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Enfermedad mental

La enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo,
considerado como anormal con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el
individuo. Se encuentra alterado el razonamiento, el comportamiento, la facultad de
reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida.

Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más
adecuado utilizar en el campo de la salud mental el término "trastorno mental". Sobre todo en
aquellos casos en los que la etiología biológica no está claramente demostrada, como sucede
en la mayoría de los trastornos mentales. Además, el término "enfermedad mental" puede
asociarse a estigmatización social. Por estas razones, este término está en desuso y se usa más
trastorno mental, trastorno o psicopatología.

Existen numerosas categorías de trastornos mentales, con mayor o menor gravedad tanto en
la vivencia subjetiva del individuo como en su repercusión dentro del funcionamiento social,
así se hace alusión a otra clasificación clásica: Trastornos Neuróticos y Trastornos Psicóticos.

Las neurosis afectan en mayor grado a la percepción del sujeto sobre sí mismo, y a su
nivel de agrado, de plenitud y de integración del yo, así como a sus relaciones con el
entorno social y familiar más cercano; sin embargo, no presentan los síntomas usuales
de desconexión con la realidad y amplio alejamiento de la vida social, pueden
desempeñarse laboral y académicamente, y según Freud y las escuelas psicoanalíticas
este estado es la condición natural de la vida psíquica.

Las psicosis, abarcan la manifestación más claramente asociada con la enfermedad


mental, sus síntomas clásicos incluyen las alucinaciones, delirios y grave alteración
afectiva y relacional, estos trastornos suelen tener un factor orgánico bastante
pronunciado como los Trastornos Depresivos y Bipolares, aunque las esquizofrenias
son claramente las de mayor repercusión personal, social y familiar dado su carácter
crónico y degenerativo
caracterizado por los elementos propios
de todos los trastornos psicóticos a los
cuales se añaden la desconexión
con la realidad y aplanamiento afectivo.
Trastornos de la personalidad

Personalidad paranoide

Las personas con una personalidad paranoide proyectan sus propios conflictos y hostilidades
hacia otros. Son generalmente frías y distantes en sus relaciones. Tienden a encontrar
intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos triviales, inocentes o incluso positivos de
otras personas y reaccionan con suspicacia a los cambios en las situaciones. A menudo, las
suspicacias conducen a conductas agresivas o al rechazo por parte de los demás (resultados
que parecen justificar sus sentimientos originales).

Los que tienen una personalidad paranoide frecuentemente intentan acciones legales contra
otros, especialmente si se sienten indignados con razón. Son incapaces de ver su propio papel
dentro de un conflicto. Aunque suelen trabajar en relativo aislamiento, pueden ser altamente
eficientes y concienzudos.

Personalidad esquizoide

Las personas con una personalidad esquizoide son introvertidas, ensimismadas y solitarias. Son
emocionalmente frías y socialmente distantes. A menudo están absortas en sus propios
pensamientos y sentimientos y son temerosas de la aproximación e intimidad con otros.
Hablan poco, son dadas a soñar despiertas y prefieren la especulación teórica a la acción
práctica. La fantasía es un modo frecuente de enfrentarse a la realidad.

Personalidad esquizotípica

Las personas con una personalidad esquizotípica, al igual que aquellas con una personalidad
esquizoide, se encuentran social y emocionalmente aisladas. Además, desarrollan
pensamientos, percepciones y comunicaciones insólitas. Aunque estas rarezas son similares a
las de las personas con esquizofrenia, y aunque la personalidad esquizotípica se encuentra a
veces en la gente con esquizofrenia antes de que desarrollen la enfermedad, la mayoría de los
adultos con una personalidad esquizotípica no desarrolla esquizofrenia. Algunas personas
muestran signos de pensamiento mágico (la idea de que una acción particular puede controlar
algo que no tiene ninguna relación con ella). Por ejemplo, una persona puede creer que va a
tener realmente mala suerte si pasa por debajo de una escalera o que puede causar daño a
otros teniendo pensamientos de ira. La gente con una enfermedad esquizotípica puede tener
también ideas paranoides. Personalidad histriónica

