y la restauración del legítimo
gobierno de Haití.
Consecuencias
382
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
Antecedentes
La situación no mejoró e hizo crisis desde los primeros días del mes de
diciembre, cuando el Jefe de Inspectores de la ONU en Irak (UNSCOM),
Richard Betler, informó al Consejo de Seguridad de la ONU que el Gobierno
de Irak ponía trabas en la realización de las funciones de control e inspección
que su Comisión cumplía, lo cual significó posteriormente la salida de todos
los inspectores y trabajadores de organizaciones humanitarias internacionales
99 Malone, David, “Decision-making in the UN Security Council: The Case of Haiti”, Oxford
University Press, New York, 1998, Págs. 181-182.
383
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del territorio iraquí. El día 16 las fuerzas aliadas iniciaron una violenta acción
de bombardeo sobre Irak mientras aún estaba reunido el Consejo de
Seguridad para buscar alguna solución a la crisis. Los Gobiernos de Estados
Unidos y del Reino Unidos trataron de justificar su actuar al margen del
Consejo aduciendo que en la Resolución 1145 del 2 de marzo estaba implícita
una acción militar en contra de Irak por cuanto expresaba que si Saddam
Husseim no cumplía con sus compromisos asumidos con el Secretario Gen-
eral, se exponía a severas consecuencias. Para tres miembros permanentes
del Consejo, China, Francia y Rusia y otros miembros de él, la acepción
“severas consecuencias” no significaba la autorización para proceder sobre
la base del poder militar, era solamente un prerrequisito que, de no cumplirse,
podría dar origen a autorizar una intervención armada, previo un nuevo
acuerdo del Consejo. Sin embargo, el Consejo no tomó ninguna acción en
contra de la acción unilateral de dos de sus miembros.
Consecuencias
En un análisis de los hechos “Operación Zorro del Desierto”, podemos
sacar las siguientes conclusiones:
- Fue un acto bélico que debe incluirse dentro de la guerra de 13 años en la
región, que se inició con una acción de imposición de la paz autorizada por
las Naciones Unidas frente a la agresión del Irak en contra de Kuwait. Para
efectos del Consejo de Seguridad, esa guerra terminó con el Acuerdo de abril
de 1991 que estableció las obligaciones que Irak debía cumplir y para cuyo
control organizó una Fuerza Militar de Mantenimiento de la Paz (UNIKOM)
y formó Comisiones de Control e Inspección de Armas y Armamentos que
pudieran significar una amenaza la estabilidad regional.
384
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
Antecedentes
385
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Cada día estuvo más claro que, a corto plazo, la campaña aérea no
había atenuado la violencia contra los albanokosovares, sino que la había
aumentado. La OTAN respondió prestando una creciente atención a la difícil
situación de los refugiados, ofreciendo el apoyo al ACNUR para la operación
de asistencia humanitaria (un puente aéreo y apoyo logístico para construir
campamentos para los refugiados). La aceptación por el ACNUR del
ofrecimiento de asistencia de la OTAN contribuyó a arbitrar una solución
urgente para los albanokosovares abandonados a su suerte en la frontera de
Macedonia. La inmediata construcción de campamentos y el posterior
programa de evacuación a terceros países constituyeron el paquete de
medidas necesario para lograr el consentimiento del gobierno de Macedonia
para admitir a los refugiados.
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Consecuencias
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Antecedentes
El Rol de la ONU
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Consecuencias
Antecedentes
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Consecuencias
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El Rol de la ONU
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de terrorismo. Todas las acciones que han tomado en contra de ellos en sus
respectivos territorios, que han sido criticadas internacionalmente por violar
el sentimiento humanitario, han pasado a tener justificación internacional.
Los ejemplos de las acciones anti-terroristas de la Federación Rusa en
Chechenia y de Israel en Palestina.
Consecuencias
La Alianza del Norte ocupó militarmente gran parte del país y desarticuló
las fuerzas militares gubernamentales; se pudo conformar un Gobierno
Provisorio con líderes opositores a los Talibanes, pero aún no se ha logrado
el control total del territorio ni de los múltiples clanes que mantienen sus
particulares intereses. Todas las acciones tendientes a ubicar y capturar a
los líderes terroristas han resultado infructuosas.
