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ACTIVIDAD 3: EL CUERPO

HUMANO
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Nº167
CÁTEDRA: Didáctica de las Ciencias Naturales II
DOCENTE: Moreno, Irene.
ALUMNAS:
Duhalde, Fedra.
Juárez, Brisa.
López de Armentia, Florencia.
Pérez, Laura.
CICLO LECTIVO: 2021
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
CURSO: TERCER AÑO
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DUHALDE, JUÁREZ, LÓPEZ DE ARMENTIA Y PÉREZ

INTRODUCCIÓN:

¿CÓMO ESTÁ COMPUESTO NUESTRO CUERPO?

El cuerpo humano, visto desde afuera, se divide en partes la cabeza, el


tronco y las extremidades: las superiores, o brazos; y las inferiores, o piernas. Por
dentro, está constituido por diferentes órganos: el cerebro, el estómago, el corazón,
los huesos, los músculos, entre otros. Estos, a su vez, se agrupan en sistemas de
órganos, que cumplen distintas funciones y que, en conjunto constituyen nuestro
organismo. La ciencia que estudia las partes externas e internas del cuerpo es la
Anatomía.

Los sistemas de órganos realizan diversas funciones que permiten que el


cuerpo crezca, se desarrolle y origine nuevos individuos. La ciencia que estudia las
distintitas funciones es la Fisiología. Estas funciones se agrupan en tres tipos
generales: nutrición, control y relación con el ambiente, y reproducción.

Con respecto al tema que se va a desarrollar “Músculos, huesos y


articulaciones: un gran engranaje”, se puede decir que los huesos nos dan
consistencia, forma y nos permite mantener la postura. Además, protegen los
órganos vitales: el cráneo al cerebro, la caja torácica a los pulmones y el corazón,
por ejemplo. Los huesos son además importantes para otras funciones vitales como
la generación de células sanguíneas entre otras.

Sin las articulaciones no podríamos doblar los codos o flexionar las rodillas.
Son las bisagras de nuestro organismo protegida por un cartílago que evita el roce
entre los huesos. Los músculos son el motor y hacen que los huesos se muevan ya
que están unidos a ellos mediante los tendones. Cuando un músculo se contrae
provoca el movimiento del hueso mediante la articulación correspondiente.

Tanto los músculos, como los huesos y las articulaciones están diseñados
para estar en movimiento.
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DESARROLLO:

EL ESQUELETO HUMANO:

El sistema esquelético se compone de huesos, ligamentos y cartílagos.

El esqueleto es el elemento
estructural básico que dota al
cuerpo humano de su forma y le
permite realizar las funciones que
lleva a cabo.

Tiene dos funciones


principales: proteger los órganos
internos, algunos tan delicados
como el cerebro o las vísceras, y
colaborar con los músculos para
hacer posible todo tipo de
movimientos, algunos tan precisos
como los de la mano.

El esqueleto es el marco
que brinda estructura al resto del
cuerpo y facilita los movimientos.
También incluye ligamentos y
cartílagos. Los ligamentos son bandas de tejido conectivo denso y fibroso que son
clave para la función de la articulación. El cartílago es más flexible que el hueso,
pero más duro que el musculo, el mismo ayuda a proporcionar estructura a laringe y
la nariz. También se encuentra entre las vértebras y en los extremos de huesos
como el fémur.

LOS TEJIDOS DEL ESQUELETO:


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Los elementos constituyentes del esqueleto son los huesos y las


articulaciones que los unen entre sí. Están formados por dos tipos de tejido, el
cartilaginoso y el óseo, que en los puntos de unión se continúan, manteniendo así la
unidad de todo el sistema.

TEJIDO CARTILAGINOSO:

Es un tejido denso, formado por una red


de fibras colágenas y elásticas, que contiene en
grande proporciones sustancia intercelular
gelificada y una células llamadas condrocitos.
Carece de vasos y de nervios.

El tejido cartilaginoso forma los cartílagos y reviste las superficies de las


articulaciones.