Las personas con una personalidad histriónica (histérica) buscan de un modo notable llamar la
atención y se comportan teatralmente. Sus maneras vivamente expresivas tienen como
resultado el establecer relaciones con facilidad pero de un modo superficial. Las emociones a
menudo aparecen exageradas, infantilizadas e ideadas para provocar la simpatía o la atención
(con frecuencia erótica o sexual) de los otros. La persona con personalidad histriónica es
proclive a los comportamientos sexualmente provocativos o a sexualizar las relaciones no
sexuales. Pueden no querer en realidad una relación sexual; más bien, sus comportamientos
seductores a menudo encubren su deseo de dependencia y de protección. Algunas personas
con personalidad histriónica también son hipocondríacas y exageran sus problemas físicos para
conseguir la atención que necesitan.
Personalidad narcisista

Las personas con una personalidad narcisista tienen un sentido de superioridad y una creencia
exagerada en su propio valor o importancia, lo que los psiquiatras llaman “grandiosidad”. La
persona con este tipo de personalidad puede ser extremadamente sensible al fracaso, a la
derrota o a la crítica y, cuando se le enfrenta a un fracaso para comprobar la alta opinión de sí
mismos, pueden ponerse fácilmente rabiosos o gravemente deprimidos. Como creen que son
superiores en las relaciones con los otros, esperan ser admirados y, con frecuencia, sospechan
que otros los envidian. Sienten que merecen que sus necesidades sean satisfechas sin demora
y por ello explotan a otros, cuyas necesidades o creencias son consideradas menos
importantes. Su comportamiento es a menudo ofensivo para otros, que les encuentran
egocentristas, arrogantes o mezquinos.

Personalidad antisocial

Las personas con personalidad antisocial (en otro tiempo llamada psicopática o personalidad
sociopática), la mayor parte de las cuales son hombres, muestran desprecio insensible por los
derechos y los sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio material o
gratificación personal (a diferencia de los narcisistas, que creen que son mejores que los
otros). Característicamente, tales personas expresan sus conflictos impulsiva e
irresponsablemente. Toleran mal la frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A
pesar de los problemas o el daño que causan a otros por su comportamiento antisocial,
típicamente no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente
su comportamiento o culpan a otros. Sus relaciones están llenas de deshonestidades y de
engaños. La frustración y el castigo raramente les ocasionan la modificación de sus conductas.

Las personas con personalidad antisocial son frecuentemente proclives al alcoholismo, a la


toxicomanía, a las desviaciones sexuales, a la promiscuidad y a ser encarceladas. Son
propensas a fracasar en sus trabajos y a trasladarse de un sitio a otro. Frecuentemente tienen
una historia familiar de comportamiento antisocial, abuso de sustancias, divorcio y abusos
físicos. En su niñez, generalmente, fueron descuidados emocionalmente y con frecuencia
sufrieron abusos físicos en sus años de formación. Tienen una esperanza de vida inferior a la
media, pero entre los que sobreviven, esta situación tiende a disminuir o a estabilizarse con la
edad.

Personalidad límite

Las personas con una personalidad límite, la mayor parte de las cuales son mujeres, son
inestables en la percepción de su propia imagen, en su humor, en su comportamiento y en sus
relaciones interpersonales (que a menudo son tormentosas e intensas). La personalidad límite
se hace evidente al principio de la edad adulta pero la prevalencia disminuye con la edad. Estas
personas han sido a menudo privadas de los cuidados necesarios durante la niñez.
Consecuentemente se sienten vacías, furiosas y merecedoras de cuidados.

Cuando las personas con una personalidad límite se sienten cuidadas, se muestran solitarias y
desvalidas, frecuentemente necesitando ayuda por su depresión, el abuso de sustancias
tóxicas, las alteraciones del apetito y el maltrato recibido en el pasado. Sin embargo, cuando
temen el abandono de la persona que las cuida, su humor cambia radicalmente. Con
frecuencia muestran una cólera inapropiada e intensa, acompañada por cambios extremos en
su visión del mundo, de sí mismas y de otras (cambiando del negro al blanco, del amor al odio
o viceversa pero nunca a una posición neutra). Si se sienten abandonadas y solas pueden llegar
a preguntarse si realmente existen (esto es, no se sienten reales). Pueden devenir
desesperadamente impulsivas, implicándose en una promiscuidad o en un abuso de sustancias
tóxicas. A veces pierden de tal modo el contacto con la realidad que tienen episodios breves de
pensamiento psicótico, paranoia y alucinaciones.