109 Ibídem.
402
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Antecedentes
112 Cordesman, Anthony H.. “Agenda de Política Exterior de Estados Unidos”. Comentario. Embajada
de los Estados Unidos de América de 1 Agosto de 2002.
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El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
vorable. Estados Unidos, con el apoyo del Reino Unido, España y Bulgaria
solamente aceptaron un plazo de 10 días; cumplido ese plazo, la única opción
que aceptaban era el empleo de la Fuerza Militar. Acordaron presentar una
nueva proposición con la que presionaban al Consejo a aceptarla, ya que si
era rechazada, considerarían una actuación sin la aprobación de él. Su base
fundamental fue que en la Resolución 1441, se advirtió al Gobierno de Hussein
que si no daba estricto cumplimiento a ella en un plazo breve sería objeto de
sanciones máximas y como, según sus opiniones, los plazos no se cumplieron,
estaba dada la condición para la aplicación del Capítulo VII que autoriza el
uso de la fuerza militar.
Si bien este Capítulo autoriza una acción armada, ella está expresamente
regulada según sus artículos 43 al 49 en los cuales se establecen determinadas
condiciones:113
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potenciales a favor de los Aliados les permitió a éstos destruir las instalaciones
defensivas iraquíes y la conquista de sus principales ciudades en corto
tiempo, pero, en todo caso, superior al que ellos mismos se habían fijado
previamente como límite.
115 Texto Oficial. Embajada de los Estados Unidos de América, Sección Información y Cultura. 5 de
mayo del 2003. Págs. 1 y 2.
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El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
CAPÍTULO V
ANÁLISIS DE LA PARTICIPACIÓN DE CHILE EN MISIONES DE
PAZ DE LA ONU FRENTE AL PRINCIPIO DE NO
INTERVENCIÓN
1. Participación de Chile en OPAZ
Chile ha tenido una participación en OPAZ de la ONU limitada en
cuanto a efectivos participantes, pero continuada desde 1949 y con per-
sonal profesional, que se ha destacado en la misiones cumplidas y que ha
recibido las felicitaciones de Naciones Unidas.
Las misiones de operaciones de paz en las cuales ha participado Chile
son las siguientes:
116 50 Años 1948–1998, “Las Naciones Unidas y el Mantenimiento de la Paz”, libro editado por el
Departamento de Relaciones Públicas de la ONU en 1999. Págs. 49 y 50.
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118 Op. cit., “The blue helmets, a review of United Nations Peace – Keeping”. Pág. 741.
414
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
Chile participó entre mayo de 1992 y octubre de 1993 (18 meses) con
9 oficiales, 3 suboficiales y 40 gente de mar de infantería de marina de
la Armada Nacional, 53 efectivos en dos operaciones, Pagoda I y II,
con un total de 104 efectivos.
415
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120 Toro, Juan Guillermo y Medina, Alejandro, “La Tragedia de Timor Oriental” Revista Política y
Estrategia de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, (ANEPE) Nº 80, Enero–
Abril año 2000.
416
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
418
El principio de no intervención en el ámbito de la paz y seguridad internacionales
CAPÍTULO VI
1. Introducción
Chile no puede marginarse de los esfuerzos por la paz, sino por el contrario,
debe tender a incrementar su participación en el sistema internacional a
través de instituciones tales como: organismos internacionales, regionales y
subregionales, foros, acuerdos y otras instancias para los fines señalados.
421
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esta posibilidad ante una situación concreta y que tienen una relación indirecta
con el principio de no intervención:
1. Chile integra desde su origen la Organización de las Naciones Unidas
y ha ratificado la Carta de dicha organización. Esto lo obliga a participar
en el mantenimiento de la paz llevado adelante por la ONU, pero la
decisión de participar es soberana del Estado de Chile.
2. Fiel a los principios enunciados, el Estado de Chile reafirma real y
solemnemente su compromiso de contribuir de manera activa al
esfuerzo en pro de la paz y la seguridad internacionales que desarrolla
permanentemente la Organización de Naciones Unidas. Chile está
haciendo realidad este compromiso al aumentar su participación de
efectivos militares y al haber firmado el Sistema de Acuerdos de Fuerzas
de Reserva de Naciones Unidas y con la creación del CECOPAC.