TEJIDO ÓSEO:

Está formado por una matriz


calificada, fibras de colágeno y unas
células llamadas osteocitos que presentan
prolongaciones finas del citoplasma y se
encuentran dentro de unas cavidades
análogas a las del tejido cartilaginoso,
llamadas también lagunas.

El tejido óseo es compacto y duro, y presenta en su interior unos delgados


canales, los conductos de Havers, en los que se hallan los vasos sanguíneos.

Según las disposición de estos elementos, pueden distinguirse dos tipos


principales de tejido óseo: el compacto, denso y pesado, y el esponjoso, que
contiene espacios huecos en su interior, está atravesado por fibras de refuerzo y es
mucho más ligero.
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ESTRUCTURA Y FORMACIÓN DE LOS HUESOS:

Los huesos están recubiertos por una


membrana resistente, el periostio,
constituida por tejido conjuntivo y en la
que se encuentran vasos y nervios. En el
interior de los huesos se halla la médula
ósea, que ocupa la cavidad central en el
caso de los huesos largos, y se aloja en
las cavidades del tejido óseo esponjoso
en los restantes. Es un tejido de
importancia vital, ya que produce células
sanguíneas. A medida que el hueso va envejeciendo, la médula se transforma en un
tejido de naturaleza grasa y de color amarillento. Por su forma, pueden distinguirse
tres tipos de huesos:

-Huesos largos: constan de un cilindro con los dos extremos redondeados. La


porción alargada se llama diáfisis, aunque se conoce habitualmente como caña, y
los extremos redondeados o epífisis.

-Huesos cortos: presentan un aspecto compacto, de dimensiones reducidas,


y están formados por tejido óseo esponjoso revestido de una capa delgada de tejido
óseo compacto.

-Huesos planos o anchos: están formados por una lámina aplanada de tejido
óseo esponjoso, rodeado en ambas caras por una lámina de tejido óseo compacto.

Los huesos se originan a partir de las estructuras de tejido cartilaginoso que


existen previamente.

HUESOS DE LAS EXTREMIDADES SUPERIORES:

El miembro superior y extremidad superior, en el


cuerpo humano, es cada una de las extremidades que
se fijan a la parte superior del tronco. Se compone en
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cuatro segmentos: cintura escapular, brazos, antebrazo y mano; se caracteriza por


su movilidad y capacidad para manipular y sujetar.

HUESOS DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES:

En anatomía humana, el miembro inferior o miembro pelviano


es cada una de las dos extremidades que se encuentran
unidas al tronco a través de la pelvis mediante la articulación
de la cadera. Tienen la función de sustentar el peso del
cuerpo en la posición bípeda y hacer posible los
desplazamientos mediante la contracción de su potente
musculatura.

LOS HUESOS:
Los huesos
proporcionan sostén a
nuestros cuerpos y ayudan
a darles forma. Aunque
sean muy ligeros, los
huesos son lo bastantes
resistentes como para
soportar todo nuestro peso.
Nuestro cuerpo está
compuesto por 206 huesos.

Los huesos también


protegen los órganos de nuestros cuerpos. El cráneo nos protege el cerebro y
conforma la estructura de la cara. La médula espinal, un canal de intercambio de
mensajes entre el cerebro y el cuerpo, está protegida por la columna vertebral (o
espina dorsal). Las costillas forman la caja torácica, que alberga el corazón y
los pulmones en su interior, y la pelvis ayuda a proteger la vejiga, parte de los
intestinos y, en las mujeres, los órganos reproductores.
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Los huesos están compuestos por un armazón proteico de colágeno, junto


con un mineral llamado fosfato cálcico, que confiere resistencia y dureza al
armazón. Los huesos almacenan calcio, un mineral que pueden liberar en el torrente
sanguíneo cuando esta sustancia es necesaria en otras partes del cuerpo. Las
cantidades de algunas vitaminas y minerales que ingerimos, sobre todo la vitamina
D y el calcio, afectan directamente a la cantidad de calcio que almacenamos en
nuestros huesos.

Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido óseo:

1. El hueso compacto (o hueso cortical) es la parte sólida, dura y más


externa del hueso. Tiene el aspecto del marfil y es sumamente resistente. Su interior
está lleno de orificios y canales, atravesados por vasos sanguíneos y nervios.

2. El hueso esponjoso, que, como indica su nombre, se parece a una


esponja, y se encuentra dentro del hueso compacto. Está formado por un
entramado en forma de malla compuesto por pequeños trozos de hueso llamados
trabéculas óseas. Aquí es donde se encuentra la médula ósea.

En este hueso blando, es donde se fabrican la mayoría de las células


sanguíneas. La médula ósea contiene células madre, que fabrican los glóbulos rojos
de la sangre y las plaquetas, así como algunos tipos de glóbulos blancos. Los
glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos corporales, y las plaquetas
contribuyen al proceso de coagulación cuando alguien se hace un corte u otro tipo
de herida. Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a luchar contra las infecciones.

Los huesos se mantienen unidos a otros huesos a través de unas largas tiras
fibrosas llamadas ligamentos. El cartílago, una sustancia flexible y elástica que
contienen las articulaciones, sujeta los huesos y los protege en los puntos donde
varios huesos friccionan entre sí.

Los huesos de los niños y los de los adolescentes son más pequeños que los
de los adultos y contienen cartílago de crecimiento, también conocido como "placa
de crecimiento" o "placa epifisaria". Estas placas están compuestas por células
cartilaginosas que se multiplican, creciendo en longitud y convirtiéndose, más
adelante, en hueso mineralizado y duro. Estas placas de crecimiento son fáciles de
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detectar en una radiografía. Puesto que las niñas maduran antes que los niños, sus
placas de crecimiento se transforman en hueso duro a edades más tempranas.

La construcción ósea se prolonga durante toda la vida, ya que el cuerpo


renueva y reconstruye constantemente al tejido vivo de los huesos. Los huesos
contienen tres tipos de células:

1. Los osteoblastos, que fabrican huesos nuevos y ayudan a reparar las


lesiones óseas.

2. Los osteocitos, células de hueso maduro que ayudan a continuar con


la formación de nuevos huesos.

3. Los osteoclastos, que rompen o descomponen el tejido óseo para


ayudar a esculpirlo y a darle forma.

LOS MÚSCULOS

Los músculos tiran de las articulaciones, lo


que nos permite movernos. También ayudan
al cuerpo a desempeñar funciones como
masticar alimentos y transportarlos a través
del sistema digestivo.

Incluso cuando estamos sentados y


completamente quietos, hay músculos de
nuestro cuerpo que están en constante
movimiento. Los músculos ayudan a hacer
latir al corazón, a que el tórax se expanda y
se contraiga mientras respiramos y a que los
vasos sanguíneos regulen la tensión arterial y el riego sanguíneo por todo el cuerpo.
Cuando sonreímos o hablamos, los músculos nos ayudan a comunicarnos, y,
cuando hacemos ejercicio, nos ayudan a mantenernos sanos y en forma.

Los seres humanos disponemos de tres tipos de músculos:

1. Los músculos esqueléticos están unidos a los huesos a través de


tendones fibrosos, como en las piernas, los brazos y la cara. Los músculos
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esqueléticos también se llaman "estriados" porque están compuestos por fibras que
poseen franjas o estrías horizontales cuando se ven al microscopio. Estos músculos
mantienen unido al esqueleto, dan forma al cuerpo y lo ayudan en los movimientos
cotidianos (también se conocen como "músculos voluntarios", porque podemos
controlar conscientemente sus movimientos). Este tipo de músculo se puede
contraer (acortar o tensar) rápida y enérgicamente, pero se cansa con facilidad.