Estas personas son vistas a menudo por los médicos de atención primaria; tienden a visitar con
frecuencia al médico por crisis repetidas o quejas difusas pero no cumplen con las
recomendaciones del tratamiento. Este trastorno es también el más frecuentemente tratado
por los psiquiatras, porque las personas que lo presentan buscan incesantemente a alguien
que cuide de ellas.

Personalidad evitadora

La gente con una personalidad evitadora es hipersensible al rechazo y teme comenzar


relaciones o alguna otra cosa nueva por la posibilidad de rechazo o de decepción. Estas
personas tienen un fuerte deseo de recibir afecto y de ser aceptadas. Sufren abiertamente por
su aislamiento y falta de habilidad para relacionarse cómodamente con los otros. A diferencia
de aquellas con una personalidad límite, las personas con una personalidad evitadora no
responden con cólera al rechazo; en vez de eso, se presentan tímidas y retraídas. El trastorno
de personalidad evitadora es similar a la fobia social.

Personalidad dependiente

Las personas con una personalidad dependiente transfieren las decisiones importantes y las
responsabilidades a otros y permiten que las necesidades de aquellos de quienes dependen se
antepongan a las propias. No tienen confianza en sí mismas y manifiestan una intensa
inseguridad. A menudo se quejan de que no pueden tomar decisiones y de que no saben qué
hacer o cómo hacerlo. Son reacias a expresar opiniones, aunque las tengan, porque temen
ofender a la gente que necesitan. Las personas con otros trastornos de personalidad
frecuentemente presentan aspectos de la personalidad dependiente, pero estos signos
quedan generalmente encubiertos por la predominancia del otro trastorno. Algunos adultos
con enfermedades prolongadas desarrollan personalidades dependientes.
Personalidad obsesivo-compulsiva

Las personas con personalidad obsesivo-compulsiva son formales, fiables, ordenadas y


metódicas pero a menudo no pueden adaptarse a los cambios. Son cautos y analizan todos los
aspectos de un problema, lo que dificulta la toma de decisiones. Aunque estos signos están en
consonancia con los estándares culturales de occidente, los individuos con una personalidad
obsesivo-compulsiva toman sus responsabilidades con tanta seriedad que no toleran los
errores y prestan tanta atención a los detalles que no pueden llegar a completar sus tareas.
Consecuentemente, estas personas pueden entretenerse en los medios para realizar una tarea
y olvidar su objetivo. Sus responsabilidades les crean ansiedad y raramente encuentran
satisfacción con sus logros.

Estas personas son frecuentemente grandes personalidades, en especial en las ciencias y otros
campos intelectuales en donde el orden y la atención a los detalles son fundamentales. Sin
embargo, pueden sentirse desligadas de sus sentimientos e incómodas con sus relaciones u
otras situaciones que no controlan, con eventos impredecibles o cuando deben confiar en
otros.

Personalidad pasiva-agresiva

Los comportamientos de una persona con una personalidad pasiva-agresiva (negativista)


tienen como objetivo encubierto controlar o castigar a otros. El comportamiento pasivo-
agresivo es con frecuencia expresado como demora, ineficiencia y malhumor. A menudo, los
individuos con una personalidad pasiva-agresiva aceptan realizar tareas que en realidad no
desean hacer y luego proceden a minar sutilmente la finalización de esas tareas. Ese
comportamiento generalmente sirve para expresar una hostilidad oculta.

Diagnóstico

El médico basa el diagnóstico de un trastorno de la personalidad en la expresión por el sujeto


de tipos de comportamiento o pensamientos desadaptados. Estos comportamientos tienden a
manifestarse porque la persona se resiste tenazmente a cambiarlos a pesar de sus
consecuencias desadaptadas.

Además, es probable que el médico perciba el uso inapropiado de la persona de mecanismo de


enfrentamiento, a menudo llamados mecanismos de defensa. Aunque todo el mundo utiliza
inconscientemente mecanismos de defensa, la persona con trastornos de la personalidad los
usa de modo inapropiado o inmaduro.

