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Paladín

por Jose Lira

Tu fe es fuerte. Tienes una casi fanática dedicación y reverencia a tu deidad. Posees


habilidades marciales naturales que fueron descubiertas tempranamente y en las que fuiste
rigurosamente entrenado para ponerlas al servicio de tu deidad. Sirves como un guardián
de élite del rebaño de tu fe y sus templos, protegiéndoles con el poder de tu fe. Puedes
manejar una pequeña porción del poder divino. Así pues, no eres solamente un guerrero
sagrado o un campeón divino, sino que eres un avatar viviente de tu divinidad: un paladín.

Puntos de golpe: un paladín obtiene 1d10 puntos de golpe cada nivel

Entrenamiento con armas: Un paladín está entrenado en el uso de las armas que utilizan
los fieles seguidores de su deidad. Adicionalmente, un paladín está entrenado en el uso de
estas armas cuerpo a cuerpo: hacha de batalla, porra, daga, hachuela, espada larga, maza,
espada corta, lanza, espadón, y martillo de guerra. Un paladín está también entrenado en el
uso de estar armas a distancia: lanza, daga, jabalina, arco largo, arco corto, ballesta y
honda. Los paladines pueden llevar armaduras y sus tiradas de conuro no se ven afectadas
por ésta. Dependiendo de la deidad, el escudo o su arma podrán servirle como símbolo
sagrado. En la mayor parte de los casos, el escudo del paladín estará pintado con el
símbolo de su deidad.

Eligiendo un dios: en el primer nivel, un paladín elige un dios al que adorar. La elección de
la divinidad del paladín debe corresponder a su alineamiento, y determinará los grupos de
armas que podrá utilizar, sus poderes sagrados y sus conjuros. Los paladines del caos
eligen a los dioses oscuros de la guerra y la destrucción, y se afanan por extender el caos y
preparar al mundo para la masacre y devastación que traen sus amos oscuros. Los
paladines legales siguen los dioses de la cosecha, el bien, la luz y la protección, y son lo
que la mayor parte de los campesinos reconocen como un paladín, sirviendo como
guardianes de los templos y como justicieros y brazo armado del liderazgo de sus cultos.
Son los defensores de los creyentes. Paladines legales que han caído y han sido
expulsados por su dios, se transforman en paladines caóticos y son conocidos
habitualmente como anti-paladines. Los paladines neutrales sirven a los dioses del equilibrio
y se afanan por encontrar una tierra de nadie en la eterna lucha entre el caos y la ley,
usando al caos para luchar contra el caos, y llevando las leyes a sus recovecos para
encontrar lagunas que traigan justicia para su rebaño. Un paladín neutral podría ser un
bandido que asaltase a nobles que abusen de sus campesinos.

Alineamiento: los paladines se adhieren estrictamente a su alineamiento y son seguidores


devotos de la causa de su divinidad. Su devoción a los principios de su divinidad electa es
absoluta. Un paladín que cambia su alineamiento pierde el apoyo de su dios. Este paladín
pierde el acceso a todos los poderes y conjuros ganados en los niveles con su antiguo
alineamiento.

Castigar el mal: El paladín tiene la habilidad de insuflar su arma con el poder de su dios.
En lugar de su Bono normal de Ataque, el paladín puede añadir su Dado de Castigo a las
tirada de ataque y daño. Este castigo del mal sólo se puede aplicar contra aquello
considerados impuros por su divinidad.

Nivel de invocador: el nivel de invocador de un paladín es la medida de su capacidad de


canalizar la energía de su dios. El nivel de invocador de un paladín es su nivel de paladín.
Muchos paladines se aventuran en búsquedas de reliquias sagradas que les acerquen a su
divinidad y de esa manera incrementen su nivel de invocador.

Magia: como los clérigos, los paladines utilizan la magia idólatra para invocar conjuros.

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