2. Los músculos lisos o involuntarios también están formados por


fibras, pero este tipo de músculo tiene un aspecto liso en vez de estriado. No
podemos controlar conscientemente los movimientos de los músculos lisos;
contrariamente, están controlados automáticamente por el sistema nervioso (motivo
por el que también reciben el nombre de "involuntarios"). Las paredes del estómago
y de los intestinos son ejemplos de músculos lisos, que ayudan a descomponer los
alimentos y a trasportarlos por el sistema digestivo. También hay músculos lisos en
las paredes de los vasos sanguíneos; se encargan de tensarlas o aflojarlas para
influir en el riego sanguíneo, lo que ayudar a controlar la tensión arterial. Los
músculos lisos tardan más tiempo en contraerse que los esqueléticos, pero pueden
permanecer contraídos durante más tiempo porque no se cansan tan fácilmente.

3. El músculo cardíaco se encuentra en el corazón. Las paredes de las


cavidades cardíacas están compuestas casi completamente por fibras musculares.
El músculo cardíaco también es un músculo de tipo involuntario. Sus contracciones,
rítmicas y enérgicas, expulsan la sangre del corazón mientras late.

¿Cómo funcionan los músculos?

Los movimientos que hacen los músculos están coordinados y controlados


por el cerebro y el sistema nervioso. Los músculos involuntarios están controlados
por estructuras que se encuentran en las profundidades del cerebro y en la parte
superior de la médula espinal, lo que se conoce como "tronco cerebral". Los
músculos voluntarios están controlados por las partes del cerebro conocidas como
la corteza cerebral motora y el cerebelo.

Cuando usted decide moverse, la corteza motora envía una señal eléctrica, a
través de la médula espinal y de los nervios periféricos, a los músculos, haciendo
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que estos se contraigan. La corteza motora de la parte derecha del cerebro controla
los músculos de la parte izquierda del cuerpo y viceversa.

El cerebelo coordina los movimientos musculares que dirige la corteza


motora. Los sensores de los músculos y de las articulaciones envían mensajes de
retroalimentación a través de los nervios periféricos para indicar al cerebelo y a
otras partes del cerebro dónde y cómo se está moviendo el brazo o la pierna y en
qué posición se encuentra. Esta retroalimentación permite que hagamos
movimientos fluidos y coordinados. Si quiere levantar un brazo, el cerebro envía un
mensaje a los músculos del brazo, y este se mueve. Cuando usted corre, participa
una mayor cantidad de mensajes cerebrales, porque hay muchos músculos que
deben trabajar al unísono o de forma encadenada.

Los músculos mueven distintas partes del cuerpo contrayéndose y


relajándose. Los músculos pueden tirar de los huesos, pero no pueden llevarlos de
nuevo a su posición inicial. Por eso, trabajan en pares de flexores y extensores. El
flexor se contrae para doblar una extremidad en una articulación. Luego, una vez
completado el movimiento, el flexor se relaja y el extensor se contrae para extender
o estirar el miembro en la misma articulación. Por ejemplo, el bíceps, un músculo
ubicado en la parte superior y anterior del brazo, es un flexor, mientras que el
tríceps, ubicado en la parte superior y posterior del brazo, es un extensor. Cuando
doblamos el brazo a la altura del codo, el bíceps se contrae. Luego el bíceps se
relaja y el tríceps se contrae para enderezar el codo y estirar el brazo.

LAS ARTICULACIONES:

Las articulaciones son las uniones entre


huesos. Hacen que el esqueleto sea flexible; sin
ellas, el movimiento sería imposible.

Las articulaciones permiten que nuestro


cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas
de ellas se abren y se cierran como si fueran
bisagras (por ejemplo, las rodillas y los codos),
mientras que otras permiten hacer movimientos
más complejos. El hombro o la articulación de la
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cadera, por ejemplo, nos permite hacer movimientos hacia adelante, hacia atrás,
laterales y de rotación.

Las articulaciones se clasifican en función de su gama de movimientos.