Tratamiento

Aunque los tratamientos difieren de acuerdo con el tipo de trastorno de la personalidad,


algunos principios generales se pueden aplicar a todos. La mayor parte de las personas con un
trastorno de la personalidad no sienten la necesidad de tratamiento y, probablemente por
esta razón, suelen acudir a la consulta acompañadas de otra persona. Generalmente el
paciente puede responder al apoyo que se le presta, pero suele mantenerse firme en cuanto a
los patrones de pensamiento y de comportamiento propios de su desadaptación.
Generalmente, el apoyo es más eficaz cuando intervienen en él otros pacientes o un
psicoterapeuta.

El terapeuta destaca repetidamente las consecuencias indeseables de la forma de pensar y de


comportarse de la persona, algunas veces fija límites a este comportamiento y también
repetidamente enfrenta a la persona con la realidad. Resulta útil y a menudo esencial la
implicación de la familia de la persona afectada, puesto que la presión del grupo puede ser
eficaz. Las terapias de grupo y familiares, vivir en grupo en residencias especializadas y la
participación en clubes sociales terapéuticos o en grupos de autoayuda pueden ser útiles.

Estas personas a veces tienen ansiedad y depresión, que esperan aliviar con fármacos. Sin
embargo, la ansiedad y la depresión que resultan de un trastorno de la personalidad son
raramente aliviadas con fármacos de modo satisfactorio y tales síntomas pueden indicar que la
persona está realizando algún autoexamen saludable. Más aún, la terapia farmacológica se
complica frecuentemente por el mal uso de los fármacos o por los intentos de suicidio. Si la
persona padece otro trastorno psiquiátrico, como depresión mayor, fobia o trastorno por
pánico, la toma de medicamentos puede resultar adecuada, aunque posiblemente producirán
sólo un alivio limitado.

Cambiar una personalidad requiere mucho tiempo. Ningún tratamiento a corto plazo puede
curar con éxito un trastorno de la personalidad pero ciertos cambios pueden conseguirse más
rápidamente que otros. La temeridad, el aislamiento social, la ausencia de autoafirmación o los
exabruptos temperamentales pueden responder a la terapia de modificación de la conducta.
Sin embargo, la psicoterapia a largo plazo (terapia hablada), con el objetivo de ayudar a la
persona a comprender las causas de su ansiedad y a reconocer su comportamiento
desadaptado, es la clave de la mayoría de los tratamientos. Algunos tipos de trastornos de
personalidad, como el narcisista o el obsesivo-compulsivo, pueden tratarse mejor con el
psicoanálisis. Otros, como los tipos antisocial o paranoide, raramente responden a una terapia.

Trastornos Mentales

Listado de algunos de los trastornos mentales más escalofriantes, síndromes que pueden hacer
creer al paciente que su corazón se ha parado, almacenar basura en su casa, provocar
enfermedades a su seres queridos, etc...

Síndrome de Munchausen:

Se trata de un trastorno psicosomático (enfermedades ficticias) en el que la persona se hace la


enferma para llamar la atención de las personas que la rodean y de los profesionales. Las
quejas más frecuentes son fiebre, dolor y sangramiento (por autoflagelación).

Por regla general, es muy difícil diagnosticar esta enfermedad, ya que los psiquiatras insisten
en atribuir los síntomas a alguna enfermedad orgánica.

Síndrome de Munchausen por poderes:

La madre hace que su hijo enferme falsificando fiebres, añadiendo sangre a su orina o heces,
dejando de alimentarlo, medicándolo para que tenga diarrea o vómitos, etc. Así acude junto a
él al hospital, en el que se presenta como una madre muy colaboradora y preocupada. Las
contínuas visitas hacen que sea más fácil para la madre inducir más síntomas.

Las personas con este tipo de síndrome buscan llamar la atención de los demás, pero,
desgraciadamente, a veces puede llegar a acarrear la muerte del hijo…

Síndrome de Gilles de la Tourette:

Se trata de una forma de trastornos de tics en el que se han presentado tics motores múltiples
y uno o más tics fonatorios. Suele comenzar en la infancia o adolescencia, y normalmente
persisten en la edad adulta.

Los tics motores pueden ser: patadas, estiramiento de cuello, morderse los labios, gestos
obscenos, pestañeo, copropraxia (hacer gestos obscenos), ecopraxia (imitar compulsivamente
los gestos de otra persona), etc.