3. Para los efectos de este instructivo Presidencial debe entenderse por
operación de paz, todo despliegue internacional de medios civiles o
militares y de orden y seguridad pública que, bajo el mando y control
de las Naciones Unidas o de un Estado o mando expresamente
designado y autorizado por ésta, tiene por objeto directo contribuir a
la consolidación de un cese de hostilidades. Para nuestro propósito
de analizar el establecimiento del principio de no intervención, es
importante destacar que el despliegue de efectivos chilenos para
participar en OPAZ, será sólo bajo el mando y control de las Naciones
Unidas o de un Estado o mando expresamente designado y autorizado
por ésta. Por lo tanto, se excluye la participación de Chile en OPAZ no
dispuestas o no autorizadas por el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas.
4. Las partes involucradas en el conflicto, deben haber solicitado la
intervención de Fuerzas de Paz, salvo el caso de operaciones de
imposición de la paz, en donde no se requiere dicha solicitud. Aquí se
establece, que en lo referente al mantenimiento de la paz, Chile sólo
actuará cuando las partes en conflicto hayan aceptado o solicitado la
intervención de las Fuerzas de Paz. En realidad, en las operaciones de
paz tradicionales, en un conflicto armado internacional, por definición,
no pueden desplegarse sin la autorización de los afectados en el
conflicto armado, por lo cual es poco probable que se afecte el principio
de no intervención, ya que si los Estados en pugna están de acuerdo
en que Naciones Unidas intervenga, ya no se vulneraría este principio.
Diferente sería el caso de un conflicto armado interno o guerra civil,
en especial por la dificultad de poner de acuerdo a los bandos en
pugna y, en ese caso, si fuera imperativo actuar por razones
humanitarias, se podría vulnerar este principio.
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124 Ministerio de Defensa Nacional, Estado Mayor de Defensa Nacional, Decreto SSG II/2 Nº 94 del
8 de noviembre de 1996.
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c.- El Presidente del GAOPAZ queda facultado para tomar contacto con
Instituciones de la Defensa, gubernamentales y otras que estime
necesarias, a fin de contar con los antecedentes que permitan una
mejor resolución en esta materia, para la toma de decisiones de S.E. el
Presidente de la República.
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CONCLUSIONES
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7.- Queremos dejar expresa constancia, por ser interesante para análisis
futuros, de la situación que se produjo en la sesión del Consejo de
Seguridad del 8 de marzo del 2003, cuando Estados Unidos y el Reino
Unido trataron de imponer una resolución que significaba la
aprobación de una intervención armada contra Irak. A juicio del
Gobierno de Chile, la agresión propuesta no estaba justificada dentro
de la premura que exigían las dos potencias mencionadas para actuar,
cuando todavía existían posibilidades de buscar una solución por
otros medios no coercitivos.
433
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BIBLIOGRAFÍA
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Páginas en Internet:
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- http://www.oas.org
- http://www.icrc.org/spa
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- Reporte Anual 2002, Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios,
ONU.
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OCHA_Annual_Report_2002.pdf
- Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, ONU.
http://www.reliefweb.int/appeals/2003/ocha2003.pdf
- www.google.cl/search=historia de Somalía. “Somalía, Mapas, Datos del
País, Etnología, Historia, Noticias, Idiomas, Música”.
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Restore Hope. Médicos sin Frontera.
- Internet. Google Naciones Unidas Página Principal. Mantenimiento de
la Paz: Operaciones de Paz desplegadas por la ONU: Kosovo – UNMIK.
- Internet. www.un.org/spanish/kosovo/unmik.htm
438
ÍNDICE GENERAL
Página
Prólogo ...................................................................................................................5
439
440
CRISTIÁN LE DANTEC GALLARDO. General de Ejército,
Magíster en Gestión de Negocios Internacionales, realizado en la Cristián Le Dantec Gallardo
Universidad Gabriela Mistral. Magíster en “Ciencias Militares”, Guillermo Abarca Ugarte
con mención en “Planificación y Gestión Estratégica”. Alumno
del Doctorado Estudios Americanos, mención Relaciones Agustín Toro Dávila
Internacionales del Instituto de Estudios Avanzados de la
Universidad de Santiago.
8 Juan Guillermo Toro Dávila COLECCIÓN DE
Martín Pérez Le-Fort INVESTIGACIONES ANEPE