 Las articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven. La bóveda


craneal, por ejemplo, está formada por placas óseas; aunque se muevan
ligeramente durante el nacimiento para fusionarse más adelante cuando el cráneo
deje de crecer, luego permanecen inmóviles. Entre los bordes de estas placas, hay
uniones, o articulaciones, de tejido fibroso. Las articulaciones fibrosas también
mantienen los dientes fijos en la mandíbula.

 Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas presentan muy


poco movimiento. Están unidas por cartílago, como en la columna. Cada una de las
vértebras de la columna se mueve con respecto a la vértebra superior e inferior y,
conjuntamente, estos movimientos dan flexibilidad a la columna vertebral.

 Las articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas


direcciones. Las principales articulaciones del cuerpo, como las de la cadera, los
hombros, los codos, las rodillas, las muñecas y los tobillos, son móviles. Están
llenas de líquido sinovial, que actúa a modo de lubricante para ayudar a las
articulaciones a moverse con facilidad.

Hay tres tipos de articulaciones móviles que desempeñan un papel importante en el


movimiento voluntario:

1. Las articulaciones en bisagra solo permiten el movimiento en una


dirección, como las rodillas y los codos.

2. Las articulaciones en pivote (o trocoides) permiten el movimiento


giratorio o de rotación, como cuando la cabeza gira de un lado a otro.

3. Las articulaciones esféricas son las que permiten la mayor libertad


de movimiento. Las caderas y los hombros tienen este tipo de articulación, donde el
extremo redondo de un hueso largo encaja en el hueco de otro hueso.
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SISTEMA DE RELACIÓN:

El aparato locomotor, conocido


también como sistema músculo-esquelético,
está compuesto por huesos, músculos,
articulaciones, tendones y ligamentos. Estas
estructuras trabajan en conjunto para que
nuestro cuerpo pueda mantenerse en pie y
realizar sus movimientos en coordinación
con el sistema nervioso, que es el
encargado producir y enviar las órdenes
motoras.

Tanto el sistema nervioso como el


sistema locomotor trabajan conjuntamente,
por su parte el sistema nervioso es el que dirige, supervisa y controla todas las
funciones y actividades de nuestros órganos, donde los nervios envían información
y estímulos al cerebro y el mismo manda esta información a los huesos, músculos y
órganos para que se muevan o cumplan una función determinada.

El cuerpo humano es una estructura perfectamente diseñada ya que cada


parte de él cumple una función específica y vital. Nuestros sistemas de órganos
cumplen funciones tales como, digerir los alimentos, respirar y transportar nutrientes
importantes para que el cuerpo humano funcione de manera adecuada. Así,
mientras el sistema digestivo procesa alimentos, el respiratorio provee oxígeno y el
excretor elimina los desechos y el sistema circulatorio conecta los diferentes
sistemas para que el cuerpo humano funcione.

Cada uno de estos sistemas se relaciona entre sí y su correcto


funcionamiento e interrelación con los demás sistemas del cuerpo humano hace
posible la vida. Nuestro cuerpo es como una gran máquina, que para poder vivir
necesita que sus partes se ocupen de diferentes cosas.
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CONCLUSIÓN:
A modo de conclusión, podemos decir, que el aparato locomotor es el
conjunto de estructuras corporales que permite al cuerpo realizar los movimientos.
Este aparato está conformado por dos sistemas: sistema osteoarticular y sistema
muscular.

A su vez, el sistema locomotor funciona en conjunto con el sistema nervioso,


para la generación y coordinación de los movimientos.

Dado que el aparato locomotor, depende del sistema nervioso para su


movimiento y éste es un sistema coordinado de manera consiente por el cerebro, se
dice que el sistema locomotor es voluntario.
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BIBLIOGRAFÍA:

- Marred. (1998). Enciclopedia Temática Tomo 3 Ciencias Naturales. Edición


MCMXCVIII. Ed. Thena Equipo S.A.. Barcelona (España)
- Rouvière, H. (1961). Anatomía humana: descriptiva y topográfica. Ed.
MASSON. 11° edición. tomo 1 cuello y tomo 3 miembros.

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