Los tics fónicos son sin duda los más llamativos: ecolálias (repetir recurrentemente las últimas
palabras de las frases que dice los demás), coprolalias (palabras obscenas), insultos,
carraspeos, eructos, ladridos, etc.

Los tics motores y los tics fonatorios pueden ser suprimidos durante un corto espacio de
tiempo y durante el sueño, aunque en momentos de estrés suelen aumentar.
Trastorno de Pica:

La característica esencial de la pica es la ingestión persistente de sustancias no nutritivas


durante un periodo de por lo menos un mes. Según la edad en la que se presente, la sustancia
suele cambiar:

-Los niños pequeños suelen comer pintura, yeso, cuerdas, pelo, ropa, etc.

-Los niños con más edad suelen comer: excrementos de animales, arena, insectos, hojas,
guijarros, etc.

-Los adolescentes o adultos: tierra o estiércol, harina, carbón, almidón, etc.

La pica puede tener su inicio en la infancia. En muchos casos el trastorno persiste durante
meses y a continuación remite. Son muy pocos los casos en los que se prolonga hasta la
adolescencia, y muchos menos en los que se prolonga hasta la edad adulta. La pica puede ser
peligrosa, algunas de las sustancias ingeridas pueden contener metales, como por ejemplo, el
plomo que puede ocasionar daño al cerebro. Pero no sólo existe riesgo de envenenamiento,
sino que las personas con pica tienen mucho más riesgo de padecer obstrucciones
gastrointestinales o roturas en el estómago.

Trastorno de Identidad Disociativo:

También conocido como “trastorno de personalidad múltiple”. Se caracteriza por la presencia


de uno o más estados de identidad o personalidad que controlan el comportamiento del
individuo de manera recurrente, junto a una incapacidad para recordar información personal
importante.

Este trastorno es uno de los favoritos para los guionistas de películas, series, etc. Pero no es
tan llamativo como nos lo pintan. No se trata de que existan dos personas dentro de un mismo
cuerpo. En realidad la persona tiene rasgos de personalidades diferentes a la suya, pero no
quiere decir que esos rasgos se “conviertan” en otra persona diferente dentro del mismo
cuerpo.

Fuga Disociativa:

La característica esencial de este trastorno consiste en viajes repentinos e inesperados lejos


del hogar o del puesto de trabajo, con incapacidad para recordar alguna parte o la totalidad
del pasado del individuo. A veces la persona comienza una nueva vida. Ejemplo: Un madrileño
de 32 años, trabaja como taquillero en el metro. Un día se despierta en Cuenca y no logra
recordar quien es, entonces decide comenzar una nueva vida allí.

Froutterismo:

La característica esencial del Froutteurismo implica el contacto y el roce con una persona en
contra de su voluntad. Por lo general este comportamiento se produce en lugares con mucha
gente, en los que es más fácil escapar de la detención. El individuo aprieta sus genitales contra
las nalgas de la víctima o intenta tocar los genitales o los pechos con las manos.

Síndrome de Gelineau o Narcolepsia:

Los síntomas son somnolencia diurna con ataques de sueño incrotrolable. Algunos de los
síntomas más característicos de este trastorno son:

- cataplejía (parálisis o debilidad extrema muscular),

- alucinaciones hipnagógicas (ocurren en la transición vigilia-sueño y son alucinaciones


visuales, auditivas o cenestésicas –tactiles- durante el inicio del sueño)

- hipnopómpicas (ocurren en la transición sueño-vigilia. Son las alucinaciones que a veces


percibimos cuando nos estamos despertando)

- parálisis del sueño, e interrupción del sueño nocturno (en menos ocasiones).

Síndrome de Cotard o Delirio Nihilista:

Este trastorno se caracteriza por delirios y/o alucinaciones en los que la persona cree que sus
órganos internos se han detenido, que sus intestinos no funcionan, que su corazón no late e
incluso que se están pudriendo, llegando a presentar algunos alucinaciones olfativas en este
sentido (olores desagradables, como a carne en putrefacción) y cenestésicas (sienten como los
gusanos lo están devorando) .En los casos más extremos, la persona que lo sufre tiene la
creencia de que está muerta.

Junto con esta creencia de muerte el paciente mantiene una idea de inmortalidad, como si se
hubiera convertido en un "alma en pena".

Síndrome de Frégoli:

Se trata de un trastorno delirante en el que la persona cree que persona/as conocida/as tienen
otra identidad, por ejemplo, creer que el padre en realidad es un amor de la infancia, o un
extraterrestre… La persona que sufre este tipo de síndrome cree que es la única que puede
reconocerlo.

Síndrome de Diógenes:

Las personas que sufren este trastorno comienzan a aislarse socialmente, se encierran en su
casa, pasándose a veces largos periodos sin abandonar su domicilio. Tampoco siguen unos
hábitos de higiene saludables. Pero sin duda el síntoma más característico, o llamativo, de esta
enfermedad es que desatienden por completo la limpieza de la casa. Son personas que creen
estar pasando unos apuros económicos brutales por lo que suelen reunir grandes cantidades
de dinero y desperdicios que ellos creen útiles. Ocupan gran parte de sus casas con bolsas de
basura, muebles rotos, comida caducada, etc.
Hematodipsia:

Es un trastorno mental por el cual la persona afectada tiene una obsesión compulsiva por
conseguir sangre, no necesariamente para beberla, bajo implicaciones sexuales.

Agorafobia:

Se caracteriza por la aparición de ansiedad o comportamiento de evitación en lugares o


situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso), o bien donde sea imposible
encontrar ayuda en caso de que aparezca en ese momento una crisis de angustia o síntomas
similares a la angustia.

Trastorno Antisocial de la Personalidad

Las personas que sufren este tipo de trastorno siguen un patrón general de desprecio y
violación de los derechos de los demás, o principales reglas o normas sociales.

Suelen ser sujetos irritables y heteroagresivos. No se preocupan por su seguridad ni por la de


los demás. Tratan de manipular a los demás con el fin de conseguir provecho o placer
personal. Son personas completamente irresponsables y no suelen sentir remordimientos por
sus actos.

El Sindrome de Capgras

Es un trastorno poco común en el cual la persona que lo sufre cree que la gente de su entorno,
su familia o amigos han sido reemplazados por impostores de apariencia idéntica pero qué no
son los auténticos.

Capgrass
BIBLIOGRAFIA

http://www.eutimia.com/trmentales/

http://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_mental

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~29701428/salud/mental2.htm

http://www.escalofrio.com/n/Ciencia/Trastornos_Mentales/Trastornos_Mentales.php

http://www.msd.es/publicaciones/mmerck_hogar/seccion_07/seccion_07_089.html

http://definicion.de/trastorno-de-ansiedad/

http://www.psicoarea.org/dsm_iv.htm
Autismo.

El autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las
causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un
trastorno del desarrollo.

Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta


en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen
ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los
objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas
ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil.

Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el autismo así
como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como vacunas e intoxicación de
metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado sustentar su teoría y por lo mismo,
no se puede precisar el origen mismo del síndrome.

El conjunto de trastornos se los puede clasificar en tres grupos:

1. Trastorno de la relación social: no se relaciona con el mundo que lo rodea. Su relación es


anormal con personas, objetos y animales. No distingue los acontecimientos.

2. Trastorno de la comunicación: cualquier combinación de los sentidos y sus respuestas


están afectados (visión, oído, tacto, dolor, equilibrio, olfato, gusto) y el modo en que el niño
maneja su cuerpo. El habla y el lenguaje no aparecen o retrazan su aparición a pesar de que
existen capacidades intelectuales evidentes.

3. Trastorno psíquico: falta de flexibilidad mental.

EVOLUCIÓN DEL AUTISMO EN LAS DIFERENTES EDADES

El Síndrome autista se manifiesta entre el primer y tercer año de vida. Al surgir la


sintomatología ocurre una detención del desarrollo, una regresión, ya que pierden las
habilidades adquiridas, se puede confundir con otros trastornos o discapacidades (retraso
mental, hipoacusia, epilepsia, Síndrome de Down, trastorno de Asperger, trastorno de Rett).
Desde el punto de vista psicológico se dice que son "border", es decir, fronterizos.

Las características evolutivas del síndrome autista son:

Primer año: (lactante)

- Bebé menos alerta a su entorno.

- No se interesa por su entorno.

- Permanece en la cuna por horas sin requerir atención.

- No responde al abrazo de la madre.

- Son difíciles de acomodar en los brazos.


- La sonrisa social ( cuatro meses) no aparece.

- Puede parecer contento, pero su sonrisa no es social.

- Rara vez ve el rostro materno.

- No diferencia a los familiares.

- Está desinteresado por las personas en general.

- Los juegos le resultan indiferentes.

- Lloran largo rato sin causa alguna.

Segundo y tercer año: (avanzan las conductas anormales)

- Falta de respuesta emocional hacia los padres.

- Falta de lenguaje (ausencia de comunicación verbal).

- No hay contacto visual.

- Producen movimientos repetitivos (mecerse, golpearse la cabeza, aletear las manos).

- Tienen carencia de dolor.

- Se asustan de los ruidos.

- Llanto desconsolado sin causa aparente.

- No usan juguetes.

- No usan carritos, los voltean y hacen girar las ruedas.

- Tienen un retraso en la adquisición del cuidad personal.

- No controlan esfínteres.

Niñez: (continúan los mismo trastornos de conducta que en los primeros años pero se
asentúan más, se hacen cada vez más evidentes, se diferencian de los niños de su misma
edad).

- No se visten solos.

- No se relacionan con los niños.

- Prefieren jugar solos.

- No presentan experiencias ni vivencias propias.

- El lenguaje es defectuoso.

- Presentan ataques violentos, agresivos y sin provocación alguna.


Adolescencia – adultez:

En esta etapa los trastornos son similares a los de individuos con retardado mental, ya que el
funcionamiento del autismo adolescente o adulto dependerá de factores como:

- Lenguaje: factores determinantes para manifestar sus necesidades.

- Hábitos de autoayuda: pretende llevar una vida independiente, debe saberse capaz de
autoayudar en normas de higiene personal, alimentación, vestimenta. Puede abastecerse solo
si es educado desde pequeño, lleva mucho tiempo en entrenarse y resulta una tarea muy
difícil.

ORÍGEN DEL AUTISMO

Las personas con autismo no presentan anormalidades físicas evidentes, por esto en la década
del cuarenta se creía que el Síndrome autista era una traba emocional. Investigaciones
recientes señalan que este trastorno deriva de un desorden del Sistema Nervioso Central
(S.N.C.) y no de problemas emocionales. Pero como síndrome, la causa no es única, se cree
que puede ser:

- Genéticas: (endógenas) producto de una falla cromosómica llamada "X frágil".

El autismo no tiene fuerza hereditaria, puede ser heredada por una cuarta parte de los
descendientes.

- Bioquímicas: el mal funcionamiento químico o metabólico favorece el comportamiento


autista. Puede ser producto de hipocalcinurias, acidosis lácticas, desorden del metabolismo de
las purinas. Esta enfocado hacia el rol que cumplen los neurotransmisores. Uno de los
neurotransmisores principales es la Serótina como así también el Tripofano

- Virales: (congénitas) puede ser producto de infecciones sufridas por la madre durante el
embarazo. Estas provocan anormalidades en el S.N.C (por ejemplo la rubéola).

- Estructurales: debido a malformaciones del cerebelo, hemisferios cerebrales y otras


estructuras neurológicas.

DIAGNÓSTICO DEL SINDROME AUTISTA

Para diagnosticar el autismo deben manifestarse un conjunto de trastornos (síntomas)


relacionados con la comunicación, la socialización y la conducta (biológico – psicológico –
social).

Tanto los criterios del DSM IV (American Psychiatric Association, 1994) como los del ICD 10
para el trastorno autístico se sustentan en esta concepción del autismo.
ANSIEDAD

La ansiedad es la más común y universal de las emociones. Reacción de tensión sin causa
aparente, más difusa y menos focalizada que los miedos y las fobias. La reacción emocional
ante un peligro o amenaza se manifiesta mediante un conjunto de respuestas tanto
fisiológicas, cognitivas y conductuales.

Tiene numerosos sinónimos:

· NERVIOSISMO.

· INQUIETUD.

· TENSIÓN.

Referencia a la experiencia de la ansiedad:

· ANGUSTIA.

· MIEDO.

· INSEGURIDAD.

MIEDO

Es una respuesta emocional normal ante situaciones que implican peligro para el sujeto.

Es una respuesta diferenciada ante un objeto o situación específica.

Es un fenómeno evolutivo y transitorio.

FOBIA

Es una forma especial de miedo y reacción desproporcionada, irracional, fuera de control


voluntario del sujeto, implica respuestas de evitación de la situación u objeto fobizado y es
persistente en el tiempo.
TRASTORNO DE ANGUSTIA SIN AGORAFOBIA

TRASTORNO DE ANGUSTIA CON AGORAFOBIA

AGORAFOBIA

FOBIA ESPECÍFICA

FOBIA SOCIAL

TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO

TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADO

TRASTORNO POR ANSIEDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MÉDICA

TRASTORNO POR ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS

TRASTORNO DE ANSIEDAD NO ESPECIFICADO

CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD (D.S.M. IV).-

ACROFOBIA ALTURAS

AILUROFOBIA GATOS

ARACNOFOBIA ARAÑAS

ORNITOFOBIA PÁJAROS

BRONTOFOBIA TRUENOS

CANCEROFOBIA CÁNCER
NOMBRE DE ALGUNAS
FOBIAS CLAUSTROFOBIA ESPACIOS CERRADOS ESPECÍFICAS.-
CINOFOBIA PERROS

HIPOFOBIA CABALLOS

INSECTOFOBIA INSECTOS

MISOFOBIA SUCIEDAD

NOSOFOBIA ENFERMEDAD/LESIÓN

NICTOFOBIA OSCURIDAD

OFIDIOFOBIA SERPIENTES

RODENTOFOBIA ROEDORES

TANATOFOBIA MUERTE

VENEROFOBIA ENFERMEDADES VENÉREAS


DIFERENCIACIÓN DE LOS TRASTORNOS POR ANSIEDAD.-

Los rasgos característicos de este grupo de trastornos son síntomas de ansiedad y conductas
de evitación. En el trastorno por angustia y en el trastorno por ansiedad generalizada la
ansiedad suele ser el síntoma predominante mientras que la conducta de evitación casi
siempre se da en el trastorno por angustia con agorafobia. En los trastornos fóbicos la
ansiedad aparece cuando el sujeto se enfrenta con el objeto o situación temidos. En el
trastorno obsesivo-compulsivo la ansiedad se hace patente cuando el individuo intenta resistir
las obsesiones o las compulsiones. La conducta de evitación casi siempre está presente en los
trastornos fóbicos y con frecuencia en los obsesivos-compulsivos. En el trastorno por estrés
postraumático el síntoma predominante es la reexperiencia de un trauma y no la ansiedad o la
conducta de evitación. Sin embargo, en este trastorno son muy frecuentes los síntomas
ansiosos y la conducta de evitación. También hay siempre una elevada activación.

La ansiedad producida por la separación de figuras paternales es una forma de reacción fóbica,
siendo clasificada como trastorno por angustia de separación.

Estudios recientes indican que los trastornos por ansiedad son los que se dan con más
frecuencia entre la población general. La fobia simple es probablemente el más común de los
trastornos por ansiedad en este tipo de población pero, en cambio, el trastorno por angustia
es el más frecuente entre la población que busca tratamiento. Los trastornos por angustia, los
trastornos fóbicos y los trastornos obsesivos-compulsivos son aparentemente más frecuentes
entre los parientes biológicos de primer grado de las personas afectadas que entre la
población general.
DIFERENCIA ENTRE ANSIEDAD NORMAL Y PATOLÓGICA.-

  ANSIEDAD NORMAL ANSIEDAD PATOLÓGICA

CARACTERÍSTICAS GENERALES Episodios poco frecuentes. Episodios repetidos.

Intensidad leve o media. Intensidad alta.

Duración limitada. Duración prolongada.

SITUACIÓN O ESTÍMULO ESTRESANTE Reacción esperable y común. Reacción desproporcionada.

GRADO DE SUFRIMIENTO Limitado y transitorio. Alto y duradero.

GRADO DE INTERFERENCIA EN LA VIDA Ausente o ligero. Profundo.


COTIDIANA

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